lunes, 20 de junio de 2016

Parte II: Jesús Promete Enviar Al Espíritu Santo: (Juan 14:15–26)

Parte II:

Jesús Promete Enviar Al Espíritu Santo:
 (Juan 14:15–26)
Por: Pastor: Carlos Ramírez Jiménez: 

NOTA: *V.17: Mora Con Vosotros, y Estará En Vosotros: El Espíritu Santo estaba activo en tiempos del AT., pero Su morada en las vidas de los creyentes después de Pentecostés se diferencia en que:
1)      Es permanente, y
2)      Es verdadera respecto de cada creyente individual.

Juan dice categóricamente que el mundo (ver 1:9), es decir, los que rechazan a Cristo, no puede recibir al Paracleto. Jesús explica la razón por esta imposibilidad: es que no lo ve ni lo conoce. Para los del mundo, la única realidad es lo que pueden ver y tocar. En vez de no lo ve sería mejor “no lo contempla”, o “no está contemplándolo”. El sentido de ni lo conoce es que “ni lo reconocen, ni lo disciernen” (ver 1 Cor. 2:14). Los pronombres quien y lo, en el griego, son de género neutro porque se refieren al Espíritu (género neutro en griego), pero en otros pasajes se refiere al Espíritu con pronombres masculinos (ver 15:26; 16:7, 8, 13, 14). El pronombre Vosotros, en la posición enfática, hace un contraste marcado con el mundo. Lo que el mundo no puede, ellos (vosotros) sí pueden.

Jesús ofrece dos razones por las cuales los discípulos tienen, o tendrán después de Pentecostés, un conocimiento íntimo y personal del Espíritu Santo:
·      Porque permanece con vosotros, y
·      está en vosotros.
Los dos verbos, permanece y está, enfatizan la presencia personal e ininterrumpida del Espíritu en dos maneras:
·      Por el significado esencial de los verbos, y
·      por el tiempo presente de ambos.
Las dos preposiciones enfatizan la relación íntima del Espíritu con los discípulos: con tiene el sentido de “al lado de”, la misma que se emplea en “Paracleto“; en enfatiza la morada dentro de cada creyente y dentro del conjunto de creyentes, la iglesia.
Esta preposición introduce un nuevo concepto: la morada del Espíritu Santo en la vida del creyente. Esta es una de las razones para el dicho de Jesús: Os conviene que yo me vaya(16:7) y ayuda a explicar la promesa de y mayores que estas hará, porque yo voy al Padre(14:12).

2.     La Mutua Comunión Que Entre Ellos Ha De Prevalecer Con Jesús, Mediante El Espíritu de Dios, Cuando El Señor Se Haya Marchado De Este Mundo (vv.18-24):



Habiendo afirmado que el mundo no puede recibir, ni conocer, al Espíritu Santo, Jesús procede a asegurarles a los discípulos que no los dejará, término fuerte que significa “abandonar”.
Además, explica cómo se manifestará a ellos en el futuro (vv. 18–24). Él había hablado tanto de su salida del mundo e ida al Padre (ver 13:33, 36; 14:12 ss.) que ellos estaban dudando de un futuro cuando quedarían sin él. No os dejaré huérfanos es una promesa concreta para calmar sus temores. El término huérfanos, usado aquí en el sentido figurado, pero una vez en el sentido literal (Stg. 1:27), es la transliteración del término griego y significa “sin padres”. Jesús había llamado a los discípulos “hijitos” (13:33), ocupando el puesto de su padre espiritual.
Vincent indica las maneras en que Jesús cumple su promesa: no fueron dejados sin una regla de vida (13:34), ni sin un ejemplo (13:15), ni sin un motivo (14:15), ni sin fruto (15:5); ni sin advertencia (15:2, 6), ni sin consuelo (14:18), ni sin recompensa (14:2). La promesa de volveré se traduce mejor “vengo, o estoy viniendo”, pues es un verbo en el tiempo presente, aunque se refiere al futuro inmediato.
Los comentaristas están divididos en cuanto al significado de la promesa volveré: algunos opinan que se refiere a la resurrección y/o la segunda venida (14:3), pero otros, basados en los vv. 21, 23 y Mateo 28:20, opinan que se refiere a la venida del Espíritu Santo.

En el v. 19, Jesús se refiere a su salida física e inminente del mundo, después de la cual el mundo, que no tiene percepción espiritual, no podría verlo más, pero los discípulos lo verían. La interpretación del versículo anterior determina el significado de pero vosotros me veréis. Jesús se refiere a un evento futuro me veréis, pero con el verbo en el tiempo presente, literalmente “me estáis contemplando”. La referencia es a su resurrección, o a la venida del Espíritu Santo. Nótese: el contraste marcado que se establece entre el mundo y vosotros, ambos términos en una posición enfática.
Con la conjunción causal Porque, Jesús explica la base de nuestra esperanza de vida: su propia victoria sobre la muerte en la resurrección.

Nótese: otra vez el contraste marcado entre los dos pronombres yo y vosotros, ambos en una posición enfática. Lo que hizo Jesús tiene implicaciones para sus seguidores en todos los siglos.

La expresión en aquel día (v. 20) es ambigua, pero solo dos opciones surgen:
·      Se refiere a la resurrección, o
·      a Pentecostés.
El énfasis en este versículo recae sobre la triple relación mutua entre Jesús, el Padre y los discípulos.
Morris opina que Jesús se refiere a lo que pasaría en el día de la resurrección, pero no hay evidencia de que este conocimiento, o percepción espiritual, haya llegado en relación con ese evento, pero ciertamente se produjo cuando el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos reunidos.
Jesús había hablado en ocasiones anteriores de la relación mutua entre él y el Padre, relación que aquí se extiende a los discípulos (ver 15:4, 5; 17:21, 23; 1 Jn. 3:24; 4:13, 15, 16). Esta relación explica en parte la promesa de no os dejaré huérfanos”, pero también es la garantía de un ministerio fructífero (15:1–5).
En el v. 21, Jesús repite esencialmente lo que dijo en 14:15; hay una relación estrecha e inconfundible entre el amar a Jesús y el obedecer sus mandamientos. El amor produce la motivación, y la obediencia es la evidencia que autentica lo genuino del amor. El tener sus mandamientos significa tenerlos en mente y obedecerlos como el estilo de vida. Los tres verbos, tiene, guarda y ama, son participios griegos en el tiempo presente y describen acción continua:

·      Hay poco o ningún valor en tener los mandamientos si uno no los obedece;
·      las dos acciones son necesarias para validar el amor.

Jesús anuncia tres bendiciones para el que expresa su amor en la obediencia:
·      Tendrá la seguridad del amor del Padre,
·      el amor del Hijo, y
·      la manifestación personal de Jesús en su vida.

NOTA. V.21: La fe cristiana obra mediante el amor (Gál.5:6) y la medida del amor de una persona se comprueba por la extensión en que observa los MANDAMIENTOS de Cristo.

Morris comenta que este pasaje indica que el Padre no es indiferente a la actitud de los hombres hacia su Hijo. No explica en qué manera o en qué tiempo se manifestará a los que les aman.
El verbo griego que se traduce manifestaré se usa solo aquí y el versículo siguiente en Juan (ver Mt. 27:53; Heb. 9:24); el significado del verbo, según Westcott, es de “una presentación en forma clara y conspicua” (ver Éx. 33:13).
Lindars opina que amaré y manifestaré, en este contexto, pueden referirse a la misma experiencia. A la luz del v. 23, su manifestación aquí no se referiría a las apariciones visibles después de la resurrección, sino a su presencia en los creyentes por el Espíritu Santo.

Además de las genealogías de Jesús, aparecen seis personas con el nombre de Judas en el NT:
·      Judas mencionado en el v. 22, hijo de Jacobo (Lc. 6:16; Hech. 1:13), también identificado con Tadeo (Mt. 10:3);
·      Judas Iscariote;
·      Judas, el hermano de Jacobo, José y Simón, y también hermanastro de Jesucristo (Mat. 13:55; Mar. 6:3);
·      Judas, cuyo sobrenombre era Barsabás (Hech. 15:22, 27, 32);
·      Judas de Galilea (Hech. 5:37); y
·      Judas de Damasco (Hech. 9:11).

Es la única ocasión cuando este Judas se haya destacado. Él no expresa duda de la promesa de Jesús de manifestarse, pero no entiende cómo o por qué se hará con ellos y no con el mundo. La traducción literal de la pregunta sería: “¿Qué ha llegado a suceder que…?”. Parece que Judas había entendido que Jesús se manifestaría públicamente (ver v. 19) y ahora, al enterarse que no, considera la declaración de Jesús como un cambio de planes. Probablemente Judas, como los demás discípulos, todavía estaba esperando el restablecimiento del trono de David en Jerusalén.
Lindars observa que si Jesús hubiera tenido en mente la Segunda Venida, al hablar de su manifestación, hubiese sido para todo el mundo (ver Mt. 24:27). Por lo tanto, al limitar la manifestación a los discípulos, se referiría a otra cosa. Jesús contesta esta inquietud en el versículo siguiente.

Etimología:
G2455 Ἰουδάς = Ioudás: de origen hebreo [H3063]; Judas, nombre de diez israelitas; también posteridad de uno de ellos y su región:- Judá, Judas.
G2469 Ἰσκαριώτης = Iskariótes: de origen hebreo [probablemente H377 y H7149]; habitante de Queriot; Iscariote (i.e. queriotita), epíteto de Judas el traidor:- Iscariote. (Strong).

La frase condicional Si alguno me ama (v. 23) emplea la partícula griega que anticipa un futuro más probable. Es decir, Jesús confiaba que algunos lo amarían. En vez de referirse a mis mandamientos como antes (ver 15, 21), aquí es mi palabra.
Vincent opina que mi palabra se refiere al mensaje total del evangelio, como distinto a los mandamientos que son parte del evangelio.
Respondiendo a la pregunta de Judas, Jesús establece otra vez la condición del discipulado verdadero (ver 8:51; 17:6): “el amor que se valida en la obediencia (ver vv. 15, 21).
Luego explica cómo él se manifestará a los discípulos, pero no al mundo. Jesús promete tres bendiciones concretas para el discípulo verdadero:
·      Amor personal del Padre (v. 21);
·      La llegada a él por el Padre y el Hijo; y
·      el establecimiento de su vivienda en la vida del discípulo.
El concepto de Dios morando entre su pueblo escogido era muy común en el AT., (ver Éx. 25:8; 29:45; Zc. 2:10), pero en el NT., por primera vez vemos el concepto del Padre y el Hijo morando en el corazón de sus fieles. El término morada (ver v. 2) se deriva del verbo griego que se traduce permanecer”. La presencia, o morada, permanente con los discípulos es el énfasis del versículo (ver vv. 18 ss.). Esta descripción de una manifestación interna y espiritual de Jesús y el Padre indica que no tiene en mente ni las apariencias visibles después de la resurrección ni tampoco la Segunda Venida.
Habiendo dicho tres veces en forma positiva que el que le ama guardará sus mandamientos, ahora (v. 24) recalca este principio al expresarlo en forma negativa. En vez de referirse a mis mandamientos (ver 15, 21), aquí se refiere a mis palabras y a la palabra.
Brown, Morris y otros opinan que no hay una diferencia sustancial entre los tres términos. Jesús vuelve a enfatizar la armonía y unidad entre él y el Padre a tal punto que lo que uno hace el otro lo hace igualmente (ver v. 10; 7:16).

3.     Las Instrucciones Que El Espíritu Santo Les Impartirá (vv.25-26):


Los versículos finales del capítulo (vv. 25–26) sirven como un resumen de los temas presentados hasta ahora, con un énfasis especial en la venida del Espíritu Santo. La introducción Estas cosas os he hablado… es como una fórmula que marca el comienzo de un nuevo énfasis (ver 15:11; 16:1, 25, 33), empleada sólo en el discurso de despedida y llevando a algunos comentaristas a hacer una división aquí en su bosquejo.
Plummer observa un contraste entre Estas cosas, las cuales Jesús les compartía ahora, con “todas las cosas” (v. 26) que el Espíritu Santo les enseñaría luego de Pentecostés. El verbo en el tiempo perfecto he hablado apunta al valor permanente de las cosas que había dicho. La frase mientras todavía estoy con vosotros es literalmente “con vosotros permaneciendo”, implicando un tiempo limitado y, por lo tanto, comunica cierto sentido de urgencia. La RVA clasifica permaneciendo como un participio temporal con el sentido de mientras aún permanezco…”. Jesús estaba plenamente consciente de que el fin de su vida terrenal se acercaba rápidamente.


Nótese: en el v. 26, la conjunción adversativa. Pero que establece un marcado contraste entre la situación antes de Pentecostés y después. Jesús había prometido a sus discípulos que enviaría al Paracleto (v. 16), pero ahora presenta lo que se considera la descripción más comprensiva en este Evangelio de la persona del Espíritu Santo (ver el comentario sobre el v. 16 para el significado de Consolador). Antes fue llamado el Espíritu de verdad”, pero aquí se llama el Espíritu Santo. Es la única ocasión en Juan donde el nombre se emplea en esta forma (ver 1:33 y 20:22). El adjetivo Santo está en la posición atributiva, dando énfasis al carácter del Espíritu. Este aspecto de su carácter, indicando su naturaleza divina e igualdad con el Padre y el Hijo, se destaca más que el de su poder dinámico. La frase que el Padre enviará en mi nombre indica la procedencia del Espíritu. Pero en 15:26 Jesús aclara respecto al Espíritu que yo os enviaré de parte del Padre”. La expresión en mi nombre quizás se refiere al hecho de que Jesús se lo pedirá del Padre (v. 16), o que es enviado como su representante personal.

Los historiadores nos recuerdan que una de las diferencias entre la Iglesia Oriental y la Occidental, cuando hubo una división en el cristianismo a partir del siglo IV, tenía que ver con la procedencia del Espíritu Santo.
Juan dice que tanto Jesús (15:26; 16:7) como el Padre (14:16, 26) enviarían el Espíritu Santo. La Iglesia Occidental afirmaba que el Espíritu fue dado por Jesús y por el Padre simultáneamente, doctrina que se llama “Doble Procedimiento”, o “Filioque”, término que significa “y el Hijo”, o sea “del Padre y del Hijo”.
En contra, la Iglesia Oriental sostenía que fue dado únicamente por el Padre dado que no podía haber habido más que una fuente.
A continuación Jesús explica cuál sería el ministerio básico del Espíritu: “él os enseñará todas las cosas y os hará recordar todo lo que yo os he dicho”. Jesús había sido “el Maestro” para los discípulos durante tres años y estaba a punto de dejarlos, pero proveería “otro Maestro” quien supliría cabalmente su ausencia.

Concluyo:

Su currículo abarcaría todas las cosas, eso es, todo lo que ellos necesitarían saber para realizar su ministerio de extender el reino de Dios. Incluiría también la función de recordar y aclarar lo que Jesús les había enseñado durante su estadía con ellos. Ellos seguían con muchas dudas, incertidumbres y perplejidades referentes a lo que habían escuchado, pero el Espíritu les guiaría a toda la verdad. Esta función sería vital, no sólo en la enseñanza y predicación del evangelio a sus contemporáneos, sino en la producción del NT. Esa función sigue siendo vital para todo creyente y toda iglesia que representa fielmente a Cristo.
Cuando abrimos la Biblia para leerla o estudiarla, el Espíritu de verdad que mora en nosotros nos guía a toda verdad (16:13). Sin su ayuda, estamos ciegos, pero con su guía, podemos ver. ¿Se podrá tener el Espíritu Santo sin haber aceptado a Jesucristo como Salvador, como pretenden las religiones populares?

“él os enseñará todas las cosas y os hará recordar todo lo que yo os he dicho”




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-e-Sword-the. LEDD.
-Biblia de Estudio RYRIE.
-Comentario de MATTHEW Henry.
-Por: Carlos Ramírez Jiménez. 23//04//2015.

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