¿Por Qué Debemos
Orar En El Nombre De Jesús?
(Mateo 18:20)
Por: Pastor: Carlos Ramírez Jimenéz:
“Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”.
(Mateo 18:20)
Siempre ha habido una lucha tremenda en que nombre los
hombres tienen que dirigirse a su Creador = Dios:
·
Unos dice por medió de María la madre de
Jesús, poniéndola como co-redentora su divina tan igual que Jesucristo (Lea Juan
1:1-10: La pre existencia de Cristo, antes de María).
·
Estas mismas personas dicen por medio de los
santos de la iglesia Católica Romana.
·
Otros dicen por medio de Buda.
·
Otros dicen por medio de Ala.
·
Otros dice solo por Dios.
·
Otros dicen por Are crista [dioses
orientales].
·
Etcétera, muchos argumentos han creados los
hombres, para dirigirse a Dios.
Había
un dicho en la antigüedad en la Época del Imperio Romano. “Todos los caminos conducen a Roma”[1], argumento usado
para llegar a Dios Hoy, solo hay un camino esa es la Cruz de Cristo.
Todos
estos grupos han intentado en remplazar los que Dios dice por medio de la Santa
Escritura, y refrendadas por el Hijo de Dios Jesucristo: Dios-Hombre. Veamos.
Cuando se trata de orar, sin duda alguna,
muchos de nosotros nos arrodillamos y mencionamos las palabras que los
discípulos dijeron a Jesús: “Señor, enséñanos a orar” (Lucas 11:1).
“Señor, enséñanos a orar*”[2], es una buena oración, y muy necesaria,
porque Jesucristo es el único que puede enseñarnos a orar por su palabra y su
Espíritu:
· Señor, enséñame
a orar;
· Señor,
estimúlame y vivifícame para el deber;
· Señor, dirígeme
sobre qué orar; enséñame qué debo decir.
Cristo les enseñó una oración, en forma
muy parecida a la que había dado antes en su sermón del monte.
Hay algunas palabras diferentes en el
Padrenuestro en Mateo, y en Lucas, pero no son de gran importancia. En nuestros
pedidos por el prójimo y por nosotros mismos, vamos a nuestro Padre celestial,
confiando en su poder y bondad.
Etimología:
*G4336 προσεύχομαι = proseújomai: de G4314
y G2172; orar a Dios, i.e. suplicar, adorar:- hacer oración,
orar, pedir. (Strong).
En Las Escrituras Jesús nos enseña a orar
de la misma manera que Él oraba al Padre:
en solitud.
“Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió
y se fue a un lugar desierto, y allí oraba” (Marcos 1:35).
De esta forma enseñando con ejemplos
Jesús advirtió a sus discípulos evitar caer en la trampa de la hipocresía
tal como los fariseos hacían
exhibiéndose públicamente al orar en lugares donde la gente pudiera admirar su “piedad y devoción”.
Muy al contrario Jesús instruyó el orar
en soledad diciendo a los discípulos: “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la
puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te
recompensará en público” (Mateo 6:6).
En contraste con la ostentación pública
de parte de los hipócritas, Jesús recomienda que busquemos un lugar privado,
secreto, donde sólo Dios nos vería:
· El pronombre
personal de segunda persona singular, tú (v. 6), en contraste con la forma
plural en el versículo anterior, indica que se trata de una oración personal,
no colectiva:
· Ora a tu Padre
(v. 6b) significa que la oración debe dirigirse a Dios con el fin de agradarlo
a él, y no a las multitudes. Dirigirse a Dios, y solamente a él, en la oración,
en privado y en público, requiere una disciplina rigurosa y un motivo puro. El
creyente tiene que decidir de una vez si su principal motivo es el de agradar a
Dios, o a las multitudes.
· La fórmula se repite: Y tu Padre que
ve en secreto te recompensará (v. 6c). Jesús no quiso indicar que la oración
pública no fuera aceptable a Dios.
Jesús mismo oraba en público y también
los apóstoles, pero todos ellos mantenían una sólida vida de oración en privado
que aseguraba que su motivo era puro al orar en público.
Muchos tratamos de seguir el ejemplo de
oración en solitud que Jesucristo nos dio y tratamos de vivir como Él nos
instruyó, así que nos metemos en un cuarto apartado y en silencio intentamos
escuchar a Dios buscando señales que nos indiquen que Él está presente
respondiendo nuestras peticiones.
Aun así a pesar de todo, en un periodo
corto de tiempo, mientras el silencio perdura en el cuarto nosotros estamos
dudando si Dios nos escucha o no y si nuestras oraciones han llegado un poco
más alto que el techo de ese cuarto.
