La
Potencialidad: De La Fe:
(Lucas 19:1-10; 17:5-6)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
“Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad… Y
sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico,… procuraba
ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de
estatura… Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque
había de pasar por allí…”.
(Lucas
19:1-10)
Introducción:
En un mundo materialista como el
nuestro, somos tentados a creer que las únicas cosas reales son las que
experimentamos con nuestros cinco sentidos. No obstante, “hay cosas que no podemos ver; cosas a
nuestras espaldas o lejos de nosotros, más todas aquellas que están en la
oscuridad”, dijo C. S. Lewis.
Hay
otra esfera de la realidad tan cierta y tan sustancial como cualquier cosa que
vemos, oímos, palpamos, gustamos u olfateamos en este mundo. Existe a nuestro
alrededor… no en algún lugar “por ahí”. Hay legiones de ángeles
ayudándonos, para los cuales el mundo no tiene tácticas defensivas (Hebreos
1:14).
Con un plan perfecto y una provisión
perfecta, Dios extiende Su mano para alcanzarnos. Tenemos solamente dos
opciones:
-Podemos optar por creer lo que Dios nos dice y recibir lo que
tiene, o
-podemos optar por no creer y no recibir.
En Lucas 10 encontramos la historia de
la respuesta de un hombre a la invitación del Señor Jesucristo.
Habiendo entrado
Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. Y sucedió que un varón llamado
Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, procuraba ver quién era Jesús; pero
no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. Y corriendo
delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí.
Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo:
Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa.
Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso. Al ver esto, todos murmuraban,
diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador. Entonces Zaqueo, puesto
en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres;
y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. Jesús le
dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham.
Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. (Lucas
19:1-10)
I. LA BÚSQUEDA DE ZAQUEO:
Para los judíos de la época de Jesús
había pocas clases de gente más odiadas que los publicanos, hombres judíos que
recogían los impuestos en Israel para el Imperio Romano. Zaqueo, cuyo nombre
significa "puro"
ha de haber sido un desechado del judaísmo, considerado impuro religiosamente,
y además traidor políticamente.
Como el otro publicano, el apóstol
Mateo, Zaqueo no hubiera sido recibido en las casas o en las ocasiones sociales
de judíos de "abolengo".
Sus únicos amigos han de haber sido del círculo de personas que los líderes
religiosos llamaban "pecadores".
Zaqueo
buscaba algo, no sabía exactamente qué. Pero una cosa sí sabía, que le era
importante ver a este hombre Jesús. Sin advertirlo Zaqueo, mucho antes de que
pusiera él su mirada en Jesús, Jesús ya había puesto Su mirada en él. Zaqueo
era buscado por la gracia de Dios.
Antes de llegar al árbol y mirar hacia
arriba, Jesús sabía dónde estaba Zaqueo física y espiritualmente. Sabía que éste
era un hombre que había sido hostigado y despreciado toda su vida, un hombre
pequeño, un hombre odiado a quien los demás se deleitaba en insultar y
vivificar. Jesús conocía cada humillación de la que Zaqueo había sido víctima
en su vida.
Jesús
también conocía la otra cara de la moneda. Conocía cada fraude que Zaqueo
se había complacido en hacer, podía contar cada centavo que había exprimido de
cada mercader y comerciante en Jericó. Aun así Jesús, el Hijo de Dios sin pecado,
se detuvo y levantó Su vista para hacer contacto con el hombre que todos
despreciaban. El hombre más importante en Palestina, el hombre más importante
del universo, tanto deseaba pasar un rato con Zaqueo que Él se invitó a sí
mismo:
"Es necesario que pose yo en tu casa".
Antes de que Zaqueo pudiera tener un
encuentro con Jesús el Señor tuvo que buscarlo. Jesús anhelaba este encuentro
desde la eternidad. Había visto a Zaqueo antes de crearlo y había determinado
morir por él en la cruz.
