Parte III:
Doctrinas:
Calvino y Arminio:
Por: Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
justificación divina ni fueron
participes de la salvación. Son aquellos
a los cuales Jesús les dice “nunca os
conocí”. Los que terminaron salvados
lo fueron porque de principio a fin la gracia de Dios estuvo con ellos y les
mantuvo para que terminaran hasta el fin. Al final el número de redimidos
termina siendo el mismo para ambas escuelas de interpretación, ni más, ni
menos.
La
Gloria de Dios.
Si en ambas posiciones el número de
salvados es “el mismo” lo que está
en discusión es de quien es la gloria en cuanto a esa salvación, ¿es de Dios
toda la gloria o no la es? Desde el punto de vista arminiano, existe un
elemento humano en la salvación del hombre (el libre albedrío) y aunque se
afirma que la gloria es de Dios. Aquí la
salvación es ofrecida por gracia y aquellos quienes la tomen y la mantengan
hasta el final resultan salvados. Aunque
no quiera ser admitido, en el análisis final, la salvación, desde el punto de
vista arminiano depende no solamente de Dios sino también del esfuerzo humano,
de su santidad personal y su perseverancia hasta el final.
El concepto de ‘gracia’ tiene un
significado distinto para arminianos y calvinistas. Desde el punto de vista
calvinista la gracia no es una oferta es una acción divina. Para ilustrar la
diferencia imaginemos un grupo de personas que desobedeciendo los pronósticos
del tiempo se fueron de pesca y ahora su barca se ha hundido y están ahogándose
en alta mar. No tienen esperanza alguna
de salir de ese lugar a no ser que alguien les ayude. El arminiano ve la gracia como aquella que le
tira un salvavidas a cada una de aquellas personas y que ellos decidan si
quieren salir del agua o no. Unos salen y otros no lo hacen. La gracia del calvinista se ilustra porque
aunque se le tira el salvavidas a todos, el que da la ayuda va en busca de
algunos de los náufragos, les amarra una soga a la cintura y los arrastra hasta
tierra firme. Tanto las personas que se salvan con el plan de rescate arminino
como el calvinista viven agradecidas de su salvación, pero ¿Cuál vive más
agradecida? ¿Cuál le da un poco de mérito al naufrago? Obviamente aquel que fue
sacado del agua personalmente tiene mucho más que agradecer, no hay lugar a
mérito en ese caso.
En las Instituciones Calvino dijo lo siguiente sobre
el entendimiento de la elección incondicional:
Jamás nos convenceremos como se debe de
que nuestra salvación procede y mana de la fuente de la gratuita misericordia
de Dios, mientras no hayamos comprendido su eterna elección, pues ella, por
comparación, nos ilustra la gracia de Dios, en cuanto que no adopta
indiferentemente a todos los hombres a la esperanza de la salvación, sino que a
unos da lo que a otros niega. Se ve claro hasta qué punto la ignorancia de este
principio (el de poner toda la causa de nuestra salvación solo en Dios) rebaja
su gloria y atenta contra la verdadera humildad.
El
punto de vista calvinista entiende que la gloria es toda de Dios. El hombre no tiene gloria alguna en su propia
salvación, es por pura gracia. Dios le salvó dándole por gracia (sin merecerlo)
todo lo que era necesario para su salvación final. Desde este punto de vista la salvación es
realmente un ‘don’ de Dios. La fe, el arrepentimiento y la perseverancia
son otorgadas por Dios a sus escogidos de manera que Dios completa en ellos la
obra de salvación. Es Dios el autor y consumador de la fe, es Dios quien
comienza la obra y quien la perfecciona hasta el día de Cristo. Por eso como dice Pablo, el que se gloría,
gloríese en el Señor. Esto no significa que desde el punto de vista arminiano
Dios no lleve gloria, sino que desde el punto de vista calvinista la gloria es
mayor. Esta era precisamente la visión de los reformadores: “soli deo gloria”.
Cabe aclarar que el arminiano también
está preocupado e interesado en la gloria de Dios. Si Dios salva solamente algunos y no todos y
la salvación depende solamente de Dios, para la visión arminiana eso significa
que él (Dios) es el agente de perdición de los hombres. ¿Cómo puede Dios tener
gloria en la perdición de tanta gente?
Desde el punto de vista calvinista la raza humana completa es merecedora
de condenación por su pecado, por eso Dios se glorifica al no dejar que todo
sea pérdida. En su plan de salvación Dios escogió salvar algunos para mostrar
su misericordia y condenar a otros para mostrar su justicia. De esa manera
tanto la misericordia de Dios como su justicia son glorificadas. El arminiano en este punto insiste que Dios
se glorifica más si deja que las personas escojan por si mismos qué camino
seguir, la gloria o el infierno. Desde
el punto de vista calvinista el libre albedrio no funciona.
Eso ha sido probado en la Biblia ya que
de hecho, toda la historia del Antiguo Testamento es “la historia del libre albedrio”, que como todos sabemos, terminó
en un colosal fracaso. Desde el
principio vemos a Dios ofreciendo al hombre opciones de seguir lo bueno y dejar
lo malo, de volverse a Dios y dejar los ídolos. Una vez tras otra el hombre,
llevado por su libre albedrío se alejó de Dios.
En los años más oscuros de la nación de Israel, cuando todos los
profetas, los líderes religiosos y el pueblo se volvieron a la adoración a Baal
y dieron sus espaldas a Jehová, vemos el clamor de Elías diciendo “solo yo he quedado”. Sin embargo, la
respuesta del cielo no es que algunos han escogido de por sí mismos servir al
Dios verdadero sino que “yo me reservado
siete mil que no han doblado su rodilla ante Baal”.
Pablo nos aclara esto en la carta a los
Romanos diciendo que la razón por la que estos no pecaron yéndose con el resto
del pueblo en la adoración pagana es porque fueron “escogidos por gracia”. (Rom. 11)
Si hubiesen sido dejados a su libre albedrío como los demás, también
hubiese pecado contra Dios. Lo que hizo la diferencia en estos fue la gracia de
Dios. Esto demuestra que la gracia no es universal sino específica. Pablo dice
en Romanos que en este tiempo es "así
mismo..." (Rom. 11).
La nación de Israel recibió mensajero
tras mensajero, profeta tras profeta y aun con todo eso, solamente el
remanente, un pequeño grupo escogido por gracia permaneció fiel a Dios. El pueblo (Israel y Judá) fue finalmente
desechado por Dios a causa de su incredulidad y desobediencia pero solo un
remanente "escogido por
gracia" permaneció firme.
Ahora,
es igual.
La raza humana entera está condenada al infierno por su pecado. Son todos “hijos de ira”. Si Dios se complace en
no dejar que todo se pierda y por su gracia escoge algunos para ser salvados,
eso es gran motivo de gloria y alabanza para Dios. Dios no estaba obligado salvar a alguno y el
hecho de que por su gracia salve a incondicionalmente a tantos que no lo
merecen es razón de alabanza para su gloria al mismo tiempo que justamente
condena los que son condenados.
La
Victoria de Cristo.
Otra pregunta importante es si Cristo es
o no es victorioso en el plan de salvación. Ya que los que terminan en el cielo
y en el infierno son el mismo número de personas desde ambas perspectivas, ¿se podría decir que Dios es igualmente
victorioso y triunfador desde ambos puntos de vista? No es así. Desde el punto de vista arminiano Dios
comenzó con un plan de salvar a todos los hombres de la tierra sin deja ninguno
fuera. Es claro que son muchos los que no terminaran en el cielo sino en el
infierno. Por lo tanto, desde el punto
de vista arminiano, el plan de Dios de salvar a toda la humanidad en Cristo no
es lo que Dios quiso que fuera. Queda
claro a los estudiantes de ambas partes que el número de perdidos es mayor que
el número de salvados.
Ahora,
si Dios quiso salvar a todos y solamente se salva una minoría. ¿Cómo se puede
decir que Cristo es victorioso en ese plan de salvación? Desde el punto de
vista arminiano había la posibilidad de que ‘todos’ los hombres hubieran aceptado la oferta de salvación, eso
de veras haría a Dios sumamente victorioso en su plan de redención. Sin embargo, al mismo tiempo quedaba la
posibilidad que 'ninguno' de los hombres hubiese aceptado la oferta divina. Eso, por supuesto haría a Dios un fracasado
en su plan. El Arminianismo deja abierta varias posibilidades, se salvaba la
toda la humanidad o ninguno de los hombres. Se salvaban la mayoría o solamente
una minoría. En realidad, desde el punto de vista arminiano Dios se corrió el
riesgo de que cualquiera de que cualquier cosa pasara. Como la Biblia misma declara que “ancha es la
puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición, y muchos son los que
entran por ella. 14 Porque estrecha es
la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la
hallan. (Mt. 7:14-15). Eso nos deja con una visión de Dios no muy buena de
Dios.
Ahora, si por otra parte, como lo
presenta el punto de vista reformado, Dios se propuso salvar cierta cantidad de
personas y lo logra sin fracaso alguno, entonces Dios tuvo éxito en su plan de
salvación. Salvó exactamente "TODOS" los que se propuso salvar, ni UNO menos. Este punto de vista es precisamente el que
vemos en las Escrituras vez tras vez.
Cristo vino a la tierra con la misión de salvar un grupo específico de
personas el cual el Padre le había dado. De hecho, él dijo que ese fue
precisamente el propósito de su venida:
Juan 6:37-40: Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que viene a mí,
de ningún modo lo echaré fuera. 38 Porque he descendido del cielo, no para hacer
mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. 39 Y esta es la voluntad del que me envió: que
de todo lo que Él me ha dado yo no pierda nada, sino que lo resucite en el día
final. 40 Porque esta es la voluntad de mi Padre: que
todo aquel que ve al Hijo y cree en El, tenga vida eterna, y yo mismo lo
resucitaré en el día final.
El
mismo Señor dice que vino a hacer la voluntad del padre. La voluntad del Padre es que “de todo lo que Él me ha dado no pierda yo
nada, sino que le resucitaré en el día final”.
Eso significa que si Cristo pierde solamente ‘uno’ de los que el padre le ha dado, no habrá cumplido la voluntad
del Padre y por lo tanto habrá fracasado en su misión. Desde el punto de vista calvinista, Dios es
glorificado hasta lo sumo porque Cristo ha cumplido su misión al pie de la
letra de principio a fin. Desde este
punto de vista Dios es totalmente victorioso, salva los que quiere salvar.
La biblia dice que la "Palabra de Dios no vuelve vacía"
sino que hace aquello para lo cual es enviada. Si la palabra del evangelio es
enviada para salvar a todos pero solamente salva algunos o la minoría, no se
puede decir ha hecho su trabajo. Por
otra parte si la palabra de Dios es enviada a salvar a los que Dios quiere que
se salven y estos son salvos efectivamente, la palabra de Dios ha hecho su
obra.
¿Hay
Diferencias Prácticas?
Hasta ahora, lo que hemos considerado
son las diferencias teóricas entre los dos sistemas. Todo lo presentado tiene que ver con el punto
de vista y entendimiento de lo que ocurre según la comprensión bíblica de cada lado. Pero ¿tiene esto alguna repercusión externa? Pensamos que sí. “pues
como piensa [el hombre] dentro de sí, así es”. (Prov. 23:7a)
Antes de continuar debemos aclarar que
tanto los unos como los otros son cristianos verdaderos. A menudo nos
encontramos con personas, como me sucedió esta semana mientras miraba algunos
videos en el sitio YouTube que se decía que los calvinistas no eran parte del
cuerpo de Cristo y que tenían que ser llamados al arrepentimiento y no tratados
como hermanos.
Otro video de alguien que se oponía al
calvinismo y también al arminianismo decía que si alguien era un arminiano, tal
persona no era salvada. ¿Qué hace a alguien cristiano? Debemos recordar que una persona es
cristiana, no porque entiende los por menores y detalles teológicos y bíblicos
de la salvación según un punto de vista en particular sino porque entendió que
“Cristo murió por sus pecados y resucitó al tercer día para nuestra
justificación”. Cada persona debe
entender que en la cruz Cristo murió por el o por ella de tal manera que
habiéndose arrepentido de sus pecados y poniendo fe en ese sacrificio, puede
hallar en su sangre perdón de pecados y recibir la vida eterna y que como
Cristo resucitó así también él o ella tienen esperanza de vida. Ambos,
calvinistas, arminianos y todos entre medio creen eso.
Paradigmas:
El calvinismo o el arminianismo son
simplemente ‘paradigmas’, ventanas al
mundo y a la Biblia de cómo ver e interpretar las cosas. Los eventos que
suceden en nuestra vida son ‘filtrados’
a través de estos paradigmas y así interpretamos sus significados. Por ejemplo, un cristiano arminiano puede
predicar junto a un cristiano calvinista y ganar almas para el reino de Dios.
Si una persona se niega a recibir a
Cristo, tanto el calvinista como el arminiano concuerdan que esa persona
utilizó su albedrío para rechazar el mensaje de salvación. Si, el calvinista también reconoce que la
persona que rechaza el evangelio lo hace de su propia decisión.
Por otra parte, cuando una persona se
convierte por medio de la predicación del mensaje, aunque ambos se regocijan,
lo que cambia es la interpretación de lo que sucedió en esa conversión. El
arminiano piensa que esa persona ejerció su libre albedrío para creer en el
mensaje mientras que el calvinista piensa que Dios en su gracia cambió el
corazón de esa persona de tal manera que pudiera responder positivamente al
evangelio.
La
Vida Cristiana:
La vida cristiana del calvinista puede
ser un poco distinta a la vida cristiana del arminiano. Aunque la mayoría de los arminianos clásicos
que he conocido pueden ser mejor llamados ‘semi-calvinistas’
pues tienen un buen conocimiento de la soberanía de Dios en la salvación de los
hombres- De hecho, Spurgeon dijo: en uno de sus mensajes que "todos los arminianos eran calvinistas
cuando oraban"; hasta el mayor de los arminianos cuando ora es
calvinista.
Puede haber diferencias en cuanto a la
expresión personal de vida cristiana en uno y el otro. En un artículo escrito
por un metodista, el autor advertía a los arminianos a evitar algunos peligros
que él había notado en la vida de muchos.
La tendencia a pensar que ellos tenían que mantenerse salvados por las
obras que hacían pensando que la traían méritos en su salvación.
Yo mismo he notado, tristemente que
muchos arminianos tienen este tipo de pensamiento. El entendimiento de la salvación por gracia para
una gran cantidad de ellos es muy pobre.
Aunque están conscientes que la salvación se ‘recibe’ por gracia por medio de la fe, no es tan claro que se ‘mantenga’ de la misma manera. A menudo oigo personas ya creyentes por años
decir “estamos tratando de llegar al
cielo”, “hacemos lo posible por ser salvos”, “podemos perder la salvación si no
nos cuidamos”, “hago lo posible por alcanzar la salvación”, “estoy luchando por
tener la salvación”, “quiera Dios que fulano (que es cristiano) deje tal cosa
para que no se pierda”, o “yo hago
esto o aquello porque no me quiero perder”.
Un pastor que ahora es calvinista, me
contaba que solía predicar “usted puede
estar salvo y camino al cielo hoy pero terminar en el infierno mañana”. Estos
son cosas que oigo muy pero muy a menudo. Esta misma semana estuve tratando de
corregir esa forma de pensamiento en alguien, pero se me hace muy difícil ya
que no es fácil para las personas cambiar esa forma de pensar que “sus obras” cuenta para mantenerse
salvados.
Por otro lado, he escuchado la queja de
muchos que dicen de calvinistas que piensan que porque son escogidos y
predestinados, tienen un concepto pobre sobre la santidad. Aunque la vida de las personas calvinistas que
he conocido es un alto ejemplo de santidad, he leído que en la mente de algunos
se puede ver la oportunidad para el desenfreno y la vida pecaminosa. Un hermano decía "si yo creyera que la salvación no se pierde, entonces me voy a
pecar y hacer lo que me da la gana".
Muy a menudo la visión de que la salvación no se pierde ha sido descrita
como “salvo siempre salvo”. Eso, dando a entender que usted puede vivir
pecaminosamente y si dice creer en Cristo sigue salvo. Sabemos que ningún
predicador calvinista serio predica tal cosa.
El regocijo de una vida cristiana
sabiendo que Dios me escogió no porque sabía que yo creería es un aliciente
para el alma. Entender la elección de
esta manera nos ayuda a confiar y tener paz interior.
El
Evangelismo:
Tanto el pensamiento calvinista como el
arminiano tienen algo que ver en la manera en que se evangeliza los perdidos.
Si como arminiano, alguien piensa que ya Dios hizo lo que iba hacer y ahora
queda del hombre hacer algo, su manera de evangelizar va a ser homocéntrica.
Usted tiene que buscar la manera de convencer a esa persona, de conmover sus
emociones o de hacerle cambiar de parecer para que se convierta o acepte el
mensaje. En muchos casos hasta se le
añade o se le quita al mensaje a fin de que “suene mejor” y más atractivo.
Un predicador reconocido decía que no se le podía predicar a la gente
del pecado sino de sus cualidades y como a Dios les hacía falta gente como
ellos. Se montan "shows" con humo y luces estilo discoteca, se traen
humoristas chistosos a los altares, se habla de la auto-superación personal
como parte del evangelio. Se ofrecen ganancias materiales y riquezas. En fin
todo lo que pueda ‘atraer’ a alguien
a la iglesia. En esto entra también la
manipulación en los llamados al altar y el miedo que se le mete a las personas
para hacerlos reaccionar. Se puede llegar a la conclusión de que la conversión
de alguien depende de la calidad del programa, de nuestra habilidad de
“conectar” con la gente o nuestra oratoria y eso simplemente no es así.
Por otra parte, el calvinista puede
pensar que la salvación depende tanto y tanto de Dios que los medios no son
importantes ni siquiera necesarios.
Aunque ha habido grandes predicadores calvinistas que han ganado
muchísimas almas para Cristo, algunos pueden llegar al extremismo de pensar que
no hace falta ni siquiera predicar. Esto es conocido como hipercalvinismo, y es
una falsa doctrina que debe ser rechazada.
La predicación debe ser persuasiva, fuerte, clara y sencilla pero sin
manipulación. Debemos predicar el evangelio de salvación lo más claramente
posible y tratar de alcanzar con nuestro mensaje mientras más personas mejor.
Sin embargo no debemos olvidar que es Dios quien salva. Pablo dijo: “yo sembré, Apolos regó, pero el crecimiento lo da Dios”. Para
tener un buen balance doctrinal con respecto a lo que ocurre en la salvación de
los hombres recomendamos leer el excelente artículo por John G. Reisinger titulado “La
parte de Dios y la parte del Hombre en la salvación”.
Dios
y El Diablo.
Una de las cosas que a menudo diferencian
la vida de un arminiano y la vida de un calvinista puede ser en su visión de
Dios y Satanás. He notado que para el
arminiano, el diablo es casi-todopoderoso, casi-omnisciente y
casi-omnipresente. Si alguien pecó, fue
el diablo que lo hizo hacerlo, si alguien tuvo un accidente, fue el diablo, si
vino un huracán o tornado fue el diablo, si tembló la tierra, fue el diablo, si
se cayó el techo fue el diablo, la tormenta de nieve, el frío, la lluvia
torrencial, el carro roto, y la enfermedad de sus hijos, ya sea un catarro, el
cáncer o el dolor de cabeza todo es causado por el diablo.
Los calvinistas, y muchos arminianos
clásicos enfatizan correctamente en la soberanía de Dios, nada ocurre fuera del
control y ‘permiso’ divino. Sin
embargo, algunos calvinistas pueden llegar a pensar que todo fue “causado” por Dios de tal manera que no
dejan lugar alguno a las decisiones humanas equivocadas, ni aun a lo que el
diablo sí puede hacer. Es cierto que
Dios está en control de todo, repito, eso es cierto. Sin embargo eso no significa que todo está
directamente causado por Dios. Es importante considerar la doctrina de la
providencia divina. Aunque estamos
conscientes que “todas las cosas obran
(o ayudan) a bien para aquellos que aman a Dios, los que conforme a su
propósito han sido llamados”, como lo dice la Biblia, también debemos estar
conscientes que si no cuidamos nuestros cuerpos, nos vamos a enfermar. Si no
estudiamos para la prueba, vamos a fracasar, si manejamos sin cuidado podemos
tener un accidentes y nada de eso tiene que ver ni con Dios ni con el diablo,
sino con nosotros mismos. El que se tira
de un edificio se puede romper la cabeza o las costillas, eso, no es ni obra de
Dios ni obra del diablo, eso es estupidez humana. Aunque no todo es el diablo, se debe dar el
lugar correcto al diablo. La biblia dice
que “no tenemos lucha contra carne y
sangre sino contra principados y potestades en los aires”. Por lo tanto,
puede ser que ese problema en su trabajo, en su casa o en su iglesia sea
impulsado por el mismo diablo y por eso la Biblia nos da instrucciones de cómo
actuar contra él.
¿Qué
hacemos?
Es obvio que el calvinista desea que las
personas pudiesen entender el calvinismo porque piensa que es una visión más
completa de lo que la Biblia enseña. Por
otra parte el arminiano también piensa lo mismo. Sin embargo, una vez hemos entendido lo que
nos une o nos separa y lo que debemos evitar, podemos trabajar juntos y en
armonía por la causa del evangelio. A
fin de cuentas estamos en el mismo equipo y trabajamos para el mismo Señor.
Sigamos juntos mano a mano ganando almas para el reino de los cielos hasta que
todos los elegidos sean salvados. Hagámoslo todo para la gloria de Dios.
CONCLUSIÓN:
Estas dos filosofías que se manejan, son
la guerra eterna acerca de la predestinación. Calvino de un lado tapa las
verdades bíblicas con su razonamiento, tomando las ideas de San Agustín, no
olvidando de que este filósofo quiso unir entre la fe y la razón en la Edad
Media, por los cuales también lucharon los reformadores.
Por otros lado, Arminio con ideas
fundamentadas en la Biblia refuta al calvinismo, las cuales se convierten en
una guerra, lo antes dicho, eterno.
Se puede aceptar la doctrina de que el
hombre esta tan debilitado que ya no puede hacer ninguna obra buena, a menos
que sea ayudado por la gracia especial que Dios otorga a los elegidos. Sin
embargo, las otras como: “Salvo siempre
salvo”, “expiación limitada”. Son sólo especulaciones de la razón lo cual
no se puede comparar con los elementos espirituales. Jesús a muerto en la cruz
por todo los hombres “el que viene a mí
no le echo afuera...” Juan 6:37.
Calvino había enseñado que la salvación
es el resultado de la elección hecha por Dios y como Dios no cambia de idea, la
salvación que Él otorga es totalmente segura.
Arminio plantea desde otro perfil,
insistiendo en que la seguridad de la salvación se encuentra en las promesas
bíblicas y se confirma con el testimonio interno que les da el Espíritu Santo a
los creyentes.
Cualquier ciencia siempre tendrá contraposición,
porque son ideas humanas – imperfectibles, sin embargo, la idea bíblica siempre
apuntará a una misma línea, porque son cosas espirituales y las cosas
espirituales se disciernen en lo espiritual.
Si es que queremos aceptar a algunos de
estas ideas, debemos analizar a ambos comparando si es que es aceptable con las
sagradas escrituras. Sin embargo, siempre es bueno centrase y tener amplitud de
ideas como afirma J. Wesley: “tanto la doctrina de Calvino, Arminio y
Witefield, no obstante ellos, llevaron a miles de personas a los pies de
Cristo”. Predicadores calvinistas como Spurgeon,
C. Finney y entre otros. (Pearlman,
Myer).
__________
Bibliografía:
-
Jiménez, Carlos “Crisis en la teología contemporánea” Edit. Vida, Miami –
Florida, 1994 pp. 18 – 19.
-
A.E. Tintaya “Materiales de Estudio” s./d. La Paz – Bolivia.
-
Encarta 1993-2003 Microsoft Corporation.
-
Publicado por ELISEO TINTAYA en 17:32.
-
e-Sword-the. LEDD.
-
Biblia de Estudio RYRIE.
- Jorge L. Trujillo ¿La Salvación Se Puede
Perder?
-
Por: Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 19//08//2015.
_______________
Veamos el
siguiente Cuadro:
Doctrinas:
El objeto de la posición de Arminio, es demostrar que existe una colaboración entre Dios y el hombre en su salvación. Para el arminianismo, el hombre no está completamente depravado, ya que posee la imagen de Dios, aún en la bajeza de su pecado que lo hace reaccionar ante el llamado de Dios en uso de su libre albedrío. La doctrina de la elección la plantea desde la perspectiva del que cree, Dios predestinó a la salvación a aquellos que él sabía, en su omnisciencia, que iban a deposita su fe en él. |
1. Cristo murió
por todo los hombres
2. Los creen son
salvos y los que rechazan la invitación de Cristo se pierden
3. Dios no elige
a nadie; ni para salvación ni para perdición
4. La gracia salvadora e Dios no es
irresistible
5. Los
cristianos pueden caer de gracia y perderse
|
Doctrinas:
Juan
Calvino había
seguido las enseñanzas de San Agustín, el cual sostuvo “que el hombre es tan malo y perverso, la única está en Dios”. y
son los siguientes:
|
1. La
Depravación del hombre, significa que la voluntad del hombre esta tan
debilitada que ya no puede hacer ninguna obra buena, a menos que sea ayudado
por la gracia especial que Dios otorga a los elegidos.
2. La Elección
incondicional, desde el principio del mundo, Dios predestinó a algunos para
salvación y eso aparte de mérito alguno.
3. La Expiación
limitada, Cristo no murió por toda la humanidad, sino por los elegidos.
4. La gracia
irresistible, Los que son elegidos, también serán salvos.
5. La
perseverancia de los santos, Dios da a los creyentes el don de perseverancia,
de modo que aunque pequen, también se arrepentirán. Ningún elegido se
perderá. De ahí salió la frase “Una
vez salvo, siempre salvo”.
|
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