Parte II:
Tema:
II
PENSAMIENTO
RABÍNICO:
Por: Irving Gatell:
Últimamente, varias personas me
han puesto varias citas rabínicas sobre Isaías 53. Las mismas SE HAN REHUSADO a contestarme algunas
preguntas elementales que he hecho al respecto. El panorama es el que sigue:
a) Yo digo que
Isaías 53 habla de Israel.
b) Ellos dicen que
habla del Mesías.
c) Yo apelo a que
el propio Isaías siempre identifica al Siervo -protagonista en el capítulo 53-
como Israel.
d) Ellos apelan a
que varios rabinos identificaron a ese Siervo como el Mesías.
En términos estrictos, los puntos b) y d) son
correctos:
Isaías identifica al Siervo como Israel, y varios rabinos lo identifican como
el Mesías. La pregunta obligada, entonces, es: ¿se contradicen Isaías y los rabinos?
Y la respuesta
parece obvia: sí.
Sigue otra
pregunta lógica:
¿a quién le crees: a Isaías o a los rabinos?
Estas son las preguntas que no me han querido
responder, por razones obvias. Lo que más molesta en este caso es que
aflora una terrible incoherencia en la postura de Mesiánicos y Nazarenos: generalmente, se dedican a denostar
la tradición rabínica, apelando a que ésta DISTORSIONÓ
el sentido de la Torá y pervirtió al Judaísmo.
Pero en este
caso apelan a esa tradición que normalmente critican. Y LO MÁS RIDÍCULO, es que lo hacen en un caso donde PARECIERA evidente esa distorsión: Isaías dice “el Siervo es Israel”, los
rabinos dicen otra cosa.
Ah, pero en este
caso sí hay que hacerle caso a los rabinos y no a Isaías. ¿Por qué? Porque
creen que les conviene. Porque les gusta. Porque se les pega la gana. Porque
esa es su constante: la arbitrariedad.
Pero dejemos los
temas penosos y vamos al análisis del asunto, porque la realidad es que los rabinos
no contradicen lo que dice Isaías. Simplemente, enfocan el tema en un estilo
muy propio de la tradición rabínica, que tiene sus características
particulares, mismas que le resultan completamente incomprensibles a Mesiánicos
y Nazarenos, atados INEVITABLEMENTE
a los métodos de interpretación bíblica propios del Cristianismo.
Se trata,
simplemente, de entender QUÉ DICE EL
TEXTO, y después CÓMO USA ESA
INFORMACIÓN EL JUDAÍSMO.
Una cosa es definitiva: NO LA USA COMO EL
CRISTIANISMO.
Y allí es donde nuestros amigos Mesiánicos y Nazarenos se atoran, porque no
conocen otro modo de interpretar la Biblia que el cristiano.
Entonces,
empecemos por repasar los aspectos históricos relacionados con Isaías 53,
porque de allí surgen varios conceptos importantes para entender el pasaje
correctamente, para entender lo que los rabinos opinaron sobre ese pasaje, y
para entender lo que el Cristianismo enseña por su parte.
ISAÍAS 53 EN LA HISTORIA:
De acuerdo con
la perspectiva tracionalista, Isaías 53 se escribió en el siglo VIII AEC; según
la Crítica Textual Bíblica, en el siglo VI AEC.
Pero una cosa es
definitiva: el primer texto judío en donde el protagonista de Isaías 53 fue
identificado como “el Mesías”, es el
Tárgum Pseudo-Jonatán, escrito a mediados del siglo II EC.
Entonces,
tenemos un lapso de tiempo que va de 700 a 900 años en el que NINGÚN AUTOR JUDÍO identificó a Isaías
53 como un texto relacionado con el Mesías. Y, por cierto, la literatura judía
en ese lapso es abundante: desde los últimos textos de la Biblia (como
Zacarías, Malaquías, Cantar de los Cantares o Daniel), pasando por toda la
literatura de Qumran, así como los escritos de Filón de Alejandría.
En ningún lugar
aparecen indicios de que alguien haya entendido a Isaías 53 como una profecía
mesiánica.
La pregunta obligada es: ¿por qué esa
idea aparece en el Tárgum Pseudo-Jonatán? Para contestarla, hay que hacer
algunas especificaciones sobre este Tárgum.
EL TARGUM PSEUDO-JONATÁN E ISAÍAS 53:
El texto del Tárgum es el siguiente:
He aquí,
mi siervo el Mesías prosperará. Será grande y crecerá y será muy fuerte.
La casa
de Israel mirará a él durante varios días, porque su pacto (en el original, en
plural) fue oscurecido entre las naciones, y su aspecto de entre los hijos de
los hombres.
Entonces,
él dispersará a mucha gente. Delante de él, los reyes callarán y pondrán una
mano sobre su boca, porque aquello que no les fue dicho, lo verán, y lo que no
escucharon, lo observarán.
