miércoles, 10 de agosto de 2016

PREDICÓ A LOS ESPÍRITUS ENCARCELADO: (¿Qué Significa Descendió A Los Infiernos?) (1 Pedro 3:18-20)

PREDICÓ A LOS ESPÍRITUS ENCARCELADO:
(¿Qué Significa Descendió A Los Infiernos?)
 (1 Pedro 3:18-20)

Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

“Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu;… en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados,… los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua”.
(1 Pedro 3:18-20)

Introducción:
Este pasaje, sin duda difícil de comprender, fue clarificador para sus primeros lectores. Ha sido objeto de diversas interpretaciones. Probablemente se refiera a la proclamación de Cristo, mediante el acontecimiento de su resurrección, de los frutos de su triunfo a los espíritus encarcelados (espíritus de demonios).
Aparentemente, estos espíritus estaban también sujetos a la corrupción del mundo en los días de Noé. Véanse Génesis 6:1-8; 2 Pedro 2:4-5; Judas 1:6. Esta proclamación pudo ser parte de la subsecuente soberanía de Cristo sobre «ángeles, autoridades y poderes».
No se dice nada sobre alguna reacción de los oyentes; pero en todo caso, este pasaje no debería tomarse como indicativo de una segunda oportunidad de salvación para aquellos que rechazan la verdad en esta vida.
 
I.      El Credo De Los Apóstoles, Y Los Concilios:

1.1. ¿Qué significa descendió a los infiernos?
En proclamamos que Cristo "descendió a los infiernos". ¿Qué significa?
Este Credo, formulado en el siglo V, se refiere al descenso del alma de Cristo, ya separada del cuerpo por la muerte, al lugar que también se llama "sheol" o "hades". El Cuarto Concilio Lateranense, en el 1215, definió esta doctrina de Fe.
En este caso "infierno" no se refiere al lugar de los condenados sino que es "el lugar de espera de las almas de los justos de la era pre-cristiana" (Ott, p. 191). Entre la multitud de justos allí esperando la salvación, estaba San José, los patriarcas y los profetas, como todos aquellos que murieron en paz con Dios. Todos necesitaban, como nosotros, la salvación de Cristo para poder ir al cielo.
Vea en las Sagradas Escrituras: Hechos 2:24; 2:31; Filp. 2:10; 1 Pedro 3:19-20; Ap. 1:18; Ef. 4:9.
Padres de la Iglesia que enseñaron esta doctrina incluye: San Justino, San Ireneo, San Ignacio de Antioquía, Tertuliano, San Hipólito, San Agustín. Santo Tomas Aquino enseña que el propósito de Cristo en descender a los infiernos fue liberar a los justos aplicándose los frutos de la Redención (S. Th. III, 52, 5). Todas estas definiciones son tomadas por la Iglesia Católica Romana, en todos estos concilios, como parte de su doctrina.

1.2. Un Punto de Vista Bíblico.
Este pasaje está alojado en el Credo en la frase «descendió a los infiernos». En primer lugar debemos advertir que esta frase es muy confusa. La idea del Nuevo Testamento no es que Jesús descendió al infierno, sino que descendió al hades. Hech.2:27, como todas las traducciones modernas muestran correctamente, debe traducirse, no: "No dejarás mi alma en el infierno», como decía la antigua versión Reina-Valera, sino: "No dejarás mi alma en el Hades», como corrigió la revisión de 1960.

“Porque no dejarás mi alma en el Hades, Ni permitirás que tu Santo vea corrupción”. 
(Hechos 2:27) 

La Diferencia Es Ésta:
·      el infierno [1]es el lugar de castigo de los malvados;
·      el hades [2]era el lugar donde estaban todos los muertos [espíritu encarcelado. Esto se puede ver mejor en Lucas 16:19-31*].

