miércoles, 8 de junio de 2016

Parte I: LAS 7 PALABRAS DE JESÚS EN LA CRUZ:

Parte I:
LAS 7 PALABRAS DE JESÚS EN LA CRUZ:
Por: Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Como cada año el mundo cristiano tanto: 1) católicos, 2) protestantes, y 3) evangélicos recuerdan el día de la pasión de Cristo realizado según la Biblia, pero cada uno de los ya mencionado tienen diferentes forma de conmemorarlo:
·      El primero con sus ritos y costumbres tradicionales creen todavía en el Cristo histórico crucificado, asen votos de sufrimiento solo en este día especial por medios de procesiones, ritos, buenas obras, etc…;
·      Mientras el tercero creen en la obra histórica de la salvación y sabe que él se encuentra a la diestra del Dios Padre intercediendo por aquellos que le invocan, y esperan su pronto regreso.
Creo sin dudas fue la escena más atroz de la pasión de Cristo, fue la película  narrado por (escenificada) Mel Gibson el autor y cineasta norteamericano, que tomo la verdadera narración bíblica de Isaías 53 que fue cuestionado por la iglesia católica romana, muchos entraron en show*, hasta hubo algunos muertos para el entonces por tal escena, bueno el segundo grupo o los evangélicos sabían que esta película narraba la verdadera historia según la biblia, al margen de esta historia veamos algo importante que dijo nuestro Salvador.
Se entiende que Jesús pronunció siete palabras desde la cruz en este orden: petición de perdón para los enemigos (Lucas 23:34); promesa al ladrón penitente (Lc. 23:43); el encargo de su madre al discípulo amado (Juan 19:26 s.); la exclamación de desolación (Mateo 27:46); el anuncio de sed (Juan 19:28); “¡Consumado es!” (Juan 19:30); y la entrega del espíritu (Lc. 23:46). Así que, Lucas registra tres expresiones, Juan tres y Mateo una. Se nota que Marcos no figura en esta lista. Veamos.

I.       ORACIÓN POR SUS ENEMIGOS: (Lucas 23:34):

En este v.34 a, Tenemos la oración de Jesús por sus enemigos: “Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.
Siete importantes palabras (o freses) pronunció Jesús desde la Cruz antes de morir, y éste es la primera de ellas. Tan pronto como fue levantado en la Cruz, o poco después de haber sido CLAVADO en ella, pronunció Jesús esta plegaria, en la que podemos observar:
1.1. La Petición Misma “Padre, perdónalos”.
 El pecado del que eran culpables, justamente podría ser tenido por imperdonable. Sin embargo, Cristo intercedió por ellos (v Is.53:12). Pero los dichos de Jesús, en general, y los que pronunció sobre la Cruz, en particular, tiene alcance universal. No sólo a quienes le crucificaban, sino también a todos nosotros alcanza la oración del Salvador: Todo el que se arrepienta y crea en el Evangelio, obtendrá el perdón que Jesús pidió para sus perseguidores. Su sangre “habla mejor que la de Abel” (Hebreos 12:24): la de Abel pedía venganza; la de Jesús, perdón.
1.2. La Razón Que Alega.
“Porque no saben lo que hacen”. Pablo explica que si lo hubiesen sabido, “no habrían crucificado al Señor de la gloria = (Chekinah)” (1 Corintios 2:8). Este texto sería bastante para excusar de “deicidio**” a los contemporáneos de Jesús. Hay una clase de ignorancia que excusa, aunque no del todo, la culpabilidad del pecado: la que alguien sufre por falta de medios de conocimiento, o por falta de capacidad para recibir instrucción.
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*            Show. (Voz ingl.). m. Espectáculo de variedades. || 2. Acción o cosa realizada por motivo de exhibición. || montar un ~. fr. Organizar o producir un escándalo. Microsoft® Encarta® 2009.
**          Deicidio. (De deicida). m. Crimen del deicida. Microsoft® Encarta® 2009.  deicida. (Del lat. deicīda). adj. Se dice de los que dieron muerte a Jesucristo. U. t. c. s.

Los que crucificaron al SALVADOR eran mantenidos en la ignorancia por parte de los gobernadores de la nación, y compartían los prejuicios de éstos contra la persona y la doctrina de Jesús, por lo cual, pensaban que estaban rindiendo a Dios un servicio grato (compare con Juan 16:2; Hechos 3:17; 1 Timoteo 1:13).
Tales personas son dignas de lástima y hemos de orar por ellos. Y, al orar, hemos de llamar Padre a nuestro Dios; y la mayor gracia que podemos pedirle, tanto para nosotros como para otros, es que nos perdone los pecados. Hemos de orar, como Jesús, por nuestros enemigos (6:28, compare con Mateo 5:44). Si Cristo oró por tales enemigos, ¿qué enemigos podemos tener nosotros por quienes no hayamos de orar?

II.     HOY ESTARÁS CONMIGO: (Lucas 23:43):

El extraordinario favor que Jesús concedió a este hombre:Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo: Hoy estarás conmigo en el Paraíso(v.43). Jesús pone s Amén (“De Cierto”) a esa oración y le concede mucho más de lo que había pedido el ladrón moribundo. Éste se contentaba con un recuerdo para el futuro; Cristo le asegura una posesión para aquel mismo día, antes de que se pusiera el sol. Notemos:
2.1. Primero, a Quién Son dichas Esas Consoladoras Palabras:
Al ladrón arrepentido. Aun cuando Cristo se hallaba ahora bajo el mayor tormento físico y próximo a la muerte, tuvo una palabra de mayor consuelo para un pobre moribundo arrepentido. Los más grandes pecadores, si se arrepienten sinceramente, obtendrán, por medio de Jesucristo, no sólo el perdón completo de todos sus pecados, sino también un lugar en el paraíso de Dios.
2.2. Segundo, Quién Dice Esas Palabras:
El SALVADOR (No es: María, José, Pedro, Un ángel, Un iluminado, el Papa, etc.), del mundo, el único Mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre (1 Timoteo 2:5); con esa frase, declaró Jesús el verdadero propósito y significado de sus propios sufrimientos: Así como moría para alcanzarnos el perdón de los pecados (v.34), así también moría para alcanzarnos la VIDA ETERNA.
Por esas palabras  entendemos que Jesucristo murió para abrir las puertas del reino de los cielos a todos los creyentes arrepentidos:
(1) Cristo nos hace saber que va derecho al paraíso. Por la Cruz a la Luz, a la corona de gloria, y nosotros no podemos ir al Cielo por otro camino que el que Jesús recorrió.
(2) Hace saber a todos los creyentes arrepentidos que, cuando mueran, irán a su presencia, para gozar con ÉL por toda la eternidad. Las normas gramaticales y el sentido común nos hacen rechazar la interpretación de ADVENTISTAS y “TESTIGOS DE JEHOVÁ” que puntúan así la frase: De cierto te digo hoy: Estrás conmigo en el Paraíso, pues ese hoy quedaría completamente fuera de lugar, en una necia e inútil tautología*.
(3) En cuatro palabras, como advierte Bossuet, condensa el Señor la mayor dicha posible “Hoy¡qué prontitud! estarás” ¡qué seguridad! “conmigo” ¡qué compañía! “en el Paraíso¡qué felicidad!
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*            Tautología. (Del gr. ταυτολογία). f. Ret. Repetición de un mismo pensamiento expresado de distintas maneras. || 2. despect. Repetición inútil y viciosa. Microsoft® Encarta® 2009.
**          Paraíso. (Del lat. paradīsus, este del gr. παράδεισος, y este del avéstico pairidaēza, cercado circular, aplicado a los jardines reales). m. En el Antiguo Testamento, jardín de delicias donde Dios colocó a Adán y Eva. 2. Cielo, lugar en que los bienaventurados gozan de la presencia de Dios.

III.   EL INTERÉS POR UN SER QUERIDO EN MEDIO DE LA AGONÍA: (Juan 19: 26-27):
V.26: Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo.
V.27: Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.
Todos los comentaristas toman nota de que, aun en su momento de profunda angustia física, Jesús tuvo el cuidado de proveer para su madre (v. 26). Aparentemente José había muerto y Jesús sabía que su madre experimentaría gran soledad y tristeza después de su muerte.
3.1. El Discípulo a Quien Amaba (ver 13:23).
El más allegado a Jesús durante su ministerio público y el que lo había entendido mejor (Lindars), el único de los discípulos que estaba al lado de la cruz en este momento, y el mismo sobrino de María, ése sería el más apto, el más indicado, para suplir sus necesidades. Aun cuando Jesús cargaba sobre sí los pecados del mundo, no se olvidó de cargar sobre sí también la responsabilidad por su madre. Se dirige a su madre con Mujer, he ahí tu hijo, encomendándola a Juan.
El uso de mujer, en vez de madre, puede caer a nuestros oídos como una expresión fría, distante, o aun despectiva. Sin embargo, fue todo lo contrario; era una expresión de respeto y cariño (ver 2:4). El discípulo amado llegaría a suplir el rol verdadero de hijo para María.
Los hermanastros de Jesús, no siendo creyentes todavía (ver 7:5) y ausentes de los eventos relatados, no podrían dar la comprensión y consolación que María necesitaba. Sin embargo, pronto después de la ascensión ellos también llegaron a la fe en Jesús y se identificaron con la iglesia naciente (ver Hech. 1:14).
Si nuestra investigación y conclusión son correctas, el discípulo mencionado aquí es el apóstol Juan. Si él iba a ser el hijode María, ella vendría a ser su “madre”. Junto con su propia madre, Salomé, los dos formarían la familia espiritual que María necesitaba. Hovey interpreta las palabras de Jesús así: Que ella reciba de ti el amor y tierno cuidado que tú darías a tu propia madre”.
3.2. Se Piensa Que En Ese Momento, Desde Aquella Hora.
Llevó a María del lado de la cruz a su casa en Jerusalén para evitar que ella viera el sufrimiento final y la muerte de su hijo. Esto explicaría la omisión en este Evangelio de algunas de las palabras de Jesús desde la cruz. Si esto sucedió, pronto Juan habría regresado para estar al lado de la cruz hasta el fin. O, es posible que la expresión la recibió en su casa se refiera al acto de recibirle como miembro de su propia familia. La expresión la recibió en su casa significa literalmente “la recibió para sus propias cosas”, admitiendo la idea de su propia casa, o a su propia familia.
Esta expresión sirve de base para la conjetura de que el discípulo amado era Juan Marcos, porque la iglesia primitiva se reunía en su casa y su madre se llamaba María (Hech. 12:12). Opinamos que esta conjetura se basa en un argumento muy precario y poco convincente.

Ver -------> Parte II:






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