domingo, 28 de agosto de 2016

El Plan: Redención: (Romanos 8:28-30)

El Plan: Redención:
(Romanos 8:28-30)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados… Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos… Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó”.
(Romanos 8:28-30)

Con la caída de Adán y Eva toda la raza humana se separó de Dios, se lanzó a la depravación y tomó el camino hacia la destrucción. Pero los propósitos de Dios no se detuvieron por el desastre sucedido al comienzo de la historia humana, tal como no se detienen por el desastre en la actualidad. Desde la eternidad, Dios tenía un plan para el universo.
En Romanos 8 el apóstol Pablo explica la relación entre el plan eterno de Dios y la vida cotidiana del hombre.

I.      Los Llamados Por Dios:

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”.
(Rom. 8:28).

"Sabemos"[1] viene del griego oida, que se refiere a un conocimiento cierto, a una comprensión absoluta. El tiempo perfecto del verbo se refiere a un conocimiento que se tiene en el presente porque fue aprendido en el pasado. Esto podría traducirse: "Hemos llegado a conocer con certidumbre". Pablo no está hablando de todos; está hablando de quienes han sido enseñados y quienes entonces saben a ciencia cierta que hay una razón por lo cual existen y saben cuál es esa razón.
Cuando Pablo escribe que Dios hace que "todas las cosas les ayudan a bien", no está diciendo que Dios deja que sucedan sólo cosas buenas, sino que entrelaza cosas buenas y cosas malas y las hace, juntas, producir algo que es bueno.

"Todas Las Cosas Les Ayudan...":
Romanos 8:28 no dice que todas las cosas son buenas, sino que todas las cosas ayudan a bien en la vida de cualquiera que confía en Dios. El permite que a Sus hijos les sucedan cosas que parecen malas, pero en Sus manos son para bien. Génesis 37-50 es un ejemplo clásico de cómo se aplica Romanos 8:28 en la vida real.
-      Era malo que Jacob favorece a José.
-      Era malo que los hermanos de José lo odiaran.
-      Era malo que lo arrojaran a la cisterna.
-      Era malo que lo vendieran a los ismaelitas.
-      Era malo que fuera llevado a Egipto como esclavo.
-      Era malo que después de haber logrado una posición de autoridad fuera echado en la cárcel por un crimen que no cometió.
A José le sucedía una cosa mala tras otra, pero Dios obraba cada cosa para bien. José pudo mantener una perspectiva correcta porque en cada "calamidad" en su vida, confiaba en el Dios que estaba listo para hacer que las cosas malas, a la larga, ayudaran a bien, no sólo para José y su familia, sino para todos los que escucharían su historia.
Cuando Jacob murió en Egipto, los hermanos de José estaban aterrorizados: "Quizá nos aborrecerá José, y nos dará el pago de todo el mal que le hicimos" (Génesis 50:15). Pero José tenía una comprensión grande de la providencia y la gracia de Dios y por eso no culpó a sus hermanos por lo que él había sufrido. Les dijo: "No temáis; ¿acaso estoy yo en lugar de Dios? Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien" (Génesis 50:19-20).

"Bien" aquí es ágatos; significa bien absoluto, bien ulterior. El bien ulterior no es siempre el bien inmediato. Dios, quien es eterno, mira hacia el futuro. Se preocupa no tanto por la situación en que estamos en este momento, sino por el carácter que estamos desarrollando al paso del  tiempo y por nuestro destino eterno.
La persona a quien no le concierne la eternidad, quien tiene su mirada puesta en el tiempo y lo que puede obtener con el tiempo, se ha colocado contra la maquinaria del universo. Tal persona no puede esperar que esta promesa se aplique a su vida.
¿A quién le hace Dios esta promesa? La frase "a los que aman a Dios" se refiere a quienes están enfocados en Dios por medio de la persona de Jesucristo. Jesús dijo sin lugar a dudas en Juan 14:6 que nadie puede alcanzar a Dios sino a través de El: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí". Cualquiera que habla de Dios pero odia a Jesucristo, tiene un dios que es producto de su imaginación. No puede esperar que nada ayude a un bien ulterior en su vida.

