martes, 24 de mayo de 2016

Parte II Humillación y Exaltación De Cristo: (Filipenses 2:5-11)

Parte II
Humillación y Exaltación De Cristo:
(Filipenses 2:5-11)

V.10: Inspirado en Isaías 45:23, donde el Señor profetiza que un día se le rendirá Adoración Universal, el autor escribe que en el nombre de Jesús (en relación con todo lo que el nombre representa) todos los seres racionales creados rendirán el tributo debido.
Los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra expresa universalidad y no se debería forzar para apoyar elaboradas teorías de clasificación.
Reaparece la nota escatológica de la epístola mirando por fe hacia ese futuro en el cual todos los seres humanos del pasado, presente y futuro reconocerán el señorío de Jesucristo. Sin duda ese será el "día de Jesucristo", al cual aluden otros pasajes.

En este himno muchos estudiosos han encontrado paralelos del AT., especialmente de pasajes de los cantos del siervo sufriente en Isaías 52 y 53, donde también se encuentran las nociones de gloria, renuncia, humillación y exaltación.

Los sermones de Pedro y Pablo en el libro de Hechos ofrecen ejemplos del uso de pasajes del AT., para explicar o iluminar la persona y la obra de Cristo, y no es raro encontrar el mismo recurso en otros escritos de Pablo.
Para algunos en este pasaje hay una intención de establecer un contraste evidente con la historia de Adán, aquel primer ser humano que cedió a la tentación de usurpar el derecho de Dios y que por eso tuvo una humillante caída.

La referencia a ese contraste cabe si se piensa en el uso que hace Pablo de las figuras de Adán y de Cristo. Cristo es el segundo Adán (Rom.5:12-21), gracias al cual el ser humano es restituido a la comunión con Dios.

Sin embargo, es importante recordar que aquí en esta epístola, la evocación de la obra de Jesucristo tiene por objeto que los filipenses aprendan a vivir dentro de la comunidad modelo que debe ser la iglesia, con el mismo desprendimiento, consideración por los demás, obediencia a Dios y disposición al sacrificio que caracterizaron a su Maestro y Señor.

“y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”.
        (Filipenses 2:11)

V.11: El verbo (exomologeo) puede significar “confesar[5] con acción de gracia” –si bien esto parecería raro si toda lengua incluyera tanto a los perdidos como a los salvos. Jesucristo es el Señor es el credo más antiguo de la Iglesia primitiva (compare Rom.10:9; 1 Cor. 12:3). El Señorío de Cristo es la esencia del cristianismo. 

Concluyo:

Cristo no sólo asumió la semejanza y el estilo o forma de hombre, sino el de uno de estado humilde; no se manifestó con esplendor. Toda su vida fue una vida de pobreza [a diferencia de aquellos que lucran en su nombre “dinero sagrado”, Véase este artículo es interesante] y sufrimientos [estamos lejos de querer sufrir], pero el paso más bajo fue morir la muerte de cruz:
·      la muerte de un malhechor y de un esclavo;
·      expuesto al odio, y
·      burla del público.

Todos deben rendir homenaje solemne al nombre de Jesús, no al solo sonido de la palabra, sino a la autoridad de Jesús. Confesar que Jesucristo es el Señor es para la gloria de Dios Padre; porque es su voluntad que todos los hombres honren al Hijo como honran al Padre, Juan 5:23*. Aquí vemos tales motivos para el amor que se niega a sí mismo, que ninguna otra cosa podría suplir.

NOTA: *La autoridad de Cristo se ve en las esferas de Resurrección (Jn.5: 21, 25, 26) y juicio (vv. 22-23, 27). Dios constituirá juez a Cristo, a fin de que el Hijo sea Honrado. Los que Creen escaparán del juicio (v.24).

¿Amamos y obedecemos así al Hijo de Dios?

