Parte II:
La Oración Sacerdotal De Jesús:
(Juan 17:1-26)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Jesús Ora Por Sus Discípulos:
“Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti;… como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste… Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado… Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese… Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese…”.
(Juan 17:1-26)
Sin embargo, Lindars opina que es un
modismo semítico que significa “el hombre destinado para la perdición” (ver 2
Sam.12:5).
El texto admite ambas interpretaciones.
Se entiende que el pasaje en Tesalonicenses se refiere a la encarnación de
Satanás en un ser humano, como en el caso de Judas. Hay cierto juego de
palabras que no se capta en la traducción. El término perdición se deriva del
verbo traducido se perdió.
Westcott lo traduce así: “ninguno de
ellos pereció, sino el hijo pereciente”.
Morris comenta que si tomamos en
consideración a Judas, como excepción, la respuesta debe ser que la voluntad
del Padre fue cumplida en ambos casos, en los once y en el traidor. Esta verdad
se expresa en la cláusula de propósito para que se cumpliese la Escritura (ver
13:18; Job 41:9). Con esta observación, no queremos dejar la impresión de que
Dios sea responsable por la acción de Judas. Éste actuó por su propia voluntad,
resistiendo todos los esfuerzos de Jesús al contrario; por lo tanto, sólo él
fue responsable. Sin embargo, Dios empleó la maldad de un hombre para lograr la
bendición de muchos por la muerte de su Hijo.
Jesús vuelve al tema del v. 11 donde
dice textualmente lo mismo que en el comienzo del v. 13, voy a ti. Sin embargo,
allá dijo:
“ya no estoy más en el mundo” mientras aquí se consideraba todavía
en el mundo, hablo esto en el mundo. Algunos consideran que esto, literalmente
“estas cosas”, se refiere a todo el discurso de despedida, pero otros opinan
que se refiere sólo a la intercesión.
Parece que Jesús estaba en el mismo
borde entre el mundo y el cielo a tal punto que en un momento se sentía de un
lado y en otro momento, del otro lado.
Aunque la oración se dirigía al Padre,
los discípulos aprendían de sus palabras pronunciadas en voz alta. Seguramente
esta oración infundía en ellos un enorme sentido de seguridad y consuelo.
Además, Jesús deseaba que ellos
experimentaran en plenitud el gozo que era suyo. El término completo,
funcionando como un adjetivo, traduce un participio en el tiempo perfecto que
significa “que
se ha completado” (ver 15:11; 16:24). El gozo de Jesús brotaba de
una conciencia de haber obedecido la voluntad del Padre en cada paso de su
misión. Los discípulos experimentaron el gozo de su Señor a medida que seguían
su ejemplo en la obediencia.
Jesús es consciente de haber dado a los
discípulos toda tu palabra (logos G3056) y ellos la habían guardado
(ver vv. 6-8). Por haberse identificado con Jesús y haber guardado la palabra
del Padre, el mundo los aborreció en la misma manera que aborreció al Hijo y,
por medio de él, al Padre. Jesús explica la base del odio del mundo hacia los
discípulos y hacia él: no pertenecen al mundo (ver 15:18-25; 17:16).
Plummer comenta que aquí tenemos los dos
resultados del discipulado: la protección de Jesús con el regalo de la Palabra
de Dios y el odio del mundo.
Otra vez (v. 15) vemos una verdad
expresada en el modo negativo y positivo, una manera de enfatizarla y, a la
vez, evitar un mal entendido. Se discute cuál sería el ideal para el creyente
en el mundo, el encerrarse en un monasterio, aislado de la “contaminación” del mundo, o por
otro lado ser un componente de la “ciudad asentada sobre un monte”, a la vista
de todos, como una “lámpara” que ilumina a toda la casa. Este
versículo debe resolver esa discusión.
NOTA.
Juan 17:15:
Del mal: El vocablo puede ser neutral (del mal) o masculino (del malo, Satanás). Es de notar que Cristo no enseña una
retirada del mundo, sino que los cristianos evangélicos estén en el mundo sin
ser del mudo (vv.14-16).
La misión de Jesús fue la de testificar
al mundo y esa misión fue encomendada a los discípulos (ver 20:21). La única
manera de cumplir esa misión es “plantarse” bien en el medio del mundo, a la
vista de todos, pero a la vez manteniéndose separado del maligno o “el malo”.
El verbo guardes o “vigiles” traduce el mismo verbo que vimos en
el v. 12. La preposición en la cláusula del maligno enfatiza la idea de “separación”.
En su primera epístola Juan emplea el término maligno para referirse al diablo
(ver 1 Juan 2:13 s.; 1 Juan 3:12; 1 Jn.5:18 s.).
El
v. 16 literalmente dice: “Del mundo no son…”, recayendo el
énfasis en las dos primeras palabras.
Nótese: que los dos verbos son y soy están en
el tiempo presente, señalando acción continua; por ejemplo: “Del mundo no están siendo…”.
El versículo es una repetición de parte del v. 14, una manera común entre los
hebreos de enfatizar una verdad. Aquí se repite también como introducción a los
vv. 17-19. Jesús no sólo pide para sus discípulos la protección del Padre, sino
también la santificación.
El verbo Santifícalos es un imperativo
que significa “hacer
santo o separado”. Algunos se refieren a este versículo como la “oración de
consagración” (ver Jeremías 1:5). La cláusula en la verdad puede
llevar la idea instrumental: “por medio de la verdad”, o locativo: “en medio de
la verdad”. Ambos sentidos han sido adoptados en la interpretación
por distintos comentaristas.
Morris, basado en 3:21 donde se refiere
al que “hace
la verdad”, entiende que el proceso de santificación se logra a
medida que uno “hace
la verdad”.
Plummer y Vincent opinan que la verdad
se refiere a toda la revelación cristiana, el nuevo medio ambiente en que los
creyentes son colocados para su santificación, como una flor silvestre y
enferma es fortalecido y transformado por ser trasplantada en un jardín.
Lindars, en cambio, entiende que es una oración para que sean guardados en la
verdad que habían recibido.
El término palabra (logos G3056) se refiere a toda la
revelación de Dios como una unidad (ver 8:31, 32), que aquí se define como
verdad (ver Salmo 119:142).
En este contexto el verbo enviaste (v.
18), traducido de apostello* G649 del
cual se deriva “apóstol”,
es casi equivalente a “santificar”. Ambos términos comunican la idea
de la consagración para una misión. Jesús indica que él había encomendado a sus
discípulos la misma misión que el Padre le encomendó a él. La de ellos sería
una continuación de la que él comenzó cuando estuvo en la tierra. El término
mundo aquí se refiere concretamente a la humanidad (ver 3:16), no a la esfera
terráquea.
Etimología:
*G649
ἀποστέλλω = apostélo: de G575
y G4724; poner aparte, i.e. (por implicación) enviar (propiamente en
una misión) literalmente o figurativamente:- devolver, enviar, mandar, meter, poner.
(Strong).
La RVA., omite la conjunción
continuativa con que se inicia el v. 19, la cual sirve para relacionarlo con el
anterior. La expresión Por ellos es literalmente “a favor de”, o “en lugar de”,
sugiriendo que sea una referencia a su muerte vicaria (ver 10:11, 15-18).
Apoyando este concepto está el hecho de
que el verbo santifico se emplea en la LXX para traducir del hebreo al griego
la consagración de personas para el servicio de Dios (ver Ex.13:2; 28:41; 29:1;
29:21; Deut.15:19) y el sacrificio de animales (ver Ex.28:38; Núm.18:9).