"Aman" aquí es agapáo. Como participio presente activo se refiere a una acción constante, pero ¿qué significa eso? En Juan 13:17 Jesús dijo a sus discípulos, "Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis".
En Juan 14:15 dijo: "Si me amáis*, guardad mis mandamientos".

Etimología:
*G25 ἀγαπάω = agapao: tal vez de ἄγαν = ágan  (mucho) [o compare H5689]; amar (en sentido social o moral):- amado, amada, amar, amor. Compare G5368. (Strong).

"Guardad" viene del griego tereo, que significa "custodiar" o "atesorar". Tener reverencia por la Palabra es una expresión de amor. Nadie obedece perfectamente siempre; todos fracasamos. Pero la persona que una y otra vez se levanta y se esfuerza luego de haber fracasado, que permanentemente busca a Dios, ésta es la persona que practica tal manera de vivir.
La persona que odia a Dios o que ignora a Dios, no debe esperar que nada ayude a bien en su vida. Odiar al Creador del universo, despreciar el Poder que generó la vida, desdeñar al Planificador de la historia y esperar que todo le vaya bien en la vida es una necedad.

II.     "Los Que Aman A Dios": 

"Los que aman a Dios" es ampliado con la frase "los que conforme a su propósito son llamados". Kletos, literalmente "los llamados", aparece aquí como caso dativo, en lo que se conoce como dativo de ventaja. Pablo está diciendo que estas personas tienen una ventaja porque han respondido al llamado. ¿Cuál es el llamado? Es una invitación para creer en el Señor Jesucristo y ser salvo. ¿A quién ha sido hecho el llamado? A toda la humanidad.
"Los llamados"[2] son todos los que responden al llamado por medio de la fe en Jesucristo. "Conforme a su propósito" en griego es kata protesis. Kata significa "según una norma o estándar". Protesis viene de pro, "antes", y títemi, "poner en su lugar". Dios ha establecido normas. Sus normas son absolutas y eternas. Nunca cambiarán, así como El mismo nunca cambiará.
Antes de que comenzara el tiempo, Dios estableció el orden de las funciones físicas del universo y de las funciones espirituales del hombre. No le dio cuerda al universo, como a un juguete, soltándose luego sin tener idea de lo que le sucedería. Tenía un plan antes de la creación, y fue revelando Su plan en detalles cada vez mayores a lo largo de las Escrituras.

Romanos 8:28 establece dos condiciones para que la promesa de que todas las cosas ayuden a bien sea una realidad en nuestra vida:
-      Hemos de amar a Dios, y
-      debemos ser llamados de acuerdo con Su voluntad.
Esto significa que debemos estar viviendo de acuerdo con Su propósito, dispuestos a seguir Su plan. Si compro un automóvil y quiero que ande como fue diseñado, sigo las instrucciones de mantenimiento del fabricante. Si construyo una casa y quiero que quede en pie, sigo los planos del arquitecto. Si soy un atleta empeñado en ganarse la medalla de oro en las Olimpiadas, sigo el plan de entrenamiento que me exige mi entrenador. Si quiero que todo ayude a bien en mi vida, sigo el plan de Dios.

El Llamado De Dios:
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn. 3:16, 17).
Dios quiere que todos los hombres sean salvos (1 Tim, 2:4; 2 P. 3:9). Por esto, Él se ha revelado y continúa revelándose al ser humano por medio de: la creación (Salmo 1-9:1, 2; Rom. 1:18- 20), la conciencia humana (Rom. 2:14,15), Su Palabra escrita (Mt. 4:4; 2 Tim. 3:16), la Palabra Viviente (Jn. 1:1-4, 14-18; Heb. 1:1, 2), y la palabra hablada (1 Cor. 2:6, 7, 13), Dios también ha puesto el concepto de la eternidad en el corazón del hombre (Ecl. 3:11).
Pero Dios nos creó verdaderamente libres y nos permite elegir cómo responderemos a Su ofrecimiento de darnos vida Cada uno de nosotros llega a un punto cuando percibe que Dios existe. A veces lo llamamos la "edad de la conciencia". Si en ese momento somos positivos hacia Dios, si queremos saber más de Él, Él se encargará de ver que escuchemos el evangelio.
Sin embargo, si no queremos tener nada que ver con Dios. Él nos entregará, en el tiempo y la eternidad, a nuestro propio deseo de estar separados de El Dios no manda a nadie al infierno, y el infierno no es el lugar donde uno paga por sus pecados. Todos ios pecados fueron pagados por Jesucristo en la cruz. El infierno, creado no para el hombre, sino para los ángeles caídos, es el destino eterno que el Individuo elige cuando rechaza el llamado de Dios (Mat. 25:41; Jn. 3:16-18; Rom. 1:24, 26, 28).

¿Seguir el plan significa que siempre hemos de tener experiencias buenas? De ninguna manera. Enfrentaremos adversidad y sufrimiento, tanto como bendición y prosperidad. Enfrentaremos lo mismo que todos tienen que enfrentar en la vida. Pero en nuestra vida habrá una diferencia. Sabremos que todas las cosas, las buenas y las malas, tienen un propósito. Sabremos que todo está ayudando a bien hacia una meta final:
-El bien infinito,
-definitivo,
-duradero.
¿Cuál es el bien definitivo que Dios quiere llevar a cabo en nuestra vida?
Él quiere conformarnos a Su Hijo.
Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. (Rom. 8: 29, 30)

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados… Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos… Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó”.
(Romanos 8:28-30)

III.   Conformes A La Imagen De Cristo:

"Conformes" es summorfóo, compuesto por sun, "unidos", y morfóo, "forma, apariencia, esencia". Dios quiere tomar a todos Sus hijos en forma, apariencia y esencia; y unirlos con el propósito de conformarlos a la imagen del Señor Jesucristo. El mejor destino posible no es ser rico, ni famoso, ni tampoco lograr el éxito. El mejor destino es parecerse a Su Hijo. La meta más alta que Dios podría tener para nuestra vida es que seamos similares al hombre más grandioso que jamás ha vivido.

El Plan De Dios:
Yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio...que digo: Mi consejo permanecerá. (Is. 46:9, 10).
El consejo de Jehová permanecerá para siempre; los pensamientos de su corazón por todas las generaciones. (Salm. 33:11)
Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; mas el consejo de Jehová permanecerá. (Prov. 19:21)
Jehová de los ejércitos juró diciendo: Ciertamente se hará de la manera que lo he pensado, y será confirmado como lo he determinado. (Is. 14:24)
Secase la hierba, marchítese la flor; más la palabra del Dios nuestro permanece para siempre. (Is. 40:8)
Porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero;... Yo habló, y lo haré venir, lo he pensado, y también lo haré. (Isa. 46:9-11)
A éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole. (Hch. 2:23)
Y ahora os digo: Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá; mas si es de Dios, no la podréis destruir; no seáis tal vez hallados luchando contra Dios. (Hch. 5:38,39)
Dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad. (Ef. 1:9-11).
                                                  *************

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados… Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos… Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó”.
(Romanos 8:28-30)*

NOTA: *28-30: V.28: Una promesa solamente para los que aman a Dios. V.29: Predestinó. Véase Efesios 1:5. El destino de los escogidos es ser hechos conformes a Cristo. V.30: Llamó Véase  1:6, justificó. Véase 3:24. Glorifico. El tiempo de este verbo muestra que nuestra glorificación futura es tan cierta que bien puede afirmarse que está cumplida. Quienes fueron conocidos de antemano, serán todos glorificados, sin que se pierda ni uno solo.