¿Quién ha
creído estas nuestras buenas noticias? Y la fuerza del poderoso brazo del
Señor, ¿sobre quién se ha revelado?
El justo
crecerá delante de él, como botones de flor, y como árbol que extiende sus
raíces junto a corrientes de agua, se hará grande. Una generación santa en la
tierra que lo necesitaba. Su pacto no profanará pacto, y el terror ante él no
será el terror ante el hombre común. Su complexión será una complexión santa, y
todos los que lo vean lo verán con nostalgia.
Entonces
será despreciado, y será cortado de la gloria de todos los reinos. Será
postrado y enlutado, como un hombre de penas, y como alguien destinado a la
enfermedad. Y así como cuando la presencia de D-os fue quitada de entre
nosotros, él será despreciado y sin estima.
Entonces,
por nuestros pecados orará, y nuestras iniquidades serán perdonadas por su
causa, aunque nosotros fuimos lastimados, heridos de delante del Señor y
afligidos.
Pero él
reconstruirá el Templo, que fue manchado por nuestros pecados y entregado al
enemigo por nuestras iniquidades. Y por su instrucción la paz crecerá entre
nosotros, y por la devoción a sus palabras, nuestros pecados serán perdonados.
Todos
nosotros nos descarriamos como ovejas, cada uno se fue por su propio camino,
pero fue el buen deseo del Señor perdonar nuestros pecados por su causa.
Oró, y le
respondieron, y antes de que abriera su boca fue aceptado. A los poderosos de
las naciones entregará como ovejas al matadero, y como oveja inocente a sus
trasquiladores. No habrá ninguno delante de él que abra su boca o que diga una
palabra.
De
prisiones y castigos liberará a nuestros cautivos. Y las maravillosas cosas que
se harán con nosotros en sus días ¿quién las contará? Porque él hará que el
dominio de los gentiles sobre la tierra de Israel terminé, y pasara a ellos los
pecados que haya cometido mi pueblo.
Él
entregará a los malos al Gehinom, y a los que son ricos en posesiones a la
muerte y la destrucción, para que aquellos que cometen pecados no sean
establecidos, y que no hablen engaños con su boca.
Pero es
el buen deseo del Señor traer y purificar al remanente de su pueblo, así como
limpiar sus almas de pecado. Ellos verán en el reino de su Mesías a sus hijos a
sus hijas multiplicarse, y multiplicarán sus días, y aquellos que guarden la
Torá del Señor prosperarán con gusto.
Porque de
la sujeción a las naciones él liberará sus almas, y verán el castigo de
aquellos que los odian, y serán satisfechos con la caída de sus reyes. Por su
esperanza traerá a los inocentes libres de culpa, para traer a muchos al a
obediencia de la Torá, y por sus pecados intercederá.
Entonces, pondré para él la caída de muchas naciones, y la posesión de
fuertes ciudades él repartirá como botín, porque entregó su alma hasta la
muerte, e hizo a los rebeldes sujetarse a la Torá. Intercederá por muchos
pecados, y los rebeldes por su causa serán perdonados.
מַן הֵימֵין לִבסוֹרְתַנָא דָא וֻתקוֹף דְרָע גְבוּרְתָא דַיוי
כְדֵין
עַל מַן אִתגְלִיאַת
(1) 20:35 וְיִתרַבַא צַדִיקַיָא
קְֹדָמוֹהִי הָא כְלַבלַבִין דְפָרַן וֻכאִילָן דִמשַלַח שוּרשוֹהִי עַל נִגדִין
