Parte II:
Jesús Promete Enviar Al Espíritu Santo:
(Juan 14:15–26)
Por: Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
NOTA: *V.17: Mora Con Vosotros, y Estará En
Vosotros: El Espíritu Santo estaba activo en tiempos del AT., pero Su morada en
las vidas de los creyentes después de Pentecostés se diferencia en que:
1)
Es permanente, y
2)
Es verdadera respecto de cada creyente individual.
Juan dice categóricamente que el mundo
(ver 1:9), es decir, los que rechazan a Cristo, no puede recibir al Paracleto.
Jesús explica la razón por esta imposibilidad: es que no lo ve ni lo conoce. Para los del mundo, la única
realidad es lo que pueden ver y tocar. En vez de no lo ve sería mejor “no lo contempla”, o “no está contemplándolo”. El sentido de
ni lo conoce es que “ni lo reconocen, ni
lo disciernen” (ver 1 Cor. 2:14). Los pronombres quien y lo, en el griego,
son de género neutro porque se refieren al Espíritu (género neutro en griego),
pero en otros pasajes se refiere al Espíritu con pronombres masculinos (ver
15:26; 16:7, 8, 13, 14). El pronombre Vosotros, en la posición enfática, hace
un contraste marcado con el mundo. Lo que el mundo no puede, ellos (vosotros)
sí pueden.
Jesús ofrece dos razones por las cuales los discípulos tienen, o tendrán después
de Pentecostés, un conocimiento íntimo y personal del Espíritu Santo:
·
Porque
permanece con vosotros, y
·
está
en vosotros.
Los dos
verbos, permanece y está, enfatizan la presencia personal e ininterrumpida del
Espíritu en dos maneras:
·
Por
el significado esencial de los verbos, y
·
por
el tiempo presente de ambos.
Las dos preposiciones enfatizan la relación
íntima del Espíritu con los discípulos:
con tiene el sentido de “al lado de”,
la misma que se emplea en “Paracleto“;
en enfatiza la morada dentro de cada creyente y dentro del conjunto de
creyentes, la iglesia.
Habiendo afirmado que el mundo no puede
recibir, ni conocer, al Espíritu Santo, Jesús procede a asegurarles a los
discípulos que no los dejará, término fuerte que significa “abandonar”.
Además, explica cómo se manifestará a
ellos en el futuro (vv. 18–24). Él había hablado tanto de su salida del mundo e
ida al Padre (ver 13:33, 36; 14:12 ss.) que ellos estaban dudando de un futuro
cuando quedarían sin él. No os dejaré huérfanos es una promesa concreta para
calmar sus temores. El término huérfanos, usado aquí en el sentido figurado,
pero una vez en el sentido literal (Stg. 1:27), es la transliteración del
término griego y significa “sin padres”.
Jesús había llamado a los discípulos “hijitos”
(13:33), ocupando el puesto de su padre espiritual.
Vincent indica las maneras en que Jesús cumple su promesa: no fueron
dejados sin una regla de vida (13:34), ni sin un ejemplo (13:15), ni sin un
motivo (14:15), ni sin fruto (15:5); ni sin advertencia (15:2, 6), ni sin
consuelo (14:18), ni sin recompensa (14:2). La promesa de volveré se traduce
mejor “vengo, o estoy viniendo”,
pues es un verbo en el tiempo presente, aunque se refiere al futuro inmediato.
Los comentaristas están divididos en
cuanto al significado de la promesa volveré:
algunos opinan que se refiere a la resurrección y/o la segunda venida (14:3),
pero otros, basados en los vv. 21, 23 y Mateo 28:20, opinan que se refiere a la
venida del Espíritu Santo.
En el v. 19, Jesús se refiere a su salida
física e inminente del mundo, después de la cual el mundo, que no tiene
percepción espiritual, no podría verlo más, pero los discípulos lo verían. La
interpretación del versículo anterior determina el significado de pero vosotros
me veréis. Jesús se refiere a un evento futuro me veréis, pero con el verbo en
el tiempo presente, literalmente “me
estáis contemplando”. La referencia es a su resurrección, o a la venida del
Espíritu Santo. Nótese: el contraste
marcado que se establece entre el mundo y vosotros, ambos términos en una
posición enfática.
Con la conjunción causal Porque, Jesús
explica la base de nuestra esperanza de vida: su propia victoria sobre la muerte en la resurrección.
Nótese: otra vez el contraste marcado entre los
dos pronombres yo y vosotros, ambos en una posición
enfática. Lo que hizo Jesús tiene implicaciones para sus seguidores en todos
los siglos.
La expresión en aquel día (v. 20) es
ambigua, pero solo dos opciones
surgen:
· Se refiere a la
resurrección, o
· a Pentecostés.
El énfasis en este versículo recae sobre
la triple relación mutua entre Jesús, el Padre y los discípulos.
Morris
opina
que Jesús se refiere a lo que pasaría en el día de la resurrección, pero no hay
evidencia de que este conocimiento, o percepción espiritual, haya llegado en
relación con ese evento, pero ciertamente se produjo cuando el Espíritu Santo
descendió sobre los discípulos reunidos.
Jesús había hablado en ocasiones
anteriores de la relación mutua entre él y el Padre, relación que aquí se
extiende a los discípulos (ver 15:4, 5; 17:21, 23; 1 Jn. 3:24; 4:13, 15, 16).
Esta relación explica en parte la promesa de “no os dejaré huérfanos”, pero
también es la garantía de un ministerio fructífero (15:1–5).
En el v. 21, Jesús repite esencialmente
lo que dijo en 14:15; hay una relación estrecha e inconfundible entre el amar a
Jesús y el obedecer sus mandamientos. El amor produce la motivación,
y la obediencia es la evidencia que autentica lo genuino del amor. El
tener sus mandamientos significa tenerlos en mente y obedecerlos como el estilo
de vida. Los tres verbos, tiene, guarda y ama, son
participios griegos en el tiempo presente y describen acción continua:
· Hay poco o
ningún valor en tener los mandamientos
si uno no los obedece;
· las dos acciones
son necesarias para validar el amor.
Jesús
anuncia tres bendiciones para el que expresa su amor en la obediencia:
· Tendrá la
seguridad del amor del Padre,
· el amor del
Hijo, y
· la manifestación
personal de Jesús en su vida.
NOTA. V.21: La fe cristiana obra mediante el amor
(Gál.5:6) y la medida del amor de una persona se comprueba por la extensión en
que observa los MANDAMIENTOS de
Cristo.
Morris comenta que
este pasaje indica que el Padre no es indiferente a la actitud de los hombres
hacia su Hijo. No explica en qué manera o en qué tiempo se manifestará a los
que les aman.
El verbo griego que se traduce
manifestaré se usa solo aquí y el versículo siguiente en Juan (ver Mt. 27:53;
Heb. 9:24); el significado del verbo, según Westcott,
es de “una presentación en forma clara y
conspicua” (ver Éx. 33:13).
Lindars opina que amaré
y manifestaré, en este contexto, pueden referirse a la misma experiencia. A la
luz del v. 23, su manifestación aquí no se referiría a las apariciones visibles
después de la resurrección, sino a su presencia en los creyentes por el
Espíritu Santo.
Además de las genealogías de Jesús,
aparecen seis personas con el nombre de Judas en el NT:
· Judas mencionado
en el v. 22, hijo de Jacobo (Lc. 6:16; Hech. 1:13), también identificado con
Tadeo (Mt. 10:3);
· Judas Iscariote;
· Judas, el
hermano de Jacobo, José y Simón, y también hermanastro de Jesucristo (Mat.
13:55; Mar. 6:3);
· Judas, cuyo
sobrenombre era Barsabás (Hech. 15:22, 27, 32);
· Judas de Galilea
(Hech. 5:37); y
· Judas de Damasco
(Hech. 9:11).
Es
la única ocasión cuando este Judas se haya destacado. Él no expresa
duda de la promesa de Jesús de manifestarse, pero no entiende cómo o por qué se
hará con ellos y no con el mundo. La traducción literal de la pregunta sería: “¿Qué ha llegado a suceder que…?”.
Parece que Judas había entendido que Jesús se manifestaría públicamente (ver v.
19) y ahora, al enterarse que no, considera la declaración de Jesús como un
cambio de planes. Probablemente Judas, como los demás discípulos, todavía estaba
esperando el restablecimiento del trono de David en Jerusalén.
Lindars observa que si
Jesús hubiera tenido en mente la Segunda Venida, al hablar de su manifestación,
hubiese sido para todo el mundo (ver Mt. 24:27). Por lo tanto, al limitar la
manifestación a los discípulos, se referiría a otra cosa. Jesús contesta esta
inquietud en el versículo siguiente.
Etimología:
G2455 Ἰουδάς = Ioudás: de origen hebreo [H3063];
Judas, nombre de diez israelitas; también posteridad de uno de ellos y su
región:- Judá, Judas.
G2469 Ἰσκαριώτης = Iskariótes: de origen
hebreo [probablemente H377 y H7149]; habitante de Queriot; Iscariote
(i.e. queriotita), epíteto de Judas el traidor:- Iscariote. (Strong).
La frase condicional Si alguno me ama
(v. 23) emplea la partícula griega que anticipa un futuro más probable. Es
decir, Jesús confiaba que algunos lo amarían. En vez de referirse a “mis
mandamientos” como antes (ver 15, 21), aquí es mi palabra.
Vincent
opina
que mi palabra se refiere al mensaje total del evangelio, como distinto a los
mandamientos que son parte del evangelio.
Respondiendo a la pregunta de Judas,
Jesús establece otra vez la condición del discipulado verdadero (ver 8:51; 17:6): “el amor que
se valida en la obediencia” (ver vv. 15, 21).
Luego explica cómo él se manifestará a
los discípulos, pero no al mundo. Jesús promete tres bendiciones concretas para
el discípulo verdadero:
· Amor personal
del Padre (v. 21);
· La llegada a él
por el Padre y el Hijo; y
· el
establecimiento de su vivienda en la vida del discípulo.
El concepto de Dios morando entre su
pueblo escogido era muy común en el AT., (ver Éx. 25:8; 29:45; Zc. 2:10), pero
en el NT., por primera vez vemos el concepto del Padre y el Hijo morando en el
corazón de sus fieles. El término morada (ver v. 2) se deriva del verbo griego
que se traduce “permanecer”.
La presencia, o morada, permanente con los discípulos es el énfasis del
versículo (ver vv. 18 ss.). Esta descripción de una manifestación interna y
espiritual de Jesús y el Padre indica que no tiene en mente ni las apariencias
visibles después de la resurrección ni tampoco la Segunda Venida.
Habiendo dicho tres veces en forma positiva que el que le ama guardará sus mandamientos, ahora (v. 24)
recalca este principio al expresarlo en forma negativa. En vez de referirse a “mis
mandamientos” (ver 15, 21), aquí se refiere a mis palabras y a la
palabra.
Brown,
Morris
y otros opinan que no hay una diferencia sustancial entre los tres términos.
Jesús vuelve a enfatizar la armonía y unidad entre él y el Padre a tal punto
que lo que uno hace el otro lo hace igualmente (ver v. 10; 7:16).
3. Las Instrucciones Que El Espíritu Santo
Les Impartirá (vv.25-26):
Plummer
observa
un contraste entre Estas cosas, las cuales Jesús les compartía ahora, con “todas las cosas” (v. 26) que el Espíritu Santo les enseñaría luego de
Pentecostés. El verbo en el tiempo perfecto he hablado apunta al valor
permanente de las cosas que había dicho. La frase mientras todavía estoy con
vosotros es literalmente “con vosotros permaneciendo”, implicando un tiempo
limitado y, por lo tanto, comunica cierto sentido de urgencia. La RVA clasifica
“permaneciendo”
como un participio temporal con el sentido de “mientras aún permanezco…”.
Jesús estaba plenamente consciente de que el fin de su vida terrenal se
acercaba rápidamente.
Los historiadores nos recuerdan que una
de las diferencias entre la Iglesia Oriental y la Occidental,
cuando hubo una división en el cristianismo a partir del siglo IV, tenía que
ver con la procedencia del Espíritu Santo.
Juan dice que tanto Jesús (15:26; 16:7)
como el Padre (14:16, 26) enviarían el Espíritu Santo. La Iglesia Occidental
afirmaba que el Espíritu fue dado por Jesús y por el Padre simultáneamente,
doctrina que se llama “Doble
Procedimiento”, o “Filioque”,
término que significa “y el Hijo”, o
sea “del Padre y del Hijo”.
En contra, la Iglesia Oriental sostenía
que fue dado únicamente por el Padre dado que no podía haber habido más que una
fuente.
A continuación Jesús explica cuál sería
el ministerio básico del Espíritu: “él os enseñará
todas las cosas y os hará recordar todo lo que yo os he dicho”.
Jesús había sido “el Maestro” para
los discípulos durante tres años y estaba a punto de dejarlos, pero proveería “otro Maestro” quien supliría
cabalmente su ausencia.
Concluyo:
Su currículo abarcaría todas las cosas,
eso es, todo lo que ellos necesitarían saber para realizar su ministerio de extender
el reino de Dios. Incluiría también la función de recordar y aclarar lo que
Jesús les había enseñado durante su estadía con ellos. Ellos seguían con muchas
dudas, incertidumbres y perplejidades referentes a lo que habían escuchado,
pero el Espíritu les guiaría a toda la verdad. Esta función sería vital, no
sólo en la enseñanza y predicación del evangelio a sus contemporáneos, sino en
la producción del NT. Esa función sigue siendo vital para todo creyente y toda
iglesia que representa fielmente a Cristo.
Cuando abrimos la Biblia para leerla o
estudiarla, el Espíritu de verdad que mora en nosotros nos guía a toda verdad
(16:13). Sin su ayuda, estamos ciegos, pero con su guía, podemos ver. ¿Se podrá tener el Espíritu Santo sin haber aceptado a Jesucristo como Salvador, como pretenden las religiones populares?
“él os enseñará todas las
cosas y os hará recordar todo lo que yo os he dicho”
___________________
-e-Sword-the. LEDD.
-Biblia de Estudio RYRIE.
-Comentario de MATTHEW Henry.
-Por: Carlos Ramírez Jiménez. 23//04//2015.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario