EL JUICIO ANTE EL GRAN TRONO BLANCO:
(Apocalipsis 20:11-15)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
El
Juicio Ante El Gran Trono Blanco:
“Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de
delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para
ellos… Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros
fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y
fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros,
según sus obras…”.
(Apocalipsis
20:11-15).
Introducción:
Llegamos ya a la
escena final del drama de la Historia de la Humanidad: El paso del Tiempo
a la Eternidad, cuando el telón de fondo se va a bajar después del Juicio
Final.
Vemos primero (versículo 11) el Gran[1]
Trono[2]
Blanco[3],
y sentado en él, Dios el Padre. Después (vv.12, 13) se lleva a cabo el Juicio Final,
sólo queda la Condenación Eterna de los impíos (vv.14, 15).
I.
Un Trono Blanco:
Dice el versículo 11: “Y
vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual
huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos”. (Ap. 20:11).
1.1. Descripción
Del Trono:
Por la
descripción que Juan hace del Trono, parece ser que es distinto del mencionado
en Ap.4:2 y otros lugares del libro [Apocalipsis], aunque no puede afirmarse con toda seguridad. Su
color BLANCO
es símbolo (en especial, aquí) de santidad, antes que de ninguna otra cosa.
1.2. Quién
Estad Sentado En El Trono:
Aunque el sentado[4]*
(griego kathémenon, en singular) en el Trono es, sin duda, Dios el
Padre, como lo ha sido desde Ap.4:2, no cabe duda de que también el Cordero
está sentado ya en ese Trono (compare Ap.22:1) para juzgar.
Etimología:
*G2521
κάθημαι = kádsemai: de G2596;
y ἧμαι = jémai (sentarse; similar a la base de G1476);
sentarse; figurativamente permanecer, quedarse, residir:- asentar, habitar, montar (sobre), sentar.
(Strong).
En efecto, de acuerdo con Juan 5:22:
“Porque el Padre a nadie [por sí mismo] juzga, sino que todo el juicio dio al
Hijo”. Además de dicho texto, pueden verse también Daniel 7:9
(compare con Apocalipsis 1:13 y ss.); Mateo 19:28; 25:31; Juan 5:27; Hechos
10:42; 17:31.
1.3. Todos
Tiemblan A La Presencia De Dios El Rey Del Universo:
La desaparición
de la tierra y del firmamento (v.11b) ante la Majestad del Rostro del que
estaba sentado en el Trono indica lo tremendo y solemne del momento (compare
Ap.6:15-17). Lo de “y no fue hallado lugar para ellos”
(Literalmente) es un semitismo frecuente en la Biblia; lo hemos visto
recientemente en 18: 14, 21. Esta “desaparición”
de la tierra y del firmamento ha de entenderse a la luz de lo que hemos dicho
en el comentario a 2 Pedro 3:10-13, y de lo que veremos en Ap.21:1.
A continuación,
Juan ve la Escena del Juicio Final (vv.12, 13):
“Y
vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron
abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron
juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según
sus obras… Y el mar
entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades
entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus
obras”.
2.1.
Posturas De Los Hechos:
Los
amilenialistas, en general, sostienen que éste es el único Juicio Divino,
final, escatológico, que le espera a la humanidad, aun cuando la Iglesias de
Roma ha sostenido siempre que habrá un Juicio Particular de cada ser humano inmediatamente
después de su muerte; en él se decidirá la suerte Eterna de cada personas, y el
Juicio Final sólo servirá para dar publicidad a lo ya decidido y para que, ante
todo el mundo, puede patente la justicia de Dios con respecto a los individuos
y a las naciones.
2.2.