דְמַיִין כֵין יִסגְיָן תוֹלְדָת קוּדשָא בְאַרעָא דַהֲוָת צָרִיכָה לֵיה לָא
חַזוֵיה חוּלָאחִזוֵיה וְלָא אֵימְתֵיה אֵימַת הִדיוֹט וִיהֵי זִיו קוּדשָא
זִיוֵיה דְכָל דְיִחזֵינֵיה יִסתַכַל בֵיה׃
(1) 30:35 בְכֵין יְהֵי לְבוּסרָן
וְיִפסוּק״וְיַפסֵיק#2#״ יְקָר כָל מַלכְוָתָא יְהוֹן חַלָשִין וְדָווַן הָא
כַאְנָש כֵיבִין וֻמזָמַן לְמַרעִין וֻכמָא דַהֲוָת מְסַלְקָא אַפֵי שְכִינְתָא
מִנַנָא בְסִירִיןוְלָא חְשִיבִין׃
(1) 40:35 בְכֵין עַל חוֹבַנָא הוּא
יִבעֵי וַעְוָיָתַנָא בְדִילֵיה יִשתַבקָן וַאְנַחנָא חְשִיבִין כְתִישִין
מַחָן״מָחַן#2#״ מִן ק יוי וֻמעֻנַן׃
(1) 50:35 וְהוּא יִבנֵי בֵית מַקדְשָא
דְאִיתַחַל בְחוֹבַנָא אִתמְסַר בַעְוָיָתַנָא וֻבאֻלפָנֵיה שְלָמָא״שְלָמֵיה#2#״
יִסגֵי עְלַנָא וֻבִידִנתִינוֹהִי״וֻבִדנִתנְהֵי#2#״וכדנתינהי#3#״לְפִתגָמוֹהִי
חוֹבַנָא יִשתַבקוּן לַנָא׃
(1) 60:35 כוּלַנָא כְעָנָא אִתבַדַרנָא
גְבַר לָקְֹבֵיל אוֹרחֵיה גְלֵינָא וֻמִן קֻ יוי הְוָת רַעְוָא לְמִשבַק חוֹבֵי
כוּלַנָא בְדִילֵיה׃
(1) 70:35 בָעֵי וְהוּא
מִיתָבַב״מִיתוֹתַבְ#2#״ וְעַד לָא פָתַח פוּמֵיה מִתקַבַל תַקִיפֵי עַמְמַיָא
כְאִימְרָא לְנִכסְתָא יִמסַר וֻכרַחלָא דִקְֹדָם גָזְזַהָא שָתְקָא וְלֵית
לְקִבלֵיהדְפָתַח״פָתַח#2#״ פוּמֵיה וֻממַלֵיל מִלָא׃
(1) 80:35 מִיִסוּרִין וֻמִפוֹרעָנוּ
יְקָרֵיב גָלְוָתַנָא פְרִישָן דְיִתעַבדָן לַנָא בְיוֹמוֹהִי מַן יִכוֹל
לְאִשתְעָאָה אְרֵי יַעדֵי שוּלטָן עַמְמַיָא מֵאַרעָא דְיִשׂרָאֵל חוֹבִין
דְחָבוּ עַמִי עַד לְוָתְהוֹןיִמטֵי׃
(1) 90:35 וְיִמסַר יָת רַשִיעַיָא
לְגֵיהִנָם וְיָת עַתִירֵי נִכסַיָא דַאְנַסוּ בְמוֹתָא דְאַבדָנָא בְדִיל דְלָא
יִתקַייְמוּן עָבְדֵי חִטאָה וְלָא יְמַלְלוּן נִכלִין״נִכסִין#2#״ בְפוּמְהוֹן׃
(1) 01:35 וֻמִן קְֹדָם יוי הְוָת רַעְוָא
לְמִצרַף וֻלדַכָאָה יָת שְאָרָא דְעַמֵיה בְדִיל לְנַקָאָה מֵחוֹבִין נַפשְהוֹן
יִחזוֹן בְמַלכוּת מְשִיחְהוֹן יִסגוֹן בְנִין וֻבנָן יוֹרְכוּן יוֹמִין וְעָבְדֵי
אוֹרָיתָאדַיוי בִרעוּתֵיה יַצלְחוּן׃
(1) 11:35 מִשִעבוּד עַמְמַיָא יְשֵיזֵיב
נַפשְהוֹן יִחזוֹן בְפוֹרעָנוּת סָנְאֵיהוֹן יִסבְעוּן מִבִזַת מַלכֵיהוֹן
בְחָכמְתֵיה יְזַכֵי זַכָאִין בְדִיל לְשַעבָדָא סַגִיאִין לְאוֹרָיתָא וְעַל
חוֹבֵיהוֹן הוּאיִבעֵי׃
(1) 21:35 בְכֵין אְפַלֵיג לֵיה בִיזַת עַמְמִין סַגִיאִין
וְיָת נִכסֵי כַרכִין תַקִיפִין יְפַלֵיג עְדָאָה חְלָף דִמסַר לְמוֹתָא נַפשֵיה
וְיָת מָרוֹדַיָא שַעבֵיד לְאוֹרָיתָא וְהוּא עַל חוֹבִין סַגִיאִיןיִבעֵי
וֻלמָרוֹדַיָא יִשתְבֵיק בְדִילֵיה״לֵיה#2#״
Toda la posibilidad de la controversia surge de la
primera frase: “He aquí mi Siervo el Mesías...”.
Para los
defensores de Isaías 53 como profecía mesiánica, esa es la idea fundamental con
la que queda claro que el Siervo del Señor (personaje que aparece a lo largo de
la sección que abarca los capítulos 40-55 de Isaías) es el Mesías.
Pero se trata de
un detalle bizarro en el Targum, porque Isaías identifica a ese Siervo como
Israel en varias ocasiones:
“Pero
tú, Israel, Siervo mío eres...” (Isaías 41:8).
“¿Quién
es ciego, sino mi Siervo? ¿Quién es sordo, como mi mensajero que envié? ¿Quién
es ciego como mi escogido, y ciego como el Siervo del Señor?” (Isaías 42:19).
“Vosotros
sois mis testigos, y mi Siervo que yo escogí...” (Isaías 43:10).
“Ahora
pues, oye, Yaacov, Siervo mío...” (Isaías 44:1).
