Parte I
DISCUSIÓN ACERCA
DE LOS MANJARES OFRECIDOS A LOS ÍDOLOS:
(1 Corintios 8:1-13; 10:14-33)
“las viandas sacrificadas a los ídolos”
Por: Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
INTRODUCCIÓN:
Era costumbre entre
los paganos celebrar banquetes con lo ofrecido en sacrificio a sus ídolos.
Estas comidas se hacían en las dependencias mismas del templo. Lo que sobraba
se podía comer en las casas privadas o se podían vender al público en el
mercado de la ciudad 10:25).
Surgía
entonces para los creyentes el siguiente caso de conciencia: ¿Podían
comer de dicha carnes en casa de algún
amigo pagano o de las que se vendían en el mercado, si sabían que había sido ofrecidas en sacrificio
a los ídolos?
La pregunta que siempre nos hacen a los
pastores [y demás ministros] ahora también esas demandas del apóstol Pablo
a los hermanos de corintios son válidas
hoy, ya que se ha generalizado la palabra creyentes tanto a: católicos romanos, protestantes, evangélicos, y otros grupos que
usan la Biblia como regla de vida, conducta moral, y guía espiritual de parte
de Dios. Este estudio puede dañar [tener
más conocimiento de Dios y sus demandas] a unos, y a otros fortalecer su
relación con Dios, veamos.
ÍDOLOS,
CARNE OFRECIDA A:
(En griego, eidolothyta). El evangelio, al trascender los límites del judaísmo,
no solo afrontó la IDOLATRÍA como
religión, sino también las ramificaciones de ella en la vida social del pueblo
gentil. Solo una parte de las víctimas sacrificadas a los dioses se ofrecía en
el templo. Lo demás se comía en un banquete cultico en los atrios de cada
templo o en la casa del oferente. Había invitados. A veces la invitación era
extensiva o general y en algunos casos lo que sobraba de la carne consagrada se
vendía en el mercado público.
Este fenómeno social creó problemas a
los cristianos primitivos. Los de Corinto pidieron consejo a Pablo al respecto
(1 Cor. 8:1). Fue necesario decidir si un cristiano debía aceptar una
invitación a una comida en que se servía tal carne, pues había distintas
opiniones entre los hermanos.
Algunos se basaban en la libertad
cristiana (1 Cor. 6:12; 10:23) y en un llamado conocimiento mayor (que un ÍDOLO
no es sino la ficción de la mente humana, 1 Cor. 8:4-6) para alegar que los
creyentes podían asistir a estos banquetes sin incurrir en mal alguno. Otros
mantenían que al asistir a semejantes fiestas participaban en la misma
idolatría, la cual se le prohibía terminantemente a los cristianos (Rom. 14:2;
15:1; 1 Cor. 8:9).
Pablo prohibió en forma indirecta, pero
siempre tajante, la asistencia a un banquete que se celebrara en el templo de
los ídolos (1 Cor. 10:14, 19s). Si bien estaba de acuerdo con los que afirmaban
tener "conocimiento"
de que el ídolo no es nada, insistió en que detrás de la idolatría hay poderes
con los que no es aconsejable jugar (DEMONIOS).
Pero en cuanto a carnes ofrecidas a los
ídolos y posteriormente vendidas en el mercado común, Pablo afirma que no hay
que sentir escrúpulos de conciencia, puesto que en la carnicería tales carnes
ya no tienen significado religioso, sino que forman parte de las cosas creadas
por Dios para bien nuestro (1 Cor. 10:25s).
Lo mismo rige en cuanto a carne servida
en una comida social en casa de amigos aunque se haya ofrecido con anterioridad
en el templo. Pero hay una excepción a
la regla: si el anfitrión abiertamente anuncia que la que se sirve es carne
ofrecida a ídolos, el huésped cristiano debe rehusar, pero no por el daño que
pueda ocasionarse él mismo, sino para evitar escándalo o falsa impresión (1 Cor.
10:27-30).
Sobre todo, el cristiano debe pensar más
en el bien del prójimo que en el suyo y estar dispuesto a echar a un lado su
libertad si el usarla puede dañar u ofender al hermano débil (8:12s; 10:24,
31ss). Veamos algunas palabras etimológicas de ver la idolatría.
1. Etimología: EN EL ANTIGUO TESTAMENTO:
ÍDOLO.
terapîm = (תְּרָפִים, H8655),
«ídolo;
ídolo doméstico; máscara cultica; símbolo divino». Este vocablo se
ha prestado a la lengua hitita-hurrita (tarpish) que en semítico occidental
adquiere la forma básica de tarpi. Su significado fundamental es «espíritu»
o «demonio».
El término figura en hebreo bíblico 15 veces, etc... (VINE).
Etimología: Adorar: A Dios, dioses e ídolos.
shajah
=
(שָׁחָה, H7812),
«adorar,
postrarse, bajarse, inclinarse». Esta palabra se encuentra en el
hebreo moderno con el sentido de «inclinarse o agacharse», pero no en el
sentido general de «adorar». El hecho de encontrarse más de 170
veces en el Antiguo Testamento demuestra un poco de su significado cultural. Lo
encontramos por primera vez en Génesis 18:2 en donde Abraham «se postró en
tierra» delante de los tres mensajeros que le anunciaron que Sara
tendría un hijo.
Otros dioses e
ídolos también son objetos de adoración, postrándose delante de ellos (Véase,
Isaías 2:20; 44:15; 44:17). (VINE).
Etimología: EN EL NUEVO TESTAMENTO: ÍDOLO.
IDÓLATRA, IDOLATRÍA.
A. Adjetivos.
1.
eidololatres = (εἰδωλολάτρης, G1496), idólatra (de eidolon = ídolo; véase más adelante; y
latris = asalariado). Se halla en 1 Cor.5:10-11; 6:9; 10:7. La advertencia
es para poner en guardia a los creyentes a no apartarse de Dios en pos de la
idolatría, tanto «abierta como secretamente, consciente o inconscientemente»
(Cremer) (Ef.5:5; Ap.21:8; 22:15).
2. kateidolos
= (κατείδωλος, G2712). (VINE).
B. Nombre.
eidololatria
= (o –eia ) (εἰδωλολατρία, G1495) , de donde procede el término
castellano, idolatría (de eidolon , ídolo; latreia , servicio). Se encuentra en
1 Cor.10:14; Gal.5:20; Col.3:5; y en forma plural, en 1 P.4:3.
Los sacrificios paganos eran ofrecidos a
los demonios (1 Cor.10:19). Había una horrible realidad en la copa y mesa de
los demonios y en la comunión con los demonios que ello involucraba. En
Rom.1:22-25, se asocian la idolatría, el pecado de la mente contra Dios (Ef.2:3)
y la inmoralidad (los pecados de la carne), y son relacionados con la falta de
reconocimiento de Dios y de gratitud hacia él. Un idólatra es un esclavo de las
depravadas ideas que representa su ídolo (Gal.4:8-9); y por ello, de
concupiscencias diversas (Tito 3:3). (Véase Notes on Thessalonians, por Hogg y
Vine, p. 44.)
ÍDOLOS (OFRECIDO A, SACRIFICADO A).
1.
eidolothutos = (εἰδωλόθυτος, G1494) (eidolon = véase, y thuo = sacrificar).
Es un adjetivo que significa sacrificado a ídolos (Hech.15:29; 21:25; 1
Cor.8:1; 8:4; 8:7; 8:10; 10:19; Ap.2:14; 2:20, donde, en este último versículo,
la rv traduce «cosas ofrecidas a los ídolos»). En tr este adjetivo aparece en 1
Cor.10:28, véase Nº 2. La carne de las víctimas, después del sacrificio, se comía
directamente en el Templo o se vendía en carnicerías.
2.
jierothutos = (ἱερόθυτος, G2410): «sacrificado a los ídolos» en
la rvr en 1 Cor.10:28 (jieros = sagrado, y thuo = sacrificar). Se encuentra en
los mss. Más comúnmente aceptados en lugar del Nº 1. (VINE).
