Parte I:
¿Debemos Orar Por Los Muertos?
(Heb. 9:27)
Por: Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
«Está establecido que los hombres mueran una sola vez
y luego viene el juicio»
(Heb. 9:27)
Hace
poco murió mi madre [7//3//2015], mi hermana menor me pedía dinero para
hacerle la misa, le respondí que yo no
daría dinero para este asunto ya que yo era pastor evangélico y haría todo el
servicio litúrgico, pero cuando regrese a Huancayo ella realizo una misa de mes
en la casa de mi mama en Tumbes, bueno todo es tradición enseñanza dejado por
los líderes católicos [curas] romanos, veamos este artículo, sobre la postura
católica romana, sobre las misas a los muertos.
Queridos hermanos en
Cristo reflexionemos sobre un tema que a todos nos va a afectar en 1ra persona
el día de nuestra partida al Padre. Les voy a contar un caso que me
sucedió hace algún tiempo. Un día se murió un amigo mío que en cuanto a
religión no era ni chicha ni limonada, unas veces iba a misa y otras iba al
culto de los evangélicos.
Cuando murió, los
evangélicos lo velaron con muchos cantos y alabanzas, y al día
siguiente lo llevaron al cementerio a su descanso eterno. Como era amigo mío,
quise ir al cementerio a orar por él. Una vez allá, le pregunté al pastor, si
me dejaba hacerle un responso, y me contestó: «El finado era oveja de nuestro rebaño y nosotros no les rezamos a
los muertos porque a estas alturas de nada le sirven las oraciones». Ya que
las oraciones de intercesión se hacen en vida. Total que no me permitieron
rezarle el responso y tuve que contentarme con orar en silencio. Esta
anécdota nos da pie para preguntarnos: ¿Podemos orar por los difuntos? ¿Les sirven
nuestras oraciones? ¿Cuál es la doctrina católica y la evangélica
al respecto?
I. La Biblia Nos Dice Que Después De La
Muerte Viene El Juicio:
«Está establecido que los hombres mueran una sola vez
y luego viene el juicio» (Heb. 9:27).
Después de la muerte
viene el juicio particular donde «cada uno recibe conforme a lo que hizo durante su vida mortal» (2 Cor. 5:10). Al fin del mundo tendrá lugar el «juicio universal» en el que
Cristo vendrá en gloria y majestad a juzgar a los pueblos y naciones.
En la doctrina católica que en el
juicio particular se destina a cada persona a una de estas tres opciones: Cielo, Purgatorio o Infierno.
1.
Las personas que en vida hayan aceptado y
correspondido al ofrecimiento de salvación que Dios nos hace y se hayan
convertido a Él, y que al morir se encuentren libres de todo pecado, se salvan.
Es decir, van directamente al Cielo, a reunirse con el Señor y comienzan una
vida de gozo indescriptible «Bienaventurados
los limpios de corazón -dice Jesús- porque ellos verán a Dios» (Mt. 5:8).
2.
Quienes hayan rechazado el ofrecimiento de
salvación que Dios hace a todo mortal, o no se convirtieron mientras su alma estaba
en el cuerpo, recibirán lo que ellos eligieron: el Infierno, donde estarán separados de Dios por toda
la eternidad.
3.
Y finalmente, los que en vida hayan servido al
Señor pero que al morir no estén aun plenamente purificados de sus pecados,
irán al Purgatorio. Allá Dios, en su misericordia infinita, purificará sus
almas y, una vez limpios, podrán entrar en el Cielo, ya que no es posible que nada manchado por
el pecado entre en la gloria: «Nada impuro entrará en ella (en la Nueva
Jerusalén)» (Ap. 21:27).
Hermanos queridos en Cristo. Aquí surge
espontánea una pregunta cuya respuesta es muy iluminadora: ¿Para qué estamos en
este mundo? Estamos en este mundo para conocer, amar y servir a
Dios, y mediante esto, salvar nuestra alma. Dios nos coloca en este mundo para
que colaboremos con Él en la obra de la creación, siendo cuidadores de
este «jardín terrenal» y
para que cuidemos también de los hombres nuestros hermanos, especialmente de
aquellos que quizás no han recibido tantos dones y «talentos» como nosotros. Este es el fin de la vida de
cada hombre: Amar a Dios sobre todas las
cosas y salvar nuestra alma por toda la eternidad.
¿Qué Acontece,
Entonces, Con Los Que Mueren?
Ya lo dijimos: Los que mueren en gracia de Dios se salvan. Van
derechamente al cielo. Los que
rechazan a Dios como Creador y a Jesús como Salvador durante esta vida y mueren
en pecado mortal se condenan. También aquí la respuesta es
clara y coincidente entre católicos y evangélicos.
Pero, ¿qué
ocurre con los que mueren en pecado venial o que no han satisfecho plenamente
por sus pecados?
Ahí está la diferencia
entre católicos y evangélicos:
v Los católicos creen en el Purgatorio. Según la fe católica, el Purgatorio es el lugar o estado por medio del
cual, en atención a los méritos de Cristo, se purifican las almas de los que
han muerto en gracia de Dios, pero que aún no han satisfecho plenamente por sus
pecados. El Purgatorio no es un estado
definitivo sino temporal. Y van allá sólo aquellos que al morir no están
plenamente purificados de las impurezas del pecado, ya que en el cielo no puede
entrar nada que sea manchado o pecaminoso.
v Ahora bien, según los
evangélicos no hay Purgatorio porque no figura en
la Biblia y Cristo salva a todos, menos a los que se condenan.
v Para los católicos hay Purgatorio y en cuanto a su duración podemos
decir que después que venga Jesús por segunda vez y se ponga fin a la historia
de la humanidad, el Purgatorio dejará de existir y
sólo habrá Cielo e Infierno.
El Apóstol Pablo dice, además,
que en el día del juicio la obra de cada hombre será probada. Esta prueba
ocurrirá después de la muerte: «El fuego probará la obra
de cada cual. Si su obra resiste al fuego, será premiado, pero si esta obra se
convierte en cenizas, él mismo tendrá que pagar. Él se salvará pero como quien
pasa por el fuego» (1 Cor. 3:15).
La frase: «tendrá que pagar» no
se puede referir a la condena del Infierno, ya que de ahí nadie puede
salir. Tampoco puede significar el Cielo, ya que allá no hay ningún
sufrimiento.
Sólo la doctrina y
la creencia en el Purgatorio explican y aclaran este pasaje. Esto es lo que
explica la iglesia Católica.
Pero, además, en la
Biblia se demuestra que ya en el Antiguo Testamento, Israel oró por los
difuntos. Así lo explica el Libro II de los Macabeos (12:42-46 Apócrifo, para la iglesia
evangélica), donde se dice que Judas Macabeo, después del combate oró
por los combatientes muertos en la batalla para que fueran liberados de sus
pecados. Dice así: «Y rezaron al
Señor para que perdonara totalmente de sus pecados a los compañeros muertos».
Y también en (2
Timoteo 1:1-18), San Pablo dice refiriéndose a Onesíforo: «El Señor le conceda que alcance misericordia
en aquel día».
Dos doctrinas diferentes: Roma Vs. Evangélicos:
· Pero aquí surge un
problema doctrinal para la iglesia católica son 72 libros
sagrados de los cuales están 1ra y 2da de macabeos.
· En cambio en la iglesia evangélica son 66 y el libros de
los Macabeos es un libro apócrifo. En definitiva, el porqué de esta
diferencia es muy sencillo:
1. Los evangélicos sólo
admiten la Biblia como revelación de Dios.
2.
En cambio los católicos, la Biblia no es la única
fuente de revelación. también tenemos la Biblia y la Tradición
[Pero la tradición prima más que la propia Biblia La Palabra de Dios.
La Oración Por Los Difuntos:
Postura Católica: Los primeros misioneros que
evangelizaron América introdujeron la costumbre, que aún perdura en algunos
lugares, de reunirse y hacer un velorio que se prolonga por una semana o nueve
días. Se reza aún una Novena en la que los familiares se congregan para
acompañar a los deudos y ofrecen a Dios oraciones por el difunto. También la
Iglesia, desde tiempo inmemorial, introdujo la costumbre de celebrar el día 2
de Noviembre dedicado a los difuntos, día en el que los católicos vamos a los
cementerios y, junto con llevar flores, elevamos una oración por nuestros seres
queridos.
