Parte I
EL BUEN PASTOR:
(Juan 10:1-21)
Por: Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
INTRODUCCIÓN:
En
este capítulo, Jesús habla por medio de alegorías
de su relación con los Suyos, que son Sus Ovejas; él es la puerta del redil y
el buen Pastor del rebaño, Él da vida por Sus Ovejas y les asegura Salvación,
libertad y alimento.
Aparecen también
aquí los comentarios que de Jesús hacía la gente, y otro intento de los judíos
de prenderle.
Los fariseos, en
su oposición a Cristo, se escudaban en el pretexto de ser ellos los pastores de Israel y proseguían a Jesús
como a intruso e impostor, y hacían todo lo posible para que el pueblo le
odiara a Él y les siguiera a ellos.
En este capítulo
Cristo los describe a ellos como a falsos pastores, y afirma que Él es el BUEN PASTOR.
En el discurso de su mensaje describe el carácter del BUEN PASTOR y del MERCENARIO [Los
que lucran con “dinero sagrado”], con lo que los oyentes mismos
pueden sacar por sí mismos las conclusiones correctas.
El cap. 10
constituye el último discurso público de Jesús y el último enfrentamiento con
los dirigentes judíos, introducido con una alegoría del buen pastor que ama y
se sacrifica por sus ovejas. Este pasaje está relacionado con la fiesta de la
Dedicación (ver 10:22), celebrada en el mes de diciembre, a los dos meses y
medio de la fiesta de los Tabernáculos.
Jesús emplea la figura del buen pastor
para señalar un contraste marcado entre su propio ministerio y el de los falsos
pastores. Los judíos, y especialmente los fariseos, presentados en los
capítulos anteriores como opositores hostiles a Jesús, se describen aquí como
los falsos pastores.
Este capítulo debe leerse con el
trasfondo de varios pasajes en el AT., donde Dios es considerado como el buen
pastor (Salmo 23:1; 80:1; Isaías 40:10 s.) y algunos de los profetas como
falsos maestros y pastores (ver Isaías 56:9-12; Jeremías 23:1-4; Ezequiel 34;
Zacarías 11).
En este capítulo Jesús se presenta como
el cumplimiento de la profecía de Ezequiel 34:23: “Yo levantaré sobre ellas un solo pastor,
mi siervo David; y él las apacentará. él las apacentará y así será su pastor”.
También, hay varias referencias al pastor de ovejas en los Sinópticos
(Mateo 18:12 s.; Lucas 15:3-7).
A pesar de que la enseñanza principal
del cap. 10 es clara y poderosa, hay algunas dificultades. No todos están de acuerdo
con la secuencia dentro del capítulo, ni cómo se relaciona con el resto del
Evangelio (ver Beasley Murray y Brown). La misma clasificación de la literatura
se discute. ¿Es una parábola, una alegoría, una similitud o un proverbio?
Borchert usa el término mashal, traducción del término heb., que
abarca todos los términos mencionados, para describir su naturaleza.
Juan emplea el término griego paroimia
G3942 (Juan 10:6) que significa “imagen, figura, enigma, similitud o parábola”.[1]
La verdad es que no se encuadra en la
definición tradicional de ninguna de estas clasificaciones. Por ejemplo: Cristo se presenta como el buen pastor
y la puerta,
lo cual lleva a Brown a determinar que se trata de más que una parábola (p.
ej., 1-3a y 3b-5).
También sus opositores son presentados
como ladrones[2] y asaltantes[3]. [Falsos Vicarios Papas, y Falsos
Predicadores, Falsos Cristos, etc…].
Sin una introducción, ni descripción del
escenario, Jesús inicia su discurso, aparentemente una continuación del cap. 9.
Una indicación de esto es que De cierto, de cierto, traducción de la doble
exclamación griega, nunca se usa para introducir un nuevo escenario ni comenzar
un nuevo discurso. El redil era un lugar seguro contra las fieras, los ladrones
y las tempestades.
Normalmente consistía de un círculo o
cuadro, rodeado por un muro de piedras y con una sola entrada. Los pastores
metían sus ovejas dentro de ese corral para las horas de la noche y uno de
ellos, el portero, se acostaba en la abertura.
Los pastores, y los que ellos conocían,
podían entrar y salir con el permiso del que guardaba la entrada, pero éste
resistiría a un ladrón hasta la muerte si fuera necesario. La única manera
segura que el ladrón tenía para entrar sería saltando por el muro.
El hecho de subir por otra parte, y no
por la puerta, lo identificaría como ladrón y salteador. El primero usaría
sutilidad, astucia, engaño y el elemento de sorpresa para ser inadvertido,
mientras que el segundo emplearía violencia como un asaltante y bandido.
El pastor[4], cuyas ovejas[5] se
guardaban en el redil, tendría acceso libre por la puerta. Jesús, en esta
afirmación, sólo establece la rutina que era conocida generalmente en el medio
oriente.
Cuando el verbo traducido oyen es
seguido por el caso genitivo (v. 3), el significado es que “oyen con comprensión y aprecio” (ver 5:25). Borchert describe su
experiencia en Palestina y cómo los pastores de ovejas las guiaban, yendo
adelante y cantando o silbando. Las ovejas aprenden a distinguir el timbre de
la voz de su dueño y lo siguen en fila, aun por calles transitadas por autos.
Observó cómo los pastores van de mañana
al redil donde están las ovejas mezcladas de varios pastores. Uno por uno, los
pastores se ubican en el portón del redil y comienzan a cantar y silbar. Todas
las ovejas suyas se levantan de entre las otras y comienzan a seguirle, dejando
a todas las demás en su lugar y esperando su turno. La llama por nombre indica
un valor especial e individual que el buen pastor asigna a cada oveja. En una
alegoría, como en una parábola, erramos si procuramos asignar un significado a
cada detalle.
Por
ejemplo:
¿qué representa el redil, el portero y el pastor? El redil no puede representar
la iglesia local, ni el reino de Dios, pues en el cuadro las ovejas salen
afuera.
Plummer opina que en esta alegoría la “puerta” a veces representa a Cristo,
pero luego a las oportunidades de servicio. El “pastor” representa a Cristo y/o sus fieles seguidores. No hay una
interpretación satisfactoria para la figura del portero, a menos que sea el
Espíritu Santo.
Este cuadro (v. 4) que describe la
manera de conducir las ovejas difiere grandemente de la costumbre en la mayoría
de los países hoy en día. En vez de ir por delante de las ovejas, abriendo
camino y enfrentando cualquier peligro, los dueños o pastores van detrás muchas
veces a caballo, o con perros que asustan y aun muerden las piernas para
obligarlas a moverse en cierta dirección.
El verbo saca fuera, literalmente “echa fuera”,
es el mismo que se emplea para describir la medida que los judíos aplicaron al
hombre ciego (ver 9:34 s.). Quizá se refiere a la fuerza que el pastor tiene
que usar con algunas ovejas rebeldes, siempre para el bien de ellas.
Plummer dice que los falsos pastores las
echan afuera para deshacerse de ellas, pero el buen pastor las lleva afuera
para alimentarlas. El buen pastor quiere sacarlas del “redil rígido” de la ley e
introducirlas en la pastura libre del evangelio.
Hovey comenta que el ciego sanado luego
reconoció la voz de Jesús como la de su pastor y “le siguió”, pero se negó a
atender la voz de los fariseos. La expresión las suyas o “las suyas propias”, traduce un
pronombre posesivo enfático que indica que las ovejas son su propiedad y que
gozan de una relación íntima con el pastor.
Beasley Murray opina que el uso repetido
de este término en los vv. 3 y 4 implican que habrá otras ovejas que no son las
suyas y que no salen tras el pastor. Conocen su voz es una expresión que no
sólo habla de la habilidad de distinguir un sonido, sino de confianza en la
orientación sabia de su dueño, sabiendo que las quiere y las guiará a lugares
de buen pasto y agua.
Hay una anormalidad inexplicable en el
texto gr. en que el sujeto “las ovejas”, siendo de género neutro,
correctamente rige verbos en la persona singular. Sin embargo, en este pasaje
hay excepciones en que el mismo sujeto rige verbos en la persona plural: por
ejemplo, el verbo griego traducido siguen está en singular, pero conocen está
en plural.
La
descripción de la conducta de las ovejas es fiel a la experiencia común. Los términos
extraño y extraños (v. 5) traducen el mismo sustantivo gr. y se refieren a
cualquier desconocido, o extranjero, no necesariamente al “ladrón y asaltante”. El léxico
griego indica que este término es el opuesto al pronombre traducido “suyas propias”
(ver vv. 3 y 4).
El término jamás traduce un doble negativo
griego, expresando una fuerte negación. Se cuenta que en una ocasión un hombre
se vistió de la ropa de un pastor para determinar si sus ovejas le seguirían,
pero cuando quiso imitar el llamado del pastor, las ovejas levantaron la cabeza
y corrieron, no hacia él, sino en la dirección opuesta. En esta manera se
comprobó que las ovejas siguen más bien por el timbre de la voz y no por la
vista, pues la vista puede engañar.
Parece que ellos no entendieron cómo
esta figura se relacionaba con el episodio del hombre ciego que fue curado. El
término traducido figura (paroimia G3942), literalmente “algo al
costado del camino”[1], significa o “algo trivial, de poco valor o un dicho fuera de lo común”. Así se
refiere a la alegoría o similitud del pastor y sus ovejas. Es de notar que los
Sinópticos nunca usan este término, pero usan frecuentemente “parábola”,
que es la transliteración del griego. Por otro lado, Juan nunca usa el término “parábola”.
En esta sección, Jesús se identifica en
la alegoría como “la puerta” y “el buen pastor”. Ambas figuras
tienen que ver con la salvación: “la puerta” da acceso a la seguridad espiritual
de la salvación y “el buen pastor” conduce, alimenta y utiliza
las ovejas para su propósito. Como el buen pastor, Jesús se compara con los
falsos pastores en que ellos roban y matan las ovejas, mientras que él
voluntariamente expone su vida a la muerte por ellas.
