jueves, 11 de agosto de 2016

LA GLORIA (Shekinah): (Núm. 16:42; Jn.17:5, 24).

LA GLORIA (Shekinah):
 (Núm. 16:42; Jn.17:5, 24).
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

“Y aconteció que cuando se juntó la congregación contra Moisés y Aarón, miraron hacia el tabernáculo de reunión, y he aquí la nube lo había cubierto, y apareció la gloria de Jehová”.
(Núm 16:42)

“Ahora pues, Padre, glorificame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese”.
(Juan 17:5) 
 
Introducción:
SHEKINÁ: (habitación). La palabra en sí no se encuentra en la Biblia. Se usa en el Tárgum y en los escritos cristianos primitivos para referirse a la presencia de Dios. Sin embargo, la idea que expresa esta palabra, "Dios que habita, que mora entre los hombres", es un concepto básico tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento.
Debe leerse junto con la palabra "GLORIA[1]", presencia de Jehová. En Núm. 16:42, la nube oculta y revela la presencia de Dios. Dios habita entre los hombres por su sola voluntad, y permanece siempre Señor de su presencia (Éx. 19:9, 16, 18). No se puede disponer de ella. Hay que confiar en ella y obedecer (Éx. 13:21, 22; Éx. 40:34-38). Así desciende sobre el templo (1 R. 8:10) y habita allí entre querubines (Salmo 80:1; Is. 6:1-9).
Sin embargo, la tradición profética no da por sentada la permanencia de esa presencia, independientemente de la conducta del pueblo y la voluntad divina (Jr. 7.4ss; Ez. 8:6):
·      En el Antiguo Testamento se afirma que en los tiempos mesiánicos volverá la Shekinah (Ez. 43:7, 9; Hageo 1:8; Zc. 2:10; Is. 60:2).
·      En el Nuevo Testamento el pasaje central sobre la encarnación (Jn 1:14: "habitó entre nosotros") es una clara referencia a la tradición veterotestamentaria de la Shekinah. En Lc. 2:9; Mt. 17:5; 2 P. 1:17 encontramos manifestaciones alusivas directamente a fenómenos visibles o audibles que acompañaban esa presencia divina.

(Heb. kabôd [1] = (כָּבויד. Grie. doxa = δόξα [2])

I.     En el Antiguo Testamento: kabôd = כָּבויד:
“Gloria” generalmente representa el término hebreo kabôd = כָּבויד, cuya raíz da la idea de “pesadez”, y por lo tanto, de “peso” o “valor”. Se aplica a los hombres para describir su riqueza, esplendor, o reputación (aunque en el último sentido kabôd, a menudo se, traducido “honor”). La gloria de Israel no fueron sus ejércitos sino Jehov  á (Jr. 2:11). Esta palabra también podría significar el yo o el alma (Gn. 49:6).
El concepto más importante es el de la gloria de Jehová, que denota la revelación del ser de Dios, su naturaleza y su presencia ante la humanidad, a veces con fenómenos físicos.
En el Pentateuco la gloria de Jehová acompañó a su pueblo después de la liberación de Egipto, y se mostraba en la nube que los dirigió en el desierto (Éx. 16:7, 10). La nube se detuvo en el monte Sinaí, en el que Moisés vio su gloria (Éx. 24:15–18). Nadie podía ver el rostro de Dios y quedar vivo (Éx. 33:20), pero él permitió que se tuviese alguna visión de su gloria (Éx. 34:5–8).
La gloria de Jehová llenaba el tabernáculo (Éx. 40:34–35), y aparecía especialmente a la hora del sacrificio (Lv. 9:6, 23). Estos pasajes parecen estar todos relacionados con teofanías en medio de tormentas eléctricas, pero también hay pasajes que sugieren más el carácter de Jehová que se hará conocer por todo el mundo (Núm. 14:21–22).
Los libros históricos dicen que el templo era el lugar en el que la gloria de Jehová se encontraba localizada en forma especial (1 R. 8:11; 2 Crón. 7:1–3).
En los profetas tenemos la concepción casi física de la gloria de Jehová, como en las visiones de Ezequiel (Ez. 1:28, etc.), y también una doctrina más espiritualizada (Is. 40:4–5; 60:1–3, etc.). La visión de Isaías en el templo parece combinar ambas ideas (Is. 6:1–4).
En los salmos también puede encontrarse la idea de la tormenta (Salmo 18; 29), como así también la idea de la futura revelación del carácter de Dios al mundo (Salmo 57:11; 96:3).

II.      En el Nuevo Testamento: doxa = δόξα: [Este es un cuadro Maravilloso de Nuestro Dios]:
Aquí se sigue a la LXX Septuaginta (vs. gr. del AT.), en la traducido de kabôd = כָּבויד, NT. Por doxa. En el griego secular significa “opinión” o “reputación”. La primera idea desaparece completamente en la LXX Septuaginta (vs. gr. del AT.), y el Nuevo Testamento, y términos similares a kabôd, también se traducido doxa.
En ciertos lugares del Nuevo Testamento doxa se refiere al honor humano (Mt. 4:8; 6:29), pero su uso principal es la descripción de la revelación del carácter y la presencia de Dios en la persona y obra de Jesucristo. Él es la manifestación de la gloria divina (Heb. 1:3).
Los pastores vieron la gloria de Dios cuando nació Jesucristo (Lc. 2:9, 14), y sus discípulos pudieron verla durante su vida encarnada (Jn. 1:14). Se reveló particularmente en su seµmeia (Jn. 2:11) y en su transfiguración (Mt. 17:1–8; Mr. 9:2–8; Lc. 9:28–36), lo que recuerda la ascensión de Moisés al Sinaí (Éx. 24:15) y de Elías a Horeb (1 R. 19:8), y sus respectivas visiones de la gloria de Dios.
Ahora Cristo ve y refleja la gloria divina, pero no es necesario construir tabernáculo alguno porque la Palabra de Dios ha instalado su tienda en la carne humana de Jesús (Jn. 1:14), y su gloria se revelará más completamente en el próximo éxodo en Jerusalén (Lc. 9:31), y finalmente en su parusía.
En el cuarto evangelio la hora de la dedicación a la muerte es esencialmente la hora de gloria (Jn. 7:39; 12:23–28; 13:31; 17:5; compárese Heb. 2:9).
La resurrección y la ascensión también se ven como manifestaciones de la gloria de Dios en Cristo (Lc. 24:26; Hch. 3:13; 7:55; Rom. 6:4; 1 Tim. 3:16; 1 P. 1:21). Pero en especial se revelará en su plenitud en la parusía (Mr. 8:38; 13:26, etc.).
El hombre, que fue creado como imagen y gloria de Dios (1 Cor. 11:7) y para estar en relación con él, ha dejado de cumplir este destino (Rom. 3:23), que sólo Cristo, el segundo Adán, pudo cumplir (Heb. 2:6–9).
La iglesia puede ver y debe reflejar todavía la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo (2 Cor. 4:3–6). Es la gloria del nuevo pacto (2 Cor. 3:7–11), y la comparten en forma especial, tanto ahora (1 P. 4:14) como en el futuro (Rom. 8:18), aquellos que sufren con Cristo. El objeto de la iglesia es hacer que el mundo reconozca la gloria que le pertenece a Dios (Rom. 15:9) y que se muestra en sus acciones (Hch. 4:21), en sus discípulos (1 Cor. 6:20), y por sobre todas las cosas en su Hijo, el Señor de gloria (Rom. 16:27).

III:    La Shekinah De Jesucristo:
3.1. De la naturaleza y actos de Dios en manifestación de Sí mismo; esto es, lo que Él esencialmente es y hace, tal y como queda exhibido en cualquier forma en que se revele a sí mismo en estos respectos, y particularmente en la persona de Cristo, en quien esencialmente su gloria siempre ha resplandecido y siempre resplandecerá (Jn.17:5, 24; Heb.1:3).
Fue exhibida en el carácter y en los actos de Cristo en los días de su carne (Jn.1:14; Jn.2:11). En Cana se manifestaron tanto su gracia como su poder, y estos constituían su gloria; asimismo en la resurrección de Lázaro (11:4,40). La gloria de Dios se manifestó en la resurrección de Cristo (Rom.6:4) y en su ascensión y exaltación (1 P.1:21). De la misma forma, en el monte de la transfiguración (2 P.1:17).
En Rom.1:23 se habla de su «eterno poder y deidad» como su gloria, esto es, sus atributos y poder revelados por medio de las cosas creadas; en Rom.3:23 la palabra denota la manifiesta perfección de su carácter, especialmente de su justicia, a la que los hombres nunca alcanzan; en Col.1:11, «la potencia de su gloria» significa el poder que es característico de su gloria; en Ef.1:6,12, 14, «la alabanza de la gloria de su gracia» y «la alabanza de su gloria» significan el debido reconocimiento de la manifestación de sus atributos y caminos; en Ef.1:17  «el Padre de gloria» lo describe como la fuente de la que proceden todo esplendor y perfección divina en su manifestación, y a la cual pertenecen.

3.2. Del carácter y caminos de Dios exhibidos por medio de Cristo y a través de los creyentes (2 Cor.3:18, 21).

3.3. Del estado de bienaventuranza o bendición al cual los creyentes han de entrar al ser hechos a la semejanza de Cristo (por ejem., Rom.8:18, 21; Filp.3:21 «al cuerpo de la gloria suya»; 1 P.5:1, 10; Ap.21:11).

3.4. Resplandor o esplendor:
1) sobrenatural, emanando de Dios; como en la gloria de la shekinah, en la columna de nube y en el Lugar Santísimo (p.ej., Ex.16:10; 25:22; Lc.2:9; Hech.22:11; Rom.9:4; 2 Cor.3:7; Stg.2:1); en Tit.2:13 se usa del retorno de Cristo: «la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo» (RV, RVR, RVR77; LBA: «la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Cristo Jesús»; comp. Filp.3:21, más arriba);
2) natural, como la de los cuerpos celestes (1 Cor.15:40, 41);
    De buena reputación, alabanza, honor (Lc.14:10; Jn.5:41; 7:18; 8:50; 12:43; 2 Cor.6:8; Filp.3:19; Heb.3:3); en 1 Cor.11:7, del varón como representante de la autoridad de Dios y de la mujer como haciendo evidente la autoridad del varón; en 1 Ts.2:6, el término «gloria» probablemente se da por metonimia en lugar de los dones materiales, un honorario, ya que en la estimación humana la gloria se expresa generalmente por cosas materiales. Este término se usa en inscripciones de gloria a Dios (por ejem., Lc.17:18; Jn.9:24; Hech.12:23); como en doxologías; lit.: palabras de gloria (p.ej., Lc.2:14; Rom.11:36; 16:27; Gál. 1:5; Ap.1:6).
doxa = (δόξα G1391) denota primeramente opinión, estimación, reputación; en el NT., siempre de buena opinión, alabanza, honor, gloria, una aparición inspirando respeto, magnificencia, excelencia, manifestación de gloria; de ahí, de poderes angélicos, con respecto a su estado en tanto que demandando reconocimiento; «potestades superiores» (2 P.2:10; Jud.8). Véanse GLORIA, HONROSO, SUPERIOR.
Nota: El término exousia se utiliza para denominar a seres angélicos, traducido «potestades», en Ef.3:10 (comp. 1:21); 6:12; Col.1:16; 2:15.

Concluimos:

          Concluimos con dos citas Bíblicas: (Mt.17:2; Lc.9:32):

“y se transfiguró[3] delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz”.
(Mateo 17:2)

Mientras el verbo se transfiguró puede denotar transformación espiritual (Romanos 12:2; 2 Corintios 3:18), aquí indica una transformación visible, que reafirma la gloria de Jesús el Mesías.

NOTA: Mateo 17:2: Se Transfiguró. Lit., se transformó. La Transfiguración dio a los tres discípulos una Visión anticipada de la futura exaltación de Jesús y del Reino Venidero. El Señor fue visto en Su Cuerpo de Gloria [Shekinah]; Moisés y Elías ejemplificaban a los que Cristo traerá consigo (ya sea a través de la Muerte o de la Translación, 1 Tesalonicenses 4:13-18); los discípulos representan a los que contemplarán Su Venida (Ap.1:7).

“Y Pedro y los que estaban con él estaban rendidos de sueño; mas permaneciendo despiertos, vieron la gloria* de Jesús, y a los dos varones que estaban con él…”.
(Lucas 9:32-35)

Etimología:      
*G1391 δόξα = dóxa: de la base de G1380; gloria (como muy aparente), en una aplicación amplia (literalmente o figurativamente, objetivamente o subj.):- gloria, glorificar, glorioso, honra, honroso. (Strong).

Rendidos de sueño. Sucedió de noche. Vieron la gloria = Shekinah de Jesús. Compare con el testimonio de Juan (Juan 1:14). Hagamos tres enramadas. Pedro pensaba en un refugio temporal, pues deseaba disfrutar por algún tiempo de la compañía de los visitantes celestiales.
Una nube. No era vapor de agua, sino la Shekinah (la presencia Visible y Majestuosa de Dios, Éxodo 13:21-22; 40:38; Núm.9:15; Salmo 99:7; Is.4:5; 2 Crón. 7:1). Una voz. El Padre renovó su aprobación de Jesús cuando el Hijo concluía su ministerio popular (Lc.3:22).

