domingo, 28 de agosto de 2016

Parte II: LAS PREDICCIONES DEL REY: (Mateo 24:1-25:46)

Parte II:
LAS PREDICCIONES DEL REY:
(Mateo 24:1-25:46)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Jesús Predice La Destrucción Del Templo:
“Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo… Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada”. (Mt. 24:1-2).

Señales Antes Del Fin:
(Mr. 1:33-23; Lc. 2:17-24)
“Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?... Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe… Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán”. (Mt. 24:3-5 ss.).

tan seguro como si ya hubiera pasado. Por eso, fuesen cortados y se salvaría son verbos del pretérito indefinido. Una traducción literal sería: Si aquellos días no fueron acortados, no se salvó nadie. Sin embargo, por causa de los escogidos (v. 22), Dios intervendría para limitar el sitio de Jerusalén.

NOTA: V.22: Nadie sería salvo. I, es, ningún ser humano quedaría con vida, los escogidos, esto es, los Redimidos durante los días de la Tribulación. Los elegidos de la era presente (la Iglesia) habrán sido Trasladados antes de que este tiempo comience.

Varias circunstancias se dieron para acortar la duración del sitio: depósito limitado de alimentos, el gran número de personas en la ciudad, disensiones internas y el abandono de las defensas estratégicas.
Tito, el general romano, se sorprendió cuando la ciudad, tan fortificada, resistió tan poco, afirmando que seguramente fue Dios mismo quien expulsó a los judíos de su fortaleza.

Jesús advierte de no creer a los falsos cristos y falsos profetas (vv. 23-28). Ante la amenaza de la invasión de las tropas romanas, se crearía un ambiente enrarecido de expectativa mesiánica en toda Judea. Sería un tiempo propicio para la aparición de hombres que pretendían hablar en nombre de Dios, asegurando al pueblo de una inminente intervención divina para defender a los judíos y destruir a los enemigos.
Tasker visualiza como la noticia de que el “mesías” había regresado y estaría en un lugar indefinido en el desierto, o quizá en un recinto secreto en el templo correría como pólvora. La noticia sería muy convincente, acompañada inclusive por grandes señales y maravillas (v. 24), pero los escogidos (v. 24), habiendo sido advertidos de antemano, no serían engañados.

NOTA: V.25: Antes. Una advertencia, tanto como una predicción.

Jesús describe su parousía como un evento patente, luminoso, instantáneo y visible a todos, en contraste con los falsos cristos y falsos profetas que estaban en lugares remotos y oscuros (v. 27). No hay consenso general en cuanto al significado de la figura del cadáver y los buitres (v. 28).
El término buitres puede significar “águilas”. Algunos piensan que se refiere a los ejércitos romanos, cuyo emblema era el águila. En este caso, el cadáver se refiere a Israel, nación que está muerta y no se salva.
Otros sugieren que se refiere a lo inevitable de la venida de Cristo en juicio, como es inevitable que aparezcan los buitres cuando hay un animal muerto.

En resumen, es mejor considerar estos vv. 27 y 28 como una descripción de la Segunda Venida, la cual Jesús dio a sus discípulos para que no se dejasen engañar por los falsos profetas en el tiempo de la destrucción de Jerusalén.
Sin embargo, otros opinan que se refieren solamente a la venida de Cristo en juicio sobre Jerusalén. Otros más piensan que se refieren a ambos eventos.

1.4.    La Señal De Su Venida. 24:29-31.

d. Referencia Particular a La Segunda Venida Mt. 24:29-31.
El texto parece sugerir que la Segunda Venida se efectuaría inmediatamente después de los eventos descritos anteriormente, o sea, la destrucción de Jerusalén. Algunos autores sostienen que Jesús esperaba que sucediera así, pero que estaba equivocado. Sin embargo, hay otras alternativas que se pueden ofrecer.
Se puede considerar el lenguaje del v. 29 como una descripción críptica en términos simbólicos de la ruina de Jerusalén. Un evento en que cerca de un millón de personas muriesen, y otros tantos llevados como presos, tendría que describirse en términos apocalípticos (comp. Hech.2:19-20).