La santificación de Jesús para cumplir
la voluntad del Padre incluía la entrega de su vida en muerte; en cambio, la de
sus discípulos sería la entrega de sus vidas en la misión asignada, pero para
algunos de ellos esto también significa el martirio. El verbo compuesto sean
santificados está en el tiempo presente que describe una acción continua y
progresiva. Jesús recalca el hecho de que la santificación se logra en y por
medio de la verdad (ver v. 17).
NOTA: Juan
17:17: Santifícalos significa poner aparte para Dios y para Sus Santos
Propósitos; lo mismo en el V.19.
Este pasaje final cobra importancia al
recordar que son las últimas palabras de Jesús a sus discípulos antes de la
cruz y resurrección. De una preocupación por su glorificación (vv. 1-5) y
protección y unidad de sus discípulos (vv. 6-19), ahora vuelve a considerar a
un mundo que todavía estaba fuera del “redil”.
Desea que ellos también entren en el “redil”
por la influencia de sus discípulos y su comunicación de la palabra, y que sean
parte de la gran unidad en el nuevo pueblo de Dios. El propósito de esta magna
unidad es, según Culpepper, redentor y misiológico: que el mundo crea (v. 21; ver 10:16).
El
legado de Jesús a la iglesia es doble:
Ø La venida del
Paracleto [El Espíritu Santo], y
Ø La misión al mundo
(vv. 22, 23).
El primero principalmente para asegurar
el logro del, segundo.
Se deja atrás la limitación de su
intercesión exclusivamente a favor de los discípulos, no al mundo (v. 9).
Levanta los ojos a un mundo necesitado y abre sus brazos para recibir a todos
cuantos desean creer. El amor suyo y del Padre logra alcanzar hasta la última
persona en la zona más remota del mundo (ver 3:16). La cláusula los que han de
creer en mí emplea la preposición gr. que enfatiza una fe sincera y
comprometida.
El verbo han de creer, traducido
como si estuviera en el tiempo futuro, está realmente en el tiempo presente, “los que creen”.
El cuerpo de los que han de creer en mí se considera como si ya existiera. El
plan divino para que ese amor se conozca es por medio de la palabra de ellos,
es decir, de sus discípulos.
El término palabra se refiere a toda la
revelación de Dios, es decir, a todo el evangelio, no a un conjunto limitado de
palabras, o una fórmula evangelístico. Se pueden emplear mil métodos modernos y
tecnológicos para persuadir a los hombres a creer en Cristo, pero el plan
básico es y siempre será la comunicación eficaz de la palabra del evangelio en
el poder del Espíritu Santo.
Jesús miraba más allá de la creencia en
él, producida por el testimonio de los discípulos, es decir, a la unidad entre
todos los que habían de creer. Esta es la única petición de Jesús a favor de la
iglesia.
Lindars comenta acertadamente que la
desunión entre los creyentes constituye la negación de la fe.
La base de la apelación en este capítulo
para la unidad entre los creyentes es la analogía entre su propia relación con
el Padre, por un lado, y la relación de la iglesia con Jesús, por otro. La unidad entre
Jesús y el Padre debe ser reflejada en la vida de la iglesia.
Nótense:
los tres componentes de la fórmula de unidad: el Padre con el Hijo, el Hijo con los
creyentes, los creyentes con los creyentes y los creyentes con el Padre,
formando un círculo continuo*.
La unidad no es un fin en sí, sino que
su fin se expresa en la cláusula final del versículo: para que el mundo crea que tú me
enviaste.
La unidad en el cuerpo de creyentes será
la prueba más convincente para un mundo escéptico de que Jesús realmente vino
como el enviado de Dios para redimir al mundo, el Mesías esperado, el Dios
eterno encarnado. La Unidad de Dios: Véase la siguiente Gráfica:
*PADRE <---------> HIJO
UNIDAD:
HIJO <-------------> LA IGLESIA (Miembros)
CREYENTES <-----CON-----> CREYENTES
CREYENTES <--------CON---------> PADRE
NOTA: Juan 17:21: Para que todos
sean UNO: Todos los creyentes verdaderos pertenecen al ÚNICO CUERPO DE CRISTO (1 Corintios 12:13) y a la misma
familia de Dios (Efesios 2:19). Esta UNIDAD espiritual
debería expresarse visiblemente en el ejercicio de los dones espirituales (Efesios 4:3-16), en la oración
y en la exhortación (2
Corintios 1:11; Hebreos 10:25).
Otra vez en el v. 22 la RVA omite la
conjunción continuativa con que se inicia este versículo, relacionándolo con el
anterior. El pronombre Yo es enfático y la gloria se refiere a la revelación
del carácter y naturaleza de Dios (ver 1:14). Esta fue la misión de Jesús y la
realizó por medio de sus enseñanzas, milagros y supremamente en la cruz. Ellos
habían visto la gloria de Dios en la vida y obras de Jesús; en ese sentido les
había dado la gloria que recibió del Padre. El servicio humilde, la abnegación
personal, la disposición de sufrir por otros que vieron en Jesús sería el
camino para que ellos también sean uno, así como también nosotros somos uno.
Nótese la repetición de este profundo anhelo de Jesús de que sus seguidores
vivan en unidad espiritual.
Los pronombres Yo y tú son enfáticos en el v. 23. El
verbo compuesto sean perfectamente unidos es literalmente: “sean perfeccionados para una cosa”.
La unidad entre los creyentes depende de esa relación íntima, la morada del
Cristo glorificado en ellos como el Padre moraba en el Hijo durante su
ministerio terrenal.
Otra vez la unidad tiene un doble
propósito más allá del gozo que produce para los creyentes; es un propósito
misiológico y amante. El hecho de conocer que tú me has enviado es equivalente
a “creer en
Jesús como el Hijo de Dios”.
También, la unidad entre los creyentes
revelaría la verdad de que el Padre los había amado (agapao* G25) como había amado a su Hijo. La
unidad que Jesús gozaba con el Padre y deseaba para sus seguidores es
esencialmente una unidad espiritual, pero esa unidad tendrá manifestaciones
visibles para el mundo incrédulo. Es una unidad que el mundo anhela, pero no
logra producir. Por lo tanto, esas manifestaciones de unidad, ausentes del
mundo incrédulo, serían poderosamente llamativas y atrayentes. Entonces el
mundo exclamará:
“¡Mirad cómo se aman!” (Ver 11:36).
Etimología:
*G25 ἀγαπάω = agapao: tal vez de ἄγαν = ágan (mucho) [o compare H5689]; amar
(en sentido social o moral):- amado, amada, amar, amor. Compare G5368.
(Strong).
Los
vv. 24-26 constituyen la apelación final del Hijo. Jesús se dirige
a Dios como Padre,… con la confianza de una relación íntima, la cual sirve de
base para la petición (ver vv. 1, 5, 11, 25; 11:41; 12:27). Una traducción
literal, guardando el orden del texto griego, sería: “Padre, lo que me has dado, quiero que
donde estoy yo también aquellos estén conmigo…”.
La expresión “lo que me has dado”, siendo
enfática por su ubicación, emplea el pronombre relativo neutro para referirse a
los creyentes. Se piensa que el género neutro “lo que”, como hemos observado
arriba, enfatiza la unidad de los discípulos, pero luego aquellos los considera
como individuos. Jesús consideraba que todos los que creían en él eran como un “regalo del
Padre”.
Algunos opinan que Jesús vuelve a rogar
por los once, pero otros piensan que esta referencia es más amplia, incluyendo
tanto a los
once discípulos [presente]
(v. 6) como a los que habían de creer [futuro] (v. 20).
Lindars dice que “esta es una conclusión general a toda la oración”.
Morris, Lindars y otros opinan que Juan
cambió las palabras de Getsemaní “no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42)
a quiero, pues nunca hubo tensión entre la de él y la del Padre.
Lo que Jesús había prometido a sus
discípulos en 14:3, aquí lo reitera en su oración al Padre, pero ahora expresa
el propósito para que vean mi gloria que me has dado. La gloria de Jesús que
ellos contemplarán en el cielo ya no será su humildad, ni el sufrimiento en la
cruz, sino el esplendor de su majestad, “cara a cara”.
Plummer
comenta: “Así las dos dádivas del Padre al Hijo se
encuentran y se completan la una a la otra: aquellos que el Padre le ha dado
contemplan la gloria que le ha dado”. Jesús comparte uno de los
misterios más profundos de la Trinidad al dar la razón por la cual el Padre dio
esa gloria majestuosa al Hijo: porque me has amado desde antes de la fundación del
mundo (v. 5).
En los últimos dos versículos de la
oración Jesús se limita a expresar algunas cosas que él ha realizado y el
propósito de ellas. La expresión Padre justo es única en el NT., pero se
compara con “Padre
santo” (v. 11; ver 5:30; 7:24).
Algunos opinan que esta expresión
representa una progresión: “Padre”, “Padre santo” y Padre justo, pero
Brown refuta esta idea. Después de describir al Padre como justo, muestra cómo
se manifiesta su carácter justo al distinguir entre los que no le conocen y los
que sí lo conocen, o por lo menos los que reconocen que Jesús fue el enviado
del Padre.
La expresión me enviaste, de la cual se
deriva “apóstol”,
identifica a Jesús como el representante personal de Dios, enviado con una
misión divina. Es un concepto claramente mesiánico y aquí se refiere a la
encarnación.
Brown cita a Bernard, quien dice que la
expresión tú me enviaste “viene a ser casi un estribillo a lo largo de toda la
plegaria del cap. 17; aparece otras cuatro veces (vv. 8, 18, 21, 23)”.
Juan el Bautista fue “un hombre”
enviado por Dios (1:6), pero Jesús fue “el enviado” de Dios.
Los
tres verbos:
- ha conocido,
- he conocido, y
- han conocido.
Son: traducidos como
si estuvieran en el tiempo perfecto, pero los tres están en el aoristo
constativo:
- “el mundo no te conoció,
- pero yo te conocí, y
- éstos te conocieron”.
El aoristo constativo contempla toda la
acción del pasado como si fuera un solo evento. Sin embargo, la RVA., sigue la
costumbre de la mayoría de los traductores porque es obvio que el resultado del
conocimiento, o no conocimiento, en cada caso continúa y este es el énfasis que
desean comunicar.
Como en la mayoría de los casos, el
término mundo se refiere a los incrédulos, quizá aún la humanidad hostil. La
falta de conocimiento no se debía a la falta de revelación, ni falta de
oportunidad, por lo menos en Palestina durante el ministerio público de Jesús
(ver 1:11).
El v. 26 sirve como un resumen de toda
la oración, aludiendo a su ministerio del pasado y la promesa del futuro por
medio del Paracleto (ver 16:12-15, 25).
Plummer insiste que el verbo he dado a
conocer debe ser traducido tal cual es, un aoristo: “Yo les di a conocer…”. Jesús
vino al mundo con el propósito de revelar al Padre. él fue el perfecto espejo
de la majestad divina, reflejando el esplendor de la gloria del Padre, “la expresión
exacta de su naturaleza” (Heb.1:3; ver Jn.14:9). La expresión “dar a conocer
tu nombre” significa “dar a conocer la misma persona de Dios”.
Por ejemplo, Mateos Barreto traduce
nombre como “persona”.
Se enfatiza su misión cumplida (ver 15:15). En las palabras finales de la
plegaria Jesús expresa el deseo profundo por la unidad de sus discípulos y la
relación íntima de éstos con él, y esto a base del amor agape.
Concluyó:
Como un Padre amoroso, Dios desea que su
familia esté UNIDA.
No podemos llevar a cabo lo que ÉL tiene preparado para nosotros si nos negamos
a reconciliarnos unos con otros. En su oración más apasionada, una noche antes
de que lo Crucificaran, Jesús le rogó a Dios que UNIERA a sus seguidores: “Para que
todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean
uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”. (Juan
17:21).
El canto ilustra el concepto de la UNIDAD,
ya que armonizamos en la letra, la melodía y los ritmos. También puede promover
la UNIDAD
al Unirnos en un vínculo de paz, proclamar el Poder de Dios mediante la
Alabanza y demostrar su Gloria al mundo.
__________
Notas y
Bibliografía:
[1]G3962 πατήρ
= patér: aparentemente
palabra primaria; «padre» (literalmente o figurativamente, más o menos
remoto):- padre,
patriarca. (Strong).
NOTA: Los líderes [Papas] de la
Iglesia de Roma, le gusta mucho este nombre y se hacen llamar “Santo Padre”,
que tal herejía, es una blasfemia, solo Jesús uso este nombre para dirigirse a
Dios su Padre.
[2] G1849 ἐξουσία = exousía: de G1832
(en el sentido de capacidad); privilegio, i.e. (subj.) fuerza, capacidad,
competencia, libertad, u (objetivamente) maestría (concretamente magistrado,
sobrehumano, potentado, símbolo de control), influencia delegada:- autoridad, derecho,
dueño, jurisdicción, libertad, poder, potencia, potestad. (Strong).
[3] G3056 λόγος = lógos: de G3004;
algo dicho (incluido el pensamiento); por implicación tema (sujeto del
discurso), también razonamiento (facultad mental) o motivo; por extensión
cálculo; específicamente (con el artículo en Juan) la Expresión Divina (i.e.
Cristo):- noticia,
palabra, plática, pleito, predicar, pregunta, propuesta, razón, sentencia,
tratado, verbo, arreglar, asunto, cosa, cuenta, decir, derecho, dicho,
discurso, doctrina, evangelio, exhortar, fama, frase, hablar, hecho, mensaje.
(Strong).
[4] jrema = (ῥη̂μα, G4487) , denota aquello que es hablado,
lo que es expresado de palabra o por escrito; en singular, una palabra (p.ej.,
Mateo 12:36; 27:14; 2 Cor.12:4; 13:1; Heb.12:19: «voz que hablaba», rvr, lit.,
«la voz de palabras»); en plural, dicho, discurso «palabras» (p.ej., Juan 3:34;
8:20; Hech.2:14; 6:11; 6:13; 11:14; 13:42: «cosas», rv; Hech.26:25; Rom.10:18;
2 P.3:2; Jud.1:17). Se usa del evangelio en Rom.10:8 , dos veces, 17: «la
palabra de Dios»; Rom.10:18; 1 P.1:25, dos veces; de una afirmación, mandato,
instrucción (p.ej., Mateo 26:75; Lucas 1:37 : «nada hay imposible para Dios»;
rv traduce: «ninguna cosa es imposible para Dios»; lit., «no será imposible
para Dios toda palabra»; v. 38; Hech.11:16: «lo dicho», vm: «las palabras»;
Heb.11:3).
El significado de
jrema, en su distinción de logos, queda ejemplificado en la
instrucción a tomar «la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios»
(Ef.6:17); aquí la referencia no es a la Biblia entera como tal, sino al pasaje
individual de las Escrituras que el Espíritu trae a nuestra memoria para su utilización
en tiempo de necesidad, siendo el prerrequisito de ello la lectura habitual y
memorización de las Escrituras. (VINE).
