domingo, 19 de junio de 2016

Parte II: Porqué Los PASTORES Adúlteros No Debieran Ser Restaurados:

Parte II:
Porqué Los PASTORES Adúlteros No Debieran Ser Restaurados:

Por: Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Sin embargo, un cambio de lugar geográfico no disminuirá la culpa, porque el pecado causa una desintegración total. Por lo tanto, es probable que salga nuevamente a la luz, como lo explicara Juan Crisóstomo, Obispo de la Iglesia Primitiva del cuarto siglo: ”La fallas del anciano sencillamente no se pueden ocultar. Hasta las más triviales se han de conocer”.
Tal vez eventualmente algunos puedan volver a su cargo pastoral, quizás después de haber sido ordenados otra vez. Y no puede probarse exegética-mente que un pastor caído nunca pueda ser restaurado a su cargo. Pero esto no va en contra de lo que entendemos correcto, pues la pregunta vital que la iglesia enfrenta en nuestro tiempo no es qué podría suceder en casos excepcionales, sino cómo podemos ayudar a la mujer o a las mujeres contra quienes ha pecado el pastor o anciano. La pregunta también es cómo podemos ministrar a la esposa e hijos del pastor, aquellos contra quienes más se ha pecado en esta caída. La pregunta es qué se puede hacer para preservar a la iglesia espiritual y moralmente, qué haremos para que el pastor comience el largo proceso de reordenar su vida devastada.
El adulterio prueba que el pastor caído no puede servir con integridad. La cuestión no tiene que ver con ser útil a la iglesia ni con tener dones para predicar. Haber estado frente al rebaño, guiándolo en santa adoración semana tras semana, predicando la Palabra de Dios como siervo de la iglesia, y al mismo tiempo haber cometido adulterio revela una terrible grieta en el carácter –una grieta tóxica que envenena toda la vida. Un pastor que cayó en adulterio, después de muchos años escribió: “En mi caso, el fracaso moral fue el pecado visible ante la iglesia. Pero para mí vergüenza había  muchas otras cuestiones que tal vez eran más odiosas para Dios que aquello que resultaba visible para los hombres. Lleva tiempo quitar estas cosas de raíz y reemplazarlas con características agradables para con Dios”.

Hay una severa advertencia en 1 Corintios 9:25-27, donde el apóstol Pablo advierte que la falta de restricción diligente en la CARNE puede llevarnos a la apostasía. Este peligro debe ser estimado cuidadosamente al tratar con pastores y ancianos que han caído.
Consideremos cuál sutilmente el pecado sexual se infiltra en toda la personalidad –sea que las relaciones sexuales ilícitas sean el medio para alimentar el sentimiento de poder de una persona, su necesidad de afecto, la imagen de sí mismo, el sentirse deseado y atractivo al sexo opuesto, el impulso hedonista, o bien todo eso junto –y advertiremos el peligro. Estamos convencidos de que el permanecer en Ministerio Público en ciertos casos fomentará un auto engaño más profundo que llevará a los hombres a la ruina eterna.

III.  ¿QUÉ HAREMOS ENTONCES?


El pastor caído que confiesa el pecado, busca la gracia de Dios, y desea permanecer en comunión con la iglesia de Cristo, debe ser recibido y aceptado como cualquier otro cristiano que ha caído. Debe ser perdonado como ordeno Jesús (Mateo 18:22). Pero el perdón y la restauración a la comunión de la iglesia no significan que quien antes fue pastor ahora nuevamente llena los requisitos para el cargo de pastor o anciano.

“Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete”. (Mt. 18:22)
La iglesia no debe castigar al hombre que ha caído y se arrepiente. Pero el negarse a que vuelva a su rol en el Ministerio Pastoral no es un castigo:
·      Separar de su cargo al pastor que ha caído es honrar el santo estándar de Cristo;
·      es seguir el sabio consejo y modelo de los líderes a través de los siglos;
·      es proteger al hombre y a su familia;
·      es guardar a la iglesia, a quien el Gran Pastor ama tan profundamente.

La Biblia habla de varios líderes prominentes que cayeron, líderes que tuvieron roles significativos aun después del fracaso. Inmediatamente pensamos en Moisés, David y Pedro. Sin embargo, no debemos apurarnos a usar estos tres ejemplos al hablar de pastores que han caído.

Reflexionemos Sobre Varias Cuestiones De Importancia:
1) El pecado de Moisés (homicidio) tuvo lugar 40 años antes que comenzara su liderazgo, y él pasó prácticamente toda una vida en el desierto luego de su grave caída.
2) El pecado de David pudo haber resultado en pena de muerte para cualquier otro. Además, él era un potentado del Medio Oriente que tenía un harén, no un modelo familiar para los pastores del Nuevo Testamento. Recordemos también que su reino y su familia no conoció paz luego de su bajeza moral –su trono nunca recobró la estabilidad del pasado.
3) El pecado de Pedro fue  grave, pero no fue un pecado contra su propio cuerpo (1 Cor.6:18), y si bien fue un pecado de su personalidad, no fue el tipo de engaño volitivo y arrogante que es característico del adulterio. Tampoco fue premeditado, prolongado ni repetido a escondidas.

Conclusión:


Terminamos con las sabias palabras de un pastor anónimo que cayó y se dirigió a sus colegas caídos:
“La cuestión principal es carácter e integridad, que en el caso de ustedes están hechos pedazos. Les ruego que confronten el problema ahora. La gracia de Dios restaura. Hay esperanza. Sin embargo, requiere un proceso, mucho tiempo, y más gracia aun. Confiesen el pecado y dejen su cargo. Sean responsables ante otros hermanos. Busquen la limpieza y la sanidad que necesitan. ¡Háganlo hoy! ¡Háganlo ahora!".

Es doloroso pero, anima a los pastores caídos, que Dios nos ayude en este tema de vital importancia en nuestros ministerios; como siempre decimos hay tres problemas muy contemporáneos:
1) el orgullo,
2) el dinero,
3) Las mujeres,

Aparte de los ya conocidos:
1) El diablo,
2) El mundo,
3) La carne],

Y miremos siempre al Dios de la Restauración.

__________
Bibliografía y Apuntes:
-     Apuntes Pastorales. VOLUMEN XIV NÚMERO 4. Agosto-1997. Pags.28-32.
-     Por: Carlos Ramírez Jiménez. 08//12//2015.
-     e-Sword-the. LEDD.
[1]      ADULTERAR, ADÚLTERO/A, ADULTERIO, ADULTERADO:
A. Verbos
1. doloo = (δολόω, G1389), corromper. Se usa en 2 Cor.4:2, «adulterando (la Palabra de Dios)», en el sentido de «manejar engañosamente, o con engaño (dolos)»; su significado se aproxima al de adulterar (cf. kapeleuo, en 2:17).
2. moicao = (μοιχάω, G3429), usado en la voz media en el NT. Se dice de hombres (Mt.5:32; 19:9; Mr.10:11); y de mujeres (Mr.10:12).
3. moiqueuo = (μοιχεύω, G3431) se usa en Mt.5:27-28; 5:32 (en el v. 32 algunos textos tienen el Nº 2); Mt.19:18; Mr.10:19; Lc.16:18; 18:20; Juan 8:4; Rom.2:22; 13:9; Stg.2:11. En Ap.2:22, metafóricamente, de aquellos que son arrastrados a la idolatría por la seducción de una Jezabel.
B. Nombres.
1. moicos = (μοιχός, G3432) denota a uno que tiene relación ilegítima con la esposa de otro (Lc.18:11; 1 Cor.6:9; Heb.13:4). En cuanto a Stg.4:4, véase a continuación.
2. moicalis = (μοιχαλίς, G3428), adúltera. Se usa:
(a) en el sentido natural (2 P.2:14; Rom.7:3);
(b) en el sentido espiritual (Stg.4:4; aquí la rvr , rvr77 y vm eliminan correctamente la palabra «adúlteros». Fue añadida por un copista). Así como en Israel el quebrantamiento de su relación con Dios por su idolatría se describía como adulterio o prostitución (p.ej., Ez.16:15, etc.; Ez.23:43), así los creyentes que cultivan la amistad con el mundo, quebrantando de esta manera su unión espiritual con Cristo, son adúlteros espirituales, habiendo sido espiritualmente unidos a él como esposa a su marido (Rom.7:4). Se utiliza en modo adjetivo para describir al pueblo judío al apartar sus afectos de Dios (Mt.12:39; 16:4; Mr.8:38). En 2 P.2:14, la traducción literal es «llenos de una adúltera».
3. moiqueia = (μοιχεία, G3430), adulterio. Se halla en Mt.15:19; Mr.7:21; Juan 8:3; Gal.5:19.
Notas:
(1) El verbo moicao (véase A, Nº 2), se traduce como «adulterio» en Mt.5:32; 19:9; Mr.10:11-12, como parte de la cláusula verbal con que se traduce el verbo, lit. «adulterar», cometer adulterio.
(2) El verbo moiqueuo (véase A, Nº 3), «adulterar», «cometer adulterio», aparece en la segunda forma en dos pasajes (Mt.5:27; Stg. 2:11, dos veces).
C. Adjetivo.
adolos = (ἄδολος, G97) , sincero, puro. Se traduce «no adulterada» en 1 P.2:2 (rvr), «sin engaño» (rv); «pura» (vm ). (VINE).
G3431 μοιχεύω = moijeúo: de G3432; cometer adulterio:- adulterar, cometer adulterio. (Strong).
[2] Santiago enseña que cometer un pecado, como matar o cometer adulterio, es hacerse culpable de todos los demás pecados incluidos en la ley. él e la Ley como expresión de la voluntad de Dios, tal cual ésta se revela en la Ley, no representa sólo romper con una determinada regla, sino rebelarse contra el mismo Dios. [613 preceptos en la ley judía, y si violas uno de ellos, ¿pobres Testigos de Jehová?].
[3] OBISPADO: episkope = (ἐπισκοπή, G1984), además de su significado, visitación (p.ej., 1 P.2:12); cf. la lxx en Ex.3:16; Is.10:3; Jr.10:15. Se traduce «obispado» en 1 Tim.3:1. Véanse OBISPADO.
OBISPO (SUPERVISOR):
episkopos (ἐπίσκοπος, G1985) , lit., supervisor (epi , sobre; skopeo, mirar o vigilar), de donde se deriva el término castellano episcopado, etc. Se encuentra en Hech.20:28; Filp.1:1; 1 Tim.3:2; Tit.1:7; 1 P.2:25. La rvr77 traduce «supervisor» en Hech.20:28; «obispo(s) » en los demás pasajes, excepto en 1 P.2:25, donde traduce «Guardián de vuestras almas», dando siempre notas aclaratorias en la columna central. Véase SUPERVISOR.
Nota: presbuteros, anciano, es otro término que designa a la misma persona que es obispo o supervisor. Véase Hech.20:17 y v. 28. El término «anciano» indica la experiencia y entendimiento espiritual maduros de aquellos que son así descritos; el término «obispo» o «supervisor» indica el carácter de la obra emprendida. En base de la voluntad y designación divina, como sucedía en el NT., debía haber obispos en cada iglesia local (Hech.14:23; 20:17; Filp.1:1; Tito1:5; Stg.5:14), que eran puestos bien por los apóstoles, bien por delegados específicamente instruidos para esta tarea. Cuando se usa el singular, el pasaje describe cómo debía ser un obispo (1 Tim.3:2; Tit.1:7). Cristo mismo es señalado como «Obispo de vuestras almas» (1 P.2:25). (VINE).

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