Parte III:
LA BIBLIA Y RESUMEN
DEL
ANTIGUO Y NUEVO TESTAMENTO:
(2 Timoteo 3:16-17)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,… a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.
(2 Timoteo 3:16-17)
Capítulo 2
El Estudio De La
Biblia:
Cómo Estudiar y
Entender La Biblia:
La Biblia misma
dice:
“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene
de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2 Timoteo
2:15). Este versículo nos manda a hacer varias cosas:
Procurar con diligencia la aprobación de
Dios en la palabra, obrar en la palabra, y usar bien la palabra. Estudiar
quiere decir “adquirir
conocimiento por medio de leer sobre un tema y examinarla cuidadosamente”.
A los miembros mundanos de la iglesia no
les gusta estudiar la Biblia; son demasiado como el hombre que rehusó comprar
una colección de libros porque ya sabía más de lo que quería poner por obra. A
otros no les gusta el estudio de la palabra de Dios porque es un trabajo duro y
no les gusta el trabajo duro. Tal vez no tengan miedo del trabajo manual y
hasta puedan tener músculos fuertes en sus brazos, pero los músculos de su
mente son débiles por falta de ejercicio.
Otros no quieren estudiar la palabra
porque un pastor o sacerdote les ha advertido que es peligroso estudiar por sí
mismos. Se les ha dicho que deben estar satisfechos con sólo creer lo que oyen
sin averiguarlo por sí mismos en la palabra de Dios. Pero la Biblia nos dice
que debemos estudiar la palabra de verdad.
En el capítulo anterior aprendimos por
qué la Biblia es la palabra de Dios, santa e inspirada. Si en verdad creemos
eso, ¿cómo podemos dejar de estudiarla? Un poeta, M.F. Jackson, lo ha expresado
bien:
Hipocresía
La Biblia es la palabra de Dios:
Completa, inspirada, sin error;
Pero si pasan los días...
Y no la leo todavía,
Si no entiendo la ley del Señor;
Si no la leo para aprender,
Pero siempre me atrevo a defender
La bíblica verdad
¿Vale acaso mi hablar?
Estudiar
la palabra es la obligación y el privilegio diario del hijo de Dios. George Mueller,
bien conocido como un hombre de oración en el Orfanato Bristol, dijo:
La fuerza de nuestra vida espiritual corresponde directamente
con el lugar que tiene la Biblia en nuestras mentes y vidas. Solemnemente digo
esto por la experiencia de cincuenta y cuatro años. Los primeros tres años
después de mi conversión, me descuidé de la palabra de Dios. Desde que comencé
a estudiarla diligentemente, la bendición ha sido maravillosa. He leído la
Biblia de principio a fin cien veces, y cada vez con mayor deleite. Cada vez me
parece como un libro nuevo. Me ha sido de gran bendición el estudio
consecutivo, diligente, y diario. Me parece un día perdido si en él no me he
gozado en la palabra de Dios.
La falta de estudio de la palabra es la
causa mayor de los problemas en las iglesias. Por qué no estudian la Biblia,
los miembros no conocen bien la palabra de Dios. Resulta que casi no hablan con
Dios, porque los que estudian la Biblia, oran. Y si no oran, ¡no es de
extrañar que muchas veces no estén en buenas relaciones con otros! Sin
alimento diario del estudio de la Biblia, la fe padece hambre y se declina
hasta que no tiene fuerza. Romanos 14 nos recuerda que los que son débiles en
la fe son los que más a menudo están envueltos en dudas y disputas. D. L. Moody
dijo:
Oré por fe, y pensé que un día la fe habría de venir y me
golpearía como el relámpago. Pero parecía que la fe no vendría. Un día leí en
Romanos 10 que “la
fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”. Yo había
cerrado mi Biblia y había orado por fe. Ahora abrí mi Biblia, y comencé a
estudiar, y desde entonces mi fe está creciendo.
Sin el estudio de la Biblia y sin la oración no podemos crecer
en nuestra vida cristiana. Estudiar la Biblia es permitir que Dios nos hable;
orar es hablar nosotros con él.
El
propósito de estudiar la palabra es para poder usarla bien. Eso quiere decir
que hay maneras correctas y también maneras incorrectas de estudiar la Biblia.
