Por: Pastor: Carlos Ramírez Jiménez
NOTA. V.12: Muchas cosas… pero ahora no
las podéis sobrellevar. Estas cosas resultarían claras después de la
Resurrección.
v.13: os hará saber las cosas que habrán de venir. Estas cosas
incluyen el significado de la Muerte y Resurrección de Cristo (que los
discípulos no entendían plenamente), así como las coas aún futuras
concernientes al regreso de Cristo. Véase la afirmación de Pablo en 1 Cor.
2:10.
De la enseñanza sobre el rol del
Espíritu Santo con el mundo, Jesús se vuelve al rol del Espíritu con los
discípulos (vv. 12-15). El maestro sabio conoce el nivel intelectual de sus
alumnos, su capacidad para discernir el significado de sus enseñanzas y el
momento apropiado para compartírselas.
NOTA. V.14: Tomará de lo mío. I, es, de Mis
enseñanzas y de cuanto se refiere a Mí.
V.15: El ministerio docente del Espíritu
Santo, ha guiado a la Iglesia desde el descenso del Espíritu Santo. La
doctrina, por consiguiente, no necesita ser retrotraída al ministerio terrenal
de Jesús para que sea autoritativa, porque Él (el Espíritu) tomará de lo mío
[de Jesús], y os lo hará saber [a los apóstoles]. Estas verdades fueron después
puestas por escrito en el NT.
Siempre tiene más que compartir con los
alumnos que lo que ellos están en condiciones de recibir. Así fue con Jesús en
ese momento. El verbo sobrellevar parece fuera de lugar aquí, considerando su
significado.
Normalmente se refiere a una carga
física, como levantar o sobrellevar un gran peso (10:31; 19:17); soportar una
molestia (Gal.6:2); o llevar en alto el nombre de Cristo (Hechos 9:15). Aquí
tiene que ver con entender, aceptar y obedecer sus enseñanzas.
La RVA traduce la conjunción Y (de G1161) en sentido continuativo
cuando nos parece que el contexto indica el sentido adversativo (ver la
RVR-1960). Ellos no podían sobrellevar sus enseñanzas “ahora”, “pero cuando venga el Espíritu de
verdad...“. Es decir, vendría el tiempo cuando sí, ellos podrían
aceptar las enseñanzas del Espíritu de verdad.
Nótese: la descripción del Espíritu, como de
verdad (ver 14:17), o literalmente “de la verdad”. Jesús afirma ser “la verdad”
(14:6), Dios es “la
verdad” (ver Deut.32:4), sus palabras son verdad (ver 17:17) y Dios
ama la verdad (Salmo 51:6). El término “verdad” y sus derivados se emplean 48 veces
en este Evangelio. Bultmann define el término como la “realidad de Dios”, la que es la
“única
realidad verdadera”. Morris agrega que, en el cuarto Evangelio, “la verdad”
se refiere concretamente a la muerte y resurrección de Jesús.
La obra del Espíritu en relación con los
discípulos es la de guiarlos a toda la verdad. El verbo guiará traduce el
vocablo gr. compuesto que significa “conducir por un camino”. El término indica un
progreso gradual. Lo que Jesús no pudo compartirles, por la inhabilidad de
ellos de sobrellevarlo en ese entonces, ahora el Espíritu lo hará, y con
creces. Adaptaría la enseñanza al nivel de madurez espiritual de cada creyente,
compartiendo toda la verdad posible en cada etapa de su desarrollo.
Lindars entiende que la expresión apunta
a una comprensión cabal de la verdad. El Espíritu es el guía perfecto para esta
tarea, por ser el Espíritu de verdad. Jesús explica por qué y cómo el Espíritu
les conduciría a toda la verdad. La conjunción traducida pues (mejor “porque”;
ver RVR-1960) introduce la razón o la explicación de lo antedicho. La
explicación incluye dos cosas: su modo de operación y la esencia de la verdad
que enseñará.
Como Jesús no enseñaba por su propia
autoridad (ver 8:26-28, 38, 40, 42; 12:49; 14:10), sino sólo lo que oía del
Padre, tampoco el Espíritu hablará por sí solo. Por esta afirmación, se asegura
que su inspiración sería infalible en la medida que se capta sin distorsiones
humanas. La verdad a la que guiará incluye una aclaración del significado de la
vida, enseñanzas y muerte de Jesús, pero aquí concretamente se refiere al
futuro, a las cosas que han de venir.
Bernard opina que se refiere al don de
profecía que el Espíritu daría (ver Hechos 21:10 s.; 1 Cor.12:10), pero este
concepto es demasiado limitado.
Plummer está más acertado al decir que
se refiere a la constitución de la iglesia y a todas las verdades que la
experiencia cristiana enseñaría.
· El pronombre él
(v. 14), en una posición enfática, se traduce mejor como “Aquél”, y es de género
masculino, refiriéndose al Paracleto.
· El segundo pronombre, me, también es
enfático. La misión del Hijo era la de revelar y glorificar al Padre por
palabras y obras (ver 1:18; 17:4); en igual manera la misión del Espíritu es la
de revelar y glorificar al Hijo por palabras y obras.
Como Jesús es el intermediario entre el Padre
y los hombres (1 Tim.2:5), el Espíritu es el intermediario entre el Cristo
glorificado y los hombres.
Bultmann comenta que la misión del
Paracleto no es tanto el traer cosas nuevas, como lo es el traer el poder de
las palabras de Jesús.
El mejor texto griego escribe el verbo
recibirá (v. 15) en el tiempo presente (“recibe”) en vez de futuro. Algunos traducen
el verbo como “toma”
en vez de “recibe”, por considerar que aquel describe
una participación activa del Espíritu, mientras este es más pasivo. Este
versículo recalca una vez más la completa unidad entre el Hijo y el Padre, y
por lo tanto la divinidad de aquél. No hay división en la Trinidad (ver 17:10).
Lindars entiende que además enfatiza la
completa identidad entre la misión de Jesús y la de los discípulos bajo la
dirección del Espíritu. El Hijo tiene libre acceso al depósito de todos los
recursos y realidades espirituales del Padre; el Espíritu, por medio de Jesús,
también tiene acceso a ese enorme depósito y toma de él para la necesidad particular
de cada creyente.
3. Algunas Dificultades Resueltas. Juan
16:16-33:
En esta sección del discurso de
despedida se presenta un intercambio entre Jesús y los discípulos sobre su
partida y regreso, y la tristeza y el gozo de los discípulos que acompañarán
esos eventos.
1- La Perplejidad De Los Discípulos. Juan 16:16-18.
Jesús había anunciado a los discípulos
desde hacía mucho tiempo que lo matarían, pero que resucitaría al tercer día;
también en el discurso de despedida había hablado de la necesidad de su partida
y la ventaja que esto representaría para los discípulos (vv. 6, 7), pero ahora
introduce un elemento nuevo.
La
primera expresión. Un
poquito, y no me veréis seguramente se refiere a su muerte inminente. Había
usado este término ambiguo varias veces (ver 7:33; 12:35; 13:33; 14:19) para
referirse a su muerte, pero cada vez se acortaba más el significado de “poco”
o poquito. Al usarlo ahora se refería a menos que 24 horas en la primera
instancia y tres días o más en la segunda. Desaparecería de la vista como
hombre vivo al morir, pero en todo sentido al ser enterrado.
El
nuevo elemento se ve en la segunda frase: “…de nuevo un poquito, y me veréis”.
Se discute si esto se refiere a la resurrección (ver 14:19), cuando lo vieron,
o a la venida del Espíritu Santo en Pentecostés, o a la Segunda Venida al fin
de los tiempos. El verbo traducido veréis lleva la idea de “contemplar fijamente” o “percibir”.
Los discípulos expresaban libremente
entre sí su perplejidad sobre el significado de las palabras de Jesús.
Nótese: el pronombre reflexivo unos a otros. Agregan porque
voy al Padre, no porque Jesús recién lo hubiera dicho, sino porque había hablado
en esos términos en el v. 10. Ellos asociaban correctamente ese dicho con la
referencia ambigua de un poquito.
Parece que la conversación entre los
discípulos sobre su perplejidad continuó durante un buen tiempo, pero nadie
ofrecía una explicación coherente.
Godet comenta: “Donde para nosotros es perfectamente
comprensible, para ellos era todo un misterio. Si Jesús deseaba fundar un reino
mesiánico, ¿por qué se iba del mundo? ¿Si no deseaba fundar el reino, por qué
retornará?”. Ninguno se atrevía dirigir la pregunta a Jesús, quizás
pensando que el enigma tendría una solución simple y que si preguntaran a su
Maestro revelarían su ignorancia.
2- El Gozo De Los Discípulos. Juan 16:19-24.
Jesús había observado la discusión entre
los discípulos y sabía perfectamente el motivo y que querían preguntarle, pero
por algún motivo demoraban. Entonces él mismo tomó la iniciativa.
Respondió a la necesidad más bien que a
su pregunta con una analogía de una mujer que da a luz un hijo.
Parece que Jesús comenzó a hablar justo
en el momento cuando uno de los discípulos abría la boca para pedirle la
explicación. Los discípulos no estaban divididos en la discusión.
Abbott observa que cuando Juan emplea la
preposición que se traduce entre (v. 19), refleja un intercambio amigable entre
los participantes. Jesús habría captado el tema de la discusión, no por vías
sobrenaturales, sino por escuchar atentamente a lo que los discípulos estaban
diciendo. No hay evidencia de que él se haya separado de ellos en este ínterin.
Nótese: que Jesús no contesta directamente la
pregunta que estaba en los labios de sus discípulos, sino se refiere a la
angustia emocional que ellos estaban sintiendo por lo que él les había dicho. Él
inicia su respuesta con esa doble afirmación enfática (amén, amén), con que
introduce declaraciones muy importantes (p. ej., 1:51).
Ese “un poquito y no me veréis” se explica cómo
un tiempo cuando vosotros lloraréis y lamentaréis; pero el mundo se alegrará,
es decir, se refiere a la crucifixión. No niega que ellos sufrirían, pero
promete alivio y gozo. Ese “de nuevo un poquito, y me veréis” se refiere
al tiempo cuando vuestra angustia se convertirá en gozo, es decir, la
resurrección.
Nótese: el contraste marcado entre vosotros y
el mundo y ese contraste es reforzado por la conjunción adversativa traducida
pero. El verbo se convertirá es literalmente “llegará a ser”.
El artículo definido La (v. 21) se
refiere a la mujer como representando su sexo, y cita una metáfora muy familiar
en el AT., (ver Is.21:3; 26:17; 66:7; Os.13:13; Miq.4:9). En todos estos casos
se mencionan tres cosas:
· la angustia,
· el hijo que nace, y
· el gozo resultante.
El dolor es real e intenso, pero el gozo
supera la angustia y es lo que se acuerda luego del evento, porque un hijo ha
nacido, un nuevo ser humano ha llegado a la luz. En esta función la mujer tiene
el privilegio de cooperar con Dios en la creación de vida humana y en esto ella
se siente realizada y tremendamente gozosa.
En
el v. 22 Jesús Aplica La Metáfora Del Versículo Anterior.
El pronombre vosotros es enfático,
refiriéndose a ellos en particular como los únicos que sufrirían por este
motivo. El tiempo presente del verbo tenéis indica que el “dolor de parto” había comenzado. El profundo dolor que los
discípulos ya comenzaban a sentir ante la perspectiva de la ausencia de su
Maestro es semejante al dolor de parto de la mujer, una etapa necesaria para
sentir luego el gozo.
Vincent insiste que la construcción
tenéis angustia es más fuerte que “sentir angustia” o “angustiarse”.
Nótese: esa conjunción adversativa pero que
marca el contraste entre la angustia y el motivo de gozo. Pablo emplea la misma
metáfora para describir su preocupación y angustia espiritual por los gálatas
hasta que Cristo fuera formado en ellos (Gál.4:19). En los vv. 16 y 19 Jesús
indicaba que los discípulos volverían a verlo a él, pero aquí es él quien dice
yo os veré otra vez, refiriéndose a las apariencias después de la resurrección.
La expresión yo os veré otra vez,
juntamente con y nadie os quitará vuestro gozo, probablemente comunican la idea
de la unión permanente del Cristo glorificado con los discípulos (ver 15:1-11)
por medio de la morada del Espíritu Santo en ellos.
Morris, Lindars y otros sugieren que
esta expresión tendría una alusión literaria a Is.66:14. La promesa de que
nadie les quitaría su gozo no significa que nunca tendrían tristeza, sino que
el profundo gozo producido por la vista de Jesús resucitado y glorificado
permanecería para siempre en su corazón, independiente de las circunstancias que
los rodeaban.
El pronombre personal vuestro enfatiza
el hecho de que es una posesión personal, literalmente “el gozo de vosotros”. El mundo
no les dio el gozo y el mundo no tiene poder para quitárselo.
La expresión En aquel día (v. 23) apunta
a la nueva situación que comenzaría después de Pentecostés y la venida del
Espíritu Santo (ver 14:20). En ese día tendrían acceso directo al Padre,
basados en su unión con el Cristo glorificado. Puede haber un cambio sutil en
los dos verbos preguntaréis y pidáis.
NOTA:
V.23: En aquel día. I,
es, después de Su ascensión.
En aquel día no tendrían más necesidad
de hacer tales preguntas como habían hecho hasta ahora (ver 13:6, 25, 36 s.;
14:5, 22), porque el Espíritu de verdad los guiaría a toda la verdad (v. 13;
ver 14:26). Los discípulos recibirían dos grandes ventajas, en relación con su
misión, basados en la ida de Jesús al Padre:
1) todo el
conocimiento necesario, y
2) eficacia en la
oración.
La doble afirmación griega amén, amén
inicia una enseñanza de suma importancia sobre la oración. La expresión todo
cuanto se ha interpretado mal por muchos líderes que indican erróneamente que
es como un “cheque
en blanco” con tal que se pronuncie la “fórmula mágica”: “en el nombre de Jesús”. Es cierto que no hay
límites a lo que se puede pedir, pero esa amplitud, por otro lado, se limita
por dos consideraciones:
1) una comprensión
de lo que significa en mi nombre, y
2) una comprensión
de la misión asignada a cada creyente (ver 20:21).
Orar
En Mi Nombre Significa a Lo Menos Tres Cosas:
·
Orar
por las mismas cosas por las cuales Jesús oraría si estuviera en mi lugar;
·
Orar
con la misma actitud con la que oraba Jesús, es decir, con reverencia,
dependencia y sometimiento a la voluntad del Padre (ver Mateo 26:39; 26:42); y
·
Orar
basados en la obra realizada por Jesús en la cruz.
Los discípulos, como todos los judíos,
estaban acostumbrados a orar a Dios, pero no en el nombre de Jesús.
Nótese: el doble negativo del v. 24, no y nada,
con los que se enfatiza la total exclusión. De aquí en adelante, la oración
tendría una nueva dimensión y una nueva eficacia.
Orarían en el nombre de Jesús como sus
representantes en la tierra. El verbo habéis pedido, traducido aquí
como en el tiempo perfecto, es en realidad un aoristo constativo que significa “pedisteis”, un resumen de su práctica
hasta ese momento.
El
verbo Pedid es un imperativo en el tiempo presente que indica dos cosas:
· un mandato del
Señor a todo creyente, y
· la fuerza de una
acción continúa.
El gozo completo y continuo de los
discípulos sería el resultado de esa doble acción de pedir y recibir, es decir, de entrar en
una relación de cooperación con Dios en la realización de su misión en el mundo
(ver 15:11).
Marcus Dods comenta que “la oración
debe haber sido impedida por la presencia visible de un Ayudante suficiente,
pero de aquí en adelante él sería el medio de comunicación entre los discípulos
y la fuente de poder espiritual”.
3- La Fe De Los Discípulos Juan 16:25-30.
Jesús continúa el tema de su salida del
mundo, pero en términos que los discípulos comprenden mejor, llevándoles a
afirmar su fe en él como el enviado de Dios. Esta sección constituye algo como
un resumen de lo que ha dicho hasta ahora en el discurso de despedida.
Jesús enfatiza una vez más el contraste,
con las conjunciones adversativas pero y sino, entre la condición presente y la
venidera, iniciando la declaración con Os he hablado de estas cosas, como en
otras ocasiones similares (ver 14:25; 15:11; 16:1). Estas cosas es una
expresión ambigua que puede referirse a la sección inmediatamente antes (vv.
19-24), pero algunos consideran que abarca todo el discurso de despedida
(13:1—16:24).
El término figuras traduce un vocablo
gr. usado cuatro veces en este Evangelio de un total de cinco en el NT., (ver
10:6). Es una palabra compuesta que significa lit. “por el camino”, es decir, algo
de valor trivial. Se traduce con el sentido de “parábola, figura, proverbio, enigma o
similitud”. La expresión viene la hora (ver v. 2) apunta a la hora
de la resurrección y las instrucciones durante las once apariciones.
Con la cruz y la resurrección como
hechos realizados, los discípulos comprenderían el significado de sus
enseñanzas más que antes.
Sin embargo, Lindars entiende que Jesús
se refiere más bien a lo que él les anunciaría después de Pentecostés por medio
del Espíritu Santo, como se sugiere en 14:26 y 16:12-15. El término claramente
a menudo se traduce con la idea de “libremente, con franqueza o confianza” (ver 2
Cor.3:12; 1 Tim.3:12), o “con denuedo” (ver Hechos 4:13).
En el v. 26 Jesús emplea otra vez la
expresión en aquel día (ver v. 23), refiriéndose a la nueva relación que
comenzaría después de Pentecostés. La primera frase de este versículo resume la
enseñanza de los vv. 23 y 24; pero la segunda frase presenta una aparente
contradicción con otras enseñanzas bíblicas (ver 14:6; 17:9; Rom.8:34; Heb.7:25;
1 Juan 2:1). Parece que el propósito de la segunda frase es el de corregir un
concepto equivocado de los discípulos, o por lo menos señalar un cambio en el
ministerio de Jesús respecto a ellos.
Los
comentaristas luchan por encontrar una explicación coherente de esta frase. Es importante
recordar que la solución debe ser una que los discípulos estarían en condición
de comprender, es decir, no demasiado sutil.
Morris opina que la explicación se encuentra
en recordar que durante su ministerio terrenal él había intercedido por ellos
(ver 14:16; 17:9), pero no habría más necesidad de ello después de Pentecostés.
El mismo autor continúa diciendo que el
pedir en su nombre no es una manera de asegurar su apoyo, sino de apelar al
Padre basado en la persona y obra redentora de Jesús; esta obra en sí es una “intercesión
perpetua” de Jesús a favor de todos los suyos. Este concepto daría
una explicación de otros pasajes (ver Rom.8:34; Heb.7:25; 1 Juan 2:1), pero
excluye la intercesión personal de Jesucristo desde los cielos.
Marcus Dods comenta que “la intención
de la afirmación es la de comunicar una mayor seguridad de que sus oraciones
serían contestadas”. El amor del Padre no necesita estímulo. Sin
embargo, la intercesión de Cristo, tan enfáticamente presentada en Heb.7:25 y
en Rom.8:34, no se ignora.
Jesús
dice, en otras palabras: “Yo no doy como base de la
esperanza de oración contestada sólo mi intercesión; esta se basa en el amor
del Padre, un amor que en sí se estimula…”. No os digo que
yo rogaré significa “yo no insisto en esto”, “yo no presento esto como la
única razón por la cual vosotros podéis esperar ser oídos”.
La traducción de Phillips sigue esta
línea de pensamiento: “Porque yo no necesito hacerles promesa de rogar al
Padre por vosotros, porque el Padre mismo os ama…”.
Brown, en cambio, dice que “el verdadero
alcance” Jn.16:26 está, no en excluir la intercesión de Jesús, sino
de dar a entender que Jesús, como intercesor, no es en realidad un intermediario
entre el Padre y sus hijos. Se trata más bien de que la acción necesaria de
Jesús para acercar a los hombres al Padre y al Padre a los hombres (Jn.14:6-11)
“establecerá
una relación de amor tan intensa en y a través del mismo Jesús que en adelante
ya no podrá considerarse a Jesús como un intermediario”.
Esta línea de interpretación concuerda
con el enfoque del contexto, el cual enfatiza la íntima relación entre el Padre
y el Hijo. Esta interpretación también refuta el concepto de que Jesús sería
más comprensivo y misericordioso que el Padre al oír las oraciones de su
pueblo; a través de todo este Evangelio se enfatiza la unidad perfecta entre el
Hijo y el Padre; Jesús es uno con el Padre.
Plummer adopta una posición intermedia
al decir:
“…mientras que por el poder del Abogado ellos tienen comunión con el Padre en
el nombre de Cristo, no hay necesidad de hablar de la intercesión de Cristo.
Sin embargo, esta comunión puede ser interrumpida por el pecado, y en ese
entonces Cristo llega a ser su abogado” (ver 1 Jn.2:1; Rom.8:34).
NOTA: V.26: Pediréis en mi nombre. Dirigirse al
Padre mediante el Hijo ha sido desde entonces la práctica normal cristiana.
Véase 14:13:
V.13: En mi
nombre.
No se trata de una fórmula que es preciso pegar al final de las oraciones, sino
de orar por las mismas cosas que Cristo querría ver realizadas. Es como hacer
uso del poder de abogar, que una persona muy amada nos ha concedido.
El Padre ama a los discípulos tanto como
Jesús y ese amor del Padre se basa en el amor de ellos hacia su Hijo (ver
14:21, 23). El refrán que dice: “el amor engendra amor” es válido entre los
seres humanos y en la relación con Dios. Esto no significa que el Padre ame
solamente a los que aman a su Hijo, pues Dios ama a toda la humanidad (ver
3:16), sino que su amor hacia ellos es personal, particular y redentor. Por
esta razón no habrá necesidad de que Jesús persuada al Padre, o que aplaque su
ira hacia los creyentes (ver 15:13-15).
El amor del Padre hacia ellos y el de
ellos hacia Jesús se expresa con el mismo verbo en griego (fileo G5368). Hubiéramos esperado el
verbo agapao G25, por lo
menos de parte del Padre, pero a veces se usan los dos en sentido
intercambiable, sin una aparente distinción.
Nótese: el tiempo de los verbos: ama está en el
tiempo presente, indicando acción continua de parte del Padre; habéis amado y
habéis creído están en el tiempo perfecto, indicando acción del pasado cuyo
resultado continúa en el presente. En cambio, el verbo he salido es un aoristo (“salí”), indicando una acción puntual,
una referencia a la encarnación.
Es llamativo que la RVA., traduce el
mismo verbo y en el mismo tiempo (aoristo) como “he salido” en el v. 27, pero en
el v. 28 como salí. En ambos casos se refiere a la encarnación. En una sola
frase Jesús resume el círculo completo de su ministerio terrenal. La expresión
de la presencia del… traduce una
preposición que significa “del lado de”. Algunas variantes en el texto
gr. emplean otra preposición que enfatiza el origen. La expresión he venido al
mundo emplea un verbo en el tiempo perfecto, indicando los resultados que
continúan en pie.
Morris comenta que el origen divino y
celestial es necesario para efectuar su obra redentora, pero también su
resurrección y ascensión victoriosa es también esencial porque testifica del
sello del Padre sobre la obra del Hijo.
Los discípulos eran demasiado optimistas
(v. 29) al pensar que habían entendido perfectamente lo que Jesús estaba
enseñando, pues es evidente que no habían captado el significado profundo de lo
que había dicho referente a su muerte, resurrección, ascensión y la venida del
Espíritu Santo (ver Hechos 1:6). Ellos emplean dos de los mismo términos del v.
25:
claramente y figura.
Por lo menos los discípulos confiaban
que Jesús sabía todas las cosas (ver v. 15) y ellos no pretendían lo mismo. El
conocimiento de todas las cosas y su habilidad de contestar todas sus preguntas
en una forma convincente les había impresionado profundamente. Él había leído
sus pensamientos (v. 19), como lo había hecho varias veces en el pasado con
otros (ver 1:50; 4:29, 39; 20:28). La referencia a que nadie te pregunte tiene
en mente lo dicho en el v. 23.
Para ellos, ésta era una de las pruebas
de su origen divino.
Varios comentaristas siguen el
pensamiento de Westcott quien comenta que “esta confesión común de fe muestra cuán poco los
discípulos habían percibido de la naturaleza verdadera de Cristo. Como un cuerpo
no habían avanzado tanto como el Bautista”.
4- La Paz De Los Discípulos, Juan 16:31-33.
La evidente falta de comprensión de
parte de los discípulos, expresada en los versículos anteriores, lleva a Jesús
a examinarles para poner en evidencia cuánto les faltaba aún. Sin embargo, su
palabra final sería una de paz.
La
cuestión en el v. 31 es si se trata de una pregunta o una afirmación. Recordamos que
en el texto original, como en las copias de los primeros siglos, los signos de
puntuación figuraban poco o nada. Así que, la cuestión de este texto, si es una
pregunta o una afirmación, depende del contexto y la interpretación que cada
uno le da. Sin embargo, la mayoría de las versiones lo leen como una pregunta.
Beasley Murray comenta que la confianza
entusiasta de los discípulos fue “hecha pedazos” por esta pregunta de Jesús. El
adverbio temporal Ahora significa “en esta etapa de vuestro desarrollo”.
Nótese: el contraste entre el “ahora”
pronunciado por ellos (vv. 29, 30) y el Ahora pronunciado por Jesús. El
contexto indica que Jesús no ponía en tela de juicio la creencia de ellos,
porque había muchas evidencias de que ellos sí creían. Pero era una creencia
deficiente, inmadura, que no soportaría las duras pruebas que estaban por
enfrentar.
En el texto griego falta el artículo
definido la (v. 32), dejando el sentido más bien de “una” hora. También falta el
adverbio temporal ya, aunque el sentido está expresado en el verbo en el tiempo
perfecto, ha llegado, el cual indica la proximidad inmediata de la cruz, un
asunto de pocas horas. La deficiencia de la fe de los discípulos pronto se
vería en su abandono de su Señor. Jesús pronostica el esparcimiento de todos
ellos en el momento del arresto por los soldados.
Plummer comenta referente al verbo
seréis esparcidos que esta parte de la alegoría del pastor y las ovejas será
ilustrada aun en los pastores mismos (10:12; ver Mateo 26:31). Dodd observa
sabiamente que “es
parte del carácter y la naturaleza de la iglesia que sus miembros fundadores
fueron hombres desacreditados; ella debe su existencia no a su fe, coraje, ni
virtud, sino a lo que Cristo había hecho con ellos”.
Pedro, seguido por los demás, en un
momento de elevada emoción, había dicho que nunca lo negaría (Mateo 13:37-38;
ver Mateo 26:34-35). Jesús enfatiza la idea de cada uno por su lado; no hubo
excepción. El texto literalmente lee “cada uno a sus propias cosas”, es decir, a
sus propias casas o tareas (ver 21:3).
Nótese: el contraste
entre el abandono por ellos y, sin embargo, él no se siente abandonado. Jesús
lamentaba la deserción momentánea de su grupo de discípulos, pero continuó con
la conciencia de la plena comunión con el Padre (ver 8:29).
El verbo está, en el tiempo presente,
añade énfasis a esa comunión constante y perdurable, la única excepción sería
ese terrible momento cuando Jesús llevó sobre sí los pecados del mundo en la
cruz (ver Mateo 27:46).
Por otro lado, ellos abandonaron
momentáneamente a Jesús, pero él no los abandonó a ellos en ningún momento.
En el v. 33 el énfasis recae sobre estas
cosas (ver 14:25; 15:11; 16:25), lo cual se refiere por lo menos al discurso de
despedida, si no a todas sus enseñanzas a lo largo de tres años. La conjunción
de propósito para que lleva su fuerza total en este contexto. Todas esas
enseñanzas tenían el propósito de asegurar, entre otras cosas, que los
discípulos tuvieran paz. No se trata de cualquier clase de paz, ni como el
mundo la da (14:27), sino la paz que produce la íntima comunión con Jesús,
expresada con la cláusula en mí.
NOTA: V.33: En el mundo tendréis aflicción. Mejor, tenéis
tribulación. Hay tres aspectos de esto:
1) las aflicciones
generales que sobrevienen simplemente por el hecho de que vivimos en un mundo
pecaminoso (Rom.8:35-36);
2) las aflicciones
que Dios permite que ocurran en nuestras vidas (2 Cor.12:7); y
3) el castigo
disciplinario que procede más directamente de Dios (Heb.12:6). Yo he vencido al
mundo. Compare Rom.8:37; 1 Jn.5:4.
Plummer observa que la vida de Jesús
termina como comenzó, con un mensaje de paz (ver Lucas 2:14). En los mejores
mss. el verbo traducido tendréis está en el tiempo presente (“tenéis”),
no en el tiempo futuro.
Morris
Encuentra Tres Contrastes En Ese Versículo:
· En mí en
contraste con en el mundo;
· tengáis en
contraste con tendréis; y
· paz en contraste
con aflicción.
El término para aflicción, usado sólo en
este Evangelio aquí y en el v. 21, traduce un vocablo que significa una presión
aplastante.
Nótese: la fuerte
conjunción adversativa pero, marcando el contraste entre la condición real que
ellos experimentarán en el mundo con la victoria implicada para ellos por razón
de la victoria de Jesús sobre el mundo.
El
pronombre yo es doblemente enfático.
El verbo he vencido, en el tiempo perfecto,
describe una acción del pasado, cuyos beneficios continúan.
Este verbo traduce un vocablo militar
que se encuentra sólo aquí en este Evangelio (ver 1 Jn.2:13 s.; 1 Jn. 4:4; 1
Jn.5:4 s.).
Lindars dice que el verbo se presenta
como una acción del pasado porque él, en principio, ya había ganado la victoria
espiritual (1 Jn.12:27-36). A la luz, y como resultado de la victoria
definitiva de Jesús, con dimensiones cósmicas, los discípulos podrían enfrentar
el futuro con valentía.
Concluyo:
Así como podemos lograr una relación con Dios por nuestras obras, tampoco podemos desarrollarnos espiritualmente por nuestra propia fuerza. El recordatorio del apóstol Pablo a los Gálatas (y a nosotros) es: La dependencia de Dios por medio de la obra del Espíritu de Dios, en nuestras vidas en el meollo de nuestro caminar con Cristo.
___________
Notas y
Bibliografía:
[1] parakletos =
(παράκλητος,
G3875), lit., llamado al lado de uno, en ayuda de uno, es
principalmente un adjetivo verbal, y sugiere la capacidad o adaptabilidad para
prestar ayuda. Se usaba en las cortes de justicia para denotar a un asistente
legal, un defensor, un abogado; de ahí, generalmente, el que aboga por la causa
de otro, un intercesor, abogado, como en 1 Jn.2:1, del Señor Jesús. En su
sentido más amplio, significa uno que socorre, que consuela. Cristo fue esto
para sus discípulos, por la implicación de sus palabras «otro (allos, otro de
la misma clase, no jeteros, diferente) Consolador», al hablar el Espíritu Santo
(Juan 14:16). En 14:26; 15:26; 16:7 le llama «el Consolador». «Consolador» se
corresponde con el nombre əMenahemª, que dan los hebreos al Mesías.
Nota: El verbo parakaleo (véase A, Nº l) se
traduce como consolación en Mateo 5:4: «recibirán consolación».
[2] G4151 πνεῦμα = pneúma: de G4154;
corriente de aire, i.e. respiración (soplo) o brisa; por analogía o
figurativamente un espíritu, i.e. (humano) el alma racional, (por implicación)
principio vital, mentalmente disposición, etc., o (sobrehumano) ángel, demonio,
o Dios (divino), espíritu de Cristo, el Espíritu Santo:- aliento, espíritu,
espiritual, viento. Compare G5590.
[3] G40 ἅγιος = jágios: de ἅγος
jágos (cosa terrible) [Compare G53,
H2282]; sagrado (físicamente puro, moralmente sin culpa o religioso,
ceremonialmente consagrado):- santísimo, santo, santa.
- e-Sword- the. LEDD.
- Biblia de Estudio RYRIE.
- Pastor: Carlos Ramírez Jiménez.
12//05//2016.
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