lunes, 23 de mayo de 2016

Parte II LA INTERCESIÓN: (Romanos 8:34)

Parte II
LA INTERCESIÓN:
(Romanos 8:34)

Saulo, que después sería conocido como el Apóstol Pablo, jamás pensó que estuvieran persiguiendo al Señor; sólo hostigaba a la Iglesia. Sin embargó, el Señor no le preguntó por qué perseguía a su pueblo; Sino porque le acosaba a Él.

Somos el cuerpo de Cristo; y lo que sentimos como miembros suyos Él también lo siente como nuestra cabeza. El daño y el sufrimiento nunca se han experimentado en la superficie de una herida; el verdadero dolor se siente en el Cerebro, que está situado en la cabeza. El Cerebro puede proyectar ese dolor a la parte del cuerpo que sufre el daño de que ésta haga los ajustes oportunos.

Eso Mismo Sucede Con El Cuerpo De Cristo:
1)      Lo que nosotros sentimos, lo siente Él igualmente;
2)      Si sufrimos, él también sufre, aunque, como cabeza, su sufrimiento es más intenso.

Es cierto que los más próximos a nosotros son los que más nos pueden herir; y lamentablemente, algunos cristianos vuelven al mundo después de rechazar a nuestro precioso Salvador que murió por ellos. En hebreos dice: “Crucificando…” (Heb.6:6). Por lo tanto, Cristo vuelve a sufrir el dolor que experimentó en la Cruz cada vez que un creyente se vuelve al mundo.

D.     ¿Por Qué Puerta Entramos A La Intercesión?
Sólo el Señor, puede abrir una puerta que ha estado cerrada al evangelio (2 Cor. 2:12) “… se me abrió Puerta es el Señor…”.

¿Cómo Podemos Abrir Las Puertas De La Fe y De la Oportunidad?

Ya hemos visto que el Señor es quien debe hacerlo, sin embargo, Dios nos ha hecho miembros de su cuerpo; lo que significa que la Cabeza ha optado por funcionar mediante los miembros que tiene en la tierra. De modo que necesitamos la intercesión para oponernos a las fuerzas espirituales cerrada las puertas.
Una vez que las oraciones despejan el camino, Cristo puede abrir la puerta y salvar a toda una ciudad, nación o raza. Pablo confirma esto: (Cols.4:3).
El Señor no sólo quiere abrir a su pueblo puertas de la oportunidad para predicar el evangelio, sino también de revelación y conocimiento. Estas también son necesarias. El Señor repite continuamente: “El que tiene oído, oiga”. Esta expresión, dirigida a las Iglesias (Ap.2 y 3), indica que muchas veces no comprendemos lo que oímos. Hay que abrir las puertas del entendimiento para que nuestra mente pueda captarlo que Dios desea revelarnos: “… y he aquí una puerta[5]…” (Ap. 4:1, 2).

3.      USTED ES UN SOLDADO* [Guerrero]:

*stratiotes = (στρατιώτης, G4757), soldado. Se utiliza:
(a) en sentido natural (p.ej., Mateo 8:9; 27:27; 28:12; Marcos 15:16; Lucas 7:8; 23:36); seis veces en Juan; trece veces en Hechos; no se usa más en este sentido en el NT.;
(b) metafóricamente, de uno que soporta penalidades por causa de Cristo (2 Tim.2:3).

Dios quiere que todos sus hijos sean soldados dispuestos a la Batalla, usted puede desarrollar su propia vida de oración  hasta el punto de que Dios le cuente indudablemente entre sus verdaderos soldados [guerrero] de Intercesores; siempre se piensa que uno tiene que tener una postura pentecostal o carismática para usar estos términos pero no es así; la iglesia nunca a tenido un nombre [o camiseta, o denominación] para interceder por una necesidad:

A.           Equipado Para Ser Soldado:
En  (Ef. 6: 10, 11, 13), encontramos la Armadura de nuestra milicia:

Debidamente armados y vigilantes para el combate, 6:13-18.
Pablo instruye a los cristianos acerca de cómo vestirse para permanecer firmes ante el enemigo y sus huestes. El estado de preparación que él describe requiere que el creyente esté debidamente uniformado y equipado.
Hay seis partes que se debe poner o tomar para estar preparado, que son: el cinturón, la coraza, el calzado, el escudo, el casco y la espada. Cada parte cumple con una función estratégica en la protección del soldado. El apóstol Pablo estuvo muy familiarizado con la vestimenta y armadura de un soldado romano porque estaba vigilado día y noche por soldados que tomaron turno para guardarlo. Cada prenda o pieza que Pablo menciona la usa como figura dándole un significado espiritual:

1)      Ceñidos con el cinturón de la verdad (v. 14a) alude al hecho de fajarse bien con un cinto ancho de cuero que servía para ajustar la túnica, proteger la parte posterior del cuerpo (los lomos) y sostener la vaina que portaba la espada. El cinturón también dejaba libres las manos para otras cosas.
Cinturón: G402 περιζώννυμι = perizónnumi: de G4012 y G2224; fajar todo alrededor, i. e. (voz media o pasiva) sujetar el cinturón de uno (literalmente o figurativamente):- ceñir. (Strong).
·         Verdad aquí representa la sinceridad o integridad con que vive el cristiano. También podrá significar la fe del creyente en Cristo quien es la verdad (Jn.14:6) y la verdad de la Palabra de Dios (Jn.17:17) en el creyente que le protegen contra cualquier mentira o engaño que el diablo intente usar en su contra.
 
2)      Después del cinturón el soldado cristiano se pone la coraza de justicia (v. 14b). La coraza era la armadura que protegía el busto y fue hecha de cuero, metal o madera. Cubría el pecho y a veces la espalda donde se encuentran el corazón y otras partes vitales del cuerpo.
Coraza: G2382 θώραξ = dsórax: de afinidad incierta;  pecho («tórax»), i. e., (por implicación) coselete, faja:- coraza. (Strong).
·         En este contexto, la coraza es la justicia perfecta de Dios en Cristo Jesús que protege al cristiano al haberlo justificada de sus pecados; ya no hay ninguna condenación contra él (Rom.8:1; 8:33-34). Cuando venga el calumniador con sus acusaciones, la coraza de justicia es la defensa del creyente (Rom.3:24; Rom.5:1; 5:9). La justicia de Dios como una coraza cubre y protege las áreas vitales de la vida espiritual del creyente.

3)      Un soldado tenía que tener libertad para moverse: Por esto los pies tenían que estar bien calzados. En el caso de los soldados romanos, generalmente llevaban puestas sandalias con suelas de cuero grueso y correas que se amarraban alrededor de los tobillos. Estas facilitaban el movimiento rápido y la agilidad, además de proteger los pies.
Calzado: G5265 ποδέω = jupodéo: de G5259 y G1210; sujetar bajo los pies de uno, i. e. ponerse zapatos o sandalias:- atar, calzar.
·         El calzado del creyente es la preparación para proclamar el evangelio de paz (v. 15). Los cristianos tienen que estar preparados con el evangelio de paz y prestos para anunciarlo.
·         La paz interior que viene de conocer a Cristo y estar reconciliados con Dios produce en los creyentes el deseo de llevarla a los que no la tienen. El calzado es la prenda misionera de los cristianos y bien podría representar la verdadera ofensiva de esta contienda contra Satanás.

4)      Pablo introduce la próxima parte: y sobre todo que puede entenderse “además de todo esto”. El resto de la armadura sin la parte que ahora menciona no sería eficaz. El escudo, generalmente hecho de madera cubierta de cuero, era grande y liviano para maniobrarlo fácilmente. Servía para interceptar y apagar los dardos cubiertos de una sustancia inflamable y evitar ser alcanzados por ellos. Era necesario en el combate. De esta misma manera, el escudo de la fe sirve al creyente cuando arrecia la batalla y el enemigo comienza a asaltarlo con armas destructivas. Los dardos de fuego fueron usados para incendiar las puertas y los edificios, y aun la ropa de las personas.
Escudo: G2375 θυρεός = dsureós: de G2374; escudo grande (como de forma de puerta):- escudo.
·         El maligno es cruel y pertinaz en su asalto contra el cristiano y procura destruirlo de cualquier modo. El escudo de la fe es una confianza absoluta en Cristo, nuestro adalid. Es el único armamento indicado para la defensa en tales asaltos.

5)      Concluyendo la lista Pablo advierte: Tomad también el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios (v. 17). El uniforme sería incompleto sin el casco que protege la cabeza, y el armamento insuficiente sin la 
espada. Con la cabeza descubierta el soldado es vulnerable a los golpes que le propina el enemigo. Pablo urge al creyente a aceptar y llevar puesta la salvación como un casco protector.

Casco: G4030 περικεφαλαία = perikefalaía: femenino de un compuesto de G4012 y G2776; rodear en círculo la cabeza, i. e. casco, yelmo:- yelmo.
·         Hay que confiar en la gracia salvadora de Cristo y no dudarla. El que duda de su salvación o se siente incierto de ella será como un soldado que no ha llevado su casco, expuesto a los golpes que da el diablo. El casco era hecho de algún metal que podría resistir y amortiguar los golpes. La salvación que tiene el creyente en Cristo es una protección que puede resistir los golpes de duda e incertidumbre del adversario.

6)      La única arma ofensiva que Pablo menciona es la espada, pero ésta basta: Las espadas empleadas por los soldados romanos estaban hechas de metales templados y afilados, fuertes y cortantes. Pablo compara la Palabra de Dios con una espada, pero no es una espada común y corriente.

Espada: G3162 μάχαιρα = májaira: probablemente femenino de un derivado presunto de G3163; cuchillo, i. e. puñal; figurativamente guerra, castigo judicial:- espada. (Strong).
·         Es la espada que el Espíritu suministra al creyente. La Palabra de Dios en las manos del creyente es el arma que el Espíritu le ha dado para ser usada como una espada filosa cuando es atacado por el diablo. Ante ella Satanás huye como hizo cuando Jesús usaba la Palabra de Dios durante las tentaciones en el desierto (Mt.4:1-11).
·         Tres veces dijo Jesús escrito está. La Biblia es la única arma ofensiva que necesitan el cristiano y la iglesia para hacer correr a Satanás y sus huestes. No necesitamos otro libro, ni argumentos humanos, ni ideas brillantes; solamente la Biblia, la Palabra autoritativa de Dios. A la vez, la Biblia es un arma defensiva, porque en ella hay una reserva inagotable de consejos y consuelos para sostenernos en el calor de la batalla. Para ser eficaz en cualquier situación, tiene que ser tomada y usada por el creyente.

Todavía falta algo más, la oración. Hay dos cosas necesarias en esta batalla espiritual:
§  el armamento apropiado, y
§  la oración.

Oración: G4336 προσεύχομαι = proseújomai: de G4314 y G2172; orar a Dios, i. e. suplicar, adorar:- hacer oración, orar, pedir.
Orar: G4335 προσευχή = proseujé: de G4336; oración (adoración); por implicación oratorio (capilla):- oración, orar fervientemente. (Strong).
Ef. 6:18: προσευχόμενοι6   proseuchomenoi G4336  orando  ν en G1722  en  παντ8   panti G3956 todo  καιρ9   kairô G2540  tiempo  δι1   dia G1223  con  πάσης2   pasês G3956  toda  προσευχς3   proseuchês G4335  oración  κα4   kai G2532  y  δεήσεως5   deêseôs G1162  súplica  ν10   en G1722  en  →  el  Ρνεύματι11   Pneumati G4151  Espíritu,  κα12   kai G2532  y  τοτο15   touto G5124  •  γρυπνοντες16   agrypnountes G69  velando  ες13   eis G1519  en  ατ14   auto G846  ello  ν17   en G1722  con  πάσ18   pasê G3956  toda  προσκαρτερήσει19   proskarterêsei G4343  perseverancia  κα20   kai G2532  y  δεήσει21   deêsei G1162  súplica  περ22   peri G4012  por  πάντων23   pantôn G3956  todos  τν24   tôn G3588  los  γίων25   hagiôn G40  santos. (Interlineal RV1960).

