Parte I:
EL ORGULLO:
Por: Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Introducción:
El orgullo, la arrogancia y la soberbia,
se definen en un sólo, espíritu, cuyo nombre es Leviatán. Este espíritu es la
raíz de tos los pecados, debido a que fue el pecado que llevó a Satanás a
rebelarse en contra de Dios. Una persona que camina con orgullo, puede caer en
cualquier pecado. Cada vez que una persona se enorgullece, le recuerda a Dios
la rebelión que ocurrió en el cielo. Hoy día, hay un sin número de personas que
han caído en pecado y no se han vuelto a levantar por causa del orgullo que
anida en su corazón.
Hay palabras sinónimas para referirse al
orgullo, tales como soberbia y arrogancia. Y tanto el orgullo, como la
soberbia y la arrogancia, son la raíz de todos los pecados. A continuación,
estudiaremos cada uno de estos conceptos que nos permitirán entender al menos
medianamente este gran enemigo del ser humano.
Los conceptos de orgullo, soberbia y
vanidad van de la mano, y lo cierto es que en mayor o menor medida, cualquier
persona se ha dejado llevar por este fantasma emocional en algún momento de su
vida. Dentro del ser humano se producen dos dualidades, la lucha entre el alma
y el ego. El alma te conecta con Dios, con la vitalidad, con la humildad… Por
el contrario, la soberbia y la vanidad conducen al ego, al deseo de sobresalir por encima de los demás, a la
rivalidad…
¿Qué
hacer entonces?
Claros antagonismos del orgullo serían la humildad, la vergüenza o
la modestia que, por lo general, son
considerados como virtudes.
El sano orgullo es inmediatamente
distinguible del orgullo maligno (soberbia).
La vanidad es la falta de verdad, por
error, estupidez o mala voluntad, en la apreciación de la propia valía. El
vanidoso se atribuye una valía personal mayor de la que realmente tiene. Si
lleva su vanidad al extremo cae en un patético ridículo. El orgulloso, en
cambio, puede tener una justa apreciación de su valía, y ésta puede ser enorme.
Pero su engaño consiste en que considera que el mérito de esa valía es única y
exclusivamente suyo. No soporta pensar que ha llegado a esa valía ayudado por
otros y que, sin ellos, no hubiese llegado a estar donde está. Es un
desagradecido que suele pagar la ayuda que le prestan con el olvido o, peor
aún, con el rencor y el resentimiento. No quiere la cercanía de quienes le han
ayudado, porque le recuerdan su dependencia. "El orgullo es el amor desordenado a la propia excelencia".
El máximo grado del orgulloso es considerar que uno no le debe nada a Dios, que
no necesita su ayuda en absoluto.
La soberbia es la falta de verdad acerca
de nuestra posición e importancia en el mundo. Al soberbio le gustaría ser el
más importante. Naturalmente no puede. Pero sí puede engañarse acerca de su
posición en el ranking. Puede convencerse de que su impacto en la marcha de la
vida es más grande de lo que en realidad es. Eso le hace sentirse poderoso. No
soporta pensar que alguien pueda tener más influencia que él en los
acontecimientos. Quiere controlar totalmente su vida, sin pedir nada a nadie.
Aunque es difícil, el soberbio puede no ser orgulloso y hasta ser agradecido.
Puede reconocer el mérito de sus padres o de sus educadores en haberle hecho
como es y agradecérselo, pero piensa que una vez que ha llegado a ser lo que
es, su impronta en el mundo será mayor que la de cualquiera que le haya ayudado
a llegar a donde está. En su grado máximo, vomita la sola idea de Dios.
La soberbia es la causa más importante
de la increencia y la más difícil de erradicar. El diablo, que no puede negar
la existencia de Dios, le odia, precisamente porque Dios es Dios y él no.
La arrogancia espiritual o cinismo
religioso es una actitud de manipulación de Dios. Los cínicos religiosos dicen: "Si soy creyente puedo hacer lo que
sea que Dios siempre me protegerá", creyendo que Dios nos sobre protege y nos evita asumir las consecuencias de nuestros actos. También pretenden hacer
del perdón la justificación perfecta para hacer cualquier acción mala o
negativa. No importa lo malo que haga, al fin y al cabo Dios me perdona. Olvidando
que el perdón siempre exige un arrepentimiento verdadero y el deseo de no
volver a hacer lo malo.
Lección: 1
Definición Conceptual:
demás.
• "Arrogancia,
vanidad, exceso de estimación propia”.
• "Satisfacción personal que se
experimenta por algo propio o relativo a uno mismo y que se considera
valioso".
• El orgulloso es aquel que tiene un alto
concepto de sí mismo y confía en todo lo que hace porque tiene la certeza de
que puede hacer todo bien y que no hay nadie mejor que él.
El orgullo desde
el punto de vista psicológico:
Sentirse orgulloso de sí mismo por algo
que se hizo bien es saludable, siempre que ese orgullo no se transforme en
soberbia y esa persona se crea que es un dios que nunca se equivoca y que el
resto de la gente es bien poco vale. Tener confianza en sí mismo es positivo
pero tenerla en exceso puede limitar a una persona a llegar hasta ahí y no
intentar nada nuevo.
Desde este punto de vista (psicológico) existen dos
tipos de orgullo:
· El Positivo, y
· el Negativo.
1.
Desde el punto
de vista Positivo:
El orgullo, nos permite valorarnos a
nosotros, a lo que somos capaces de construir, a nuestras acciones y
experiencias, a nuestros propios logros así como también los logros y acciones
de los demás. Nada de negativo recae en compartir nuestros éxitos y esfuerzos
con las personas que queremos. "Merecemos"
(¿merecemos realmente?) "darnos la
palmadita en la espalda" cuando hicimos las cosas bien o pusimos todo
nuestro empeño en lograrlo. Desde el punto de vista de la psicología, el no darnos permiso para ser orgullosos es
arrebatarnos la oportunidad de valorarnos.
Barbara
Fredickson,
psicóloga señala que, el orgullo no es sinónimo de soberbia y que recibir
halagos por nuestra labor o por cualquier otra característica positiva que
poseemos es algo hermoso, debemos recibir con brazos abiertos a las personas
que nos valoran y también aprender a valorarnos a nosotros. Agrega: "siéntete orgulloso de ti y de los
demás y no temas aventurarte en la hermosa experiencia de amarte saludablemente
a ti mismo".
2.
Desde el punto
de vista Negativo:
El orgullo propio nos puede conducir a
la arrogancia al no escuchar o minimizar el aporte de los demás. Se caracteriza
este orgullo porque el orgulloso siempre pasa primero, habla primero, se ubica
primero tratando de hacerse ver y decir lo que tiene que decir porque cree que
es lo mejor. Del mismo modo, el orgulloso se siente imprescindible y no confía
en nadie más que en él mismo. Es el que tiene la familia perfecta, los hijos
perfectos, la mejor casa, el que eligió el mejor auto, tiene el mejor cónyuge,
y el que tiene el mejor trabajo y el sueldo más alto. El orgulloso no acepta el
aporte de los demás, descarta cualquier sugerencia sólo porque no se le ocurrió
a él.
El orgulloso se aferra a una postura y
la defiende a muerte, sin márgenes para el error o las correcciones. Es el
sabelotodo que se adhiere a utopías ya hechas para no adjudicarse a sí mismo
sus fracasos y es el que se identifica con todo lo que tiene.
La persona orgullosa vive pendiente de
las apariencias y necesita estar primera, sentirse que ocupa el primer lugar, y
que tiene lo que hay que tener para pertenecer a la clase que justifica
plenamente su orgullo.
Nota:
Hago notar que,
si bien es cierto comparto algunas afirmaciones desde el punto de vista
psicológico, también es cierto que no las comparto en su totalidad. Más
adelante daré las razones del caso.
La Biblia y El Orgullo:
¿De dónde viene el espíritu de orgullo?
El espíritu de orgullo viene desde que
Satanás pecó y su corazón se enalteció en contra de Dios. Fue el orgullo lo que
lo llevo a la destrucción. Se encontró en él pecado de iniquidad y orgullo, y
por esa razón, Dios lo derribó de los cielos.
Se enalteció tu corazón a causa de tu
hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por
tierra, y delante de los reyes te pondré por espectáculo". Ezequiel 28:17.
Desde ese entonces, de alguna manera
cada uno de nosotros ha sido controlado o influenciado por el espíritu de
orgullo, unos en mayor grado que otros. Uno de los efectos que provoca la
acción de este espíritu es la "ceguera
mental". La palabra de Dios le llama, espíritu de Leviatán, "el rey de los soberbios".
¿Qué es el espíritu de Leviatán? Leviatán:
Significa Rey sobre los hijos de
orgullo. Cuando una persona es controlada o influenciada por el espíritu de
orgullo o Leviatán, presenta tres características principales:
1. Terquedad.
2. Dureza de Cerviz.
3. Dureza de corazón.
¿Cómo describe la Biblia al espíritu de Leviatán?
"En aquel día
Jehová castigará con su espada dura, grande y fuerte a Leviatán, la serpiente
veloz, a Leviatán, la serpiente tortuosa; y matará al dragón que está en el mar". Isaías 27:1.
"Aplastaste las
cabezas del Leviatán y lo diste por comida a los habitantes del desierto". Salmos 74:14.
Dios formula preguntas en el libro de
Job (capítulo 41) acerca del espíritu de Leviatán. A través de cada una de
estas preguntas, el Señor nos revela la naturaleza de Leviatán: "¿Sacarás
tú al leviatán con anzuelo, o con cuerda que le eches en su lengua? ¿Pondrás tú
soga en sus narices, y horadarás con garfio su quijada?" Job
41:1-2.
Esta pregunta que Dios hace a Job es
acerca de la inhabilidad del hombre para dominar por sí sólo este espíritu.
Nosotros, los seres humanos, no podemos sujetarlo con una soga, ni atarle su
quijada. La única manera de vencerlo es por medio de la ayuda de Dios,
reconociendo en humildad, que nada se puede hacer sin Jesús. El comienzo de la
humildad es reconocer nuestras limitaciones y nuestra dependencia de Dios. La
persona orgullosa no depende de Dios para vivir y hacer las cosas en su vida;
sino que se basta a sí misma para obtener lo que quiere.
Una persona influenciada por este
espíritu no considera la oración como algo importante. Hemos encontrado que el
espíritu de Leviatán o de orgullo es un obstáculo para la oración. Hay personas
que tienen dificultad para orar porque están bajo la influencia de Leviatán; a
veces, hasta se quedan dormidas como una manifestación de este espíritu. La
gente orgullosa no ve ni siente la necesidad de orar.
Las personas humildes reconocen la necesidad
de buscar a Dios y de orar porque saben que, sin Él, no pueden vivir. Sin
embargo, los orgullosos tomar decisiones sin buscar la voluntad del Señor en
oración, pues no lo consideran necesario. "…el
malo por la altivez de su rostro no busca a Dios; no hay Dios en ninguno de sus
pensamiento". Salmo 10:4.
A las personas orgullosas, se les hace
difícil aceptar y pedir ayuda; y a menudo, hablan en un tono duro. Les cuesta
recibir de la gente regalos o hasta los favores más pequeños.
El orgullo se convierte en un obstáculo
para las personas que entran en un pacto de amistad o una relación íntima. Las
personas bajo la influencia del espíritu de orgullo trabajan solos; en otras
palabras, sin cobertura ni bajo autoridad alguna.
En repetidas ocasiones, vemos divorcios,
destrucción de noviazgos... causados por la influencia del espíritu de
Leviatán, que hace que las personas no perdonen ni se humillen, prefiriendo así
romper el pacto matrimonial, de noviazgo o amistad.
El orgullo ciega a la persona,
impidiendo que reciba y camine en el pacto que tiene a través de la sangre de
Jesús. Algunas personas no tienen revelación de lo que es liberación, sanidad,
prosperidad, fe y otras verdades que están en la Biblia.
¿Hará pacto contigo
Para que lo tomes por siervo perpetuo? (Job 41:4).
Un siervo en Cristo, es un creyente que
sirve al pueblo, y si quieres servir, te puede encontrar con que el orgullo te va a impedir someterse y
servir a otros, puesto que se requiere humildad para hacerlo. El orgullo
siempre quiere estar por encima y en control. Una persona orgullosa quiere que
todo el mundo se someta a ella y le sirva. Si tienes problemas para someterte y
para servir, es porque tienes alguna influencia de Leviatán. Jesús es nuestro
ejemplo de humildad, ya que Él se humilló y se hizo hombre por nosotros.
El
orgullo te dará batalla en todo lo que hagas. Un consejo importante: Nunca te metas
en contienda con una persona orgullosa, porque siempre habrá discusión debido a
que la contienda es parte de su vida, es algo que lleva por dentro, y su
satisfacción es ver humillada a la persona que se atreva a oponérsele. Toda
persona contenciosa es orgullosa. La palabra de Dios nos enseña que: “… Dios resiste a los soberbios y da gracia a los
humildes". Santiago 4:6.
Lo que nos está diciendo esta escritura,
es que Dios se resiste, como un general, para no dejar avanzar a una persona
que sea orgullosa en ninguna área de su vida, y como resultado, le va mal en
todo.
Algunos
se preguntan:
¿Por qué me va mal en mis finanzas?
¿Por qué me va mal con mis hijos y mi
cónyuge?
¿Por qué Dios no
contesta mis oraciones?
¿Por qué siempre
que hago algo me sale mal?
La respuesta a estas preguntas es que
hay un general que lo está resistiendo, y ese general, es Dios mismo. “La gloria de
su vestido son escudos fuertes, Cerrados entre sí estrechamente”. (Job 41:15)
El espíritu de Leviatán u orgullo se
cubre con otros espíritus para protegerse a sí mismo de los ataques. Estos
espíritus funcionan como escudos, para volverlo impenetrable. Estos demonios
que lo protegen, son con los que se tiene que lidiar primero para luego echar
fuera al espíritu fuerte (Leviatán).
Algunas personas no pueden recibir
santidad porque su reino está protegido con escudos. Por ejemplo, algunas
personas influenciadas por este espíritu
de orgullo, se protegen con espíritus
de rechazo, lujuria, inseguridad,
vergüenza, temor y otros. Todos estos espíritus se encuentran en una
persona que tiene espíritu de orgullo.
Algunas veces, las personas dan "razones"
por las cuales son orgullosas. Todo el tiempo están levantando paredes para no
dar amor ni darle el corazón a nadie. Lo más terrible de todo esto, es que la
persona que tiene el espíritu de Leviatán, está tan cegada que no se da cuenta
de que es orgullosa. Estas razones provienen de los espíritus (escudo del
Leviatán), que están ejerciendo su tarea de protegerlo.
La persona que está cegada por el
espíritu de Leviatán, es impenetrable, no se puede llegar a su corazón, y si
por casualidad se llegase a tocar su corazón, pronto se alejarán argumentando
razones para tal alejamiento, razones que siempre son producto de su orgullo.
Dios mismo tiene que romper ese corazón a través del padecimiento y del dolor
para poder penetrar esa coraza. Hazte esta pregunta: ¿Hay algún área de mi vida que es impenetrable, que la estoy
cubriendo de alguna manera? El poder de Leviatán es roto, solamente cuando
echamos fuera aquellos espíritus que lo protegen.
"El uno se junta con el otro, que viento no entre
ellos".
(Job 41:16).
El viento, en el idioma griego, es "pneuma", que significa
espíritu; y si lo aplicamos a lo que estábamos hablando anteriormente, diríamos
que las escamas están tan apretadas entre sí, que ni siquiera el Espíritu Santo
(viento) puede pasar, entrar. El orgullo es un espíritu que bloquea a
una persona para que no pueda fluir en lo espiritual. A menudo, las personas a
las que les cuesta mucho fluir en los dones del Espíritu Santo, son las que
están batallando con el espíritu de Leviatán. El enemigo habla a la mente y al
corazón de la persona orgullosa, dándoles razonamientos y excusas, tales como: "tú lo tienes todo, no necesitas
nada más, no necesitas cambiar, tu denominación es la correcta, tu
determinación es la correcta y todo el mundo está mal, tú tienes la sana
doctrina, y la verdad". Dios quiere cambiar eso por medio de su
Espíritu Santo; pero nosotros, por nuestro orgullo, no lo dejamos.
El espíritu de orgullo en una persona,
bloquea todo aquello que la pudiera llevar a cambiar para mejorar y ser
diferente; bloquea su corazón para que, al momento de ser corregida, rechace la
corrección y no pueda crecer espiritualmente, que es lo que sucede cuando una
persona recibe la disciplina.
"Pegado está el uno con el otro,
están trabados entre sí, que no se pueden apartar". (Job 41:17).
Los demonios suman fuerza cuando se
juntan (crean una cadena de ataduras en la persona), ayudándose mutuamente para
mantener protegido al "hombre
fuerte" (Satanás). Si estas personas no buscan su liberación, pueden
permanecer "atadas" (controlados
por los demonios) durante muchos años; pero, en el momento en que deciden
humillarse y arrepentirse, el Señor puede y quiere obrar en ellas.
“Con sus estornudos enciende lumbre,
Y sus ojos son como los
párpados del alba.
De su boca salen hachones de fuego;
Centellas de fuego
proceden”.
(Job 41:18-19).
Este espíritu orgulloso es un dragón que
se manifiesta a través de la lengua. Santiago 3:15 dice: "Así también la lengua es un miembro
pequeño pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende
un pequeño fuego!".
Ésta
es una referencia obvia al orgullo. Leviatán manifiesta lo que es a través
de la lengua. ¿Cómo lo hace?
1. Jactándose
(recordemos que el soberbio es uno que se jacta de sus logros, que exagera
facultades y virtudes que no tiene, y siente en su corazón y dice con su boca
que haría cualquier cosa, mejor que los otros).
2. Mintiendo
exageradamente.
3. Maldiciendo
continuamente. La persona orgullosa siempre está hablando mal de otros y
exaltándose a sí misma.
"Por el pecado de su boca por la
palabra de sus labios sean ellos presos en su soberbia y por la maldición y mentira
que profieren".
(Salmo 59:12).
Dos
de los pecados de orgullo son maldecir y mentir.
Una
persona orgullosa se jacta continuamente. Pero, ¿qué es jactarse? Jactarse
significa hablar de uno mismo con vanagloria; es alardear, presumir, ostentar
de lo que se tiene o se cree ser o tener.
¿Por qué las personas mienten acerca de
su edad?
¿Por qué mienten acerca de su estado
civil, de su raza, nacionalidad, origen y pasado?
Porque un espíritu de orgullo los está influenciando.
"De sus narices sale humo, como
de una olla o caldero que hierve". (Job 41:20).
"Un
caldero u olla que hierve". La palabra hervir nos da a entender un
estado de agitación emocional y sentimental, referentes a la ira y a la
contienda. La ira y la contienda son manifestaciones del orgullo. Proverbios
73:70 dice: "Ciertamente
la soberbia produce discordia, pero con los prudentes está la sabiduría".
"Un
hombre que se cree importante a sí mismo, provoca riñas y disputas". Aquellos que
son fácilmente dados a las contiendas, a las riñas y a la ira, son controlados
por Leviatán. El espíritu de Leviatán es el que incita a las personas a
provocar contiendas, chismesa, discusiones entre los hermanos, la familia y en
el hogar. La ira y la contienda van de la mano. Por esa razón Job dice en "En su
cerviz está su fuerza, y delante de él cunde el desaliento". (Job
41:22).
Hay dos fuentes que manifiestan el Espíritu de
Leviatán, y éstas son:
1. La testarudez.
2. La dureza de corazón.
De acuerdo al versículo citado, Leviatán
es fuerte en su cerviz o cuello. "En
su cerviz está la fuerza". Esto se refiere a que el ser testarudo y
rebelde es una manifestación del orgullo. Las personas orgullosas odian la
sumisión a la autoridad, y son como el mulo, es decir, nunca cambian su
mentalidad. A esta clase de personas, se les considera de "mente cerrada"; nunca salen de su caja. Nunca ceden la
razón a nadie.
¿Qué significa ser testarudo
"necio-necedad" o de dura cerviz?
La persona que es testaruda, se rehúsa a
cambiar; no admite que está equivocada ni pide perdón. Hay algunas personas que
se rehúsan a cambiar su vida personal, y por eso, Dios no ha obrado en ellas.
También, se rehúsan a cambiar en su vida sentimental o su matrimonio porque
siempre están culpando a la mujer o al hombre, y mientras cada uno no tome
responsabilidad de sus actos y se humille, no habrá cambio.
¿Por
qué las personas van de iglesia en iglesia y no se plantan en ninguna?
Porque
se rehúsan a cambiar.
Tienen una luna de miel con el pastor y la iglesia mientras no se les dice nada
que los contraríe. Cuando se les dice la verdad, se van. Cuando las hieren, se
van, porque no soportan la presión de sus líderes ni la presión de servir.
Muestran una gran resistencia al cambio,
y todo esto, no es otra cosa que una manifestación del espíritu de Leviatán.
Una señal de que estás creciendo espiritualmente en un lugar, en el ámbito
personal y familiar, es que hay cambios en tu vida. Los cambios son señales de
que Dios está trabajando en tu corazón y que no lo estás resistiendo; si estás
cambiando, regocíjese.
Por
ejemplo:
si antes te gustaba decir malas palabras y maldecir y ya no lo hace, significa
que está cambiando. Si antes no diezmaba, y ahora has decidido obedecer para
recibir más bendición diezmando, quiere decir que estás cambiando. Si antes
eras controlado por la ira y ahora logras controlar tu ira, es porque está
cambiando; no estás resistiendo a Dios, sino que te estás dejando moldear por
Él. "Firme
es como una piedra su corazón, fuerte como la piedra de un molino".
Job 41:24
Una persona influenciada con el espíritu
de Leviatán, tiene su corazón endurecido, y por eso, no puede ser sensible a la
voz de Dios. El endurecimiento del corazón es causa de las heridas emocionales
del pasado y de la práctica del pecado continuo. Esto lleva a la persona
orgullosa a endurecer su corazón. Veamos lo que Jesús dijo en Marcos 8:17 "Y
entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Qué discutís, por qué no tenéis pan? ¿No
entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón?".
Esta condición de endurecimiento de corazón, da como resultado ceguera y sordera
espiritual. Eso les ocurre a aquellos individuos orgullosos no entendidos ni
oidores de la Palabra. Es alguien que casi nunca llora, que no sufre
quebrantamiento en su corazón.
Una persona orgullosa siempre provoca
grandes problemas de contienda dondequiera que vaya, y agita todo a su
alrededor. A veces no es sensible a la necesidad de la familia ni de las
personas en general. De cosas minúsculas, forma un gran problema, y hace enojar
a todos los que están con ella. "Menosprecia toda cosa alta; es rey sobre todos los
soberbios". (Job 41:34).
Menosprecia todo aquello que le hable o
le recuerde que hay que humillarse, servir, depender de Dios. Todo aquello que
es noble y bueno, lo desprecia. El espíritu de Leviatán menosprecia la oración,
menosprecia el amor a los demás, a Dios y a su Palabra, y su único deseo es
exaltarse a sí mismo.
¿Cuáles
son los espíritus relacionados con Leviatán?
Ira, Brujería, Arrogancia,
Perfeccionismo, Contención, Rebeldía, Desobediencia, Vanidad, Independencia,
Adivinación, Mentira, Rechazo.
El espíritu
de orgullo es un espíritu que compensa a la persona que se siente
rechazada. Cuando una persona se siente rechazada, el orgullo causa que ella
sienta una falsa seguridad y que ella se sienta mejor acerca de sí misma. El espíritu de orgullo causa que la persona
se cubra y se esconda, que sienta miedo de ser ella misma, porque eso lo hace
vulnerable.
El orgullo, es pecado:
Una valoración negativa del término resulta
del cristianismo que relaciona al orgullo con la persona vanidosa y prepotente
que suele dejar a Dios de lado. Para la Iglesia, el orgullo y la soberbia, son
unos de los pecados que manifestó Tomás de Aquino.
Existe una diferencia entre la clase de
orgullo que Dios odia (Prov. 8:13) y la clase de orgullo que sentimos acerca de
un trabajo bien realizado. La clase de orgullo que procede de la
auto-justificación es pecado y Dios la aborrece porque es un obstáculo para
buscarle a Él. El Salmo 10:4 explica que los orgullosos están tan llenos de sí
mismos que sus pensamientos están lejos de Dios. "El malo, por la altivez de su rostro,
no busca a Dios; no hay Dios en ninguno de sus pensamientos".
Esta clase de orgullo altanero, es lo opuesto al espíritu de humildad que Dios
busca: "Bienaventurados
los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos". Mateo 5:3. De esta manera, los "pobres de
espíritu" son aquellos que reconocen su total bancarrota
espiritual y su inhabilidad para venir a Dios aparte de Su divina gracia.
Los orgullosos, por otra parte, están
tan cegados por su soberbia, que piensan que no tienen necesidad de Dios o aún
peor, que Dios debe aceptarlos como son, porque ellos merecen ser aceptados.
A través de toda la Escritura, se nos
habla acerca de las consecuencias del orgullo. Proverbios 16:18-19 nos dice
que, "Antes
del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu.
Mejor es humillar el espíritu con los humildes, que repartir despojos con los
soberbios". Satanás fue
echado del cielo por su orgullo (Isaías 14:12-15). Él tuvo la egoísta audacia
de intentar reemplazar a Dios mismo como el legítimo gobernante del universo.
Pero Satanás será lanzado al abismo del infierno en el juicio final de Dios. De
la misma manera, para aquellos que se levantan desafiantes contra Dios, no les
espera nada más que el desastre, "Porque yo me levantaré contra ellos, dice Jehová de
los ejércitos, y raeré de Babilonia el nombre y el remanente, hijo y nieto,
dice Jehová". (Isaías 14:22).
El rehusar admitir el pecado o
justificarlo como también querer reconocer que hemos logrado tal o cual
objetivo por nuestra propia valía no llegaremos a vivir y heredad la vida eterna.
El orgullo, ha sido una piedra de tropiezo para la gente soberbia. No debemos
sentirnos superiores de nosotros mismos, pero si queremos glorificar algo,
entonces debemos proclamar la excelencia Dios Padre. Lo que decimos de nosotros
mismos, no significa nada en la obra de Dios. Es lo que Dios dice acerca de
nosotros, lo que hace la diferencia. "Nosotros no debemos jactarnos más de
lo debido. "Nos limitaremos al campo que Dios nos ha asignado según su
medida, en la cual también ustedes están incluidos". (2 Cor. 10:13).
¿Por
qué es el orgullo un pecado tan grande?
Muy simple, es porque el orgullo es
darnos el crédito a nosotros mismos por algo que Dios ha hecho en nosotros o
por nosotros. El orgullo toma la gloria que solo le corresponde a Dios y nos la
da a nosotros mismos. El orgullo es en esencia una auto-adoración. Cualquier
cosa que hubiéramos hecho en este mundo, no habría sido posible si Dios no nos
hubiera permitido realizarla. Por esta razón le damos la Gloria y elevamos
Alabanzas a Dios porque solo Él la merece.
El sabio es libre cuando obedece a Dios:
El principio de la sabiduría es el temor
de Dios dice Salomón: "El sabio de
corazón recibirá los mandamientos..." Prov. 10:8. Esto quiere decir
que un hombre sabio de verdad, observará los preceptos de Dios para cumplirlos ¡no para desacatarlos! El hombre sabio
se aparta del mal para no ofender a Dios. Se aparta del orgullo. Por eso David
exclamó: "En
tus mandamientos meditaré; consideraré tus caminos. Me regocijaré en tus
estatutos; no me olvidaré de tus palabras" (Salm. 119:15-16).
Hay personas que quieren vivir sin
prohibiciones, o sin leyes divinas que los rijan. Afirman que quieren ser "libres" y no "esclavos" de reglas o
mandatos divinos que no les dejen "disfrutar"
de la vida. Pero estas personas NO
saben que los que desobedecen a Dios, y a sus leyes, son esclavos del pecado.
Al respecto dice Jesús: "...todo aquel que hace pecado, esclavo es del
pecado". Juan 8:34. Es
decir, el que no quiere obedecer los mandamientos de Dios, se vuelve
esclavo de su carne, de sus pasiones, y de sus vicios.
Quien es verdaderamente libre es aquel
que se ha decidido a dejar el pecado de orgullo, y esto significa; someterse a
los mandamientos de Dios con humildad. De modo que si quieres ser
verdaderamente libre de tu orgullo, debe seguir el siguiente consejo de Jesús: "Así
que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres"
Juan 8:36. Sí, Jesús es el único que puede libertar al pecador perdido y
esclavo. Sólo Cristo; su doctrina y sus mandamientos, pueden hacernos libres de
orgullo.
El orgullo en el corazón:
La Biblia nos dice, "El malo, por la altivez de su rostro,
no busca a Dios" Salmo 10:4. El asunto no es cómo impresiona
una persona (de hablar suave, gracioso), sino más bien, la condición humilde de
su corazón para con Dios.
El orgulloso busca su propia honor y no la gloria de
Dios.
La Escritura también nos dice:
• "Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes
de la caída la altivez de espíritu" Prov. 16:18.
• Dios odia el orgullo de los hombres, y
también odia a aquellos hombres que lo poseen: "Los insensatos no estarán delante
de tus ojos; aborreces a todos los que hacen iniquidad" Salmo
5:5.
Aquellos que hacen iniquidad son
los mismos hombres orgullosos que rechazan a Dios:
• "Dice el necio en su corazón: No hay Dios... ¿No
tienen discernimiento todos los que hacen iniquidad?" Salmo
14:1-4. Y también,
• "Abominación es a Jehová todo altivo de corazón,
ciertamente no quedará impune" (Proverbios.
16:).
En cuanto a aquellos que son humildes de
corazón ante Dios, Dios ha prometido bendecirles. "Bienaventurados los mansos, porque
ellos recibirán la tierra por heredad"
Mateo 5:5. Dios ha prometido
quitar al orgulloso del poder y establecer a los mansos como los habitantes y
regentes de la tierra. Entonces, te pregunto: ¿Cuál es tu meta en esta vida? ¿Quieres realmente vivir ya la
vida eterna y prolongar esta vida más allá de tu muerte física? Si es lo que
quieres, deja tu orgullo y pide a Dios te de un corazón de carne humilde
desterrando tu orgullo que a nada positive te conduce.
Sin embargo, el corazón humano es
engañoso y desesperadamente malvado, aún entre aquellos a quienes Cristo ha
salvado. Los humildes por quienes Cristo murió y que están sujetos al pecado
del orgullo mundano, frustran la bendición de Dios.
Juan escribió para amonestarnos contra
esta tentación, "No
améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el
amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de
la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del
Padre, sino del mundo" 1
Juan 2:15-16.
Pedro también advierte a los creyentes
de la condenación de Dios contra el ser orgulloso, "Igualmente, jóvenes, estad sujetos a
los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque:
Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes" 1
Pedro 5:5.
Mirado a la luz de la verdad, no tenemos
ninguna razón para ser orgullosos. Saquemos de nuestra biblioteca la Biblia
para leer y estudiar algunos versículos que así lo corroboran:
1. Fuimos creados por otro.
Vinimos como niños desvalidos y no tuvimos decisión en el asunto.
Nosotros no escogimos ser hombre o mujer, fuerte o débil. (Salm.100:3; 1 Cor.6:19-20;
Job 38:4)
2. Tenemos una naturaleza pecaminosa
que no podemos cambiar (Jr.13:23; Salm.39:5; Is.64:6). Si hay algo justo en
nosotros, vino de Dios. Nada bueno sale de nosotros si no es de Dios (Rom.7:18-21).
3. No tenemos habilidad o poder
alguno salvo el que Dios nos da. Toda
habilidad física, mental o espiritual, viene de Dios (Dt.8:18; 1 Cor.4:7;
Stg.l:17; Jn.3:27) El hombre no tiene habilidad en sí mismo para hacer nada.
4. No podemos controlar nuestro
destino o guiamos a nosotros mismos (Jr.10:23;
Stg.4:13-16; Ecl.8:8). El hombre no puede controlar lo que traerá el mañana, tampoco se entiende a sí
mismo, ni tiene las respuestas a
sus verdaderas necesidades. No
puede hacer cosa alguna sin la ayuda de Dios. Así que cuando el hombre es
orgulloso, está engañado. El Apóstol
Pablo nos exhorta a no pensar de nosotros mismos más alto de lo debido, y a no
ser sabios en nuestra propia opinión. El problema está en lo que estamos pensando. Por naturaleza tenemos
una mente altiva (Rom.12:2-3,16; Prov.23:4; Gál.6:3; 1 Cor.8:2).
Algunas características sobre la persona orgullosa.
Les invitamos a que analicemos estas características
que tienen las personas orgullosas con toda honestidad. Para ello, pidamos en
oración la ayuda al Espíritu Santo para que nos ilumine, nos de sabiduría y
veracidad, y de esta manera, reconocer si algunas de ellas están presentes en
nuestras vida. No busquemos justificaciones (mecanismos de defensa, en
psicología) por nuestros actos pues justificarse, es no reconocer nuestros
errores, faltas y pecados = (no use la palabra disculpa, muy usual en estos
últimos tiempos). Una institución cuyo deber es la defensa nacional dice: "La justificación agrava la
falta".
Un ejemplo de justificación sería: "si
soy orgulloso de mis logros en la vida, se debe a que con mucho esfuerzo y
perseverancia he logrado ser lo que soy y tener lo que tengo. Este tipo de
justificación es no reconocer que lo que eres y tienes, -si bien es cierto ha
sido con tu esfuerzo-, no es menos cierto que se debe a las bendiciones que
Dios te ha dado para lograrlo. No reconocer que es Dios es el que te ha
dado ciertas capacidades, que te ha bendecido, simplemente es negar el poder de
Dios en tu vida”.
Esta
Ud., en este rango:
• EL ORGULLO hace que el hombre trate de
aparentar ser algo que no son. El orgullo por lo tanto nos hace falsos e
hipócritas.
• EL
ORGULLO debido a que nos hace tratar de aparentar lo que no somos, nos
coloca bajo una tensión indebida. Cuando se está tenso, también se está
agotado. Así que el orgullo nos consume emocionalmente y es el responsable de
nuestro agotamiento y crisis nerviosas.
• EL
ORGULLO nos hace tener una alta opinión de nosotros mismos y ver inferiores
a otros y sus opiniones. El orgullo puede ser muy descortés, mientras que una
muestra de grandeza es la habilidad de recibir de otros, cualquiera que
sea su nivel. El orgullo definitivamente empequeñece al ser humano.
• EL
ORGULLO es pretencioso y cree que tiene todas las respuestas, lo cual no es
cierto. Debido al orgullo, la gente no escucha a otros, por lo tanto el orgullo
es falto de sabiduría.
• EL
ORGULLO hace que el hombre albergue ideas muy elevadas de sí mismo e induce
a muchos a vivir en un mundo de sueños. ¡Nadie
es tan grande como yo! o "¡Soy
la respuesta a los problemas del mundo!" (Gál.6:3).
• EL
ORGULLO puede estar en el fondo de la timidez o vergüenza.
Una persona tímida no se expondrá a ser vulnerable y con mucho cuidado
se protegerá a sí misma. ¡Qué horrible si me equivoco, qué tremendo
si me critican, se van a dar cuenta de cómo soy, me van a humillar! El
orgullo es la raíz de ciertos temores. El orgullo protege arduamente al Yo.
Jesús fue humilde, vulnerable y estuvo dispuesto a verse como un fracaso.
• EL
ORGULLO busca lo suyo propio y anhela la alabanza de los hombres. El
orgullo lucha por tener un gran nombre, título propio y gran popularidad. El
orgullo ama la publicidad y desea ser el centro de atención, y le preocupa más
la opinión de los demás que la de Dios (Jn.5:44). El orgullo utiliza retóricas
y palabras elevadas que la gente ordinaria desconoce y ni sabe pronunciar, con el
fin de exaltarse a sí mismo y sonar superior. Satanás es un intelectual
complicado y así son los cristianos
orgullosos (2 Cor.11:3). Jesús
utilizó las palabras más simples
y sencillas cuando enseñaba. Jesús nunca
pretendió obtener una reputación
terrenal (Filp.2:5-8).
• EL
ORGULLO es la razón de una disposición violenta. La gente orgullosa tiene
terribles arranques de cólera debido a que su ego es muy sensible y no consiguen lo que quieren. Con la ira viene
la amargura, el resentimiento y muchos otros males.
• EL
ORGULLO es la razón principal de la falta de paz. Muchos conflictos cesan
cuando el orgullo ha sido purgado.
Por Encima De La Multitud: (Mateo 7:15-23):
Muchos me dirán en
aquel día: Señor,
Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y
en tu nombre hicimos muchos milagros? (Mt. 7:22).
Cuando la torre de una iglesia local se
incendió al caerle un rayo, a los bomberos les resultó difícil apaga las
llamas. Tuvieron que arrastrar pesadas mangueras por tres escaleras diferentes
para salvar la estructura, ala que describieron como alta, vacía y sin
ventanas.
Conocemos algunas personas que coinciden
con la descripción de esa torre. Son “altas”,
en el sentido de que se colocan por encima de los demás. Son “vacía”, porque nunca permiten que nada
llegue a su interior. No tienen “ventanas”,
porque no dejan que nadie mire adentro.
Cuando nos colocamos por encima de los
demás y nos alejamos, nos volvemos “edificios”
sin medios adecuados de salida en caso de incendios, y una pequeña chispa en
ellos puede encender un fuego devastador. El orgullo es particularmente
peligroso porque Satanás lo disfraza como algo bueno y nos hace pensar que no necesitamos a Dios.
La soberbia impide que mucha gente “buena” entre en el cielo. Y algunos
que logran grandes milagros en el nombre de Cristo un día lo oirán: “Nunca os
conocí” (Mt.7:23). Sin embargo, los que se humillan llegarán a ser “los mayores en
el reino de los cielos” (18:4).
Tenemos la oportunidad de aprender la
verdad que Satanás no quiere que creamos: la verdadera piedad no se logra
elevándonos, sino inclinándonos.
LOS QUE CONOCEN A DIOS SERÁN HUMILDES; LOS QUE SE
CONOCEN A SÍ MISMO NO PUEDEN ENORGULLECERSE.
Véase ---------> Parte II:
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