lunes, 29 de agosto de 2016

La Potencialidad: De La Fe: (Lucas 19:1-10; 17:5-6)

La Potencialidad: De La Fe:
(Lucas 19:1-10; 17:5-6)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

“Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad… Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico,… procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura… Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí…”.
(Lucas 19:1-10)
Introducción:
En un mundo materialista como el nuestro, somos tentados a creer que las únicas cosas reales son las que experimentamos con nuestros cinco sentidos. No obstante, “hay cosas que no podemos ver; cosas a nuestras espaldas o lejos de nosotros, más todas aquellas que están en la oscuridad”, dijo C. S. Lewis.
Hay otra esfera de la realidad tan cierta y tan sustancial como cualquier cosa que vemos, oímos, palpamos, gustamos u olfateamos en este mundo. Existe a nuestro alrededor… no en algún lugar “por ahí”. Hay legiones de ángeles ayudándonos, para los cuales el mundo no tiene tácticas defensivas (Hebreos 1:14).

Con un plan perfecto y una provisión perfecta, Dios extiende Su mano para alcanzarnos. Tenemos solamente dos opciones:
-Podemos optar por creer lo que Dios nos dice y recibir lo que tiene, o
-podemos optar por no creer y no recibir.
En Lucas 10 encontramos la historia de la respuesta de un hombre a la invitación del Señor Jesucristo.

Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí. Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa. Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador. Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. (Lucas 19:1-10)

I.       LA BÚSQUEDA DE ZAQUEO:

Para los judíos de la época de Jesús había pocas clases de gente más odiadas que los publicanos, hombres judíos que recogían los impuestos en Israel para el Imperio Romano. Zaqueo, cuyo nombre significa "puro" ha de haber sido un desechado del judaísmo, considerado impuro religiosamente, y además traidor políticamente.
Como el otro publicano, el apóstol Mateo, Zaqueo no hubiera sido recibido en las casas o en las ocasiones sociales de judíos de "abolengo". Sus únicos amigos han de haber sido del círculo de personas que los líderes religiosos llamaban "pecadores".
Zaqueo buscaba algo, no sabía exactamente qué. Pero una cosa sí sabía, que le era importante ver a este hombre Jesús. Sin advertirlo Zaqueo, mucho antes de que pusiera él su mirada en Jesús, Jesús ya había puesto Su mirada en él. Zaqueo era buscado por la gracia de Dios.
Antes de llegar al árbol y mirar hacia arriba, Jesús sabía dónde estaba Zaqueo física y espiritualmente. Sabía que éste era un hombre que había sido hostigado y despreciado toda su vida, un hombre pequeño, un hombre odiado a quien los demás se deleitaba en insultar y vivificar. Jesús conocía cada humillación de la que Zaqueo había sido víctima en su vida.

Jesús también conocía la otra cara de la moneda. Conocía cada fraude que Zaqueo se había complacido en hacer, podía contar cada centavo que había exprimido de cada mercader y comerciante en Jericó. Aun así Jesús, el Hijo de Dios sin pecado, se detuvo y levantó Su vista para hacer contacto con el hombre que todos despreciaban. El hombre más importante en Palestina, el hombre más importante del universo, tanto deseaba pasar un rato con Zaqueo que Él se invitó a sí mismo: "Es necesario que pose yo en tu casa".
Antes de que Zaqueo pudiera tener un encuentro con Jesús el Señor tuvo que buscarlo. Jesús anhelaba este encuentro desde la eternidad. Había visto a Zaqueo antes de crearlo y había determinado morir por él en la cruz.
¿Cómo respondió Zaqueo a la invitación de Jesús? "Lo recibió con gozo...". Al instante que abrió su corazón al Señor Jesucristo, la salvación vino a la casa de Zaqueo. La caridad y restitución que Zaqueo prometió en Lucas 19:8 no eran requisitos para ser salvo. Lo que él dio voluntariamente fue una respuesta de su salvación. Jesús no requirió nada de Zaqueo sino el tener fe en Él. Dios se deleita cuando Sus hijos dan "no con tristeza, ni por necesidad", más con generosidad y con alegría (2 Cor. 9:7), pero la fe es lo único que se ha requerido para ser salvo.
Para los que se escandalizaron de que Jesús entrara a la casa de un "pecador", Jesús tuvo una respuesta en el versículo 10: Su única misión en la vida era buscar y salvar a los perdidos, los pecadores.

“Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”.
(Lucas 19:10) 

"Buscar"[1] es el infinitivo aoristo zetéo, "perseguir", la cual significa buscar hasta encontrar lo que se busca. David usa un vocablo comparable del Antiguo Testamento en el Salmo 23 cuando declara "ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida". La palabra tenía un significado mucho más intenso de lo que refleja la traducción "seguirán". Significaba seguir los rastros a alguien o algo hasta encontrarlo, perseguir con pasión.
Con intensidad apasionada Jesucristo había buscado a Zaqueo. Con la misma intensidad todavía busca al perdido. Él es el iniciador, el que nos sigue los rastros. Lo único que pide de nosotros es que nos dejemos encontrar y ser llevados a un lugar seguro, que recibamos por fe la vida que únicamente Él puede dar.
Una vez que por fe hemos recibido la vida, descubrimos que hay una sola manera de vivirla: por la fe. Hebreos 11:6 nos dice que sin la fe es imposible agradar a Dios. Si sólo la fe agrada a Dios, entonces una de las cosas más grandiosas que podemos decir en la vida es lo que dijeron los apóstoles en Lucas 17.

II.     PIDIENDO AYUDA AL SEÑOR:

   
“Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe”.
                                                                  (Lucas 17:5).

¿Qué causó que a los apóstoles, quienes generalmente eran cabezas duras, reconocieran su gran necesidad de tener más fe? Fue una de esas situaciones simples y comunes de la vida. Jesús acababa de decirles que se perdonan unos a otros. Les había dicho que si su hermano pecaba contra ellos siete veces al día y se acercaba siete veces para pedir perdón, debían perdonarle.

“Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?... Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete”.
(Mateo  18:21-22)

NOTA: La consecuencia de no perdonar a los hermanos (18:21-35). Los discípulos le hicieron a Jesús dos preguntas en el cap. 18: ¿Quién es el más importante en el reino...? (v. 1) y ¿cuántas veces debo perdonar a mi hermano? (v. 21). Las preguntas revelan mucho en cuanto a la persona que hace la pregunta. La primera pregunta fue hecha por el grupo de discípulos, y la segunda por Pedro. Ambas preguntas revelan gran ignorancia en cuanto a la naturaleza del reino. Seguramente Pedro pensaba que perdonar hasta siete veces (v. 21) sería muy generoso.
Quizá estaba pensando en una regla rabínica que decía: “Nadie tiene derecho de pedir perdón a su prójimo más de tres veces”. El Talmud babilónico declara: “Cuando un hombre peca contra otro, le perdonan una vez, le perdonan dos veces, le perdonan tres veces, pero la cuarta vez no le perdonan”. 

En un relato similar en Mateo 18, Pedro se había acercado a Jesús y le había preguntado algo así: "Señor, si mi hermano peca contra mí siete veces y le perdonó siete veces, ¿puedo entonces darle lo que se merece?".

Quizá le parecía a Pedro que su hermano Andrés ya había llegado al límite. Es probable que se sintiera satisfecho de sí mismo por estar dispuesto a perdonar a su hermano siete veces. Pero el Señor miró a Pedro y le dijo: "Setenta veces siete".
Jesús les estaba diciendo a sus discípulos que perdonaran y perdonaran y volvieran a perdonar, 490 veces al día si fuera necesario. Y la reacción de los discípulos fue: "Para esto vamos a necesitar la fe. Señor, aumenta nuestra fe".