“Acuérdate
de estas cosas, oh Yaacov e Israel, porque mi Siervo eres...” (Isaías 44:21).
“Por
amor de mi Siervo Yaacov, y de Israel mi escogido...” (Isaías 45:4).
“Mi
Siervo eres, oh Israel, porque en ti me gloriaré...” (Isaías 49:3).
Entonces, con
todo este antecedente PRECISO y EXPLÍCITO, resulta obvio que cuando en
Isaías 52:13 (donde realmente empieza el discurso que se extiende a lo largo de
todo el capítulo 53) encontramos las palabras “He aquí, mi Siervo será prosperado...”,
se refiere a Israel, porque así como hay muchos versículos que DIRECTAMENTE identifican a Israel como
el Siervo, NO HAY UNO SOLO que
identifique al Mesías como el Siervo.
¿Por qué la confusión, entonces?
Por el Tárgum
Pseudo-Jonatán, primer documento judío que identifica al Siervo como el Mesías.
Y aquí sucede
algo extraño: generalmente, Mesiánicos y Nazarenos acusan al Judaísmo de haber
torcido la Escritura.
Y,
aparentemente, este debería ser uno de los casos más evidentes: Isaías repite, insiste, recalca vez
tras vez QUE EL SIERVO ES ISRAEL, y
de repente, 700 o 900 años después aparece un rabino y dice que es el Mesías.
Pero,
extrañamente, en este caso los Mesiánicos y Nazarenos optan por darle la razón
al rabino y dejar en el bote de la basura lo que dice Isaías, bajo la premisa
de que “el Tárgum
dice que el Siervo es el Mesías; por lo tanto, es el Mesías”.
Regresemos al
texto del Tárgum. En realidad, se trata de un texto bastante bizarro. Voy a
poner tres ejemplos en donde el Tárgum SE
ALEJA definitivamente del texto bíblico:
Primer caso: Isaías repite varias veces “el Siervo es
Israel”; el Tárgum dice “he aquí, mi Siervo el Mesías”.
Segundo caso: Isaías 53 menciona ciertas
características del Siervo, y no hay duda que CORRESPONDEN AL SIERVO. Sin embargo, el Tárgum SE LAS APLICA A ISRAEL. Por ejemplo, Isaías 52:14 dice “como se
asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres su
parecer, y su hermosura más que la de los hijos de los hombres”,
refiriéndose al Siervo.
Pero el Tárgum dice: “La casa de
Israel mirará a él durante varios días, porque su pacto fue oscurecido entre
las naciones, y su aspecto de entre los hijos de los hombres”.
Entonces, aunque en el texto bíblico es el Siervo quien sufre el desfiguro, en
el Tárgum es Israel.
El otro caso es todavía más extraño: en el versículo
4, Isaías dice que “ciertamente, él llevó nuestras enfermedades y sufrió
nuestros dolores, y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de D-os y abatido”.
Pero el Tárgum dice: “Entonces,
por nuestros pecados orará, y nuestras iniquidades serán perdonadas por su
causa, aunque nosotros fuimos lastimados, heridos de delante del Señor y
afligidos”.
Está claro que
las cualidades de “azotado, herido de D-os y abatido”
corresponden al Siervo en el texto bíblico; por lo tanto, si el Tárgum dice que
el Siervo es el Mesías, estas características deberían corresponderle; pero el
autor se va por otro lado, y dice que “aunque nosotros fuimos lastimados, heridos de delante
del Señor y afligidos”, refiriéndose claramente a Israel.
Tercer caso: Isaías 53:7 dice que el Siervo “...como
cordero fue llevado al matadero, y como oveja delante de sus trasquiladores
enmudeció, y no abrió la boca”.
Pero el Tárgum dice: “A los
poderosos de las naciones entregará como ovejas al matadero, y como oveja
inocente a sus trasquiladores. No habrá ninguno delante de él que abra su boca
o que diga una palabra”.
Es increíble. En este fragmento, el contenido
bíblico está radicalmente distorsionado:
mientras que para Isaías es el Siervo quien va mudo hacia su propia muerte,
en el Tárgum, el Siervo-Mesías conduce a sus enemigos mudos hacia la muerte.
Entonces, lo
primero que se hace evidente es que el Tárgum se trata de una traducción extremadamente
libre del texto hebreo al arameo. Si faltan pruebas, revisen esta: Isaías 53:5 dice “más él herido fue por nuestras rebeliones,
molido por nuestros pecados...”.
Pero en ese punto, el Tárgum traduce: “Pero él reconstruirá el Templo, que fue manchado por
nuestros pecados y entregado al enemigo por nuestras iniquidades”.
¿En qué lugar
hablo Isaías de la reconstrucción del Templo? En ninguno. Pero si debemos
aceptar que el Siervo es el Mesías porque el Tárgum dice que es el Mesías,
entonces también debemos aceptar que Isaías habla de la reconstrucción del
Templo porque el Tárgum así lo dice.
