martes, 7 de junio de 2016

Parte I: LAS TRES PERDIDAS: (Lucas 15:1-32)

Parte I:

LAS TRES PERDIDAS:
(Lucas 15:1-32)










Por: Pastor. Carlos Ramírez Jiménez:



INDICE:

Introducción:……………………………………………………………..2
Capítulo I: La Oveja Descarriada: Mateo 18:12-14: (Lc. 15:1-7):……....3-6
Capítulo II: La Moneda Perdida: Lucas 15: 8-10):……………………....7-10
Capítulo III: El Hijo Perdido: Lucas 15:11-32:………………………....11-14
Conclusión……………………………………………………………....15


INTRODUCCIÓN:
Lucas 15:1-32: La crítica de los fariseos sobre la abierta asociación de Jesús con reconocidos pecadores y gente socialmente repudiada dio lugar a tres parábolas:
·         Que ilustran el amor y preocupación de Dios por los pecadores.

Su actitud se opone totalmente a los que se creían justos los fariseos corresponden a:
v  las 99 ovejas,
v  las 9 monedas y
v  al hermano mayor.

Los publicanos y pecadores corresponden a:
v  la oveja perdida,
v  la moneda perdida, y
v   al hijo pródigo.

La parábola de la oveja perdida es muy aplicable a la gran obra de la redención del hombre. La oveja perdida representa al pecador apartado de Dios y expuesto a ruina segura si no es llevado de vuelta a Él, aunque no desee regresar. Cristo es ferviente para llevar a casa a los pecadores.
En la parábola de la pieza de plata perdida, lo que está perdido es una pieza de pequeño valor, comparada con el resto. Pero la mujer busca diligentemente hasta encontrarla.
A su inmoralidad el hijo añade apostasía. Se une al campesino gentil que cría cerdos, los que eran considerados por la audiencia de Jesús como animales impuros.
A la muerte de un padre la ley judía otorgaba una tercera parte al hijo más joven y dos terceras partes al mayor. La petición del hijo menor pone de manifiesto su naturaleza rebelde y el deseo de independizarse de su padre. Un padre judío podía legar su riqueza antes de su muerte.

Este a los pecadores recibe. Como los fariseos desdeñaban a los publicanos y a los pecadores, Cristo contó estas tres parábolas (15:4-32) para mostrar el interés de Dios por ellos.
El uso de la palabra se perdió. Ocho veces es enfatizado en este capítulo la condición perdida del hombre (vv.4 –dos veces-, 6, 8, 9, 17 24, 32),


Capítulo I
La Oveja Descarriada: Mateo 18:12-14: (Lc. 15:1-7):

Oveja. Hembra del carnero. Llama negra. Persona que, en una familia o colectividad poco numerosa, difiere desfavorablemente de las demás. La machorra o castrada. Encomendar las al lobo. Encargar los negocios, hacienda u otras cosas a quien las pierda o destruya.  Leña de, panza de, piel. (Del lat. ovicŭla). Descarriar. Apartar a alguien del carril, echarlo fuera de él. Apartar del rebaño cierto número de reses. Dicho de una persona: Separarse, apartarse o perderse de las demás con quienes iba en compañía o de las que la cuidaban y amparaban. . Apartarse de lo justo y razonable. (De des- y carro).
El Señor Yeshuah no era muy selectivo en cuanto a la gente con la que se reunía, por lo que los fariseos y los escribas no vacilaron en acusarle: Este a los pecadores recibe, y con ellos come”.
El mismo Señor, sin embargo, había expresado con toda claridad cuál era su misión. Recordamos sus propias palabras: “Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino pecadores al arrepentimiento”.
Para insistir en la proclamación de su propósito redentor, frente a la actitud desafiante de escribas y fariseos, pronunció lo que conocemos como: “la parábola de la oveja perdida”.
Esta parábola, como todas las del Señor, se sirve de realidades dirías y comunes para esclarecer enseñanzas profundamente espirituales. La imagen del pastor y las ovejas era familiar para todos los que oían. Hoy día, para nosotros, esta parábola es una de las preferidas porque representa, de manera tierna y visible, la realidad eterna y profunda del infinito amor de Dios.
Mt. 18:12: τί1   ti G5101  ¿Qué  μν hymin G5213  os  δοκε3   dokei G1380 VPAI3S  parece?  ἐὰν4   ean G1437  Si  τινι6   tini G5100  un  νθρώπ7   anthrôpô G444  hombre  γένηταί5   genêtai G1096  tiene  κατν8   hekaton G1540  cien  πρόβατα9   probata G4263  ovejas,  κα10   kai G2532  y  →  se  πλανηθ11   planêthê G4105  descarría  ν12   hen G1520  una  ξ13   ex G1537  de  ατν14   autôn G846  ellas,  οχ15   ouchi G3780  ¿no  φες16   apheis G863  deja  τ17   ta G3588  las  ννενήκονταεννέα18   ennenêkontaennea G1768  noventa  ←  y  ←  nueve  •  y  πορευθες22   poreutheis G4198  va  π19   epi G1909  por  τ20   ta G3588  los  ρη21   orê G3735  montes  →  a  ζητε23   zêtei G2212  buscar  τ24   to G3588  la  ←  que  →  se  →  había  πλανώμενον25   planômenon G4105  descarriado? (Interlineal RV1960).
Oveja: probation = (προβάτιον G4263) diminutivo, oveja pequeña. Se encuentra en algunos textos en Jn.21:16-17; distinto de arnia = corderos (v. 15), se usaba sin embargo como término cariñoso.
Ovejas: probaton = (πρόβατον G4263) de probaino, ir adelante, esto es, del movimiento de los cuadrúpedos, se utilizaba entre los griegos para denotar ganado menor, ovejas y cabras. En el NT., solo de ovejas:
(a) literalmente (p.ej., Mt.12:11, 12);
(b) metafóricamente, de aquellos que pertenecen al Señor, las ovejas perdidas de la casa de Israel (Mt.10:6); de aquellos que están bajo el cuidado del Buen Pastor (p.ej., Mt.26:31; Jn.10:1, lit., «el redil de las ovejas», y vv. 2-27; 2:16, 17 en TR y otras autoridades; Heb.13:20); de aquellos que en un día futuro, cuando la introducción del reinado milenial, habrán mostrado bondad hacia su pueblo terrenal perseguido en su gran tribulación (Mt.25:33); de los vestidos de los falsos profetas (Mt.7:15);
(c) en sentido figurado, en forma de símil, de Cristo (Hech.8:32); de los discípulos (p.ej., Mt.10:16); de verdaderos seguidores de Cristo en general (Rom.8:36); de la condición anterior de aquellos que se han cobijado bajo su cuidado de Pastor (1P.2:25); de las multitudes que buscaron la ayuda de Cristo en los días de su carne (Mt.9:36; Mr. 6:34).
Descarriada: G4105 πλανάω = planáo: de G4106; (propiamente hacer) vagar (de seguridad, verdad o virtud):- engañador, engañar, errar, extraviar, descarriar, seducir, vagar. (Strong).
Evidentemente, en esta parábola el pastor es Yeshuah, y nosotros las ovejas. El Pastor tenía cien ovejas y solamente una de ellas se extravió. El porcentaje no es alto. Es más, los pastores de hoy estaríamos felices de que ese fuera el porcentaje de pérdida en nuestras congregaciones.
Pero este pastor no se conformó con las noventa y nueve ovejas que le quedaron, sino que se fue a buscar la que se perdió. ¿No es esto un ejemplo y un reto para nosotros hoy día?
La parábola de la oveja perdida (vv. 12, 13) ilustra el valor de cada persona delante de Dios y el cuidado de Dios cuando se extravía una oveja”, aunque quedan noventa y nueve dentro del redil (Comp. Lc.15:4-7). Ama a las cien con el mismo grado de amor, pero cuando una oveja se pierde, ésta recibe la atención total del Buen Pastor (ver Jn.10:11). Pastor: El predicador debe disponer de una buena concordancia. En ella descubrimos las veces y las circunstancias en que Jesús se llamó a sí mismo pastor.

Nota: Se llamó pastores a los dirigentes de la comunidad cristiana:
·         Véase la Comisión de Pedro en Jn.21:15-17.
·         Léase las instrucciones de Pablo a los ancianos de Mileto (Hech.20:28).
·         Considere estas otras citas bíblicas: (Ef.4:11; 1 P.5:2).
Cuando se encuentra y se restaura al redil, el gozo por la recuperación de ésta es más grande que por las noventa y nueve que no estuvieron en peligro. Así sucede en una familia que tiene muchos hijos. Cuando uno se enferma, o se pierde, se olvidan de los demás en su atención por el hijo en peligro. Cuando pasa el peligro, todos se regocijan.
Yeshuah concluye este párrafo reafirmando el valor de cada persona delante de Dios con una declaración negativa en cuanto a la voluntad de Dios: No es su voluntad que uno de estos pequeños se pierda.