En este capítulo examinaremos siete reglas útiles para el estudio de la Biblia: (1) Discernir correctamente la
santidad espiritual de la palabra de Dios; (2)
Distinguir correctamente entre las épocas del Antiguo Testamento y del Nuevo
Testamento de la palabra de Dios; (3)
Diferenciar correctamente entre las clases de literatura y palabras de la
Biblia; (4) Descubrir correctamente
cada libro de la Biblia en su totalidad;
(5) Dividir correctamente el texto bíblico en sus partes; (6) Averiguar correctamente el ambiente
histórico y el escenario del texto; (7)
Digerir correctamente el mensaje y aplicarlo a nuestra vida. No se puede
estudiar completa y correctamente ningún pasaje de la Biblia sin usar todas
estas siete reglas sencillas. El estudio incorrecto puede ser tan dañoso como
no estudiar nada.
1. Discernir Correctamente La Santidad Espiritual De
La Palabra De Dios:
La primera regla del estudio de la
Biblia es que debemos acercarnos a la palabra de Dios con reverencia y en
oración, sabiendo que la letra sin el Espíritu está muerta. Por tanto, en las
inspiradas palabras de la Santa Biblia debemos buscar un encuentro con Cristo,
la palabra viva. Lo llamamos el método devocional de estudio bíblico. Este
método no es sólo leer sino leer permitiendo que el Espíritu nos hable por
medio de la palabra leída. Comienza tu estudio con oración, pidiendo que Dios
te revele directamente lo que tus necesidades demandan. De allí lee, escuchando
el silbo apacible y delicado que habla a tu conciencia; luego, obedecelo.
Si lees la Biblia con una actitud incorrecta,
con liviandad, resentimiento, restricciones mentales, aburrimiento, te traerá
resultados malos y no te satisfará. Si lees la Biblia con admiración y temor
reverentes y con sumisión, Dios te hablará y estarás satisfecho. Escudriña las
escrituras.
Pide
al Espíritu Santo que te muestre tesoros nuevos y viejos. Está listo para
aprovechar la instrucción, la corrección, la reprensión, el consuelo, y el
adiestramiento.
Luego oye y obedece, ¡y serás
bendecido! (2 Timoteo 3:16–17; Juan 5:39; Mateo 13:52; Apocalipsis
1:3; Proverbios 30:5; Hechos 17:11). Lo mejor es fijar una hora diaria para el
estudio de la Biblia, y guardar tu cita con Dios.
Jardín, mina, estrellas, y cuartel
La Biblia es como un jardín de flores
salpicado
Y nadie ha entrado allí sin haber un
ramo hallado.
Cual mina es tu Biblia, Dios, llena de
joyas bellas,
Y todo aquel que busca allí gozará de
sus centellas.
Como el cielo es, tan estrellado; como
un gran cuadro fino
Que sirve como guía y luz al viajero
en su camino.
Tu palabra es como un cuartel, donde
todo soldado halla
Las armas y luego valor de salir a la
batalla.
Yo quiero amar tu Biblia, Dios, quiero
gozar las flores;
Quiero que me alumbre, sí, y que la
mina explore.
En tu palabra quiero hallar mi espada
y mi armadura
Que me dé valor de pelear en la
batalla más ruda.
—T. Gill
Quizá la cosa que más confunde a los
estudiantes de la Biblia es que no distinguen correctamente entre el Antiguo y
el Nuevo Testamento. Hombres tan inteligentes como Lutero
y Calvino hicieron mucho daño por mezclar los dos pactos:
· Mandaron que los
cristianos bautizan a los infantes porque en el Antiguo Testamento los
infantes fueron circuncidados.
· Mandaron que los
cristianos guerrearon porque lo hicieron en el Antiguo Testamento.
Hay
que reconocer que hay dos partes principales en la palabra de Dios. En el Antiguo
Testamento, Dios escogió una nación mesiánica y una familia mesiánica para
preparar el camino para Jesucristo el Mesías, por medio de quien todas las
naciones serían bendecidas. Así es que el pueblo de Israel nunca fue un fin en
sí mismo, sino fue el medio para llegar a un fin (Gálatas 3:16). Hay un
progreso de revelación desde el Antiguo hasta el Nuevo Testamento. Ahora el
Nuevo Testamento es nuestra regla de fe y práctica. Los que se olvidan de eso
han causado gran daño y confusión:
Ø El Antiguo Testamento tenía la promesa;
ü el Nuevo
tiene el cumplimiento.
