viernes, 27 de mayo de 2016

Parte I: ¿Debemos Orar Por Los Muertos? (Heb. 9:27)

Parte I:
¿Debemos Orar Por Los Muertos?
(Heb. 9:27)


Por: Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

«Está establecido que los hombres mueran una sola vez y luego viene el juicio»
                                                                                                              (Heb. 9:27)
Esta reflexión es una realidad cruda para muchos que desconocen las Escrituras la Palabra de Dios, frente a la razón humana. Creo que a muchos no les va a gustar, porque son parte de la tradición [del magisterio católico romano, los Cardenales representado por  Roma en todo el mundo por no decir los 144 países donde han firmado su concordato], que más confiable  que es la Biblia.
Hace poco murió mi madre [7//3//2015], mi hermana menor me pedía dinero para hacerle  la misa, le respondí que yo no daría dinero para este asunto ya que yo era pastor evangélico y haría todo el servicio litúrgico, pero cuando regrese a Huancayo ella realizo una misa de mes en la casa de mi mama en Tumbes, bueno todo es tradición enseñanza dejado por los líderes católicos [curas] romanos, veamos este artículo, sobre la postura católica romana, sobre las misas a los muertos.

Queridos hermanos en Cristo reflexionemos sobre un tema que a todos nos va a afectar en 1ra persona el día de nuestra partida  al Padre. Les voy a contar un caso que me sucedió hace algún tiempo. Un día se murió un amigo mío que en cuanto a religión no era ni chicha ni limonada, unas veces iba a misa y otras iba al culto de los evangélicos.
Cuando murió, los evangélicos lo velaron con muchos cantos y alabanzas, y al día siguiente lo llevaron al cementerio a su descanso eterno. Como era amigo mío, quise ir al cementerio a orar por él. Una vez allá, le pregunté al pastor, si me dejaba hacerle un responso, y me contestó: «El finado era oveja de nuestro rebaño y nosotros no les rezamos a los muertos porque a estas alturas de nada le sirven las oraciones». Ya que las oraciones de intercesión se hacen en vida. Total que no me permitieron rezarle el responso y tuve que contentarme con orar en silencio. Esta anécdota nos da pie para preguntarnos: ¿Podemos orar por los difuntos? ¿Les sirven nuestras oraciones? ¿Cuál es la doctrina católica y la evangélica al respecto? 

I.       La Biblia Nos Dice Que Después De La Muerte Viene El Juicio: 
«Está establecido que los hombres mueran una sola vez y luego viene el juicio» (Heb. 9:27).
Después de la muerte viene el juicio particular donde «cada uno recibe conforme a lo que hizo durante su vida mortal» (2 Cor. 5:10). Al fin del mundo tendrá lugar el «juicio universal» en el que Cristo vendrá en gloria y majestad a juzgar a los pueblos y naciones. 
En la doctrina católica que en el juicio particular se destina a cada persona a una de estas tres opciones: Cielo, Purgatorio o Infierno.
1.    Las personas que en vida hayan aceptado y correspondido al ofrecimiento de salvación que Dios nos hace y se hayan convertido a Él, y que al morir se encuentren libres de todo pecado, se salvan. Es decir, van directamente al Cielo, a reunirse con el Señor y comienzan una vida de gozo indescriptible «Bienaventurados los limpios de corazón -dice Jesús- porque ellos verán a Dios» (Mt. 5:8).
2.    Quienes hayan rechazado el ofrecimiento de salvación que Dios hace a todo mortal, o no se convirtieron mientras su alma estaba en el cuerpo, recibirán lo que ellos eligieron: el Infierno, donde estarán separados de Dios por toda la eternidad.
3.    Y finalmente, los que en vida hayan servido al Señor pero que al morir no estén aun plenamente purificados de sus pecados, irán al Purgatorio. Allá Dios, en su misericordia infinita, purificará sus almas y, una vez limpios, podrán entrar en el Cielo, ya que no es posible que nada manchado por el pecado entre en la gloria: «Nada impuro entrará en ella (en la Nueva Jerusalén)» (Ap. 21:27).

Hermanos queridos en Cristo. Aquí surge espontánea una pregunta cuya respuesta es muy iluminadora: ¿Para qué estamos en este mundo? Estamos en este mundo para conocer, amar y servir a Dios, y mediante esto, salvar nuestra alma. Dios nos coloca en este mundo para que colaboremos con Él en la obra de la creación, siendo cuidadores de este «jardín terrenal» y para que cuidemos también de los hombres nuestros hermanos, especialmente de aquellos que quizás no han recibido tantos dones y «talentos» como nosotros. Este es el fin de la vida de cada hombre: Amar a Dios sobre todas las cosas y salvar nuestra alma por toda la eternidad.

¿Qué Acontece, Entonces, Con Los Que Mueren?

Ya lo dijimos: Los que mueren en gracia de Dios se salvan. Van derechamente al cielo. Los que rechazan a Dios como Creador y a Jesús como Salvador durante esta vida y mueren en pecado mortal se condenan. También aquí la respuesta es clara y coincidente entre católicos y evangélicos. 
Pero, ¿qué ocurre con los que mueren en pecado venial o que no han satisfecho plenamente por sus pecados?

Ahí está la diferencia entre católicos y evangélicos:
v Los católicos creen en el Purgatorio. Según la fe católica, el Purgatorio es el lugar o estado por medio del cual, en atención a los méritos de Cristo, se purifican las almas de los que han muerto en gracia de Dios, pero que aún no han satisfecho plenamente por sus pecados. El Purgatorio no es un estado definitivo sino temporal. Y van allá sólo aquellos que al morir no están plenamente purificados de las impurezas del pecado, ya que en el cielo no puede entrar nada que sea manchado o pecaminoso.
v Ahora bien, según los evangélicos no hay Purgatorio porque no figura en la Biblia y Cristo salva a todos, menos a los que se condenan. 
v Para los católicos hay Purgatorio y en cuanto a su duración podemos decir que después que venga Jesús por segunda vez y se ponga fin a la historia de la humanidad, el Purgatorio dejará de existir y sólo habrá Cielo e Infierno. 

El Apóstol Pablo dice, además, que en el día del juicio la obra de cada hombre será probada. Esta prueba ocurrirá después de la muerte: «El fuego probará la obra de cada cual. Si su obra resiste al fuego, será premiado, pero si esta obra se convierte en cenizas, él mismo tendrá que pagar. Él se salvará pero como quien pasa por el fuego» (1 Cor. 3:15).
La frase: «tendrá que pagar» no se puede referir a la condena del Infierno, ya que de ahí nadie puede salir. Tampoco puede significar el Cielo, ya que allá no hay ningún sufrimiento.
Sólo la doctrina y la creencia en el Purgatorio explican y aclaran este pasaje. Esto es lo que explica la iglesia Católica.
Pero, además, en la Biblia se demuestra que ya en el Antiguo Testamento, Israel oró por los difuntos. Así lo explica el Libro II de los Macabeos (12:42-46 Apócrifo, para la iglesia evangélica), donde se dice que Judas Macabeo, después del combate oró por los combatientes muertos en la batalla para que fueran liberados de sus pecados. Dice así: «Y rezaron al Señor para que perdonara totalmente de sus pecados a los compañeros muertos». 
Y también en (2 Timoteo 1:1-18), San Pablo dice refiriéndose a Onesíforo: «El Señor le conceda que alcance misericordia en aquel día».

Dos doctrinas diferentes: Roma Vs. Evangélicos:
·      Pero aquí surge un problema doctrinal para la iglesia católica son 72 libros  sagrados  de los cuales están 1ra y 2da de macabeos.
·      En cambio en la iglesia evangélica son 66 y el libros de los Macabeos  es un libro apócrifo. En definitiva, el porqué de esta diferencia es muy sencillo:
1.    Los evangélicos sólo admiten la Biblia como revelación de Dios.
2.    En cambio los católicos, la Biblia no es la única fuente de revelación. también tenemos la Biblia y la Tradición [Pero la tradición prima más que la propia Biblia La Palabra de Dios. 

La Oración Por Los Difuntos:
Postura Católica: Los primeros misioneros que evangelizaron América introdujeron la costumbre, que aún perdura en algunos lugares, de reunirse y hacer un velorio que se prolonga por una semana o nueve días. Se reza aún una Novena en la que los familiares se congregan para acompañar a los deudos y ofrecen a Dios oraciones por el difunto. También la Iglesia, desde tiempo inmemorial, introdujo la costumbre de celebrar el día 2 de Noviembre dedicado a los difuntos, día en el que los católicos vamos a los cementerios y, junto con llevar flores, elevamos una oración por nuestros seres queridos.


Postura evangélica: por lo general, sólo alaban a Dios por los favores que Dios le concedió al difunto. Pocas son las iglesias que oran por ellos. En materia doctrinal, hay mucha variedad entre una iglesia y otra, ya que, como interpretan la Biblia según su libre albedrío, cada iglesia tiene su criterio que también es inspirado por el Espíritu Santo. 

En cambio, entre los católicos la Escritura no debe ser objeto de interpretación personal, sino que la Iglesia católica, inspirada por el Espíritu Santo, les revela a través de sus sacerdotes el verdadero sentido de cada texto. 
"La comunión con los difuntos. La Iglesia católica, perfectamente consciente de esta comunión de todo el Cuerpo místico de Jesucristo, desde los primeros tiempos del cristianismo honró con gran piedad el recuerdo de los difuntos y también ofreció por ellos oraciones; 'pues es una idea santa y provechosa orar por los difuntos para que se vean libres de sus pecados' (2 Macabeos 12:45). Nuestra oración por ellos no sólo puede ayudarles, sino también hacer eficaz su intercesión en nuestro favor".

En esta declaración hay tres afirmaciones que contradicen a la Biblia. Examinémoslas:
1.      "Es una idea santa y provechosa orar por los difuntos": Según la Palabra de Dios, no es santo ni provechoso orar por los difuntos. A los cristianos se les instruye que oren por los vivos, pero no hay ni un solo ejemplo de cristianos verdaderos que hayan orado por los muertos. Esta es otra tradición de hombres
2.      La oración por los muertos puede ayudar a liberarlos de sus pecados: Esta es una tradición basada en otra tradición. Las Escrituras nunca indican que esta afirmación sea verdadera. Como vimos antes, la persona debe ser librada de sus pecados antes de morir.
3.      Nuestras oraciones por los muertos hacen eficaz su intercesión por nosotros: Tal como se construye con bloques de juguete, el catolicismo continúa añadiendo una tradición sobre otra, sin tener ningún fundamento bíblico. Aquí llegamos a un punto álgido, en el cual nuestras oraciones supuestamente son capaces de: "... hacer eficaz su intercesión en nuestro favor".

La pregunta obvia es: ¿Por qué necesitamos que otros intercedan por nosotros? ¿Acaso no es suficiente tener a Dios el Hijo intercediendo por nosotros? ¿Necesita el Creador del universo que hombres y mujeres mortales lo ayuden a persuadir al Padre en nuestro favor?

Qué actitud tan degradante hacia Jesucristo. La posición católica insulta al Señor al presentarlo como un simple observador, débil, incapaz, que necesita la ayuda de cualquier individuo que pueda conseguir para persuadir al Padre.  Por muy santo que sea el hombre y la mujer, sigue teniendo condición de creatura (creado); en cambio Jesucristo (Dios) es el único puente entre Dios y los hombres.
Este no es el cuadro de Jesús que se presenta en la Biblia. Acerca de sí mismo, Jesús declaró: "Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra" (Mateo 28:18)

Veamos Otro Retrato Bíblico De Jesucristo:
"La cual (Dios) operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia". (Efesios 1:20-22)

Qué diferente es esta declaración al cuadro católico de Jesús, el cual reduce al Señor a una criatura espiritual débil, desprovista de poder y autoridad. Estimado amigo católico, ¡Jesucristo no necesita la ayuda de nadie! Él es capaz de realizar la obra: Por lo cual (Cristo) puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos". (Hebreos 7:25)

Antes de orar por otro ser amado que ha fallecido, por favor, comprenda que estos son sólo reglamentos de hombres. Dios nunca le pidió que orara por los muertos, ni prometió que traería algún beneficio.

El hombre una vez muerto; muerto es: aun un rezo que utiliza mucha la iglesia católica y confunde a los creyentes que aman al Señor con el corazón limpio y ansiosos de ver su rostro
"¡Oh Jesús, único consuelo en las horas eternas del dolor, único consuelo sostén en el vacío inmenso que la muerte causa entre los seres queridos! Tú, Señor, a quién los cielos, la tierra y los hombres vieron llorar en días tristísimos; Tú, Señor, que has llorado a impulsos del más tierno de los cariños sobre el sepulcro de un amigo predilecto; Tú, ¡oh Jesús! que te compadeciste del luto de un hogar deshecho y de corazones que en él gemían sin consuelo; Tú, Padre amantísimo, compadécete también de nuestras lágrimas. Míralas, Señor, cómo sangre del alma dolorida, por la pérdida de aquel que fue deudo queridísimo, amigo fiel, cristiano fervoroso. ¡Míralas, Señor, como tributo sentido que te ofrecemos por su alma, para que la purifiques en tu sangre preciosísima y la lleves cuanto antes al cielo, si aún no te goza en él! ¡Míralas, Señor, para que nos des fortaleza, paciencia, conformidad con tu divino querer en esta tremenda prueba que tortura el alma! ¡Míralas, oh dulce, oh piadosísimo Jesús! y por ellas concédenos que los que aquí en la tierra hemos vivido atados con los fortísimos lazos de cariño, y ahora lloramos la ausencia momentánea del ser querido, nos reunamos de nuevo junto a Ti en el Cielo, para vivir eternamente unidos en tu Corazón”. Amén

Hermanos en Cristo. Siendo un joven católico, siempre supuse que estas reglas de alguna manera provenían de Dios. ¡Pero no es así! Lea la Biblia y compruébelo usted mismo. El Catecismo enseña tradiciones de hombres, no mandamientos de Dios. Aunque es válido orar, no tiene sentido orar por los muertos; el sentido lo tiene cuando orar intercediendo por el no creyentes o el in-conversos [aquellos que se niegan a aceptar a Jesucristo como su Señor, en vida], indecisos o creyentes que conocen el nombre de Jesucristo, pero no lo conocen a él por medio de su palabra.

El mismo patrón: De seguro habrá notado que Jesús otra vez ha sido seriamente rebajado. Siendo el Único Intercesor a la diestra del Padre, Jesús es arrojado entre la multitud de seres humanos fallecidos, y es relegado para ser uno entre muchos intercesores.

¿Por qué la Iglesia Católica, continúa haciéndole creer a sus feligreses? 

Nuevamente Tiene Que Enfrentar Importantes Decisiones: 
·  ¿Continuará usted orando por los muertos, aun sabiendo que es tradición de hombres y no mandamiento de Dios?
·  ¿Se aferrará usted a una doctrina que rebaja al Señor Jesucristo para que la tradición de la iglesia sea exaltada?
·  ¿Rechazará usted la Palabra de Dios, a sabiendas, para seguir tradiciones de hombres?

Hermanos en Cristo Jesús. Usted deberá tomar estas decisiones. Mientras medita en estos aspectos, recuerde las palabras de Jesús: "Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres". (Mateo 15:9)

II.    Como Empezó Esta Tradición De Rezar Por Los Muertos, Según Roma.

Cuando hablamos de tradición nos referimos a la postura de la Iglesia Católica Romana ellos mayormente usan la palabra cristianos, a diferencia de los evangélicos bíblicos.

La tradición de rezar por los muertos se remonta a los primeros tiempos del cristianismo, en donde ya se honraba su recuerdo y se ofrecían oraciones y sacrificios por ellos, según Macabeos [Libro Apócrifo].

Cuando una persona muere ya no es capaz de hacer nada para ganar el cielo; sin embargo, en vida podemos aceptar a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador. Véase el ejemplo que dio Jesús sobre el Rico y el Mendigo Lázaro en Lucas 16:19-31.

Vea -----> Parte II. 









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