jueves, 30 de junio de 2016

Parte III: Los Diez Mandamientos De Dios: (Éxodo 20:1-17)

Parte III:
Los Diez Mandamientos De Dios:
Por: Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Parte 3
Los Diez Mandamientos De Dios:
                  
V.
QUINTO MANDAMIENTO:
“Honrarás a tu padre y a tu madre”.

Introducción:
Salidos del dedo de Dios, cada uno de los Diez Mandamientos ocupa su lugar perfecto en el decálogo. En primer lugar YHVH = יהוה se presentado a sí mismo como Señor Soberano y Redentor de su Pueblo describiendo su Autoridad y Particularidad. Seguidamente nos recuerda que con Él no se puede jugar pues se debe Adoración Absoluta en espíritu y verdad. Ahora se dirige a un pueblo mostrándoles cómo vivir relaciones sanas en medio de un mundo corrompido, y como no podía ser de otro modo, comienza por el principio.

כַּבֵּד1   H3513:VpAISM2  Honra  אֶת2   H853:PA  a  ךָ4   RBSM2  tu  אָבִי3   H1:NCcSMS  padre  וְ5   CC  y  אֶת6   H853:PA  a  ֶךָ8   RBSM2  tu  אִמּ7   H517:NCcSFS  madre,  לְמַעַן9   H4616:CX  para  ←  que  ךָ12   RBSM2  tus  ‹  יָמֶי11  עַל13 ›   H5921:NCcPMS, Pu  días  →  se  יַאֲרִכוּן10   H748:VhAMPM3  alarguen  ◄ 11  en  הָ14   XD  la  אֲדָמָה15   H127:NCcSFNH  tierra  אֲשֶׁר16   H834:XN  que  יהוה17   H3068:NPDSMN  Jehová  ךָ19   RBSM2  tu  אֱלֹהֶי18   H430:NCcPMS  Dios  ‹  ל21  ָךְ22 ›   PL, RBSM2  te  נֹתֵן20   H5414:VqAvSM-N  da. (Éx. 20:12. Interlineal RV1960).



1.     LA FAMILIA ES LA BASE:

1.1. Universalidad.
Todo ser humano ha llegado a este mundo procedente de un padre y una madre. Eso nos iguala y nos hermana de alguna manera aunque  solo sea por tener en última instancia un mismo origen, el de la primera pareja creada por Dios. A Él atribuimos la feliz idea de la familia. 
Cuando meditamos en esta “célula” de la sociedad no tardamos en comprender su importancia. La declaración en 1948 afirmaba claramente que “la familia es la unidad fundamental de la sociedad”.[7] Ciertamente la familia es el cimiento de una sociedad, ésta se mantendrá en pie, se tambaleará o caerá dependiente del estado en que se encuentre la familia.
Por lo tanto no se entiende la erosión con la que se quiere dañar a la familia en las últimas décadas, facilitando el divorcio, el aborto o la eutanasia.

1.2. Responsabilidad.
La responsabilidad de los padres es muy grande en el seno familiar. Deben cuidar, formar y evangelizar a los hijos en el hogar.
Cuidar: Desde que nacemos estamos al cuidado de nuestros padres. Por nosotros mismos y dejados a la intemperie tendríamos las horas de vida contadas. El amor natural de los padres se encarga desde el principio de brindarnos la atención, alimento y recurso necesario para sobrevivir. Esos primeros años de vida marcarán para siempre el futuro de cualquier criatura dejando marcas indelebles en el alma.
Pero la historia no acaba ahí si no que la gran responsabilidad de los padres continua dando forma al carácter aún moldeable de los hijos. Este es el tiempo cuando los padres irán transmitiendo a sus hijos el conocimiento, la educación y valores adquiridos.
Los padres creyentes además se preocupan de enseñarles la Palabra de Dios pues no sólo se trata de enseñarles a vivir sino de vivir bien, es decir con calidad de vida y la calidad de vida se adquiere viviendo con Dios. Conducir a los hijos a Cristo debe ser la prioridad en el corazón de unos padres amantes de sus hijos. Para ello, la oración y la instrucción en la Palabra son vitales.

1.3. Autoridad.
Los padres han sido dotados por Dios de la autoridad necesaria para llevar adelante semejante gobierno, ¿cómo si no podrían los padres ejercer sus funciones de instrucción y corrección?
Por lo tanto el hogar es lugar donde el niño tiene su primer encuentro con la autoridad. Podemos asegurar de que en la medida que esta autoridad se establezca en el carácter del niño, éste sabrá desenvolverse en las distintas esferas sociales con son la escuela, el trabajo, la iglesia, etc.
La desobediencia, por desgracia, comenzando en el hogar ha llegado a todos los rincones de la sociedad promoviendo desorden y caos por doquier y no es más que una muestra del alcance del pecado en el mundo. Es aquí donde el tema de la disciplina toma cuerpo. Descartar la disciplina en el trato con los hijos es rehusar a utilizar una herramienta establecida por Dios en su Palabra para el buen gobierno de la prole. “Quien ama a su hijo lo disciplina”. Alquilen ha dicho: “el castigo es una píldora amarga que debe ir recubierta de sabiduría y ser administrada con amor, de lo contrario se rechazará”.

2.    LA HONRA ES EL MEDIO:
Del mismo modo en que Dios pone al hombre como cabeza de la familia (Ef.5:22-28; 1 P. 3:1-7) pone a ambos cónyuges como cabeza de los hijos (Ef.6:1-3).

Los hijos deben mostrar igual honra al padre como a la madre y ésta debe manifestarse en obediencia, respeto y lealtad.

2.1. Obediencia.
Honrar a los padres significa que les obedecerán y tomarán en serio la instrucción, que escucharán cuidadosamente las enseñanzas paternas.
La enseñanza bíblica es clara: Hijos obedeced a vuestros padres en todo. Sólo debemos hacer aquí una salvedad y decir que respetar no es adorar, que por encima de los padres está Dios mismo, No estamos diciendo que por cualquier causa o diferencia de opiniones haya que desobedecer sino que se debe obedecer como Cristo obedeció a sus padres terrenales y podemos imaginarnos cuanto les costaría, siendo ÉL prefecto, sujetarse. La clave de la obediencia es obedeceré en el Señor, es decir, como corresponde a los que están unidos al Señor, por respeto al Señor, para agradar al Señor

2.2. Respeto.
El respeto a los padres debe estar adornado con toda deferencia en el lenguaje y los modales con los que los hijos se dirigen a sus progenitores. No se debe reaccionar como a uno le dé la gana, cuando un niño le saca la lengua a sus padres eso significa que los considera como nada o sea una total falta de respeto. “Los modales son los frenos que la conciencia provee para hacer que dejemos de pensar sólo en nosotros mismo y en lo que nos agrada”. “Por eso las normas de conducta son una parte tan importante de la disposición moral”.

2.3. Lealtad.
Honrar significa también ser leal, no abandonar a los padres cuando son ancianos o “no sirven”.
Los hijos deben mostrar siempre su agradecimiento a los padres, visitarlos periódicamente y acompañados en su soledad, especialmente en la vejes. Apoyarles espiritualmente en los años difíciles y también proveer para ellos económicamente si fuera necesario (Mt. 15:4-9; 1 Tim.5:4)
El amor a los padres implica sacrificio, por tanto los hijos deben estar dispuestos a soportar las situaciones difíciles a lo que se enfrenta un padre inválido, con enfermedades degenerativas o Alzheimer. Por último y dado los tiempos que corren los hijos deberán proteger a sus padres de leyes como  la eutanasia que van más allá de querer aparte a los viejos de la sociedad sino que quieren acabar con ellos porque ya “no sirven”, no producen a sólo generan gasto.

3.    LA PROMESA ES EL FRUTO:

3.1. Bendición.
“Honrar a tu padre ya a tu madre, que es el primer Mandamiento con promesa…” (Ef.6:2ª).
Guardar este Mandamiento comporta bendición. Estamos ante el primer Mandamiento con una promesa especial y personal ya que la promesa en el segundo Mandamiento es general. Como hemos visto es fundamental para el buen orden familias y el sano desarrollo de la sociedad. Dios mismo se compromete a bendecir la obediencia y de una promesa, es decir, pone su palabra en juego. Dios mismo asegura longevidad y prosperidad a los hijos que honran a sus padres.

3.2 Longevidad.
Una vida longeva será el fruto de guardar este Mandamiento. Quien obedece y honra a sus padres se verá libre de muchos males que acortan la vida. El Alcohol, las drogas, la mala vida, el suicidio, etc., se llevan por delante a muchas personas antes de alcanzar una edad madura y aún los adultos podrían vivir mucho más en esta tierra su hubiesen seguir las instrucciones de sus padres cuando les recomendaban abstenerse de según qué prácticas o vicios. Aquí debemos decir que toda regla tiene sus excepciones porque ha habido creyentes y habrán buenos creyentes que morirán sin conocer la vejes por lo que nos hacemos eco de lo que afirman los antiguos comentarista: “Una vida larga es demostración de la gracia del Señor para con aquellos que le temen, pero su gloria o la salvación de los elegidos podría hacer aconsejable también una vida corta”.

También podemos decir con propiedad que los piadosos son bendecidos igualmente en todos los países, como lo eran los judíos en la tierra que Dios les dio. Esta promesa es siempre cumplir, ya sea literalmente o por una bendición superior: una bendición espiritual y eterna.

3.3. Prosperidad.
El hijo obediente he instruido en la palabra por sus padres crecerá como árbol plantado junto a corrientes de las aguas. Podemos tener la certeza que de suyo crecerá, que la buena semilla plantada se desarrollará, dará su fruto y prosperará. Es verdad que la prosperidad mala administrada genera maldición pero como alguien ha dicho “la prosperidad externa, si sigue al hecho de andar con Dios, es muy dulce, como el cero, que cuando sigue a un dígito aumenta el valor de su número, aunque él mismo, en sí, no es nada”.

Conclusión:

Dios sabe lo que hace. Todos y cada uno de los Mandamientos tienen un propósito definido y el quinto en particular quiere preservar la semilla de la vida en el núcleo familiar, guardando este Mandamiento cada uno de nosotros estaremos poniendo el cimiento de la bendición para nuestra propia vida y el mundo en que vivimos mientras esperamos la venida de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo quien por su obediencia y con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados, es decir, a aquellos que reciben por la fe en Jesucristo el perdón de los pecados.
(Hechos 26:18) (Hebreos 10:14).

“para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados”. (Hechos 26:18) 

“porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados”. (Heb 10:14) 

 Ver --------> Parte IV:

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