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Notas Y Bibliografía:
[1] morfe = (μορφή, G3444) denota la forma o rasgo distintivo especial o característico de una persona o cosa. Se usa con un significado particular en el NT., solo de Cristo, en Filp.2:6-7, en las frases «siendo en forma de Dios» y «tomando forma de siervo». Una excelente definición de esta palabra es la dada por Gifford: «morfe es así propiamente la naturaleza o esencia, no en abstracto, sino tal como subsiste realmente en el individuo, y retenida en tanto que el individuo mismo existe… ». Así, en el pasaje ante nosotros morfe Theou es la naturaleza divina real e inseparablemente subsistente en la persona de Cristo. Para la interpretación de «la forma de Dios» es suficiente decir que:
(1) incluye toda la naturaleza y esencia de la Deidad, y que es inseparable de ella, ya que no podrían tener existencia real sin ella; y
(2) que no incluye en sí misma nada «accidental» o separable, tal como modos particulares de manifestación, ni condiciones de gloria o majestad, que pueden en un momento estar junto con la «forma», y en otros momentos separados de ella.
El verdadero significado de morfe en la expresión «forma de Dios» queda confirmada por su repetición en la frase correspondiente, «forma de siervo». Se admite universalmente que las dos frases son directamente antitéticas, y que por ello «forma» tiene que tener el mismo sentido en ambas» (Gifford, The Incarnation, pp. 16,19,39).
La definición anteriormente mencionada se aplica a su utilización en Marcos 16:12, en cuanto a las maneras particulares en que el Señor se manifestó a sí mismo. (VINE).
[2] eikon = (εἰκών, G1504) denota imagen. Este término incluye las dos ideas de representación y manifestación. «La idea de perfección no reside en la palabra misma, sino que tiene que ser encontrada en el contexto» (Lightfoot); los siguientes casos muestran con claridad las distinciones entre la semejanza imperfecta y perfecta.
Esta palabra se usa:
(1) de una imagen en una moneda, no una mera semejanza (MT.22:20; Mr.12:16; Lc.20:24); también de una estatua o representación similar, más que una semejanza (Rom.1:23; Ap.13:14-15, tres veces; Ap.14:9; 14:11; 15:2; 16:2; 19:20; 20:4); de los descendientes de Adán como portadores de su imagen (1 Cor.15:49), siendo cada uno de ellos una representación derivada del prototipo;
(2) de cosas relacionadas con cosas espirituales (Heb.10:1), negativamente, de la ley como siendo «sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas», esto es, no la forma esencial y sustancial de ellas. El contraste ha sido asemejado a la diferencia entre una estatua y la sombra que ella arroja;
(3) de las relaciones entre Dios el Padre, Cristo, y el hombre:
(a) del hombre tal como fue creado como representación visible de Dios (1 Cor.11:7), un ser que se corresponde con el original. La condición del hombre como criatura caída no ha borrado totalmente la imagen; sigue siendo capaz de llevar responsabilidad, sigue teniendo cualidades correspondientes a las divinas, como el amor a la bondad y a la belleza, que no se hallan en ningún animal. En la caída el hombre dejó de ser un vehículo perfecto para la representación de Dios. La gracia de Dios en Cristo cumplirá aún más que lo que perdió Adán;
(b) de personas regeneradas, en su condición de representaciones morales de lo que es Dios (Col.3:10; cf. Ef.4:24);
(c) de creyentes, en su estado glorificado, no meramente en cuanto a que sean semejantes a Cristo, sino representándole (Rom.8:29; 1 Cor.15:49). Aquí la perfección es obra de la gracia divina; los creyentes tienen aún que representar, no a alguien como él, sino lo que él es en sí mismo, tanto en su cuerpo espiritual como en su carácter moral;
(d) de Cristo en relación con Dios (2 Cor.4:4: «la imagen de Dios»), esto es esencial y absolutamente la expresión y representación perfectas del arquetipo, Dios el Padre; en Col.1:15: «la imagen del Dios invisible» da el pensamiento adicional sugerido por la palabra «invisible», de que Cristo es la representación visible y manifestación de Dios a los seres creados. La semejanza expresada en esta manifestación está involucrada en las relaciones esenciales en la Deidad, y es por ello singular y perfecta; «el que me ha visto a mí, ha visto al Padre» (Juan 14:9). «El calificativo «invisible»… no debe confinarse a la percepción de los sentidos corporales, sino que debe incluir también la percepción del ojo interior» (Lightfoot).
En cuanto a términos sinónimos, jomoima, semejanza, destaca el parecido con un arquetipo, aunque el parecido pueda no ser derivado, en tanto que eikon es una semejanza derivada (véase SEMEJANZA); eidos, forma, apariencia, aspecto, es una apariencia, «no necesariamente basada en la realidad» (véase FORMA, Nº 4); skia es «una semejanza oscurecida» (véase SOMBRA); morfe es «forma, como indicación del ser interior» (Abbott-Smith); véase FORMA. Para carakter, véase Nº 2. (VINE).
[3] doxa = (δόξα, G1391), gloria (de dokeo, parecer). Significa primariamente opinión, estimación; y de ahí el honor resultante de una buena opinión. Se usa:
(I):
(a) de la naturaleza y actos de Dios en manifestación de Sí mismo; esto es, lo que él esencialmente es y hace, tal y como queda exhibido en cualquier forma en que se revele a sí mismo en estos respectos, y particularmente en la persona de Cristo, en quien esencialmente su gloria siempre ha resplandecido y siempre resplandecerá (Juan 17:5; 17:24; Heb.1:3). Fue exhibida en el carácter y en los actos de Cristo en los días de su carne (Juan 1:14; 2:11). En Caná se manifestaron tanto su gracia como su poder, y estos constituían su gloria; asimismo en la resurrección de Lázaro (Juan 11:4; 11:40). La gloria de Dios se manifestó en la resurrección de Cristo (Rom.6:4) y en su ascensión y exaltación (1 P.1:21). De la misma forma, en el monte de la transfiguración (2 P.1:17). En Rom.1:23 se habla de su «eterno poder y deidad» como su gloria, esto es, sus atributos y poder revelados por medio de las cosas creadas; en Rom.3:23 la palabra denota la manifiesta perfección de su carácter, especialmente de su justicia, a la que los hombres nunca alcanzan; en Col.1:11 , «la potencia de su gloria» significa el poder que es característico de su gloria; en Ef.1:6; 1:12; 1:14, «la alabanza de la gloria de su gracia» y «la alabanza de su gloria» significan el debido reconocimiento de la manifestación de sus atributos y caminos; en Ef.1:17: «el Padre de gloria» lo describe como la fuente de la que proceden todo esplendor y perfección divina en su manifestación, y a la cual pertenecen.
(b) del carácter y caminos de Dios exhibidos por medio de Cristo a y a través de los creyentes (2 Cor.3:18; 3:21);
(c) del estado de bienaventuranza o bendición al cual los creyentes han de entrar al ser hechos a la semejanza de Cristo (p.ej., Rom.8:18; 8:21; Filp.3:21:«al cuerpo de la gloria suya»; 1 P.5:1; 5:10; Ap.21:11);
(d) resplandor o esplendor:
(1) sobrenatural, emanando de Dios; como en la gloria de la shekina, en la columna de nube y en el Lugar Santísimo (p.ej., Ex.16:10; 25:22; Lc.2:9; Hech.22:11; Rom.9:4; 2 Cor.3:7; Stg.2:1); en Tito 2:13 se usa del retorno de Cristo: «la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo» (rv, rvr, rvr77; lba: «la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Cristo Jesús»; Cf. Filp.3:21 , más arriba);
(2) natural, como la de los cuerpos celestes (1 Cor.15:40-41);
(II) de buena reputación, alabanza, honor (Lc.14:10; Jn.5:41; 7:18; 8:50; 12:43; 2 Cor.6:8; Filp.3:19; Heb.3:3); en 1 Cor.11:7, del varón como representante de la autoridad de Dios y de la mujer como haciendo evidente la autoridad del varón; en 1 Ts.2:6 , el término «gloria» probablemente se da por metonimia en lugar de los dones materiales, un honorario, ya que en la estimación humana la gloria se expresa generalmente por cosas materiales.
Este término se usa en ascripciones de gloria a Dios (p.ej., Lc.17:18; Jn.9:24; Hech.12:23); como en doxologías; lit: palabras de gloria (p.ej., Lc.2:14; Rom.11:36; 16:27; Gal.1:5; Ap.1:6). (VINE).
[4] kenoo = (κενόω, G2758), vaciar, hacer vano. Se utiliza:
(a) de la fe (Rom.4:14: «vana resulta la fe»; rv: «vana es»);
(b) de la cruz de Cristo (1 Cor.1:17: «para que no se haga vana»);
(c) de Cristo, al vaciarse a sí mismo (Filp.2:7: «se despojó a sí mismo» [rv: «(se) anonadó»]);
(d) del gloriarse del apóstol Pablo en el ministerio del evangelio (1 Cor.9:15: «antes que nadie desvanezca»; rv: «haga vana»);
(e) de su gloriarse en la iglesia de Corinto (2 Cor.9:3: «no sea vano»; rv: «sea vana»). Véanse DESPOJAR, DESVANECER, VANO. (VINE).
[5] exomologeo = (ἐξομολογέω, G1843), (ek = fuera, intensivo, y el Nº 1, y por ello más fuerte que el Nº 1), confesar públicamente, esto es, libre y abiertamente. Se usa:
(a) de un reconocimiento o confesión pública de pecados (Mateo 3:6; Marcos 1:5; Hechos 19:18; Stg.5:16);
(b) profesar o reconocer abiertamente (Mateo 11:25, traducido «te alabo», pero indicando la idea más plena; Filp.2:11, algunos mss. lo tienen en Ap.3:5: véase Nº 1);
(c) confesar con celebración, dando alabanza (Rom.14:11; 15:9). En Lucas 10:21 se traduce «te alabo», siendo el verdadero sentido «reconozco con agradecimiento». En Lucas 22:6 significa consentir: «se comprometió» (rv: «prometió»). Véanse también ALABAR, COMPROMETER(SE), PROMETER. (VINE).
e-Sword-the. LEDD.
-  Biblia de Estudio RYRIE.
-  HASSISION, Everett F. COMENTARIO BÍBLICO MOODY NT. Pág. 374-375.
-  Por: Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 24//05//2016.


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