NOTA: V.29: El sol se oscurecerá. Estos fenómenos astrales que acompañarán al retorno del Hijo del Hombre, están predichos en Is. 13:9-10 y Joel 2:31; 3:15.

Una solución quizá más satisfactoria sería la de considerar el adverbio inmediatamente como modificador del verbo se oscurecerá (v. 29). Jesús señala dos eventos de inmenso significado, en secuencia, pero sin especificar el lapso entre ellos.

Entonces se traduciría así: Pero después de la tribulación de aquellos días (destrucción de Jerusalén), el sol se oscurecerá inmediatamente... (Segunda Venida).
El adverbio se entiende en el sentido de “de inmediato”, o “repentinamente", sin previo aviso. Entendido así, este versículo constituye una transición entre los dos eventos. Los dos versículos que siguen describen claramente la Segunda Venida de Cristo y el fin del mundo.


NOTA: V.30: La señal: Algunos piensan que es el relámpago del v.27; otros, la Shekinah, o gloria, de Cristo; otros prefieren dejarla sin especificar. En todo caso, es cierto que el Hijo del Hombre mismo vendrá visiblemente (Ap.1:7). No parece que haya razón alguna para no tomar esta parte de la enseñanza de Jesús tan llanamente como otras partes.

La señal del Hijo del Hombre en el cielo (v. 30) es una expresión que ha dado lugar a muchas conjeturas. Sin embargo, es mejor considerar del Hijo del Hombre como un genitivo de aposición, o sea, la señal es la aparición del Hijo del Hombre.
El duelo se producirá entre los que han escuchado el evangelio y no aprovecharon su oportunidad, o de los que despreciaron al Hijo del Hombre y reconocen que ahora él viene para juzgarlos.
En el v. 30 se unen dos pasajes del AT:
-      Zc.12:10-12 describe el duelo del pueblo sobre el que atravesaron; y
-      Dn.7:13-14 presenta la venida triunfante del Hijo del hombre (comp. Hech.1:9; 1:11).

Ángeles con un gran sonar de trompeta (v. 31) describe la función del heraldo que toca fuertemente la trompeta para anunciar la llegada del rey. Por tercera vez en este capítulo se menciona a los escogidos (vv. 22, 24, 31).
Algunos opinan que el término se refiere a los judíos creyentes en Cristo (comp. Is.65:9), pero parece más bien referirse a todos los creyentes en Cristo de todas las naciones sobre la faz de la tierra. Esta profecía contempla la extensión del cristianismo hasta los confines de la tierra. También indica que Jesús no esperaba la Segunda Venida en relación con la destrucción de Jerusalén, como algunos sostienen equivocadamente.

1.5.   Las Ilustraciones. 24:32-25:46.

e. Discusión General Referente Al Propósito De Dios y Su Trato Con Los Hombres Mt. 24:32-25:46.
En esta sección se notan dos enfoques:
(1) Habrá señales suficientes en cuanto a la destrucción de Jerusalén (24:32-35) y
(2) instrucciones acerca de cómo esperar la Segunda Venida (24:36-25:13).
El problema principal en el pasaje se encuentra en la referencia a la destrucción de Jerusalén después de haber iniciado el trato de la parousía (vv. 30, 31), y luego la continuación del tema de la Segunda Venida.

La nube del Señor  A lo largo de la Biblia se menciona muchísimas veces la presencia de una nube. Si leemos bien Ex.13:21, se nos dice que Dios iba delante de los hebreos en una columna de nube. También en Num.16:42 surge la nube cubriendo el tabernáculo en un momento difícil para Moisés y Aarón.