NOTA: *Lucas 19:23: En el Hades. El mundo invisible en general, pero específicamente significa aquí la morada de los no salvo entre el momento de su muerte y el juicio ante el Gran Trono Blanco (Apocalipsis 20:11-15). Véase Efesios 4:9**. Al  decir esto, el Señor Jesús enseñó:
1) La Existencia consciente después de la muerte;
2) la realidad y los tormentos del Hades = [Infierno, tormento del espíritu humano];
3) que no hay una segunda oportunidad después de la muerte; y
4) la imposibilidad de que los muertos se comuniquen con los vivos (v.26).
Los dos hombres de esta historia ilustran dos vidas diferentes, dos muertes diferentes y dos destinos diferentes.
**Efesios 4:9: Veamos. Las partes más bajas de la tierra. Podría significar que Cristo descendió al Hades entre Su muerte y Su Resurrección; o “de la tierra” podría ser mera aposición, significando que descendió (en Su Encarnación) a las partes más bajas (del universo), a saber, la tierra.

Los judíos tenían una concepción muy sombría de la vida más allá de la tumba. No pensaban en términos de Cielo e infierno, sino del mundo de las sombras en el que los espíritus de los seres humanos que ya habían muerto se movían como fantasmas grises en una penumbra perdurable y donde no había ni fuerza ni alegría.
Tal era el hades [Seol AT.] al que los espíritus de todas las personas iban después de la muerte.         

II.      Ubiquemos Primero El Contexto:
“Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu”. (1 Pedro 3:18) 
Más vale sufrir por hacer el bien, si es esa la voluntad de Dios, que por hacer el mal. Cristo también murió una vez por todas y por los pecados, el Justo por los injustos, para llevarnos a Dios.
Aunque-este pasaje es uno de los más difíciles del Nuevo Testamento, empieza con algo que todos podemos comprender. Lo que Pedro presenta es que, aun cuando el cristiano se vea obligado a sufrir injustamente por su fe, no está haciendo más que recorrer el camino que anduvo su Señor y Salvador. El cristiano que sufre debe siempre recordar que tiene un Señor que sufre. En el reducido espacio de estos dos versículos Pedro incluye las cosas más profundas que se pueden decir acerca de la obra de Cristo:

2.1. Establece Que La Obra De Cristo Fue Única y No Se Puede Repetir.
Cristo murió una vez por todas por los pecados. El Nuevo Testamento dice esto a menudo. Cuando Cristo murió, murió una vez por todas (Rom.6:10). Los sacrificios del templo tenían que repetirse diariamente, pero Cristo hizo el perfecto Sacrificio una vez por todas cuando Se ofreció a Sí mismo (Heb.7:27).
Cristo fue ofrecido una vez por todas para llevar el pecado de muchos (Heb.9:28). Somos santificados por medio de la ofrenda del cuerpo de Cristo una vez por todas (Heb.10:10). El Nuevo Testamento está totalmente seguro de que algo sucedió en la cruz que no ha de suceder nunca más, y que allí el pecado fue derrotado definitivamente. Dios trató en la cruz con el pecado humano de manera adecuada para todos los pecados, para todos los hombres, para todos los tiempos.

2.2. Establece Que El Sacrificio Fue Por El Pecado.
Cristo murió una vez por todas por los pecados. Esto, de nuevo, se dice frecuentemente en el Nuevo Testamento. Cristo murió por nuestros pecados conforme a las Escrituras (Corintios 15:3). Cristo Se dio a Sí mismo por nuestros pecados (Gal.1:4). El ministerio del sumo sacerdote, y Cristo es el perfecto Sumo Sacerdote, es ofrecer sacrificio por los pecados (Heb.5:1; 5:3). Él es la expiación por nuestros pecados (1 Jn.2:2).
En griego, por los pecados es o hyper o peri hamartión. Resulta que en la traducción griega del Antiguo Testamento la frase regular para una ofrenda por el pecado es peri hamartías (Hamartías es el singular de hamartión), como, por ejemplo, en Lv.5:7 y 6:30. Es decir: Pedro afirma que la muerte de Cristo es el Sacrificio que expía el pecado de la humanidad.
Podría decirse que el pecado es lo que interrumpe la relación que debería existir entre Dios y la humanidad. La finalidad del sacrificio es restaurar la relación perdida. La muerte de Cristo en la Cruz, comoquiera que la expliquemos, basta para restaurar la relación perdida entre Dios y la humanidad.
Puede que nunca lleguemos a estar totalmente de acuerdo con todas las teorías acerca de lo que sucedió realmente en la Cruz; porque, desde luego, como dice Charles Wesley en uno de sus himnos: «¡Todo es un misterio!». Pero en una cosa podemos estar todos de acuerdo: Gracias a lo que sucedió allí podemos entrar en una nueva relación con Dios.

2.3. Pedro Ve La Obra De Cristo En Términos De Un Triunfo Completo.
Dice que después de Su Resurrección Jesús entró en el cielo y está a la diestra de Dios, y que los ángeles, las autoridades y los poderes se Le han sometido (3:22). Lo que quiere decir que no hay nada ni en la Tierra ni en el Cielo fuera del imperio de Cristo. Para todas las personas trajo una nueva relación con Dios; en Su muerte aun llevó la Buena Noticia a los muertos; en Su Resurrección conquistó la muerte; hasta los poderes angélicos y demoníacos.

Le están sujetos; y comparte el mismo poder y trono de Dios.
·      Cristo, el Que sufrió, ha llegado a ser Cristo, el Que venció;
·      Cristo el Crucificado ha llegado a ser Cristo el Coronado.

III.    Aclararon Las Citas Bíblicas 19-20, Y Diferentes Puntos Teológicos:

Los versículos 19-20, están erizados, que trataremos de solventar, tras de ofrecer lo que dice a la letra el original: “En el cuál (espíritu, del v.18, al final) también marchó a proclamar a los espíritus en prisión, que en otro tiempo desobedecieron[3] (gr. apeithésasin, no se dejaron persuadir, en participio de aoristo) cuando aguardaba la longanimidad de Dios en (los) días de Noé mientras era preparada (participio de presente) el Arca, (entrando) en la cual unos pocos, esto es, ocho personas[4] (esto es aquí el sentido de psukhás, como en Hechos 2:41, por ejemplo) se salvaron por medio del agua”.

3.1. El versículo 19:
Dio ocasión a la frase del Credo que dice “descendit ad ínferos”, mal traducido por “descendió a los infiernos”, tal como se recita y se canta en el Credo de la Iglesia de Roma. En dicha Iglesia, esto dio origen al llamado “limbo de los justos”, y esta enseñanza subyace todavía a la disparatada interpretación que el dominico  Salguero hace de todo el pasaje en contraste con la erudita y estupenda del jesuita R. Franco. Las dificultades de este versículo son tres:

1- ¿En qué sentido puede decirse que Cristo fue en espíritu al lugar donde estaban los espíritus en prisión?
Las distintas opiniones son expuestas clara y concisamente en la Biblia de Estudio RYRIE en castellano:  
NOTA: V.19: Predicó a los espíritus encarcelados.
1) Algunos piensan que esto significa que Cristo, entre el tiempo de Su Muerte y el de Su Resurrección, descendió y ofreció a quienes habían vivido antes de Noé (v.20); una segunda oportunidad de Salvación, cosa que no tiene en las Escrituras base alguna;
2) Otros opinan que fu simplemente el anuncio de Su victoria sobre el pecado a los que estaban en el Hades, sin ofrecerles una segunda  oportunidad.
3) Lo más probable es que se refiera al Cristo pre-encarnado predicando por medio de Noé a los que, por haber rechazado aquel mensaje, son ahora espíritus encarcelados.
Personalmente, esta última interpretación me parece la más probable.

2- Sin embargo, las dificultades no acaban ahí.
En efecto, ¿quiénes son esos espíritus en prisión de que nos habla Pedro en el mismo versículo 19? Las interpretaciones son dos, y voy a resumirlas del comentario de E. G. Selwyn citado tanto por el evangélico A. Stibbs como por el jesuita R. Franco:
·      La primera y tradicional interpretación, aplica la palabra espíritu a las almas de los difuntos, con referencia especial a los que murieron en tiempos de Noé, mientras se preparaba el Arca. Esta interpretación tiene a su favor que estas personas desobedecieron realmente al mensaje que proclamaba Noé (Heb.11:7) durante la fabricación del Arca, pero tiene en contra suya que el término espíritus (sin más calificación ni determinación) nunca se usa en la Biblia para designar las almas de los difuntos.
·      La segunda, moderna, interpretación se apoya en los siguientes datos: El Término espíritus se usa siempre para designar seres sobrenaturales, buenos o malos; la tradición judía era constante en considerarlos como transgresores del orden establecido por Dios, y en consecuencia, castigados, en un tiempo inmediatamente anterior al Diluvio, a permanecer en prisión hasta el día del Juicio; y lo que es más fuerte, parece ser que a tales espíritus hacen referencia 2 Pedro 2:4 y Judas 6, 7. Estos argumentos son verdaderamente fuertes con la sola dificultad de ver cómo puede determinarse la actual desobediencia de estos espíritus a un mensaje predicado mientras se preparaba el Arca. Además, si se adopta esta interpretación, es preciso entender que dichos espíritus, ángeles, son los hijos de Dios de que habla Génesis 6:2, lo que todavía, al que esto escribe, le resulta difícil de “tragar”.

3- La tercera dificultad, aunque tan fuerte como las anteriores, se refiere al sentido del verbo ekéruxen, proclamó.
El verbo era usado en el griego clásico para designar el oficio del kérux, heraldo o pregonero, encargado de hacer público los edictos o bandos  de las autoridades, como los hemos conocido todavía en nuestro siglo. De esta raíz se deriva el término kerygma, tan de moda en nuestros días para aludir a la proclamación del Evangelio. Sin embargo, dicho verbo no indica necesariamente el anuncio de una Buena Noticia (para eso están el verbo euanguelízo y el sustantivo euanguélion).
Por tanto, puede entenderse de la proclamación del definitivo triunfo de Cristo sobre el mal, hecha a los espíritus malos en prisión, si se acepta la interpretación que ve en ellos a los ángeles caídos. Si por espíritus se entienden las almas de los difuntos, que en tiempo de Noé desecharon el mensaje, habría que entender el verbo kerússein como sinónimo de euanguelízein.

Concluimos:

En cualquier caso, los versículos 19-20 muestran que las buenas nuevas de Cristo de salvación y victoria no están limitadas. Han sido predicadas en el pasado así como en el presente; han sido dirigidas a los muertos y a los vivos.

