miércoles, 1 de junio de 2016

Parte III Doctrinas: Calvino y Arminio:

Parte III:

Doctrinas: Calvino y Arminio:
Por: Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

justificación divina ni fueron participes de la salvación.  Son aquellos a los cuales Jesús les dice “nunca os conocí”.  Los que terminaron salvados lo fueron porque de principio a fin la gracia de Dios estuvo con ellos y les mantuvo para que terminaran hasta el fin. Al final el número de redimidos termina siendo el mismo para ambas escuelas de interpretación, ni más, ni menos.

La Gloria de Dios.

Si en ambas posiciones el número de salvados es “el mismo” lo que está en discusión es de quien es la gloria en cuanto a esa salvación, ¿es de Dios toda la gloria o no la es? Desde el punto de vista arminiano, existe un elemento humano en la salvación del hombre (el libre albedrío) y aunque se afirma que la gloria es de Dios.  Aquí la salvación es ofrecida por gracia y aquellos quienes la tomen y la mantengan hasta el final resultan salvados.  Aunque no quiera ser admitido, en el análisis final, la salvación, desde el punto de vista arminiano depende no solamente de Dios sino también del esfuerzo humano, de su santidad personal y su perseverancia hasta el final.

El concepto de ‘gracia’ tiene un significado distinto para arminianos y calvinistas. Desde el punto de vista calvinista la gracia no es una oferta es una acción divina. Para ilustrar la diferencia imaginemos un grupo de personas que desobedeciendo los pronósticos del tiempo se fueron de pesca y ahora su barca se ha hundido y están ahogándose en alta mar.  No tienen esperanza alguna de salir de ese lugar a no ser que alguien les ayude.  El arminiano ve la gracia como aquella que le tira un salvavidas a cada una de aquellas personas y que ellos decidan si quieren salir del agua o no. Unos salen y otros no lo hacen.  La gracia del calvinista se ilustra porque aunque se le tira el salvavidas a todos, el que da la ayuda va en busca de algunos de los náufragos, les amarra una soga a la cintura y los arrastra hasta tierra firme. Tanto las personas que se salvan con el plan de rescate arminino como el calvinista viven agradecidas de su salvación, pero ¿Cuál vive más agradecida? ¿Cuál le da un poco de mérito al naufrago? Obviamente aquel que fue sacado del agua personalmente tiene mucho más que agradecer, no hay lugar a mérito en ese caso.

En las Instituciones Calvino dijo lo siguiente sobre el entendimiento de la elección incondicional:

Jamás nos convenceremos como se debe de que nuestra salvación procede y mana de la fuente de la gratuita misericordia de Dios, mientras no hayamos comprendido su eterna elección, pues ella, por comparación, nos ilustra la gracia de Dios, en cuanto que no adopta indiferentemente a todos los hombres a la esperanza de la salvación, sino que a unos da lo que a otros niega. Se ve claro hasta qué punto la ignorancia de este principio (el de poner toda la causa de nuestra salvación solo en Dios) rebaja su gloria y atenta contra la verdadera humildad.

El punto de vista calvinista entiende que la gloria es toda de Dios.  El hombre no tiene gloria alguna en su propia salvación, es por pura gracia. Dios le salvó dándole por gracia (sin merecerlo) todo lo que era necesario para su salvación final.  Desde este punto de vista la salvación es realmente un ‘don’ de Dios.  La fe, el arrepentimiento y la perseverancia son otorgadas por Dios a sus escogidos de manera que Dios completa en ellos la obra de salvación. Es Dios el autor y consumador de la fe, es Dios quien comienza la obra y quien la perfecciona hasta el día de Cristo.  Por eso como dice Pablo, el que se gloría, gloríese en el Señor. Esto no significa que desde el punto de vista arminiano Dios no lleve gloria, sino que desde el punto de vista calvinista la gloria es mayor. Esta era precisamente la visión de los reformadores: “soli deo gloria”.

Cabe aclarar que el arminiano también está preocupado e interesado en la gloria de Dios.  Si Dios salva solamente algunos y no todos y la salvación depende solamente de Dios, para la visión arminiana eso significa que él (Dios) es el agente de perdición de los hombres. ¿Cómo puede Dios tener gloria en la perdición de tanta gente?  Desde el punto de vista calvinista la raza humana completa es merecedora de condenación por su pecado, por eso Dios se glorifica al no dejar que todo sea pérdida. En su plan de salvación Dios escogió salvar algunos para mostrar su misericordia y condenar a otros para mostrar su justicia. De esa manera tanto la misericordia de Dios como su justicia son glorificadas.  El arminiano en este punto insiste que Dios se glorifica más si deja que las personas escojan por si mismos qué camino seguir, la gloria o el infierno.  Desde el punto de vista calvinista el libre albedrio no funciona.
Eso ha sido probado en la Biblia ya que de hecho, toda la historia del Antiguo Testamento es “la historia del libre albedrio”, que como todos sabemos, terminó en un colosal fracaso.  Desde el principio vemos a Dios ofreciendo al hombre opciones de seguir lo bueno y dejar lo malo, de volverse a Dios y dejar los ídolos. Una vez tras otra el hombre, llevado por su libre albedrío se alejó de Dios.  En los años más oscuros de la nación de Israel, cuando todos los profetas, los líderes religiosos y el pueblo se volvieron a la adoración a Baal y dieron sus espaldas a Jehová, vemos el clamor de Elías diciendo “solo yo he quedado”. Sin embargo, la respuesta del cielo no es que algunos han escogido de por sí mismos servir al Dios verdadero sino que “yo me reservado siete mil que no han doblado su rodilla ante Baal”. 
Pablo nos aclara esto en la carta a los Romanos diciendo que la razón por la que estos no pecaron yéndose con el resto del pueblo en la adoración pagana es porque fueron “escogidos por gracia”. (Rom. 11)  Si hubiesen sido dejados a su libre albedrío como los demás, también hubiese pecado contra Dios. Lo que hizo la diferencia en estos fue la gracia de Dios. Esto demuestra que la gracia no es universal sino específica. Pablo dice en Romanos que en este tiempo es "así mismo..." (Rom. 11). 
La nación de Israel recibió mensajero tras mensajero, profeta tras profeta y aun con todo eso, solamente el remanente, un pequeño grupo escogido por gracia permaneció fiel a Dios.  El pueblo (Israel y Judá) fue finalmente desechado por Dios a causa de su incredulidad y desobediencia pero solo un remanente "escogido por gracia" permaneció firme.

Ahora, es igual. La raza humana entera está condenada al infierno por su pecado. Son todos “hijos de ira”. Si Dios se complace en no dejar que todo se pierda y por su gracia escoge algunos para ser salvados, eso es gran motivo de gloria y alabanza para Dios.  Dios no estaba obligado salvar a alguno y el hecho de que por su gracia salve a incondicionalmente a tantos que no lo merecen es razón de alabanza para su gloria al mismo tiempo que justamente condena los que son condenados.

La Victoria de Cristo.
Otra pregunta importante es si Cristo es o no es victorioso en el plan de salvación. Ya que los que terminan en el cielo y en el infierno son el mismo número de personas desde ambas perspectivas,  ¿se podría decir que Dios es igualmente victorioso y triunfador desde ambos puntos de vista? No es así.  Desde el punto de vista arminiano Dios comenzó con un plan de salvar a todos los hombres de la tierra sin deja ninguno fuera. Es claro que son muchos los que no terminaran en el cielo sino en el infierno.  Por lo tanto, desde el punto de vista arminiano, el plan de Dios de salvar a toda la humanidad en Cristo no es lo que Dios quiso que fuera.  Queda claro a los estudiantes de ambas partes que el número de perdidos es mayor que el número de salvados.
Ahora, si Dios quiso salvar a todos y solamente se salva una minoría. ¿Cómo se puede decir que Cristo es victorioso en ese plan de salvación? Desde el punto de vista arminiano había la posibilidad de que ‘todos’ los hombres hubieran aceptado la oferta de salvación, eso de veras haría a Dios sumamente victorioso en su plan de redención.  Sin embargo, al mismo tiempo quedaba la posibilidad que 'ninguno' de los hombres hubiese aceptado la oferta divina.  Eso, por supuesto haría a Dios un fracasado en su plan. El Arminianismo deja abierta varias posibilidades, se salvaba la toda la humanidad o ninguno de los hombres. Se salvaban la mayoría o solamente una minoría. En realidad, desde el punto de vista arminiano Dios se corrió el riesgo de que cualquiera de que cualquier cosa pasara.  Como la Biblia misma declara que “ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. 14  Porque estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. (Mt. 7:14-15). Eso nos deja con una visión de Dios no muy buena de Dios.
Ahora, si por otra parte, como lo presenta el punto de vista reformado, Dios se propuso salvar cierta cantidad de personas y lo logra sin fracaso alguno, entonces Dios tuvo éxito en su plan de salvación. Salvó exactamente "TODOS" los que se propuso salvar, ni UNO menos.  Este punto de vista es precisamente el que vemos en las Escrituras vez tras vez.  Cristo vino a la tierra con la misión de salvar un grupo específico de personas el cual el Padre le había dado. De hecho, él dijo que ese fue precisamente el propósito de su venida:

Juan 6:37-40:  Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que viene a mí, de ningún modo lo echaré fuera.  38  Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. 39  Y esta es la voluntad del que me envió: que de todo lo que Él me ha dado yo no pierda nada, sino que lo resucite en el día final.  40  Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que ve al Hijo y cree en El, tenga vida eterna, y yo mismo lo resucitaré en el día final.

El mismo Señor dice que vino a hacer la voluntad del padre.  La voluntad del Padre es que “de todo lo que Él me ha dado no pierda yo nada, sino que le resucitaré en el día final”.  Eso significa que si Cristo pierde solamente ‘uno’ de los que el padre le ha dado, no habrá cumplido la voluntad del Padre y por lo tanto habrá fracasado en su misión.  Desde el punto de vista calvinista, Dios es glorificado hasta lo sumo porque Cristo ha cumplido su misión al pie de la letra de principio a fin.  Desde este punto de vista Dios es totalmente victorioso, salva los que quiere salvar.
La biblia dice que la "Palabra de Dios no vuelve vacía" sino que hace aquello para lo cual es enviada. Si la palabra del evangelio es enviada para salvar a todos pero solamente salva algunos o la minoría, no se puede decir ha hecho su trabajo.  Por otra parte si la palabra de Dios es enviada a salvar a los que Dios quiere que se salven y estos son salvos efectivamente, la palabra de Dios ha hecho su obra.

¿Hay Diferencias Prácticas?

Hasta ahora, lo que hemos considerado son las diferencias teóricas entre los dos sistemas.  Todo lo presentado tiene que ver con el punto de vista y entendimiento de lo que ocurre según la comprensión  bíblica de cada lado.   Pero ¿tiene esto alguna repercusión externa?  Pensamos que sí.  “pues como piensa [el hombre] dentro de sí, así es”. (Prov. 23:7a)

Antes de continuar debemos aclarar que tanto los unos como los otros son cristianos verdaderos. A menudo nos encontramos con personas, como me sucedió esta semana mientras miraba algunos videos en el sitio YouTube que se decía que los calvinistas no eran parte del cuerpo de Cristo y que tenían que ser llamados al arrepentimiento y no tratados como hermanos. 
Otro video de alguien que se oponía al calvinismo y también al arminianismo decía que si alguien era un arminiano, tal persona no era salvada. ¿Qué hace a alguien cristiano?  Debemos recordar que una persona es cristiana, no porque entiende los por menores y detalles teológicos y bíblicos de la salvación según un punto de vista en particular sino porque entendió que “Cristo murió por sus pecados y resucitó al tercer día para nuestra justificación”.  Cada persona debe entender que en la cruz Cristo murió por el o por ella de tal manera que habiéndose arrepentido de sus pecados y poniendo fe en ese sacrificio, puede hallar en su sangre perdón de pecados y recibir la vida eterna y que como Cristo resucitó así también él o ella tienen esperanza de vida. Ambos, calvinistas, arminianos y todos entre medio creen eso.

Paradigmas:

El calvinismo o el arminianismo son simplemente ‘paradigmas’, ventanas al mundo y a la Biblia de cómo ver e interpretar las cosas. Los eventos que suceden en nuestra vida son ‘filtrados’ a través de estos paradigmas y así interpretamos sus significados.  Por ejemplo, un cristiano arminiano puede predicar junto a un cristiano calvinista y ganar almas para el reino de Dios.
Si una persona se niega a recibir a Cristo, tanto el calvinista como el arminiano concuerdan que esa persona utilizó su albedrío para rechazar el mensaje de salvación.  Si, el calvinista también reconoce que la persona que rechaza el evangelio lo hace de su propia decisión. 
Por otra parte, cuando una persona se convierte por medio de la predicación del mensaje, aunque ambos se regocijan, lo que cambia es la interpretación de lo que sucedió en esa conversión. El arminiano piensa que esa persona ejerció su libre albedrío para creer en el mensaje mientras que el calvinista piensa que Dios en su gracia cambió el corazón de esa persona de tal manera que pudiera responder positivamente al evangelio.

La Vida Cristiana:

La vida cristiana del calvinista puede ser un poco distinta a la vida cristiana del arminiano.  Aunque la mayoría de los arminianos clásicos que he conocido pueden ser mejor llamados ‘semi-calvinistas’ pues tienen un buen conocimiento de la soberanía de Dios en la salvación de los hombres- De hecho, Spurgeon dijo: en uno de sus mensajes que "todos los arminianos eran calvinistas cuando oraban"; hasta el mayor de los arminianos cuando ora es calvinista.  

Puede haber diferencias en cuanto a la expresión personal de vida cristiana en uno y el otro. En un artículo escrito por un metodista, el autor advertía a los arminianos a evitar algunos peligros que él había notado en la vida de muchos.  La tendencia a pensar que ellos tenían que mantenerse salvados por las obras que hacían pensando que la traían méritos en su salvación. 
Yo mismo he notado, tristemente que muchos arminianos tienen este tipo de pensamiento.  El entendimiento de la salvación por gracia para una gran cantidad de ellos es muy pobre.  Aunque están conscientes que la salvación se ‘recibe’ por gracia por medio de la fe, no es tan claro que se ‘mantenga’ de la misma manera.  A menudo oigo personas ya creyentes por años decir “estamos tratando de llegar al cielo”, “hacemos lo posible por ser salvos”, “podemos perder la salvación si no nos cuidamos”, “hago lo posible por alcanzar la salvación”, “estoy luchando por tener la salvación”, “quiera Dios que fulano (que es cristiano) deje tal cosa para que no se pierda”, o “yo hago esto o aquello porque no me quiero perder”.
Un pastor que ahora es calvinista, me contaba que solía predicar “usted puede estar salvo y camino al cielo hoy pero terminar en el infierno mañana”. Estos son cosas que oigo muy pero muy a menudo. Esta misma semana estuve tratando de corregir esa forma de pensamiento en alguien, pero se me hace muy difícil ya que no es fácil para las personas cambiar esa forma de pensar que “sus obras” cuenta para mantenerse salvados.

Por otro lado, he escuchado la queja de muchos que dicen de calvinistas que piensan que porque son escogidos y predestinados, tienen un concepto pobre sobre la santidad.  Aunque la vida de las personas calvinistas que he conocido es un alto ejemplo de santidad, he leído que en la mente de algunos se puede ver la oportunidad para el desenfreno y la vida pecaminosa.  Un hermano decía "si yo creyera que la salvación no se pierde, entonces me voy a pecar y hacer lo que me da la gana".  Muy a menudo la visión de que la salvación no se pierde ha sido descrita como “salvo siempre salvo”.  Eso, dando a entender que usted puede vivir pecaminosamente y si dice creer en Cristo sigue salvo. Sabemos que ningún predicador calvinista serio predica tal cosa.

El regocijo de una vida cristiana sabiendo que Dios me escogió no porque sabía que yo creería es un aliciente para el alma.  Entender la elección de esta manera nos ayuda a confiar y tener paz interior.

El Evangelismo:

Tanto el pensamiento calvinista como el arminiano tienen algo que ver en la manera en que se evangeliza los perdidos. Si como arminiano, alguien piensa que ya Dios hizo lo que iba hacer y ahora queda del hombre hacer algo, su manera de evangelizar va a ser homocéntrica. Usted tiene que buscar la manera de convencer a esa persona, de conmover sus emociones o de hacerle cambiar de parecer para que se convierta o acepte el mensaje.  En muchos casos hasta se le añade o se le quita al mensaje a fin de que “suene mejor” y más atractivo.  Un predicador reconocido decía que no se le podía predicar a la gente del pecado sino de sus cualidades y como a Dios les hacía falta gente como ellos.  Se montan "shows" con humo y luces estilo discoteca, se traen humoristas chistosos a los altares, se habla de la auto-superación personal como parte del evangelio. Se ofrecen ganancias materiales y riquezas. En fin todo lo que pueda ‘atraer’ a alguien a la iglesia.  En esto entra también la manipulación en los llamados al altar y el miedo que se le mete a las personas para hacerlos reaccionar. Se puede llegar a la conclusión de que la conversión de alguien depende de la calidad del programa, de nuestra habilidad de “conectar” con la gente o nuestra oratoria y eso simplemente no es así.

Por otra parte, el calvinista puede pensar que la salvación depende tanto y tanto de Dios que los medios no son importantes ni siquiera necesarios.  Aunque ha habido grandes predicadores calvinistas que han ganado muchísimas almas para Cristo, algunos pueden llegar al extremismo de pensar que no hace falta ni siquiera predicar. Esto es conocido como hipercalvinismo, y es una falsa doctrina que debe ser rechazada.  La predicación debe ser persuasiva, fuerte, clara y sencilla pero sin manipulación. Debemos predicar el evangelio de salvación lo más claramente posible y tratar de alcanzar con nuestro mensaje mientras más personas mejor. Sin embargo no debemos olvidar que es Dios quien salva.  Pablo dijo: “yo sembré, Apolos regó, pero el crecimiento lo da Dios”. Para tener un buen balance doctrinal con respecto a lo que ocurre en la salvación de los hombres recomendamos leer el excelente artículo por John G. Reisinger titulado “La parte de Dios y la parte del Hombre en la salvación”.

Dios y El Diablo.

Una de las cosas que a menudo diferencian la vida de un arminiano y la vida de un calvinista puede ser en su visión de Dios y Satanás.  He notado que para el arminiano, el diablo es casi-todopoderoso, casi-omnisciente y casi-omnipresente.  Si alguien pecó, fue el diablo que lo hizo hacerlo, si alguien tuvo un accidente, fue el diablo, si vino un huracán o tornado fue el diablo, si tembló la tierra, fue el diablo, si se cayó el techo fue el diablo, la tormenta de nieve, el frío, la lluvia torrencial, el carro roto, y la enfermedad de sus hijos, ya sea un catarro, el cáncer o el dolor de cabeza todo es causado por el diablo.

Los calvinistas, y muchos arminianos clásicos enfatizan correctamente en la soberanía de Dios, nada ocurre fuera del control y ‘permiso’ divino. Sin embargo, algunos calvinistas pueden llegar a pensar que todo fue “causado” por Dios de tal manera que no dejan lugar alguno a las decisiones humanas equivocadas, ni aun a lo que el diablo sí puede hacer.  Es cierto que Dios está en control de todo, repito, eso es cierto.  Sin embargo eso no significa que todo está directamente causado por Dios. Es importante considerar la doctrina de la providencia divina.  Aunque estamos conscientes que “todas las cosas obran (o ayudan) a bien para aquellos que aman a Dios, los que conforme a su propósito han sido llamados”, como lo dice la Biblia, también debemos estar conscientes que si no cuidamos nuestros cuerpos, nos vamos a enfermar. Si no estudiamos para la prueba, vamos a fracasar, si manejamos sin cuidado podemos tener un accidentes y nada de eso tiene que ver ni con Dios ni con el diablo, sino con nosotros mismos.  El que se tira de un edificio se puede romper la cabeza o las costillas, eso, no es ni obra de Dios ni obra del diablo, eso es estupidez humana.  Aunque no todo es el diablo, se debe dar el lugar correcto al diablo.  La biblia dice que “no tenemos lucha contra carne y sangre sino contra principados y potestades en los aires”. Por lo tanto, puede ser que ese problema en su trabajo, en su casa o en su iglesia sea impulsado por el mismo diablo y por eso la Biblia nos da instrucciones de cómo actuar contra él.

¿Qué hacemos?

Es obvio que el calvinista desea que las personas pudiesen entender el calvinismo porque piensa que es una visión más completa de lo que la Biblia enseña.  Por otra parte el arminiano también piensa lo mismo.  Sin embargo, una vez hemos entendido lo que nos une o nos separa y lo que debemos evitar, podemos trabajar juntos y en armonía por la causa del evangelio.  A fin de cuentas estamos en el mismo equipo y trabajamos para el mismo Señor. Sigamos juntos mano a mano ganando almas para el reino de los cielos hasta que todos los elegidos sean salvados. Hagámoslo todo para la gloria de Dios.

CONCLUSIÓN:
Estas dos filosofías que se manejan, son la guerra eterna acerca de la predestinación. Calvino de un lado tapa las verdades bíblicas con su razonamiento, tomando las ideas de San Agustín, no olvidando de que este filósofo quiso unir entre la fe y la razón en la Edad Media, por los cuales también lucharon los reformadores.
Por otros lado, Arminio con ideas fundamentadas en la Biblia refuta al calvinismo, las cuales se convierten en una guerra, lo antes dicho, eterno.
Se puede aceptar la doctrina de que el hombre esta tan debilitado que ya no puede hacer ninguna obra buena, a menos que sea ayudado por la gracia especial que Dios otorga a los elegidos. Sin embargo, las otras como: “Salvo siempre salvo”, “expiación limitada”. Son sólo especulaciones de la razón lo cual no se puede comparar con los elementos espirituales. Jesús a muerto en la cruz por todo los hombres “el que viene a mí no le echo afuera...” Juan 6:37.

Calvino había enseñado que la salvación es el resultado de la elección hecha por Dios y como Dios no cambia de idea, la salvación que Él otorga es totalmente segura.
Arminio plantea desde otro perfil, insistiendo en que la seguridad de la salvación se encuentra en las promesas bíblicas y se confirma con el testimonio interno que les da el Espíritu Santo a los creyentes.

Cualquier ciencia siempre tendrá contraposición, porque son ideas humanas – imperfectibles, sin embargo, la idea bíblica siempre apuntará a una misma línea, porque son cosas espirituales y las cosas espirituales se disciernen en lo espiritual.
Si es que queremos aceptar a algunos de estas ideas, debemos analizar a ambos comparando si es que es aceptable con las sagradas escrituras. Sin embargo, siempre es bueno centrase y tener amplitud de ideas como afirma J. Wesley: “tanto la doctrina de Calvino, Arminio y Witefield, no obstante ellos, llevaron a miles de personas a los pies de Cristo”. Predicadores calvinistas como Spurgeon, C. Finney y entre otros. (Pearlman, Myer).

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Bibliografía:
- Jiménez, Carlos “Crisis en la teología contemporánea” Edit. Vida, Miami – Florida, 1994 pp. 18 – 19.
- A.E. Tintaya “Materiales de Estudio” s./d. La Paz – Bolivia.
- Encarta 1993-2003 Microsoft Corporation.
- Publicado por ELISEO TINTAYA en 17:32.
- e-Sword-the. LEDD.
- Biblia de Estudio RYRIE.
 - Jorge L. Trujillo ¿La Salvación Se Puede Perder?
- Por: Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 19//08//2015.
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Veamos el siguiente Cuadro:



Doctrinas:

El objeto de la posición de Arminio, es demostrar que existe una colaboración entre Dios y el hombre en su salvación.  Para el arminianismo, el hombre no está completamente depravado, ya que posee la imagen de Dios, aún en la bajeza de su pecado que lo hace reaccionar ante el llamado de Dios en uso de su libre albedrío.  La doctrina de la elección la plantea desde la perspectiva del que cree, Dios predestinó a la salvación a aquellos que él sabía, en su omnisciencia, que iban a  deposita su fe en él.  


1. Cristo murió por todo los hombres
2. Los creen son salvos y los que rechazan la invitación de Cristo se pierden
3. Dios no elige a nadie; ni para salvación ni para perdición
4. La gracia salvadora e Dios no es irresistible
5. Los cristianos pueden caer de gracia y perderse





 








Doctrinas:
Juan Calvino había seguido las enseñanzas de San Agustín, el cual sostuvo “que el hombre es tan malo y perverso, la única está en Dios”. y son los siguientes:

1. La Depravación del hombre, significa que la voluntad del hombre esta tan debilitada que ya no puede hacer ninguna obra buena, a menos que sea ayudado por la gracia especial que Dios otorga a los elegidos.
2. La Elección incondicional, desde el principio del mundo, Dios predestinó a algunos para salvación y eso aparte de mérito alguno.
3. La Expiación limitada, Cristo no murió por toda la humanidad, sino por los elegidos.
4. La gracia irresistible, Los que son elegidos, también serán salvos.
5. La perseverancia de los santos, Dios da a los creyentes el don de perseverancia, de modo que aunque pequen, también se arrepentirán. Ningún elegido se perderá. De ahí salió la frase “Una vez salvo, siempre salvo”.






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