Parte II
JUDÁ Y EL
ALFARERO SOBERANO:
(Jeremías 18 y 19)
"Palabra del Señor
que vino a Jeremías, diciendo: Levántate y desciende a casa del alfarero, y
allí te haré oír mis palabras. Descendí a casa del alfarero, y hallé que él
estaba trabajando en el torno. Y la vasija de barro que él hacía se echó a
perder en sus manos, pero él volvió a hacer otra vasija, según le pareció mejor
hacerla. Entonces vino a mí palabra del Señor, diciendo: ¿No podré yo hacer con
vosotros como este alfarero, casa de Israel?, dice el Señor. Como el barro en
manos del alfarero, así sois vosotros en mis manos, casa de Israel".
Por Carlos Ramírez Jiménez:
-------> VIENE: Miremos una vez más a aquellas obras de
arte que el alfarero ha alineado en los estantes que se encuentran detrás de
él. ¡No hablemos despectivamente del
barro! Lo que dijimos antes sobre el barro no fue expresado como un
desprecio. El barro tiene una maravillosa capacidad de elasticidad.
Y
esto es lo que el Alfarero desea, barro. Él no quiere acero. No quiere
aceite, ni quiere una roca. Quiere tener barro. Quiere tener algo que pueda
colocar en Sus manos para moldear, para darle forma. Este es el material que Él
está buscando, barro. Dios desea trabajar con seres humanos.
Alguien
podría decir: "Si, pero aquí se quiebra la
analogía. Porque la distancia entre Dios y el hombre es mayor que la que hay
entre el alfarero y el barro". No estamos de acuerdo con esto.
En realidad, Dios está más cerca del hombre que el alfarero lo está del barro.
Esto
es lo que quiero decir: el barro que está en la casa del alfarero a la que
Jeremías nos ha llevado, no tiene voluntad:
· Y yo sí. El barro no puede cooperar con el
alfarero.
· Y yo sí. Antes citamos el relato de la creación
en Génesis con un propósito.
Es
que Dios creó el hombre a Su propia imagen y semejanza. Él tomó al
hombre físicamente del polvo de la tierra; El creó al hombre.
Entonces El sopló en su nariz hálito de
vida, el espíritu de la vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente. El
hombre tiene hoy una voluntad libre, y puede ejercitarla. El barro, por otra
parte, no tiene voluntad:
· Pero usted y yo
tenemos una voluntad;
· podemos cooperar
con el alfarero.
Ahora
yo quisiera hacerle una pregunta al alfarero. ¿Cuál es su propósito al
colocarme en la rueda del alfarero? ¿Por qué se acercó a mí? ¿Por qué continúa
trabajando conmigo? ¿Por qué, Señor Alfarero, hace esto? ¿Cuál es su intención?
Bien,
regresemos a la casa del alfarero y sígame con atención. No descubro el
propósito, pero aprendo algo más importante que el propósito para mi vida.
Aprendo que el alfarero tiene un propósito, lo cual es ya algo muy importante
de conocer.
Observamos
allí al alfarero.
Él se toma su trabajo en serio. No está jugando con el barro. Esta es su obra.
Le está dedicando su tiempo, sus talentos, su capacidad de trabajo con el
barro.
Observemos otra vez los versículos 3 y
4: 3. Descendí a casa del alfarero, y hallé que él estaba trabajando en el
torno. V.4.
· Y la vasija de
barro que él hacía se echó a perder en sus manos, pero él volvió a hacer otra
vasija, según le pareció mejor hacerla.
· Estimado oyente,
para el alfarero ésta no es una distracción, un pasatiempo. Es su vocación.
· No es algo con
lo cual pretende distraerse. Él sabe lo que está haciendo.
· Esto me dice que
hoy Dios no está jugando conmigo. No está haciendo experimentos con nosotros.
Él tiene un propósito.
· Y estimado
oyente, esto me consuela.
· Este es el
segundo gran principio que vemos aquí: el alfarero
tiene un propósito.
Como
un observador me sitúo junto a Jeremías y digo:
"¿Qué va a hacer?". Imagino que Jeremías me respondería: "No lo
sé, observémosle". El observador no puede saberlo al mirarle,
pero el alfarero sí lo sabe.
Él
tiene un plan.
Él sabe lo que está haciendo. El barro no sabe su propósito.
Pero
estimado oyente, algún día lo sabremos. Cuando Él nos coloca en la rueda de la
circunstancia, él tiene la intención de lograr algo.