El soldado, por más que esté equipado y entrenado, si no se mantiene en contacto con su comandante no va a poder luchar bien.
La oración es el medio de comunicación del cristiano con su alto comandante, Dios. Por ella recibimos dirección y consejos, y por ella comunicamos necesidades y problemas. Pablo señala dos características de esta comunicación espiritual:
·      Primero dice: Orando en todo tiempo en el Espíritu con toda oración y ruego (v. 18a). Esta manera enfática de Pablo acentúa la importancia de la oración. En todo tiempo en el Espíritu significa constantemente y en cualquier circunstancia con la ayuda del Espíritu Santo. Hay veces en que es difícil orar o no sabemos exactamente cómo orar o para qué pedir. El Espíritu interviene y nos ayuda. Pablo emplea dos términos casi sinónimos aquí, pero uno, oración, es más general, mientras el otro, ruego, es más específico como petición.
·      Segunda: característica de la oración se expresa con las palabras: vigilando con toda perseverancia y ruego por todos los santos (v. 18b). Esto describe la constancia e intensidad de la oración. Vigilar implica mantenerse atento y no descuidarse. Cuando las cosas van bien es fácil descuidar la oración, pero cuando arrecia la batalla, todos oran. El objeto de esta oración no es uno mismo en su pequeña estación de batalla, sino todos los santos que están ocupando sus puestos fielmente y necesitan el apoyo de la oración intercesora para que no haya brecha en la línea de defensa.
Ningún soldado batalla a solas, hay otros compañeros cercanos y lejanos, algunos conocidos y muchos desconocidos, pero todos necesitan de las oraciones de sus hermanos.

Concluyo:
Interceder, entre otras palabras sinónimas. Cuando oramos, estamos en la posición de aquellos que tienen un indiscutible acceso al rey para hacerle sus peticiones; estamos ante un rey. Esto manifiesta el enorme privilegio del que ora y, al mismo tiempo, el enorme poder de la oración.
Tenemos el privilegio de poder estar en presencia del Rey de reyes; y cuando comparecemos ante él, todo su poder y grandeza nos respaldan para procurarnos recursos. La oración es nada menos que llegar hasta la presencia del Omnipotente para disponer de los recursos del Eterno.

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Bibliografía:
[1] parakletos = (παράκλητος, G3875), lit., llamado al lado de uno, en ayuda de uno, es principalmente un adjetivo verbal, y sugiere la capacidad o adaptabilidad para prestar ayuda. Se usaba en las cortes de justicia para denotar a un asistente legal, un defensor, un abogado; de ahí, generalmente, el que aboga por la causa de otro, un intercesor, abogado, como en 1 Jn.2:1, del Señor Jesús. En su sentido más amplio, significa uno que socorre, que consuela. Cristo fue esto para sus discípulos, por la implicación de sus palabras «otro (allos, otro de la misma clase, no jeteros, diferente) Consolador», al hablar el Espíritu Santo (Juan 14:16). En 14:26; 15:26; 16:7 le llama «el Consolador». «Consolador» se corresponde con el nombre əMenahemª, que dan los hebreos al Mesías.
Nota: El verbo parakaleo (véase A, Nº l) se traduce como consolación en Mateo 5:4: «recibirán consolación».
[2] arquiereus = (ἀρχιερεύς, G749), sacerdote principal, sumo sacerdote (arque = primero; jiereus = sacerdote). Es frecuente en los Evangelios, Hechos y Hebreos, pero solo en estos libros en el NT. Se usa de Cristo (p.ej., en Heb. 2:17; 3:1); de sacerdotes principales, incluyendo a ex-sumos sacerdotes y a miembros de sus familias (p.ej., Mateo 2:4; Maros 8:1). Véase SUMO SACERDOTE para un tratamiento extenso.
arquiereus = (ἀρχιερεύς, G749), designa:
(a) a los sumos sacerdotes del sistema levítico, frecuentemente llamados «príncipes de los sacerdotes» en el NT, e incluyendo a ex-sumos sacerdotes y miembros de familias sumo-sacerdotales (p.ej., Mt.2:4; 16:21; 20:18; 21:15); en singular, un sumo sacerdote, p.ej., Abiatar (Marcos 2:26); Anás y Caifás (Lucas 3:2), donde la vm traduce con mayor propiedad «bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás» (cf. Hech.4:6). En cuanto a la combinación de ellos dos a este respecto, Anás fue sumo sacerdote desde el 7 al 14 d.C., y, en el tiempo al que se hace referencia, hacía ya algunos años que había sido depuesto; su yerno Caifás, el cuarto sumo sacerdote desde su deposición, fue designado alrededor del 24 d.C. Que Anás todavía fuera llamado el sumo sacerdote recibe su explicación por los siguientes hechos:
(1) que por la ley de Moisés el sumo sacerdocio se mantenía toda la vida (Num.35:25); su deposición fue el acto caprichoso de un procurador romano, pero legal y religiosamente seguía siendo considerado como sumo sacerdote por parte de los judíos;
(2) que probablemente siguiera ejerciendo el cargo de vicepresidente del sanedrín (cf. 2 R.25:18);
(3) que era un hombre cuya edad, riqueza y relaciones familiares le daban una influencia preponderante, mediante lo cual seguía manteniendo las riendas del verdadero poder sacerdotal; en verdad, para esta época el sumo sacerdocio estaba en poder de un grupo de alrededor de media docena de familias; el lenguaje de los escritores de los Evangelios armoniza con este hecho, al atribuir el sumo sacerdocio más a una casta que a una persona; los sumos sacerdotes eran, en aquel período, meras marionetas de las autoridades romanas, que los cesaban a voluntad, con el resultado de que el título se utilizaba con menor rigor que en tiempos anteriores.
La institución divina del sacerdocio culminaba en el sumo sacerdote, siendo su deber representar a todo el pueblo (p.ej., Lv.4:15-16; cap.16). Las características de los sumos sacerdotes se enumeran en Heb.5:1-4; 8:3; 9:7; 9:25; en algunos mss., en 10:11; 13:11; en estos pasajes, rv traduce «pontífice» en lugar de «sumo sacerdote» (rvr); en Juan 11:49, etc., la rv traduce «sumo pontífice», en lugar de «sumo sacerdote» (rvr).
(b) Cristo es presentado en relación con ello en la Epístola a los Hebreos, donde es llamado «un sumo sacerdote» (Juan 4:15; 5:5; 5:10; 6:20; 7:26; 8:1; 8:3; 9:11); en 4:14: «un gran sumo sacerdote»; 10:21: «un gran sacerdote»; «misericordioso y fiel sumo sacerdote» (2:17); «el apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión» (3:1); «sumo sacerdote según el orden de Melquisedec» (5:10). Uno de los grandes objetivos de esta Epístola es exhibir la superioridad del sumo sacerdocio de Cristo como perteneciente a un orden diferente de y superior al aarónico, en el sentido de que él es el Hijo de Dios (véase especialmente 7:28), con un sacerdocio del orden de Melquisedec. Se destacan siete características sobresalientes de su sacerdocio:
(1) su carácter (5:6,10);
(2) su comisión (5:4,5);
(3) su preparación (2:17; 10:5);
(4) su sacrificio (8:3; 9:12, 14, 27, 28; 10:4-12);
(5) su santuario (4:14; 8:2; 9:11, 12, 24; 10:12,19);
(6) su ministerio (2:18; 4:15; 7:25; 8:6; 9:15, 24);
(7) sus efectos (2:15; 4:16; 6:19,20; 7:16,25; 9:14,28; 10:14-17, 22, 39; 12:1; 13:13-17).
Nota: El adjetivo arquieratikos, sumo-sacerdotal, se emplea en Hech.4:6, traducido «de los sumos sacerdotes» (rv: «sacerdotal»).
arquiereus = (ἀρχιερεύς, G749) , denota tanto a los principales sacerdotes, incluyendo a ex-sumos sacerdotes y a miembros de las familias sumo sacerdotales (p.ej., Mateo 2:4; 16:21; 20:18; 21:15) como, en singular, al sumo sacerdote. Para una consideración extensa de este término, véase SUMO SACERDOTE.
Nota: Para el adjetivo arquieratikos (Hech.4:6), perteneciente al sumo sacerdocio, véase SUMO SACERDOTE.
[3] amen = (אָמֵן, H543), «verdaderamente; genuinamente; amén; que así sea». El término se usa 30 veces como adverbio. La Septuaginta lo traduce una vez como «verdaderamente» (lethinos); tres veces lo translitera «amén»; en las ocasiones restantes la traducción es «que así sea» (genoito). Por lo general, este vocablo hebreo se usa como respuesta afirmativa a las condiciones o términos de una maldición (cf. Deut.29:15-26).
Mientras que el término significa aceptación voluntaria de las condiciones de un pacto, a veces se pronuncia el bajo coerción. Aunque este fuera el caso, quien no pronunciaba el «amén» recibía todo el peso de la maldición. De esta manera, él era una afirmación de un pacto; este es su significado la primera vez que se usa en Num.5:22. Las generaciones siguientes reafirmarían el pacto pronunciando su (Neh.5:1-13).
En 1R.1:36, no tiene que ver con pacto. Funciona como un asentimiento a una declaración recién pronunciada: «Benaías hijo de Joiada respondió al rey diciendo: ¡Amén! Así lo diga Jehová, Dios de mi señor el rey». Sin embargo, el contexto demuestra que el de Benaías iba más allá de un simple asentimiento verbal; le comprometía a cumplir con la voluntad del rey David. Mediante esta palabra se involucraba en hacer lo que indirectamente David le pidió (cf. Neh.8:6).
[4]  jorama = (ὁραμα G3705) aquello que es visto (jorao), denota:
      (a) un espectáculo (Mt.17:9; Hech.7:31);
      (b) una aparición, visión (Hech.9:10,12, TR; 10:3, 17,19; 11:5; 12:9; 16:9,10; 18:9).
[5] thura = (θύρα, G2374), puerta. Se utiliza:
(a) literalmente (p.ej., Mateo 6:6; 27:60);
(b) metafóricamente, de Cristo (Juan 10:7; 10:9); de la fe, por la aceptación del evangelio (Hech.14:27); de oportunidades para la predicación y enseñanza de la Palabra de Dios (1 Cor.16:9; 2 Cor.2:12; Col.4:3; Ap.3:8); de entrada en el Reino de Dios (Mateo 25:10; Lucas 13:24-25); de la entrada de Cristo en el corazón arrepentido de un creyente (Ap.3:20); de la inminencia de la Segunda Venida de Cristo (Mateo 24:33; Marcos 13:29; cf. Stg.5:9); del acceso a la contemplación de visiones relacionadas con los propósitos de Dios (Ap.4:1). Se traduce «entrada» en Mateo 27:60; Maros 16:3, en ambos casos de la entrada a un sepulcro.
-  e-Sword-the. LEDD.
-  Por: Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 26//04//2016.



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