Dios les ha dado a todos la oportunidad de acudir a Él, pero eso no significa una segunda oportunidad para quienes rechazaron a Cristo estando vivos.
__________
Notas y Bibliografía:
[1] geenna = (γεέννα, G1067) representa el término hebreo Ge-Hinnom (el valle de Tofet) y una palabra aramea correspondiente. Se encuentra doce veces en el NT, once de ellas en los Evangelios Sinópticos, y en cada caso es mencionado por el mismo Señor. El que le diga a su hermano, fatuo (véase bajo INSENSATO), quedará expuesto «al infierno de fuego» (Mateo 5:22); es mejor arrancar (descripción metafórica de una ley irrevocable) un ojo que haga caer a su poseedor, que no que «todo su cuerpo sea echado al infierno» (v. 29); similarmente con la mano (v. 30). En Mateo 18:8-9 se repiten las amonestaciones, con una mención adicional al pie. Aquí, también la advertencia va dirigida a la persona misma, a la que se refiere evidentemente el término «cuerpo» en el cap. 5. En el v. 8, «el fuego eterno» es mencionado como la condenación, dándose el carácter de la región por la misma región, quedando ambos aspectos combinados en la frase «el infierno de fuego» (v. 9). El pasaje de Marcos 9:43-47 es paralelo al de Mateo 18: En este se añaden descripciones más extensas, como «fuego que no puede ser apagado» y «donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga».
El hecho de que Dios «después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno», constituye una razón para que se le tema con el temor que preserva del mal hacer (Lucas 12:5); el pasaje paralelo a este en Mateo 10:28 declara, no el arrojamiento adentro, sino la pérdida que sigue, esto es, la destrucción (no la pérdida del ser, sino del bienestar) del «alma y el cuerpo en el infierno».
En Mateo 23  el Señor denuncia a los escribas y fariseos, que, al proselitizar a alguien, lo hacían «dos veces más hijos del infierno» que ellos mismos (v. 15), siendo esta frase expresiva de carácter moral, y anuncia la imposibilidad de que escapen «de la condenación del infierno» (v. 33). En Stg.3:6 se describe el infierno como la fuente del mal hecho por el mal uso de la lengua. Aquí la palabra significa los poderes de las tinieblas, cuyas características y destino son los del infierno.
Para términos descriptivos del infierno, véanse, p.ej., Mateo 13:42; 25:46; Filp.3:19; 2 Ts.1:9; Heb.10:39; 2 P.2:17; Judas 1:13; Ap.2:11; 19:20; 20:6; 20:10; 20:14; Ap.21:8.
Notas: (1) Para «infierno» como traducción de Hades, como sucede en la rv, véase HADES. (VINE).
[2] jades = (ἅδης, G86), región de los espíritus de los muertos perdidos; pero incluyendo los de los muertos bienaventurados en los tiempos anteriores a la ascensión de Cristo. Algunos han afirmado que este término significaba etimológicamente lo invisible (de a, privativo, y eido, ver), pero esta derivación es dudosa. Una derivación más probable es dejado, que significa receptor de todo. Se corresponde con «Seol» en el AT. En la rv del AT., y del NT., ha sido desafortunadamente traducido «infierno» (p.ej., Salmo 9:17); o «sepultura» (Génesis 37:35; 42:38, etc.); o «el abismo» (Num.16:30; 16:33). En el NT., la rvr usa siempre la traducción «Hades», excepto en 1 Cor.15:55 (tr), donde se traduce injustificadamente el término jades como «sepulcro». Los mss. Más comúnmente aceptados tienen thanatos = muerte, en lugar de hades, en la segunda parte del versículo. En el AT., la rvr translitera uniformemente Sheol como «Seol». Nunca denota la sepultura, ni es tampoco la región permanente de los perdidos; para los tales es el estado intermedio entre la muerte y la condenación en la Gehena (véase INFIERNO, A). Para la condición de los perdidos en el Hades, véase Lucas 16:23-31.
Este término se usa cuatro veces en los Evangelios, y siempre lo usa el Señor mismo (Mateo 11:23; 16:18; Lucas 10:15; 16:23). Se usa con referencia al alma de Cristo (Hech.2:27; 2:31). Cristo declara que él tiene las llaves del Hades (Ap.1:18). En Ap.6:8 el Hades es personificado, significando el destino temporal de los condenados; y que tendrá que entregar a los que están en él (Ap.20:13), y será finalmente arrojado al lago de fuego (v. 14). (VINE)