Juicios Escatológico:
Sin embargo,
todo diligente estudioso de la Palabra de Dios hallará que son cinco los
juicios escatológicos profetizados:
1) El juicio de
obras del creyente (miembro de la Iglesia) ante el Tribunal (griego béma),
no trono, de Cristo, inmediatamente después del Arrebatamiento de la Iglesia
(véase Romanos 14:10; 1 Corintios 3:12-15; 2 Corintios 5:10),
2) El juicio de
Israel, previo al juicio de las naciones, en la Segunda Venida del Señor Jesús
(véase Mateo 25:1-30);
3) El juicio de las
naciones, descrito en Mateo 25:31-46;
4) El juicio de los
ángeles caídos, después del Milenio (2 Pedro 2:4; Judas 6; Apocalipsis
20:7-10);
5) El juicio
delante del Gran Trono Blanco, o Juicio Final, del que nos estamos ocupando en
esta porción.
2.3. Análisis
De Los Versículos 12, 13:
Al pasar ya al
análisis de los versículos 12 y 13, vemos primero a los
muertos, es decir, a los que habían estado muerto, pero están
ahora resucitados con sus cuerpos de carne, no glorificados como los de los
creyentes; por lo que bien se les puede llamar todavía muertos, ya que no
vuelven a la verdadera vida, sino a la muertes segunda.
Los hay grandes y pequeños,
es decir, desde la ínfima clase social hasta los más altos potentados de la
tierra, pues ni la muerte ni el juicio de Dios hace acepción de personas.
Están de pie delante del Trono de Dios,
como reos en una audiencia judicial.
Una vez
presentes los reos, se abren los libros (v.12b), esto es, se presentan los
documentos que constituyen el sumario, el pliego de cargos contra los
delincuentes. En estos libros (muchos, ya sea que haya uno para cada persona,
ya sea que están clasificados por materias) se hallan todas las obras (griego
érga) de los encausados.
Aunque todos los Inconversos sufrirán la
misma condenación, serán diferentes los grados de condenación, de acuerdo con
el número y gravedad de los pecados (por ejemplo Juan 19:11b). Al final del
versículo 13 Apocalipsis 20, se repiten los cargos.
2.5. Los
Libros Del Testimonio Personal:
Podría parecer
extraño que, además de los libros donde constan las obras que merecen distinto
grado de condenación, se abre también el libro de la vida. Hay varias razones
para ello:
1) Si, como vimos por probado, los creyentes del Milenio
son juzgados en este juicio, sus nombres constaban en el libro de la vida, por
lo que su apertura estaba sobradamente justificada;
2) Es probable que
este libro se abre para mostrar que los nombres de los acusados no figuran en
él (v.15);
3) En esta misma
línea, W. Newell ofrece una consideración devocional de gran efecto (ob. Cit.,
págs. 331, 332):
En el Salmo
69:25-28, que Pedro cita en Hechos 1:20, refiriéndose a Judas (y que el
contexto muestra que incluye a los malvados de Israel que hicieron entonces
causa común en el odio a Cristo): “Sean borrados del libro de la vida, y no sean inscritos
con los justos” (Salmo 69:28). En estas terribles palabras, vemos
que aun cuando Cristo “se dio a sí mismo en rescate por todos” y “gustó la
muerte por todos” –dando así a la entera
raza humana un lugar potencial en el libro de la vida-, este hecho,
empero, no les constituye eternamente “inscritos con los justos”… Habían
rehusado al que es “la propiciación por los pecados del mundo entero”, así que
pierden ese potencial beneficio del rescate que todos los hombres tenían, y
jamás serán “inscritos para vida” (Isaías 4:3 y Daniel 12:1)… Hay el misterio
del pecado del hombre que escoge apostatar, pero hay también el misterio de la
gracia de Dios, que preserva a los elegidos.
2.6. La
Muerte, El Mar, El Hades:
El versículo 13
nos describe al Mar[5], la Muerte[6], y el Hades[7], personificados, dando, es decir,
devolviendo los muertos que yacían en ellos.
Se les presenta
como a unos carceleros que tenían encerrados bajo llave a los muertos, pero no tienen más remedio que
soltarlos para que acudan al Gran Juicio Final. Se menciona especialmente
el mar, porque allí los muertos no habían
sepultura propiamente dicha.
La muerte y el Hades
sirven de mención general, como sustitutos del sepulcro. Asimismo aparecen
juntos en el versículo 14 como arrojados al Infierno. Para ser más precisos, la
muerte representa aquí al sepulcro, mientras que el Hades representa siempre la
“región de
las sombras”, estado, más bien qué lugar
señalable, de las almas o espíritus de los difuntos, hasta que los
creyentes del Antiguo Testamento fueron hechos perfectos (Hebreos 11:40)
mediante la Redención efectuada por el Señor Jesucristo.
III. La
Sentencia Final:
Tras el juicio
viene la sentencia de condenación o, mejor dicho, su inmediata ejecución
(vv.14, 15):
“Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte
segunda… Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al
lago de fuego”.
3.1.
La Muerte Y El Hades, Sentenciados:
De nuevo vemos
que la Muerte y el Hades aparecen personificados. Recordemos lo que dice Pablo
en 1 Corintios 15:26: “El último enemigo en ser puesto fuera de combate será
la muerte” (NVI). Como enemigo, pues de la humanidad, y por ello,
personificada en la figura de un
criminal, la muerte recibe su justo castigo siendo arrojada al Infierno.
La Muerte:
Y, sin muerte, tampoco hay Hades. Al cavar así
la Muerte, por haberse acabado completamente el pecado, que es el que la trajo
al mundo (Génesis 2:17b; Romanos 5:12), solamente quedará la vida, Vida Eterna
para todos los Salvos. Es cierto que el Infierno es llamado aquí (v.14b) “la muerte
segunda” (Literalmente), pero no será “muerte” en el sentido en que
solamente entender el vocablo: “cesación de la vida física”, sino en el
sentido de estar siempre muriendo sin acabar jamás de morir: muerte Eterna, en
contraste con la Vida Eterna (Mateo 25:46).
Hades:
3.2. El Que
No Se Halló Escrito En El Libro De La Vida:
El versículo 15
declara explícitamente que “si alguien (esto es, todo el que) no fue hallado
inscrito en el libro de la vida, fue arrojado al lago del fuego”
(Lit.).
Es una enseñanza
terrible, que incluso muchos evangélico tratan de explicar en términos de
destrucción final de los malvados, pero es una enseñanza bíblica, y por tanto,
debe admitirse como “provechosa… para
corrección” (2 Timoteo 3:16).
El griego epanórthosis
comporta la idea de “volver a poner recto desde arriba” lo que se había
torcido. Nada como la perspectiva de una eternidad en los tormentos del
Infierno, para adquirir, o recuperar, el recto concepto de la fealdad del
pecado, de la Santidad y Justicia de Dios, y de la Seriedad de la Muerte del Hijo de Dios en
la Cruz del Calvario.
La verdad es que
el Juicio
Final de Dios es una expresión necesario de Su Justicia Santa, Él no
puede hacer la vista gorda ante el pecado. De hecho, si la final no hiciera
Justicia tal y como se describe en Apocalipsis, entonces estaría negando Su
Carácter Santo.
Esa es la razón
por la que, en medio de Sus Juicios, los Santos cantarán Su Alabanza:
“¿Quién no te temerá, oh Señor?
¿Quién no glorificará tu nombre?
Sólo tú eres santo. Todas las naciones
vendrán y te adorarán, porque han salido
a la luz las obras de tu justicia". (Apocalipsis 15:4). Aquellos que conocen mejor al Señor no lo
critican por Sus Juicios; al contrario, lo adoran y manifiestan públicamente
Sus acciones.
Lo que debe
sorprendernos no es la escala masiva de los Juicios de Dios, ¡sino todo el
tiempo que lleva esperando para hacerlos! En Su deseo de que nadie perezca,
sino que todos lleguen al Arrepentimiento (2 Pedro 3:9), Dios ahora está
evitando misericordiosamente Su Juicio y dando el mayor plazo posible a Su
maravillosa Misericordia y Gracia. Ahora es el tiempo de Arrepentirse y
aprovechar Su Paciente Amor. Y, cuando lo hagamos, ¡nos uniremos a los santos que lo alabarán por toda la Eternidad!
___________
Notas y Bibliografía:
[1] G3173 μέγας = mégas: [incluído las formas
prolongado, femenino μεγάλη megále, plural μεγάλοι megáloi, etc.; Compare
también G3176; G3187]; grande (literalmente o figurativamente en aplicación muy
amplia):- enorme,
extraño, fuerte, grande, grandemente, abundante, gran temor.
[2] G2362 θρόνος = dsrónos: de θράω = dsráo (sentarse); asiento (destacado) («trono»); por
implicación poder o (concretamente) potentado:- trono.
[3] G3022 λευκός = leukós: de λύκη = lúke, («luz»):- blanco.
(Strong).
[4] kathemai = (κάθημαι, G2521)
, se utiliza: (a)
de la postura natural (p.ej., Mateo 9:9), apareciendo con la mayor frecuencia
en Apocalipsis, unas 32 veces; con frecuencia en los Evangelios y Hechos; en
otros pasajes solo en 1 Cor.14:30 ; Stg.2:3 , dos veces; y de la posición de
autoridad de Cristo sobre el trono de Dios (Col.3:1; Heb.1:13; cf. Mateo 22:44;
26:64 y pasajes paralelos en Marcos y Lucas, y Hech.2:34); con frecuencia como
antecedente o sucesivo a, o acompañando, otro acto, no siendo en ningún caso
una expresión superflua (p.ej., Mateo 15:29; 27:36; Marcos 2:14; 4:1); (b) metafóricamente
en Mateo 4:16, dos veces; Lucas 1:79; de morar en un lugar (traducido «habitar»,
Lucas 21:35); en Ap.14:6: «moradores» (en los mss. más comúnmente
aceptados, en lugar de katoikeo en tr). Véanse ASENTAR,
HABITAR, MONTAR, MORADOR. (VINE).
[5] G2281 θάλασσα = dsálassa: probablemente
prolongado de G251; mar (generalmente o específicamente):- mar.
[6] G3498 νεκρός = nekrós: de un primario
aparentemente νέκυς = nékus (cadáver); muerto (literalmente o
figurativamente; también como sustantivo):- morir, muerte, muerto. (Strong).
[7] jades = (ἅδης, G86), región de los espíritus de los
muertos perdidos; pero incluyendo los de los muertos bienaventurados en los
tiempos anteriores a la ascensión de Cristo. Algunos han afirmado que este
término significaba etimológicamente lo invisible (de a = privativo, y eido =
ver), pero esta derivación es dudosa. Una derivación más probable es de jado,
que significa receptor de todo. Se corresponde con «Seol» en el AT. En la rv
del AT., y del NT., ha sido desafortunadamente traducido «infierno» (p.ej.,
Salmo 9:17); o «sepultura» (Génesis 37:35; Gn.42:38, etc.); o «el abismo»
(Núm.16:30; 16:33). En el NT., la rvr usa siempre la traducción «Hades»,
excepto en 1 Cor.15:55 (tr), donde se traduce injustificadamente el término
jades como «sepulcro». Los mss. más comúnmente aceptados tienen
thanatos , muerte, en lugar de hades, en la segunda parte del
versículo. En el AT., la rvr translitera uniformemente Sheol como «Seol». Nunca
denota la sepultura, ni es tampoco la región permanente de los perdidos; para
los tales es el estado intermedio entre la muerte y la condenación en la Gehena
(véase INFIERNO, A). Para la condición de los perdidos en el Hades, véase Lucas
16:23-31.
Este
término se usa cuatro veces en los Evangelios, y siempre lo usa el Señor mismo
(Mateo 11:23; 16:18; Lucas 10:15; 16:23). Se usa con referencia al alma de
Cristo (Hech.2:27; 2:31). Cristo declara que él tiene las llaves del Hades
(Ap.1:18). En Ap.6:8 el Hades es personificado, significando el destino temporal
de los condenados; y que tendrá que entregar a los que están en él (Ap.20:13),
y será finalmente arrojado al lago de fuego (v. 14). (VINE).
- e-Sword-the. LEDD.
- MATTHEW, Henry. Comentario Bíblico. Edit. Clie. Pág.
1991.
- Biblia de Estudio RYRIE.
- Pastor: Carlos Ramírez Jiménez.
20//10//2016.
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