Pablo menciona cinco acciones realizadas por Dios en la eternidad para beneficio de los que a su tiempo llegaron a ser Sus hijos:

1. Conoció De Antemano.[3]
Antes de que comenzara la historia humana, Dios ya veía el fin de todo lo que existe temporalmente. De la presciencia de Dios viene la idea de una providencia divina. La palabra providencia se deriva del latín pro videre. Videre, de la cual tenemos la palabra video, significa "ver". Pro significa "de antemano". La palabra "proveer" se deriva de las mismas raíces. Porque Dios vio, pudo proveer. Dios, mirando desde la eternidad pasada, vio todo lo que sucedería con el tiempo. Nos vio a cada uno de nosotros. Sabía cuándo existiríamos.
Sabía cada pensamiento que pasaría por nuestra mente. Puesto que Él sabía cada pecado que habríamos de cometer, pudo derramar esos pecados sobre Jesucristo en la cruz. Sabía si habríamos de aceptar o rechazar la invitación de creer en Cristo. Y sabía que si rechazamos la invitación nunca estaríamos entre los llamados "conforme a su propósito".

2. Predestinó.[4]
La idea de predestinación asusta a la gente. En griego es proorizo. Pro, "de antemano"; horizo, "establecer límites". La palabra también significa establecer un destino. Dios estableció un destino para cada persona que iba a creer en Jesucristo. Sobre esta tierra, nuestro destino es entrar en unión con El y llevar a cabo cierta obra diseñada por El (Ef. 2:10).
En la eternidad, ese destino es tener vida eterna y una herencia eterna (1 P. 1:4, 5). Dios estableció los límites en nuestra vida. Él sabía, antes de crearnos, exactamente lo que iba a ser necesario para que nuestra vida se conforma a Cristo. Sabía, pues, cuanta adversidad y cuánta prosperidad podríamos tolerar, y puso los límites de ambas.

3. Llamó.[5]
"Llamar" viene de kaléo. Dios sencillamente invitó y se aceptó la invitación. Cuando creemos en Jesucristo, nos apropiamos de esa salvación preparada de antemano.

4. Justificó.[6]
"Justificar", dikaióo, se deriva del vocablo legal romano que significa declarar a alguien legalmente justo. Dios nos declaró justos, no en base a algo que hiciéramos, sino en base a la justicia de Jesucristo recibida por fe. Dios hizo a Su Hijo pecado para hacernos a nosotros la justicia de Dios por fe en Cristo Jesús (2 Cor. 5:21). La justicia es un don.

5. Glorificó.[7]
"Glorificar", de doxazo, significa "hacerle a alguien glorioso". En sus escritos, el apóstol Pablo usa "gloria" como un vocablo que incluye todo lo que es Dios. "Gloria" se refiere a cualquier obra o acción que revela la esencia de Dios. En cualquier instancia que se refleja el carácter de Dios hay gloria. Fuimos creados justamente con este propósito: reflejar la gloria de Dios (Is. 43:7; Rom. 9:23; Ef. 1:6, 12, 14).
Cada uno de estos verbos es un aoristo activo indicativo. El tiempo aoristo significa que la acción tuvo lugar en un momento específico en el pasado; la voz activa significa que Dios produjo esa acción. Él es el que supo de antemano, el que predestinó, el que llamó, el que justificó, el que glorificó. Todo lo hizo El. El modo indicativo del verbo es la afirmación dogmática de la realidad.

Concluimos:

Dios hizo todo, en cierto momento, en un momento de tiempo antes del tiempo, en un momento que llamamos "en el principio". Sabía cómo responderemos cada quien a Jesucristo, y en base a ese conocimiento Él estableció nuestro destino eterno.
Antes de que hubiera algún problema en la historia humana, Dios tenía ya una solución. Cada problema que enfrentamos hoy, Dios lo vio de antemano. Dios lo vio y, como nos ama tanto, El diseñó un plan. En el plan proveyó todas las soluciones y las envolvió en un paquete llamado Hijo de Dios, Señor de Gloria, Príncipe de Paz, el Señor Jesucristo.
Y lo envió a este mundo, ¿para qué? ¿Para quitarnos los problemas? No, sino para darnos lo necesario para resolverlos. Podemos apropiarnos de las soluciones...si nos apropiamos del Salvador.

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Notas Y Bibliografía:
[1] oida = (οἴδα, G1492), de la misma razón que eidon, véase, es un tiempo perfecto con un significado presente. Significa, primariamente, haber visto o percibido; de ahí, conocer, tener conocimiento de, ya bien absolutamente, como en el caso del conocimiento divino (p.ej., Mateo 6:8; 6:32; Juan 6:6; 6:64; 8:14; 11:42; 13:11; 18:4; 2 Cor.11:31; 2 P.2:9; Ap.2:2; 2:9; 2:13; 2:19; 3:1; 3:8; 3:15); o en el caso de conocimiento humano, conocer por observación (por ejem., 1 Ts.1:4-5; 2:1; 2 Ts.3:7).
Las diferencias entre ginosko (Nº l) y oida exigen consideración:
(a) ginosk sugiere frecuentemente origen o progreso en conocimiento, en tanto que oida sugiere plenitud de conocimiento (por ejem., Juan 8:55: «vosotros no le conocéis», ginosko), esto es, empezado a conocer, «pero yo le conozco», oida; esto es, «le conozco perfectamente»; Juan 13:7: «no lo comprendes ahora», esto es, Pedro no percibía, oida, aún su significado, «más lo entenderás», esto es, «vendrás a conocer, ginosko, después»; Juan 14:7: «Si me conociéseis», ginosko, esto es, «hubierais venido a conocerme de una manera precisa», «también a mi Padre conoceríais», oida, esto es, hubierais tenido percepción de él»; «desde ahora le conocéis», ginosko, esto es, habiendo venido inconscientemente al Padre, como aquel que estaba en él, ellos estarían ahora conscientemente en la experiencia constante y progresiva de conocerle a él; en Marcos 4:13: «¿No sabéis, oida, esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis, ginosko, todas las parábolas?», esto es, «¿no entendéis esta parábola? ¿Cómo vendréis a percibir todas?», siendo la intimación que la primera parábola es la principal y la clave de las demás;
(b) en tanto que ginosko implica frecuentemente una relación activa entre el que conoce y la persona o cosa conocida (véase Nº 1), oida expresa el hecho de que el objeto ha venido simplemente a estar dentro del campo de las percepciones del que conoce; así en Mateo 7:23: «nunca os conocí», ginosko sugiere, «nunca he estado en una relación de aprobación hacia vosotros», en tanto que 25:12: «no os conozco», oida, sugiere «no tenéis relación alguna conmigo». (VINE).
[2] kletos = (κλητός, G2822), llamado, invitado. Se usa:
(a) Del llamamiento del evangelio, «llamado» (Mateo 20:16; 22:14), no aquí de un llamamiento eficaz, como en las Epístolas (Rom.1:1; 1:6-7; 8:28; 1 Cor.1:2; 1:24; Judas l; Ap.17:14); en Rom.1:7 y 1 Cor.1:2 el significado es «santos por llamamiento»;
(b) de un llamado al apostolado (Rom.1:1; 1 Cor.1:1). (VINE).
[3] proginosko = (προγινώσκω, G4267), conocer antes, de antemano (pro = antes; ginosko = conocer). Se usa:
(a) del conocimiento divino, con respecto a:
(1) Cristo (1 P.1:20, rv: «ya ordenado»; rvr: «ya destinado»; rvr77: «ya provisto»; vm: «conocido… en la presciencia de Dios»);
(2) Israel como pueblo terreno de Dios;
(3) creyentes (Rom.8:29); el conocimiento previo de Dios es la base de sus consejos en predestinación;
(b) del conocimiento humano:
(1) de personas (Hech.26:5);
(2) de hechos (2 P.3:17). Véanse ANTES (CONOCER), CONOCER, DESTINAR, SABER. (VINE).
[4] proorizo = (προορίζω, G4309), (pro = por anticipado; orizo = determinar; cf. DETERMINAR, Nº 3), denota determinar por anticipado, ordenar por adelantado, «habían antes determinado» (Hech.4:28); «predestinó» (Rom.8:29-30; 1 Cor.2:7); Ef.1:5: «habiéndonos predestinado»; v. 11: «habiendo sido predestinados». Véase DETERMINAR, Nº 4.
Notas: (1) Este verbo debe ser distinguido de proginosko, conocer con antelación. Este último se refiere especialmente a las personas conocidas por Dios con antelación; proorizo se refiere especialmente a aquello a lo que son predestinados los objetos de su conocimiento anticipado. (2) Para «ha predestinado» en Hech.22:14 (rv), véanse ESCOGER, Nº 5, ANTES, B, Nº 14, ANUNCIAR, Nº 13. (VINE).
[5] kaleo = (καλέω, G2564), derivado de la raíz kal, de donde se deriva «clamar», y «clamor» (véanse B y C, más adelante). Se usa:
(a) con un objeto personal, llamar a alguien, invitar, convocar (p.ej., Mateo 20:8; 25:14); particularmente del llamamiento divino a participar de las bendiciones de la redención (p.ej., Rom.8:30; 1 Cor.1:9; 1 Ts.2:12; Heb.9:15); cf. B y C más adelante;
(b) de nomenclatura o vocación, llamar en el sentido de poner un nombre; en la voz pasiva, ser llamado por un nombre. Así, se sugiere bien llamamiento, bien destino; el contexto determina de qué sentido se trata (p.ej., Rom.9:25-26; en Hech.15:37, la rv, rvr, rvr77 traducen incorrectamente «tenía por sobrenombre»; Besson, lba, nvi: «llamado»; vm: «que se llamaba»). Véanse CONVIDAR, DECIR, INVITAR. (VINE).
[6] dikaioo = (δικαιόω, G1344), primariamente considerar ser justo. Significa, en el NT:
(a) mostrar ser recto o justo; en la voz pasiva, ser justificado (Mateo 11:19; Lucas 7:35; Rom.3:4; 1 Tim.3:16);
(b) declarar ser justo, pronunciar a alguien justo:
(1) por parte del hombre, con respecto a Dios (Lucas 7:29; véase Romanos 3:4 más arriba); con respecto a sí mismo (Lucas 10:29; 16:15);
(2) por parte de Dios con respecto a los hombres, que son declarados ser justos ante él sobre la base de ciertas condiciones por él establecidas.
De manera ideal, el total cumplimiento de la ley de Dios sería la base para quedar justificado ante él (Rom.2:13). Pero ningún caso así ha tenido lugar en la experiencia meramente humana, y por ello nadie puede nunca quedar justificado sobre esta base (Rom.3:9-20; Gal.2:16; 3:10-11; 5:4). En base de esta presentación negativa en Romanos 3, el apóstol prosigue para mostrar que, en consecuencia con el carácter recto de Dios, y con vistas a la manifestación de dicho carácter, él es, por medio de Cristo, como «propiciación por medio de (en , instrumental) … su sangre» (Gal.3:25), «el que justifica al que es de la fe de Jesús» (v. 26), siendo la justificación la absolución legal y formal de toda culpa por parte de Dios como Juez, siendo el pecador pronunciado justo al creer en el Señor Jesucristo. En el v. 24: «siendo justificados» está en tiempo presente continuo, indicando el proceso constante de justificación en la sucesión de aquellos que creen y son justificados. En 5:1, «justificados» está en aoristo, o tiempo puntual, lo que indica el tiempo definido en el que cada persona, al ejercitar la fe, fue justificada. En 8:1, la justificación es presentada como «no hay condenación». El que sea la justificación lo que está a la vista en este pasaje queda confirmado por los capítulos anteriores y por el v. 34. En 3:26, la frase «que justifica» es el participio presente del verbo, lit: «justificante»; similarmente en 8:33, donde se usa el artículo: «Dios es el que justifica», que, más lit: es, «Dios es el justificante», estando el énfasis en la palabra «Dios».
La justificación es primaria y gratuitamente por la fe, consiguiente y evidencialmente por las obras. Con respecto a la justificación por las obras, la pretendida contradicción entre Santiago y Pablo existe solo en apariencia. Hay armonía entre ambas perspectivas. Pablo tiene en mente la actitud de Abraham hacia Dios, su aceptación de la palabra de Dios. Esto era algo solo conocido por Dios. La Epístola a los Romanos se ocupa del efecto de esta actitud hacia Dios, no del carácter de Abraham ni de sus acciones, sino del contraste entre la fe y la ausencia de ella, esto es, la incredulidad, cf. Rom.11:20. Santiago (Rom.2:21-26) se ocupa del contraste entre la fe real y la falsa fe, una fe estéril y muerta, que no es fe en absoluto.
Aún más, los dos escritores se ocupan de diferentes épocas en la vida de Abraham: Pablo, los acontecimientos registrados en Génesis 15; Santiago, los de Génesis 22: Contrástense las palabras «creyó» en Génesis 15:6 y «obedeciste» en 22:18.
Además, los dos escritores usan los términos «fe» y «obras» en sentidos algo diferentes. Para Pablo, la fe es la aceptación de la palabra de Dios; Santiago la usa en el sentido de la aceptación de ciertas afirmaciones acerca de Dios (v. 19), que pueden no afectar la conducta de uno. La fe, tal como la presenta Pablo, resulta en la aceptación por parte de Dios, esto es, la justificación, y se manifiesta activamente. Si no es así, como dice Santiago: «¿Podrá la fe salvarle?» (v. 14). Para Pablo, las obras son obras muertas; Santiago trata de obras vivas. Las obras de las que habla Pablo podían ser totalmente independientes de la fe; las mencionadas por Santiago solo pueden ser llevadas a cabo allí donde hay una fe real, y dan evidencia de su realidad.
Y así es con la justicia, o justificación: Pablo está ocupado con una relación correcta con Dios, y Santiago con una conducta recta. Pablo da testimonio de que los impíos pueden ser justificados por la fe, Santiago lo da que solo el que obra correctamente justificado. Véanse también bajo JUSTICIA y JUSTO. (VINE).
[7] doxazo = (δοξάζω, G1392) denota primariamente «suponer» (de doxa = opinión). En el NT significa:
(a) magnificar, exaltar, alabar (cf. doxa , p. 392), especialmente de glorificar a Dios, esto es, de escribirle a él el honor, reconociéndole en cuanto a su ser, atributos y actos, esto es, su gloria (p.ej., Mt.5:16; 9:8; 15:31; Rom.15:6; 15:9; Gal.1:24; 1 P.4:16; véase también GLORIA); la palabra del Señor (Hech.13:48); el nombre del Señor (Ap.15:4); también de glorificarse a uno mismo (Juan 8:54; Ap.18:7);
(b) hacer honor a, hacer glorioso (p.ej., Rom.8:30; 2 Cor.3:10; 1 P.1:8: «glorioso», en voz pasiva, lit: «glorificado», tal como se halla en la rv ); dicho de Cristo (p.ej., Juan 7:39; 8:54 : «me glorifico a mí mismo); del Padre (por ejem., Juan 13:31-32; 21:19;  1 P.4:11); de glorificar el propio ministerio (Rom.11:13: «honro», rv, rvr, rvr77; vm, Besson: «glorifico»); de un miembro del cuerpo (1 Cor.12:26 : «recibe honra»; rv : «es honrado»; Besson: «es glorificado»).

«Así como la gloria de Dios es la revelación y la manifestación de todo lo que él posee y es… se dice de una revelación de sí mismo en la que Dios manifiesta toda la bondad que hay en él (Juan 12:28). Hasta el punto en que es Cristo por medio de quien ello es manifestado, se dice que él glorifica al Padre (Juan 17:1; 17:4); o que el Padre es glorificado en él (Juan 13:31; 14:13); y el significado de Cristo es análogo cuando dice a sus discípulos: «En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos» (Juan 15:8). Cuando el verbo doxazo se predica de Cristo… significa simplemente que su gloria innata es manifestada, sacada a la luz (cf. 11:4; igualmente 7:39; 12:16, 23; 13:31; 17:1,5). Es un acto de Dios el Padre en él… Como la revelación del Espíritu Santo está relacionada con la glorificación de Cristo, Cristo dice, acerca de él, «él me glorificará» (16:14)» (Cremer). (VINE).
-     Biblia De Estudio RYRIE.
-     e-Sword-the. LEDD.
-     Gene Cunningham. Las Bases de la Fe.

-     Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 27//08//2016.

1 comentario:

  1. Muchas gracias porla explicación de éste texto bíblico, me ayudó mucho en mi estudio y formación.

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