jueves, 26 de mayo de 2016

Parte I DISCUSIÓN ACERCA DE LOS MANJARES OFRECIDOS A LOS ÍDOLOS: (1 Corintios 8:1-13; 10:14-33)

Parte I
DISCUSIÓN ACERCA DE LOS MANJARES OFRECIDOS A LOS ÍDOLOS:
(1 Corintios 8:1-13; 10:14-33)

“las viandas sacrificadas a los ídolos”


Por: Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

INTRODUCCIÓN:
Era costumbre entre los paganos celebrar banquetes con lo ofrecido en sacrificio a sus ídolos. Estas comidas se hacían en las dependencias mismas del templo. Lo que sobraba se podía comer en las casas privadas o se podían vender al público en el mercado de la ciudad 10:25).
Surgía entonces para los creyentes el siguiente caso de conciencia: ¿Podían comer  de dicha carnes en casa de algún amigo pagano o de las que se vendían en el mercado, si  sabían que había sido ofrecidas en sacrificio a los ídolos?
La pregunta que siempre nos hacen a los pastores [y demás ministros] ahora también esas demandas del apóstol Pablo a  los hermanos de corintios son válidas hoy, ya que se ha generalizado la palabra creyentes tanto a: católicos romanos, protestantes, evangélicos, y otros grupos que usan la Biblia como regla de vida, conducta moral, y guía espiritual de parte de Dios. Este estudio puede dañar [tener  más conocimiento de Dios y sus demandas] a unos, y a otros fortalecer su relación con Dios, veamos.

ÍDOLOS, CARNE OFRECIDA A: (En griego, eidolothyta). El evangelio, al trascender los límites del judaísmo, no solo afrontó la IDOLATRÍA como religión, sino también las ramificaciones de ella en la vida social del pueblo gentil. Solo una parte de las víctimas sacrificadas a los dioses se ofrecía en el templo. Lo demás se comía en un banquete cultico en los atrios de cada templo o en la casa del oferente. Había invitados. A veces la invitación era extensiva o general y en algunos casos lo que sobraba de la carne consagrada se vendía en el mercado público.
Este fenómeno social creó problemas a los cristianos primitivos. Los de Corinto pidieron consejo a Pablo al respecto (1 Cor. 8:1). Fue necesario decidir si un cristiano debía aceptar una invitación a una comida en que se servía tal carne, pues había distintas opiniones entre los hermanos.
Algunos se basaban en la libertad cristiana (1 Cor. 6:12; 10:23) y en un llamado conocimiento mayor (que un ÍDOLO no es sino la ficción de la mente humana, 1 Cor. 8:4-6) para alegar que los creyentes podían asistir a estos banquetes sin incurrir en mal alguno. Otros mantenían que al asistir a semejantes fiestas participaban en la misma idolatría, la cual se le prohibía terminantemente a los cristianos (Rom. 14:2; 15:1; 1 Cor. 8:9).
Pablo prohibió en forma indirecta, pero siempre tajante, la asistencia a un banquete que se celebrara en el templo de los ídolos (1 Cor. 10:14, 19s). Si bien estaba de acuerdo con los que afirmaban tener "conocimiento" de que el ídolo no es nada, insistió en que detrás de la idolatría hay poderes con los que no es aconsejable jugar (DEMONIOS).
Pero en cuanto a carnes ofrecidas a los ídolos y posteriormente vendidas en el mercado común, Pablo afirma que no hay que sentir escrúpulos de conciencia, puesto que en la carnicería tales carnes ya no tienen significado religioso, sino que forman parte de las cosas creadas por Dios para bien nuestro (1 Cor. 10:25s).
Lo mismo rige en cuanto a carne servida en una comida social en casa de amigos aunque se haya ofrecido con anterioridad en el templo. Pero hay una excepción a la regla: si el anfitrión abiertamente anuncia que la que se sirve es carne ofrecida a ídolos, el huésped cristiano debe rehusar, pero no por el daño que pueda ocasionarse él mismo, sino para evitar escándalo o falsa impresión (1 Cor. 10:27-30).
Sobre todo, el cristiano debe pensar más en el bien del prójimo que en el suyo y estar dispuesto a echar a un lado su libertad si el usarla puede dañar u ofender al hermano débil (8:12s; 10:24, 31ss). Veamos algunas palabras etimológicas de ver la idolatría.

1.      Etimología: EN EL ANTIGUO TESTAMENTO: ÍDOLO.
terapîm = (תְּרָפִים, H8655), «ídolo; ídolo doméstico; máscara cultica; símbolo divino». Este vocablo se ha prestado a la lengua hitita-hurrita (tarpish) que en semítico occidental adquiere la forma básica de tarpi. Su significado fundamental es «espíritu» o «demonio». El término figura en hebreo bíblico 15 veces, etc... (VINE).

Etimología: Adorar: A Dios, dioses e ídolos.
shajah = (שָׁחָה, H7812), «adorar, postrarse, bajarse, inclinarse». Esta palabra se encuentra en el hebreo moderno con el sentido de «inclinarse o agacharse», pero no en el sentido general de «adorar». El hecho de encontrarse más de 170 veces en el Antiguo Testamento demuestra un poco de su significado cultural. Lo encontramos por primera vez en Génesis 18:2 en donde Abraham «se postró en tierra» delante de los tres mensajeros que le anunciaron que Sara tendría un hijo.
Otros dioses e ídolos también son objetos de adoración, postrándose delante de ellos (Véase, Isaías 2:20; 44:15; 44:17). (VINE).

Etimología: EN EL NUEVO TESTAMENTO: ÍDOLO.
IDÓLATRA, IDOLATRÍA.
A. Adjetivos.
1. eidololatres = (εἰδωλολάτρης, G1496), idólatra (de eidolon = ídolo; véase más adelante; y latris = asalariado). Se halla en 1 Cor.5:10-11; 6:9; 10:7. La advertencia es para poner en guardia a los creyentes a no apartarse de Dios en pos de la idolatría, tanto «abierta como secretamente, consciente o inconscientemente» (Cremer) (Ef.5:5; Ap.21:8; 22:15).
2. kateidolos = (κατείδωλος, G2712). (VINE).

B. Nombre.
eidololatria = (o –eia ) (εἰδωλολατρία, G1495) , de donde procede el término castellano, idolatría (de eidolon , ídolo; latreia , servicio). Se encuentra en 1 Cor.10:14; Gal.5:20; Col.3:5; y en forma plural, en 1 P.4:3.
Los sacrificios paganos eran ofrecidos a los demonios (1 Cor.10:19). Había una horrible realidad en la copa y mesa de los demonios y en la comunión con los demonios que ello involucraba. En Rom.1:22-25, se asocian la idolatría, el pecado de la mente contra Dios (Ef.2:3) y la inmoralidad (los pecados de la carne), y son relacionados con la falta de reconocimiento de Dios y de gratitud hacia él. Un idólatra es un esclavo de las depravadas ideas que representa su ídolo (Gal.4:8-9); y por ello, de concupiscencias diversas (Tito 3:3). (Véase Notes on Thessalonians, por Hogg y Vine, p. 44.)

ÍDOLOS (OFRECIDO A, SACRIFICADO A).
1. eidolothutos = (εἰδωλόθυτος, G1494) (eidolon = véase, y thuo = sacrificar). Es un adjetivo que significa sacrificado a ídolos (Hech.15:29; 21:25; 1 Cor.8:1; 8:4; 8:7; 8:10; 10:19; Ap.2:14; 2:20, donde, en este último versículo, la rv traduce «cosas ofrecidas a los ídolos»). En tr este adjetivo aparece en 1 Cor.10:28, véase Nº 2. La carne de las víctimas, después del sacrificio, se comía directamente en el Templo o se vendía en carnicerías.
2. jierothutos = (ἱερόθυτος, G2410): «sacrificado a los ídolos» en la rvr en 1 Cor.10:28 (jieros = sagrado, y thuo = sacrificar). Se encuentra en los mss. Más comúnmente aceptados en lugar del Nº 1. (VINE).

ÍDOLO.
eidolon = (εἴδωλον, G1497), primariamente un fantasma o semejanza (de eidos = apariencia, lit: aquello que es visto), o una idea, imaginación. Denota en el NT: (a) un ídolo, una imagen para representar a un dios falso (Hech.7:41; 1 Cor.12:2; Ap.9:20); (b) el dios falso adorado en una imagen (Hech.15:20; Rom.2:22; 1 Cor.8:4; 1 Cor.8:7; 10:19; 2 Cor.6:16; 1 Ts.1:9; 1 Jn.5:21).
«El término hebreo correspondiente denota «vanidad» (Jeremías 14:22; 18:15); «cosa de nada» (Levíticos 19:4, cf. Ef.4:17). Así, aquello que representaba una deidad para los gentiles, para Pablo era una «vanidad» (Hech.14:15); «nada en el mundo» (1 Cor.8:4; 1 Cor.10:19). A los ídolos Jeremías los llama «espantapájaros» (rvr77; la traducción de rv y rvr no se ajusta al original), e Isaías (1 Cor.44:9-20, etc.) y Habacuc 2:18.


Según el Almanaque Mundial de 1978, el 23% de la población del mundo entero es cristiana. Este incluye denominaciones. Si elimina a todos, menos a los verdaderos cristianos sólo Dios sabe que tan pequeño es el número restante.


Tema I

ÍDOLOS, VIANDAS SACRIFICADAS A LOS ÍDOLOS, ENFOQUE BÍBLICO:
(1 Corintios 8:1-13; 10:14-33)
Entre las consultas que los corintios le hicieron al apóstol Pablo estaba la concerniente a “las viandas sacrificadas a los ídolos”, frase que representa un término griego, eidoµlothyta. Pablo trata este tema en 1 Cor. 8:1–13 y 10:14–33.

Primeramente es necesario bosquejar los antecedentes relativos a la pregunta de los corintios.

1.1.   Los Antecedentes:
En el antiguo sistema de sacrificios, centro no solamente de la vida religiosa del mundo grecorromano de los siglos I, sino también de la vida social y doméstica, sólo parte del sacrificio se presentaba al dios en el templo.
Al sacrificio seguía una comida cultica en la que se consumía el resto del alimento consagrado, ya sea en el recinto del templo o en la casa. A veces se mandaba al mercado lo que quedaba, para su venta (1 Cor. 10:25).

Hay antecedentes de la práctica de comer en el templo en los conocidos papiros de Oxirrinco, que según Lietzmann tienen “un extraordinario paralelo” con la referencia de 1 Cor. 10:27: “Queremón te invita a cenar en la mesa de Serapis (el nombre de la deidad) en el serapeo, mañana 15 a hora novena” (= 3 de la tarde) (citada y analizada en el ensayo de Chan-Hie Kim, “The Papyrus Invitation = La Invitación del Papiro”, Journal of Biblical Literature, 94, 1975, página(s) 391–402). Una invitación a una comida de esta naturaleza, sea en el templo o en una casa particular, indudablemente sería un acontecimiento común en la vida social de la ciudad de Corinto, y presentaría un serio problema para el creyente que fuese invitado. Seguramente que otros aspectos de la vida en un centro tan cosmopolita se verían afectados por la actitud de los cristianos con respecto a la carne ofrecida a los ídolos.
Tendría que considerarse si se debía ir a los festivales públicos que empezaban con cultos y sacrificios paganos. El ser miembro de un gremio o asociación profesional, y, en consecuencia, toda la posición comercial de la persona, como también su participación en la vida pública, estaba todo en juego, ya que el ser miembro acarreaba la necesidad de sentarse “a la mesa en un lugar de ídolos” (1 Cor. 8:10).
Aun las compras diarias en el mercado podían presentar un problema al cristiano responsable en Corinto. Como mucha de la carne disponible iba del templo, por mano de sus funcionarios, a los carniceros para ser puesta en venta, se presentaba la siguiente cuestión: ¿Podía comprar dicha carne el ama de casa cristiana, carne que provenía de animales sacrificados y que, en consecuencia, seguramente estaban libres de defectos, y que bien podía ser la de mejor calidad en el mercado? Además, había banquetes gratuitos en el templo, una verdadera oportunidad para los pobres. Si de 1 Cor. 1:26 inferimos que algunos de los miembros de la iglesia corintia pertenecían a las clases más necesitadas, se trataba de una cuestión práctica determinar si estaban en libertad de concurrir a dichos banquetes.

1.2.   Reacciones Diferentes:
Las opiniones de la iglesia estaban sumamente divididas. Un grupo, en nombre de la libertad cristiana (6:12; 10:23; compárese 8:9), y sobre la base de un supuesto nivel superior de conocimiento (gnosis, 8:1–2), no veía nada de malo en aceptar una invitación a una comida cultica, y no encontraban razón alguna por la cual no se pudiera comprar y comer alimentos que habían sido previamente dedicados en el templo.

La Justificación De Esta Actitud De Sincretismo Religioso Era Que:
·      Primero, la comida en el templo no era más que una reunión social. Opinaban que no tenía ninguna significación religiosa.
·      En segundo lugar, parecería que opinaban que de todos modos los dioses paganos eran inexistentes. “Un ídolo nada es en el mundo, y no hay más que un Dios”, era el argumento que presentaban en su defensa (8:4; citado probablemente de la propia carta de los corintios a Pablo).

Por otra parte, el grupo “débil” (8:9; compárese Rom. 15:1) veía la situación de manera diferente. Al aborrecer aun la más leve sospecha de idolatría, pensaban que los demonios que se encontraban por detrás del ídolo todavía ejercían su influencia maligna en las viandas y las “contaminaban”, haciéndolas así impropias para el consumo por parte de los creyentes (8:7; compárese Hch. 10:14).

1.3.   La Respuesta De Pablo:
Pablo comienza a responder la pregunta de la iglesia de Corinto expresando su acuerdo con la proposición de que “no hay más que un Dios” (8:4). Pero inmediatamente aclara esta confesión explícita de su monoteísmo, recordando a sus lectores que existen los llamados dioses y señores que ejercen influencia demoníaca en el mundo. Acepta, sin embargo, que “para nosotros”, que sólo aceptamos un Dios y Señor, el poder de dichos demonios ha sido superado por la cruz, de modo que los corintios ya no tienen que estar sujetos a ellos (compárese Col. 2:15–16; Gál. 4:3, 8–9).
No todos los creyentes corintios habían encontrado esa libertad en Cristo, por lo que era necesario considerar su caso y no herir su conciencia débil con una acción indiscreta (8:7–13). El apóstol tiene algo más serio que decir a este respecto, y vuelve a ello después de una digresión en el capítulo  9.

Se ocupa del peligro de la idolatría en 10:14ss. Estos versículo(s) son una exposición del significado profundo de la mesa del Señor a la luz de la comunión en el cuerpo y la sangre de Cristo (10:16); de la unidad de la iglesia como cuerpo de Cristo (10:17); del hechizo que los demonios ejercen sobre los que les ofrecen culto en los festines en honor a los ídolos, y que los lleva a entrar en alianza con los demonios (10:20); y de la imposibilidad de una doble fidelidad, que representaría el querer compartir la mesa del Señor y la de los demonios (10:21–22). (Cena del Señor).

Por lo tanto, en esta sección, el apóstol adopta una actitud seria con respecto a lo que significa concurrir a los banquetes idólatras (compárese 10:14). De acuerdo con la enseñanza rabínica, posteriormente codificada en el opúsculo de la Misná ‘Abodah Zarah (“Culto extraño”), prohíbe en forma absoluta el consumo de alimentos y bebidas en templos dedicados a ídolos (10:19–20; compárese Ap. 2:14) debido a que, como decían los rabinos, “un cadáver profana por la sola sombra que proyecta, de la misma manera, un sacrificio idólatra profana con su sombra”, es decir que el estar bajo un techo pagano, y tener contacto con ellos hace ritualmente impura a la persona. Véase la Misná en la edición de Danby, página(s) 649, n.n. nota 3.

Pero con respecto a viandas que previamente fueran ofrecidas en el templo y que posteriormente se entregan al consumo, Pablo afirma que están permitidas sobre la base de Salm. 24:1 (1 Cor. 10:25ss). Aunque esas viandas hayan sido dedicadas en el templo y estén a la venta en el mercado, pueden ser consumidas en virtud de haber sido creadas por Dios (1 Tim. 4:4–5).
Esto claramente se aleja de las reglas ceremoniales de los rabinos (e indudablemente también del decreto apostólico de Hch. 15:28–29), y es la aplicación práctica de las palabras del Señor en Mr. 7:19: “Esto decía, haciendo limpios todos los alimentos”; compárese Hch. 10:15). La única condición es que debe observarse “la ley del amor” (G. Kittel y G. Friedrich (eds.), Theologisches Wörterbuch zum Neuen Testament, 1932–74; trad. ing. Theological Dictionary of the New Testament, eds. G. W. Bromiley, 10 tomos, 1964–76 2, página(s) 379), y el cristiano debe abandonar la propia libertad de comer tales viandas si existe la posibilidad de ser tropiezo para la conciencia del creyente “débil’ y hacerlo caer (10:28–32), o también si la práctica puede escandalizar a un gentil“ (10:32).
 La situación que contemplan estos versículo(s) es la aceptación, por parte de un cristiano, de una invitación a comer tales viandas en una casa particular (10:27). En tales circunstancias el creyente tiene libertad de comer el alimento que se le presente, sin inquirir sobre su “historia pasada”, es decir de dónde viene, o si ha sido dedicado en algún santuario idolátrico.
Sin embargo, si algún pagano advierte a los presentes durante la comida diciendo: “Esto fue sacrificado a los ídolos” (utilizando el término pagano hierothyton), entonces debe rechazarse el alimento, no porque esté “contaminado”, o no sea digno de consumirse, sino porque “coloca al que come en una posición falsa, y confunde la conciencia de otros” (Robertson-Plummer, I Corinthians, página(s) 219), especialmente su vecino pagano (10:29).
Esta lectura difiere de la sugerencia de Robertson-Plummer, donde consideran que el que habla en el versículo(s) 28 es un cristiano gentil que utiliza la terminología que empleaba antes de hacerse cristiano; sin embargo, es mejor considerar a la persona que habla en el versículo(s) 27 como “algún incrédulo”; y entonces las palabras del apóstol concuerdan con el altruismo de los rabinos, que enseñaban que el judío devoto no debe tolerar la idolatría, por el riesgo de estimular a su vecino gentil a cometer errores, por los que él sería responsable (Aboth 5.18; Saaanhedrin 7.4, 10).
Véase -----> Parte II.
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Bibliografía.
-  A Nygren, La epístola a los romanos, 1969, página(s) 364ss; C. Hodge, Comentario sobre la primera epístola a los corintios, 1969, página(s) 125ss; este Trenchard, Primera epístola a los corintios, 1970, página(s) 125ss.
-  Comentarios sobre 1 Co. (C. K. Barrett, J. Héring, F. F. Bruce, H. Conzelmann). Tamb. A. Ehrhardt, The Framework of the New Testament Stories, 1964, cap(s).cap(s). capítulo (s) 12: “Social Problems in the Early Church”, página(s) 275–290; C. K. Barrett,   NTSNTS New Testament Studies 11, 1964–5, pp.138ss.

-  R.P.M.R.P.M. R. P. Martin, M.A., Ph.D., Profesor de Nuevo Testamento, Fuller Theological Seminary, Pasadena, California, EesteUU.

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