Hay cuatro palabras en el NT., que traducimos como perder:
1) Destruir: apolumi = (ἀπόλλυμι G622) significa:
(I) en la voz activa:
(a) destruir, destruir totalmente, dar muerte (p.ej., Mt.10:28; Mr. 1:24; 9:22);
(b) perder totalmente, p.ej., Mt.10:42, de perder una recompensa; Lc.15:4a, de perder una oveja; Lc.9:25, de perderse uno mismo (de la pérdida del bienestar en el más allá); metafóricamente, Jn.6:39, de dejar de salvar; 18:9, de Cristo no perdiendo a los que le pertenecen.
(II) en la voz media:
(a) perecer, de cosas (p.ej., Jn.6:12  «que no se pierda nada»); de personas (p.ej., Mt.8:25  «perecemos»); de la pérdida de la vida eterna (Jn.3:16  «no se pierda»; 17:12: «se perdió»; 2 Cor.4:3  «que se pierden»);
(b) estar perdido (p.ej., Lc.15:4b: «pierde»); metafóricamente, de la relación entre pastor y grey, de la destitución y alienación espirituales, quedando excluidos de la presencia de Dios (Mt.10:6  «las ovejas perdidas» de la casa de Israel; Lc.19:10  «que se había perdido», el tiempo perfecto traducido aquí es intransitivo).
Que se utiliza como “extraviar”, y es la que leemos en Lc. 5:4.
2) Dañar: G91 δικέω = adikéo: de G94; ser injusto, i. e. (activamente) hacer el mal (moralmente, social o físicamente):- injusticia, injusto, injusta, maltratar, agraviar, agravio, dañar, hacer daño. Algo que se dañado y no sirve para lo que se diseñó”.
3) Expulsar: G1544 κβάλλω = ekbálo: de G1537 y G906; expulsar (literalmente o figurativamente):- echar, enviar, excluir, expulsar, impulsar, dejar, desechar, despedir, sacar. Considerar innecesario o inservible”.
4) Defecto: amemptos = (ἄμεμπτος G273) relacionado con memfo, inculpar, etc. Se traduce «irreprensible/s» en Lc.1:6; Filp.2:5; 3:6; 1 Ts.3:13; «sin defecto» en Heb.8:7.
Denota la idea de defecto, algo que se considera perdido debido a sus defectos”.
Lo interesante es que nosotros estamos perdidos en esos mismos cuatro niveles:
§  Nos hemos extraviados de nuestro camino.
§  Hemos permitido que nuestros dones y habilidades de servicio se deterioren al extremo de no ser útiles a Dios.
§  Nos hemos separado de Dios a causa de nuestro pecado.
§  Somos expulsados de Su presencia. Nos hemos convertido en imperfectos y nos hemos dejado afectar destructivamente por el pecado, aceptando cambios negativos y progresivos en nuestro carácter y en nuestra conducta.

Por otro lado, se implica que es la voluntad de Dios que todos se salven (Comp. Ez.33:11; Jn.3:16; 1 Tim.2:4; 2 P.3:9). El único obstáculo para que alguna persona entre en el reino, habiendo oído el evangelio, es su voluntad contraria (Jn.5:40). Hay variedad en los manuscritos griegos en cuanto a la expresión vuestro Padre (v. 14). Algunos dicen “Mi Padre”, otros “nuestro Padre”; nuestra versión adopta la mejor apoyada.

¿Cómo reparar la deshonra?  Uno de los pecados que más ofenden y que se da en la relación comunitaria de la iglesia es la calumnia. Esta falsa imputación que tiene por objeto desacreditar o deshonrar a otro, es un delito penado por la ley vigente. Es una pena que muchos creyentes ignoren que a la vez que se peca ofendiendo a un hermano en la fe, también se está cometiendo un delito.
La deshonra atenta contra la dignidad moral de una persona, atribuyéndole adjetivos falsos. Se toca lo más vulnerable, lo más íntimo: el honor.
Y se la desacredita restándole méritos a fin de menoscabarla. En los tribunales y ante el juez, existe un paso llamado de conciliación y retractación dando oportunidad a que las partes no lleguen a instancias más gravosas. Pero hay incontables casos en donde la sentencia ordena indemnización o reparación por los daños causados. Esta indemnización es en dinero, pues es casi imposible reparar, o conseguir que todo vuelva al principio como si nada hubiera pasado.
Ahora bien, en el plano espiritual no debemos exigir que por calumnias o deshonra el ofensor responda como ante el juez, pero sí creemos que el ofensor debe buscar la forma de reparar el daño. Reparación no es indemnizar. No es pago en dinero. Es lograr, moral y espiritualmente, que el injuriado vuelva a gozar del crédito o prestigio moral que tenía antes de ser falsamente denigrado. Lamentablemente muchos creyentes consideran haber arreglado la situación con sólo orar a Dios y pedirle perdón, pero no tienen la valentía de acercarse a quien han dañado y arreglar sus asuntos también con él.
Esta clase de creyentes quiere lavar sus conciencias bañándose en el barro. Es hora de que se hable claro del asunto. El camino que nos enseñó el Señor es el del perdón, y éste se ha de pedir a nuestro Dios y también a quienes hemos deshonrado.
Véase----------> Parte II:












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