Y de paso, que
los que irán a la muerte mudos y desprotegidos serán los enemigos del Mesías,
no el Mesías.
¿Qué es lo que
sucede con este Tárgum, que altera de un modo tan evidente y radical el contenido
original del texto bíblico?
Para los especialistas no existen demasiadas dudas: la simple
lectura del Tárgum muestra que aquí se nos habla de un Mesías guerrero,
repentinamente caído en desgracia, y que será restaurado como líder victorioso
de manera milagrosa.
Entonces, el
hecho de que este Tárgum se haya elaborado hacia mediados del siglo II nos
explica lo que sucede: aquí se está
hablando idealizada mente de Simeón bar Kojba, y es evidente que el autor del Tárgum
tenía la esperanza de que pese a las primeras derrotas, Bar Kojba terminara
derrotando a los romanos.
Gracias a ello,
podemos ser más precisos para fechar el Tárgum: debió elaborarse hacia el año 135, después de que los romanos
recuperasen Jerusalén y Bar Kojba se viera obligado a replegarse hacia Betar, y
antes de la derrota definitiva, en la que el propio Bar Kojba murió.
Sólo así se
pueden entender las múltiples contradicciones entre el Tárgum y el texto
original de Isaías: el Tárgum NO PRETENDE INTERPRETAR LO QUE DICE ISAÍAS,
sino que PRETENDE INTERPRETAR LO QUE LE
ESTABA SUCEDIENDO A BAR KOJBA.
De aquí,
específicamente, es de donde surge la idea judía de un Mesías Sufriente. Pero
hay que decir algo: es una idea muy diferente a la del Cristianismo.
EL MESÍAS SUFRIENTE EN LAS TRADICIONES JUDÍA Y
CRISTIANA:
·
Para el
Cristianismo, el asunto es simple: Isaías 53 profetizó el perfil sufriente
y de mártir del Mesías, y nos presenta a un personaje amable y apacible, mudo
ante las injusticias que cometen en su contra, justamente porque su objetivo es
entregar su vida por la redención de Israel.
·
El Judaísmo
JAMÁS SE EXPRESÓ DEL MESÍAS EN ESOS TÉRMINOS. O, para ser más preciso, jamás
se expresó del Mesías del Linaje de David en esos términos.
Para poder
asimilar las ideas del Tárgum Pseudo-Jonatán, construyeron otra figura, más o
menos artificial, donde proyectar el perfil de un Mesías Sufriente: el Mesías de
Yosef.
Ahora bien: para el Judaísmo, este tipo de ideas no
se pueden inventar de la nada. Tienen que tener un sustento bíblico, por
pequeño que sea.
Sorprendentemente
para muchos, Isaías 53 NO FUE EL
SUSTENTO BÍBLICO para la idea del Mesías Sufriente del Linaje de Yosef. El
sustento es Zacarías 12:10, que habla de un “traspasado” durante una batalla para liberar
a Jerusalén de sus enemigos.
Zacarías no
menciona que este “traspasado” sea un Mesías, pero la tradición
judía POSTERIOR AL TARGUM PSEUDO-JONATÁN
así lo perfiló. Entonces, la idea final -bastante
rústica- fue, en resumen, la siguiente:
el Mashiaj ben Yosef, un líder guerrero, morirá en batalla e Israel guardará un
luto nacional por él, tal y como lo profetiza Zacarías 12:10-14.
Luego, el
Mashiaj ben David hará su aparición y derrotará a los enemigos de Israel, para establecer
como rey de los judíos.
¿Por qué el
Judaísmo asoció a Yosef con el Mesías mártir y sufriente? Por un razonamiento
bastante lógico aunque evidentemente arbitrario: Jeroboam, el responsable de la división de Israel después de la
muerte de Salomón, era de la tribu de Efraim, y estableció su capital en
Samaria, en territorio de Efraim.
Por lo tanto, si
Efraim fue el responsable de la división de Israel, Efraim es quien tiene que
unificar a Israel en el futuro.
Y de eso habla
la profecía de Zacarías 12:10-14:
tras la muerte de este guerrero “traspasado”, el texto dice que el llanto y el
lamento unirá en una sola expresión de dolor al Linaje del Rey David, a los
descendientes de la Casa de Levi (la casta sacerdotal), y a “todos los
otros linajes” (el resto de Israel).
De allí
dedujeron los antiguos sabios que este guerrero tendría que ser de la tribu de
Efraim.
Como puede
verse, la doctrina cristiana sobre el Mesías Sufriente NO TIENE NINGUNA SIMILITUD con las creencias judías.
Una cosa más: como ya se dijo, en términos estrictos NO HAY FUNDAMENTO BÍBLICO para hablar
de un Mesías Sufriente, o de un Mesías del Linaje de Yosef (o tribu de Efraim).
Esos conceptos JAMÁS son mencionados
explícitamente en el texto bíblico. Son, a lo mucho, UNA DEDUCCIÓN.
Por ello, el
Judaísmo JAMÁS ha aceptado esto como
una creencia en forma, y generalmente se le da un mero sentido simbólico (que
explicaré más adelante).
LOS TEXTOS
RABÍNICOS DONDE SE IDENTIFICA AL SIERVO DE ISAÍAS 53 COMO EL MESÍAS:
Frecuentemente
me citan textos rabínicos donde se dice que Isaías 53 habla del Mesías. Al
respecto, hay que comenzar con algunas precisiones obligadas:
a) Quienes citan a
esos rabinos, son cristianos que intentan demostrar que Jesús es el Mesías.
b) Los rabinos
citados NO CREÍAN QUE JESÚS FUERA EL
MESÍAS.
Eso, por sí
sólo, evidencia que algo anda mal en el argumento.
Y el punto es
simple: aunque haya una similitud DE PALABRAS (“Isaías 53 habla de los sufrimientos del
Mesías”), ¿existe UNA
SIMILITUD DE IDEAS?
Es obvio que no: los rabinos que hablaron de los
sufrimientos del Mesías basándose en Isaías 53 HABLABAN DEL MESÍAS SUFRIENTE, un personaje DIFERENTE al Mesías del Linaje de David.
Está claro en la
cita de Raphael Patai tomada de su investigación sobre los textos mesiánicos: “La Agadá, la
leyenda Talmúdica, sin titubeos lo identifica con el Mesías, y entiende
especialmente las descripciones de estos sufrimientos como refiriéndose al
Mesías ben Yosef”.
SIEMPRE que la tradición judía habla de un
Mesías que sufre y muere por la redención de Israel, SE REFIERE AL MASHIAJ BEN YOSEF. Por lo tanto, toda la posibilidad
de identificar a Jesús de Nazaret allí QUEDA
ANULADA, porque la pretensión del Nuevo Testamento es que Jesús es el MASHIAJ BEN DAVID.
Entonces, tenemos lo siguiente:
a) Las fuentes
judías hablan de algo DISTINTO a las
creencias cristianas; mientras éstas hablan de un Mesías del Linaje de David
que viene a morir y sacrificarse por los demás, el Judaísmo dice que eso le
corresponde al Mesías del Linaje de Yosef, NO
AL DEL LINAJE DE DAVID.
b) Los cristianos DESCONTEXTUALIZAN y TERGIVERSAN estas fuentes judías para
intentar demostrar que el Judaísmo acepta que Isaías 53 habla del Mesías.
En el exceso de
la MANIPULACIÓN, incluso dicen que
el primero en identificar al Siervo de Isaías con Israel, fue Rashi (rabino
medieval).
Falso: Orígenes de Alejandría dio testimonio
de que los judíos de su época (siglos II y III) ya tenían bien clara esta
creencia, y en realidad el primero en decir que el Siervo es Israel fue...
Isaías.
A lo largo de
mis ya varios años debatiendo este tema, me sorprende la facilidad con la que
muchos cristianos simplemente TIRAN A LA
BASURA la evidencia bíblica. Les he citado los textos de Isaías donde el
propio profeta dice “mi Siervo eres, oh Israel...”, y de todos
modos me insisten: “...el primero en decir eso fue Rashi...”, en un
simpático gesto de necedad.
Ahora bien: hay otra pregunta obligada que sigue
pendiente. ¿Por qué, si Isaías es tan explícito en decir que el Siervo es
Israel, hubo rabinos que dijeron que es el Mesías?
SUFRIMIENTO Y REDENCIÓN EN LA PERSPECTIVA DEL EXILIO:
Una cosa es definitiva, por mucho que moleste a
tantos cristianos:
la idea de que Isaías 53 habla de los sufrimientos de algún Mesías ES UNA IDEA PROPIA DEL JUDAÍSMO EN EL
EXILIO. Como ya mencioné, el primero en plantearla fue un autor anónimo que
estaba intentando explicar las derrotas de Bar Kojba. Antes de él, NADIE EN ABSOLUTO había hablado de un
Mesías Sufriente.
La creencia en
un Ungido de D-os que sufre y muere, y con ello abona en la redención de
Israel, SÓLO APARECIÓ HASTA QUE ISRAEL
EMPEZÓ A VIVIR SU ETAPA MÁS ANGUSTIOSA después de la fallida rebelión de
Bar Kojba. No antes.
¿Y por qué esta
idea? Porque hay una relación intrínseca entre los conceptos de sufrimiento y
redención. De hecho, TODO ISAÍAS 40-55
está enfocado en esa relación, y el capítulo 53 es bastante coherente con el
resto del discurso. Lo sobresaliente es que A LO LARGO DE TODO ESE DISCURSO, JAMÁS SE MENCIONA AL MESÍAS.
