miércoles, 31 de agosto de 2016

Parte I: “El Origen, Y Destino Del Alma” (Salmo 139:13-16; Lucas 12:20)

Parte I:
El Origen, Y Destino Del Alma
       (Salmo 139:13-16; Lc. 12:20)

Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

“Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas”.
(Salmos 139:13-16)

 “Pero Dios le dijo: Necio,  esta noche vienen a pedirte tu alma;  y lo que has provisto,  ¿de quién será?”.
(Lc. 12:20)
Introducción:
En este estudio introductorio trataremos sobre “El Origen, y Destino Del Alma” sabemos dónde hemos nacido por el testimonio de nuestros padres, familiares, y aun por los amigos; pero nunca sabremos cuando y a donde moriremos, y cual será nuestro destino futuro de nuestra Alma para vida eterna o condenación eterna.
Por ejemplo: se comenta de un hombre que decidió hacer todos los arreglos necesarios para el día de su entierro. Escogió un terreno en el cementerio y la inscripción que quería, que pusieran en la lápida. Un pastor, que lo conocía bien, oyó que estaba muy ocupado preparándose para el inevitable día. Entonces, fue a ver al hombre y le dijo:

“Tengo entendido que ha hecho todo lo posible para adquirir un lugar de descanso para su cuerpo. ¿Ha pensado acaso en el lugar de reposo para su alma?”.

El hombre se quedó pensando ante la pregunta, porque era cierto que no había pensado en prepararse para la vida venidera. Después de escuchar al pastor mientras le explicaba el evangelio, puso su confianza para obtener la Salvación y tuvo la seguridad de la vida y el descanso eterno.
Sabia es la persona que se prepara para ese importantísimo paso, porque todo el mundo pasará la eternidad en alguna parte:
-         Los que creen en Cristo entrarán al reino preparado para todos los que aman al Señor Jesús; y
-          los que lo rechazan irán al fuego eterno (Mateo 25:34, 41).
Nadie sabe cuándo va a llegar la muerte, pero podemos estar listos. La Biblia dice:

“Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo” (Romanos 10:13).

Nada de lo que hagas en la tierra es más importante que tener la seguridad de que estás listo para partir.

 “Pero Dios le dijo: Necio,  esta noche vienen a pedirte tu alma;  y lo que has provisto,  ¿de quién será?”.
Lc. 12:20:

A.     Antiguo Testamento:
Término que en el Antiguo Testamento es traducción común del sustantivo hebreo nefesh, que a su vez se deriva del verbo nafash (respirar, rehacerse). Aparece unas 755 veces en el Antiguo Testamento con significados muy variados.
Tal vez el sentido original de nefesh haya sido "garganta" (canal de la respiración) o "cuello", como el acadio napishtu, pues este sentido se conserva en el Antiguo Testamento en textos como Salm. 69:1 y Jon. 2:7. De allí viene el sentido de "*soplo" de vida (ESPÍRITU), como en Job 41:21 ("aliento", RV). Así, en hebreo, morir se expresa muchas veces por "exhalar la nefesh" (Jr. 15:9, BJ). Puesto que la respiración es señal de vida, el alma ("soplo") se considera como el principio de la vida (Gn. 35:18). Además, "hacer volver la nefesh" significa hacer revivir (1 R 17:21s); salvar la nefesh de una persona es salvar su vida (Salm. 72:13s).

*Alma: H5315 נֶפֶשׁ = néfesh: de H5314; propiamente criatura que respira, i. e. animal de (abst.) vitalidad; usado muy ampliamente en sentido lit., acomodado o figurativamente (corporal o ment.):- aliento, alma, anhelar, animal, ánimo, antojo, apetito, cadáver, contentamiento, corazón, cordial, cuerpo, dejar, deseo, esclavo, estómago, gusto, hombre, interior, íntimo, lujuria, matar, mente, muerte, muerto, persona, querer, ser, vida, voluntad. (Strong).

La nefesh ("vida") de la carne está en la  SANGRE (Lv. 17:11). En un sentido más amplio, nefesh puede definir a un ser vivo en la totalidad de su existencia, sea animal (Gn. 1:20, 21, 24; "seres") o ser humano (Éx. 1:5; "personas"). En este sentido nefesh se utiliza también para denotar la acción de amarse a sí mismo: amar como a su nefesh significa "como a sí mismo" (1 Sam. 18.1). A veces nefesh también designa a un cadáver, quizás por eufemismo (Lv. 21:1; "muerto").
En contraste con el pensamiento filosófico griego (p. ej., Platón), es notable que el Antiguo Testamento jamás habla de la inmortalidad del alma. Al contrario, se dice que la nefesh muere (Núm. 23:10; Jue. 16:30, donde nefesh se traduce "yo"). La nefesh no es algo distinto del cuerpo que baja al SEOL, sino el ser humano total (Salm. 16:10; 30:3). A los habitantes del Seol no se les llama "almas" ni espíritus, sino "muertos" (refaim en Salm. 88:10; metim en Is. 26:14, 19). Hoy día es común reconocer muchas pruebas en el Antiguo Testamento para una doctrina de la supervivencia del ser humano después de la muerte, pero estas pruebas llevan más bien a una enseñanza acerca de la persona total y no del alma en el sentido platónico.
Es notable que además de la vida física, se atribuyen a la nefesh todas las funciones síquicas. Por ejemplo, los pensamientos se atribuyen a la nefesh (Ester 4:13, VM), como también al CORAZÓN y al ESPÍRITU. En 2 R. 9:15 se traduce por "voluntad". La nefesh es la sede del amor (Gn. 34:3) y el odio (Salm. 11:5), de la tristeza (Salm. 42:6) y la alegría (Salm. 86:4). Siente hambre (Salm. 107:9) y sed (Prov. 25:25), pero también busca a Dios y suspira por Él (Salm. 42:1-2; 103:1s).
Así, en la psicología del Antiguo Testamento la nefesh tiene una función muy semejante a la del ESPÍRITU. Sin embargo, nefesh significa sobre todo, la vida, mientras que "espíritu" indica fuerza o poder.

B.      Nuevo Testamento:
En el Nuevo Testamento "alma"* es la traducción común del griego psyjeŒ que a su vez deriva del verbo psyjo ("soplar"), y aparece más o menos cien veces.
PsyjeŒ (como nefesh) significa a veces "ser viviente", y puede referirse a un animal (Ap. 16:3, "ser vivo") o a una persona (Rom. 13:1, "persona"; cf. la forma plural en Hch. 7:14; 27:37). Con el pronombre posesivo, psyjeŒ puede significar también "yo mismo" (Mt. 12:18; Jn. 12:27, "mi *alma").

*Alma: G5590 ψυχή = psujé: de G5594; aliento, i. e. (por implicación) espíritu, abstractamente o concretamente (el principio sensitivo del animal solo; así distinguido por un lado de G4151, que es el alma racional e inmortal; y por el otro G2222, que es mera vitalidad, aun de las plantas: estos términos de este mondo corresponden exactamente y respectivamente a los hebreo H5315, H7307 y H2416):- persona, ser, vida, muerte, alma, ánimo, corazón. (Strong).

PsyjeŒ muchas veces denota la vida física (Mt. 6:25), y es virtualmente sinónimo de "cuerpo vivo" (p. ej. en Mr. 8:35-37 donde "alma" tiene el sentido de "vida"). Quizás sea la connotación "físico-animal" del sustantivo psyjeŒ lo que determina en ocasiones el uso del adjetivo psyjikoŒs (1 Cor. 15:44, "animal"; cf. v. 46 con 2:24, "natural").
También psyjeŒ puede indicar el principio de la vida, el cual, vinculado con el cuerpo, es un aspecto del ser humano total (Mt. 10:28; Hch. 20:10, BJ: "su alma está en él"). Como principio de vida, la psyjeŒ es el asiento de los pensamientos (Hch. 4:32; Filp. 1:27), las emociones (Mr. 14:34; Jn. 12:27) y los actos de la voluntad (Ef. 6:6, BC y Taizé; cf. Col. 3:23).
Finalmente, como principio de vida, psyjeŒ indica en algunos textos el asiento de una vida que trasciende la vida terrenal. Este uso, muy parecido al de algunos filósofos griegos (p. ej., Platón), tiene cierta base en algunos dichos de Jesús (Mt. 10:28, 39; Mr. 8:35-37), pero se desarrolla en los escritos posteriores (Heb. 6:19; 10:39; 13:17; 1 P. 1:9, 22; 2:11, 25). "Alma" llega incluso a significar algo inmortal, distinto del cuerpo (Ap. 6:9; 20:4). Sin embargo, no se niega la necesidad de la RESURRECCIÓN corporal (Ap. 20:4s).
Sería muy aventurado interpretar 1 Ts. 5:23 como una enseñanza de la tricotomía griega (cf. Heb. 4:12); es más bien una manera de subrayar la totalidad de la persona ("todo vuestro ser") como objeto de la santificación (cf. Dt. 6.4; Mr. 12:30).