Fe:
1. La fe desata la omnipotencia de Dios. Omnipotencia significa poder divino; En Romanos 1:16 Pablo escribe "Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel qué cree". el poder de Dios está a nuestra disposición, pero sólo lo podemos activar con la fe.
2. La fe es un resumen en una sola palabra de la vida cristiana. Habacuc 2:4, Romanos 1:17, Gálatas 3:11, y Hebreos 10:38 nos dicen que "el justo" por la fe vivirá. "Por fe" es la única manera de vivir la vida abundante que Cristo prometió (Jn. 10:10). Cualquier cosa que nos aparta de la fe nos roba vida espiritual.
3. La fe es el fundamento de nuestra esperanza en Cristo. Hebreos 11:1 nos dice que la fe es sustancia; la fe es prueba. El sustantivo de la palabra fe puede significar dos cosas:
- Subjetivamente es el hecho de creer;
- objetivamente es el contenido de lo que creemos.
Nuestra fe nunca puede ser más fuerte que el objeto de nuestra fe. Para el cristiano, el objeto es Jesucristo, la Palabra viva revelada en la Palabra escrita.
4. La fe se obtiene por medio del estudio de la Palabra de Dios. Romanos 10:17 nos dice que "la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios". Cada creyente necesita escuchar la enseñanza de la Palabra. Primera Tesalonicenses 2:13 declara que la Palabra de Dios hace su obra en nosotros los que creemos. Después del estudio debe haber acción para que seamos hacedores de la Palabra y no sólo oidores (Stg. 1:21, 22).
5. Sólo la fe puede complacer a Dios. Hebreos 11:2 y 11:6 afirman que sólo la fe complace a Dios. Cuando Dios está complacido de nosotros, sucede una cosa asombrosa: nos sentimos felices. Como Creador, Dios plantó en cada alma un mecanismo que no puede encontrar contentamiento o verdadera satisfacción sin Su voluntad. Ya que Dios nos ama, lo que le complace más a El resulta ser lo mejor para nosotros. Por lo tanto, complacer a Dios es encontrar satisfacción absoluta. Sin fe es imposible agradar a Dios y sin complacer a Dios es imposible ser feliz.
6. La fe es el fundamento de las virtudes cristianas. Las virtudes cristianas se edifican en una trinidad: la fe, la esperanza y el amor (1 Cor. 13:13; 1 P. 1:12-22). Al aumentar nuestra fe, empezamos a tener esperanza. La esperanza bíblica que significa seguridad absoluta nos permite tener una actitud relajada hacia otras personas. Sin una actitud mental relajada, nunca podremos amar. Demostramos amor al prójimo por sencillos actos de consideración y cortesía. Cuando ya no los hacemos es que hemos perdido el amor porque, en alguna parte de nuestro camino, hemos descartado la fe.
7. La fe obra. La fe es poder; es dinámica. La fe no puede dejar de obrar. Su naturaleza es obrar (Stg. 2:14, 17, 26). La fe obra en lo imposible, en lo desesperado, en lo impotente. Fuimos creados por Jesucristo para buenas obras (Ef. 2:8-10). Las obras sin fe de nada valen; la fe sin obras es muerta.
8. Sólo la fe puede vencer al mundo. "Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe", dice el apóstol en 1 Juan 5:4, 5. Si creemos que Él es el Hijo de Dios y si contamos con Su presencia, ¿por qué nos preocupamos?