Ø El antiguo muestra el símbolo;
ü el Nuevo
la realidad.
Ø El Antiguo tiene leyes para los de
corazones duros;
ü el Nuevo
tiene leyes para los de corazones regenerados.
Ø El Antiguo subraya la ley;
ü el Nuevo
subraya la gracia y la verdad.
Ø El Antiguo tuvo un pueblo natural, un reino
natural, un terreno natural, mientras que,
ü El Nuevo se
concentra en un pueblo espiritual, un reino espiritual (la iglesia), y una
patria celestial.
Ø El Antiguo era sólo una revelación parcial
y preparatoria;
ü El Nuevo
es completo, la culminación del plan de Dios.
Por esto, de cualquier versículo que estudiamos,
debemos preguntamos: ¿A
cuál pacto pertenece?
Si
esto se entiende bien y se toma en cuenta, evitará mucha confusión. Los cristianos
ya no tratarán de aprobar los permisos o las costumbres del Antiguo Testamento,
porque éstos han sido cumplidos y reemplazados por la ley espiritual del nuevo
pacto. Aquí incluimos cosas como: la poligamia, la guerra, el divorcio, la política,
el baile, los instrumentos musicales, los sacrificios de animales, el guardar
el día séptimo, los días de fiesta, la dieta, el nacionalismo, el racismo, un
templo natural, etc.
Estudia Mateo 5:38–39; Gálatas 3:24–25;
2 Timoteo 2:15; Mateo 19:8; 2 Corintios 3:6–11; Hebreos 7:18–22; 8:7; 9:1,15;
11:16; 12:28. Todos éstos subrayan la sencilla verdad que el Antiguo Testamento
era un ayo para llevarnos a Cristo, y “si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente
no se hubiera procurado lugar para el segundo” (Hebreos 8:7).
Hay maestros falsos llamados “dispensacionalistas”
que menosprecian la iglesia y exaltan el judaísmo. Aún procuran
separar el Nuevo Testamento en supuestas partes judaicas y partes cristianas. Las notas en la
Biblia de Scofield dicen audazmente que el Sermón del Monte es para un
reino futuro y que no es para la iglesia.
Su tema repetido es la restauración de
un reino terrenal judaico en el cual Cristo reinará sobre un grupo mezclado de
personas mortales e inmortales, gobernando a los pecadores por fuerza, etc.
Muchos dispensacionalistas quieren reconstruir el templo y restaurar los
sacrificios de animales, etc. No pueden entender los cumplimientos espirituales
de las profecías, y parece que más que otra cosa quieren volver a las cosas
naturales del pacto viejo.
3. Diferenciar
Correctamente Entre Las Clases De Literatura y Palabras De La Biblia:
Este
método de estudiar se puede llamar el método literario. Hay que reconocer que
hay siete clases de literatura en la Biblia:
Ø
Ley,
Ø
historia,
Ø
poesía,
Ø
sabiduría,
Ø
profecía,
Ø
apocalipsis,
y
Ø
epístolas.
También hay siete
clases de palabras gráficas usadas en las escrituras:
v
Hecho
literal,
v
hecho
abreviado,
v
símbolo,
v
sombra,
v
alegoría,
v
metáfora,
y
v
parábola.
La inhabilidad de distinguir entre la
verdad literal y la verdad figurativa tuerce el significado de la Biblia. Por
ejemplo, cuando nuestro Señor llamó a Herodes “aquella zorra”, ¡sería necio pensar
de él como de un animalito pelirrojo de cola peluda! En la parábola del
hijo pródigo, Cristo habló de la música, el baile, un anillo, y hacer fiesta,
pero no estaba dando permiso de hacer o tener esas cosas.
Sin embargo, hay quienes toman esto por
excusa, rechazando la enseñanza clara del Nuevo Testamento al contrario. Cuando
habla en los Salmos de protección bajo las alas de Dios, no pensamos que Dios
tiene plumas y garfas. Tampoco entendemos en sentido litoral la parábola en el
Antiguo Testamento que hace mención de una zarza que habló (Jueces 9:15).
Cuando los libros apocalípticos como Daniel y Apocalipsis usan números,
necesitan ser interpretados (setenta semanas, diez días, etc.).
Tenemos
que preguntar siempre: ¿Se entiende mejor este texto como una verdad
literal o como una verdad figurativa? Una
buena regla que seguir es ésta: Cuando se puede
entender algo en el sentido literal, interprétalo así. Pero cuando
algo no tiene significado al entenderlo literalmente, o cuando está al
contrario de la santidad de Dios o de cualquier principio bíblico, es mejor
interpretarlo en el sentido figurativo.
Muchas veces la misma Biblia nos enseña
el significado de las verdades que se han de entender figurativamente. Por
ejemplo, Gálatas 4:24 enseña que la historia de los dos hijos de Abraham es una
alegoría hermosa de los dos pactos (¡y la esclava representa ahora el pacto viejo, y la libre
el pacto nuevo!). En Hechos 2:31–36, Pedro explica en sentido
espiritual la profecía de Dios que dice que él levantaría al Cristo para que se
sentase en el trono de David.
¡Pedro nos explica que esto habla de su resurrección y ascensión
al cielo para sentarse a la diestra de Dios! En Hechos 15:15–17, Santiago
interpreta la profecía de Amós acerca de la reconstrucción del tabernáculo,
enseñándonos que se refiere a un tabernáculo espiritual, la iglesia. No podemos
contradecir lo que la Biblia misma nos dice. La verdad figurativa siempre es
verdad, no es ficción.
Libros
Apocalípticos De La Biblia, Como:
Ø
Daniel,
y
Ø
Apocalipsis,
usan mucho lenguaje figurativo.
El
obispo George Brunk escribió:
El Apocalipsis
contiene muchas figuras:
·
mujer
significa iglesia;
·
bestia
significa reino;
·
cuernos
quiere decir reyes;
·
aguas,
gente;
·
vino,
ira;
·
copa,
indignación;
·
lino
fino, justicia;
·
candelero,
la iglesia;
·
estrella,
ángel;
·
incienso,
oración; etc.
Por tanto, es muy probable que las arpas
de Apocalipsis no sean arpas reales, sino que en armonía con lo de arriba, esto
debe ser interpretado como lenguaje figurativo. En Apocalipsis 5:8 se mencionan
juntas las arpas y las copas de oro llenas de incienso. Explica que el incienso
es la oración de los santos, demostrando que las copas no son copas reales.
Esto muestra que las arpas mencionadas con ellas tampoco son arpas reales.
A la vez, reconocemos que la
interpretación figurativa de los mandamientos bíblicos quita el sentido. Cuando
la Biblia manda:
“Saludaos los unos a los otros con ósculo santo”, se equivocan los
que lo dan sólo un sentido figurativo de que debe haber amor en la hermandad.
Claro que lo debe haber, pero también debe haber la obediencia en la práctica
del ósculo santo. El estudiante de la Biblia que sigue el Espíritu tendrá
cuidado de no quitar el sentido espiritual de los versículos de la Biblia por
ver sólo el significado superficial. Tampoco procurará hacer una alegoría la
obediencia literal a los mandamientos y las ordenanzas de la Biblia.
4. Descubrir Correctamente Cada Libro De La Biblia
En Su Totalidad:
Esto
se llama a veces el método telescópico. Esto quiere decir que para ver el
bosque por completo hay que ponerse a una distancia y verlo en conjunto en vez
de examinar primero un solo árbol o una sola rama. La Biblia fue revelada, inspirada,
y coleccionada por libros, no meramente por versículos solos y separados. Si
quiero entender el plano de una casa, no me apresuro al último piso de la casa,
sacando una sola tabla de la pared. Más bien examino la estructura completa,
consigo el plano general, y busco los cuartos más importantes.
De la misma manera, es un método
incorrecto de estudiar la Biblia sacar un versículo de su capítulo y libro sin
referirse a su contexto original. Una regla segura es que cualquier versículo
de la Biblia sacado de su contexto llega a ser no más que un pretexto. Se puede
derivar casi cualquier doctrina falsa de una porción de la escritura sacada de
su contexto. Pero la verdad se puede derivar sólo de la totalidad.
