martes, 31 de mayo de 2016

LA NEGACIÓN DE PEDRO: (Juan 13:36-38; Mateo 26:58, 69-75)

LA NEGACIÓN DE PEDRO:
(Juan 13:36-38; Mateo 26:58, 69-75)

Por: Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Jesús Anuncia La Negación De Pedro:
(Mt. 26:31-35; Mr. 14:27-31; Lc. 22:31-34)
“Le dijo Simón Pedro: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; más me seguirás después… Le dijo Pedro: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? Mi vida pondré por ti… Jesús le respondió: ¿Tu vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces”.
(Juan 13:36-38) 

INTRODUCCIÓN.
Jesús anuncia que Pedro lo negaría y que después se arrepentiría y recibiría una misión para apacentar a los corderos de Jesús (Jn.21:15).
Traicionar es tan malo como negar. Pero los dos hombres tuvieron destinos totalmente diferentes porque uno se arrepintió. (Lucas 22:33-34).
Muchas veces en nuestras vidas llegamos a fallar en diferentes maneras. Es llamativo que la Biblia no esconde las fallas de varios santos, tanto los del Antiguo como los del Nuevo Testamento. Obviamente el Espíritu Santo inspiró a los escritores para que incluyesen estos detalles para así ayudamos en nuestras vidas diarias.
Pedro fue un hombre muy usado por Dios, pero hubo una experiencia muy oscura y triste en su vida. En el momento de crisis, cuando Cristo estaba siendo juzgado, Pedro llegó a negar a Cristo.

1.      La Profecía De La Negación[1]. Jn. 13:36-38:

Los cuatro Evangelios se unen para relatar la profecía de Jesús de que Pedro lo negaría esa misma noche (Mateo 26:33-35; Marcos 14:29-31; Lucas 22:31-34; Jn.13:36-38).
Esta profecía fue un duro golpe para la autosuficiencia del principal vocero de los discípulos y debe ser una advertencia para el creyente en toda época.

En vez de responder al mandato de amarse unos a otros, tema que le interesaba más a Jesús, Pedro regresa a otro tema que fue mencionado casi de paso, y que le interesaba más a él, la ida a un lugar donde ellos no podían seguir (Jn.13:33). Esta pregunta indica que Pedro ignoraba el significado de lo que Jesús les había dicho en cuanto a su glorificación y salida del mundo.
En el v. 33 Jesús había dicho al grupo de apóstoles que ellos, como grupo no podían seguirle. En cambio, aquí se dirige específicamente a Pedro, aclarando que tampoco él podría seguirle en ese momento, pero luego sí lo haría.
Plummer y otros entienden que probablemente Jesús estaba profetizando no sólo la muerte de Pedro, sino la manera que moriría, es decir, como mártir (ver 21:18 s.).
Morris y otros, sin embargo, entienden que el énfasis está en las circunstancias presentes, que Pedro seguiría a Jesús dentro de pocos días como heraldo del evangelio, enfrentando peligros y oposición.

Por segunda vez (v. 37) Pedro emplea el título de respeto, Señor, pero a esta altura del ministerio de Jesús, seguramente significaba para él un título de divinidad.
Las palabras de Jesús, indicando la imposibilidad de que Pedro le pudiera seguir en ese momento, producen en él dos reacciones:
·      Primera, curiosidad, expresada en ¿por qué...?, y
·      segunda, Pedro se siente desafiado a afirmar su disposición de pagar el máximo precio, de morir por él si fuera necesario.

Meyer, citado por Marcus Dods, comenta: “En el celo de su amor él yerra en calcular la medida de su coraje moral”. Pedro emplea casi textualmente las palabras de Jesús cuando éste hablaba de la disposición del buen pastor de poner su vida por las ovejas (ver 10:11).
La ironía del hecho es que Pedro realmente no estaba dispuesto a poner su vida por Jesús; en cambio, Jesús sí lo estaba, y luego lo hizo. Después de anunciar varias veces, y con creciente claridad, que sería crucificado y que resucitaría al tercer día (ver Mateo 16:21; 17:23; 20:19; Marcos 8:31; 9:31; Lucas 9:22), es casi inconcebible que todavía Pedro y los otros estuvieran en plena negación de esa realidad.
Para ser justos con Pedro, debemos recordar que todos los discípulos afirmaron lo mismo que él (ver Marcos 14:31; Mateos 26:35).

Jesús responde citando las mismas palabras que Pedro recién había pronunciado con cierto aire de superioridad, quizás con un elemento de orgullo, sobre los demás discípulos. Pedro se creía más valiente que los demás discípulos y como Mateo lo resalta en el relato de este evento en su Evangelio (Mateo 26:33).
Jesús quebranta el amor propio y la autosuficiencia de Pedro con dos sorprendentes profecías:
·      Pedro ciertamente negaría a Jesús, no una vez sino tres, y
·      lo haría esa misma noche, antes de una hora precisa indicada por el canto del gallo.

Algunos comentaristas señalan el absoluto silencio de Pedro desde ahora y hasta el arresto de Jesús (ver 18:10), cuatro largos capítulos de discusión en que otros discípulos participaron. Este silencio es por demás elocuente, sobre todo considerando que Pedro era el vocero del grupo y el más impulsivo para hablar.
El Maestro al fin había llegado a tocar las fibras más íntimas de su amado discípulo y estaba moldeándolo en su imagen.

2.       Mateo 26:58-75: El v. 58 Debe Leerse Como Introducción a Este Evento:


“Más Pedro le seguía de lejos hasta el patio del sumo sacerdote; y entrando, se sentó con los alguaciles, para ver el fin”. (Mateo 26:58)

“Más él negó delante de todos, diciendo: No sé lo que dices… Saliendo él a la puerta, le vio otra, y dijo a los que estaban allí: También éste estaba con Jesús el nazareno… Pero él negó otra vez con juramento: No conozco al hombre… Un poco después, acercándose los que por allí estaban, dijeron a Pedro: Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre… Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco al hombre. Y en seguida cantó el gallo”.
(Mateo 26:70-74) 

Pedro tenía una gran curiosidad de ver cómo terminaba aquello, o sea, el juicio ante el sumo sacerdote. Sin embargo, no quiso identificarse con Jesús; por eso le seguía de lejos hasta el patio de la casa del sumo sacerdote (v. 58). El patio era un terreno cerrado por muros y columnas.
Daba acceso a la calle, por un lado, y a la casa donde juzgaban a Jesús, por otro. Había una fogata en medio del patio donde se calentaban. Pedro se acercó demasiado para calentarse, y la luz iluminó su rostro.

         Mateo 26: Describe Las Tres Acusaciones y Negaciones En Tres Pares de vv. 69 y 70; 71 y 72; 73 y 74.

Observe El Orden:

(1) Acusación: ¡Tú también estabas con Jesús el galileo! (v. 69).
     Negación: (delante de todos) No sé lo que dices (v. 70).
(2) Acusación: Este estaba con Jesús de Nazaret (v. 71).
     Negación: (con juramento) Yo no conozco al hombre (v. 72).
(3) Acusación: Verdaderamente, tú también eres de ellos, porque aun tu modo de hablar te descubre (v. 73).
    Negación: (Con maldiciones y juramentos) ¡No conozco al hombre! (v. 74).

En Cuanto a Las Acusaciones, Lo Encerraban Más y Más:
·      La primera, Jesús el galileo era un título muy general, pues se refiere a la provincia.
·      La segunda acusación, lo identifica como Jesús de Nazaret, más específica, pues se refiere a su pueblo.
·      La tercera es aún más comprometedora, pues Pedro no podía negar que tenía un acento parecido al de Jesús y los demás discípulos.
Los galileos no podían pronunciar correctamente algunos sonidos guturales. Al intentar decir en arameo la palabra que significa “hombre”, es posible que Pedro haya dicho ith en lugar de ish.

En cuanto a las negaciones, se nota también una progresión, cada vez más engorrosa para Pedro:
·      En la primera, pretendió no saber a qué se refería la criada.
Era una manera indirecta y suave de negarlo. Mateo observa que lo negó delante de todos (v. 70). Había muchos testigos y cada uno comenzaba a fijarse en Pedro.
·      En la segunda, Pedro quiso reforzar su afirmación con juramento.
No solo mintió, sino que se olvidó de la prohibición de juramentos en tales circunstancias (comp. 5:33–37). Tampoco utilizó el nombre de Jesús en su negación.
·      En la tercera, parece que Pedro perdió total control de sus emociones.
Comenzó (v. 74) probablemente indica que comenzó y siguió con maldiciones y juramentos en la negación.
No sólo seguía de lejos a Jesús, sino también su conducta indica que estaba muy lejos, espiritualmente, de Jesús.

Tal como Jesús había anunciado, el gallo cantó en seguida de la tercera negación de Pedro. Lucas acota que en ese instante Jesús se dio vuelta y miró a Pedro (Lucas 22:61). Esa mirada de amor de parte de Jesús y el darse cuenta que había fallado a su Señor produjeron en Pedro un profundo sentido de culpabilidad.
En griego hay varios términos para expresar “llorar”.[2] Uno describe el llanto en silencio, dejando caer lágrimas.
Pero el que se emplea aquí (G2799) describe los gemidos audibles y fuertes que expresan una profunda angustia de alma. Amargamente (v. 75) agrega una dimensión más al sincero arrepentimiento que Pedro experimentó después.

Concluyo:

Después de haber recordado las palabras de Cristo, Dios es rico en misericordia y él nos perdona. No viva, hubo en Pedro una MOLESTIA PROFUNDA. Mateo querido creyente, sumergido en la zozobra de que 26:75 nos informa que “saliendo fuera, lloró alguna vez le falló a Dios. ¡Levántese! y como Pedro amargamente”.
Podríamos llamar esta molestia el ya restaurado al Señor, empiece hoya vivir para Dios arrepentimiento. Pablo dice a los Corintios: “Porque la como nunca lo ha hecho antes.

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[1] aparneomai = (ἀπαρνέομαι, G533), forma intensificada de Nº 1, con apo = de -ablativo, como prefijo (Lat., abnego), significa:
(a) negar totalmente, abjurar, afirmar que no se tiene relación alguna con alguien, como en la negación de Cristo por parte de Pedro (Mateo 26:34-35; 26:75; Marcos 14:30-31; 14:72; Lucas 22:34; 22:61; en tr aparece en Juan 13:38, en lugar de Nº 1, que aparece en los mss. más comúnmente aceptados). Esta forma más intensificada es la que se utiliza en la declaración del Señor anunciando la negación de Pedro, y en las protestas de fidelidad de Pedro; el verbo simple (Nº 1) se usa en todos los registros de su negación factual. La forma intensificada del verbo se utiliza en la advertencia del Señor acerca de ser negados en presencia de los ángeles (Lucas 12:9); en la cláusula precedente, «el que me negare delante de los hombres», se utiliza el verbo simple arneomai; por ello, la traducción debería ser: «el que me negare delante de los hombres será totalmente negado delante de los ángeles de Dios»;
(b) negarse uno a sí mismo para seguir a Cristo (Mateo 16:24; Marcos 8:34; Lucas 9:23). (VINE).
[2] klaio = (κλαίω, G2799), lamentar, ya sea con lágrimas, ya con cualquier otra expresión exterior de dolor.
Se usa especialmente de llanto por los muertos (Mt.2:18; Mr.5:38-39; 16:10; Lc.7:13; 8:52, dos veces; Juan 11:31; 11:33, dos veces; Juan 20:11, dos veces, 13, 15; Hech.9:39); también en exhortaciones (Lucas 23:28; Rom.12:15; Stg.4:9; 5:1); negativamente, «no llores, no lloréis» (Lc.7:13; 8:52; 23:28; Ap.5:5; cf. Hech.21:13). (VINE).
-   e-Sword-the. LEDD.
-   Por: Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 31//05//2016.






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