En Deut.31:15, Dios se aparece en la columna de nube. Cuando Moisés subió al monte para estar cuarenta días y cuarenta noches, al séptimo día él llamó a Moisés de dentro de la nube (Ex.24:16).
Cuando Salomón traslada el arca en el tiempo de dedicación del templo, de Jehová se llenó con una nube (2 Cron.5:13). Todo indica una relación entre la nube y la presencia de Dios. Ahora bien, a esta nube se la conoce en algunos escritos hebreos como la shekinah, pero no es una palabra que esté en la Biblia.
Hay quienes sostienen que es también la nube shekinah que apareció en el monte de la transfiguración, (2 Cron.17:5), la que más tarde le llevó a Jesús (Hech.1:9) y la que en el futuro será la que Jesús utilizará en su Segunda Venida.
El estudio de esta nube ha llevado a muchos a producir teorías atractivas. Nosotros sólo podemos afirmar que dicha nube siempre indicó o cubrió la presencia divina; dicho de otro modo significaba: la manifestación de la gloria de Dios.

Aquí queremos afirmar que en la próxima venida del Señor, el firmamento será el escenario hacia donde debemos dirigir nuestras miradas: habrá una gran señal en el cielo y veremos a nuestro Salvador viniendo sobre las nubes con gran poder y gloria:

(a) Estas Señales Serán Suficientes. Mt.24:32-36.
La analogía de la higuera ilustra el hecho de que habrá señales suficientes para anunciar de antemano la proximidad de la invasión romana. Aun cuando la temperatura es fresca en la primavera, la higuera anuncia la proximidad del verano por sus ramas tiernas y brotes verdes. Estas cosas (vv. 33, 34) se refieren a las señales que Jesús ya había mencionado (vv. 3, 15-26).

NOTA: V.33: Todas estas cosas. Las señales descritas en vv. 4-28.

No pasará esta generación... (v. 34; Hech.23:36; comp. 11:16; 12:41) es una profecía clara que se refiere a la destrucción de Jerusalén. Jesús introduce la profecía con un solemne de cierto (amén  G281). Este evento se produjo casi exactamente a los 40 años de la fecha en la que Jesús pronunció estas palabras.
Algunos de sus mismos discípulos serían testigos oculares de todas estas cosas que él había descrito. Aunque a éstos les parecía imposible que la profecía se cumpliera y menos en su generación, Jesús termina este párrafo asegurándoles que aunque el mundo desapareciera, sus palabras se mantendrían en pie y se cumplirían (comp. 5:18).
NOTA: V.34: Esta generación. Ninguno de los que vivían cuando Jesús habló estas palabras, vivió hasta ver sucede “todas estas cosas”. Sin embargo, el vocablo griego puede significar “raza” o “familia”, lo cual hacer aquí buen sentido; i, es, la raza judía será preservada a pesar de todas las terrible persecuciones, hasta que el Señor Venga.

Etimología:
amen = (ἀμήν, G281) , transliteración de una palabra hebrea, «verdad», o «cierto». Se traduce por lo general como «de cierto» en los cuatro Evangelios; en el Evangelio de Juan el Señor introduce sus solemnes pronunciamientos con la repetición de la expresión «de cierto, de cierto» en veinticinco ocasiones. (VINE).

(b) Cómo Esperar Su Venida. Mt. 24:37-25:13.
A partir de este momento, Jesús dirige la atención de sus discípulos decididamente hacia la culminación de los siglos y cómo ellos deberían esperarla (24:36-25:13). Emplea una variedad de métodos didácticos para grabar en sus mentes la importancia de estar preparados. En esta sección Jesús emplea tres términos en referencia a la Segunda Venida:
-      Aquel día y hora (v. 36);
-      la venida del Hijo del Hombre (v. 39);
-      en qué día viene vuestro Señor (v. 42).
Jesús advierte que nadie puede pronosticar el tiempo en que la culminación de los siglos tendrá lugar, pues ese conocimiento pertenece sólo al Padre. Al afirmar que ni aun el Hijo (v. 36) sabía la hora de aquel evento, estaba contestando la pregunta de los discípulos (v. 3) y también revelando sus propias limitaciones, pues cuando se encarnó, se despojó a sí mismo... haciéndose semejante a los hombres (Filp.2:7).
Su humanidad fue una realidad concreta y no meramente un espejismo, como sostenían erróneamente los gnósticos. ¡Cuánto tiempo se ha perdido y cuántos se han engañado por las vanas y orgullosas pretensiones de algunos que fijan fechas para la Segunda Venida! ¡Tales personas pretenden saber más que el mismo Hijo de Dios!

Ninguna Señal Especial (vv. 37-41).
-      Para ilustrar el hecho de que nadie puede saber el día y hora (v. 36),
-      Jesús cita el caso de Noé cuando, de repente, el diluvio cayó inesperadamente sobre la gente cuando cumplía las rutinas diarias (vv. 37-39).
-      Luego, describe dos casos —uno masculino y otro femenino— de cómo será la parousía, en forma totalmente inesperada (vv. 40, 41).
-      En ese momento se producirá una separación:
- Los justos serán tomados (ver v. 41; comp. v. 31),
- quizá por los ángeles, y los injustos dejados (ver v. 41b).

El seguidor de Cristo debe vivir en la tensión entre el saber que su Señor volverá y el no saber cuándo. Jesús presenta dos imperativos para indicar cómo sus seguidores deben vivir mientras que esperan su retorno final. Velad (v. 42) y estad preparados (v. 44) son dos imperativos del tiempo presente, enfatizando una vigilancia constante y cuidadosa. Los dos son esencialmente sinónimos.

Dos Ilustraciones. Mt.24:42-51.
Jesús presenta dos ilustraciones, en forma de parábola, sobre la importancia de la vigilancia constante:
-  Primero, describe lo que pasa cuando el dueño de casa (v. 43) no toma las medidas apropiadas (comp. 1 Ts.5:2). Si Jesús hubiera vivido en nuestros días, quizá hubiera mencionado la necesidad de poner rejas en las ventanas y cerraduras fuertes en las puertas, dejando a alguien en la casa 24 horas al día para evitar un robo. ¡Cuántos lectores habrá que han sufrido pérdidas por los “amigos de lo ajeno” que aprovecharon un descuido en la vigilancia!
-      La segunda, parábola presenta una advertencia a los súbditos del reino, como mayordomos, de vivir correctamente y servir fielmente en todo momento a fin de agradar a su Señor en su venida (1 Ts.24:45-51). Parece que Jesús está aludiendo a los líderes religiosos que, como mayordomos de los tesoros del reino, son responsables por la buena administración. Si especulan en cuanto al tiempo de la venida de su Señor, descuidando su ministerio y aun aprovechando su posición para lograr ventajas personales, el juicio será severo.

Fiel[12] (v. 45) traduce el término griego pistós  G4103 y en este contexto significa “fiel en la obediencia”, o “fidelidad”. En cambio, prudente (v. 45b; comp. 7:24) significa “uno que es juicioso y mira donde pisa”. Realmente la única manera de estar preparado para la venida del Señor es estar preparado siempre. El que espera correctamente la venida del Señor será dichoso, oirá el bien siervo bueno y fiel (25:21, 23). En cambio, el que dice saber el tiempo de la venida de su Señor, será tomado por sorpresa y castigado duramente.

Una Parábola, 25:1-13.
A continuación Jesús ilustra, por medio de otra parábola, cómo el creyente debe esperar su venida. Es la de las diez vírgenes. Se observa de entrada que todo el cap. 25 es particular a Mateo. Jesús continúa el discurso a los discípulos en el monte de los Olivos el martes al atardecer. Entonces (v. 1), que en el texto griego de Mateo se usa muchas veces como partícula de transición, aquí se usa como adverbio temporal, que es su significado básico. Parece que se refiere al día (24:36) que Jesús describe en el pasaje anterior, o sea, la parousía. La frase será semejante a diez vírgenes... (v. 1) significa: ... “será comparado a la experiencia de diez vírgenes”.

