miércoles, 22 de junio de 2016

Parte I: INTRODUCCIÓN: LA DEIDAD DE JESÚS:

Parte I:
INTRODUCCIÓN: 

Por: Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

LA DEIDAD DE JESÚS:

theiotes = (θειότης, G2305) , divinidad. La traducción en la rv en Rom. 1:20 (rvr: «deidad») se deriva de theios (véase DIVINO), y debe distinguirse de theotes en Col.2:9: «Deidad». En Rom.1:20 el apóstol “está declarando cuánto de Dios puede ser conocido por la revelación de sí mismo que él ha dado en la naturaleza, a partir de aquellos vestigios de sí mismo que los hombres pueden distinguir por todas partes en el mundo a su alrededor”.

Pero no es por estos medios que se puede llegar a conocer a Dios de una manera personal; de esta manera solo puede ser conocido por la revelación que él ha hecho de sí mismo en su Hijo; pero en el segundo pasaje (Col.2:9), Pablo declara que en el Hijo mora toda la plenitud de la absoluta deidad; no se trataba de meros rayos de gloria divina que le dieran su brillo, iluminando su persona por un tiempo y con un esplendor que no le perteneciera; sino que él era, y es, el Dios absoluto y perfecto; y el apóstol usa theotes para expresar esta Deidad esencial y personal del Hijo (Trench, Synonyms, ii). Theotes indica la esencia divina de la Deidad, la personalidad de Dios; theiotes, los atributos de Dios, su naturaleza y propiedades divinas.

JESÚS iesous = (ιησους, G2424) es una transliteración del nombre heb. «Josué», significando «Jehová es salvación»; esto es, «es el Salvador»; era «un nombre común entre los judíos” (p.ej., Ex.17:9; Lc.3:29; Col.4:11). Fue dado al Hijo de Dios en la encarnación como su nombre personal, en obediencia a la orden dada por un ángel a José, el marido de su madre, María, poco antes de que él naciera (Mt.1:21). Es con este nombre que se le designa generalmente en las narraciones evangélicas, pero no sin excepciones, como en Mr.16:19; Lc.7:13, y una docena más de pasajes en este Evangelio, y en unos pocos lugares en el de Juan.
««Jesucristo» aparece solo en Mt.1:1; 1:18; 16:21, margen; Mr.1:1; Juan1:17; 17:3. En Hechos se halla frecuentemente el nombre «Jesús». «Señor Jesús» se usa normalmente, como en Hech.8:16; 19:5; 19:17; véase también los relatos de las palabras pronunciadas por Esteban (Hech.7:59), por Ananías (Hech.9:17), y por Pablo (Hech.16:31); aunque tanto Pedro (Hech.10:36), como Pablo (Hech.16:18), usaron también «Jesucristo».
»En las epístolas de Santiago, Pedro, Juan y Judas, el nombre personal no se encuentra solo ni una sola vez, pero sí en Apocalipsis, donde se encuentra ocho veces (vm, Hech.1:9; 12:17; 14:12; 17:6; 19:10, dos veces; Hech.20:4; 22:16). En la rvr se exceptúan los dos primeros pasajes, donde aparece el nombre compuesto «Jesucristo» (tr).
»En las Epístolas de Pablo, «Jesús» aparece solo únicamente trece veces, y en Hebreos ocho veces; en esta última, el título «Señor» se añade solo una vez (Hech.13:20). En las Epístolas de Santiago, Pedro, Juan y Judas, hombres que acompañaron al Señor en los días de su carne, «Jesucristo» es el orden invariable (en vm) del nombre y título, porque este fue el orden de su experiencia; lo conocieron primero como «Jesús», llegando a aprender, finalmente, en su resurrección, que él era el Mesías. Pero Pablo llegó a conocerlo por primera vez en la gloria celestial (Hech.9:1-6), y siendo así su experiencia la inversa de la de los otros, se halla frecuentemente el orden inverso, «Cristo Jesús», en sus epístolas, pero, exceptuando Hech.24:24, no aparece en ningún otro lugar de la vm.

»En las cartas de Pablo, el orden siempre está en armonía con el contexto. Así, «Cristo Jesús» describe al Excelso que se humilló a sí mismo (Filp.2:5), y da testimonio de su pre-existencia; «Jesucristo» describe al Menospreciado y Rechazado que fue después glorificado (Filp.2:11), y da testimonio de su resurrección. «Cristo Jesús» sugiere su gracia; «Jesucristo» sugiere su gloria» (de Notes on Thessalonians, por Hogg y Vine, pp. 26, 29).

EN EL NOMBRE DE JESÚS:

“Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo… Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto. … Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois?... Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos”. (Hech. 19:13-16).

En los vv. 13-18 encontramos la narración acerca de los hijos de Esceva. La magia y el espiritismo estaban muy difundidos en Éfeso. El exorcismo era una práctica común. Si el exorcista conocía el nombre de un espíritu más poderoso que el que había entrado en la persona afectada, al pronunciarlo podía sobreponerse al espíritu malo y hacerlo salir.
Algunos judíos exorcistas que vieron los milagros realizados por Pablo quisieron pervertir el uso del poder divino. Ellos pensaron que el nombre Jesús era una palabra mágica que podía ser usada para lograr sus propios fines egoístas. El fracaso de los judíos exorcistas, los siete hijos de un tal Esceva, un judío, principal de los sacerdotes (v. 14) fue usado para advertir a la gente que el poder espiritual que es de Dios no podía ser pervertido.
Su fracaso infundió a todos, fieles e infieles, un saludable temor. El resultado fue que muchos de esos farsantes, y muchos de los necesitados también, vieron lo equivocados que estaban. Las prácticas (v. 18) que ellos declaran no son simplemente acciones pecaminosas, sino supersticiones, hechicerías y otras cosas por el estilo. Nada puede demostrar más definidamente la realidad del cambio que el hecho de que en la supersticiosa Éfeso estuvieran dispuestos a quemar los libros y amuletos que les reportaban tantas ganancias.


LECCIÓN No I

A Cristo Se Le Aplican Nombres Que Sólo Pueden Ser Aplicados Debidamente a Alguien Que Es Dios:
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1.1ÉL Es Llamado DIOS.
•   “…y el Verbo era Dios” (Juan 1:1). Nota: los Testigos de Jehová se ven forzados a traducir Juan 1:1 como “el Verbo era un dios”. Para una información detallada del porqué esta es una traducción pobre y terriblemente engañosa, ver el siguiente estudio: El comentario del Dr. Mantey sobre Juan 1:1.
    Juan 1:1:  Ἐν1   En G1722  En  →  el  ἀρχῇ2   archê G746   principio  ἦν3   ên G2258  era  ὁ4   ho G3588  el  λόγος5   logos G3056  Verbo,  καὶ6   kai G2532  y  ὁ7   ho G3588  el  λόγος*8   logos G3056  Verbo  ἦν9   ên G2258  era  πρὸς10   pros G4314  con  ‹  τὸν11 Θεόν12 ›   ton Theon G3588 G2316  Dios,  καὶ13   kai G2532  y  ὁ16   ho G3588  el  λόγος17   logos G3056  Verbo  ἦν15   ên G2258  era  Θεὸς14   Theos G2316 Dios. (Interlineal RV1960).

ETIMOLOGÍA:
*logos = (λόγος, G3056), palabra o dicho. Significa también relato, y se traduce también como «cuenta», en los siguientes pasajes: Mt.12:36; 25:19; Lc.16:2; Rom.14:12, (rv: «razón»); Filp.4:17; Heb.4:13; Heb.13:17; 1 P.4:5. Véanse ASUNTO, CAUSA, COSA, DECIR, DERECHO, DICHO, DISCURSO, FAMA, HABLAR, HECHO, MANDAMIENTO, MENSAJE, NOTICIA, PALABRA, PLEITO, PREDICAR, PREGUNTA, PROPUESTA, RUDIMENTO, SENTENCIA, TRATADO, VERBO.

Notas:
(1) El verbo ellogeo, poner en la cuenta de una persona, se traduce en Flm.1:18  «ponlo en mi cuenta»; se usa también de inculpar de pecado en Rom.5:13: «se inculpa».
(2) El verbo istemi, poner en pie, estar en pie, poner, establecer, se traduce en Hech.7:60: «tomes en cuenta».
(3) El verbo sumpsefizo se traduce en Hech.19:19: «hecha la cuenta».
(4) Epignosis, véanse CIENCIA, CONOCIMIENTO, se traduce «tener en cuenta (a Dios)» en Rom.1:28.
(5) Logizomai (véase A, Nº 6), se usa propiamente:
(a) de cálculo numérico (p.ej., Lc.22:37: «fue contado»);
(b) metafóricamente, por una relación de características o de razones, tomar en cuenta (Rom.2:26: «¿no será tenida?»), de contar la incircuncisión como circuncisión en la estimación de Dios en contraste de la estimación de los judíos con respecto a su propia condición (v. 3); en 4:3,5,6,9,11,22, 23,24, de contar la fe como justicia, o de imputar justicia a personas; en el v. 4: «no se le cuenta el salario como gracia», se trata el tema considerando el contraste entre gracia y deuda, lo cual involucra el contar de una recompensa por unas obras; lo que se debe como deuda no puede ser considerado como una gracia, pero la fe de Abraham y de sus hijos espirituales los sitúa afuera de la categoría de aquellos que buscan ser justificados mediante los propios esfuerzos, y, viceversa, estos últimos quedan excluidos de la gracia de la justicia, que se otorga solo bajo la condición de la fe; así también en Gal.3:6: «le fue contado» (rv: «le fue imputado»); ya que Abraham, como todos los descendientes naturales de Adán, era pecador, estaba destituido de justicia a los ojos de Dios; si, por ello, se había de rectificar su relación con Dios, esto es, si había de ser justificado ante Dios, la rectificación no podría ser conseguida por su parte mediante obras meritorias; en Stg.2:23: «le fue contado», se considera este tema desde una perspectiva diferente (véase bajo JUSTIFICACION, B, los cuatro últimos párrafos); para otros casos de ser contados a este respecto, véase Rom.9:8: «son contados»; 2 Cor.5:19: «no tomándoles en cuenta» (rv: «no imputándoles»);
(c) considerar, calcular (Rom.6:11: «consideraos», rv: «pensad»; Rom.8:36: «somos contados», rv: «somos estimados»; 2 Cor.10:11: «tenga en cuenta», rv: «piense»);
(d) suponer, juzgar, considerar (Rom.2:3: «piensas»; Rom.3:28: «concluimos»; Rom.8:18: «tengo por cierto»; 2 Cor.11:5: «pienso»); véase A, Nº 6.
(6) anangello, traer palabra de vuelta, vino a tener en el griego tardío el mismo significado que apangello, anunciar, declarar; se traduce «dando cuenta» en Hech.19:18. (VINE).

•   “Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío y Dios mío!” (Juan 20:28).

•   “Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2:13).

•   “Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos” (Romanos 9.5). Nota: muchas traducciones modernas tratan de obviar está clara declaración usando el truco de cambiar la puntuación.

•   “Mas del Hijo dice, Tu trono oh Dios, por el siglo del siglo” (Hebreos 1:8).

   “Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna” (1 Juan 5:20).

•   “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado…y se llamará su nombre…Dios fuerte” Isaías 9:6).

1.2.   ÉL Es Llamado “el Hijo de Dios”.
Nota: En los días de Cristo, se entendía que el título “Hijo de Dios” significaba “igual a Dios”, es decir, “de igual naturaleza”. Afirmar ser el Hijo de Dios era afirmar ser divino. Los siguientes textos lo dejan muy en claro: Juan 5:17-18; Juan 10:33, 36; Juan 19:7.

1.3.  ÉL Es Llamado “el SEÑOR” (en griego: kurios).
Ver Lucas 2:11; Juan 13:13; Romanos 10:9; 1 Corintios 12:3; Filipenses 2:10; etc.

1.4.  ÉL Es Llamado “el SEÑOR DE GLORIA”.
Comparar 1 Corintios 2:8 con Salmo 24:8-10.

1.5.  ÉL Es Llamado “el SANTO”.
Comparar Hechos 3:14 con Oseas 11:9 e Isaías 48:17.

1.6.  ÉL Es Llamado “el PRIMERO Y EL ÚLTIMO”.
Comparar Apocalipsis 1:17-18 con Isaías 44:6.

1.7.  ÉL Es Llamado “el ALFA [Alef] Y OMEGA [Tau]”.
Comparar Apocalipsis 22:13, 16 con Apocalipsis 1:8.

1.8.  ÉL Es Llamado El Gran “YO SOY”.
Comparar Juan 8:58 con Éxodo 3:14.

CONCLUSIÓN - LOS NOMBRES:

1.  Estos nombres fueron aplicados a Cristo por hombres que eran judíos, que conocían el Antiguo Testamento y que por ello estaban totalmente informados de la real importancia de estos nombres. Ellos se daban totalmente cuenta de lo que implicaban esos nombres.

2.  Además, estos hombres eran intensamente monoteístas. La afirmación central de su fe era, “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová =  HA-SHEM ‘El Nombre’ Adonaí: UNO ES” (Deuteronomio 6:4). Ellos creían que entre Dios y el hombre había una diferencia abismal. Sin embargo, estos hombres aplicaron estos nombres a Jesucristo.

3.  Además, Cristo mismo era un judío que creía en Un Dios, y que este Un Dios estaba muy inmensamente por sobre el hombre. ÉL sabía, como ningún otro nunca supo, el tremendo significado de estos nombres que acabamos de examinar. Sin embargo, Él no solo permitió, sin protestar, que los hombres se dirigieran a ÉL de esa manera, sino los animó a hacerlo y a veces ÉL se aplicaba esos nombres a Sí Mismo (Juan 20:28-29 y Juan 13:13).

Juan 1:1: En [el] principio la Palabra era, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era un dios. (Biblia Nuevo Mundo de los Testigos de Jehová).

El Verbo hecho carne:

Juan 1:1: En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. (RV1960)

Véase ---------> Parte II:


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