"Aumenta"[2] es prostítemi. Títemi significa "colocar". Pros significa "cara a cara" o "antes". Prostítemi era un término bancario que significaba hacer un depósito. Estaban diciendo: "Señor, no tenemos lo suficiente para encarar esto; necesitamos que deposites más fe a nuestra cuenta".
¿Por qué? Porque estaba demandando de ellos una cosa de lo más práctico: que perdonaran.
La fe es práctica. Se relaciona a cada aspecto de la vida, y una de las áreas de más grande necesidad en nuestra vida es el de las relaciones personales. Tenemos que vernos todos los días con gente que nos hace enojar, que agotan nuestra paciencia, que nos provocan en exceso.
La solución del Señor no es que cambiemos la conducta de los demás, sino que aprendamos de Su gracia. Si queremos aprender a perdonar a otros como Dios en Cristo nos perdonó a nosotros (Ef. 4:32) necesitaremos fe.

Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecerá (Lucas 17:6).
Cuando los discípulos piden a Jesús que aumente la fe de ellos, Jesús contesta explicando cómo funciona la fe. Les está diciendo que no es el tamaño o la cantidad, sino el objeto de su fe lo que importa. Si tienen fe como un grano de mostaza, les dice, pueden lograr cualquier cosa.
Según Mateo 13:31,32, el grano de mostaza es la más pequeña de las semillas de la huerta doméstica y, sin embargo, crece hasta ser el mayor de los arbustos. Jesús usa el grano de mostaza para ilustrar su enseñanza porque representa el crecimiento desde lo más pequeño hasta lo más grande. La cuestión no es cuánta fe tenemos, sino en lo que ponemos nuestra fe. El poder no radica en la persona que tiene fe, ni en la fe por sí sola. El poder radica en el objeto de la fe. El único objeto correcto de fe en el universo es Jesucristo. En la Biblia tenemos "la mente de Cristo".
Nuestra fe puede ser muy pequeña, pero si descansa en la verdad del Dios Todopoderoso, puede lograr lo imposible.
En este pasaje, Jesús sólo les dice a sus discípulos cómo funciona la fe. En Romanos 10:17 el apóstol Pablo nos dice de dónde viene la fe: "Así es que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios".
Si queremos aumentar nuestra fe, necesitamos aumentar nuestro estudio de la Palabra. Si queremos confiar más en Dios, necesitamos conocerle mejor. Si conocemos más de la persona de Jesucristo y sabemos más de Su Palabra, nuestra fe adquirirá poder porque el poder radica en el objeto.

Maneras De Aprender:
Todo aprendizaje humano comienza con la fe. Cuando un infante ve la foto de un elefante por primera vez, mira a su mamá con una expresión que dice: "¿Qué es esto?". Cuando ella le responde que es un elefante, él lo cree y ha habido aprendizaje. La próxima vez que vea esa foto, probablemente la señalará con el dedo exclamando "¡Elefante!".
El alumno que desafía a su maestro diciendo: "Deme pruebas de que 1 + 1 = 2 si no, ¡no lo creeré!" descubrirá que el aprendizaje se detiene abruptamente en su vida. Si se niega a tener la fe en la fórmula, no podrá constatar el saldo de su chequera. Pero eso no importará porque si no tiene la fe para dominar las bases de la matemática, lo más probable es que nunca gane lo suficiente como para necesitar una chequera.
Hay tres métodos básicos para aprender:
- el empirismo,
- el racionalismo, y
- la fe.
1) Empirismo, es confiar en nuestras percepciones sensoriales para descubrir la verdad. Es la base de la investigación científica. El empírico dice: "Lo creeré solamente si lo puedo ver o tocar", Pero el empirismo tiene su defecto porque hay tantas cosas que no pueden ser vistas o medidas o explicadas.
2) Racionalismo, es confiar en la razón humana para descubrir la verdad. Su unidad de medida es el intelecto humano. El racionalista dice: "Lo creeré solamente si puedo razonarlo con la lógica humana". Pero el racionalismo tiene su defecto porque nunca puede ir más allá de los límites restringidos de la inteligencia humana.
3) Fe, es confiar en la palabra de alguien en quien confiamos, alguien con más experiencia que nosotros, para descubrir la verdad.
En el sentido bíblico, fe es confiar en la Palabra inspirada de Dios. El hombre o la mujer de fe dice: "Porque Dios lo dijo, yo lo creo, y a su tiempo lo veré y lo entenderé". Aunque el empirismo y el racionalismo tienen su lugar en los descubrimientos y en la educación, ninguno de los dos sirve en los intentos del hombre de encontrar o conocer a Dios. El apóstol Pablo en 1 Corintios 1 aclara muy bien que Dios planeó que el hombre lo encontrara no por su percepción sensorial, ni por su intelecto humano, sino solamente por la fe.
Isaías 55:8-11 destaca cuán inmensamente superiores son los pensamientos y los caminos de Dios a ios pensamientos y ios caminos de los hombres. Dios es omnisciente y omnipresente, sabe todas las cosas y está en todo lugar. Sabía el final de la historia humana antes de que comenzara. Dios es perfectamente justo, perfectamente ecuánime. Nunca miente y siempre cumple Su Palabra. Dios es digno de confianza. Siempre se puede confiar en Él, y sólo la fe lo complace (Heb. 11:6).

Palabras Hebreas Que Significan Fe:
Ya que los judíos pensaban en términos concretos en lugar de abstractos, las palabras hebreas tenían como fin formar imágenes mentales. En el Antiguo Testamento encontramos cinco imágenes mentales de la fe. Estas imágenes son progresivas e ilustran los pasos del crecimiento espiritual:
1. Amén significa "apoyarse con el fin de sostenerse". Por lo general se traduce "creer". Se usa al referirse a la fe para salvación e ilustra a alguien apoyándose en Dios. Génesis 15:6 nos dice que Abraham "creyó a Jehová, y le fue contado por justicia"; Esta "fe que se apoya" es la fe de la niñez espiritual.
2. Bataj es un vocablo de la lucha libre y presenta la imagen de alguien estrellando a su contrincante sobre la lona. Generalmente se traduce "confiar", encontramos la palabra en el Salmo 55:22: "Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará". La "fe que lucha" se puede comparar a la experiencia de la adolescencia espiritual, la etapa en que el creyente, habiendo adquirido algo de conocimiento bíblico, empieza a sumarse al conflicto espiritual.
3. Jasá significa "escaparse a un refugio" como un conejo cuando busca protección en la hendidura de una roca al ser perseguido por los lobos. Es la fe de la madurez espiritual cuando el creyente puede ser audaz y seguro porque ya comprende que el Señor es su fortaleza, su resguardo, su escudo, su liberador (Salmo 144:2). David, estando en la cueva de Adulam a donde había huido para salvarse del rey Saúl, comprendió este tipo de fe "Porque en ti ha confiado mi alma" (Salmo 57:1).
4. Yaqal significa "confiar estando en un dolor extremo, confiar bajo presión". Por lo general se traduce como "esperanza" y presenta la imagen de alguien aplicando una savia curativa a una herida. Esta es la fe que cura las heridas que los héroes espirituales sufren en su avance. Job mostró tener el corazón de un héroe de la fe cuando escribió en lo peor de su aflicción "aunque él me matare, en él esperaré" (Job 13:15). Jeremías, afligido por la destrucción babilónica de Jerusalén y la cautividad de su pueblo, pudo encarar un nuevo día por tener este tipo de fe (Lam. 3:21).
5. Qavá, la palabra hebrea más fuerte que significa fe, se traduce como "esperar". La palabra originalmente se usaba en el proceso de tomar hebras débiles que se rompían fácilmente y trenzarse hasta hacer cuerdas imposibles de romper. Qavá es la persistencia paciente que viene de trenzar promesas, principios, doctrinas de la Palabra de Dios en la soga irrompible de la fe. Esta es la fe del amigo de Dios. Isaías 40:31 promete que los que esperan en el Señor "tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán".