Ahora bien según la Biblia Moisés reflejaba esa gloria [Shekinah] de Dios cuando pasaba más tiempo con Dios, que tenía que cubrir su rostro; se dice que la luna en si no tiene luz propia requiere esa luz del sol para brillar en el día o de noche, como su fuente de luz; así es nuestra vida sin Dios Jesucristo no reflejamos luz, porque separados de  Él nada podemos hacer ya que no tenemos luz propia, quieres reflejar esa luz [Shekinah], acércate más a Él, es nuestra oración, se un practicante no un aspirante. 
___________
Notas Y Bibligrafía:
[1] kabôd = (כָּבויד, H3519), «honor; honra, gloria; gran cantidad; multitud; riqueza; reputación [majestad]; esplendor». Hay cognados de este vocablo en ugarítico, fenicio, arábigo, etiópico y acádico. Se encuentra 200 veces en todos los períodos del hebreo bíblico.
Kabôd se refiere al gran peso físico de algún objeto. Nahúm 2:9 debe leerse así: «No hay límite a los tesoros; [una gran cantidad] de toda clase de objetos codiciables» (cf. lba). Is.22:24 (rva) dice que Eliaquim se asemeja a una «estaca en lugar firme» del que colgarán «toda la gloria [las cosas de peso] de la casa de su padre». Oseas 9:11 exige una acepción similar; kabôd se refiere a una gran multitud de personas («muchedumbre»): «La gloria [muchedumbre] de Efraín volará cual ave». El término no quiere decir simplemente «pesado», sino también una cantidad de cosas (personas, objetos, conceptos) imponentes o «de peso». (VINE).
[2] doxa = (δόξα, G1391), denota primeramente opinión, estimación, reputación; en el NT., siempre de buena opinión, alabanza, honor, gloria, una aparición inspirando respeto, magnificencia, excelencia, manifestación de gloria; de ahí, de poderes angélicos, con respecto a su estado en tanto que demandando reconocimiento; «potestades superiores» (2 P.2:10; Judas 1:8). Véanse GLORIA, HONROSO, SUPERIOR.
Nota: El término exousia se utiliza para denominar a seres angélicos, traducido «potestades», en Ef.3:10 (comp. 1:21); 6:12; Col.1:16; 2:15 (comp. 2:10). También se traduce «potestad», en su sentido de autoridad, en pasajes como Mateo 9:6; 9:8; 28:18; Marcos 2:10; Lucas 4:6; 5:24; 10:19; 22:53; Juan 1:12; 17:2; Hechos 1:7; Hech.26:18; Rom.9:21; Efesios 2:2; Ap.6:8; 20:6. Véanse AUTORIDAD, Nº 2, POTENCIA, Notas (2), etc. (VINE).
[3] metamorfoo = (μεταμορφόω, G3339), cambiar en otra forma (meta = implicando cambio, y morfe = forma, véase FORMA, Nº 1). Se emplea en la voz pasiva:
(a) de la transfiguración de Cristo (Mt.17:2; Mr.9:2); Lucas 9:29 evita utilizar este término, que a los lectores gentiles hubiera podido sugerir las metamorfosis de los dioses paganos, y emplea la frase egeneto jeteron: «fue alterado», lit: «devino (ginomai) diferente (jeteros)»;
(b) de creyentes (Rom.12:2: «transformaos»), estando obligados a efectuar un cambio total que, en el poder de Dios, hallará su expresión en el carácter y en la conducta; morfe destaca el cambio interno, squema (véase el verbo anterior en este versículo, susquematizo) destaca lo externo, véase APARIENCIA, Nº 5. El tiempo presente continuo indica un proceso; 2 Cor.3:18 describe a los creyentes como siendo «transformados de gloria en gloria en la misma imagen», esto es, en la de Cristo en todas sus excelencias morales, siendo el cambio llevado a cabo por el Espíritu Santo.
Nota: El verbo metasquematizo se traduce «transfigurándose» (2 Cor.11:13: «que se disfraza»; v. 14, rv: «se transfigura»; rvr: «se disfraza»; v.15, rv: «se transfiguran»; rvr: «se disfrazan»); la traducción de rvr es más ajustada, por cuanto este verbo se refiere a un cambio de apariencia externa, no interna; véase DISFRAZAR. (VINE).
-   R.E.N.R.E.N. R. E. Nixon, M.A., ex Director del St John’s College, Nottingham, Inglaterra.
-   e-Sword. The – La Espada de Dios.
-   Biblia de Estudio RYRIE.
-   Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 29//01//2012.

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