PAZ,
FE, ESPERANZA, Y AMOR:
(Mateo 10:34; 1 Corintios 13:13)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
“No penséis que he venido
para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada… Y ahora
permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero
el mayor de ellos es el amor”.
(Mateo 10:34; 1 Corintios 13:13)
Introducción:
Paz.
Tranquilidad y sosiego, lo opuesto de turbación. Puede referirse
a relaciones entre hombres (Mt. 10:34), entre naciones (Lc. 14:32), o entre
Dios y el hombre (Rom. 5:1). También se usa como sinónimo de amistad (Hch. 15:33),
liberación de molestias (Lc. 11:21), orden nacional (Hch. 24:2) u orden
eclesiástico (1 Cor. 14:33).
El
amor es preferible a los dones en que se
enorgullecían los corintios. Por su permanencia. Es una gracia que
dura como la eternidad. El estado presente es un estado infantil, el futuro es
el de adulto. Tal es la diferencia entre la tierra y el cielo. ¡Qué puntos de vista estrechos, qué
nociones confusas de las cosas tienen los niños, cuando se los compara con los
adultos! Así pensaremos de nuestros dones más valorados en este mundo,
cuando lleguemos al cielo.
Fe. En
el AT., el verbo creer ocurre sólo 30 veces pero esta infrecuencia comparativa
no es un acto reflejo de la importancia del lugar que ocupaba la fe en
el esquema del AT. El NT., toma todos sus ejemplos de la fe de la vida de creyentes del AT.,
(por ejem., Rom.4:18 ss.; Hebreos 11; Stg.2:14 ss.) y Pablo apoya su doctrina
de la fe en
la palabra de Hab.2:4.
Esperanza. Uno de los dones del Espíritu que, juntamente con
la fe y
el amor,
es una característica esencial que permanece en el creyente cuando las
profecías, las lenguas y el conocimiento se acaben (1 Cor.13:8; 13:13). La esperanza del
NT., tiene raíces profundas en el AT. Esperanza traduce varias palabras heb. Que
pueden significar: confianza, fe, seguridad, etc., y se traduce así en
algunas versiones modernas.
Todas las cosas son oscuras y confusas
ahora, comparadas con lo que serán después. Ellas sólo se pueden ver como por
el reflejo de un espejo, o como descripción de una adivinanza; pero en el más
allá nuestro conocimiento será libre de toda oscuridad y error.
Es la luz del cielo únicamente la que
eliminará todas las nubes y tinieblas que nos ocultan la faz de Dios.
I. La Paz Tiene Mucho Que Ver Con La Justicia:
(heb., shalom, paz; gr., eirene, concordia).
Plenitud, entereza, firmeza, buenas relaciones entre vecinos (Salmo 28:3),
bienestar y seguridad (Eclesiastés 3:8), o la recompensa de una mente que
permanece en Dios (Isaías 26:3). Está relacionada con el trato honesto y la
verdadera justicia (Zacarías 8:16) y es una característica sobresaliente del
Mesías que viene (Is.9:6).
Los líderes mundiales siguen diciendo
que el acuerdo mundial traerá "paz y seguridad". Ellos lo repiten
una y otra vez, pero este nombre “Paz[1]”, no tiene mucho sentido
por aquellos que quieren apoderarse del poder y el mundo, ni: “Paz” “Seguridad” y “Justicia”.
Paz por la sangre del Cordero.
Qué momento más
importante y lleno de alegría tuvo que ser para los discípulos, cuando su
Maestro, sentado en un pollino se dirige a Jerusalén y el pueblo aclamándole:
“¡Bendito el rey que viene en el Nombre del Señor!”(Lucas 19:38).
Este momento lo habían esperado y deseado con frecuencia. Pero una y otra vez
se les había escapado de las manos. Su Maestro, pues, no les hablaba de una
corona sino de una cruz. A lo cual siempre se habían resistido. No, para eso
amaban al Señor. Tratarán de que eso no le sucediera. En aquel momento los
discípulos tenían en poca consideración las palabras de los profetas del
Antiguo Testamento: “Como Cordero fue llevado al matadero”
(Isaías 53:7). Ellos tenían, como el resto del pueblo, unos pensamientos
terrenales acerca del Mesías.
Pero ahora parece
que la coronación de su Maestro como Rey y Mesías va a ser realidad, por eso su
corazón salta de alegría. La fiesta de la pascua está cerca.
De todos los rincones del país llegan
judíos a Jerusalén y también Cristo y Sus discípulos.
Pero cuando están cerca de la ciudad, el
Señor manda a dos de sus discípulos que vayan a buscar un pollino y cuando
regresan con el animal, Jesús se sienta encima.
Ya
que así viene un príncipe a su residencia.
El
pueblo piensa que con esta manera de actuar Él se proclama Rey. Y qué clase de Rey
es Él. Un poderoso Soberano que había levantado de entre los muertos a un
hombre llamado Lázaro, que había estado cuatro días en un sepulcro. Ellos
deseaban un Rey y Mesías así. Ahora se va mostrar a Israel como el Mesías.
Ahora comienza ese momento tan esperado, también por Sus discípulos. Ahora
llega el tiempo de que el pueblo va a homenajear a su Rey y Mesías.
Así partió la comitiva gozosa y cantando,
extendiendo sus vestidos sobre el camino, bajando el monte de los Olivos hacia Jerusalén.
Allí está la ciudad, reluciente bajo el sol, y sobre las casas brilla el
templo.
1.1. Jesús
Lloró:
Pero no te detengas mucho en esa
multitud contenta y festejando, sino mira por un momento al Señor Jesús. ¡Él llora!
Es fácil verle y oírle. Ya había llorado junto al sepulcro de Lázaro. Y los
judíos habían dicho: “Mirad cómo le amaba” (Juan 11:36). Allí Él lloró porque
veía mejor que nadie el estrago del pecado. En medio de una multitud con júbilo
y cánticos el Señor solloza.
¿Por qué esa tristeza que llena todo su
cuerpo y alma? Eso no lo leemos en otros sucesos. Cuando sus enemigos le ultrajan,
se mofan y le azotaban, no sucedió esto. Entonces no abrió Su boca. Callado soportó
el enorme sufrimiento. Cuando las mujeres en el camino del Gólgota lamentaban y
lloraban por Él, no aceptó sus lágrimas.
Pero
aquí en medio de una multitud jubilosa Él prorrumpe en sollozos.
¿Por qué llora sobre la ciudad? Él se
conmueve porque el pueblo le desea como Rey terrenal, pero no como verdadero
Mesías y Salvador. En Jerusalén late el corazón de la vida religiosa, pero Él
sabe que esta ciudad luego le va a echar fuera. Él también sabe lo que va a
suceder en el año 2021. Entonces tendrá lugar el juicio de Dios sobre el pueblo
y la ciudad. Él
llora como el gran Profeta cuya predicación no ha sido creída.
Él llora como el Príncipe de cuya
sangre, justicia y sacrificio no tienen necesidad. Él llora como Rey porque Sus
enemigos, el demonio, el pecado y el mundo son amigos.
He aquí un Cristo llorando en el camino hacia
la cruz. He aquí la misericordia, la clemencia y la tolerancia de este
Salvador, y pregúntale: ¿Llora Cristo también sobre mí?
v ¿No debe llorar
cuando Él ve nuestro pueblo que se hunde en la idolatría y el paganismo?
v ¿No tiene que
llorar cuando ve la iglesia en nuestra patria y cada comunidad en particular?
Qué tibieza, indiferencia, controversia,
incluso discusiones sobre los temas más sensibles de la vida espiritual.
¿Pero no debe llorar Él sobre todo
cuando ve tu vida?
1.2. Y Cuando Llegó Cerca.
“Y cuando llegó cerca....” (Lucas 19:41).
¿Cuántas veces ya ha estado Él cerca de
ti?
¿Cerca en la Palabra, en casa, en la
escuela, en el trabajo? Cada día Él está cerca con Su
Mano protectora y sustentadora. Cerca cuando
tú tienes que ser operado, cuando casi no evitas ese accidente. Mira la
paciencia y el cuidado de Dios en tu vida. ¿Te ha llevado ya esa misericordia a
la conversión?
Sí ya, no sólo había resplandor del sol,
sino también tristeza, decepción, enfermedad, cruz. Quizás hayas perdido a un
ser amado, tal vez hay tristeza en tu vida personal: una formación que tú has
tenido que interrumpir; tu noviazgo que se rompió; preocupación y desilusión en
tu matrimonio.
Y
así podríamos continuar. Todo eso viene a causa del pecado. Desde que el
pecado ha entrado en el mundo, hay tristeza y se experimenta la fractura. ¿Pero
la cruz, la pena y el dolor te han llevado junto al Señor? Él te pide que pongas
la pena y el dolor en Sus manos. ¿Lo has hecho? Cristo llorando te dice: “¡Oh, si
también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz!” (Lucas
19:42).
No, no se trata de un halago de los
sentimientos, sino que es necesaria la conversión. Conversión es replegarse en
ti mismo, apartarte del pecado y volverse a Dios. ¿Quién es igual a este Cristo? Aunque Él sabe lo que va a suceder cada día, que Él va a ser rechazado por la ciudad
y clavado en la cruz, llora sobre la ciudad. No, Él no maldice a la muchedumbre,
sino que llora y dice: “Oh, si conocieses”.
1.3. Lo Que Es Para Tu Paz.
El Señor dice: “Lo que es para tu paz”. El Señor
no utiliza aquí la palabra salvación o perdón de la culpa, sino “paz”.
Esta palabra a los judíos les tenía que decir mucho.
Ya que Jerusalén es la ciudad de la paz
= Shalom.
Pero el templo, su religión no le daba la verdadera paz. Esa sólo se puede
encontrar en y junto a Él. Él es el Príncipe de la paz, esa paz la va a
conseguir por Sí Mismo entregándose hasta la muerte. Eso aconteció en el
Gólgota. Esa paz también se te anuncia para ti.
Y lo que es para tu paz, no lo encuentras
en el mundo ni en el servir al pecado, porque ellos sólo dejan tras sí vacío y
discordia. Ni la encuentras con satanás, porque su paz es falsa y origina cada
vez mayor intranquilidad. Tampoco la encuentras en una religión externa o en el
hacer buenas obras y en el puntual cumplimiento de la ley. No, no da igual como
el hombre vive para con Dios y su prójimo. Pero ahora hay un Cristo llorando
que no quiere tu ruina sino tu salvación y te dice: “Ven a Mí”.
1.4. Paz.
¿Qué es lo necesario para llegar a la
verdadera paz? ¿Es esa tu pregunta? El camino de la verdadera paz pasa por
reconocer tu pecado y tu culpa ante Dios, y buscar refugio con tu culpa y
perdición en Aquel que el Padre ha enviado a este mundo. ¿Qué trae la verdadera
paz al corazón? La fe en Cristo, el Salvador, trae paz, alegría y felicidad.
Que hace exclamar: “Tú eres el Hijo de Dios; Tú eres el Rey
de Israel” (Juan 1:49). Entonces experimentas una paz que supera
todo entendimiento. Paz, ¿qué es eso realmente? ¿Es ausencia de guerra? Sí,
pero en sentido bíblico es mucho más. La palabra hebrea “Shalom” indica armonía. Así están
las cosas en el lugar justo y en la proporción adecuada. La paz, pues, tiene mucho
que ver con la justicia.
“Shalom”, paz, así era
en el paraíso. Allí
había la justicia, una relación correcta, una paz auténtica, armonía entre el
Creador y Su criatura. Pero esa paz ha desaparecido.
Ahora
La Paz y El Pecado Son Lo Contrario Uno Del Otro.
¿Conoces
tú esta paz? Si no la conoces, entonces Jesús llora sobre ti. A pesar de ello
ruega al Señor que lo puedas ver. Ver que has pecado contra un Dios justo, pero
también tan bienhechor. No obstante busca recibir la paz en tu alma. ¿Puede
ser? Tal vez te preguntes en silencio si eso aún es posible para ti. Deseo que
esta pregunta esté dentro de ti.
Y eso es posible porque Cristo siguió el
camino de la cruz. Allí se encargó de la paz el Príncipe de la Paz.
Y esa paz fue otorgada por este Salvador
a los impíos y a los reprobados. ¡Entonces también puede ser para ti! El
prodigio de la reconciliación está en que, lo que no puede jamás hacer el
hombre para bien, se le puede regalar.
Ese mensaje lo escuchas tú hoy: “Oh, si
también tú conocieses, a lo menos en este día, lo que es para tu paz”.
Este día es el día que el Señor te da hoy.
“Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones” (Hebreos 3:8).
II. Fe,
Esperanza, y Amor: 1
Corintios 13:1-13:
Veamos en este punto, tres virtudes que el apóstol
Pablo destaca:
- fe[2],
- esperanza,[3] y
- amor[4].
Aparte de la tan ansiada “Paz” que
el hombre sin Dios, se afana encontrar fuera de ÉL.
Son necesarias en estos tiempos; pero en
el tiempo por venir, la fe será reemplazada por la vista (2 Cor.5:7) y
la esperanza
se convertirá en experiencia (Rom.8:24). Sólo el amor es eterno, porque Dios es
amor (1 Jn.4:8).
1 Corintios
13:1-13:
Pablo explica la absoluta necesidad del amor (vv. 1-3); define la esencia del amor
en 14 de sus características (vv. 4-7); y compara las eternas perfecciones del
amor con las imperfecciones temporales de los dones (vv. 8-13)
1
Cor. 13:1: Amor: El factor fundamental, DONES ESPIRITUALES.
Como la base de todos los dones es el
amor, ese espíritu de amor es el factor que nos califica para el ejercicio
bíblico de los dones del Espíritu Santo. Así, aquellos en autoridad deben «probar los
espíritus», para asegurarse de que quienes ejercen dones
espirituales, realmente lo hagan motivados «por el amor».
(Efesios 4:11; 1 Corintios 14:27).
1
Cor. 13:1-3:
Sin amor la mayor manifestación de dones y el más heroico de los sacrificios no
significan nada. Las cosas buenas deben ser bien hechas, de la manera correcta.
Aunque algunos ven en la referencia a las lenguas angélicas como una hipérbole
poética, parece más bien referirse al lenguaje de estas criaturas
sobrenaturales.
1
Cor.13:4-7: Nuestra sociedad confunde amor con sensualidad. A diferencia de
la sensualidad, el tipo de amor de Dios es canalizado hacia otros, no hacia
nosotros mismos, lo que es egoísmo. Esta clase de amor va en contra de nuestras
inclinaciones naturales. Es posible practicar este amor sólo si Dios nos ayuda
a poner a un lado nuestros deseos e instintos, al grado que podemos dar amor
sin esperar nada en cambio. Cuanto más nos parezcamos a Cristo, más amor [no
hablamos del amor eros (ágamos el amor,
libre)], sino del amor de Dios agape, que brindaremos a los demás:
Veamos
algo hermoso de la Escritura Bíblica, lo antónimo, del amor [agape] de Dios:
1
Cor.13:4-7:
- El amor
es sufrido,
al ser paciente con las imperfecciones de la gente.
- El amor
es benigno,
activo en hacer el bien.
- El amor
no tiene envidia;
en razón de que no es posesivo y competitivo, sino que desea lo mejor para los
demás. Por lo tanto, no es jactancioso.
- El amor
posee la cualidad de ocultarse, no hace ostentación de sí mismo.
- El amor
no es indecoroso,
no trata a otros con arrogancia; no se comporta con rudeza,
sino son cortesía
y buenas maneras.
- El amor no
busca lo suyo,
al no insistir en sus derechos o demandar precedencia alguna; al contrario es
generoso.
- El amor
no se irrita;
no es susceptible,
no es grosero
ni hostil,
sino que en los momentos difíciles mantiene la compostura.
- El amor
no guarda
rencor; no lleva la cuenta de los males que ha sufrido, sino que
borra el resentimiento.
- El amor no
se goza de
la injusticia, no se alegra del infortunio ajeno, ni difunde rumores
maliciosos, sino se goza de la verdad, al propagar activamente el
bien.
- El amor
todo lo sufre,
al defender y sostener a otros.
- El amor cree
lo mejor de
los demás, les acredita buenas intenciones y no es suspicaz.
- El amor todo
lo espera,
no se desanima con la gente, sino cree en su futuro.
- El amor
todo lo soporta,
al perseverar y permanecer leal hasta el final.
1
Cor.13:8-13: En
comparación con el amor los dones son algo limitado, no completo (v. 9); son
temporales, no eternos (vv. 10, 11); comunican un conocimiento imperfecto en
lugar de perfecto (v. 12). Cualquier cosa de esta era, comparada con la
perfección de la nueva creación es algo insignificante, incluidos los dones.
Pero el lugar de sugerir el menosprecio de los dones durante esta era, o en
cualquier otro momento de la historia de la iglesia, este pasaje busca todo lo
contrario.
1
Cor.13:10: Cuando venga lo perfecto: Alude a la
consumación de los propósitos de Dios después de la venida del Señor
Jesucristo (Rom.18:18-19). No existe
ninguna otra razón, salvo la presunción humana, para atribuirle esta referencia
a la conclusión del canon de las Escrituras.
Aunque la palabra inspirada de Dios se
completó a fines del primer siglo d.C., ello no significó el fin de la continua
actividad de los poderes que en ella aparecen descritos. Por el contrario, esa
Palabra nos instruye para que le demos la bienvenida a los dones y al
ministerio del Espíritu Santo en nuestras vidas y a enriquecer nuestras
capacidades para ministrar a un mundo necesitado, a través de la Palabra
predicada y la Palabra confirmada por el Espíritu.
1
Cor.13:12: Los
antiguos espejos manufacturados en Corinto estaban hechos de metal y daban una
imagen distorsionada, algo que ilustra la imperfección de nuestros
conocimientos en este tiempo. Pero el conocimiento será completo e instantáneo
en el futuro estado de gloria.
1
Cor.13:13:
En la sociedad moralmente corrupta de Corinto, el amor vino a ser un término
confuso con un significado sin importancia.
Hoy la gente vive confundida todavía no hay “paz” total en el mundo moderno llamado así por dondequiera hay
violencia, guerras, inseguridad en las calles etc…, con lo que es el amor.
El amor es la más grande de las cualidades
humanas y es un atributo de Dios (1 Juan 4:8). Involucra servicio sin egoísmo,
da evidencias de que usted aprecia.
La fe es el fundamento y el contenido del mensaje
de Dios, la esperanza
es la actitud y el enfoque, amor es la acción.
Cuando la fe y la esperanza están en línea, usted
posee la libertad de amar realmente porque llega a comprender cómo
ama Dios.
Concluyó:
El ser humano no tendrá paz,
la paz solo
será en Reino Milenial de Cristo y Final del Reino de Dios. Para resumir, la paz no duradera, la excelencia del amor
es preferible no sólo a los dones, sino a las otras gracias, la fe y
la esperanza.
La fe se fija en la revelación divina, y ahí se
asienta, confiando en el Redentor Divino.
La esperanza se aferra a la dicha futura, y la
espera, pero, en el cielo, la fe será absorbida por la realidad, y la esperanza
por la dicha. No hay lugar para creer y tener esperanza cuando vemos y
disfrutamos.
Pero allá, la paz será en la presencia de
Dios, el amor
será perfeccionado. Allá amaremos perfectamente a Dios. Allá nos
amaremos perfectamente unos a otros. ¡Bendito estado! ¡Cuánto supera a lo mejor de aquí abajo!
Dios es amor,
1 Juan 4: 8, 16. Donde Dios se ve como es, y cara a cara, ahí está el amor
en su mayor altura; solamente ahí será perfeccionado.
Cuando la fe y la esperanza están en línea, usted
posee la libertad y paz, de amar realmente porque llega a comprender cómo ama
Dios.
___________
[1]
Paz: (heb., Shalom = paz; gr., eirene =
concordia). Plenitud, entereza, firmeza, buenas relaciones entre vecinos
(Salm.28:3), bienestar y seguridad (Eclesiastés 3:8), o la recompensa de una
mente que permanece en Dios (Isaías 26:3). Está relacionada con el trato
honesto y la verdadera justicia (Zc.8:16) y es una característica sobresaliente
del Mesías que viene (Is.9:6).
La paz es el
resultado del perdón de Dios (Filp.4:7) y es la relación ideal con el hermano
(2 Cor.13:11; comparar Mt.5:23-24). La paz, que es señal de serenidad
(Jn.14:27), y que se debe buscar (Heb.12:14), resume el mensaje del evangelio
(Hech.10:36). Es una faceta del fruto del Espíritu (Gál.5:22), que beneficia a
quienes lo practican, tanto ahora (Stg.3:18) como en la segunda venida
(Rom.2:10), y es lo opuesto del desorden y la confusión (1 Cor.14:33). La paz
es la presencia de Dios, no la ausencia de conflictos.
Cristo trajo la
paz, predicó la paz y es nuestra paz (Ef.2:14 ss.).
[2] G4102
πίστις = pístis: de G3982;
persuasión, i.e. credibilidad; moralmente convicción (de verdad religión, o la
veracidad de Dios o de un maestro religioso), específicamente confianza en
Cristo para salvación; abstractamente constancia en tal profesión; por
extensión, el sistema de verdad religiosa (evangelio) en sí mismo:- fe,
fidelidad, fiel, gracia.
[3] G1680
ἐλπίς = elpis: del primario ἔλπω = élpo (esperar con anhelo, por lo general con
placer); expectación (abstractamente o concretamente) o confianza:- esperanza,
esperar.
[4] G26 ἀγάπη = agápe: de G25; amor,
i.e. afecto o benevolencia; específicamente (plural) festín de amor:- ágape, amado,
amor. (Strong).
- Humberto Hidalgo Jiménez. Dr. Psicólogo
Mejor del Mundo. Dibujo de la portada. Tomada de Facebook. Mi paisano, y
primo-hermano.
- B. van der Heiden. Fundación En la Calle
Recta.
- e-Sword-the. LEDD.
- Biblia de Estudio RYRIE.
- Pastor: Carlos Ramírez Jiménez.
15//08//2016.
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