Por ejemplo,
donde se es más específico respecto al perdón de los pecados de Israel, dice
así: “No me
trajiste los animales de tus holocaustos, ni me honraste con tus sacrificios;
no te hice servir con ofrenda, ni te hice fatigar con incienso; no compraste
para mí caña aromática, ni me saciaste con la grosura de tus sacrificios, sino
que pusiste sobre Mí la carga de tus pecados, me fatigaste con tus maldades. YO, YO SOY EL QUE BORRO TUS REBELIONES
POR AMOR DE MÍ MISMO, Y NO ME ACORDARÉ DE TUS PECADOS” (Isaías 43:23-25).
Isaías NO PUEDE SER MÁS CLARO: el perdón de
los pecados de Israel NO SE HA LOGRADO
POR MEDIO DE SACRIFICIOS. Por lo tanto, Isaías 53 NO PUEDE ESTAR HABLANDO DE LOS SACRIFICIOS DEL MESÍAS PARA EL PERDÓN DE
LOS PECADOS DE ISRAEL.
¿De qué habla,
entonces? Del sufrimiento como parte de la REDENCIÓN
de Israel. Pero entendamos REDENCIÓN
en la perspectiva judía, no en la cristiana:
para todo Isaías 40-55, la REDENCIÓN
consiste en la restauración de Judea y Jerusalén. Todo el discurso está
dirigido a los exiliados en Babilonia que estaban a punto de regresar a
restaurar el país.
¿Y a los
sufrimientos de quién se refiere? En el capítulo 40, en el propio inicio del
discurso, la idea es perfectamente clara:
“Hablad al corazón de Jerusalén y decidle que su
tiempo se ha cumplido, QUE
SU PECADO ES PERDONADO, QUE DOBLE HA RECIBIDO DE LA MANO DEL SEÑOR por todos sus pecados...” (Isaías 40:2). La
idea es clara: LOS PROPIOS SUFRIMIENTOS
DE ISRAEL han expiado las culpas de Israel.
Por eso, la
única lógica que puede haber en Isaías 53 -los sufrimientos del Siervo para
redimir a Israel- es que el Siervo es Israel.
¿Por qué?
·
En
cuanto a lo inmediato, porque en ese mismo discurso Isaías dice que NINGÚN SACRIFICIO fue usado para
perdonar a Israel;
·
En
segunda, porque Isaías dice que el Siervo que sufre es Israel.
·
Y
en última instancia -la más importante-
porque la Torá dice que NADIE PUEDE
MORIR POR LOS PECADOS DE OTRO (Deuteronomio 24:16).
Por lo tanto, SÓLO ISRAEL PUEDE PAGAR LOS PECADOS DE
ISRAEL. Por lo tanto, el Siervo que sufre para redimir y expiar las culpas
de Israel ES ISRAEL, porque SÓLO PUEDE SER ISRAEL.
Ahora bien: esos son los elementos del discurso EN SU CONTEXTO ORIGINAL: el siglo VI
AEC, cuando a partir del año 539 AEC, los judíos antiguos recibieron la
autorización para reconstruir su país.
Pero ese contexto YA PASÓ. El significado CONCRETO de Isaías 53 pertenece AL PASADO, no al futuro en el que
apareció Jesús.
De hecho, el
Judaísmo tiene perfectamente claro que Isaías 53 NO ES UN PROFECÍA MESIÁNICA, porque ni siquiera es una profecía. El lenguaje es claro: allí se habla de ALGO QUE SE ESTÁ VIVIENDO EN ESE
MOMENTO, y por todas las referencias cronológicas que el propio texto da,
sabemos que ese momento fue el del fin del exilio en Babilonia.
Entonces, cuando
varios rabinos TODOS ELLOS POSTERIORES
AL SIGLO II tomaron elementos de este pasaje y dijeron que “anunciaban los
sufrimientos del Mesías”, estaban conscientes de que el sentido
original de Isaías 53 YA ESTABA RESUELTO.
Ellos estaban hablando para otra generación y bajo otras circunstancias, pero
respetando un principio de interpretación bíblica: KAL VAJOMER, como es en lo general, es en lo particular (y
viceversa).
Por eso, si
Isaías -hablando del fin del exilio en Babilonia en el siglo VI AEC- estableció
que hay una relación entre los sufrimientos y la redención (en su caso, entre
los propios sufrimientos de Israel y la redención de Israel), se deduce que
para que llegue la REDENCIÓN FINAL,
también habrá un SUFRIMIENTO FINAL,
y afirmaron que esta vez no sólo sería el de Israel, sino también el de un
Ungido de D-os: el Mashiaj ben Yosef.
Por eso,
recurrieron a Zacarías 12:10 para identificar al personaje CUYOS SUFRIMIENTOS Y MARTIRIO SE REFLEJAN EN LA REDENCIÓN FINAL DE
ISRAEL.
Entonces, el nivel jerárquico de los textos es el
siguiente: Zacarías
12:10 es el que nos da el perfil del Mesías Sufriente, proveniente del Linaje
de Yosef; Isaías 53 sólo nos aclara algunas características de su sufrimiento.
El resultado es obvio, y las diferencias
contundentes saltan a la vista:
a) Mientras que la
tradición judía habla de los sufrimientos de un Mesías de la tribu de Efraim,
el Cristianismo habla de los sufrimientos del Mesías de la tribu de Yehudá.
b) Mientras que la
tradición judía entiende la redención generada por el sufrimiento como LA RESTAURACIÓN NACIONAL, el
Cristianismo entiende la redención como EL
PERDÓN DE LOS PECADOS.
c) Mientras que la
tradición judía respeta lo establecido por la Torá respecto a que NADIE PUEDE MORIR POR LOS PECADOS DE OTRO,
el Cristianismo insiste en que el Mesías murió por nuestros pecados.
d) Mientras que la
tradición judía habla de los sufrimientos de un guerrero que morirá en una
batalla por liberar Jerusalén, el Cristianismo habla de los sufrimientos de un
hombre pacífico crucificado durante la dominación romana de Judea.
e) Mientras que la
tradición judía entiende que el significado inmediato de Isaías 53 corresponde
a un evento del siglo VI AEC, pero sirve para aclarar ideas sobre la futura
redención plena de Israel, el Cristianismo cree que Isaías 53 fue escrito
concretamente para profetizar un evento ocurrido siglos después.
f) Mientras que la
tradición judía entiende que hay una relación indisoluble entre los
sufrimientos y la restauración de Israel, el Cristianismo cree que el Mesías
vino y sufrió, pero sin que eso se tradujera en la restauración de Israel.
Es decir: TODO ES DISTINTO.
Y más aún: PUNTO POR PUNTO, Mesiánicos y
Nazarenos SE SOMETEN A LOS PUNTOS DE
VISTA CRISTIANOS.
Por eso, cuando
aparece alguien y me pone citas y citas de rabinos y rabinos donde dice “Isaías 53 habla
del Mesías...”, me da un poco de risa.
Lo único que se
hace evidente es la total ignorancia en la materia, bajo la falsa premisa de
que uno puede leer un texto bíblico y así, nada más, entenderlo.
¿Quieren
entender textos escritos hace 2,600 años?
Ni modo: hay que sentarse a estudiar Historia,
mucha Historia, para no andar diciendo necedades y confundir los puntos de
vista judíos con los puntos de vista cristianos.
CONCLUSIONES:
Para refutar
estas ideas, mis oponentes tendrán que probar lo siguiente:
1. Que hubo
autores judíos (por lo menos uno) que entre los siglos VI AEC y I EC
identificaron al Siervo como el Mesías.
2. Que hubo
autores judíos (por lo menos uno) que hablaron del Mesías del Linaje de David
como un Mesías Sufriente y mártir que MUERE por su pueblo.
Básicamente, eso. Todas las premisas de mi
exposición se desmoronarían con eso (no se pueden quejar: les estoy ahorrando el trabajo de pensar y pensar).
Pero, para ello, el asunto tiene que ser PRECISO. Una cita
textual no se lleva más de un párrafo. Si la respuesta y las objeciones vienen
en más de dos, tres o cuatro párrafos, es porque NO EXISTEN las citas precisas que estoy pidiendo, y no hay más
remedio que recurrir a la demagogia.
Vea ---------> Parte III.
___________
Pero sea: me siento a esperar la
refutación.
Publicado por Derej Hashem en 19:13.
Por Irving Gatell.
דרך
השם
Derej
HaShem - Banco de Información Contramisionero.
Domingo,
21 de julio de 2013.
Isaías
53 y los comentarios rabínicos.
BS"D.
___________
NOTA: Añadida: tárgum. (Del
hebr. targum, traducción). m. Libro de los judíos que contiene las glosas y
paráfrasis caldeas de la Escritura. Microsoft® Encarta® 2009.
Un
Tárgum (hebreo: תרגום, con vocalización, תַּרְגּוּם,[1] plural: תרגומים
tárgumim[2]
) originalmente era una traducción al arameo de la Biblia hebrea producida o
compilada en el antiguo Israel y Babilonia desde el período de Segundo Templo
hasta comienzos de la Edad Media (finales del primer milenio). Targum también
significa "interpretación", además de "traducción".
________
Bibliografía:
[1] Adviértase
que la palabra תַּרְגּוּם, sin embargo, es aguda, no llana: תַּרְגּוּם. Cf.
también תרגום. Es, cuanto menos, lamentable y cuestionable que la Real
Academia de la Lengua priorice la acentuación tárgum en detrimento de targum,
forma igualmente existente en castellano y que tiene la ventaja sobre la
anterior de ser fiel a la acentuación original de esta palabra.
[2] Adviértase
que la forma de plural תַּרְגּוּמִים es aguda, no esdrújula.
__________
Tárgum
m. rel. Cada uno de los libros judíos
que contienen las glosas y paráfrasis caldeas de la Escritura.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009
Larousse Editorial, S.L.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario