Parte I:
Estrategia
De Satanás: El Ataque:
(Job 1:13-22; 2:1-10)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
“Y un día aconteció que sus hijos e hijas comían y bebían vino
en casa de su hermano el primogénito,… y vino un mensajero a Job, y le dijo:
Estaban arando los bueyes, y las asnas paciendo cerca de ellos,… y acometieron
los sabeos y los tomaron, y mataron a los criados a filo de espada; solamente
escapé yo para darte la noticia… Aún estaba éste hablando, cuando vino otro que
dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas y a los pastores, y
los consumió; solamente escapé yo para darte la noticia…”.
(Job
1:13-22; 2:1-10)
Introducción:
Una mañana,
observe un conejo que mordisqueaba la hierba en el patio trasero de mi casa.
Era de los pequeños, con piel marrón moteado y una cola que parecía un pompón
de algodón. De repente, un halcón se deslizó por el aire con la velocidad y la
precisión de un rayo. Con las garras extendidas, se lanzó hacia su presa. Pero
el conejo se dio cuenta del inminente peligro y salió corriendo para
resguardarse, lo que logró solo unos centímetros por delante del halcón.
Como el conejo que se percató de su
depredador y se escabulló, nosotros, como creyentes, tenemos que estar alertas
para poder evadir a nuestro enemigo. “…el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando
a quien devorar”. (1 Pedro 5:8). Satanás quiere devorarnos al
inducirnos a actuar como él desea, y esto lo hace jugando con la verdad (Juan
8:44) y tratando de engañarnos (Génesis 3:1).
En su segunda carta a los Corintios escribió
Pablo que no quería dar a Satanás la oportunidad de aprovecharse de un problema
que había surgido en la iglesia "pues no ignoramos sus maquinaciones",
dijo (2 Cor.2:11). La palabra traducida "maquinaciones", noema, significa "conspiraciones,
planes, estratagemas".
En Efesios 6:11, Pablo dice que nos vistamos
de toda la armadura de Dios para que podamos estar firmes contra las "asechanzas"
del diablo.
Aquí la palabra es methodeia, qué significa "astucias,
engaño, fraude, trampa". Tenemos que recordar que nuestro
enemigo no sólo es un eximio estratega, es también un engañador y un mentiroso.
En el pasaje de Efesios Pablo luego dice
que "no
tenemos lucha contra sangre y carne", sino contra los poderes
espirituales de maldad.
La palabra
traducida "lucha"
es pale, un término usado en los casos de lucha cuerpo a cuerpo.
Satanás tiene planes tremendos para
atacar a todos los creyentes, (especialmente los que están avanzando) y sus
planes son personales.
1. Tácticas Usadas Por Nuestro Enemigo:
Cada uno de nosotros seremos elegidos
para ser atacados por sus agentes caídos, y podemos estar seguros que las
tácticas usadas en el caso de Job serán usadas contra nosotros. Es por esto que
es tan importante que comprendamos el principio que Job 1:12 establece: el enemigo no
nos puede tocar a menos que, y en el momento en que Dios lo permita. Y si Dios lo permite, es porque nos ama.
“Y un día aconteció que
sus hijos e hijas comían y bebían vino en casa de su hermano el primogénito, y
vino un mensajero a Job, y le dijo: Estaban arando los bueyes, y las asnas paciendo cerca de
ellos, y acometieron los sabeos y los tomaron, y mataron a los criados a filo
de espada; solamente escapé yo para darte la noticia.
Aún estaba éste hablando,
cuando vino otro que dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas y
a los pastores, y los consumió; solamente escapé yo para darte la noticia.
Todavía estaba éste
hablando, y vino otro que dijo: Los caldeos hicieron tres escuadrones, y
arremetieron contra los camellos y se los llevaron, y mataron a los criados a
filo de espada; y solamente escapé yo para darte la noticia.
Entre tanto que éste
hablaba, vino otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo
vino en casa de su hermano el primogénito; y un gran viento vino del lado del
desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes,
y murieron; y solamente escapé yo para darte la noticia”.
(Job
1:13-19).
La precisión del enemigo es casi perfecta. ¿Cuándo escogió
Satanás atacar a Job? Fue cuando a Job le doliera más. Satanás ya había
estudiado a Job. Sin duda tenía un grueso legajo sobre él, y en un archivo
rotulado "los
más grandes temores" encontró lo que buscaba.
Job temía que sus hijos blasfemaron contra Dios. Temía especialmente en sus cumpleaños,
cuando se juntaban para celebrar (Job 1:4-5; 3:25). Temía que sus hijos se
propasaran en sus festejos, así que siempre oraba y ofrecía sacrificios en esas
ocasiones.
Así que Satanás, sabiendo que el movimiento
exacto en el momento exacto valía más que mil movimientos a destiempo, espera
hasta el cumpleaños del hijo mayor de Job, su primogénito. Y "un
día" con precisión exacta, Satanás comienza su ataque.
¿Qué pensaría Job cuando todo este desastre
sucedía justo ese día? La conclusión más lógica hubiera sido: "Mis
hijos blasfemaron contra Dios. Por eso les ha quitado la vida y por eso Dios me
ha golpeado con todas estas calamidades". O Job podía haberse
echado la culpa por no haber orado bastante. Satanás quería que todo el
desastre le causara a Job temor y le diera sentido de culpa.
Cada temor que fomentamos en nuestra
vida, le da al enemigo campo donde trabajar, una base desde donde lanzar su
ataque. Sabe cuáles son nuestros temores, sabe lo que nos hace dudar de la
bondad y la gracia de Dios, y esas son justo las cosas que usará en sus ataques
contra nosotros.
10 Principios De
La Guerra:
1. Objetivo
(Lc. 19:10; Filp. 3:8-10). ¿Por qué estamos luchando y qué es lo que tenemos
que ganar? Estamos luchan- do en la causa por la cual Jesucristo vino al mundo:
para buscar y salvar lo que se había perdido. Para hacerlo, tenemos que conocer
a Jesucristo y Su poder y compartir Sus sufrimientos.
2. Ofensiva (Filp. 3:12-14). Para lograr el
objetivo debemos avanzar constantemente, debemos, como Pablo proseguir a la
meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús (Filp. 3:14).
3. Concentración (Filp. 3:13). "Concentración" se refiere a juntar las
tropas para empezar una acción decisiva. Toda nuestra energía, toda nuestra
concentración, todo nuestro pensamiento tiene que estar enfocado en Jesucristo
(Heb. 3:1). Debemos simplificar nuestra vida hasta poder decir con Pablo, "una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda
atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo..." (Filp.
3:13, 14).
4. Economía de las fuerzas (Zc. 4:6, 10). "Economía de las fuerzas" es el uso
experto y sabio de lo que tenemos. Como cristianos tenemos que aprender a nunca
gastar más poder y energía que lo que la tarea requiere. Esto significa que aprendemos
no a cómo luchar sino a como descansar en la fe, sabiendo que Dios se complace
en dar la victoria por medio de las cosas pequeñas e insignificantes.
5. Movilidad (Ef. 4-5). Debemos ser
flexibles, capaces de desplazarnos con rapidez y facilidad. La vida cristiana
es un andar en novedad de vida (Rom. 6:4), andando por fe (2 Cor. 5:7) y por el
Espíritu (Gál. 5:16), un andar en amor (Ef. 5:2) y en luz (1 Jn. 1:7).
6. Cooperación (Ef. 4:3, 13). Negarse a
colaborar en tiempo de guerra es un crimen; lo llamamos traición. Todos los
creyentes somos uno en Cristo y hemos de colaborar y funcionar como un solo
ejército en la unidad del Espíritu y la unidad de la fe,
7. Seguridad (Jud. 21), Los cohetes
teledirigidos van y vienen surcando el aire, las granadas explotan, las balas
pasan zumbando. Para nosotros hay un, y sólo un, lugar seguro: en el amor de
Dios.
8. Sorpresa (Job 1:21). Cuando Job se postró
en tierra y adoró a Dios, cuando David salió con una honda para enfrentar a
Goliat, cuando reaccionamos al dolor y las tribulaciones en fe, tomamos de
sorpresa al enemigo y lo ahuyentamos por el poder de Dios.
9. Comunicación (1 Ts. 5:17; 2 Tim. 2:15). Si no
nos mantenemos en contacto constante con la comandancia ¿cómo sabremos dónde debemos
estar y qué debemos estar haciendo? Necesitamos estudiar la Palabra y orar todos
los días,
10. Persecución (1 Cor. 9:22, 23). Si queremos
ganar, debemos perseguir al enemigo con miras a su derrota total. Pablo persiguió
la excelencia en el servicio para poder ver a muchos ganados para Jesucristo.
Cuando el enemigo inicia el ataque
contra nosotros, podemos estar seguros que serán en el peor momento y bajo las
más vulnerables a la tentación. ¿Por qué ataca siempre en esos momentos? Porque
es un estratega. Si queremos ofrecer resistencia, tenemos que comprender su estrategia.
La precisión de nuestro enemigo es buena
y su sentido de caos es aún mejor. Aquí vemos una escena tranquila, Job está
haciendo lo que siempre hace en días como estos, y de pronto todo lo que le es
familiar es sacudido; y la paz y la tranquilidad que lo rodeaban desaparecen.
En un instante.
Satanás siempre procura destruir la paz
y la calma. Su rebelión trajo caos al universo. Mientras Jesús es el Príncipe
de Paz, Satanás es el rey de la confusión y el desorden. Nos odia, odia que
tengamos paz interior porque la paz interior en el creyente es la evidencia más
grande del poder divino. Si tenemos paz en el alma, especialmente bajo
condiciones adversas, lo volvemos loco.
La mejor manera de tener un impacto
histórico en este mundo no es andar aquí y allá tratando de hacer un gran
impacto para Dios en la sociedad. La mejor manera es aminorar la marcha y hacer
lo que a Satanás le perturba más que nada: descansar en el Señor. Si no sabemos
cómo mantener nuestra paz y calma interior, ninguna cantidad de trabajo que
hagamos será eficaz.
Todo lo que Dios hace en nuestra vida
viene del descanso. Por eso, los ataques de Satanás en esta área serán
especialmente malignos. Nunca nos atacará sin tratar de introducir algo que
destruya la paz de nuestra alma. Si la culpa es todo lo que puede usar, usará
la culpa; si temor, temor.
Quedarnos en paz bajo la presión y la
prueba demanda de nosotros mucha firmeza y fuerza. Estas no son cualidades del
hombre natural. Se desarrollan por medio de la auto disciplina y el duro
entrenamiento.
Tenemos que desarrollar una firmeza tal,
que nos permita absorber golpe tras golpe sin apartar nuestra vista del
Príncipe de Paz.
El enemigo se alegra tanto con la
violencia como con el simple caos, así que la violencia es otra de sus tácticas
favoritas. Sabe que aún el lenguaje violento tiene un efecto asombroso sobre
las personas cuando tienen que enfrentarlo cara a cara.
Paz:
- El ambiente de la
paz: Filipenses 1:2.
- La fórmula de la paz:
Filipenses 3:13, 14.
- La práctica de la paz: Filipenses 4:6,7, 11-13.
Siete Disciplinas que Producen Paz.
Porque por fe andamos, no por vista. (2 Cor. 5:7).
1. Por fe aprenda a aceptar la vida incondicionalmente como
el plan perfecto de Dios para usted (Rom. 8:28; 1 Ts. 3:3, 5:18).
2. Por fe viva en una comunión consciente con Dios (1
Jn. 1:7).
3. Por fe mantenga cuentas claras con Dios (1 Cor.
11:23-31; 1 Jn. 1:9).
4. Por fe busque la Palabra de Dios diariamente (Mat.
4:4, 5:6; 2 P. 3:18).
5. Por fe confíe en el poder de la oración (Stg.
5:16; 1 P. 5:7).
6. Por fe descanse en las promesas de Dios (2 P. 1:4;
Heb. 6:17-20).
7. Por fe vea un propósito eterno en los problemas de la
vida (2 Cor. 4:16-18).
Tú guardarás en completa paz
a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. (Is. 26:3).
2. Noticias No Agradables Para Job:
Job recibe la
información, probablemente de boca de histéricos sobrevivientes, que los sabeos
y los caldeos en ataques separados "mataron
a los criados a filo de espada". La palabra traducida "mataron"[1]
se refiere a un ataque violento; la expresión "filo de espada" es la
frase señalada para generar temor. Causaría temor especialmente en un pueblo
que pensaba tan concretamente y en figuras mentales tan vividas como pensaba el
pueblo semita.
Pensemos en la espada, el filo de la espada,
de cómo cortaría al ser usada contra una persona; pensemos cómo estos
asaltantes despedazaron a los sirvientes y veremos qué fácil sería empezar a
tener miedo. Eso, por supuesto, es lo que Satanás quiere.
Note: la frase repetida tres veces
entre Job 1:13 y 1:22 "aún estaba éste hablando". Rara vez
manda Satanás un solo problema; prefiere dar un puñetazo tras otro.
¿Por
qué? Porque sabe el efecto paralizante de los golpes múltiples. Uno de los
principios más básicos de la autodefensa es que nunca se tira a un blanco sólo
una vez. Los múltiples tiros aumentan e intensifican el efecto paralizante.
Por último, a nuestro enemigo le encanta
mandar calamidades que parecen ser actos de Dios. El sirviente de Job ayuda a
dar esta impresión cuando dice que "Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas
y a los pastores, y los consumió". Aunque Dios permitió el
fuego, no era fuego de Dios. Este pasaje nos indica que todas las calamidades
naturales son el resultado de una creación en desequilibrio con el Creador.
A
veces olvidamos que la batalla espiritual se libra en el mundo físico. A Job le
sucedieron todas las calamidades en más o menos 10 minutos, y era todo parte de
la guerra espiritual:
Entonces Job se levantó, y
rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre,
Y desnudo volveré allá. Jehová
dio, y Jehová quitó; Sea el nombre de Jehová bendito. En todo esto no pecó Job,
ni atribuyó a Dios despropósito alguno.
(Job
1:20-22).
El
sufrimiento y el dolor de Job no tienen medida. Se levanta y
rasga su manto como símbolo de un corazón destrozado. Su alma ha sido quebrantada,
pero su reacción al dolor es inclinarse ante el Dios Todopoderoso y adorarle.
Su dolor está circundado por su fe, y es
así que Job no da a Satanás la victoria que busca. El enemigo quiere que los
propios hijos de Dios digan: "¿Por qué a mí? ¿Por qué dejó Dios que esto me
sucediera a mí? ¿Cómo puede un Dios amante permitir este sufrimiento?".
Satanás obra de la misma manera con nosotros. Aún hoy quiere que la calumnia contra
el carácter de Dios venga de la boca de los propios hijos de Dios.
3. Los Ángeles Delante De Dios:
Aconteció que otro día vinieron
los hijos de Dios para presentarse delante de Jehová, y Satanás vino también
entre ellos presentándose delante de Jehová.
Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondió Satanás
a Jehová, y dijo: De rodear la tierra, y de andar por ella.
Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job,
que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios
y apartado del mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me
incitaste[2] contra él para que lo arruinara sin causa?
Respondiendo Satanás, dijo
a Jehová; Piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su vida. Pero extiende
ahora tu mano, y toca su hueso y carne, y verás si no blasfema contra ti en tu
misma presencia. Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda
su vida.
(Job
2:1-6).
Nuevamente hay una convocación angelical
en el cielo y nuevamente Satanás entró pavoneándose, aunque quizá más sosegado ante
la reacción de Job a su ataque. Otra vez Dios le pregunta de dónde viene y otra
vez Satanás le dijo: "de rodear la tierra". Entonces le
hace Dios la pregunta que Satanás no quiere oír: "¿No has considerado a mi siervo
Job?".
Cuando Dios dice que Job retiene su "integridad"[3],
la palabra hebrea es tummah. Significa "simplicidad,
tener un sólo propósito, inocencia". La integridad de Job es
negarse a culpar a Dios por las desgracias que le han pasado. Retiene su
integridad aunque, como dice Dios "tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin
causa". La frase "sin causa" nos dice una cosa: que el
sufrimiento de Job no es por ningún pecado. No estaba sufriendo una
disciplina.
La
respuesta de Satanás a la pregunta de Dios es una acusación.
Acusa a Job de ser egoísta. Uno de los hombres más
compasivos, considerados, y virtuosos en la historia es acusado por Satanás de
ser egoísta y egocéntrico. En su respuesta, Satanás le está diciendo a Dios:
Por
supuesto que Job no ha blasfemado contra ti todavía. Le puedes quitar
su ganado, puedes destruir sus bienes, pueden atacar a sus sirvientes y matar a
su familia y es tan egoísta y egocéntrico que ni siquiera le importa. Ni
siquiera siente dolor por su familia. Se queda allí sentado y dice: "Todo
anda bien". Pero tócale su cuerpo, hazle doler a él y de seguro
blasfemará contra ti.
Véase Parte II:
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