UNA VISIÓN DEL
CIELO:
(Apocalipsis 4:1-5:14)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
La Adoración Celestial.
“Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo;
y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y
yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas… Y al instante yo
estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el
trono, uno sentado… Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra
de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en
aspecto a la esmeralda… Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi
sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas
de oro en sus cabezas… Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y
delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete
espíritus de Dios…”.
(Apocalipsis
4:1-5:14)
Introducción:
Más de una vez se
dice en el Nuevo Testamento que se abrieron los cielos; y es de lo más
significativo ver el propósito de esa apertura:
1- Está la
apertura de los cielos para la visión. “Los cielos se abrieron y vi visiones de Dios" (Ezequiel
1:1). Dios les envía a los que Les buscan la visión de Sí mismo y de Su verdad.
2- Está la apertura para el descendimiento del
Espíritu. Cuando Jesús fue bautizado por Juan, vio los cielos abiertos, y
al Espíritu descender sobre Él (Marcos 1:10). Cuando la mente y el alma de una
persona se abren a lo de arriba, el Espíritu de Dios desciende a su encuentro.
3- Está la
apertura para la Revelación de la gloria de Cristo. Jesús le
prometió a Natanael que vería los cielos abiertos y a los ángeles de Dios
ascendiendo y descendiendo sobre el Hijo del Hombre (Juan 1:51).
Algún día los cielos se abrirán para
desvelar la gloria de Cristo; e inevitablemente ese día traerá un gozo inefable
a los que Le hayan amado, y un temor indescriptible a los que Les haya
despreciado.
Un solo motivo liga la doble visión de
los caps. 4 y 5, o sea que el Dios de la creación es el Dios de la redención
que hace cumplir su propósito por medio del Cristo crucificado y resucitado. El
cap. 4 se lee como una de las visiones de Dios en el Antiguo Testamento (compare
Isaías 6; Ezequiel 1), en las que Dios se presenta como alguien exaltado en
santidad, muy por encima de las tormentas de la historia y los esfuerzos de los
poderes del mal para resistir su voluntad.
En el cap. 5 se concentra la atención en
el Cristo que ha vencido a todos los poderes del mal y que por lo mismo ha
ganado el derecho de abrir el rollo del destino de Dios y conocer lo que está
escrito en él.
Combinando las dos visiones, se hacía
claro que la voluntad de Dios en la creación, celebrada en el himno que
clausura el cap. 4, se logra por el Cordero que fue muerto y exaltado al trono
de Dios. Así es como la historia termina con el reconocimiento y adoración de
Dios y el Cordero por los vivos y los muertos.
I. El Trono En El Cielo: Apocalipsis 4:1-11:
Yo estaba en el Espíritu. Como en 1:10.
El escenario de la visión de Juan se
cambia de la tierra al cielo y permanece allí hasta el cap. 10, después de lo
cual el punto de vista se va alternando.
Debe notarse que sólo el profeta y no la
iglesia son llamados a pasar a través de la puerta abierta; su elevación en
visión es con el propósito de recibir una revelación, para que pueda comunicar
lo que ha visto a los que están en la tierra.
V.2. Lo primero que
captaron los ojos de Juan fue un trono que estaba puesto en el cielo, y sobre
el trono uno sentado. Es de primera importancia saber que el Dios que mora en
el cielo posee absoluta autoridad sobre el universo.
V.3.
No
se da descripción alguna de Dios; Juan dice simplemente que emanan varios
colores de piedras preciosas que brillan a través de una extraña nube en forma
de arco iris. Hay alguna incertidumbre sobre los nombres dados a las joyas en
el mundo antiguo:
el jaspe* era probablemente un diamante (compare 21:11), la
cornalina era roja, pero no estamos seguros sobre la esmeralda.
*Jaspe.
Claro como el cristal (compare 21:11). Cornalina. Mejor, sardio (RV1977). Rojo
de sangre. Esmeralda. Verde claro.
Puede indicar cristal de roca que actúa
como un prisma, y en ese caso se recuerda al arco iris después del diluvio, un
recordatorio del pacto de Dios de retener su ira de la humanidad en la tierra
(Génesis 9:13). El trono y el arco iris, la omnipotencia y la misericordia, son
símbolos significativos en un libro cuyo tema dominante es el juicio y el reino
de Dios.
V.4. Los veinticuatro
ancianos recuerdan Isaías 24:23, donde los “ancianos”[1] se veían como líderes
de Israel. Estos ancianos a menudo han sido interpretados como representantes
de Israel y de la iglesia (12 patriarcas, y 12 apóstoles).
NOTA: Veinticuatro
ancianos.
Algunos piensan que se trata de seres angelicales, aunque es más probable que
representen a los redimidos que están glorificados, coronados y entronizados. Nótese: que eran 24 las clases
sacerdotales en el AT. (1 Crónicas 24).
En 1 Cron. 24:4, sin embargo, leemos de
24 órdenes sacerdotales y en 1 Cron. 25:1 de 24 órdenes de levitas señalados
para profetizar y alabar con arpas y címbalos.
Puesto que en 5:8 los ancianos presentan
las oraciones del pueblo de Dios y en 4:6–11 se los relaciona con los cuatro
seres vivientes, es mejor entenderlos como seres angelicales exaltados,
adorando y sirviendo al Creador.
V.5. Los relámpagos
y truenos y voces recuerdan la teofanía en el Sinaí (Éxodo 19:16) y describen
el aspecto terrible de Dios. En cuanto a los siete[2] Espíritus de Dios véase 5:6.
NOTA.
Los Siete espíritus de Dios Véase Ap.1:4:
Ap.1:4: Siete.
El número 7, que sale 54 veces en este libro, aparece con mayor frecuencia que
cualquier otro número. En la Biblia, va asociado con algo completo, cumplido y
prefecto (compare Génesis 2:2; Éxodo 20:10; Levíticos 14:7; Hechos 6:3).
En Apocalipsis, vemos 7 Iglesias y 7 espíritus (1:4), 7 candeleros (1:12), 7 estrellas (1:16), 7 sellos en el rollo (5:1), 7 cuernos
y 7 ojos
en el Cordero (5:6), 7 ángeles y 7 trompetas (8:2), 7 truenos
(10:3), 7
cabezas del dragón (12:3), 7 cabezas de la bestia (13:1), 7 copas
de oro (15:7), y 7 reyes (17:10). Los
siete espíritus. Muchos
entienden que esto se refiere al Espíritu Santo en Su Prefecta Plenitud
(compare Isaías 11:2; Apocalipsis 4:5); otros lo toman como referencias a los 7 ángeles
que están delante del Trono de Dios.
V.6. No se dice que
el mar de vidrio sea un mar Literalmente, sino que era semejante a ello. Es una
adaptación del concepto de las aguas sobre el firmamento (Génesis 1:7), pero se
introduce aquí aparentemente para enfatizar la grandeza de Dios.
NOTA: Cuatro seres vivientes. Estos podrían
ser ángeles, probablemente los ophanim junto a los querubines
(“ruedas”,
en nuestras versiones), de Ezequiel 10:9ss., o podrían ser representaciones de
los Atributos de Dios mismo, especialmente si se entiende en este sentido la
frase del original “en medio del trono”.
Los
cuatro seres vivientes están alrededor del trono. Su descripción
se toma de la visión de los querubines (Ezequiel 1:5–21) pero está
considerablemente modificada. Las principales diferencias son que en Ezequiel
cada uno de los querubines tiene cuatro rostros, mientras que aquí cada uno
tiene uno. Los primeros tienen “ruedas”, llenas de ojos alrededor (soportan
el trono de Dios), pero aquí los mismos seres tienen los ojos.
VV.7,
8. Su
adoración incesante rendida a Dios bien puede representar la sujeción de toda
la creación a Dios.
NOTA: Muchos ven una similaridad entre
los cuatro seres vivientes y la cuádruple forma en que Cristo es descrito en
los evangelios:
- En Mateo,
aparece como el León de la tribu de Judá;
- en Marcos,
como el Siervo que fue el sacrificio por el pecado (el becerro era un animal
sacrificial, Heb.9:12, 19);
- el énfasis de Lucas es
sobre el Hijo del Hombre; y
- el águila
volando lo conecta con el cielo, como hace el Evangelio de Juan.
Los judíos llegaron a entender de esa
manera la visión de Ezequiel, considerando:
- al hombre
como principal representante de los seres creados;
- al águila,
de las aves;
- al león,
de las bestias, y
- al becerro,
del ganado.
El simbolismo antiguo de los cuatro
vientos y las cuatro principales constelaciones del Zodíaco por medio de estas
cuatro figuras, si era conocido por Juan, serviría para fortalecer este
criterio.
La canción de los querubines implica que
el futuro triunfo de Dios está enraizado en su misma naturaleza; el Señor, que
es santo y todopoderoso, ha de venir.
VV.9,
10.
La renuncia de los veinticuatro ancianos a sus coronas pareciera ser la
expresión de la adoración dada en ocasiones especiales cuando Dios “viene” y manifiesta su poder soberano
para juzgar y salvar (ver 5:8, 14; 11:15–18; 19:4).
V.11.
Los
ancianos reconocen que el único digno de tener preeminencia en la creación es
el Creador. En su canto que celebra su dignidad dicen que debido a tu voluntad
tienen ser y fueron creadas (mejor que por). Esta es una mirada hacia adelante
más bien que hacia atrás; la voluntad de Dios es el poder último en el universo
y su voluntad será realizada. Esta es la lección suprema de las visiones del
Apocalipsis.
II. El Libro y El Cordero: Apocalipsis 5:1-14:
Un libro. Lit., un rollo. Podría llamarse el “Libro de la
Redención”, ya que contiene la historia de la caída del hombre por
el pecado, y su levantamiento mediante Cristo (Heb. 2:5-9).
El foco de la visión cambia
dramáticamente. Es como si una cámara de televisión en el cielo enfocara la
mano de Dios para mostrar el rollo de un libro que nadie puede abrir.
Entonces la cámara enfoca a alguien que aún no se ha visto: está de pie en el centro del trono y, en
virtud de su “triunfo”, puede tomar y abrir el libro.
Cuando
lo hace, en todo el cielo se escuchan las alabanzas. Es probable que
tengamos aquí una representación de la coronación de Jesús el Señor a semejanza
de las antiguas ceremonias de entronización en el Medio Oriente.
Los pasos de la ceremonia generalmente
son definidos como exaltación, presentación, entronización y aclamación. El
equivalente de la exaltación se ve en el v. 5, la presentación en el v. 6, el
otorgamiento de autoridad en el v. 7 y la aclaración en los vv. 8–14. Así es
como el Cristo Redentor entra a su reino de poder.
V.1.
Se ha especulado mucho sobre la naturaleza del libro en la mano de Dios. Dos de las
sugerencias que se han presentado son especialmente dignas de mención: una, que es
un acto de contrato inscripto por partida doble y la otra que es un testamento.
La primera retrotrae a los tiempos antiguos, cuando los contratos se escribían
en tablillas de arcilla, y que tenían en la parte exterior señalada brevemente
la naturaleza del contrato. Cuando se introdujeron el papiro y el pergamino, se
usó fundamentalmente el mismo procedimiento y el documento se sellaba con siete
sellos.
Se usaba un procedimiento similar cuando
se escribía un testamento pues éste era sellado por siete testigos, y se abría
después de la muerte del testador en presencia de aquéllos, si era posible. No
se da ninguna descripción de su contenido escrito en el exterior, pero ese
aspecto de la visión de Juan podía deberse a un eco consciente de Ezequiel 2:8–10.
En realidad las dos nociones están
estrechamente relacionadas, dado que un contrato es una forma común de pacto y
un testamento es un tipo especial de pacto. En base a esa interpretación el
rollo en manos de Dios representa su promesa de pacto de juicio y reinado para
la humanidad.
VV.2,
3. El
ángel debe ser poderoso, dado que su voz tenía que llegar hasta los límites del
cielo, la tierra y la esfera de los muertos (debajo de la tierra es el Hades; (compare
Filp. 2:10).
V.5.
El
León de la tribu de Judá (compare Génesis 49:9), la Raíz de David (Isaías 11:1,
10) ha vencido por medio de su muerte y resurrección y por eso puede abrir el
libro y sus siete sellos. La redención obrada por Cristo fue el medio por el
cual el reino de la salvación de Dios fue establecido.
V.6. La descripción
del Cordero combina varios usos de esa figura en el pensamiento hebreo. Se lo
ve como inmolado, y sin embargo, está de pie… en medio del trono, vivo y victorioso. En el Apocalipsis. El Éxodo
es el cuadro fundamental de la redención; el Cordero inmolado es, pues, el
cordero pascual.
También recuerda al cordero muerto de
Isaías 53:7, el Siervo del Señor, que sufre inocentemente por toda la
humanidad. Pero el Cordero tiene siete cuernos, que significa un inmenso poder
(Salmo 75:4–7) y una posición de realeza (Zacarías 1:18).
Esto asume la representación
apocalíptica contemporánea del Mesías como un poderoso líder (¡el carnero!) del
rebaño de Dios, quien libera a las ovejas, venciendo a las bestias salvajes que
tratan de destruirlas.
En Zacarías 4:10 es Dios mismo el que
tiene siete ojos, lo que simboliza la omnisciencia; aquí se los identifica con
los siete Espíritus de Dios, enviados a toda la tierra, en armonía con la
enseñanza de Juan 16:7–11. El Mesías de la promesa del Antiguo Testamento y de
la esperanza apocalíptica aparece así revelado en términos del cumplimiento del
nuevo pacto.
VV.8–10. Los querubines
y los ancianos cantan un cántico nuevo, porque Jesús ha introducido la nueva
era del reino de Dios por medio de su obra redentora (compare Isaías 42:9, 10,
que habla del nuevo cántico en un contexto similar). El Señor ha redimido para
Dios gente de toda raza y de toda nación. La figura es la de la liberación de
las gentes por un precio. En el mundo antiguo a veces los esclavos eran
liberados por personas generosas que pagaban el precio; en el mundo moderno ha
ocurrido lo mismo con rehenes.
El patrón considerado aquí es el de la
liberación de Israel de Egipto para llegar a ser el pueblo libre de Dios en la
tierra prometida. La mayor liberación —la que lleva a la vida eterna en el
reino de Dios— se ha realizado para toda la humanidad al costo de la sangre del
Redentor.
De ese modo los redimidos llegan a ser
un reino y sacerdotes para nuestro Dios, cumpliendo así la vocación para la
cual fue llamado el antiguo pueblo de Dios (Éxodo 19:6). Su reino sobre la
tierra será su “servicio”
(compare 20:4–6; 22:3).
VV.11–14. Las multitudes
angelicales se suman ahora a la canción de alabanza al Cordero (compare Daniel
7:10). La doxología se refiere al poder y bendiciones de Cristo al comienzo de
su reino (11:17) y es muy similar a la que se canta a Dios en 7:12. Toda la
creación en el cielo, la tierra, el mar y la morada de los muertos se une
finalmente a la hueste de ángeles y arcángeles (13).
Mientras que la alabanza en el cielo en
los vv. 8–12 celebra la iniciación por el Cordero del reino de la salvación, la
adoración universal de Dios y del Cordero espera su consumación en el futuro.
Lo mismo se aplica al himno de Filp. 2:6–11:
el Señor ha
recibido el nombre que es sobre todo nombre en su exaltación al trono de Dios;
su reconocimiento espera su manifestación en gloria.
Concluimos:
El
tema del capítulo 4 se resume: que todos los seres en el cielo y la
tierra alabarán y honrarán a Dios porque es el Creador y el Sustentador de
todo.
La escena del capítulo 5 nos muestra que
solo el Cordero, Jesucristo, es digno de abrir el rollo (los acontecimientos de
la historia). Él lo retiene, no Satanás. Jesucristo tiene el control de la
situación y solo Él es digno de poner en acción los acontecimientos de los
últimos tiempos.
Esta hermosa visión dada al amado Juan, nos muestra cómo Dios está tan interesado por el ser humano Creado a su semejanza, y cuida de él dándole alternativa que hay un mundo mejor después de la muerte, ya que es la Resurrección y la vida.
Así creía el apóstol Juan y cuánto debemos nosotros confiar en sus promesas dadas en el libro de Apocalipsis = Revelación dada a todos aquellos que le siguen, recuerde que esta vida es efímera y pasajera, cuántos años vivirás en esta tierra amigo (a), ¿30, 50, 60, 70, 100 años?, no más.
___________
Notas
y Bibliografía:
[1] G4245 πρεσβύτερος = presbúteros: comparativo
de πρέσβυς = présbus (anciano); más anciano; como sustantivo,
anciano; específicamente miembro del sahedrín israelita (también
figurativamente miembro del concilio celestial) o «presbítero» cristiana:- viejo,
anciano, antiguo, mayor. (Strong).
[2] jepta = (ἑπτά,
G2033), de donde se
derivan los términos castellanos que comienzan con ept –, se corresponde con el
hebreo, seba (relacionado con saba, que significa pleno, abundante). Se utiliza
en ocasiones como una expresión de plenitud (p.ej., Ruth 4:15); por lo general
expresa integridad, y se utiliza con la mayor frecuencia en Apocalipsis; no se
encuentra en el Evangelio de Juan, ni entre Hechos y Apocalipsis, con la
excepción de Heb.11:30 (en Rom.11:4 el número es jeptakisquilioi = siete mil);
en Mateo 22:26 se traduce «séptimo» (rv traduce «hasta los siete»).
Nota: En 2 P.2:5:
«Noé… con
otras siete personas» es una traducción al castellano idiomático del
modismo griego «Noé
el octavo» (como traduce literalmente Besson). Véase OCTAVO, Nº 1.
(VINE).
- e-Sword-the. LEDD.
- Biblia de Estudio RYRIE.
- Pastor: Carlos Ramírez Jiménez.
18//08//2016.
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