Parte I:
LAS 7 PALABRAS
DE JESÚS EN LA CRUZ:
Por: Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Como cada año el mundo cristiano tanto: 1) católicos,
2) protestantes, y 3) evangélicos
recuerdan el día de la pasión de Cristo realizado
según la Biblia, pero cada uno de los ya mencionado tienen diferentes forma de conmemorarlo:
·
El
primero con sus ritos y costumbres tradicionales creen todavía en el Cristo
histórico crucificado, asen votos de sufrimiento solo en este día especial por
medios de procesiones, ritos, buenas obras, etc…;
·
Mientras
el tercero creen en la obra histórica de la salvación y sabe que él se
encuentra a la diestra del Dios Padre intercediendo por aquellos que le
invocan, y esperan su pronto regreso.
Se
entiende que Jesús pronunció siete palabras desde la cruz en este orden: petición de perdón para los enemigos
(Lucas 23:34); promesa al ladrón penitente (Lc. 23:43); el encargo de su madre
al discípulo amado (Juan 19:26 s.); la exclamación de desolación (Mateo 27:46);
el anuncio de sed (Juan 19:28); “¡Consumado es!” (Juan 19:30); y la entrega
del espíritu (Lc. 23:46). Así que, Lucas registra tres expresiones, Juan tres y
Mateo una. Se nota que Marcos no figura en esta lista. Veamos.
I. ORACIÓN POR
SUS ENEMIGOS: (Lucas 23:34):
En
este v.34 a,
Tenemos la oración de Jesús por sus
enemigos: “Y Jesús decía: Padre, perdónalos,
porque no saben lo que hacen”.
Siete
importantes palabras (o freses) pronunció Jesús desde la Cruz antes de morir, y
éste es la primera de ellas. Tan pronto como fue levantado en la Cruz, o poco
después de haber sido CLAVADO en ella, pronunció Jesús esta plegaria, en
la que podemos observar:
1.1.
La Petición Misma “Padre, perdónalos”.
El
pecado del que eran culpables, justamente podría ser tenido por imperdonable.
Sin embargo, Cristo intercedió por ellos (v Is.53:12). Pero los dichos de
Jesús, en general, y los que pronunció sobre la Cruz, en particular, tiene
alcance universal. No sólo a quienes le crucificaban, sino también a todos
nosotros alcanza la oración del Salvador: Todo el que se arrepienta y crea en
el Evangelio, obtendrá el perdón que Jesús pidió para sus perseguidores. Su
sangre “habla mejor que la de Abel” (Hebreos 12:24): la de Abel pedía venganza;
la de Jesús, perdón.
1.2.
La Razón Que Alega.
“Porque no saben lo que hacen”. Pablo explica que si lo
hubiesen sabido, “no habrían crucificado al Señor de la gloria = (Chekinah)”
(1 Corintios 2:8). Este texto sería bastante para excusar de “deicidio**”
a los contemporáneos de Jesús. Hay una clase de ignorancia que excusa, aunque
no del todo, la culpabilidad del pecado:
la que alguien sufre por falta de medios de conocimiento, o por falta de
capacidad para recibir instrucción.
___________
* Show. (Voz ingl.). m. Espectáculo de
variedades. || 2. Acción o cosa realizada por motivo de exhibición. || montar
un ~. fr. Organizar o producir un escándalo. Microsoft® Encarta® 2009.
** Deicidio. (De deicida). m. Crimen del
deicida. Microsoft® Encarta® 2009.
deicida. (Del lat. deicīda). adj. Se dice de los que dieron muerte a
Jesucristo. U. t. c. s.
Los que crucificaron al SALVADOR eran mantenidos en la ignorancia
por parte de los gobernadores de la nación, y compartían los prejuicios de
éstos contra la persona y la doctrina de Jesús, por lo cual, pensaban que
estaban rindiendo a Dios un servicio grato (compare con Juan 16:2; Hechos 3:17;
1 Timoteo 1:13).
Tales
personas son dignas de lástima y hemos de orar por ellos. Y, al orar,
hemos de llamar Padre a nuestro Dios; y la mayor gracia que podemos pedirle,
tanto para nosotros como para otros, es que nos perdone los pecados. Hemos de orar,
como Jesús, por nuestros enemigos (6:28, compare con Mateo 5:44). Si Cristo oró
por tales enemigos, ¿qué enemigos podemos tener nosotros por quienes no hayamos
de orar?
II. HOY ESTARÁS CONMIGO: (Lucas 23:43):
El extraordinario favor que Jesús concedió
a este hombre: “Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo: Hoy
estarás conmigo en el Paraíso” (v.43). Jesús pone s Amén (“De Cierto”) a esa oración y le concede mucho más de
lo que había pedido el ladrón moribundo. Éste se contentaba con un recuerdo
para el futuro; Cristo le asegura una posesión para aquel mismo día, antes de
que se pusiera el sol. Notemos:
2.1. Primero, a Quién Son dichas Esas
Consoladoras Palabras:
Al ladrón arrepentido. Aun cuando Cristo
se hallaba ahora bajo el mayor tormento físico y próximo a la muerte, tuvo una
palabra de mayor consuelo para un pobre moribundo arrepentido. Los más grandes
pecadores, si se arrepienten sinceramente, obtendrán, por medio de Jesucristo,
no sólo el perdón completo de todos sus pecados, sino también un lugar en el
paraíso de Dios.
2.2.
Segundo, Quién Dice Esas Palabras:
El SALVADOR (No es:
María, José, Pedro, Un ángel, Un iluminado, el Papa, etc.), del mundo, el único
Mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre (1 Timoteo 2:5); con esa
frase, declaró Jesús el verdadero propósito y significado de sus propios
sufrimientos: Así como moría para
alcanzarnos el perdón de los pecados (v.34), así también moría para alcanzarnos
la VIDA ETERNA.
Por esas palabras entendemos que Jesucristo murió para abrir las puertas del reino de los cielos a todos
los creyentes arrepentidos:
(1) Cristo nos hace saber que va
derecho al paraíso. Por la Cruz a la Luz, a la corona de gloria, y nosotros no
podemos ir al Cielo por otro camino que el que Jesús recorrió.
(2) Hace saber a todos los creyentes
arrepentidos que, cuando mueran, irán a su presencia, para gozar con ÉL por
toda la eternidad. Las normas gramaticales y el sentido común nos hacen
rechazar la interpretación de ADVENTISTAS
y “TESTIGOS DE JEHOVÁ” que puntúan
así la frase: “De cierto te digo hoy: Estrás conmigo en el
Paraíso”, pues ese “hoy” quedaría completamente fuera de lugar, en una
necia e inútil tautología*.
(3) En cuatro
palabras, como advierte Bossuet, condensa el Señor la mayor dicha posible “Hoy” ¡qué prontitud! “estarás” ¡qué seguridad! “conmigo”
¡qué compañía! “en
el Paraíso” ¡qué felicidad!
___________
* Tautología. (Del gr. ταυτολογία). f. Ret.
Repetición de un mismo pensamiento expresado de distintas maneras. || 2.
despect. Repetición inútil y viciosa. Microsoft® Encarta® 2009.
** Paraíso. (Del lat. paradīsus, este
del gr. παράδεισος, y este del avéstico pairidaēza, cercado circular, aplicado
a los jardines reales). m. En el Antiguo Testamento, jardín de delicias donde
Dios colocó a Adán y Eva. 2. Cielo, lugar en que los bienaventurados gozan de
la presencia de Dios.
V.26: Cuando vio Jesús a su madre, y al
discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu
hijo.
V.27: Después dijo al
discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella
hora el discípulo la recibió en su casa.
Todos los comentaristas toman nota de
que, aun en su momento de profunda angustia física, Jesús tuvo el cuidado de proveer para su madre (v. 26). Aparentemente José había muerto y Jesús
sabía que su madre experimentaría gran soledad y tristeza después de su muerte.
3.1. El Discípulo a Quien Amaba (ver 13:23).
El más allegado a Jesús durante su
ministerio público y el que lo había entendido mejor (Lindars), el único de los discípulos que estaba al lado de la cruz
en este momento, y el mismo sobrino de María, ése sería el más apto, el más
indicado, para suplir sus necesidades. Aun cuando Jesús cargaba sobre sí los
pecados del mundo, no se olvidó de cargar sobre sí también la responsabilidad
por su madre. Se dirige a su madre con Mujer, he ahí tu hijo, encomendándola a
Juan.
El uso de mujer, en vez de “madre”,
puede caer a nuestros oídos como una expresión fría, distante, o aun
despectiva. Sin embargo, fue todo lo contrario; era una expresión de respeto y
cariño (ver 2:4). El discípulo amado llegaría a suplir el rol verdadero de “hijo”
para María.
Los hermanastros de Jesús, no siendo
creyentes todavía (ver 7:5) y ausentes de los eventos relatados, no podrían dar
la comprensión y consolación que María necesitaba. Sin embargo, pronto después
de la ascensión ellos también llegaron a la fe en Jesús y se identificaron con
la iglesia naciente (ver Hech. 1:14).
Si nuestra investigación y conclusión
son correctas, el discípulo mencionado aquí es el apóstol Juan. Si él iba a ser
el “hijo” de María, ella vendría a
ser su “madre”.
Junto con su propia madre, Salomé, los dos formarían la familia espiritual que
María necesitaba. Hovey interpreta
las palabras de Jesús así: “Que ella reciba de
ti el amor y tierno cuidado que tú darías a tu propia madre”.
3.2.
Se Piensa Que En Ese Momento, Desde Aquella Hora.
Esta expresión sirve de base para la
conjetura de que el discípulo amado era Juan Marcos, porque la iglesia
primitiva se reunía en su casa y su madre se llamaba María (Hech. 12:12).
Opinamos que esta conjetura se basa en un argumento muy precario y poco
convincente.
Ver -------> Parte II:
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