Concluimos:

La fe es el medio por el cual podemos “ver” ese mundo invisible. Esta es la verdadera función de la creencia. La fe es en la esfera espiritual lo que los cinco sentidos son en la natural.
El escritor de Hebreos dice que la fe es “la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 112:1). Por fe, reconocemos la existencia del mundo espiritual y aprendemos a depender del Señor para que nos ayude en nuestra vida diaria.
Nuestra meta, entonces –como dijera una vez George MacDonald- es “desarrollar ojos” que vean lo invisible.

LA FE VE COSAS QUE NO ESTÁN A LA VISTA:


     El padre de la fe Abraham: Un hijo, Un territorio, Una nación como las estrella:


__________
Notas y Bibliografía:
[1] zeteo = (ζητέω, G2212) significa:
(a) buscar, ir en pos de (p.ej., Mateo 7:7-8; 13:45; Lucas 24:5; Juan 6:24); conspirar contra la vida de una persona (Mateo 2:20 : «procuraban»; Hechos 21:31; Rom.11:3); metafóricamente, tratar, pensando, de buscar cómo hacer algo, o qué obtener (p.ej., Marcos 11:18; Lucas 12:29, vm: «no andéis buscando»); tratar de dilucidar un significado (Juan 6:19: «¿Preguntáis entre vosotros?»); buscar a Dios (Hechos 17:27; Rom.10:20);
(b) tratar de hacer algo, desear (p.ej., Mateo 12:46; vm: «buscando medio de hablar»; Lucas 9:9: «procuraba verle»; Juan 7:19 : «procuráis»); de buscar el Reino de Dios y su justicia, en el sentido de codiciar ansiosamente, de ir decididamente en pos de ello (Mateo 6:33); «las cosas de arriba» (Col.3:1); «paz» (1 P.3:11); requerir o demandar, pedir (p.ej., Marcos 8:12; Lucas 11:29 , algunos mss. tienen aquí el Nº 4; 1 Cor.4:2: «se requiere»; 2 Cor.13:3: «buscáis»). Véanse DEMANDAR, PEDIR, PREGUNTAR, PREOCUPAR (SE), PROCURAR, QUERER. (VINE).
[2] G2254 ἡμῖν = jemín: dativo plural de G1473; a (o por, con, por medio de) nosotros:- nosotros. (Strong).
prostithemi = (προστίθημι, G4369) , poner a (pros = a; tithemi = poner), añadir, o poner al lado (significado primario). Se traduce en la mayor parte de los pasajes en que aparece como «añadir» a su estatura (p.ej., Mateo 6:24); como «aumentar» en la petición «auméntanos la fe» (Lucas 17:5); como «volvió» a enviar (Lucas 20:11-12), esto es, «de nuevo», lit: «añadió y envió»; o, parafraseando, «además envió»; como «prosiguió» (Lucas 19:11), que lit. Es, «añadiendo, dijo». En Hechos 12:3, «procedió también a prender», se usa de repetir o continuar la acción mencionada por el verbo siguiente; en Hechos 13:36, «fue reunido con»; lit: «fue añadido a»; en Heb.12:19, «que no se les hablase más»; lit: «que no se añadiera palabra». En Gal.3:19, «Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones». Aquí no hay contradicción con lo que se dice en el v. 15, donde la palabra es epidiatasso (véase Nº 2), porque esta última palabra comunica la idea de suplementar un acuerdo previamente hecho. En el v. 19 el significado no es que se hubiera añadido algo a la promesa en vistas a completarla, cosa que el apóstol niega, sino que se había dado algo en añadidura a la promesa, como en Rom.5:20, «la ley entró además» (vm). Véanse AGREGAR, AÑADIR, AUMENTAR, PROCEDER, PROSEGUIR, REUNIR, VOLVER. (VINE).
-   e- Sword-the. LEDD.
-   Biblia de Estudio RYRIE.
-   Gene Cunningham. Las Bases de la Fe.
-   Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 29//08//2016.


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