¿Cómo respondió Zaqueo a la invitación
de Jesús? "Lo
recibió con gozo...". Al instante que abrió su corazón al Señor
Jesucristo, la salvación vino a la casa de Zaqueo. La caridad y restitución que
Zaqueo prometió en Lucas 19:8 no eran requisitos para ser salvo. Lo que él dio voluntariamente
fue una respuesta de su salvación. Jesús no requirió nada de Zaqueo sino el
tener fe en Él. Dios se deleita cuando Sus hijos dan "no con tristeza, ni por necesidad",
más con generosidad y con alegría (2 Cor. 9:7), pero la fe es lo único que se
ha requerido para ser salvo.
Para los que se escandalizaron de que
Jesús entrara a la casa de un "pecador", Jesús tuvo una respuesta
en el versículo 10: Su única misión en la vida era buscar y salvar a los
perdidos, los pecadores.
“Porque el Hijo del Hombre
vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”.
(Lucas 19:10)
"Buscar"[1] es el infinitivo
aoristo zetéo, "perseguir", la cual significa buscar
hasta encontrar lo que se busca. David usa un vocablo comparable del Antiguo
Testamento en el Salmo 23 cuando declara "ciertamente el bien y la misericordia me seguirán
todos los días de mi vida". La palabra tenía un significado
mucho más intenso de lo que refleja la traducción "seguirán".
Significaba seguir los rastros a alguien o algo hasta encontrarlo, perseguir
con pasión.
Con
intensidad apasionada Jesucristo había buscado a Zaqueo. Con la misma
intensidad todavía busca al perdido. Él es el iniciador, el que nos sigue los
rastros. Lo único que pide de nosotros es que nos dejemos encontrar y ser
llevados a un lugar seguro, que recibamos por fe la vida que únicamente Él
puede dar.
Una vez que por
fe hemos recibido la vida, descubrimos que hay una sola manera de vivirla: por
la fe. Hebreos 11:6 nos dice que sin la fe es imposible agradar a Dios. Si sólo
la fe agrada a Dios, entonces una de las cosas más grandiosas que podemos decir
en la vida es lo que dijeron los apóstoles en Lucas 17.
II. PIDIENDO AYUDA AL SEÑOR:
“Dijeron los apóstoles al Señor:
Auméntanos la fe”.
(Lucas 17:5).
¿Qué causó que a los apóstoles, quienes
generalmente eran cabezas duras, reconocieran su gran necesidad de tener más
fe? Fue una de esas situaciones simples y comunes de la vida. Jesús acababa de
decirles que se perdonan unos a otros. Les había dicho que si su hermano pecaba contra ellos siete veces al día y se acercaba siete veces para pedir
perdón, debían perdonarle.
“Entonces se le acercó
Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra
mí? ¿Hasta siete?... Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta
setenta veces siete”.
(Mateo 18:21-22)
NOTA: La consecuencia de no perdonar a
los hermanos (18:21-35). Los discípulos le hicieron a Jesús dos preguntas en el cap. 18: ¿Quién es el más
importante en el reino...? (v.
1) y ¿cuántas veces debo perdonar a mi hermano? (v. 21). Las preguntas
revelan mucho en cuanto a la persona que hace la pregunta. La primera pregunta
fue hecha por el grupo de discípulos, y la segunda por Pedro. Ambas preguntas
revelan gran ignorancia en cuanto a la naturaleza del reino. Seguramente Pedro
pensaba que perdonar hasta siete veces (v. 21) sería muy generoso.
Quizá estaba pensando en una regla
rabínica que decía: “Nadie tiene derecho de pedir
perdón a su prójimo más de tres veces”. El Talmud babilónico declara: “Cuando un hombre peca contra otro, le perdonan una vez, le
perdonan dos veces, le perdonan tres veces, pero la cuarta vez no le perdonan”.
En un relato similar en Mateo 18, Pedro
se había acercado a Jesús y le había preguntado algo así: "Señor, si mi hermano peca contra mí
siete veces y le perdonó siete veces, ¿puedo entonces darle lo que se
merece?".
Quizá
le parecía a Pedro que su hermano Andrés ya había llegado al límite. Es probable que
se sintiera satisfecho de sí mismo por estar dispuesto a perdonar a su hermano
siete veces. Pero el Señor miró a Pedro y le dijo: "Setenta veces siete".