Solo Aquellos Que Están Listos Para Morir, Está Preparados Para Vivir”.

I.     EL ORIGEN DEL ALMA:

A través de toda la historia humana, el hombre ha luchado por encontrar respuestas a todo número de preguntas importantes (aunque a menudo difíciles) que tienen que ver con el origen, la existencia, la naturaleza y el destino. Tales preguntas como ¿De dónde he venido?”, “¿Por qué estoy aquí?”, y ¿A dónde voy? rutinariamente intrigan y cautivan a cada uno de nosotros.
Contemple, si desea, el concepto del alma y los temas que manan de éste. ¿Cuál es la definición de un alma? Si el alma realmente existe, ¿cuál es su origen? ¿Cuándo recibe el hombre su alma? Y ¿cuál es el destino final del alma? El tema del alma ha sido controversial por mucho tiempo. Algunas personas sugieren que no hay tal cosa como el alma. Ciertos individuos creen que los seres humanos poseen un alma, pero que cesa de existir a la muerte del cuerpo. Otros están convencidos de que los seres humanos poseen un alma inmortal, pero que éste no le es dado a los humanos sino hasta que nacen. ¿Cuál es la verdad del asunto?
Desde luego, la ciencia no puede proveer la respuesta a tales preguntas, ya que éstas yacen muy lejos del alcance del método científico. En cualquier momento que se consideran las preguntas de importancia espiritual la única fuente fidedigna de información puede ser por necesidad Aquel que es el Creador y Sostenedor del alma. Dios, como Creador de todas las cosas físicas y espirituales, y siendo Él mismo un Ser Espiritual (Juan 4:24), es la fuente esencial del alma.
Entonces, la Biblia, como la Palabra inspirada de Dios (2 Timoteo 3:16, 17; 2 Pedro 1:20, 21), debe permanecer como la autoridad preeminente en este tema. Hace mucho tiempo, el salmista escribió:

“La suma de tu palabra es verdad, y eterno es todo juicio de tu justicia”
(Salmo 119:160).

Hablando como un miembro de la divinidad, Cristo dijo: “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad” (Juan 17:17). Si queremos saber la verdad acerca del alma, entonces debemos examinar esa Palabra en una forma profunda y estar preparados para aceptar lo que nos dice.

1.1.   DEFINICIÓN DEL ALMA:

Si usted tuviera una conversación con un amigo y mencionara la palabra “plátano”, probablemente él no tendría absolutamente ninguna dificultad para entender lo que quiere decir. Sus procesos de pensamiento inmediatamente evocarían a una fruta larga —con un exterior amarillo y una parte interior suave de color crema claro— que crece en árboles y es útil como comida para seres humanos y animales. Pero si usted le pidiera que defina el término florete” —sin mirar la palabra en algún contexto específicoél posiblemente no podría saber qué quiere decir. Usted puede estar refiriéndose a:
(1) un sustantivo que es usado para definir una espada de esgrima;
(2) un sustantivo que indica una tela entrefina de algodón; o
(3) un adjetivo que define azúcar o papel de primera calidad.

No obstante, si usted diría: “Yo tomé el florete para usarlo en mis clases de esgrima”, él sabría inmediatamente que es lo que tiene en mente. Lo mismo es verdad acerca de la palabra “alma”. Sin su contexto, es difícil, si no imposible, definirla exactamente. ¿Por qué es este el caso?:
-         Primero, la palabra “alma” en el español moderno es representada por varias palabras en el lenguaje hebreo y griego en que la Biblia fue escrita originalmente.
-         Segundo, aquellas palabras hebreas y griegas pueden tener una variedad de significados diferentes en su contexto original. Para entender aquellos significados, es necesario examinar cómo cada palabra es empleada entre los varios contextos en la Escritura que aparece.

Uso De La Palabra “Alma” En La Escritura:
La palabra para “alma” en la Biblia (hebreo nephesh; griego psuche) es usada a lo menos en cuatro maneras diferentes:
-           Primero, el término es empleado simplemente como un sinónimo para una persona. Moisés escribió: “Todas las personas (nephesh) que le nacieron a Jacob fueron setenta” (Éxodo 1:5; cf. Deuteronomio 10:22). En asuntos legales, la palabra alma a menudo fue usada para denotar a un individuo. El Señor dijo a Moisés: “Habla a los hijos de Israel y diles: cuando alguna persona (nephesh) pecare por yerro en alguno de los mandamientos de Jehová sobre cosas que no se han de hacer, e hiciere alguna de ellas…” (Levítico 4:2).
Alma: H5315 נֶפֶשׁ = néfesh: de H5314; propiamente criatura que respira, i. e. animal de (abst.) vitalidad; usado muy ampliamente en sentido lit., acomodado o figurativamente (corporal o ment.):- aliento, alma, anhelar, animal, ánimo, antojo, apetito, cadáver, contentamiento, corazón, cordial, cuerpo, dejar, deseo, esclavo, estómago, gusto, hombre, interior, íntimo, lujuria, matar, mente, muerte, muerto, persona, querer, ser, vida, voluntad. (Strong).
En el Nuevo Testamento, la palabra psuche es empleada en la misma manera. En Hechos 2:41, Lucas registró que “se añadieron aquel día como tres mil personas (psuchai)”. En la primera epístola de Pedro, cuando él abordó el tema del Diluvio de Génesis se refirió al hecho de que “pocas personas (psuchai), es decir, ocho, fueron salvadas por agua” (3:20). En cada uno de estos ejemplos, gente real—individualmente o colectivamente—estuvieron bajo consideración.
Alma: G5590 ψυχή = psujé: de G5594; aliento, i. e. (por implicación) espíritu, abstractamente o concretamente (el principio sensitivo del animal solo; así distinguido por un lado de G4151, que es el alma racional e inmortal; y por el otro G2222, que es mera vitalidad, aun de las plantas: estos términos de este mondo corresponden exactamente y respectivamente a los hebreo H5315, H7307 y H2416:- persona, ser, vida, muerte, alma, ánimo, corazón. (Strong).
-            Segundo, la palabra alma es usada para denotar la forma de vida que el hombre posee en común con los animales y que cesa de existir en la muerte. En la versión en inglés King James [versión semejante a la Reina Valera en español—MP], nepesh es traducido como “alma” en el Antiguo Testamento 472 veces, como “vida” 118 veces, y como “criatura” 8 veces; psuche es traducido como “alma” en el Nuevo Testamento 59 veces y como “vida” 39 veces. En Génesis 1:20,24, y 30, Dios habló de nephesh hayyah—literalmente “aliento de alma” o “aliento de vida”. Hablando de la retribución de Dios sobre los egipcios durante el tiempo del Éxodo, el salmista escribió: “No eximió la vida (nephesh) de ellos de la muerte, sino que entregó su vida a la mortandad” (Salmo 78:50). En este ejemplo particular las almas de los egipcios representaban sus vidas físicas y nada más.
En el Nuevo Testamento, el principio es el mismo. Cristo observó concerniente a los seres humanos: “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida (psuche), que habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo” (Mateo 6:25). Y en Lucas 14:26, leemos que una de las condiciones del discipulado era aborrecer su propia vida (psuche)—que quiere decir, estar dispuesto a negarse a sí mismo al punto de perder la vida por Cristo (cf. Lucas 9:23; Apocalipsis 12:11).
-     Tercero, la idea de alma es usada para referirse a la variedad de emociones o pensamientos internos de un hombre—un hecho que explica por qué nephesh es traducido como “corazón” (15 veces) o “mente” (15 veces) en el Antiguo Testamento (versión en inglés King James) y por qué psuche es traducido como “corazón” (1 vez) y “mente” (3 veces) en el Nuevo. El hombre fue llamado a amar a Dios con todo su corazón y con todo su alma (Deuteronomio 13:3). Del alma (nephesh) se origina el conocimiento y el entendimiento (Salmos 139: 14), el pensamiento (1 Samuel 20:3), el amor (1 Samuel 18:1), y la memoria (Lamentaciones 3:20). En su interacción con un intérprete de la ley, Jesús dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma (psuche), y con toda tu mente” (Mateo 22:37).
-      Cuarto, la palabra alma es usada en las Escrituras para designar la parte de una persona que es inmortal y por consiguiente nunca muere. Tan pronto como en el libro de Génesis, la Biblia marca tal concepto. Por ejemplo, comentando de la muerte inoportuna de Raquel al nacimiento de su hijo, Moisés escribió: “Y aconteció que al salirsele el alma (nephesh) (pues murió), llamó su nombre Benoni; mas su padre lo llamó Benjamín” (Génesis 35:18). En una ocasión mientras el profeta Elías estuvo en la casa de la viuda en la ciudad de Sarepta, el hijo de la mujer cayó enfermo y finalmente murió. Pero el texto indica que Elías “clamó a Jehová…, Dios mío, te ruego que hagas volver el alma (nephesh) de este niño a él” (1 Reyes 17:21).
Cuando el salmista oró a Dios por perdón clamó: “Jehová, ten misericordia de mí; sana mi alma (nephesh), porque contra ti he pecado” (41:4). En su análisis del destino final de aquellos que confiaban en las riquezas terrenales, el salmista lamentó que tales personas eran “como bestias que perecen... pero Dios redimirá mi vida del poder del Seol” (49:12b, 15a).
Muchos años después, Cristo advirtió a Sus discípulos: “Y no temáis a los que matan el cuerpo, más el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma (psuche) y el cuerpo en el infierno” (Mateo 10:28). Durante Su discusión con los saduceos en Mateo 22, el Señor citó de Éxodo 3:6 donde Dios dijo a Moisés: “Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”.
Luego Cristo continuó declarando: “Dios no es Dios de muertos, sino de vivos” (22:32). Además cuando Dios habló con Moisés acerca de los patriarcas Abraham, Isaac, y Jacob, aquellos tres hombres habían estado muertos y en sus tumbas, literalmente cientos de años. Por las propias palabras de Cristo sabemos que “Dios no es el Dios de los muertos, sino de los vivos”, el punto es obvio. Abraham, Isaac, y Jacob todavía debían haber estado vivos. Pero ¿cómo? La solución al problema aparente, desde luego, yace en el hecho de que mientras sus cuerpos habían muerto, sus almas inmortales no lo habían hecho.

Cuando se le permitió al apóstol Juan mirar en el libro “sellado con siete sellos” (Apocalipsis 5:1), él “vio bajo el altar las almas (psuchas) de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios” (Apocalipsis 6:9). Cada uno de estos pasajes es instructivo en el hecho de que hay dentro del hombre un alma que nunca muere.

1.2.   EL ORIGEN DEL ALMA:
La enseñanza bíblica concerniente al hombre reconoce que él está compuesto de dos partes distintas:
-      La física, y
-      la espiritual.
Nosotros obtenemos una introducción al origen de la parte física tan pronto como Génesis 2:7 declara: “Entonces Jehová formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente (nephesh chayyah)”.
Es importante reconocer tanto lo que este pasaje discute como lo que no. Génesis 2:7 está enseñando que al hombre le fue dado vida física; no está enseñando que el hombre fue infundido con una naturaleza inmortal.
La variedad de términos empleados en nuestras traducciones han causado algo de confusión como en el caso del significado exacto de “alma viviente” o “ser viviente”. Algunos han sugerido, por ejemplo, que Génesis 2:7 está hablando especialmente de la recepción del hombre de su alma inmortal o espíritu.
No obstante, éste no es el caso, como un examen más detallado del contexto inmediato y remoto lo indica. Por ejemplo, el apóstol Pablo citó Génesis 2:7 en 1 Corintios 15:44, 45 cuando escribió: “Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual. Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante”.
La comparación/contraste ofrecida por el apóstol entre el primer “cuerpo animal (natural)” de Adán y el postrer Adán (Cristo) como un “espíritu vivificante” es absolutamente crucial para un entendimiento del mensaje central de Pablo (y el tema del gran “capítulo de la Biblia acerca de la resurrección”, 1 Corintios 15), y no debe ser pasado por alto en cualquier análisis del enunciado de Moisés en Génesis 2:7. Por tanto, ¿quiere decir esto que el hombre posee solamente una naturaleza material y no tiene un alma inmortal? ¡No, no es así!
Es verdad que tanto los hombres como las bestias finalmente mueren, y que en este aspecto el hombre “no tiene preeminencia sobre las bestias”. Aún mientras ambas criaturas son referidas como “almas vivientes” (nephesh chayyah) las Escrituras clarifican que Dios hizo algo especial en referencia al hombre.
Génesis 1:26,27 registra: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza…Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. En ninguna parte la Biblia declara o insinúa que los animales son creados a la imagen de Dios.
¿Qué es lo que entonces hace diferente al hombre de los animales? Desde luego, la respuesta, yace en el hecho de que el hombre posee una naturaleza inmortal. Los animales no. Dios mismo es espíritu (Juan 4:24).
Y un espíritu “no tiene carne y huesos” (Lucas 24:39).