Y así en lugar de una oración y una
comunión sincera con Dios, tenemos como resultado una densa frustración por lo
que decidimos abandonar el cuarto llenos de resentimiento y enojo por que hemos
percibido silencio puro y total por parte de Dios. Salimos de aquel lugar que
habíamos apartado para acercarnos a Dios cuestionando el poder de la oración
sin percatarnos que al cuestionar el poder de la oración estamos cuestionando
el poder y la existencia misma de Dios.
Nuestro fracaso para buscar a Dios en oración y
nuestra falta de deseo para conocerlo son barreras enormes que nos impiden
encontrar o entender las respuestas a nuestras oraciones.
A menudo oramos porque queremos que Dios
nos de algo. La mayoría de nuestras oraciones son en efecto una lista de cosas
que queremos Dios haga realidad de la noche a la mañana conforme a nuestros
propósito y querer.
Nuestras oraciones son solamente
caprichos arraigados en nuestra pecaminosa naturaleza humana, que quizás sin
saberlo conscientemente sólo resuenan como un: “dame, dame, dame” a los oídos
de Dios. Sumergidos en un mundo material todo lo que podemos pensar en pedir es
un mejor trabajo, mejor salud, una mejor casa, una mejor carrera y cosas por el
estilo siempre y cuando sean mejores a lo que ya tenemos.
De esta forma nunca oramos de acuerdo a
los planes de Cristo ni tampoco apelamos a su gran bondad orando para tener un
corazón más indulgente lleno del amor de Dios para predicar el evangelio. Por
lo que nos levantamos de nuestras rodillas después de orar sintiéndonos más
vacíos que cuando empezamos.
No llegamos a entender que la oración
trasciende el mundo material para que podamos ver a Dios y su reino. La oración
es la búsqueda de Dios, de su poder y propósito, este fue precisamente el
ejemplo que Cristo nos dio. Él buscó primeramente al Padre en oración
fervientemente pidiendo que fuera la voluntad del Padre la que fuera hecha en
su vida más nunca presentó una lista de peticiones que quería fueran hechas o
cumplidas para Él.
En la noche previa a su crucifixión,
Cristo públicamente revela su oración al padre cuando implora: “Padre mío,
si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú”
(Mateo 26:39) y de igual manera reitera que sea la voluntad de Dios la que sea
hecha cuando “Otra
vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí
esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad” (Mateo 26:42).
Jesús revela los deseos de su corazón a
través de estas dos oraciones al pedir que sea la voluntad de Dios siempre
soberana así como también buscar la presencia de Dios. Cristo nos deja un
ejemplo de oración que confía en la infinita sabiduría de Dios y su voluntad
para que de esta forma nosotros oremos de acuerdo a la divina naturaleza de los
planes de Dios.
4. ¿Cómo Podemos Orar Como Cristo Hacia?
¿Cómo Podemos Llevar Una Vida De Oración Como Cristo?
El
evangelio dice en Mateo 18:20: “Porque donde están
dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”.
Vv.19-20: La promesa de que la oración
alcanzará respuesta con sólo que dos se pongan de acuerdo, es prueba adicional
de que lo que con oración resuelva la congregación en asuntos disciplinarios
tendrá respaldo divino. Esta promesa relativa a la oración unánime ha de
considerarse a la luz de las demás enseñanzas de Cristo sobre el tema (Compare
1 Jn.5:14).
Allí Estoy Yo* En
Medio.
Promete la especial presencia de Cristo aun en la más pequeña congregación.
*G1510
εἰμί = eimí: primario pers. Singular
presente indicativo; forma prolongada de un un verbo primario y defectivo verb;
yo existo (usado solo cuando es enfático):- ser.
ser 1. (De
seer). verbo sust. U. para afirmar del sujeto lo que significa el atributo.
Microsoft® Encarta® 2009.
Finalmente pude entender este versículo
cuando descubrir que en hebreo la palabra “nombre” significa “naturaleza” “carácter” o “esencia”. Mis
oraciones deberían estar alineadas con la perfecta naturaleza divina de Cristo.
Este versículo no se trata de reunirse
con dos o tres personas (aunque los grupos de personas son buenos) sino que
Cristo está hablando de reunirse con la Santa Trinidad, Padre Hijo Y Espíritu
Santo. Así cuando oramos de acuerdo a la voluntad de Cristo esas oraciones
también son recibidas por el Padre y el
Espíritu Santo.
Gracia
a este entendimiento he podido reformar la forma en que oro. Me di cuenta de
que el Espíritu Santo me enseñaría a orar como Cristo oraba y que Cristo oraría
por mí para que mis oraciones sean tan fructíferas como las que Él mismo ofrece
al Padre. En otras palabras, así como el Padre responde al Hijo, así el hijo me
responde a mí a través del Espíritu Santo.
Por lo tanto la oración ya no es para mí
solamente recitar una lista de caprichos y deseos, sino más bien una forma de
conexión genuina con el Padre a través del Hijo de acuerdo con el Espíritu
Santo.
5. Mientras Comencé a Aprender a Orar De Esta
Manera También Estudie La Doctrina De La Oración Como La Explican Grandes
Hombres Como Lo Son:
· Charles Spurgeon,
· Andrew Murray,
· E.M Bounds, y
· muchos otros.
En esta búsqueda de conocimiento y
entendimiento de la oración encontré que John C. Bowman escribió que la oración: “funciona
como ninguna otra agencia puede servir, atrayendo y cuidando el alma del hombre
con Dios como la fuente y sustento de su vida espiritual y como la torre fuerte
y defensa principal en torno a los peligros” (“Prayer in the
Name of Jesus” in Treasury of the World’s Great Sermons, ed. Wiersbe 62) = ("La oración en nombre de Jesús” en
Ministerio de Hacienda de Grandes Sermones del mundo, ed. Wiersbe 62).
Mientras continúo aprendiendo más sobre
la oración también he aprendido a través del Espíritu como orar en la palabra
mientras aprendo más sobre la persona de Cristo. Aprendo a ser como Cristo para
que mi voluntad sea como Su voluntad.
Por lo que oro por un corazón lleno de
perdón, amor y paz y por todas las cosas que Cristo representó cuando caminó
entre nosotros.
Yo oro con Cristo y Él conmigo porque
como dice la escritura en Hebreos 7:25 “por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos”.
Para interceder*[3], entunchano Strong G1739: Coincidir, tener un
encuentro con alguien para conversar. De
esta descripción de un encuentro casual, se pasa a la idea de suplicar a una
persona un servicio a favor de otra, aun cuando en algunas ocasiones la petición
pudiera estar dirigida en contra de esa otra persona.
Etimología:
*G1739
ἐνδόμησις = endómesis: de un
compuesto de G1722 y un derivado de la base de G1218;
vivir en (residencia), i.e. estructura:- material. (Strong).
Concluyo:
Cuando
oramos en el Nombre de Jesús nos unimos junto con Cristo de acuerdo a la
voluntad y propósitos de Dios a través del Espíritu.
Y
Dios el Padre se asegura que sus respuestas a nuestras oraciones le traigan
gloria y honor al Hijo.
Por lo que al orar: “levantamos nuestro ser correspondiendo
los propósitos y métodos de Dios en la armonización de nuestra voluntad con la
voluntad de Dios” (Bowman en Wiersbe 63).
LA CIUDAD DEL
IMPERIO ROMANO:
"Todos Los
Caminos Conducen a Roma", Pero No A Dios, Solo Cristo te conduce a ÉL:
___________
Notas Y Bibliografía:
[1] La expresión "todos los caminos conducen a
Roma", proviene de la época del Imperio donde se construyeron más de
400 vías -unos 70,000 kilómetros- para comunicar la capital, Roma, considerada
el centro donde convergía el poder del imperio, con las provincias más
alejadas. Wilpedia.
En muchas
ocasiones estos caminos fueron creados de forma espontánea por las propias
legiones.
[2] proseucomai =
(προσεύχομαι,
G4336), orar. Se utiliza siempre de oración a Dios, y es el término
más frecuente que se utiliza para ello, especialmente en los Sinópticos y en
Hechos, una vez en Rom.8:26; en Ef.6:18; en Filp.1:9; en 1 Tim.2:8; en
Heb.13:18; en Judas 1:20, principalmente traducido con el verbo orar, pero
también en alguna ocasión como «pedir». Para la instrucción en 1Ts.5:17, véase
CESAR, C. (VINE)
[3] entuncano = (ἑντυγχάνω, G1793),
primariamente encontrarse con, a fin de conversar; luego, hacer petición y,
especialmente, interceder, rogar a alguien, bien a favor o en contra de otros:
(a) En contra
(Hechos 25:24: «me
ha demandado», esto es, en contra de Pablo); en Romanos 11:2, de
Elías, «invoca»,
a Dios contra Israel;
(b) en favor, en
Romanos 8:27, de la obra intercesora del Espíritu Santo por los santos; v. 34,
de la similar obra de intercesión de Cristo; lo mismo en Hebreos 7:25. Véanse
DEMANDAR, INVOCAR.
- Esta
es la traducción de un artículo escrito por Denise Larson Cooper originalmente
publicado en Crosswalk.com. Traducido y publicado con permiso del autor.
- Encuentre el artículo original en Inglés aquí:
Why We Must Pray In Jesus’s Name?
- *Traducido al Español por Ernesto Santiago.
- Por: Pastor: Carlos Ramírez
Jiménez. 08//04//201.
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