Postura evangélica: por lo general, sólo alaban a Dios por
los favores que Dios le concedió al difunto. Pocas son las iglesias que oran
por ellos. En materia doctrinal, hay mucha variedad entre una iglesia y otra,
ya que, como interpretan la Biblia según su libre albedrío, cada iglesia tiene
su criterio que también es inspirado por el Espíritu Santo.
En cambio, entre los católicos
la Escritura no debe ser objeto de interpretación personal, sino que la Iglesia
católica, inspirada por el Espíritu Santo, les revela a través de sus
sacerdotes el verdadero sentido de cada texto.
"La comunión con los difuntos. La Iglesia católica,
perfectamente consciente de esta comunión de todo el Cuerpo místico de
Jesucristo, desde los primeros tiempos del cristianismo honró con gran piedad
el recuerdo de los difuntos y también ofreció por ellos oraciones; 'pues es una idea santa y provechosa orar por los
difuntos para que se vean libres de sus pecados' (2 Macabeos 12:45). Nuestra oración
por ellos no sólo puede ayudarles, sino también hacer eficaz su intercesión en
nuestro favor".
En esta declaración
hay tres afirmaciones que contradicen a la Biblia. Examinémoslas:
1.
"Es una idea santa y provechosa orar por los
difuntos": Según la Palabra de Dios, no es santo ni provechoso orar por los
difuntos. A los cristianos se les instruye que oren por los vivos, pero no hay
ni un solo ejemplo de cristianos verdaderos que hayan orado por los muertos. Esta es otra tradición de hombres.
2.
La oración por los muertos puede ayudar a
liberarlos de sus pecados: Esta es una tradición basada en otra tradición.
Las Escrituras nunca indican que esta afirmación sea verdadera. Como vimos
antes, la persona debe ser librada de sus pecados antes de morir.
3.
Nuestras oraciones por los muertos hacen eficaz su
intercesión por nosotros: Tal como se construye con bloques de juguete, el catolicismo
continúa añadiendo una tradición sobre otra, sin tener ningún fundamento
bíblico. Aquí llegamos a un punto álgido, en el cual nuestras oraciones
supuestamente son capaces de: "... hacer
eficaz su intercesión en nuestro favor".
La pregunta obvia es: ¿Por qué necesitamos que otros intercedan por
nosotros? ¿Acaso no es
suficiente tener a Dios el Hijo intercediendo por nosotros? ¿Necesita el
Creador del universo que hombres y mujeres mortales lo ayuden a persuadir al
Padre en nuestro favor?
Qué actitud tan degradante hacia Jesucristo. La posición católica
insulta al Señor al presentarlo como un simple observador, débil, incapaz, que
necesita la ayuda de cualquier individuo que pueda conseguir para persuadir al
Padre. Por muy santo que sea el hombre y la mujer, sigue teniendo
condición de creatura (creado); en cambio Jesucristo (Dios) es el único puente
entre Dios y los hombres.
Este no es el cuadro de Jesús que se presenta en la
Biblia. Acerca de sí mismo, Jesús declaró:
"Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra" (Mateo 28:18)
Veamos Otro Retrato
Bíblico De Jesucristo:
"La cual
(Dios) operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra
en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y
señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también
en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza
sobre todas las cosas a la iglesia". (Efesios 1:20-22)
Qué diferente es esta
declaración al cuadro católico de Jesús, el cual reduce al Señor a una
criatura espiritual débil, desprovista de poder y autoridad. Estimado amigo católico,
¡Jesucristo no necesita la ayuda de
nadie! Él es capaz de realizar la obra: “Por lo cual (Cristo) puede también
salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para
interceder por ellos". (Hebreos 7:25)
Antes de orar por
otro ser amado que ha fallecido, por favor, comprenda que estos son sólo
reglamentos de hombres. Dios nunca le pidió que orara por los muertos, ni
prometió que traería algún beneficio.
El hombre una vez muerto; muerto es: aun un rezo que
utiliza mucha la iglesia católica y confunde a los creyentes que aman al
Señor con el corazón limpio y ansiosos de ver su rostro:
"¡Oh Jesús, único consuelo en las horas eternas del dolor, único
consuelo sostén en el vacío inmenso que la muerte causa entre los seres
queridos! Tú, Señor, a quién los cielos, la tierra y los hombres vieron llorar
en días tristísimos; Tú, Señor, que has llorado a impulsos del más tierno de
los cariños sobre el sepulcro de un amigo predilecto; Tú, ¡oh Jesús! que te
compadeciste del luto de un hogar deshecho y de corazones que en él gemían sin
consuelo; Tú, Padre amantísimo, compadécete también de nuestras lágrimas.
Míralas, Señor, cómo sangre del alma dolorida, por la pérdida de aquel que fue
deudo queridísimo, amigo fiel, cristiano fervoroso. ¡Míralas, Señor, como
tributo sentido que te ofrecemos por su alma, para que la purifiques en tu
sangre preciosísima y la lleves cuanto antes al cielo, si aún no te goza en él!
¡Míralas, Señor, para que nos des fortaleza, paciencia, conformidad con tu
divino querer en esta tremenda prueba que tortura el alma! ¡Míralas, oh dulce,
oh piadosísimo Jesús! y por ellas concédenos que los que aquí en la tierra
hemos vivido atados con los fortísimos lazos de cariño, y ahora lloramos la
ausencia momentánea del ser querido, nos reunamos de nuevo junto a Ti en el
Cielo, para vivir eternamente unidos en tu Corazón”. Amén
Hermanos en Cristo. Siendo un joven
católico, siempre supuse que estas reglas de alguna manera provenían de
Dios. ¡Pero no es así! Lea la Biblia
y compruébelo usted mismo. El Catecismo enseña tradiciones de hombres,
no mandamientos de Dios. Aunque es válido
orar, no tiene sentido orar por los muertos; el sentido lo tiene
cuando orar intercediendo por el no creyentes o el in-conversos [aquellos que se niegan a aceptar a Jesucristo como su Señor, en vida], indecisos o
creyentes que conocen el nombre de Jesucristo, pero no lo conocen a él por
medio de su palabra.
El mismo patrón: De seguro habrá notado que Jesús otra vez ha
sido seriamente rebajado. Siendo el Único Intercesor a la diestra del Padre,
Jesús es arrojado entre la multitud de seres humanos fallecidos, y es relegado
para ser uno entre muchos intercesores.
¿Por qué la Iglesia Católica, continúa haciéndole
creer a sus feligreses?
Nuevamente Tiene Que
Enfrentar Importantes Decisiones:
· ¿Continuará usted
orando por los muertos, aun sabiendo que es tradición de hombres y no mandamiento de Dios?
· ¿Se aferrará usted a una
doctrina que rebaja al Señor Jesucristo para que la tradición de la
iglesia sea exaltada?
· ¿Rechazará usted
la Palabra de Dios, a sabiendas, para seguir tradiciones de hombres?
Hermanos en Cristo Jesús. Usted deberá tomar
estas decisiones. Mientras medita en estos aspectos, recuerde las palabras de
Jesús: "Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de
hombres". (Mateo 15:9)
II.
Como Empezó Esta Tradición De Rezar Por Los Muertos, Según Roma.
Cuando hablamos de tradición nos referimos a la postura de la Iglesia
Católica Romana ellos mayormente usan la palabra cristianos, a diferencia de
los evangélicos bíblicos.
La tradición de rezar por los muertos se remonta a los primeros tiempos
del cristianismo, en donde ya se honraba su recuerdo y se ofrecían oraciones y
sacrificios por ellos, según Macabeos [Libro Apócrifo].
Cuando una persona muere ya no es capaz de hacer nada para ganar el
cielo; sin embargo, en vida podemos aceptar a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador. Véase el ejemplo que dio Jesús sobre el Rico y el Mendigo Lázaro en Lucas 16:19-31.
Vea -----> Parte II.
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