[3] apeitheo = (ἀπειθέω, G544), relacionado con B, Nº 1, y con C, Nº 1; rehusar ser persuadido, rehusar la creencia, ser desobediente. Se traduce «desobediente», con el verbo ser desobediente (Rom.11:30-31; 1 P.2:8); con el verbo desobedecer (Juan 3:36; Heb.3:18; 1 P.3:20); como «no creer» (Hech.14:2; 17:5, aquí está ausente en los mss. más acreditados; Hech.19:9; 1 P.2:7, donde los más acreditados mss. tienen apisteo = descreer; 1 P.3:1); como no obedecer se traduce en Rom.2:8; 1 P.4:17; con el adjetivo «rebelde» se traduce en Rom.10:21; 15:31; y con el adjetivo «desobediente» se traduce en Heb.11:31. Véanse OBEDECER, REBELDE. (VINE).
[4] psuque = (ψυχή, G5590) denota el aliento, el aliento de la vida, y luego el alma, en sus varios significados. Los usos del NT., «pueden ser analizados aproximadamente de la siguiente manera: (a) la vida natural del cuerpo (Mateo 2:20; Lucas 12:22; Hechos 20:10; Ap.8:9; 12:11; cf. Lv.17:11; 2 Sam.14:7; Ester 8:11); (b) la parte inmaterial, invisible, del hombre (Mateo 10:28; Hech.10:27; cf. 1 R.17:21); (c) el hombre desencarnado (Ap.6:9), o «desnudos» o «desnudado» (2 Cor.5:3-4); (d) el asiento de la personalidad (Lucas 9:24, explicado como = «sí mismo», v. 25; Heb.6:19; 10:39; cf. Is.53:10 con 1 Tim.2:6; (e) el asiento del elemento sensible en el hombre, aquello mediante lo que percibe, refleja, siente, desea (Mateo 11:29; Lucas 1:46; 2:35; Hech.14:2; 14:22; cf. Salm.84:2; 139:14; Is.26:9); (f) el asiento de la voluntad y del propósito (Mateo 22:37; Hech.4:32; Ef.6:6; Filp.1:27; Heb.12:3; cf. Núm.21:4; Deut.11:13); (g) el asiento de los apetitos (Ap.18:14; cf. Salmo 107:9; Prov.6:30; Is.5:14, «deseo»; Is.29:8); (h) personas, individuos (Hech.2:41; 2:43; Rom.2:9; Stg.5:20; 1 P.3:20; 2 P.2:14; cf. Gn.12:5; 14:21, «personas»; Lv.4:2, «cualquiera»; Ez.27:13); de cuerpos muertos (Num.6:6, lit: «el alma muerta»); y de animales (Lv.24:18, lit: «alma por alma»); (i) el equivalente a los pronombres personales, utilizado para énfasis y efecto; 1ª persona (Juan 10:24, «nosotros»; Heb.10:38; cf. Gn.12:13; Num.23:10; Jueces 16:30; Salmo 120:2, «me»); 2ª persona (2 Cor.12:15; Heb.13:17; Stg.1:21; 1 P.1:9; 2:25; cf. Lv.17:11; 26:15; 1 Sam.1:26); 3ª persona (1 P.4:19; 2 P.2:8; cf. Ex.30:12; Job 32:2, en hebreo, «alma»); (j) una criatura animada, humana o no (1 Cor.15:45; Ap.16:3; cf. Gn.1:24; 2:7; 2:19); (k) «el hombre interior», el asiento de la nueva vida (Lucas 21:19; cf. Mateo 10:39; 1 P.2:11; 1 P.2:3; Juan 2). (VINE).
-   Hades = (gr., hades, haides, lo oculto). El lugar o estado de los muertos, en contraste con el castigo final de los malos. En la mitología griega Hades era el dios de las regiones bajas. Aunque la palabra fue tomada de los mitos paganos, el concepto se deriva de la palabra heb. Seol. Seol ocurre 65 veces en el AT hebreo, y aunque en algunas versiones se traduce como infierno, tumba o foso, en la RVA se usa uniformemente como una transliteración de seol, así como hades es una transliteración más que un intento de traducir el término gr. La palabra infierno casi siempre tiene una connotación poco placentera y propiamente se considera como el destino final del malo cuando se traduce gehena, lo cual ocurre 12 veces y siempre tienen el significado de infierno.
Por lo general, el NT., no arroja suficiente luz sobre el significado de Hades. Es un lugar de tormento (Lucas 16:19-31). Capernaúm se hundirá hasta el Hades (Mateo 11:23; ver Lucas 10:15). La expresión serás hundida apunta a la enseñanza del AT de que el Seol está debajo de la tierra (Salmo 139:8; Amos 9:2); el día de juicio para Sodoma y Capernaúm será más tolerable que la estadía en el Hades (Mateo 11:24). Nuestro Señor se levantó de entre los muertos y no quedó en el Hades (Salmo 16:8-11; Hechos 2:25-31). En Apocalipsis, la muerte y el Hades son asociados cuatro veces (Ap.1:18; 6:8; 20:13-14), siendo traducidos casi como sinónimos. Ver GEHENA. (Diccionario Bíblico Vila – Escuain).
-    e-Sword-the. LEDD.
-    Biblia de Estudio RYRIE.
-    MATTHEW, Henry. Comentario Bíblico. Edit. Clie. Págs. 1852-1853.
-    Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 10//08//2016.



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