Dado que los oyentes no habían entendido
el significado de las figuras que Jesús estaba utilizando, les habló de nuevo,
es decir, aclaró y amplió lo que ya había dicho. Emplea otra vez la doble
exclamación gr. amén, amén, con la cual llama la atención a la importancia de
lo que va a decir.
También, emplea otra vez el yo[6]
soy[7] (ego G1473 eimi G1510) y el predicado la puerta de
las ovejas. La metáfora “puerta” se usa en varios pasajes del NT.,
(ver Lucas 13:24; Hechos 14:27; 1 Corintios 16:9). Al decir enfáticamente yo
soy, implica que no hay otra puerta. Aprovechando la descripción que había
hecho de la costumbre de los pastores, Jesús revela la naturaleza de su misión.
La puerta de las ovejas es la puerta de acceso “para” las ovejas.
Vincent, basado en este versículo, dice
que no es “la
puerta del corral”, sino “de las ovejas”; el pensamiento se relaciona
con la vida y no simplemente con la organización. La figura o metáfora de la
puerta sirve para revelar la identidad y la misión de Jesús, la única provisión
de Dios para admitir a los hombres en la seguridad de su salvación (ver 14:6).
El
v. 8 presenta un serio problema de interpretación. Muchos
traductores han buscado la manera para suavizar el impacto de Todos los que
vinieron antes de mí, pero no hay una salida convincente. Algunos mss. De menor
valor omiten antes de mí, pero el verbo en el tiempo aoristo, traducido
vinieron, igual apunta a un tiempo antes de él. Por otro lado, seguramente el
término Todos no se refiere a Abraham, Moisés, Isaías, etc.
Considerando el contexto y el conflicto
que Jesús había tenido con los líderes religiosos, y especialmente los
fariseos, es más que probable que se refiere a ellos. La RVA traduce un verbo
en el tiempo presente, “son”, como si fuera imperfecto, eran, para
corresponder al verbo aoristo vinieron.
Sin embargo, la mayoría de las
traducciones y comentaristas lo traduce “son”. Esta traducción (“son”), más fiel al texto gr., corrobora
la referencia a los opositores contemporáneos de Jesús, los cuales estaban
viviendo y realizando su obra precisamente en ese tiempo.
Los líderes religiosos eran como los
falsos profetas del AT., quienes tenían interés solo en lograr su propia ventaja
y defender sus privilegios, olvidándose de las necesidades del pueblo (ver
Marcos 12:40; Lucas 16:14). Las ovejas les oyeron el sonido de sus voces, pero
no les oyeron para obedecerles (el significado del verbo cuando rige el caso
genitivo). Así, los verdaderos creyentes perciben que la voz de tales maestros
es extraña y no les siguen.
Se repite (v. 9) la afirmación enfática Yo soy la
puerta, implicando que no hay otra entrada en absoluto. Pedro
tendría este concepto en mente cuando dijo: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida
eterna” (Lucas 6:68; ver Salmo 118:20). Se discute si este versículo
se refiere a las ovejas o a los pastores.
Hovey, citando la referencia del
versículo anterior y el pronombre singular alguien, opina que se refiere a los
pastores. Además, hallará pastos es la tarea de los pastores y no de las
ovejas.
Sin embargo, Hull, Morris y casi todos
los comentaristas opinan que se refiere a las ovejas o a ambos grupos. Entra
por mí es enfático en el texto griego, con el cual se inicia la frase: “Por mí si
alguien…”.
Será salvo es un verbo empleado más
frecuentemente en los Sinópticos que en Juan (ver Mateo, 15 veces; Marcos, 15
veces; Lucas, 17 veces), pero es evidente que en este Evangelio se refiere a la
salvación espiritual para la cual Jesús vino (ver 3:17; 5:34; 11:12; 12:27,
47). No es necesario encontrar un significado especial para entrará, saldrá y…,
más allá de indicar libre acceso.
Knox lo traduce así: “él vendrá y saldrá a voluntad”. Otra
vez conviene recordar que el intentar dar significado a cada detalle de una
alegoría lleva a interpretaciones incoherentes.
Otra vez Jesús pone (v. 10) en el
contraste más agudo la misión de los opositores con la suya (ver vv. 1 y 8): la de ellos es la destrucción y
muerte, la de él es vida abundante.
Nótese: el contraste
enfático entre El ladrón… y Yo…,
pero sin una conjunción adversativa. Las tres acciones de los enemigos tienen
la meta de ganancia
para ellos que resulta en total pérdida para las ovejas. El verbo matar, significa “sacrificar”.
En cambio, la misión de Jesús es la de
proveer vida y ganancia para las ovejas que resultaría en la “total pérdida”
de sí mismo, o sea su muerte. En abundancia traduce un adjetivo comparativo,
usado como adverbio, que significa “lo que excede por mucho lo necesario” o “en grado
extraordinario”.
Plummer
lo resume así: Jesús
da la vida, en vez de robarla. Este versículo sirve de transición entre la
metáfora de “la
puerta” (vv. 1-9) y la de “buen pastor” (vv. 10-18) que se inicia en el
versículo siguiente.
Ver -----> Parte II.
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