Tiene
un propósito. EL
salmista dijo en el Salmo 17:15, Estaré satisfecho cuando despierte a tu
semejanza. Algún día seré como El. Dijo en 1 Juan 3:2, aún no se ha manifestado
lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos
semejantes a él, porque lo veremos tal como él es. Esa será una hermosa mañana.
Va a ser un día nuevo.
Y
Dios será reivindicado. Él no ha sido cruel cuando nos ha hecho sufrir.
Algún día, algún glorioso día, veremos que el Alfarero tenía un propósito en su
vida y en la mía. Observemos lo que Pablo les escribió a los Efesios 2:1.
Comenzó en el segundo capítulo, versículo 1 con las tristes palabras que antes
hemos citado, V.1. Él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en
vuestros delitos y pecados.
Y
si eso es todo, entonces yo también estoy acabado. Pero, estimado
oyente, aún hay más; el versículo 7 de este mismo capítulo de Efesios 2:7 para
mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su
bondad para con nosotros en Cristo Jesús. En los tiempos venideros nosotros
seremos una demostración, y estaremos allí como una exposición.
Revelaremos lo que el Alfarero pudo hacer con el
barro sin vida.
El recibirá el honor y la gloria. Será maravilloso ser un vaso en las manos del
Maestro. Y ahora, en cuarto lugar, hablaremos sobre
Ø La Personalidad Del Alfarero.
Esta
es la parte más hermosa de este tema. Para comentar este aspecto debemos echar
una mirada final a la casa del alfarero.
Yo
le diría a Jeremías: "El alfarero parece un
hombre bondadoso". Y Jeremías respondería: "Lo es.
Él no quiere hacer daño al barro. Quiere que el barro se rinda, abandonándose
en sus manos, porque quiere crear algo de él". Miro fijamente
al rostro del alfarero.
Cuan
absorto está. Cuan
interesado está en el barro.
¡Que
alfarero es Dios! ¡Si solo pudiera ver a mi alfarero! Pero la Biblia
me dice que yo no puedo ver a Dios. Felipe hizo esa pregunta, que yo también
habría hecho, cuando le dijo a Jesús, en Juan 14:8, Señor, muéstranos al Padre
y nos basta.
El
Señor Jesús le dijo: en el versículo siguiente, El
que me ha visto a mí ha visto al Padre.
Y
ahora miremos muy cuidadosamente al alfarero. Vemos los pies
del alfarero trabajando con los pedales, haciendo girar la rueda. Vemos las
manos del alfarero cuando hábilmente, artística-mente, con tanta atención y
delicadeza, bondadosa mente y con amor, trabaja con el barro:
· Y al observarlo,
vemos que aquellos pies tienen heridas de clavos en ellos.
· Y también hay
señales de clavos en aquellas manos. Pero eso no es todo.
En el Evangelio de Mateo 27:3-10, Judas
arrepentido devolvió las treinta piezas de plata y se ahorcó. Como ese dinero
no podía ser echado en las ofrendas, los principales sacerdotes compraron el
campo del alfarero, que pasó a llamarse "campo
de sangre".
Ellos probablemente no sabían lo que
estaban haciendo cuando lo llamaron "campo de sangre", pero nosotros no
debemos pasar por alto este detalle. Este alfarero es más especial que
cualquier otro alfarero. El derramó Su sangre para poder ir a ese campo y tomar
en sus manos los trozos rotos y colocarlos nuevamente en Su rueda del alfarero
para hacer con ellos otro vaso.
A
veces nos han escrito oyentes que tienen un hogar roto o una vida destrozada. ¿Ha terminado
Dios con estas personas? ¿Ha terminado con nosotros cuando hacemos de nuestras
vidas un fracaso? No, no ha terminado con nosotros, es decir, si el barro se
abandona, se rinde a Él. Todo lo que hay que hacer es que el barro se entregue
al Alfarero. El pagó el precio por el campo, y fue un campo de sangre.
Usted podrá
mirar hacia atrás en su vida y decir: "¡Qué
fracaso! No creo que Dios pueda usarme". Estimado
oyente, Él está trabajando hoy con aquellos pedazos rotos, y El trabajará con
usted si usted se lo permite. Él ya ha pagado el precio de su redención. Usted
no puede hacer cualquier cosa de usted para El, ni yo tampoco puedo. Pero Él
puede tomarnos y colocarnos en la rueda y nos puede dar la forma de un vaso de
honor. Porque nosotros somos barro, y Él es el Alfarero.
3) Llegamos Ahora a Un Nuevo Párrafo Titulado:
Jeremías
19 - La señal del vaso roto.
La
Señal De La Vasija Rota:
“Así dijo Jehová: Ve y compra una vasija de barro del alfarero,
y lleva contigo de los ancianos del pueblo, y de los ancianos de los
sacerdotes”.
(Jeremías 19:1)
NOTA: Vasija de barro: Una vez
endurecida, no podía ser reconstruida; si era defectuosa tendía que ser
quebrada. Judá había llegado a ese estado.
En el primer versículo del capítulo 19,
Dios envió a Jeremías para comprar una vasija de barro del alfarero y le dijo
que tomara a ancianos del pueblo y de los sacerdotes y a sacerdotes, y los
llevara con él como testigos.
Leamos el versículo 2 de Jeremías 19:
"Sal
luego al valle del hijo de Hinom, que está a la entrada de la puerta oriental,
y proclama allí las palabras que yo te diré".
NOTA: V.2: El Valle del hijo de Hinom [7:31 Tofel,
Probablemente significa “chimenea”.
Hinom. Gehena, un valle al SO de Jerusalén. Judá superaba a los paganos que
rara vez ofrecían a niños en sacrificio]. Conducía al valle donde la Vasija
rota era tirada.
El valle del hijo de Hinom era en ese
tiempo un lugar, donde se celebraba la horrible adoración a Moloc. Dios se lo
explicó a ellos en detalle. Leamos los versículos 4 y 5:4:
"Porque me
abandonaron y enajenaron este lugar ofreciendo en él incienso a dioses
extraños, que ni ellos habían conocido, ni sus padres, ni los reyes de Judá; y
llenaron este lugar de sangre de inocentes. Edificaron lugares altos a Baal, para quemar en el fuego a sus
hijos en holocaustos al mismo Baal; cosa que no les mandé ni dije ni me vino al
pensamiento".
NOTA:
19:4: Sangre de Inocentes. Sacrificio de infantes (7:31).
A causa de estos actos, Dios dijo que el
valle del hijo de Hinom pronto sería conocido como el valle de las matanzas,
porque como habían matado a sus hijos presentándolos como ofrendas a Baal y a
Moloc, Dios permitiría a sus enemigos que los mataran a ellos allí (como
podemos ver en los versículos 6 al 9).
Después de pronunciar ese horrible
juicio sobre el pueblo de Jerusalén, Dios ordenó a Jeremías que quebrara la
vasija de barro en presencia de los testigos. Dice el versículo 11:
"Y les dirás: Así ha
dicho el Señor de los ejércitos: De esta forma quebrantaré a este pueblo y a
esta ciudad, como quien quiebra una vasija de barro, que no se puede restaurar
más; y en Tofet serán enterrados, porque no habrá otro lugar para
enterrar".
Regresando a Tofet, o el valle de Hinom,
Jeremías se dirigió al atrio de la casa del Señor, donde pronunció sus palabras
finales.
NOTA: Jeremías 5:14-17: Al no haberse
arrepentido Judá ocasionará que gente robusta, los babilonios, se coman lo que
produce su tierra y la destruyan.
Leamos
el versículo 15 de este capítulo 19 de Jeremías:
"Así ha dicho el
Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Yo traigo sobre esta ciudad y sobre
todas sus aldeas todo el mal que hablé contra ella, porque han endurecido su
corazón para no oír mis palabras".
Él
había advertido y suplicado. Pero sus corazones eran despiadados.
Figurativamente hablando, el barro había resistido por demasiado tiempo.
Muy
pronto llegaría el enemigo y destruiría a la nación.
___________
[1]Alfarero:
También se
encuentra en: Sinónimos.
Alfarero, -ra s.
m. y f. Persona que se dedica a hacer recipientes y otros objetos de barro.
Diccionario
Manual de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L.
Alfarero:
M. El que tiene
por oficio hacer vasijas de barro.
Diccionario
Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.
Alfarero, -ra
(alfaˈɾeɾo, -ɾa)
Sustantivo
masculino-femenino.
Persona que
fabrica objetos de barro el barrio de los alfareros
Copyright © 2013 K Dictionaries Ltd.
Sinónimos:
Cambiar a nuevos
Sinónimos.
Alfarero:
Sustantivo masculino.
Alcaller,
barrero, cantarero, ceramista.
Diccionario
Manual de Sinónimos y Antónimos de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse
Editorial, S.L.
-Copyright
© 2001-2016 (TTB - Thru the Bible, RTM - Radio Transmundial, EEA - Evangelismo
en Acción).
-
Biblia de Estudio RYRIE.
- Copilado
Por: Carlos Ramírez Jiménez. 09//05//2016.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario