Parte II:
El Rapto [Arrebatamiento]:
(Hechos 1:6-8; 1 Tesalonicenses 5:1-11; Efesios 5:15-17)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
El Rapto:
La palabra "rapto"
viene de la traducción latina de una palabra griega usada solamente un puñado
de veces en el Nuevo Testamento. Harpazo[3]
significa "tomar por
fuerza, arrebatar de un peligro inminente".
En las más antiguas traducciones latinas de la Biblia, esta palabra se traducía rapere; es la raíz de varias
palabras en nuestro idioma, incluyendo "rapto" que incluye la idea de
ser arrebatado por una emoción y también la de ser llevado por la fuerza.
Harpazo es
usada en Hechos 8:39 para describir lo
que le sucedió a Felipe el evangelista. Acababa de bautizar al eunuco etíope y
cuando salieron del agua el Espíritu Santo "arrebató a Felipe". Al instante
Felipe desapareció del desierto y se encontró en Azoto; Así será para los
creyentes el Rapto de la iglesia.
En 2 Corintios 12:2
Pablo describe en tercera persona algo que le había sucedido catorce años
antes. Es muy posible que haya sido una ocasión en que había sido apedreado y
arrastrado fuera de la ciudad de Listra y dejado por muerto (Hch. 14:19, 20). Ese hombre, dice Pablo,
fue "arrebatado"
al "tercer cielo",
un vocablo judío para indicar la morada de Dios. En el versículo 4 Pablo identifica este
lugar como el Paraíso.
Harpazo aparece nuevamente
en Apocalipsis 12:5.
La descripción de una mujer vestida de sol y luna nos lleva de vuelta a Génesis 37 y a la visión de José.
Esta es una ilustración de la nación de Israel. La mujer está por dar a luz un
hijo, Jesucristo. El dragón (el enemigo, Satanás) está esperando para matar al
niño. Da a luz y es "arrebatado"
para el trono de Dios. Llamamos a esto la Resurrección, cuando Jesucristo se
levantó de la tumba y fue "arrebatado", harpazo.
En 1 Tesalonicenses 4:13-18,
Pablo nos explica la resurrección de los creyentes de la Era de la Iglesia.
Dice que Jesucristo descenderá del cielo con "voz de mando". (El contenido de este
mando lo encontramos en Apocalipsis 4:1:
"Sube acá").
"Los muertos en
Cristo resucitarán primero". Sabemos por 2 Corintios 5:8 que las almas y los
espíritus de los creyentes muertos ya están con el Señor porque "estar ausente del cuerpo es
estar presente con el Señor". En el instante que el
creyente muere, su alma y su espíritu van a la presencia del Señor y allí
quedan hasta la resurrección.
"Luego nosotros los
que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados [harpazo] juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el
aire, y así estaremos siempre con él".
Pablo termina su descripción del Rapto de la iglesia con un
consejo "alentaos los
unos a los otros con estas palabras". La doctrina del
Rapto tiene el propósito de darnos valentía para vivir. Podemos resistir porque
sabemos que se aproxima una época maravillosa en la historia humana.
Pablo no quiere que estemos inconscientes;
quiere más bien que estemos alertas y sin temor. Saber absolutamente
lo que sucederá, pero no saber exactamente cuándo, debiera producir un
equilibrio en nuestra vida.
En 1 Tesalonicenses 1:9,10, Pablo describe
este equilibrio en términos de servir y esperar. Debemos servir como si sólo
tuviéramos hoy y esperar como si tuviéramos mil años por delante. Hemos de aprender
a vivir un día a la vez, entregándonos totalmente a lo que hacemos, como si
éste fuera nuestro último día. Pero también hemos de ser pacientes, sabiendo
que el Rapto puede venir hoy, o el año que viene, o dentro de cien años.
Estamos
esperando a Jesús quien nos librará de "la ira
venidera".
El artículo definido usado aquí muestra claramente que Pablo está hablando de
una ira en particular, la ira que describe extensamente el Antiguo Testamento como el día del Señor. Esta es la Tribulación venidera.
No tenemos que temerla porque no estamos destinados para la ira, sino para
salvación (1 Ts. 5:9).
“Porque no nos ha puesto
Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro
Señor Jesucristo”.
Pablo se está refiriendo a la salvación final. Sabemos que
nuestra salvación sucede en tres etapas:
· La primera, la salvación posicional sucede
en el instante que creemos. Somos salvos del castigo del pecado y nos sentamos
con Cristo en los lugares celestiales.
· La segunda, la salvación práctica, es el
crecimiento espiritual y sucede al ser salvos diariamente del poder del pecado.
· La última, la salvación final, sucede en el
momento de la muerte o el Rapto, cuando somos salvos para siempre de la
presencia del pecado.
Mira, pues, con diligencia cómo andéis,
no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son
malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad
del Señor. (Ef. 5:15-17).
Como introducción a esta exhortación
Pablo cita lo que probablemente es el coro de un himno antiguo:
"Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará
Cristo" (Ef. 5:14).
El presente imperativo activo egeiro
significa "¡despiértate
y quédate despierto!" "Tú que duermes" es la misma
palabra usada en 1 Tesalonicenses 5:6, kateudo[4],
"inconsciencia,
abstracción". Anistemi, "despiértate",
significa "¡Ponte
de pie!" Pablo está exhortando a esta congregación a levantarse
y salir del operar obras muertas de apatía y a vivir la vida abundante que
Jesús quiere que cada cristiano viva (Jn. 10:10).
Como creyentes estamos sobre esta tierra
para ser luz y sal, para revelar la gracia y la verdad de Dios a
un mundo perdido y moribundo.
Tenemos un tiempo limitado para hacerlo.
Pablo no quiere que perdamos ni un segundo.
La frase "aprovechando bien el tiempo"
significa literalmente "redimiendo el tiempo", de exagorazo,
que significa:
"redimir, comprar; pagando un precio para recobrar algo en poder de
otro". La agora era el antiguo mercado, en la
calle donde se podía vender y comprar de todo.
Es una ilustración del cosmo,
el mundo del diablo. Como Jesús nos redimió, ahora hemos nosotros de redimir el
tiempo. ¿Por qué? Por dos razones:
· Primero, "porque los días son malos" (Ef.
5:16). El príncipe de las tinieblas controla este mercado. Cuando no compramos
una porción del día, dejamos que él gane.
Edmund Burke lo dijo así: "Lo
único que se necesita para que triunfe el mal es que los buenos no hagan
nada". Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de luchar
por el bien, por la verdad. Cuando compramos tiempo, retardamos el avance del mal.
Pero hay una sola manera de comprar tiempo, y es la manera de Dios.
Toda la actividad política y humana en
el mundo no puede detener el mal como lo puede, un solo creyente viviendo un
día a la vez en la plenitud del Espíritu Santo:
Ø Un Elías orando
a solas,
Ø un David
escondido en una cueva alabando a Dios,
Ø un Pablo en
cadenas escribiendo cartas a iglesias jóvenes,
Esto es lo que
se requiere para cambiar el curso de la historia.
· La segunda razón, por la cual hemos de redimir el
tiempo es porque el tiempo es corto; se está acabando (1 Cor. 7:29). Cada uno
de nosotros tiene sólo una determinada cantidad de días para vivir. Dios nos ha
asignado exactamente la cantidad que necesitamos para cumplir Su plan y lograr
grandeza espiritual. Dios ha programado de tal manera Su plan que el tiempo que
decidimos redimir tiene un efecto directo sobre nuestra vida tanto en este
tiempo como en la eternidad.
“No
os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde
ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla
ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan”. (Mateo
6:19-20).
Se nos manda que
nos hagamos tesoros en el cielo. En el último mensaje que nos dio, el
Señor declaró que viene rápidamente y que Su premio viene con Él, "para
recompensar a cada uno según sea su obra" (Ap. 22:12). Resulta
claro que el Señor quiere que nos ganemos los premios, que juntemos tesoros.
¿Cómo lo hacemos? Redimiendo el tiempo.
III. Fidelidad Al Señor, Al Fin Del Tiempo:
La Biblia nos dice que los premios son
dados por una producción fiel, como un corolario al crecimiento y la madurez
espiritual (1 Cor. 3:12-15, 9:16-27; 2 Cor. 5:9-11; Ap. 3:11). Sabemos que la
única producción que cuenta para Dios es la que produce el Espíritu Santo por intermedio
nuestro.
Toda
Su Producción Viene De Una Manera:
Ø por gracia, y como la fe únicamente
puede apropiarse de la gracia, nuestros premios en el cielo serán en proporción
directa a nuestra fe sobre la tierra.
Ø Fe es confiar en lo que Dios ha dicho, creer Su Palabra.
Así que el premio se basa en que
nos ajustemos a la verdad de Dios, que justamente es lo mismo en que se basa
nuestra bendición dentro del tiempo que nos toca vivir.
Recibiremos nuestro premio poco después
del Arrebatamiento, en el Bema*, o sea, en el tribunal de Cristo (2 Cor. 5:9-11**).
Sabemos, por supuesto, que la cuestión aquí no será ningún pecado porque todos
los pecados fueron juzgados en la cruz. Lo que aquí será juzgado es el bien
humano. Todo lo que hemos hecho como creyentes dependiendo de nuestras propias fuerzas
será consumido por el fuego; esto es, todo pensamiento, toda palabra, toda
acción que hicimos sin la plenitud del Espíritu Santo.
NOTA: **2 Cor.5:9-11: Procuremos.
Mejor, anhelamos (RV. 1977). Lit., ambicionemos. Este verbo se halla sólo aquí,
en Rom.15:20 y en 1 Ts.4:11.
V.10: EL TRIBUNAL DE
CRISTO. El bema* (asiento de juicio) era bien conocido de los corintios (compare
Hechos 18:12). Los creyentes serán juzgados cuando
se pase revista a sus obras a fin de recibir las recompensas correspondientes (véase
1 Corintios 3:14). Malo. I, es, sin valor.
1 Corintios 3:14:
Recompensas: La Salvación es un puro regalo,
pero los que son Salvos pueden obtener Recompensas. La cualidad de nuestro
servicio (v.13) es el criterio. La Recompensas son llamadas, a veces, CORONAS. (Compare
9:25; 1 Ts. 2:9; 2 Tim. 4:8; Stg.1:12; 1 P.5:4; Ap.2:10; 3:11; 4:4, 10).
Todo lo que sobreviva el fuego fue lo
que permitimos que el Espíritu Santo hiciera por intermedio nuestro. Toda la
producción divina en nuestra vida, todo pensamiento, toda palabra, toda acción
que realizamos en la plenitud del Espíritu Santo será premiada por Jesucristo.
Cómo Redimir el
Tiempo:
El único día que podemos
redimir es el día de hoy (Is. 49:8; Mt.
6:30-33; 2 Cor. 6:2), y
a través de las Escrituras se nos exhorta continuamente a escuchar a Dios hoy (Ex. 17; Salm. 90, 95, 106; 1 Cor. 10:1-10; Heb. 3). Cada mañana Dios nos otorga a cada uno 24
horas, 1.440 minutos y nos da la oportunidad de adquirir tanto tiempo como
queramos para la eternidad. Cada minuto que pasamos en comunión, llenos del
Espíritu, nos pertenece para siempre; cada minuto que no estamos en comunión se
pierde.
Para comprar tiempo
tenemos que contar con capital; nuestro capital es la Palabra de Dios. Todo nos
viene de la Palabra (Mt. 4:4; 2 Tim. 3:16), y la Palabra es lo único que nos
llevará de esta existencia a la eternidad (Salm.
90:12):
1. Seamos llenos del Espíritu (Ef. 5:18).
2. Estudiemos (Rom. 12:2; 2 P. 3:18).
3. Apliquemos la Palabra (Col. 4:5; 1 P. 2:15).
4.
Soportemos/Esperemos (Is. 40:31; Rom. 8:18; Stg. 1:2; 1 P. 1:7,
2:19-21, 3:14-18, 4:1).
5. Oremos (Ef. 6:18; Heb. 13:15; Stg. 5:13-18).
6. Sometámonos (Ef. 5:21).
7. Sirvamos (1 Tim. 4:14; 1 Cor. 12:7, 11; 1 Cor. 13).
2 Pedro 1:10,11 nos dice que la
abundancia de nuestras riquezas en el cielo será un reflejo de nuestro
crecimiento espiritual sobre la tierra. Nuestra recompensa en el tribunal de
Cristo se basará en cuánto permitimos que Dios hiciera en nuestra vida sobre la
tierra, cuánto estuvimos dispuestos a aceptar Su gracia y buscar y seguir Su
plan. Los que permiten que El los haga espiritualmente grandes en este tiempo, llevarán
la marca de esa grandeza para siempre; brillarán eternamente como un reflejo de
la gloria inmarcesible de la gracia de Dios.
Cuando veamos pasar todos nuestros años
y días y horas y minutos por esas llamas, comprenderemos, con la claridad
perfecta que podríamos tener hoy por fe, que la única grandeza digna de buscar
en la vida es la grandeza de la gracia, que la única carrera digna de correr es
la carrera de la fe, que la única batalla digna de pelear es la buena batalla,
y que cuando todo haya pasado, las únicas palabras dignas de escuchar son las
palabras de aprobación del Señor Jesucristo: "¡Bien, buen siervo y fiel!"
(Mateo 25:23).
Enséñanos de tal modo a contar nuestros
días, que traigamos al corazón sabiduría. (Salm. 90:12).
Bendición y
Recompensa:
Cinco
Categorías de Bendiciones en el Tiempo:
1. Bendición espiritual (Ef. 1:3; Col. 2:10).
2. Promoción (1
Sam. 2:30).
3. Bendición por asociación (Salm. 23:5).
4. Impacto histórico
(Is. 53:12).
5. Gracia en la muerte (Salm. 116:15).
Cuatro Categorías de Recompensas en la Eternidad:
1. Alabanza (1
Cor. 4:5).
2. Coronas (1
Cor. 9:24-27):
A. La corona de justicia
por haber sido fieles al Señor en esta vida (2 Tim. 4:7, 8).
B.
La corona del gozo por haber sido fieles en testificar (Filp. 4:1; 1 Ts. 2:19).
C. La corona de gloria
por haber sido fieles en ministrar (1 P.5:4).
D. La corona de vida por
haber sido fieles en la prueba (Stg.1:12;
Ap. 2:10).
E. La corona
incorruptible por ejercer dominio propio en la vida espiritual (1 Cor. 9:24)
3. Rango y autoridad (Mt. 25:14-23; 24:45-47; Ap. 2:26).
4. Gloria (Dn.
12:3; Rom. 8:17, 18; Ap. 2:28).
Concluimos:
“Porque vosotros sabéis
perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche”. (1 Ts.5:2).
Los esfuerzos
por determinar la fecha del regreso de Cristo son necios. No se deje
engañar por alguno que dice saberlo. Aquí se menciona que nadie sabe
el día ni la hora y que aun los creyentes serán sorprendidos. El Señor volverá
sorpresivamente, advierte Pablo, ¡así es que esté preparado! Ya que nadie sabe
cuándo Jesús volverá a la tierra, deberíamos estar siempre listos. Usted sabe cuándo el ladrón le va a robar, creo que nadie
lo sabe, siempre nos cae por sorpresa. Así vendrá el Señor por su Iglesia, no estoy diciendo camiseta interdenominacional. por ella.
Suponga que El
volviera hoy.
¿Cómo lo encontraría viviendo? ¿Está listo para encontrarse con Él? ¿Viva cada
día preparado para dar la bienvenida a Cristo?
___________
Notas y
Bibliografía:
[1] G5550
χρόνος = jrónos: de derivación
incierta; un espacio de tiempo (en general, y así propiamente distinguido de G2540,
que designa una ocasión fija o especial; y de G165, que denota un
período particular) o intervalo; por extensión una oportunidad individual; por
implicación demora:- edad, tiempo. (Strong).
[2] koimaomai = (κοιμάομαι, G2837)
, se usa del dormir natural (Mateo 28:13; Lucas 22:45; Juan 11:12; Hechos 12:6);
de la muerte del cuerpo, pero solo de aquellos que son de Cristo; sin embargo,
nunca del mismo Cristo, aunque él es «primicia de los que durmieron» (1 Cor.15:20);
de los santos que partieron antes de que Cristo viniera (Mt.27:52; Hech.13:36);
de Lázaro, mientras Cristo estaba aún sobre la tierra (Juan 11:11); de los
creyentes desde la ascensión (1 Ts.4:13-14; 1 Ts. 4:15; Hech. 7:60; 1 Cor. 7:39;
11:30; 15:6; 15:18; 15:51; 2 P.3:4).
Nota: «Este uso metafórico de la palabra
dormir es apropiado, por la similitud de apariencia entre un cuerpo dormido y
un cuerpo muerto; por lo general lo que caracteriza a ambos es el reposo y la
paz. El objeto de la metáfora es el de sugerir que, así como el que duerme no
deja de existir mientras su cuerpo duerme, de la misma manera la persona que ha
muerto sigue existiendo a pesar de su ausencia de la región en la que los que
permanecen se pueden comunicar, y que, así como se sabe que el sueño es cosa
temporal, lo mismo sucederá con la muerte del cuerpo.
»Que es el cuerpo lo único que está a la vista en
esta metáfora es evidente: (a) de la derivación de la palabra koimaomai, echarse, tenderse, yacer (cf.
anastasis = resurrección, de ana = «arriba» e istemi, hacer estar de pie); cf. Isaías 14:8 , donde para «yaciste»
la lxx traduce «dormiste»; (b) del
hecho de que en el NT la palabra resurrección se usa solo del cuerpo; (c) de Daniel 12:2, donde a los
físicamente muertos se les describe como « los que duermen (lxx katheudo, como en 1 Ts.5:6) en el polvo
de la tierra», lenguaje este inaplicable a la parte espiritual del hombre;
además, cuando el cuerpo vuelve allí de dónde provino (Gn.3:19), el espíritu
retorna a Dios que lo dio (Ecl.12:7).
»Cuando la
estructura física del cristiano (la casa terrena de nuestro tabernáculo, 2 Cor.5:1)
se disgrega y vuelve al polvo, la parte espiritual de su sumamente complejo
ser, el asiento de su personalidad, parte para estar con Cristo (Filp.1:23). Y
ya que el estado en el que el creyente, ausente del cuerpo, está en el hogar
con el Señor (2 Cor.5:6-9), es descrito como «mucho mejor» que el estado
presente de gozo en comunión con Dios y de feliz actividad en su servicio, que
por todas partes queda reflejado en los escritos de Pablo, es evidente que la
palabra «dormir», allí donde se aplica a los cristianos que han partido, no
tiene en absoluto la intención de comunicar la idea de que el espíritu se halle
en estado de inconsciencia.
»Los primeros
cristianos adoptaron la palabra koimeterion,
que era usada por los griegos para denominar a una casa usada para alojar a
forasteros, para designar el lugar de sepultura de los cuerpos de los suyos que
habían dejado esta escena; de ahí proviene la palabra castellana «cementerio»,
«el lugar de dormir»» (de Notes on Thessalonians, por Hogg y Vine, p. 172). (VINE).
[3] arpazo = (ἁρπάζω,
G726), arrebatar. Se dice
del acto del Espíritu del Señor con respecto a Felipe (Hech.8:39); de Pablo al
ser llevado al paraíso (2 Cor.12:2; 12:4); del arrebatamiento de los santos al
retorno del Señor (1 Ts.4:17); del arrebatamiento del niño varón en la visión
de Ap.12:5. Este verbo comunica que se ejerce una fuerza de una manera súbita,
como en Mateo 11:12: «lo arrebatan»; en 12:29: «saquear», algunos mss. Tienen
ahí diarpazo; en 13:19: «arrebata»;
para tomar por la fuerza, véase también su uso en Juan 6:15; 10:12; 10:28-29;
Hech.23:10; en Judas 1:23: «arrebatándolos». Véanse APODERAR (SE), SAQUEAR.
(VINE).
[4] katheudo = (καθεύδω, G2518);
ir a dormir. Se usa principalmente
del dormir natural, y se halla con la mayor de las frecuencias en los
Evangelios, especialmente en Mateo y Lucas. Con referencia a la muerte, se
halla en la afirmación del Señor acerca de la hija de Jairo (Mateo 8:24; Marcos
5:39; Lucas 8:52). En las Epístolas de Pablo se usa como sigue: (a) del dormir natural (p.ej., 1 Ts.5:7);
(b) de indiferencia carnal a las
cosas espirituales de parte de los creyentes (Efesios 5:14; 1 Tesalonicenses 5:6;
5:10, como en Marcos 13:36), una condición de insensibilidad a las cosas
divinas involucrándose en ello en conformación al mundo (cf. jupnos, véase SUEÑO). (VINE).
- Gene Cunningham. Las Base De La Fe.
- e-Sword-the. LEDD.
- Biblia de Estudio RYRIE. Y Teología Básica.
- Pastor: Carlos Ramírez Jiménez.
11//08//2016.
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