ÍDOLO.
eidolon
= (εἴδωλον,
G1497), primariamente un fantasma o semejanza (de eidos =
apariencia, lit: aquello que es visto), o una idea, imaginación. Denota en el
NT: (a) un ídolo, una imagen para representar a un dios falso
(Hech.7:41; 1 Cor.12:2; Ap.9:20); (b) el
dios falso adorado en una imagen (Hech.15:20; Rom.2:22; 1 Cor.8:4; 1 Cor.8:7; 10:19;
2 Cor.6:16; 1 Ts.1:9; 1 Jn.5:21).
«El término hebreo correspondiente denota «vanidad» (Jeremías
14:22; 18:15); «cosa
de nada» (Levíticos 19:4, cf. Ef.4:17). Así, aquello que
representaba una deidad para los gentiles, para Pablo era una «vanidad»
(Hech.14:15); «nada
en el mundo» (1 Cor.8:4; 1 Cor.10:19). A los ídolos Jeremías los
llama «espantapájaros»
(rvr77; la traducción de rv y rvr no se ajusta al original), e Isaías (1 Cor.44:9-20,
etc.) y Habacuc 2:18.
Según
el Almanaque Mundial de 1978, el 23% de la población del mundo entero es
cristiana. Este incluye denominaciones. Si elimina a todos, menos a los
verdaderos cristianos sólo Dios sabe que tan pequeño es el número restante.
Tema I
ÍDOLOS, VIANDAS
SACRIFICADAS A LOS ÍDOLOS, ENFOQUE BÍBLICO:
(1 Corintios 8:1-13; 10:14-33)
Entre las consultas que los
corintios le hicieron al apóstol Pablo estaba la concerniente a “las viandas
sacrificadas a los ídolos”, frase que representa un término griego, eidoµlothyta. Pablo trata este tema en 1
Cor. 8:1–13 y 10:14–33.
Primeramente es necesario
bosquejar los antecedentes relativos a la pregunta de los corintios.
En el antiguo sistema de sacrificios,
centro no solamente de la vida religiosa del mundo grecorromano de los siglos
I, sino también de la vida social y doméstica, sólo parte del sacrificio se
presentaba al dios en el templo.
Al sacrificio seguía una comida cultica
en la que se consumía el resto del alimento consagrado, ya sea en el recinto
del templo o en la casa. A veces se mandaba al mercado lo que quedaba, para su
venta (1 Cor. 10:25).
Hay antecedentes de la práctica de comer
en el templo en los conocidos papiros de Oxirrinco, que según Lietzmann tienen “un extraordinario paralelo” con la
referencia de 1 Cor. 10:27: “Queremón te invita a cenar en la mesa de Serapis (el
nombre de la deidad) en el serapeo, mañana 15 a hora novena” (= 3 de
la tarde) (citada y analizada en el ensayo de Chan-Hie Kim, “The Papyrus
Invitation = La Invitación del Papiro”, Journal of Biblical Literature, 94,
1975, página(s) 391–402). Una invitación a una comida de esta naturaleza, sea
en el templo o en una casa particular, indudablemente sería un acontecimiento
común en la vida social de la ciudad de Corinto, y presentaría un serio
problema para el creyente que fuese invitado. Seguramente que otros aspectos de
la vida en un centro tan cosmopolita se verían afectados por la actitud de los
cristianos con respecto a la carne ofrecida a los ídolos.
Tendría que considerarse si se debía ir
a los festivales públicos que empezaban con cultos y sacrificios paganos. El
ser miembro de un gremio o asociación profesional, y, en consecuencia, toda la
posición comercial de la persona, como también su participación en la vida
pública, estaba todo en juego, ya que el ser miembro acarreaba la necesidad de
sentarse “a la mesa en un lugar de
ídolos” (1 Cor. 8:10).
Aun las compras diarias en el mercado
podían presentar un problema al cristiano responsable en Corinto. Como mucha de
la carne disponible iba del templo, por mano de sus funcionarios, a los
carniceros para ser puesta en venta, se presentaba la siguiente cuestión:
¿Podía comprar dicha carne el ama de casa cristiana, carne que provenía de
animales sacrificados y que, en consecuencia, seguramente estaban libres de
defectos, y que bien podía ser la de mejor calidad en el mercado? Además, había
banquetes gratuitos en el templo, una verdadera oportunidad para los pobres. Si
de 1 Cor. 1:26 inferimos que algunos de los miembros de la iglesia corintia
pertenecían a las clases más necesitadas, se trataba de una cuestión práctica
determinar si estaban en libertad de concurrir a dichos banquetes.
1.2. Reacciones Diferentes:
Las
opiniones de la iglesia estaban sumamente divididas. Un grupo, en nombre
de la libertad cristiana (6:12; 10:23; compárese 8:9), y sobre la base de un
supuesto nivel superior de conocimiento (gnosis,
8:1–2), no veía nada de malo en aceptar una invitación a una comida cultica, y
no encontraban razón alguna por la cual no se pudiera comprar y comer alimentos
que habían sido previamente dedicados en el templo.
La
Justificación De Esta Actitud De Sincretismo Religioso Era Que:
· Primero, la comida en el templo no era más que
una reunión social. Opinaban que no tenía ninguna significación religiosa.
· En segundo lugar, parecería que opinaban que de
todos modos los dioses paganos eran inexistentes. “Un ídolo nada es en el mundo, y no hay más
que un Dios”, era el argumento que presentaban en su defensa (8:4;
citado probablemente de la propia carta de los corintios a Pablo).
Por otra parte, el grupo “débil” (8:9;
compárese Rom. 15:1) veía la situación de manera diferente. Al aborrecer aun la
más leve sospecha de idolatría, pensaban que los demonios que se encontraban
por detrás del ídolo todavía ejercían su influencia maligna en las viandas y
las “contaminaban”,
haciéndolas así impropias para el consumo por parte de los creyentes (8:7;
compárese Hch. 10:14).
1.3. La Respuesta De Pablo:
Pablo comienza a responder la pregunta
de la iglesia de Corinto expresando su acuerdo con la proposición de que “no hay más que
un Dios” (8:4). Pero inmediatamente aclara esta confesión explícita
de su monoteísmo, recordando a sus lectores que existen los llamados dioses y
señores que ejercen influencia demoníaca en el mundo. Acepta, sin embargo, que “para nosotros”,
que sólo aceptamos un Dios y Señor, el poder de dichos demonios ha sido
superado por la cruz, de modo que los corintios ya no tienen que estar sujetos
a ellos (compárese Col. 2:15–16; Gál. 4:3, 8–9).
No todos los creyentes corintios habían
encontrado esa libertad en Cristo, por lo que era necesario considerar su caso
y no herir su conciencia débil con una acción indiscreta (8:7–13). El apóstol tiene
algo más serio que decir a este respecto, y vuelve a ello después de una
digresión en el capítulo 9.
Se
ocupa del peligro de la idolatría en 10:14ss. Estos versículo(s) son una
exposición del significado profundo de la mesa del Señor a la luz de la
comunión en el cuerpo y la sangre de Cristo (10:16); de la unidad de la iglesia
como cuerpo de Cristo (10:17); del hechizo que los demonios ejercen sobre los
que les ofrecen culto en los festines en honor a los ídolos, y que los lleva a
entrar en alianza con los demonios (10:20); y de la imposibilidad de una doble
fidelidad, que representaría el querer compartir la mesa del Señor y la de los
demonios (10:21–22). (Cena del Señor).
Por lo tanto, en esta sección, el
apóstol adopta una actitud seria con respecto a lo que significa concurrir a
los banquetes idólatras (compárese 10:14). De acuerdo con la enseñanza
rabínica, posteriormente codificada en el opúsculo de la Misná ‘Abodah Zarah (“Culto extraño”),
prohíbe en forma absoluta el consumo de alimentos y bebidas en templos
dedicados a ídolos (10:19–20; compárese Ap. 2:14) debido a que, como decían los
rabinos, “un
cadáver profana por la sola sombra que proyecta, de la misma manera, un
sacrificio idólatra profana con su sombra”, es decir que el estar
bajo un techo pagano, y tener contacto con ellos hace ritualmente impura a la
persona. Véase la Misná en la edición de Danby, página(s) 649, n.n. nota 3.
Pero con respecto a viandas que
previamente fueran ofrecidas en el templo y que posteriormente se entregan al
consumo, Pablo afirma que están permitidas sobre la base de Salm. 24:1 (1 Cor.
10:25ss). Aunque esas viandas hayan sido dedicadas en el templo y estén a la
venta en el mercado, pueden ser consumidas en virtud de haber sido creadas por
Dios (1 Tim. 4:4–5).
Esto claramente se aleja de las reglas
ceremoniales de los rabinos (e indudablemente también del decreto apostólico de
Hch. 15:28–29), y es la aplicación práctica de las palabras del Señor en Mr. 7:19: “Esto decía,
haciendo limpios todos los alimentos”; compárese Hch. 10:15). La
única condición es que debe observarse “la ley del amor” (G. Kittel y G. Friedrich
(eds.), Theologisches Wörterbuch zum Neuen Testament, 1932–74; trad. ing.
Theological Dictionary of the New Testament, eds. G. W. Bromiley, 10 tomos,
1964–76 2, página(s) 379), y el cristiano debe abandonar la propia libertad de
comer tales viandas si existe la posibilidad de ser tropiezo para la conciencia
del creyente “débil’ y hacerlo caer (10:28–32), o también si la
práctica puede escandalizar a un gentil“ (10:32).
La situación que contemplan estos versículo(s)
es la aceptación, por parte de un cristiano, de una invitación a comer tales
viandas en una casa particular (10:27). En tales circunstancias el creyente
tiene libertad de comer el alimento que se le presente, sin inquirir sobre su “historia
pasada”, es decir de dónde viene, o si ha sido dedicado en algún
santuario idolátrico.
Sin embargo, si algún pagano advierte a
los presentes durante la comida diciendo:
“Esto fue
sacrificado a los ídolos” (utilizando el término pagano hierothyton), entonces debe rechazarse
el alimento, no porque esté “contaminado”, o no sea digno de consumirse,
sino porque “coloca
al que come en una posición falsa, y confunde la conciencia de otros”
(Robertson-Plummer, I Corinthians, página(s) 219), especialmente su vecino
pagano (10:29).
Esta lectura difiere de la sugerencia de
Robertson-Plummer, donde consideran que el que habla en el versículo(s) 28 es
un cristiano gentil que utiliza la terminología que empleaba antes de hacerse
cristiano; sin embargo, es mejor considerar a la persona que habla en el
versículo(s) 27 como “algún incrédulo”; y entonces las palabras del
apóstol concuerdan con el altruismo de los rabinos, que enseñaban que el judío
devoto no debe tolerar la idolatría, por el riesgo de estimular a su vecino
gentil a cometer errores, por los que él sería responsable (Aboth 5.18;
Saaanhedrin 7.4, 10).
Véase -----> Parte II.
____________
Bibliografía.
-
A Nygren, La epístola a los romanos,
1969, página(s) 364ss; C. Hodge, Comentario sobre la primera epístola a los
corintios, 1969, página(s) 125ss; este Trenchard, Primera epístola a los
corintios, 1970, página(s) 125ss.
- Comentarios
sobre 1 Co. (C. K. Barrett, J. Héring, F. F. Bruce, H. Conzelmann). Tamb. A.
Ehrhardt, The Framework of the New Testament Stories, 1964, cap(s).cap(s).
capítulo (s) 12: “Social Problems in the Early Church”, página(s) 275–290; C.
K. Barrett, NTSNTS New Testament
Studies 11, 1964–5, pp.138ss.
-
R.P.M.R.P.M. R. P. Martin, M.A., Ph.D.,
Profesor de Nuevo Testamento, Fuller Theological Seminary, Pasadena,
California, EesteUU.
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