Jesús les estaba diciendo a sus
discípulos que perdonaran y perdonaran y volvieran a perdonar, 490 veces al día
si fuera necesario. Y la reacción de los discípulos fue: "Para esto vamos a necesitar la fe.
Señor, aumenta nuestra fe".
Fe:
1.
La fe desata la omnipotencia de Dios. Omnipotencia
significa poder divino; En Romanos
1:16 Pablo escribe "Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de
Dios para salvación a todo aquel qué cree". el
poder de Dios está a nuestra disposición, pero sólo lo podemos activar con la
fe.
2.
La fe es un resumen en una sola palabra de la vida cristiana. Habacuc
2:4, Romanos 1:17, Gálatas 3:11, y Hebreos 10:38 nos dicen que "el justo" por la fe vivirá. "Por fe" es
la única manera de vivir la vida abundante que Cristo prometió (Jn. 10:10).
Cualquier cosa que nos aparta de la fe nos roba vida espiritual.
3.
La fe es el fundamento de nuestra esperanza en Cristo. Hebreos 11:1 nos dice que la fe es sustancia; la fe es prueba. El sustantivo
de la palabra fe puede significar dos cosas:
- Subjetivamente es el hecho de creer;
- objetivamente es el contenido de lo que creemos.
Nuestra fe nunca puede ser más fuerte que el objeto de nuestra
fe. Para el cristiano, el objeto es Jesucristo, la Palabra viva revelada en la
Palabra escrita.
4.
La fe se obtiene por medio del estudio de la Palabra de Dios. Romanos 10:17 nos dice que "la fe es por el
oír, y el oír, por la palabra de Dios". Cada
creyente necesita escuchar la enseñanza de la Palabra. Primera Tesalonicenses 2:13 declara que la Palabra de Dios hace su obra en nosotros los que
creemos. Después del estudio debe haber acción para que seamos hacedores de la Palabra
y no sólo oidores (Stg.
1:21, 22).
5.
Sólo la fe puede complacer a Dios. Hebreos 11:2 y 11:6 afirman que sólo la fe complace a Dios. Cuando Dios está
complacido de nosotros, sucede una cosa asombrosa: nos sentimos felices. Como
Creador, Dios plantó en cada alma un mecanismo que no puede encontrar
contentamiento o verdadera satisfacción sin Su voluntad. Ya que Dios nos ama,
lo que le complace más a El resulta ser lo mejor para nosotros. Por lo tanto,
complacer a Dios es encontrar satisfacción absoluta. Sin fe es imposible
agradar a Dios y sin complacer a Dios es imposible ser feliz.
6.
La fe es el fundamento de las virtudes cristianas. Las virtudes cristianas se edifican en una trinidad: la fe, la
esperanza y el amor (1
Cor. 13:13; 1 P. 1:12-22). Al aumentar
nuestra fe, empezamos a tener esperanza. La esperanza bíblica que significa seguridad
absoluta nos permite tener una actitud relajada hacia otras personas. Sin una
actitud mental relajada, nunca podremos amar. Demostramos amor al prójimo por
sencillos actos de consideración y cortesía. Cuando ya no los hacemos es que hemos
perdido el amor porque, en alguna parte de nuestro camino, hemos descartado la
fe.
7.
La fe obra. La fe es poder; es dinámica. La fe
no puede dejar de obrar. Su naturaleza es obrar (Stg. 2:14, 17, 26). La
fe obra en lo imposible, en lo desesperado, en lo impotente. Fuimos creados por
Jesucristo para buenas obras
(Ef. 2:8-10). Las obras sin fe de
nada valen; la fe sin obras es muerta.
8.
Sólo la fe puede vencer al mundo. "Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y
esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe", dice el apóstol en 1 Juan 5:4, 5. Si creemos
que Él es el Hijo de Dios y si contamos con Su presencia, ¿por qué nos
preocupamos?
"Aumenta"[2] es prostítemi.
Títemi
significa "colocar".
Pros significa "cara
a cara" o "antes". Prostítemi era un término
bancario que significaba hacer un depósito. Estaban diciendo: "Señor,
no tenemos lo suficiente para encarar esto; necesitamos que deposites más fe a
nuestra cuenta".
¿Por
qué?
Porque estaba demandando de ellos una cosa de lo más práctico: que
perdonaran.
La fe es práctica. Se relaciona a cada
aspecto de la vida, y una de las áreas de más grande necesidad en nuestra vida
es el de las relaciones personales. Tenemos que vernos todos los días con gente
que nos hace enojar, que agotan nuestra paciencia, que nos provocan en exceso.
La solución del Señor no es que
cambiemos la conducta de los demás, sino que aprendamos de Su gracia. Si queremos
aprender a perdonar a otros como Dios en Cristo nos perdonó a nosotros (Ef.
4:32) necesitaremos fe.
Entonces
el Señor dijo: Si
tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate,
y plántate en el mar; y os obedecerá (Lucas 17:6).
Cuando los discípulos piden a Jesús que
aumente la fe de ellos, Jesús contesta explicando cómo funciona la fe. Les está
diciendo que no es el tamaño o la cantidad, sino el objeto de su fe lo que
importa. Si tienen fe como un grano de mostaza, les dice, pueden lograr
cualquier cosa.
Según Mateo 13:31,32, el grano de mostaza
es la más pequeña de las semillas de la huerta doméstica y, sin embargo, crece
hasta ser el mayor de los arbustos. Jesús usa el grano de mostaza para ilustrar
su enseñanza porque representa el crecimiento desde lo más pequeño hasta lo más
grande. La cuestión no es cuánta fe tenemos, sino en lo que ponemos nuestra fe.
El poder no radica en la persona que tiene fe, ni en la fe por sí sola. El
poder radica en el objeto de la fe. El único objeto correcto de fe en el
universo es Jesucristo. En la Biblia tenemos "la mente de Cristo".
Nuestra fe puede ser muy pequeña, pero
si descansa en la verdad del Dios Todopoderoso, puede lograr lo imposible.
En este pasaje, Jesús sólo les dice a sus
discípulos cómo funciona la fe. En Romanos 10:17 el apóstol Pablo nos dice de
dónde viene la fe: "Así es que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de
Dios".
Si queremos aumentar nuestra fe,
necesitamos aumentar nuestro estudio de la Palabra. Si queremos confiar más en
Dios, necesitamos conocerle mejor. Si conocemos más de la persona de Jesucristo
y sabemos más de Su Palabra, nuestra fe adquirirá poder porque el poder radica
en el objeto.
Maneras De
Aprender:
Todo aprendizaje humano comienza con la fe. Cuando un infante ve
la foto de un elefante por primera vez, mira a su mamá con una expresión que
dice: "¿Qué es esto?". Cuando ella le responde que es un elefante, él lo cree y ha
habido aprendizaje. La próxima vez que vea esa foto, probablemente la señalará
con el dedo exclamando "¡Elefante!".
El alumno que desafía a su maestro diciendo: "Deme pruebas de que 1 + 1 = 2 si no,
¡no lo creeré!" descubrirá que el
aprendizaje se detiene abruptamente en su vida. Si se niega a tener la fe en la
fórmula, no podrá constatar el saldo de su chequera. Pero eso no importará
porque si no tiene la fe para dominar las bases de la matemática, lo más
probable es que nunca gane lo suficiente como para necesitar una chequera.
Hay tres métodos básicos para aprender:
- el empirismo,
- el racionalismo, y
- la fe.
1) Empirismo, es confiar en
nuestras percepciones sensoriales para descubrir la verdad. Es la base de la
investigación científica. El empírico dice: "Lo
creeré solamente si lo puedo ver o tocar",
Pero el empirismo tiene su defecto porque hay tantas cosas que no pueden ser
vistas o medidas o explicadas.
2) Racionalismo, es confiar en la razón humana para descubrir la verdad. Su
unidad de medida es el intelecto humano. El racionalista dice: "Lo creeré solamente si puedo razonarlo con la lógica humana". Pero el racionalismo tiene su defecto porque nunca puede ir
más allá de los límites restringidos de la inteligencia humana.
3)
Fe, es confiar en la
palabra de alguien en quien confiamos, alguien con más experiencia que
nosotros, para descubrir la verdad.
En el sentido
bíblico, fe es confiar en la Palabra inspirada de Dios. El hombre o la mujer de
fe dice: "Porque Dios
lo dijo, yo lo creo, y a su tiempo lo veré y lo entenderé". Aunque el empirismo y el racionalismo tienen su lugar en los
descubrimientos y en la educación, ninguno de los dos sirve en los intentos del
hombre de encontrar o conocer a Dios. El apóstol Pablo en 1 Corintios 1
aclara muy bien que Dios planeó que el hombre lo encontrara no por su percepción
sensorial, ni por su intelecto humano, sino solamente por la fe.
Isaías 55:8-11 destaca cuán inmensamente superiores son los pensamientos y los
caminos de Dios a ios
pensamientos y ios caminos de los
hombres. Dios es omnisciente y omnipresente, sabe todas las cosas y está en
todo lugar. Sabía el final de la historia humana antes de que comenzara. Dios
es perfectamente justo, perfectamente ecuánime. Nunca miente y siempre cumple
Su Palabra. Dios es digno de confianza. Siempre se puede confiar en Él, y sólo
la fe lo complace (Heb.
11:6).
Palabras Hebreas
Que Significan Fe:
Ya que los judíos pensaban en términos concretos en lugar de abstractos,
las palabras hebreas tenían como fin formar imágenes mentales. En el Antiguo
Testamento encontramos cinco imágenes mentales de la fe. Estas imágenes son
progresivas e ilustran los pasos del crecimiento espiritual:
1. Amén
significa "apoyarse con el fin de sostenerse". Por lo general se
traduce "creer". Se usa al
referirse a la fe para salvación e ilustra a alguien apoyándose en Dios. Génesis 15:6 nos dice que
Abraham "creyó a Jehová, y le fue
contado por justicia"; Esta "fe que se
apoya" es la fe de la niñez espiritual.
2. Bataj es un
vocablo de la lucha libre y presenta la imagen de alguien estrellando a su
contrincante sobre la lona. Generalmente se
traduce "confiar", encontramos la
palabra en el Salmo 55:22: "Echa sobre
Jehová tu carga, y él te sustentará". La "fe que lucha" se puede comparar a la
experiencia de la adolescencia espiritual, la etapa en que el creyente,
habiendo adquirido algo de conocimiento bíblico, empieza a sumarse al conflicto
espiritual.
3. Jasá
significa "escaparse a un refugio" como un conejo cuando busca
protección en la hendidura de una roca al ser perseguido por los lobos. Es la fe de la madurez espiritual cuando el creyente puede ser
audaz y seguro porque ya comprende que el Señor es su fortaleza, su resguardo,
su escudo, su liberador (Salmo
144:2). David, estando en la cueva de Adulam a donde había huido para
salvarse del rey Saúl, comprendió este tipo de fe "Porque en ti ha confiado mi alma" (Salmo 57:1).
4. Yaqal
significa "confiar estando en un dolor extremo, confiar bajo presión".
Por lo general se traduce como "esperanza" y presenta la
imagen de alguien aplicando una savia curativa a una herida. Esta es la fe que
cura las heridas que los héroes espirituales sufren en su avance. Job mostró
tener el corazón de un héroe de la fe cuando escribió en lo peor de su
aflicción "aunque él me matare, en él
esperaré" (Job 13:15).
Jeremías, afligido por la destrucción babilónica de Jerusalén y la
cautividad de su pueblo, pudo encarar un nuevo día por tener este tipo de fe (Lam. 3:21).
5. Qavá, la
palabra hebrea más fuerte que significa fe, se traduce como
"esperar". La palabra originalmente se usaba en el proceso de tomar hebras
débiles que se rompían fácilmente y trenzarse hasta hacer cuerdas imposibles
de romper. Qavá es la persistencia
paciente que viene de trenzar promesas, principios, doctrinas de la Palabra de
Dios en la soga irrompible de la fe. Esta es la fe del amigo de Dios. Isaías
40:31 promete que los que esperan en el Señor "tendrán
nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán,
y no se fatigarán".
Concluimos:
La fe es el
medio por el cual podemos “ver” ese mundo invisible. Esta es la
verdadera función de la creencia. La fe es en la esfera espiritual lo que los
cinco sentidos son en la natural.
El escritor de Hebreos dice que la fe es
“la convicción
de lo que no se ve” (Hebreos 112:1). Por fe, reconocemos la
existencia del mundo espiritual y aprendemos a depender del Señor para que nos
ayude en nuestra vida diaria.
Nuestra meta, entonces –como dijera una
vez George MacDonald- es “desarrollar ojos” que vean lo invisible.
LA
FE VE COSAS QUE NO ESTÁN A LA VISTA:
El padre de la fe Abraham: Un hijo, Un territorio, Una nación como las estrella:
__________
Notas y Bibliografía:
[1] zeteo = (ζητέω, G2212)
significa:
(a) buscar, ir
en pos de
(p.ej., Mateo 7:7-8; 13:45; Lucas 24:5; Juan 6:24); conspirar contra la vida de
una persona (Mateo 2:20 : «procuraban»; Hechos 21:31; Rom.11:3);
metafóricamente, tratar, pensando, de buscar cómo hacer algo, o qué obtener
(p.ej., Marcos 11:18; Lucas 12:29, vm: «no andéis buscando»); tratar de
dilucidar un significado (Juan 6:19: «¿Preguntáis entre vosotros?»); buscar a
Dios (Hechos 17:27; Rom.10:20);
(b) tratar de
hacer algo, desear
(p.ej., Mateo 12:46; vm: «buscando medio de hablar»; Lucas 9:9: «procuraba
verle»; Juan 7:19 : «procuráis»); de buscar el Reino de Dios y su justicia, en
el sentido de codiciar ansiosamente, de ir decididamente en pos de ello (Mateo 6:33);
«las cosas de arriba» (Col.3:1); «paz» (1 P.3:11); requerir o demandar, pedir
(p.ej., Marcos 8:12; Lucas 11:29 , algunos mss. tienen aquí el Nº 4; 1 Cor.4:2:
«se requiere»; 2 Cor.13:3: «buscáis»). Véanse DEMANDAR, PEDIR, PREGUNTAR,
PREOCUPAR (SE), PROCURAR, QUERER. (VINE).
[2] G2254 ἡμῖν = jemín: dativo plural de G1473; a (o por,
con, por medio de) nosotros:- nosotros. (Strong).
prostithemi = (προστίθημι, G4369) , poner a (pros =
a; tithemi = poner), añadir, o poner al lado (significado primario). Se traduce
en la mayor parte de los pasajes en que aparece como «añadir» a su estatura
(p.ej., Mateo 6:24); como «aumentar» en la petición «auméntanos la fe» (Lucas 17:5);
como «volvió» a enviar (Lucas 20:11-12), esto es, «de nuevo», lit: «añadió y
envió»; o, parafraseando, «además envió»; como «prosiguió» (Lucas 19:11), que
lit. Es, «añadiendo, dijo». En Hechos 12:3, «procedió también a prender», se
usa de repetir o continuar la acción mencionada por el verbo siguiente; en Hechos
13:36, «fue reunido con»; lit: «fue añadido a»; en Heb.12:19, «que no se les
hablase más»; lit: «que no se añadiera palabra». En Gal.3:19, «Entonces, ¿para
qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones». Aquí no hay
contradicción con lo que se dice en el v. 15, donde la palabra es epidiatasso
(véase Nº 2), porque esta última palabra comunica la idea de suplementar un
acuerdo previamente hecho. En el v. 19 el significado no es que se hubiera
añadido algo a la promesa en vistas a completarla, cosa que el apóstol niega,
sino que se había dado algo en añadidura a la promesa, como en Rom.5:20, «la
ley entró además» (vm). Véanse AGREGAR, AÑADIR, AUMENTAR, PROCEDER, PROSEGUIR,
REUNIR, VOLVER. (VINE).
- e- Sword-the. LEDD.
- Biblia de Estudio RYRIE.
- Gene Cunningham. Las Bases de la Fe.
- Pastor: Carlos Ramírez Jiménez.
29//08//2016.
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