Entonces, de alguna manera, Dios ha colocado dentro de cada hombre una porción de Su propia esencia, en el sentido de que los seres humanos poseemos un espíritu inmortal que nunca morirá.
El profeta Zacarías habló de Jehová, Quién “extiende los cielos y funda la tierra, y forma el espíritu (ruach) del hombre dentro del él” (12:1). La palabra hebrea para “forma” yatsar, es definida como formar, amoldar, moldear. La misma palabra es usada en Génesis 2:7, indicando por ello que tanto el cuerpo físico del hombre y su naturaleza espiritual fueron formados, moldeados, o amoldados por Dios.

Espíritu: H7307 רוּחַ = rúakj: de H7306; viento; por semejanza aliento, i. e. una exhalación sensible (o incluso violenta); figurativamente vida, ira, insustancial; por extenso. Región del cielo; por semejanza espíritu, pero solo de un ser racional (incl. su expresión y funciones):- aire, aliento, ánimo, enojo, espíritu, hálito, ímpetu, ira, lado, respiración, soplar, soplo, tempestuoso, vacío, en vano, viento. (Strong)

Forma: H3335 יָצַר = yatsár: probablemente idéntico a H3334 (mediante la idea de embutir en molde); ([Compárese con H3331]); moldear en una forma; específicamente como el alfarero; figurativamente determinar (i. e. formar una resolución):- alfarero, barro, crear, criar, dar, disponer, forjar, forma, formador, formar, hacedor, hacer, idear, labrar, pensar. (Strong).

Como el Creador, Dios “inicia” el objeto que nosotros conocemos como la naturaleza inmortal del hombre (i. es., su alma o espíritu). El rey Salomón, escribiendo en el libro de Eclesiastés, anotó que “el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio” (Ecles.12:7, énfasis añadido).    
El cuerpo físico del hombre fue formado del polvo físico de la Tierra. ¿No sería consecuente, entonces, que su parte espiritual fuera formada de lo que es espiritual? Cuando el escritor del libro de los Hebreos se refirió a Dios como “el Padre de los espíritus” (Heb.12:9), él reveló la fuente espiritual del alma—Dios.

1.3.    CUANDO EL HOMBRE RECIBE SU NATURALEZA INMORTAL:
¿Cuándo recibe el hombre su alma? En uno de los pasajes más ilustrativos de la Biblia sobre este tema, Santiago escribió: “El cuerpo sin espíritu está muerto” (2:26). Esta breve pero importante observación— ofrecida por inspiración de parte del escritor bíblico—conlleva implicaciones tremendas.
Sin la presencia del espíritu (que en este pasaje es sinónimo de alma), el cuerpo físico no puede vivir. No obstante, existe un corolario importante para la evaluación de Santiago. Si el cuerpo está vivo, entonces ¡el espíritu debe estar presente!
Pero, ¿cuándo comienza realmente la vida? La respuesta, bastante simple, es que ésta comienza en la concepción.[1] Cuando los gametos masculinos y femeninos se juntan para formar el zigoto, éste es el momento en que la formación de un nuevo cuerpo comienza. Dentro de 72 horas después de la fertilización, el zigoto (ahora referido como un embrión) se habrá dividido un total de cuatro veces y consistirá de dieciséis células. Cada célula se dividirá antes que alcance el tamaño de la célula que lo produjo; por ende, las células llegarán a ser progresivamente más pequeñas con cada división.
Al final del primer mes, el embrión habrá alcanzado una longitud de solamente un-octavo de pulgada, pero ya consistirá de millones de células. Al final del noveno mes, si todo continuo por conducto normal, un bebé estará listo a nacer. Como un biólogo (y autor de un libro de texto de biología secular y de nivel universitario, usado extensamente) anotó: “Tan pronto como el óvulo es tocado por la cabeza del esperma, experimenta movimientos pulsantes violentos que unen los veintitrés cromosomas del esperma con su complemento genético propio. De esta simple célula (alrededor de 1/175 de una pulgada de diámetro), un bebé que pesa varias libras y compuesto de trillones de células nacerá alrededor de 266 días después” (Wallace, 1975, p. 194, énfasis añadido).
Óvulo saliendo del ovario:
El ovario es el órgano femenino donde se producen las células reproductoras, llamadas óvulos. Esta micrografía electrónica de colores falsos ilustra el momento en que un óvulo maduro se desprende del ovario. El óvulo (en rojo) está rodeado por células y líquido procedentes del folículo ovárico roto.
¿Está “esto” vivo? Por supuesto que “esto” está vivo. Considere los siguientes factores científicos concernientes a la naturaleza viviente del feto:
(1)    El corazón del bebé se forma para el final de la tercera semana después de la concepción, comenzando con contracciones en los días 21-22; en los días 22-23, el tubo neural comienza a desarrollarse.
(2)    Para la edad de dos meses, el corazón late tan fuertemente que un doctor realmente puede oírlo con un estetoscopio Doppler, y para el final de la quinta semana el corazón está completamente dividido.
(3)   A los 40 días después de la fertilización, las ondas eléctricas (cuando son medidas por un electroencefalograma) pueden ser registradas dentro del cerebro del bebé, indicando actividad del cerebro.
(4)   Alrededor de los días 26-27, el sistema respiratorio comienza a formarse, incluyendo la laringe, tráquea, bronquios, y pulmones.
(5)    A comienzos de la cuarta semana, el hígado, la vesícula biliar, y el sistema del ducto biliar se han formado.
(6)   Para la edad de dos meses, “el embrión tiene características humanas marcadas”. Todo está “en su lugar”—pies, manos, cabeza, órganos, etc. En un análisis detallado, las huellas dactilares son evidentes. Aunque de menos de una pulgada de largo, el embrión tiene una cabeza con ojos y oídos, un sistema digestivo simple, riñones, hígado, un corazón que late, una corriente sanguínea propia, y el principio de un cerebro.
(7) El niño no nacido tiene hipo, se chupa el dedo pulgar, se despierta, y duerme.
(8) El niño no nacido responde al tacto, al dolor, al frío, al ruido, y a la luz.

¿Está el niño vivo? ¿Conoce a alguna criatura muerta que realice tales logros maravillosos? ¿Cómo, exactamente, Dios ve a este niño no nacido, aunque completamente humano? 

 

Feto humano:
Aunque el periodo de gestación completo del embrión humano dura nueve meses, el feto adquiere forma humana reconocible a las 12 semanas. Los órganos vitales no alcanzan desarrollo suficiente para mantener la vida fuera del útero hasta los siete meses. El feto es muy sensible a los efectos de las drogas, el alcohol, los rayos X y otras formas de radiación. Oxford Scientific Films. Microsoft ® Encarta ® 2008.

Él dijo al profeta Jeremías: “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué” (Jeremías 1:5, énfasis añadido). Jehová conoció al profeta—aun cuando él estaba en el útero—y lo vio como una persona viva.
Además, Dios ya había “santificado” a Jeremías. Si su madre hubiera abortado al bebé, ella hubiera matado a alguien que Dios mismo reconocía como una persona viva. El mismo concepto se aplica al profeta Isaías quien dijo: “Oídme, costas, y escuchad, pueblos lejanos. Jehová me llamó desde el vientre, desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria… Ahora pues, dice Jehová, el que me formó desde el vientre para ser su siervo…” (Isaías 49:1,5, énfasis añadido). Jehová no solo vio a Isaías como una persona anterior a su nacimiento, sino aun lo llamó por su nombre.
Escribiendo en Salmos 139:13-16, David proveyó uno de los tratados más claros y más convincentes sobre la naturaleza e importancia de la vida en el útero cuando escribió:

“Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas”.

NOTA: Salmo 139:13-16: V.13: FORMASTES: Significa adquirir por Creación (Génesis 14:19; Deuteronomio 32:6). V.15: MI CUERPO: I., es, mis huesos o esqueleto, en lo más profundo de la tierra. Una referencia al vientres, tan misterioso como el más allá. V.16: La parte final de este versículo significa que los días de la vida de David estaban escritos en el libro de Dios, afirmando así la presencia de Dios y Su plan en todo lo concerniente a la vida de David. [De usted o yo]…

Las frases: “Fui formado en lo oculto” y “entretejido en lo más profundo de la tierra”, hacen referencia al desarrollo del salmista en el útero.
Note: también que el salmista usa el pronombre “me”, “mi”, y “yo” a través del pasaje en referencia a su propio estado prenatal. Tal uso demuestra que David se estaba refiriendo a sí mismo, y uno no puede hablar de sí mismo sin hacer referencia a un ser humano viviente.



Etapas del parto:
El preparto es un periodo de contracciones irregulares del útero, en el cual el fino cérvix se reblandece y comienza a dilatarse. En la primera etapa del parto (arriba a la izquierda), el útero se contrae con fuerza y regularidad.
El cérvix (en el centro), se dilata con cada contracción, y la cabeza del bebé gira para adaptarse a la pelvis de la madre. En la segunda etapa (derecha), la madre empuja o presiona hacia abajo, en respuesta a la presión ejercida contra sus músculos pélvicos.
La coronilla de la cabeza del bebé comienza a hacerse visible en el canal del parto ensanchado. Cuando la cabeza emerge por completo (abajo a la izquierda y en el centro), el doctor gira los hombros del bebé, que emergen con la siguiente contracción. El resto del cuerpo se desliza entonces hacia el exterior con relativa facilidad, y se obtura y se corta el cordón umbilical. La tercera etapa (a la derecha), se da dentro de los diez minutos siguientes al nacimiento. El útero continúa contrayéndose y se expulsan los restos del cordón umbilical y la placenta. © Microsoft Corporation. Microsoft ® Encarta ® 2008.

Diagnóstico prenatal:

Existen dos tipos de pruebas que se pueden realizar en una mujer embarazada de pocas semanas para determinar si el feto posee algún defecto genético. En ambos procedimientos se extraen células del feto en desarrollo. Las células obtenidas tienen la misma composición genética que el feto, por lo que en ellas se pueden comprobar si existe alguna anomalía genética.
La biopsia coriónica consiste en extraer una pequeña muestra de tejido de las vellosidades coriónicas, prolongaciones vasculares del corion del embrión que entran en la formación de la placenta. Esta técnica generalmente se practica entre la semana 10 y 12 de embarazo. El médico realiza la inserción, con control ecográfico, de una aguja a través de la pared abdominal de la mujer o de un pequeño tubo (catéter) a través de la vagina hasta el cuello uterino, y extrae, utilizando una jeringuilla, una muestra de tejido para analizar.
La amniocentesis se suele realizar entre la semana 15 y 17 de embarazo. El procedimiento consiste en introducir una aguja a través de la pared abdominal para extraer, con una jeringuilla, una muestra del líquido amniótico que rodea al feto en el interior del útero. Ambas técnicas presentan un pequeño riesgo para el feto en desarrollo y, por ello, los médicos recomiendan realizarse sólo cuando existan antecedentes familiares de enfermedades hereditarias o un riesgo conocido a padecer alguna anomalía genética. Microsoft ® Encarta ® 2008.

Por ende, la Biblia reconoce que los individuos son seres humanos vivos mientras están en el útero de su madre (y antes de su nacimiento). Por consiguiente, el hecho de que el zigoto/embrión/feto está vivo llega a ser crucialmente importante para responder a la pregunta, “¿Cuándo recibe el hombre su naturaleza inmortal?” Cuando Santiago observó que “el cuerpo sin espíritu está muerto” (2:26), el corolario automáticamente inherente en su enunciado llega a ser el hecho de que si el cuerpo está vivo, entonces, el espíritu debe estar presente.
Ya que a cada etapa de su desarrollo el zigoto/embrión/ feto está vivo, éste debe haber tenido un alma infundido en la concepción. Ningún otro punto de vista está en concordancia con la evidencia tanto bíblica como científica.

Resumen:
En esta lección hemos aprendido que la palabra alma puede tener varios significados. También aprendimos que Dios es el origen y fuente del alma que es dado al hombre en la concepción. En la próxima lección, continuaremos nuestro análisis del alma al estudiar su naturaleza y destino.

         Véase Parte II:

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