Parte I:
EL TRIBUNAL DE CRISTO:
(2 Corintios 5:10)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
“Porque es necesario que
todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno
reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea
malo”.
(2
Corintios 5:10)
Introducción:
La Biblia declara
rotundamente que “ninguna condenación ha para lo que están en Cristo Jesús”
(Romanos 8:1).
Nos
dice también que: “No envió Dios a su hijo al mundo
para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él” (Juan 3:17).
Esta es la buena noticia del Evangelio,
hermoso y completo en sus afirmaciones. (1 Corintios 15:3; Juan 10:28; 1 Juan
3:1).
Si bien la vida eterna es un don
gratuito basado en la gracia de Dios (Efesios 2:8-9), cada uno de nosotros será
juzgado por Cristo. Este juicio nos recompensará por la forma en que hayamos
vivido. El don de la gracia de Dios en la salvación no nos libra de la fiel
obediencia. Todos los cristianos deben rendir cuentas por la forma en que
vivieron (véanse Mateo 16:27; Romanos 14:10-12; 1 Corintios 3:10-15).
El retorno de Cristo se
describe como la “bienaventurada esperanza” de la Iglesia (Tit.2:13) pero el
acontecimiento se relaciona no sólo con los privilegios celestiales de los
santos, sino también con sus sagradas responsabilidades, pues si bien el
recogimiento consuela nuestro corazón, el tribunal de Cristo actúa como acicate
para la conciencia. Citamos siete aspectos de este Tribunal que se presentan en
las Sagradas Escrituras:
§ El momento será el “día de Cristo” (1 Cor.1:8).
§ El Juez será Cristo en persona (2 Tim.4:8).
§ Las personas presentes seremos “todos nosotros” (2 Cor.5:10).
§ La severidad de la prueba se presentan como de fuego (1 Cor.3:13).
§ La norma que determina la sentencia será fidelidad de los santos
(1 Cor.5:1-5).
§ El resultado será o recompensa o pérdida (1 Cor.3:14-15).
§ La meta a la que conduce será la gloria (1 P.5:4).
I. El Momento Es El Día De
Cristo:
Las frases “el día de
Cristo” o “de Jesucristo” o “de nuestro Señor Jesucristo” (1
Cor.1:8; 5:5; 2 Cor.1:14; Filp.1:6, 10; 2:16) como también “aquel día” (2 Tim.4:8; 1:12) y “en su venida”
(2 Tim.4:8), se relacionan con el perfeccionamiento de la Iglesia en
un tiempo anterior al
establecimiento del reino visible de gloria en la tierra, o sea antes del
milenio.
El Tribunal
de Cristo (gr., bema)[1] se
celebra durante aquel período, y ha de distinguirse por lo tanto del Gran Trono[2]
Blanco (gr. Thronos) que se ha de establecer después del milenio, y de
hecho después de la destrucción de todo el universo viejo (Ap.20:11).
El tribunal
de Cristo debe distinguirse también del juicio que inaugurará el Reino Milenial
(Mt.25:31-46; Ap.20:4) que tiene que ver con las naciones en la tierra cuando
Cristo venga en gloria, las cuales tendrá que ser juzgadas como preludio al
Reino en manifestación. El “día postrero” abarca estos tres juicios, que
se celebrará sin embargo en momentos distintos:
- El tribunal de Cristo se relaciona con
el Servicio y el Testimonio de la Iglesia, cuyos miembros ya habrán sido
arrebatados, y se sitúa antes del reino milenial.
- El juicio sobre las naciones espera a
aquellos que vivirán sobre la tierra en el momento de la venida en gloria. Estas
naciones tendrán que presentarse ante el “trono de su gloria” en los comienzos del
reino milenial (Mt.25).
- El juicio
del gran trono blanco será el juicio general de los muertos, y tendrá
lugar después del reino milenial (Ap.20:12).
II. ¿Qué Pasa Con Los Pecados
Del Creyente?
La pregunta es
importante. Merece amplias respuestas:
Nos afecta a
todos los que profesamos fe en Cristo.
1) Un Sector Del Cristianismo Responde:
a. Hay un purgatorio para resolver este
problema (pagar por las misas, por medio de los sacerdotes católicos…dinero,
dinero, dinero, etcétera).
2) Otros Dice:
a. El creyente que peca, y muere sin
confesar sus pecados, pierde su salvación.
3) La Biblia Dice:
a. Hay un lugar donde la vida del creyente, desde
su nacimiento al píe de la Cruz, hasta el momento de su partida a la gloria será
examinado
Ese lugar se llama:
EL TRIBUNAL DE:
C
R
I
S
T
O…………………………………….>
La enseñanza
sobre el Tribunal De Cristo es un contrapeso indispensable a la doctrina de la
Gracia que ofrece seguridad eterna al creyente. Este tema está entretejido a
través de toda la Biblia el Nuevo Testamento y encuentra ilustraciones en
muchos incidentes y costumbres que observamos en el Antiguo Testamento.
ENTRE LAS REFERENCIAS DIRECTAS ESTÁN LAS SIGUIENTES:
Romanos 14:10: ¿Por
qué Juzgas a tu hermano?
2 Corintios 5:10: ¿Qué
Todos Nosotros Comparezcamos?
Pasemos,
ahora, a responder a algunas preguntas sobre este asunto tan importante:
III. Cristo Es El Juez:
Cristo se
describe como el “Señor, el Juez Justo” (2 Tim.4:8), porque el Padre entregó
todo el juicio al Hijo (Jn.5:22).
¿Cuándo Ocurrirá?
Ocurrirá
cuando se cierra la competencia, cuando termine la carrera, cuando el escenario
de hebreos 12:1 quede desierto.
La Biblia
Frecuentemente usa la frase aquel día para describir este evento. Se trata del
día cuando el Señor venga por su iglesia. (1 Corintios 4:5; 2 Timoteo 4:8).
¿Quién Juzgará?
Es evidente que el Juez será Cristo: Juan 5:22-23.
¿Qué Se Juzgara?
Se Juzgará Obras:……………………………………………1 Corintios 3:13.
Se juzgarán
las intenciones detrás de la obras, tanto las buenas como las malas, aunque las
obras mismas nunca se hayan hechos. “Y manifestará las intenciones de los corazones”
1 Corintios 4:5.
Se Juzgarán Nuestras Palabras: Mateo 12:36.
¿Por qué Es Necesario?
Hay a los
menos tres motivos para este juicio:
1) Vindicación:
Hay muchas
injusticias en este mundo que parecen quedar impunes. Hay hombre impíos viven y
mueren con fama de piadosos. Perezosos reciben elogias y honra por el trabajo
de otros. Falsos testimonios dañan la reputación de inocentes.
Esto no puede
quedar así. Ante el Tribunal de Cristo, todo y todos serán puestos en el lugar
que les corresponde.
2) Recompensa…
Aunque no merecemos
nada, tal es la gracia de Dios que además de Salvarnos y hacernos sus hijos, él quiere premiar todo servicio motivado por amor a él. Hasta un vaso de agua fría
dado en nombre de Cristo será recompensado:
Marcos 9:41.
También hay
galardones y coronas para el que lucha como atleta, para el que acaba la
carrera. Para el que es fiel, el que resista la prueba y el que ama la venida
del Señor (1 Corintios 9:25; 1 Ts.2:19; 2 Tim. 4:8; Stg.1:12; 1 P.5:4;
Ap.2:10). Véase punto VII.
3) Posición…
El que es
fiel en lo poco será puesto sobre muchos. Mateo 25:23.
El que sufre
con Cristo, también reinara con él. 2 Tim.2:12.
El vencedor
se sentará con Cristo en su trono. Ap. 3:21.
Por eso el
tribunal se describe tanto como el “tribunal de Cristo” como “el tribunal de Dios” (2
Cor.5:10; Rom.14:10).
IV. Las
Personas Juzgada Son Los Redimidos:
No debemos
confundir EL
TRIBUNAL DE CRISTO con el GRAN TRONO BLANCO del cual leemos en Apocalipsis
20:11-15.
Son parecidos. Ya que en ambos se juzgará obra hechos en la carne durante la vida de
cada ser humano. Se parecen porque el Juez es el mismo y porque no está en
juego, en ninguno de los dos, el destino eterno, solamente el grado de juicio o
recompensa.
Se distinguen
porque los separa un periodo de más de mil años.
El Tribunal
de Cristo, será antes del milenio y antes de las Bodas Del Cordero. Los allí
juzgados reinaran con Cristo y nunca se apartará de ÉL.
Cuando los
mil años se cumpla, Resucitarán todos los que no tuvieron parte en la primera Resurrección
y ellos comparecerán ante el Gran Trono Blanco para ser juzgados:
1) Solo creyentes estarán
entre el Tribunal de Cristo. (2 Corintios 5:10).
2) Sólo incrédulos ante
el Gran Trono Blanco. (Apocalipsis
20:11-15).
“El que no cree, ya ha sido condenado”. Juan 3:18, 36.
El juicio que
sigue a la muerte no es para que Dios disponga sobre nuestro destino eterno. Eso queda determinado en esta vida.
Escribiendo a
los santos en Corinto, Pablo insiste en que “es menester que todos nosotros seamos
manifiestos ante el Tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que
hubiese hecho por medio del cuerpo, ora sea Bueno o Malo” con
referencia tanto a los ausentes como a los presentes, incluyendo así a todos
los redimidos, sea que estén en el cuerpo cuando venga Cristo o que hayan
muerto antes (2 Cor.5:1-10 con todo el contexto).
Es muy verdad
que todo aquel que cree en el Hijo se halla libre del Juicio Final de
condenación (Jn.3:24; Heb.10:14, 17), no habiendo condenación alguna para
quienes están en Cristo Jesús (Rom.8:1); sin embargo, todo creyente es el
siervo del Maestro que le compró con su sangre, de modo que Cristo habrá de
pronunciar sentencia en cuanto a la fidelidad de cada uno, adjudicándose la
recompensa o la pérdida que corresponde al servicio aquí abajo. Todo ello
requiere un día especial de juicio aun para los creyentes.
Desde luego,
no se trata de la Salvación o de perdición de las almas que ya son de Cristo,
sino de la medida de la recompensa que nos será otorgada por la maravillosa
gracia de nuestro Señor (1 Cor.4:2-5; 3:14-15; Col.2:24; 2 Jn.v.8; 1 Jn.4:17).
4.1. La razón
por la que Pablo incluyó la descripción del cuerpo celestial se debe a la
situación que existía en Corinto sobre este punto de vista.
Recordemos que en el original no hay
división entre 4:16 y 5:1-10, pues el tema que se trata es la segunda venida y
el cuerpo de la resurrección. El pensamiento del Apóstol es coherente y
consistente con el propósito de refutar las enseñanzas de sus enemigos en
Corinto.
El problema es determinar entre los dos
pensamientos cristianos, incluidos en el concepto de “estar en Cristo”. Sus enemigos
creían que su posición como creyente fue alcanzada en este mundo. Pablo
responde diciendo que en el futuro el creyente realizará su existencia completa
a través del prometido cuerpo resucitado. La distinción no reside entre la
muerte y la resurrección, sino entre el alma y el cuerpo.
Los que se oponían a Pablo argumentaban
que el alma estaba presa en el cuerpo y que la forma de alcanzar la libertad
era liberándose del cuerpo físico. Entonces el alma podía alcanzar su gloria
por la revitalización de la persona al llegar a ser un tabernáculo de Dios,
Pablo rechaza este punto de vista. Él está preocupado por conciliar correctamente
la existencia futura con el concepto de kerugma G2782 en la
presente vida.
En otras palabras, hace un contraste
entre la fe y la vista (comp. v. 7). Pablo se opone a las pretensiones de los supe
apóstoles (ver 11:5; 12:11), que presentan la gloria y la manifestación del
Espíritu Santo como los dones de hablar en lenguas y los actos sensacionales,
como un éxtasis.
Para Pablo, la gloria vendría únicamente
con la segunda venida y no como una experiencia estática. La vida presente está
llena de sufrimientos y problemas y no de un glorioso éxtasis.
La frase “si estamos fuera de nosotros”
en el v. 13 traduce el verbo existemi G1839, vinculado
a su vez con el sustantivo ekstasis G1611, un
término algo ambiguo. Cuando llegamos a experimentarlo es un don de Dios, pero
lo más importante es que es un llamamiento para servir al Señor en la vida
diaria (comp. vv. 9 y 10).
V. La Severidad Del Juicio:
Hebreos 10:30
declara que “el
Señor juzgará a su pueblo”, y Pablo recalca que “la obra de cada cual, será manifestada,
porque el día la declarará, porque por el fuego será manifestada la obra de
cada uno” (1 Cor.3:12-15). Por lo tanto, con referencia directa al
tribunal de Cristo, Pablo habla del “temor
del Señor” (2 Cor.5:10-11).
Será posible
que el creyente sufra daño o pérdida, y que vea la quema de todo lo que parecía
ser la obra cristiana de toda su vida, escapándose él “como por
fuego”, de la manera en que un hombre se Salva de una casa
incendiada con nada más que su persona.
He aquí las
graves posibilidades que tenemos que tomar en consideración en cuanto a nuestra
vida y obra (1 Cor.3:15; 2 Jn. V.8; Comp. Amós 4:11 y el caso de Lot en
Gn.19:16, 29).
En 1 Juan
2:28 leemos: “Hijitos, perseverad en él, para que,
cuando apareciere, tengamos confianza, y no seamos confundidos de él en su
venida”. La frese traducida “confundidos de él” (me aischuntiomen ap’ autou) es más literalmente “que no seamos
avergonzados de delante de él en su venida”, en contraste con
quienes hayan preservado bien, y que tengan santa confianza cuando su
Señor aparezca. No quiere decir que
ciertos cristianos serán desterrados de la presencia del Señor, sino que
experimentaran un hondo movimiento de vergüenza al comprender que han perdido
tantas oportunidades, viendo claramente su poca fidelidad al Señor durante su
vida en la tierra.
Volviendo a 2
Corintios 5:10* vemos que todos recibiremos según lo que hayamos hecho por
medio del cuerpo, “Ora sea bueno o malo”, lo que concuerda con
Colosenses 3:24, donde el apóstol Pablo declara, con referencia a las
recompensas que corresponden al testimonio de los cristianos en su vida
diaria:
“aquel que obra injustamente recibirá en pago lo que injustamente hizo, y no
hay acepción de personas” (VHA). (Comp. También 1 Cor. 3:15;
Lc.19:24; 12:45-48).
*“Porque
es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para
que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea
bueno o sea malo”.
(2
Corintios 5:10)
NOTA: *V.10: EL
TRIBUNAL DE CRISTO: El bema
asiento de juicio) era bien conocido de los corintios (compare Hechos 18:12). Los
creyentes serán juzgados cuando se pase revista a sus obras a fin de recibir
las recompensas correspondientes (véase 1 Corintios 3:14). Mala I., es, sin valor.
1 Corintios 3:14: Recompensas. La Salvación es
un puro regalo, pero los que son Salvos pueden obtener recompensas. La cualidad
de nuestro servicio (v.13) es el criterio. Las recompensas son llamados, a
veces, coronas (compare 9:25; 1 Tesalonicenses 2:19; 2 Timoteo 4:8; Santiago
1:12; 1 Pedro 5:4; Apocalipsis 2:10; 3:11; 4.4, 10).
Hemos de dar
cuidadosa consideración a tales pasajes con la determinación de no embotar el
filo de la espada de la Palabra (Heb.4:12), pues el ser manifestado delante del
tribunal de Cristo es un asunto de mayor gravedad de lo que generalmente
suponemos, y quizá una mera referencia a ganancias y a pérdidas no agote todo
el sentido de estas solemnes declaraciones escriturarias.
Dentro de los
límites de nuestro comprensión actual no parece posible llegar más a fondo en
este asunto, y nos es difícil vislumbrar de qué modo se pueden combinar tanta
gloria y tanta solemnidad, pero hemos de recordar que se trata de la esfera
eterna, y sin duda nuestros poderes de percepción y nuestros sentimientos se
desarrollarán y se manifestaron de una forma muy diferente de lo que es apropiado a las condiciones actuales de nuestra vida aquí. Pero estas palabras
de tanta solemnidad constan en las Escrituras con el fin de que sintamos
profundamente la necesidad de manifestar la santidad práctica aquí abajo, unido
con un servicio fiel y abnegado.
Véase Parte II:
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