La verdad central de la parábola se enfoca sobre la necesidad de estar siempre preparados para la parousía. En este caso la parábola reúne los requisitos de una alegoría, pues varios de los elementos tienen significado, por lo menos implícito. El novio es la figura central y representa a Jesús. Aunque algunos manuscritos griegos y versiones antiguas agregan “y a la novia” al fin del v. 1, es probable que se trata de un agregado de un escriba. Las diez vírgenes (v. 1) representan la gente que espera la parousía, es decir, todos los que se identifican con la causa de Cristo.
Entre estos, habrá muchos que no están preparados por ser creyentes meramente nominales. La demora en la llegada del novio representa el lapso entre la primera y segunda venidas del Señor. La venida del novio en forma inesperada se refiere a la parousía. La entrada de las cinco vírgenes prudentes en la fiesta describe la salvación de las que estaban preparadas. El rechazo de las cinco vírgenes insensatas que no estaban preparadas describe el juicio y el rechazo final.

Según la costumbre de los judíos en el día de Jesús, había tres etapas en el proceso de contraer matrimonio:
-      Primero, se concretaba el compromiso, cuando el padre del novio y el de la novia se reunían para establecer formalmente el pacto.
-    Segundo, se hacía una reunión en la casa de los padres de la novia, estando presentes los novios, los padres de ambos y otros testigos, para cambiar los votos y desposarse (comp. 1:18). Este compromiso se consideraba tan serio que para romperlo tendrían que efectuar un divorcio.
-      Tercero, después de varios meses de espera, se realizaba el casamiento formal. En esta etapa final, el novio, acompañado por sus amigos, iba a buscar a la novia a la casa de su padre y la traía de vuelta en una procesión a su propia casa, donde se realizaba la fiesta.

Jesús usó el contraste entre los “insensatos” y los “prudentes” en el Sermón del monte (7:24-29) donde éstos “oían” y “obedecían” las palabras del Señor, mientras que aquéllos solamente “oían”. No se trata de un contraste estrictamente moral, entre buenos y malos. En esta parábola, las insensatas (v. 2) no se prepararon, no tomaron las medidas necesarias para cualquiera eventualidad.
En cambio, las prudentes hicieron lo que era necesario para estar prontas en cualquiera hora de la noche. Dios concede a todo un tiempo para prepararse para la venida del Señor, pero antes de su llegada. No fueron reprimidas por haberse dormido, pues ambos grupos se durmieron (v. 5). El hecho de “velar” y “estar preparados” no significa que uno no puede descansar y dormir cuando corresponde.

La salvación es una experiencia personal e intransferible. No se debe culpar a las prudentes por no estar dispuestas a compartir su aceite con las insensatas. El aceite significa sólo un estado de preparación o una experiencia genuina de salvación, la cual no sirve para cubrir la necesidad de otro. Las prudentes contestaron a las insensatas en forma terminante, con una triple negación (en griego) que se traduce literalmente... para que no, no, no nos falte... (v. 9).

Las lámparas (vv. 1, 3, etc.) probablemente eran recipientes en que se echaba una cantidad limitada de aceite de oliva, con una mecha que se extendía hacia arriba. Muchas veces llevaban esta clase de lámpara en la punta de un palo que se alzaba sobre la cabeza. En v. 7 el verbo “alistar”[13] (G2885) significa “poner en orden”, o “adornar”, y en este contexto significa limpiar la mecha y llenar la lámpara con aceite. De este término en griego vienen nuestras palabras “cosmos” y “cosmético”. Por ejemplo, el mundo es el “adorno” creado, u “ordenado”, por Dios.

Es oportuno aplicar aquí el concepto de la iglesia como novia o esposa de Cristo (ver Ef.5:25). Si se hace, se crea una confusión inevitable de ideas por la mezcla de distintas figuras. En todo caso, las cinco vírgenes prudentes representan a la iglesia universal. No pueden a la vez representar a la novia y las acompañantes.

El momento más dramático llegó cuando se cerró la puerta (v. 10). El verbo es un pretérito indefinido y denota una acción terminante, final y en este caso irreversible. El clamor desesperado de las cinco vírgenes insensatas, al darse cuenta de la realidad de su situación, no logró cambiar la decisión del novio. Tampoco lo logró el hecho de llamarle ¡Señor, señor! (v. 11; comp. 7:21). La respuesta del novio se introduce en v. 12 con un solemne de cierto (amén  G281). No os conozco (v. 12), en el texto griego, es un verbo del tiempo perfecto que significa: No os he conocido y no os conozco ahora (v. 12).

La Conclusión Es Lógica (v. 13).
-      La Venida del Señor es segura, el tiempo de su Venida es desconocido,
-      por lo tanto la vigilancia constante es el consejo para todos los sabios y prudentes.

II.    La Necesidad  De Velar: Mateo 25:1-46:


2.1.    Las Diez Vírgenes. Mt. 25: 1-13.

Una parábola, 25:1-13. A continuación Jesús ilustra, por medio de otra parábola, cómo el creyente debe esperar su venida. Es la de las diez vírgenes. Se observa de entrada que todo el cap. 25 es particular a Mateo. Jesús continúa el discurso a los discípulos en el monte de los Olivos el martes al atardecer. Entonces (v. 1), que en el texto griego de Mateo se usa muchas veces como partícula de transición, aquí se usa como adverbio temporal, que es su significado básico.
Parece que se refiere al día (24:36) que Jesús describe en el pasaje anterior, o sea, la parousía. La frase será semejante a diez vírgenes... (v. 1) significa: ... “será comparado a la experiencia de diez vírgenes”.
La verdad central de la parábola se enfoca sobre la necesidad de estar siempre preparados para la parousía. En este caso la parábola reúne los requisitos de una alegoría, pues varios de los elementos tienen significado, por lo menos implícito. El novio es la figura central y representa a Jesús. Aunque algunos manuscritos griegos y versiones antiguas agregan “y a la novia” al fin del v. 1, es probable que se trata de un agregado de un escriba. Las diez vírgenes (v. 1) representan la gente que espera la parousía, es decir, todos los que se identifican con la causa de Cristo.
Entre estos, habrá muchos que no están preparados por ser creyentes meramente nominales. La demora en la llegada del novio representa el lapso entre la primera y segunda venidas del Señor. La venida del novio en forma inesperada se refiere a la parousía. La entrada de las cinco vírgenes prudentes en la fiesta describe la salvación de las que estaban preparadas. El rechazo de las cinco vírgenes insensatas que no estaban preparadas describe el juicio y el rechazo final.

Según la costumbre de los judíos en el día de Jesús, había tres etapas en el proceso de contraer matrimonio:
-      Primero, se concretaba el compromiso, cuando el padre del novio y el de la novia se reunían para establecer formalmente el pacto.
-    Segundo, se hacía una reunión en la casa de los padres de la novia, estando presentes los novios, los padres de ambos y otros testigos, para cambiar los votos y desposarse (comp. 1:18). Este compromiso se consideraba tan serio que para romperlo tendrían que efectuar un divorcio.
-      Tercero, después de varios meses de espera, se realizaba el casamiento formal. En esta etapa final, el novio, acompañado por sus amigos, iba a buscar a la novia a la casa de su padre y la traía de vuelta en una procesión a su propia casa, donde se realizaba la fiesta.

Jesús usó el contraste entre los “insensatos” y los “prudentes” en el Sermón del monte (7:24-29) donde éstos “oían” y “obedecían” las palabras del Señor, mientras que aquéllos solamente “oían”. No se trata de un contraste estrictamente moral, entre buenos y malos. En esta parábola, las insensatas (v. 2) no se prepararon, no tomaron las medidas necesarias para cualquiera eventualidad.
En cambio, las prudentes hicieron lo que era necesario para estar prontas en cualquiera hora de la noche. Dios concede a todo un tiempo para prepararse para la venida del Señor, pero antes de su llegada. No fueron reprimidas por haberse dormido, pues ambos grupos se durmieron (v. 5). El hecho de “velar” y “estar preparados” no significa que uno no puede descansar y dormir cuando corresponde.

La salvación es una experiencia personal e intransferible. No se debe culpar a las prudentes por no estar dispuestas a compartir su aceite con las insensatas. El aceite significa sólo un estado de preparación o una experiencia genuina de salvación, la cual no sirve para cubrir la necesidad de otro.
Las prudentes contestaron a las insensatas en forma terminante, con una triple negación (en griego) que se traduce literalmente...
-      para que no,
-      no,
-      no nos falte... (v. 9).

Las lámparas (vv. 1, 3, etc.) probablemente eran recipientes en que se echaba una cantidad limitada de aceite de oliva, con una mecha que se extendía hacia arriba. Muchas veces llevaban esta clase de lámpara en la punta de un palo que se alzaba sobre la cabeza. En v. 7 el verbo “alistar” (G2885) significa “poner en orden”, o “adornar”, y en este contexto significa limpiar la mecha y llenar la lámpara con aceite. De este término en griego vienen nuestras palabras “cosmos” y “cosmético”. Por ejemplo, el mundo es el “adorno” creado, u “ordenado”, por Dios.

Vemos Dos Figuras Diferentes: Prudentes e Insensatas:

-   Es inoportuno aplicar aquí el concepto de la iglesia como novia o esposa de Cristo (ver Ef.5:25). Si se hace, se crea una confusión inevitable de ideas por la mezcla de distintas figuras. En todo caso, las cinco vírgenes prudentes representan a la iglesia universal. No pueden a la vez representar a la novia y las acompañantes.

-   El momento más dramático llegó cuando se cerró la puerta (v. 10). El verbo es un pretérito indefinido y denota una acción terminante, final y en este caso irreversible. El clamor desesperado de las cinco vírgenes insensatas, al darse cuenta de la realidad de su situación, no logró cambiar la decisión del novio. Tampoco lo logró el hecho de llamarle ¡Señor, señor! (v. 11; comp. 7:21).

La respuesta del novio se introduce en v. 12 con un solemne de cierto (amén  G281). No os conozco (v. 12), en el texto griego, es un verbo del tiempo perfecto que significa: No os he conocido y no os conozco ahora (v. 12).
La conclusión es lógica (v. 13). La Venida del Señor es segura, el tiempo de su Venida es desconocido, por lo tanto la Vigilancia Constante es el consejo para todos los sabios y prudentes.

2.2.   Los Talentos. Mt.25:14-30.

f. La Parábola De Los Talentos. Mt. 25:14-30.
En esta sección el tema de la parousía continúa, especificando lo que significa “velar” y “estar haciendo” la voluntad de Dios. Esta parábola es semejante a la de las diez minas (Lc.19:11-27) en muchos puntos, de modo que muchos opinan que son dos versiones de la misma parábola. Sin embargo, las circunstancias son distintas, como también varios detalles importantes, llevando a la conclusión de que son dos relatos distintos. No es de extrañar que un maestro como Jesús haya utilizado parábolas similares en distintas ocasiones para enseñar lecciones distintas.

La parábola se introduce con la conjunción causal porque (v. 14), indicando que está estrechamente relacionada con la de las diez vírgenes. La expresión el reino de los cielos será (v. 14) no está en el texto griego, pero se sobreentiende y se repite del v. 1, como indica la nota en nuestra versión.

La verdad central puede expresarse así: “Cada uno tendrá que rendir cuentas a Dios por la administración de las habilidades y oportunidades que ha recibido, y será premiado en base a su fidelidad”. El relato ilustra la doctrina de la mayordomía integral.

Véase Parte III:

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