[5] ego = (ἐγώ, G1473), caso nominativo del pronombre
personal de la primera persona. Sin embargo, generalmente no se emplea en griego
como tampoco en castellano, estando implicado en la desinencia verbal; así, luo significa
«desato». Cuando el pronombre ego se añade al verbo, es casi invariablemente,
por no decir que siempre, enfático. El énfasis puede no ser demasiado evidente
en algunos casos, como p. ej., Mateo 10:16, pero incluso ahí puede ser tomado
en el sentido de que hay algo más de énfasis que si se omitiera el pronombre.
Con mucho, el mayor número de los casos se encuentra en el Evangelio de Juan, y
ello en declaraciones del Señor acerca de sí mismo (p. ej. 4:14,26, 32,38;
5:34, 36, 43, 45; 6:35, 40, 41, 48, 51, dos veces, 63,70). Ejemplos en las
Epístolas son Rom.7:9; 7:14; 7:17; 7:20, dos veces, 24,25. Hay más en este
capítulo que en cualquier otro fuera del Evangelio de Juan.
En otros casos del pronombre
aparte del nominativo, es por lo general más necesario para expresar el
sentido, aparte de cualquier énfasis.
Notas:
(1) Kago (esto
es, kai = ego) significa «aun yo» o «también yo» (por ejem., Mateo 2:8;
10:32-33); se traduce «y yo» en pasajes como Mateo 11:28; Lucas 2:48, etc. (2) Para jemautou, traducido «como yo»
en 1 Corintios 7:7, véase, Nº 2, y también ME, MISMO, PROPIO. (VINE).
[6] kosmos = (κόσμος, G2889), primariamente
orden, disposición, ornamento, adorno (1 P.3:3: «atavío», rvr; «adorno», rv;
véase ADORNO, B, Nº 1). Se utiliza para denotar:
(a) la tierra (p.ej., Mateo 13:35;
Juan 21:25; Hech.17:24; Rom.1:20, donde probablemente se refiere al universo;
entre los griegos tenía este significado, debido al orden que se observaba en
él; 1 Tim.6:7; Heb.4:3; 9:26);
(b) la tierra en contraste con el
cielo (1 Jn.3:17; quizá también Rom.4:13);
(c) por metonimia, la raza humana
(p.ej., Mateo 5:14); En Juan 1:9, «que viene» (rvr: «venía a este mundo»), se
dice de Cristo, no de «todo hombre»; por su venida al mundo él era la luz para
todos los hombres (Juan 1:10; 3:16-17, tres veces, 19; Juan 4:42, y
frecuentemente en Romanos, 1 Corintios y 1 Juan);
(d) los gentiles en distinción a los
judíos (p.ej., Rom.11:12; 11:15, donde el significado es que todos los que
quieran pueden ser reconciliados; cf. 2 Cor.5:19);
(f) la suma de las posesiones
temporales (Mateo 16:26; 1 Cor.7:31 a);
(g) metafóricamente, de la lengua
como «un mundo de maldad» (Stg.3:6), expresando magnitud y variedad. (VINE).
[7] G1722 ἐν = en: preposición primario denotando
posición (fija) (en lugar, tiempo o estado), y (por implicación)
instrumentalidad (como medio o constructivamente), i.e. relación de reposo
(intermedior entre G1519 y G1537); «en,» a, sobre, por,
etc.:- exhortación,
interior, bajo, oscuramente, potente. (Strong).
[8] G5083 τηρέω = teréo: de τερός = terós, (vigilia; tal vez afín a G2334); guardar
(de pérdida o daño, propiamente por mantener el ojo sobre; y así difiriendo de G5442,
que es propiamente prevenir que escapen; y de G2892, que implica una
fortaleza o líneas completas militares de aparato), i.e. notar (una profecía;
figurativamente cumplir un mandato); por implicación detener (en custodia;
figurativamente de mantener); por extensión retener (para fines personales;
figurativamente mantener sin casar):- guarda, conservar, custodiar, reservar.
(Strong).
-
e-Sword-the. LEDD.
- Biblia de Estudio RYRIE.
- Pastor: Carlos Ramírez Jiménez.
17//08//2016.
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