Cuándo quieres saber qué es la voluntad
de Dios sobre cierto tema, no comiences con cerrar los ojos, abrir la Biblia a
la ventura, y apuntar un versículo con el dedo. El que eso hace no está
estudiando la Biblia, sino está jugando con ella.
Si estás estudiando seriamente alguna
porción de la Biblia, saca el tiempo para ver el libro en su totalidad.
Descubre su tema general, su estructura completa, su propósito, sus materias
mayores, y su conclusión.
Toma
el libro de Romanos como ejemplo. Mirándolo en conjunto, se ve que tiene
dieciséis capítulos que se dividen en dos partes (como la mayoría de las
epístolas más largas de Pablo); capítulos 1–8 son doctrinales y capítulos 9–16
son prácticos.
El
tema de la carta entera es obvio: la justificación por fe y el vivir por
fe. Los versículos claves son Romanos 1:16–17. Los primeros ocho capítulos
explican el plan de la salvación, cómo se puede ser justificado y santificado
por fe en Cristo.
Los
últimos ocho capítulos explican cómo vivir la vida cristiana práctica. Capítulos 9–11
dan advertencias contra la apostasía. Capítulos 12–13 dan enseñanzas sobre la
disconformidad, la unidad, y la no resistencia. Capítulo 14 habla de cómo
tratar con diferencias de creencia. El libro concluye con más enseñanza sobre
la unidad (capítulo 15) y con comentarios personales, salutaciones, y la
bendición (capítulo 16). Conociendo la estructura y el propósito entero del
libro, no nos equivocamos como los que sacan sólo una parte fuera del
contexto.
Por ejemplo, un error que se hace es
predicar la disconformidad al mundo según Romanos 12:2 sin explicar que
primeramente hay que ser justificado, santificado, y transformado por la
misericordia de Cristo. Sin esto primero, no se puede ni siquiera principiar
con la disconformidad al mundo.
Muchas doctrinas falsas e ideas erróneas
están basadas sobre algún versículo de la Biblia sacado de su contexto. Son
fácilmente expuestas y corregidas cuando el versículo se ve en el contexto en
que Dios lo ha puesto. Es un pecado contra la palabra de Dios sacar versículos
del contexto y basar alguna idea favorita sobre ellos.
El método de sacar un texto para probar
una idea infringe la integridad de la escritura. Los predicadores que de
costumbre buscan un texto en el cual basar un sermón generalmente son demasiado
perezosos e ignorantes como para escudriñar el contexto y estudiarlo en
conjunto para predicar un mensaje expositivo del texto en su escenario.
Tendremos más santidad con más predicación según la Biblia.
5. Dividir Correctamente El Texto Bíblico En Sus Partes:
Podemos
llamar éste el método analítico. Analizar significa “desarmar y entender las partes elementales”.
Un mecánico puede analizar un carro si lo puede desarmar y volver a armar.
También a veces se dice que éste es el método microscópico. Se toma una porción
de la escritura; se analiza el capítulo, dividiéndolo en párrafos, los párrafos
en oraciones, las oraciones en frases, y después en palabras solas.
Se
estudia la gramática, el énfasis, la puntuación. Entonces se
discierne más del significado por identificar las palabras claves, las ideas
claves, las personas, los lugares y eventos claves; se discierne la acción por
medio del análisis gramático. Tomemos como ejemplo Apocalipsis 4:1:
Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo;
y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y
yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.
Ahora,
Primero Pregunta:
¿Quién habla? Es Juan el
apóstol.
¿Quién habla con él? Alguien del cielo.
¿Cuándo sucedió esto? Inmediatamente
después del mensaje de Cristo a las siete iglesias en Apocalipsis 1, 2 y 3.
¿Qué significa este versículo? Una voz celestial invita a Juan a que
suba al cielo por medio de una visión (Apocalipsis 4:2) y que oiga lo que va a
suceder después de estas cosas.
Notamos:
que
en el contexto está claro que la voz se dirige a Juan personalmente. Pero
imagínate que hay quienes sacan de ese versículo las palabras “sube acá” y
¡afirman que
se refiere al “rapto de la iglesia de este mundo”!
Usar bien la palabra de verdad significa permitirle tener su significado correcto, no hacerla decir algo inventado.
6. Averiguar Correctamente Al Ambiente Histórico y
El Escenario Del Texto:
Esto llamamos a veces el método
histórico. Incluye investigar suficientemente los datos:
·
Históricos,
·
políticos,
·
culturales,
·
geográficos,
·
biográficos,
·
arqueológicos,
·
teológicos,
y
· lingüísticos pertinentes al
texto.
Cualquier
compendio bueno de la Biblia contiene esta clase de información. (Recomendamos
el
“Compendio manual de la Biblia”, 770 páginas, Casa Bautista de
Publicaciones). Es útil saber de los días en que vivía el escritor porque el
verdadero significado del lenguaje utilizado por el escritor se deduce mejor
conociendo las condiciones a que se dirigía.
La
Biblia misma es su mejor comentario; así que un estudio del ambiente histórico
de un texto tiene que incluir buscar sus palabras claves en una concordancia
bíblica, comparando la escritura con la escritura.
Es muy útil referirse a varias versiones
o traducciones sanas de la Biblia y leer en ellas la porción que estás
estudiando. Un traductor primitivo de la Biblia inglés, Miles Coverdale,
escribió en el año 1538 del valor de las varias traducciones de la escritura:
Ahora por tu parte, lector más afable, toma como de buen valor
lo que te ofrezco aquí con una buena voluntad, y no permitas que esta
traducción presente cause detrimento a las otras que antes han sido traducidas
del griego, o a las que serán traducidas en el futuro. Porque si abres los ojos
y consideras bien el don del Espíritu Santo en eso, verás que una traducción
declara, abre, e ilustra otra, y que en muchos casos una es un comentario claro
de otra.
Otra ayuda muy buena es el libro por
Daniel Kauffman, Doctrinas de la Biblia.
7. Aplicarlo a Nuestra Vida:
A
esto se puede llamar el método práctico porque su propósito es simplemente
deponer en práctica lo que hemos aprendido de nuestro estudio de la Biblia. Al
estudiar y usar bien la palabra de Dios y al mantenernos accesibles con oración
a la dirección del Espíritu Santo, (“él os guiará a toda la verdad” Juan 16:13), andamos
en la luz por medio de instrucción, convicción, rendición, confesión, obediencia,
santidad, amor, y paz.
La
fe, si no tiene obras, es muerta, y el estudio de la Biblia sin estos frutos
también es muerto. Si tu estudio de la Biblia no te causa crecer en amor para
con Dios y tus compañeros, no estás usando bien la palabra. El famoso hombre de
oración, George Mueller de los orfanatos de Bristol, atribuyó su felicidad y
satisfacción en la vida a su amor a la Biblia:
Yo
creo que la razón mayor por la cual he permanecido en servicio feliz y útil, es
que he sido un amador de la santa escritura. Ha sido mi costumbre leer toda la
Biblia cuatro veces por año, en un espíritu piadoso aplicarla al corazón, y
practicar lo que encuentro allí. Por sesenta y nueve años he sido un hombre
feliz; ¡feliz,
feliz, feliz!
Sí,
amigos, usen recursos para el estudio de la Biblia como un compendio bíblico
sano, una concordancia, versiones o traducciones sanas, etc. Más que todo usen
la Biblia misma, ¡procuren usar bien la palabra de verdad! Si la usan bien,
serán útiles al Maestro y a toda la humanidad.
Preguntas
de estudio:
1. ¿Por qué molestarnos a estudiar
la Biblia? ¿Por qué no la estudian algunos?
2. Si no estudiamos la Biblia, ¿qué
clase de miembros tendremos en la iglesia?
3. ¿Qué significa discernir
correctamente la santidad espiritual de la palabra de Dios?
4. Explica qué es distinguir
correctamente entre las épocas.
5. Explica el diferenciar
correctamente entre las clases de literatura y palabras bíblicas.
6. Explica qué es estudiar
correctamente cada libro de la Biblia en su totalidad.
7. Hablen de dividir correctamente
el texto bíblico en sus partes.
8. ¿Qué es averiguar correctamente
el ambiente histórico y el escenario del texto?
9. Explica qué es digerir
correctamente el mensaje y aplicarlo en nuestra vida.
10. ¿Hoy estudiaba usted la Biblia?
Véase Parte IV:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario