viernes, 13 de mayo de 2016

ACERCA DEL ESPÍRITU SANTO: (Juan 16:1-33) Parte II


                                                             

Por: Pastor: Carlos Ramírez Jiménez

NOTA. V.12: Muchas cosas… pero ahora no las podéis sobrellevar. Estas cosas resultarían claras después de la Resurrección.
v.13: os hará saber  las cosas que habrán de venir. Estas cosas incluyen el significado de la Muerte y Resurrección de Cristo (que los discípulos no entendían plenamente), así como las coas aún futuras concernientes al regreso de Cristo. Véase la afirmación de Pablo en 1 Cor. 2:10.

De la enseñanza sobre el rol del Espíritu Santo con el mundo, Jesús se vuelve al rol del Espíritu con los discípulos (vv. 12-15). El maestro sabio conoce el nivel intelectual de sus alumnos, su capacidad para discernir el significado de sus enseñanzas y el momento apropiado para compartírselas.

NOTA. V.14: Tomará de lo mío. I, es, de Mis enseñanzas y de cuanto se refiere a Mí.
V.15: El ministerio docente del Espíritu Santo, ha guiado a la Iglesia desde el descenso del Espíritu Santo. La doctrina, por consiguiente, no necesita ser retrotraída al ministerio terrenal de Jesús para que sea autoritativa, porque Él (el Espíritu) tomará de lo mío [de Jesús], y os lo hará saber [a los apóstoles]. Estas verdades fueron después puestas por escrito en el NT.

Siempre tiene más que compartir con los alumnos que lo que ellos están en condiciones de recibir. Así fue con Jesús en ese momento. El verbo sobrellevar parece fuera de lugar aquí, considerando su significado.
Normalmente se refiere a una carga física, como levantar o sobrellevar un gran peso (10:31; 19:17); soportar una molestia (Gal.6:2); o llevar en alto el nombre de Cristo (Hechos 9:15). Aquí tiene que ver con entender, aceptar y obedecer sus enseñanzas.

La RVA traduce la conjunción Y (de  G1161) en sentido continuativo cuando nos parece que el contexto indica el sentido adversativo (ver la RVR-1960). Ellos no podían sobrellevar sus enseñanzas “ahora”, “pero cuando venga el Espíritu de verdad...“. Es decir, vendría el tiempo cuando sí, ellos podrían aceptar las enseñanzas del Espíritu de verdad.

Nótese: la descripción del Espíritu, como de verdad (ver 14:17), o literalmente “de la verdad”. Jesús afirma ser “la verdad” (14:6), Dios es “la verdad” (ver Deut.32:4), sus palabras son verdad (ver 17:17) y Dios ama la verdad (Salmo 51:6). El término “verdad” y sus derivados se emplean 48 veces en este Evangelio. Bultmann define el término como la “realidad de Dios”, la que es la “única realidad verdadera”. Morris agrega que, en el cuarto Evangelio, “la verdad” se refiere concretamente a la muerte y resurrección de Jesús.

La obra del Espíritu en relación con los discípulos es la de guiarlos a toda la verdad. El verbo guiará traduce el vocablo gr. compuesto que significa “conducir por un camino”. El término indica un progreso gradual. Lo que Jesús no pudo compartirles, por la inhabilidad de ellos de sobrellevarlo en ese entonces, ahora el Espíritu lo hará, y con creces. Adaptaría la enseñanza al nivel de madurez espiritual de cada creyente, compartiendo toda la verdad posible en cada etapa de su desarrollo.
Lindars entiende que la expresión apunta a una comprensión cabal de la verdad. El Espíritu es el guía perfecto para esta tarea, por ser el Espíritu de verdad. Jesús explica por qué y cómo el Espíritu les conduciría a toda la verdad. La conjunción traducida pues (mejor “porque”; ver RVR-1960) introduce la razón o la explicación de lo antedicho. La explicación incluye dos cosas: su modo de operación y la esencia de la verdad que enseñará.
Como Jesús no enseñaba por su propia autoridad (ver 8:26-28, 38, 40, 42; 12:49; 14:10), sino sólo lo que oía del Padre, tampoco el Espíritu hablará por sí solo. Por esta afirmación, se asegura que su inspiración sería infalible en la medida que se capta sin distorsiones humanas. La verdad a la que guiará incluye una aclaración del significado de la vida, enseñanzas y muerte de Jesús, pero aquí concretamente se refiere al futuro, a las cosas que han de venir.
Bernard opina que se refiere al don de profecía que el Espíritu daría (ver Hechos 21:10 s.; 1 Cor.12:10), pero este concepto es demasiado limitado.
Plummer está más acertado al decir que se refiere a la constitución de la iglesia y a todas las verdades que la experiencia cristiana enseñaría.
·      El pronombre él (v. 14), en una posición enfática, se traduce mejor como “Aquél”, y es de género masculino, refiriéndose al Paracleto.
·      El segundo pronombre, me, también es enfático. La misión del Hijo era la de revelar y glorificar al Padre por palabras y obras (ver 1:18; 17:4); en igual manera la misión del Espíritu es la de revelar y glorificar al Hijo por palabras y obras.
Como Jesús es el intermediario entre el Padre y los hombres (1 Tim.2:5), el Espíritu es el intermediario entre el Cristo glorificado y los hombres.
Bultmann comenta que la misión del Paracleto no es tanto el traer cosas nuevas, como lo es el traer el poder de las palabras de Jesús.

El mejor texto griego escribe el verbo recibirá (v. 15) en el tiempo presente (“recibe”) en vez de futuro. Algunos traducen el verbo como “toma” en vez de “recibe”, por considerar que aquel describe una participación activa del Espíritu, mientras este es más pasivo. Este versículo recalca una vez más la completa unidad entre el Hijo y el Padre, y por lo tanto la divinidad de aquél. No hay división en la Trinidad (ver 17:10).
Lindars entiende que además enfatiza la completa identidad entre la misión de Jesús y la de los discípulos bajo la dirección del Espíritu. El Hijo tiene libre acceso al depósito de todos los recursos y realidades espirituales del Padre; el Espíritu, por medio de Jesús, también tiene acceso a ese enorme depósito y toma de él para la necesidad particular de cada creyente.

3.       Algunas Dificultades Resueltas. Juan 16:16-33:
En esta sección del discurso de despedida se presenta un intercambio entre Jesús y los discípulos sobre su partida y regreso, y la tristeza y el gozo de los discípulos que acompañarán esos eventos.

1- La Perplejidad De Los Discípulos. Juan  16:16-18.
Jesús había anunciado a los discípulos desde hacía mucho tiempo que lo matarían, pero que resucitaría al tercer día; también en el discurso de despedida había hablado de la necesidad de su partida y la ventaja que esto representaría para los discípulos (vv. 6, 7), pero ahora introduce un elemento nuevo.

La primera expresión. Un poquito, y no me veréis seguramente se refiere a su muerte inminente. Había usado este término ambiguo varias veces (ver 7:33; 12:35; 13:33; 14:19) para referirse a su muerte, pero cada vez se acortaba más el significado de “poco” o poquito. Al usarlo ahora se refería a menos que 24 horas en la primera instancia y tres días o más en la segunda. Desaparecería de la vista como hombre vivo al morir, pero en todo sentido al ser enterrado.
El nuevo elemento se ve en la segunda frase: “…de nuevo un poquito, y me veréis”. Se discute si esto se refiere a la resurrección (ver 14:19), cuando lo vieron, o a la venida del Espíritu Santo en Pentecostés, o a la Segunda Venida al fin de los tiempos. El verbo traducido veréis lleva la idea de “contemplar fijamente” o “percibir”.

Los discípulos expresaban libremente entre sí su perplejidad sobre el significado de las palabras de Jesús.
Nótese: el pronombre reflexivo unos a otros. Agregan porque voy al Padre, no porque Jesús recién lo hubiera dicho, sino porque había hablado en esos términos en el v. 10. Ellos asociaban correctamente ese dicho con la referencia ambigua de un poquito.

Parece que la conversación entre los discípulos sobre su perplejidad continuó durante un buen tiempo, pero nadie ofrecía una explicación coherente.
Godet comenta: “Donde para nosotros es perfectamente comprensible, para ellos era todo un misterio. Si Jesús deseaba fundar un reino mesiánico, ¿por qué se iba del mundo? ¿Si no deseaba fundar el reino, por qué retornará?”. Ninguno se atrevía dirigir la pregunta a Jesús, quizás pensando que el enigma tendría una solución simple y que si preguntaran a su Maestro revelarían su ignorancia.

2- El Gozo De Los Discípulos. Juan 16:19-24.
Jesús había observado la discusión entre los discípulos y sabía perfectamente el motivo y que querían preguntarle, pero por algún motivo demoraban. Entonces él mismo tomó la iniciativa.
Respondió a la necesidad más bien que a su pregunta con una analogía de una mujer que da a luz un hijo.

Parece que Jesús comenzó a hablar justo en el momento cuando uno de los discípulos abría la boca para pedirle la explicación. Los discípulos no estaban divididos en la discusión.
Abbott observa que cuando Juan emplea la preposición que se traduce entre (v. 19), refleja un intercambio amigable entre los participantes. Jesús habría captado el tema de la discusión, no por vías sobrenaturales, sino por escuchar atentamente a lo que los discípulos estaban diciendo. No hay evidencia de que él se haya separado de ellos en este ínterin.

Nótese: que Jesús no contesta directamente la pregunta que estaba en los labios de sus discípulos, sino se refiere a la angustia emocional que ellos estaban sintiendo por lo que él les había dicho. Él inicia su respuesta con esa doble afirmación enfática (amén, amén), con que introduce declaraciones muy importantes (p. ej., 1:51).
Ese “un poquito y no me veréis” se explica cómo un tiempo cuando vosotros lloraréis y lamentaréis; pero el mundo se alegrará, es decir, se refiere a la crucifixión. No niega que ellos sufrirían, pero promete alivio y gozo. Ese “de nuevo un poquito, y me veréis” se refiere al tiempo cuando vuestra angustia se convertirá en gozo, es decir, la resurrección.

Nótese: el contraste marcado entre vosotros y el mundo y ese contraste es reforzado por la conjunción adversativa traducida pero. El verbo se convertirá es literalmente “llegará a ser”.

El artículo definido La (v. 21) se refiere a la mujer como representando su sexo, y cita una metáfora muy familiar en el AT., (ver Is.21:3; 26:17; 66:7; Os.13:13; Miq.4:9). En todos estos casos se mencionan tres cosas:
·      la angustia,
·      el hijo que nace, y
·      el gozo resultante.
El dolor es real e intenso, pero el gozo supera la angustia y es lo que se acuerda luego del evento, porque un hijo ha nacido, un nuevo ser humano ha llegado a la luz. En esta función la mujer tiene el privilegio de cooperar con Dios en la creación de vida humana y en esto ella se siente realizada y tremendamente gozosa.

En el v. 22 Jesús Aplica La Metáfora Del Versículo Anterior.
El pronombre vosotros es enfático, refiriéndose a ellos en particular como los únicos que sufrirían por este motivo. El tiempo presente del verbo tenéis indica que el “dolor de parto” había comenzado. El profundo dolor que los discípulos ya comenzaban a sentir ante la perspectiva de la ausencia de su Maestro es semejante al dolor de parto de la mujer, una etapa necesaria para sentir luego el gozo.
Vincent insiste que la construcción tenéis angustia es más fuerte que “sentir angustia” o “angustiarse”.
Nótese: esa conjunción adversativa pero que marca el contraste entre la angustia y el motivo de gozo. Pablo emplea la misma metáfora para describir su preocupación y angustia espiritual por los gálatas hasta que Cristo fuera formado en ellos (Gál.4:19). En los vv. 16 y 19 Jesús indicaba que los discípulos volverían a verlo a él, pero aquí es él quien dice yo os veré otra vez, refiriéndose a las apariencias después de la resurrección.

La expresión yo os veré otra vez, juntamente con y nadie os quitará vuestro gozo, probablemente comunican la idea de la unión permanente del Cristo glorificado con los discípulos (ver 15:1-11) por medio de la morada del Espíritu Santo en ellos.
Morris, Lindars y otros sugieren que esta expresión tendría una alusión literaria a Is.66:14. La promesa de que nadie les quitaría su gozo no significa que nunca tendrían tristeza, sino que el profundo gozo producido por la vista de Jesús resucitado y glorificado permanecería para siempre en su corazón, independiente de las circunstancias que los rodeaban.
El pronombre personal vuestro enfatiza el hecho de que es una posesión personal, literalmente “el gozo de vosotros”. El mundo no les dio el gozo y el mundo no tiene poder para quitárselo.

La expresión En aquel día (v. 23) apunta a la nueva situación que comenzaría después de Pentecostés y la venida del Espíritu Santo (ver 14:20). En ese día tendrían acceso directo al Padre, basados en su unión con el Cristo glorificado. Puede haber un cambio sutil en los dos verbos preguntaréis y pidáis.

NOTA: V.23: En aquel día. I, es, después de Su ascensión.

En aquel día no tendrían más necesidad de hacer tales preguntas como habían hecho hasta ahora (ver 13:6, 25, 36 s.; 14:5, 22), porque el Espíritu de verdad los guiaría a toda la verdad (v. 13; ver 14:26). Los discípulos recibirían dos grandes ventajas, en relación con su misión, basados en la ida de Jesús al Padre:
1) todo el conocimiento necesario, y
2) eficacia en la oración.

La doble afirmación griega amén, amén inicia una enseñanza de suma importancia sobre la oración. La expresión todo cuanto se ha interpretado mal por muchos líderes que indican erróneamente que es como un “cheque en blanco” con tal que se pronuncie la “fórmula mágica”: “en el nombre de Jesús”. Es cierto que no hay límites a lo que se puede pedir, pero esa amplitud, por otro lado, se limita por dos consideraciones:
1) una comprensión de lo que significa en mi nombre, y
2) una comprensión de la misión asignada a cada creyente (ver 20:21).

Orar En Mi Nombre Significa a Lo Menos Tres Cosas:
·      Orar por las mismas cosas por las cuales Jesús oraría si estuviera en mi lugar;
·      Orar con la misma actitud con la que oraba Jesús, es decir, con reverencia, dependencia y sometimiento a la voluntad del Padre (ver Mateo 26:39; 26:42); y
·      Orar basados en la obra realizada por Jesús en la cruz.

Los discípulos, como todos los judíos, estaban acostumbrados a orar a Dios, pero no en el nombre de Jesús.
Nótese: el doble negativo del v. 24, no y nada, con los que se enfatiza la total exclusión. De aquí en adelante, la oración tendría una nueva dimensión y una nueva eficacia.
Orarían en el nombre de Jesús como sus representantes en la tierra. El verbo habéis pedido, traducido aquí como en el tiempo perfecto, es en realidad un aoristo constativo que significa “pedisteis”, un resumen de su práctica hasta ese momento.

El verbo Pedid es un imperativo en el tiempo presente que indica dos cosas:
·      un mandato del Señor a todo creyente, y
·      la fuerza de una acción continúa.
El gozo completo y continuo de los discípulos sería el resultado de esa doble acción de pedir y recibir, es decir, de entrar en una relación de cooperación con Dios en la realización de su misión en el mundo (ver 15:11).
Marcus Dods comenta que la oración debe haber sido impedida por la presencia visible de un Ayudante suficiente, pero de aquí en adelante él sería el medio de comunicación entre los discípulos y la fuente de poder espiritual.

3- La Fe De Los Discípulos Juan 16:25-30.
Jesús continúa el tema de su salida del mundo, pero en términos que los discípulos comprenden mejor, llevándoles a afirmar su fe en él como el enviado de Dios. Esta sección constituye algo como un resumen de lo que ha dicho hasta ahora en el discurso de despedida.

Jesús enfatiza una vez más el contraste, con las conjunciones adversativas pero y sino, entre la condición presente y la venidera, iniciando la declaración con Os he hablado de estas cosas, como en otras ocasiones similares (ver 14:25; 15:11; 16:1). Estas cosas es una expresión ambigua que puede referirse a la sección inmediatamente antes (vv. 19-24), pero algunos consideran que abarca todo el discurso de despedida (13:1—16:24).
El término figuras traduce un vocablo gr. usado cuatro veces en este Evangelio de un total de cinco en el NT., (ver 10:6). Es una palabra compuesta que significa lit. “por el camino”, es decir, algo de valor trivial. Se traduce con el sentido de “parábola, figura, proverbio, enigma o similitud”. La expresión viene la hora (ver v. 2) apunta a la hora de la resurrección y las instrucciones durante las once apariciones.
Con la cruz y la resurrección como hechos realizados, los discípulos comprenderían el significado de sus enseñanzas más que antes.
Sin embargo, Lindars entiende que Jesús se refiere más bien a lo que él les anunciaría después de Pentecostés por medio del Espíritu Santo, como se sugiere en 14:26 y 16:12-15. El término claramente a menudo se traduce con la idea de “libremente, con franqueza o confianza” (ver 2 Cor.3:12; 1 Tim.3:12), o “con denuedo” (ver Hechos 4:13).

En el v. 26 Jesús emplea otra vez la expresión en aquel día (ver v. 23), refiriéndose a la nueva relación que comenzaría después de Pentecostés. La primera frase de este versículo resume la enseñanza de los vv. 23 y 24; pero la segunda frase presenta una aparente contradicción con otras enseñanzas bíblicas (ver 14:6; 17:9; Rom.8:34; Heb.7:25; 1 Juan 2:1). Parece que el propósito de la segunda frase es el de corregir un concepto equivocado de los discípulos, o por lo menos señalar un cambio en el ministerio de Jesús respecto a ellos.
Los comentaristas luchan por encontrar una explicación coherente de esta frase. Es importante recordar que la solución debe ser una que los discípulos estarían en condición de comprender, es decir, no demasiado sutil.
Morris opina que la explicación se encuentra en recordar que durante su ministerio terrenal él había intercedido por ellos (ver 14:16; 17:9), pero no habría más necesidad de ello después de Pentecostés.
El mismo autor continúa diciendo que el pedir en su nombre no es una manera de asegurar su apoyo, sino de apelar al Padre basado en la persona y obra redentora de Jesús; esta obra en sí es una “intercesión perpetua” de Jesús a favor de todos los suyos. Este concepto daría una explicación de otros pasajes (ver Rom.8:34; Heb.7:25; 1 Juan 2:1), pero excluye la intercesión personal de Jesucristo desde los cielos.

Marcus Dods comenta que “la intención de la afirmación es la de comunicar una mayor seguridad de que sus oraciones serían contestadas”. El amor del Padre no necesita estímulo. Sin embargo, la intercesión de Cristo, tan enfáticamente presentada en Heb.7:25 y en Rom.8:34, no se ignora.
Jesús dice, en otras palabras: “Yo no doy como base de la esperanza de oración contestada sólo mi intercesión; esta se basa en el amor del Padre, un amor que en sí se estimula…”. No os digo que yo rogaré significa “yo no insisto en esto”, “yo no presento esto como la única razón por la cual vosotros podéis esperar ser oídos”.
La traducción de Phillips sigue esta línea de pensamiento: “Porque yo no necesito hacerles promesa de rogar al Padre por vosotros, porque el Padre mismo os ama…”.

Brown, en cambio, dice que “el verdadero alcance” Jn.16:26 está, no en excluir la intercesión de Jesús, sino de dar a entender que Jesús, como intercesor, no es en realidad un intermediario entre el Padre y sus hijos. Se trata más bien de que la acción necesaria de Jesús para acercar a los hombres al Padre y al Padre a los hombres (Jn.14:6-11) “establecerá una relación de amor tan intensa en y a través del mismo Jesús que en adelante ya no podrá considerarse a Jesús como un intermediario”.
Esta línea de interpretación concuerda con el enfoque del contexto, el cual enfatiza la íntima relación entre el Padre y el Hijo. Esta interpretación también refuta el concepto de que Jesús sería más comprensivo y misericordioso que el Padre al oír las oraciones de su pueblo; a través de todo este Evangelio se enfatiza la unidad perfecta entre el Hijo y el Padre; Jesús es uno con el Padre.
Plummer adopta una posición intermedia al decir: “…mientras que por el poder del Abogado ellos tienen comunión con el Padre en el nombre de Cristo, no hay necesidad de hablar de la intercesión de Cristo. Sin embargo, esta comunión puede ser interrumpida por el pecado, y en ese entonces Cristo llega a ser su abogado” (ver 1 Jn.2:1; Rom.8:34).

NOTA: V.26: Pediréis en mi nombre. Dirigirse al Padre mediante el Hijo ha sido desde entonces la práctica normal cristiana. Véase 14:13:
V.13: En mi nombre. No se trata de una fórmula que es preciso pegar al final de las oraciones, sino de orar por las mismas cosas que Cristo querría ver realizadas. Es como hacer uso del poder de abogar, que una persona muy amada nos ha concedido.

El Padre ama a los discípulos tanto como Jesús y ese amor del Padre se basa en el amor de ellos hacia su Hijo (ver 14:21, 23). El refrán que dice: “el amor engendra amor” es válido entre los seres humanos y en la relación con Dios. Esto no significa que el Padre ame solamente a los que aman a su Hijo, pues Dios ama a toda la humanidad (ver 3:16), sino que su amor hacia ellos es personal, particular y redentor. Por esta razón no habrá necesidad de que Jesús persuada al Padre, o que aplaque su ira hacia los creyentes (ver 15:13-15).
El amor del Padre hacia ellos y el de ellos hacia Jesús se expresa con el mismo verbo en griego (fileo  G5368). Hubiéramos esperado el verbo agapao  G25, por lo menos de parte del Padre, pero a veces se usan los dos en sentido intercambiable, sin una aparente distinción.
Nótese: el tiempo de los verbos: ama está en el tiempo presente, indicando acción continua de parte del Padre; habéis amado y habéis creído están en el tiempo perfecto, indicando acción del pasado cuyo resultado continúa en el presente. En cambio, el verbo he salido es un aoristo (“salí”), indicando una acción puntual, una referencia a la encarnación.

Es llamativo que la RVA., traduce el mismo verbo y en el mismo tiempo (aoristo) como “he salido” en el v. 27, pero en el v. 28 como salí. En ambos casos se refiere a la encarnación. En una sola frase Jesús resume el círculo completo de su ministerio terrenal. La expresión de la presencia del traduce una preposición que significa “del lado de”. Algunas variantes en el texto gr. emplean otra preposición que enfatiza el origen. La expresión he venido al mundo emplea un verbo en el tiempo perfecto, indicando los resultados que continúan en pie.
Morris comenta que el origen divino y celestial es necesario para efectuar su obra redentora, pero también su resurrección y ascensión victoriosa es también esencial porque testifica del sello del Padre sobre la obra del Hijo.

Los discípulos eran demasiado optimistas (v. 29) al pensar que habían entendido perfectamente lo que Jesús estaba enseñando, pues es evidente que no habían captado el significado profundo de lo que había dicho referente a su muerte, resurrección, ascensión y la venida del Espíritu Santo (ver Hechos 1:6). Ellos emplean dos de los mismo términos del v. 25: claramente y figura.

Por lo menos los discípulos confiaban que Jesús sabía todas las cosas (ver v. 15) y ellos no pretendían lo mismo. El conocimiento de todas las cosas y su habilidad de contestar todas sus preguntas en una forma convincente les había impresionado profundamente. Él había leído sus pensamientos (v. 19), como lo había hecho varias veces en el pasado con otros (ver 1:50; 4:29, 39; 20:28). La referencia a que nadie te pregunte tiene en mente lo dicho en el v. 23.
Para ellos, ésta era una de las pruebas de su origen divino.
Varios comentaristas siguen el pensamiento de Westcott quien comenta que “esta confesión común de fe muestra cuán poco los discípulos habían percibido de la naturaleza verdadera de Cristo. Como un cuerpo no habían avanzado tanto como el Bautista”.

4- La Paz De Los Discípulos, Juan 16:31-33.
La evidente falta de comprensión de parte de los discípulos, expresada en los versículos anteriores, lleva a Jesús a examinarles para poner en evidencia cuánto les faltaba aún. Sin embargo, su palabra final sería una de paz.

La cuestión en el v. 31 es si se trata de una pregunta o una afirmación. Recordamos que en el texto original, como en las copias de los primeros siglos, los signos de puntuación figuraban poco o nada. Así que, la cuestión de este texto, si es una pregunta o una afirmación, depende del contexto y la interpretación que cada uno le da. Sin embargo, la mayoría de las versiones lo leen como una pregunta.
Beasley Murray comenta que la confianza entusiasta de los discípulos fue “hecha pedazos” por esta pregunta de Jesús. El adverbio temporal Ahora significa “en esta etapa de vuestro desarrollo”.
Nótese: el contraste entre el “ahora” pronunciado por ellos (vv. 29, 30) y el Ahora pronunciado por Jesús. El contexto indica que Jesús no ponía en tela de juicio la creencia de ellos, porque había muchas evidencias de que ellos sí creían. Pero era una creencia deficiente, inmadura, que no soportaría las duras pruebas que estaban por enfrentar.

En el texto griego falta el artículo definido la (v. 32), dejando el sentido más bien de “una” hora. También falta el adverbio temporal ya, aunque el sentido está expresado en el verbo en el tiempo perfecto, ha llegado, el cual indica la proximidad inmediata de la cruz, un asunto de pocas horas. La deficiencia de la fe de los discípulos pronto se vería en su abandono de su Señor. Jesús pronostica el esparcimiento de todos ellos en el momento del arresto por los soldados.
Plummer comenta referente al verbo seréis esparcidos que esta parte de la alegoría del pastor y las ovejas será ilustrada aun en los pastores mismos (10:12; ver Mateo 26:31). Dodd observa sabiamente que “es parte del carácter y la naturaleza de la iglesia que sus miembros fundadores fueron hombres desacreditados; ella debe su existencia no a su fe, coraje, ni virtud, sino a lo que Cristo había hecho con ellos”.
Pedro, seguido por los demás, en un momento de elevada emoción, había dicho que nunca lo negaría (Mateo 13:37-38; ver Mateo 26:34-35). Jesús enfatiza la idea de cada uno por su lado; no hubo excepción. El texto literalmente lee “cada uno a sus propias cosas”, es decir, a sus propias casas o tareas (ver 21:3).

Nótese: el contraste entre el abandono por ellos y, sin embargo, él no se siente abandonado. Jesús lamentaba la deserción momentánea de su grupo de discípulos, pero continuó con la conciencia de la plena comunión con el Padre (ver 8:29).

El verbo está, en el tiempo presente, añade énfasis a esa comunión constante y perdurable, la única excepción sería ese terrible momento cuando Jesús llevó sobre sí los pecados del mundo en la cruz (ver Mateo 27:46).
Por otro lado, ellos abandonaron momentáneamente a Jesús, pero él no los abandonó a ellos en ningún momento.

En el v. 33 el énfasis recae sobre estas cosas (ver 14:25; 15:11; 16:25), lo cual se refiere por lo menos al discurso de despedida, si no a todas sus enseñanzas a lo largo de tres años. La conjunción de propósito para que lleva su fuerza total en este contexto. Todas esas enseñanzas tenían el propósito de asegurar, entre otras cosas, que los discípulos tuvieran paz. No se trata de cualquier clase de paz, ni como el mundo la da (14:27), sino la paz que produce la íntima comunión con Jesús, expresada con la cláusula en mí.

NOTA: V.33: En el mundo tendréis aflicción. Mejor, tenéis tribulación. Hay tres aspectos de esto:
1) las aflicciones generales que sobrevienen simplemente por el hecho de que vivimos en un mundo pecaminoso (Rom.8:35-36);
2) las aflicciones que Dios permite que ocurran en nuestras vidas (2 Cor.12:7); y
3) el castigo disciplinario que procede más directamente de Dios (Heb.12:6). Yo he vencido al mundo. Compare Rom.8:37; 1 Jn.5:4.

Plummer observa que la vida de Jesús termina como comenzó, con un mensaje de paz (ver Lucas 2:14). En los mejores mss. el verbo traducido tendréis está en el tiempo presente (“tenéis”), no en el tiempo futuro.

Morris Encuentra Tres Contrastes En Ese Versículo:
·      En mí en contraste con en el mundo;
·      tengáis en contraste con tendréis; y
·      paz en contraste con aflicción.
El término para aflicción, usado sólo en este Evangelio aquí y en el v. 21, traduce un vocablo que significa una presión aplastante.

Nótese: la fuerte conjunción adversativa pero, marcando el contraste entre la condición real que ellos experimentarán en el mundo con la victoria implicada para ellos por razón de la victoria de Jesús sobre el mundo.
El pronombre yo es doblemente enfático.
El verbo he vencido, en el tiempo perfecto, describe una acción del pasado, cuyos beneficios continúan.
Este verbo traduce un vocablo militar que se encuentra sólo aquí en este Evangelio (ver 1 Jn.2:13 s.; 1 Jn. 4:4; 1 Jn.5:4 s.).
Lindars dice que el verbo se presenta como una acción del pasado porque él, en principio, ya había ganado la victoria espiritual (1 Jn.12:27-36). A la luz, y como resultado de la victoria definitiva de Jesús, con dimensiones cósmicas, los discípulos podrían enfrentar el futuro con valentía.

 Concluyo:
 Así como podemos lograr una relación con Dios por nuestras obras, tampoco podemos desarrollarnos espiritualmente por nuestra propia fuerza. El recordatorio del apóstol Pablo a los Gálatas (y a nosotros) es: La dependencia de Dios por medio de la obra del Espíritu de Dios, en nuestras vidas en el meollo de nuestro caminar con Cristo.


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Notas y Bibliografía:
[1] parakletos = (παράκλητος, G3875), lit., llamado al lado de uno, en ayuda de uno, es principalmente un adjetivo verbal, y sugiere la capacidad o adaptabilidad para prestar ayuda. Se usaba en las cortes de justicia para denotar a un asistente legal, un defensor, un abogado; de ahí, generalmente, el que aboga por la causa de otro, un intercesor, abogado, como en 1 Jn.2:1, del Señor Jesús. En su sentido más amplio, significa uno que socorre, que consuela. Cristo fue esto para sus discípulos, por la implicación de sus palabras «otro (allos, otro de la misma clase, no jeteros, diferente) Consolador», al hablar el Espíritu Santo (Juan 14:16). En 14:26; 15:26; 16:7 le llama «el Consolador». «Consolador» se corresponde con el nombre əMenahemª, que dan los hebreos al Mesías.
Nota: El verbo parakaleo (véase A, Nº l) se traduce como consolación en Mateo 5:4: «recibirán consolación».
[2] G4151 πνεῦμα = pneúma: de G4154; corriente de aire, i.e. respiración (soplo) o brisa; por analogía o figurativamente un espíritu, i.e. (humano) el alma racional, (por implicación) principio vital, mentalmente disposición, etc., o (sobrehumano) ángel, demonio, o Dios (divino), espíritu de Cristo, el Espíritu Santo:- aliento, espíritu, espiritual, viento. Compare G5590.
[3] G40 ἅγιος = jágios: de ἅγος jágos  (cosa terrible) [Compare G53, H2282]; sagrado (físicamente puro, moralmente sin culpa o religioso, ceremonialmente consagrado):- santísimo, santo, santa.
-    e-Sword- the. LEDD.
-    Biblia de Estudio RYRIE.
-    Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 12//05//2016.


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