Parte III:
EL OTRO INTERCAMBIO OSCURO:
(Romanos 1:26-28)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
“Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza,… y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío… Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen”.
(Romanos 1:26-28)
Capítulo
II
Lo
Que Los Homosexuales Más Necesitan:
Anita Worthen se sentía culpable de meterse a escondidas al dormitorio de su hijo,
pero estaba preocupada. Su hijo, Tony, de dieciséis años, había comenzado a
pasar toda la noche fuera, y ella ni siquiera sabía los nombres de sus nuevos amigos.
"Quizá
ha anotado en algún lado los nombres y números de teléfono," pensó. Su
billetera estaba sobre la cómoda, y encontró un papelito adentro. Al comenzar
apuradamente a anotar los nombres, Tony entró en la habitación. "¿Qué
crees que estás haciendo?" gritó airado. Anita se sonrojó de
vergüenza, pero mantuvo tranquila la voz.
"Tony, quiero saber dónde
estás. Cuando no llegas a casa, necesito saber a quién llamar". Tony discutió con ella unos cuantos minutos. Y
entonces dejó caer la bomba. "Y bueno, ¿sabes que soy 'gay', no es cierto?".
Anita sintió que se le secaba la boca y se paralizaba
la mente. Tony llenó el silencio con detalles. Hace tres meses, había estado
esperando algún aventón para llegar a casa, cuando un consejero del colegio lo
recogió y lo sedujo. Ahora aceptaba su "nueva"
identidad y había comenzado a conocer a otros homosexuales. "Además, mamá", concluyó, "he
encontrado al hombre de mis sueños. Todo va a estar bien ahora".
Primero
aturdimiento, luego temor.
El descubrimiento de que alguien está involucrado en
homosexualidad puede ser un trauma más grande que su muerte. Incluso la noticia
de que un colega, empleado, vecino o pariente de un miembro de la iglesia es
homosexual puede ser bastante desconcertante. ¿Cómo debe reaccionar el cristiano?
Para muchas personas, el aturdimiento es reemplazado
pronto por otras emociones. Desconcierto:
¿Cómo podría pasar esto? Y culpa:
¿Pude yo impedirlo?
La presión crece cuando la familia se siente incapaz
de compartir su problema. "Sabía que
mi pastor nunca comprendería". Dijo una madre. "Le escuché decir
una vez que los homosexuales no podían salvarse".
Otra madre era la esposa de un pastor. ¿Cómo podré involucrarme otra vez
en el liderazgo de la iglesia? se preguntaba.
Bárbara Johnson comprende la profunda preocupación que se siente por
los seres amados. En 1968, el segundo de sus hijos fue muerto en Vietnam. Cinco
años después, su hijo mayor murió instantáneamente, al chocar un conductor
ebrio de frente con su auto.
Pero el mes de junio de 1975 le trajo lo que ella
describe como el golpe más cruel de todos. El día después de que su tercer
hijo, Larry, se graduó de la escuela semi-superior
-- habiendo llegado a ser presidente de su clase y recibido el premio de "Estudiante Más Sobresaliente"
-- descubrió una pila de revistas homosexuales en su dormitorio.
"Un
terrible sollozo me estalló desde adentro", recuerda. "Nunca antes había
sentido tal combinación de aturdimiento y pánico".
Respondiendo
ante la crisis:
La primera reacción podría ser distanciarse de la
persona que ha adoptado la homosexualidad, pero algunos padres victoriosos y
consejeros profesionales tienen otro consejo:
* Ama incondicionalmente. Rechaza el pecado, no a la persona. "Es
nuestra tarea amar a nuestros hijos", dice Bárbara Johnson. "Y es tarea de Dios trabajar en sus vidas. La
condenación no funciona; sólo el convencimiento que proviene de Dios puede
causar un cambio".
Una madre recuerda el momento en que su hijo le
confesó su homosexualidad. "Su cabeza estaba inclinada, los labios retorcidos.
Sabía que me estaba diciendo 'Si me rechazas, no sé qué haré'".
La confesión de una persona es con frecuencia un
pedido de ayuda. Aunque su homosexualidad es una novedad para los demás, por lo
general ha luchado con ella en silenciosa agonía durante años.
El amar a la persona no representa un respaldo al
estilo de vida pecaminoso. Jack, un ex-homosexual, recuerda las palabras
que le dijera su padre años atrás:
"Hijo,
eres carne de mi carne y tu madre y yo queremos ayudarte. Puedes hablar con
nosotros cuando quieras". "Ahora", dice Jack, quien
está felizmente casado y tiene dos hijos, "sé que el amor incondicional de mis padres es lo
que me ayudó a superarlo".
* Comunica esperanza. Muchos hombres y mujeres que viven el estilo de vida homosexual nunca
han escuchado de una salida. Necesitan saber de la existencia de ministerios "ex-gay"
que pueden ofrecer ayuda (ver historia relacionada).
La mayoría de estos ministerios están dirigidos por
personas que fueron homosexuales, como Phil
Hobizal, de Portland, Oregón.
"Como
adolescente, no vislumbraba ninguna otra opción", recuerda. "Mi psicólogo me dijo que simplemente debía
aceptarlo".
Cuando Phil se encontró con Cristo en 1978, su
desesperación cambió. "Sabía que Dios era real, y que Él podía cambiar mi
deseo sexual".
No existe ninguna evidencia concluyente de que la
homosexualidad es innata. "No hay tal cosa como una inclinación 'natural' hacia
el comportamiento homosexual", dice el Dr. George A. Rekers, profesor de neuropsiquiatría y ciencias del
comportamiento de la Escuela de Medicina de la Universidad de Carolina del Sur.
"Más
bien", dice el Dr. Rekers, "existen situaciones adversas en la vida de un niño
que pueden conducir a tentaciones homosexuales".
Dichos factores
pueden surgir dentro de la familia:
Ø Muchos hombres homosexuales, por ejemplo, nunca
sintieron cariño y aceptación de sus padres:
Ø Otros se criaron con madres controladoras y hostiles.
Ø Otros factores significativos incluyen: rechazo de los compañeros, abuso
sexual, experimentación con el mismo sexo, descubrimiento de pornografía
homosexual y la falta de una educación sexual saludable.
En lesbianas, la falta de vinculación con la madre con
frecuencia lleva a una sensación de sentirse aislada de su propio género ("Nunca me
sentí mujer"). Esta falta de identidad sexual puede ser también
resultado de que su padre no afirmó su femineidad.
Otro factor común en el desarrollo lesbiano es el
trauma sexual. "Por
lo menos el 85 por ciento de las lesbianas que atiendo han sido víctimas de
abuso", indica Darlene
Bogle, consejera en el área de San Francisco. Estos aspectos, aunque
profundamente arraigados, no son demasiado para Dios. Él es "el Dios de la esperanza"
(Rom. 15:13).
* Rehúsate a condenar. La familia con frecuencia lucha con un abrumador sentimiento de culpa
al descubrir la homosexualidad de su hijo o hija.
A Bárbara
Johnson le gusta recordar a otros padres que aunque Dios era el padre
perfecto, aun así Adán se rebeló. "Todos los padres cometen errores",
dice Anita Worthen. "Pero es cuando nuestros hijos se meten en problemas
que esos errores regresan a perseguirnos".
Anita crio sola a su hijo y conoce la lucha de madres
solas con hijos varones. Pero recuerda a los padres que aun cuando las
circunstancias pueden ser menos que ideales, los factores familiares no causan
el comportamiento homosexual. Cada hijo toma la decisión consciente de
perseguir cualquier tentación que surja. El adoptar un estilo de vida gay surge
de las decisiones de la persona -- y no de los fracasos de los padres.
* Pide perdón. Un padre se arrepiente de nunca haber estado en casa para ayudar a
criar a su hijo, quien adoptó un estilo de vida homosexual durante varios años.
"No se
puede deshacer el pasado", dice ahora. "Dios quiere que
depositemos en El esa carga. Reemplaza la culpa con su paz".
Durante los últimos años, ha trabajado para restaurar su relación con su hijo. "He
aprendido que nunca es demasiado tarde", concluye.
Hoy, su hijo ha abandonado su estilo de vida
pecaminoso y se encuentra involucrado en un ministerio hacia otros que quieren
superar la homosexualidad.
* Busca a Dios todos los días. Los padres necesitan también la sanidad de Dios en
sus propias vidas -- no solamente en las de sus hijos.
Mary Lebsock, una madre de Denver, salió del abismo de la
depresión grabando versículos de las Escrituras en una cinta casete, dejando
suficiente espacio entre ellos para poder repetirlos. Esos versículos se
convirtieron en su "desayuno espiritual" cada mañana.
"La
Biblia nos hace promesas importantes", señala Mary. Una de sus favoritas se encuentra en Hechos 16:31: "Ellos contestaron: 'Cree en el Señor Jesús, y serás
salvo tú y tu familia' ". Otros padres citan a Jeremías
31:16-17, I Samuel 1:28, Proverbios 22 o Jeremías 29:11.
* Sé realista. Miles de hombres y mujeres han dejado la homosexualidad. Sin embargo,
para la mayoría de ellos la sanidad ha involucrado un proceso muy largo.
La mayoría de ex-homosexuales informan que la
victoria es un proceso de discipulado día-a-día. Puede haber tentaciones a
veces, similares a las que enfrenta un creyente adicto anteriormente al alcohol
o al juego.
Un ex-homosexual, casado ahora,
recuerda sus primeras luchas: "Incluso después
de dos años de ser cristiano, caí nuevamente en actividades homosexuales. Había
estado aferrado en secreto a mis deseos homosexuales y me había aislado de
otros creyentes".
Luego se arrepintió de sus acciones, confesándose ante
un amigo cristiano, y continuó empujando hacia adelante. En los 11 años desde
entonces, ha aprendido más sobre la gracia y misericordia de Dios y no ha
vuelto a caer en un comportamiento homosexual.
* Pon a tu ser querido en manos de Dios. La oración es el arma más fuerte que tenemos contra
la homosexualidad.
"Pude
ponerlo a mi hijo en el altar de Dios cuando me di cuenta de que yo no lo puedo
cambiar, pero Dios sí", dice Mary
Lebsock, cuyo hijo continúa involucrado en la homosexualidad. "Lo he entregado
al Señor, y estoy en paz".
Un padre puso a su hijo en manos de Dios con esta oración: "Haz lo que sea para que venga a Ti -- aun si eso
significa la muerte". Y entonces le hizo a su hijo saber que
estaría ahí para él cuando lo necesitara -- día o noche. Eventualmente, su hijo
sí abandonó el estilo de vida homosexual, aunque es ahora VIH-positivo.
* Comprende que la sanidad llegará. "¡Si alguien tan sólo me hubiera dicho que superaría
esto!" se lamenta Barbará Johnson. "En la década de los setenta, nadie
quería hablar de ello. Eso hizo que mi pena fuera aun mayor".
Barbará resolvió que si sobrevivía, se abriría a otros
que se encontraran viviendo el mismo trauma. Desde que el Señor restauró su
alegría, ha ayudado a miles.
Una mujer recuerda el primer paso hacia su propia
recuperación:
"Comencé a buscar al Señor para que sanara mi corazón quebrantado, y ya no
por las circunstancias en la vida de mi hijo".
Con el tiempo, estos padres no solo sobrevivieron,
sino que fueron capaces de reconocer algunos de los beneficios de su prueba de
fuego.
Algunos matrimonios se han fortalecido. "Nuestra crisis
familiar nos unió a mi esposo y a mí en la meta común de orar por nuestra
hija", indica una madre.
Hay mayor madurez espiritual. "Mi caminar en el Señor es más fuerte",
dice Anita. "Soy
una mejor persona debido a lo que pasó con mi hijo".
Y hay relaciones que se han renovado. Luego de años de
silencio, el hijo de Barbará la visitó en mayo de 1986. "Quiero que me perdones por los años
de dolor que te he causado", le dijo, con lágrimas en los ojos.
"He
vuelto a dedicar mi vida al Señor. Me he liberado de esa esclavitud y el Señor
me ha limpiado".
Barbará sabe por su propia experiencia que hay
esperanza. "Dios
puede tomar tu problema y convertirlo en un tesoro" dice. "Te ofrece
un intercambio: tus pecados por Su perdón, tu tragedia y dolor por Su sanidad,
y tu pena por su alegría".
Bob Davies, quien ha luchado con la homosexualidad
en su propia vida, es director ejecutivo de Éxodos Internacional, un
ministerio para aquellos que desean abandonar la homosexualidad. Junto con su
esposa Pam, celebraron su quinto
aniversario de bodas el verano pasado.
Capítulo III
La Homosexualidad Y El
Cristiano:
Pregunta.- Como
homosexual, yo creo que mis sentimientos sexuales son naturales y normales.
¿Por qué está esto en contra de la voluntad de Dios?
Respuesta.- La
homosexualidad está en contra de la voluntad de Dios porque ella nunca fue
parte del propósito original de Dios o su intención sobre la conducta sexual
humana. Viendo la necesidad que Adán tenía de un compañerismo físico y
emocional, Dios no creó para Adán otro hombre, por el contrario, Dios creó a la
mujer para el hombre (Véase Génesis 2:18-25 y 1 Corintios 11:9). Este fue el
plan original de Dios. Obviamente su designio fue la natural y complementaria
función de los órganos sexuales masculinos y femeninos y de los temperamentos
masculinos y femeninos. Antes de la caída de la raza humana, sólo existían las relaciones
masculino-femeninas. Como todo en la tierra, la unión humana heterosexual
(masculino-femenina) también fue afectada y pervertida por la caída de la raza
humana. Esto condujo a casos de poligamia (tener más de una esposa. Génesis
4:19); adulterio (Gn. 38:15); violación (Gn. 34:2) así como el apareo o unión
homosexual fueron consecuencia de la caída.
Aunque
una persona puede "sentir" que su orientación sexual o sus
impulsos internos son naturales y normales para ella, recuerde que los
sentimientos nos pueden descarriar (véase Jeremías 17:9). Lo que nosotros
podamos "sentir"
que es correcto no lo hace moralmente correcto. La conclusión aquí
es que vivimos de acuerdo a los principios de la Palabra de Dios, no de acuerdo
con nuestros sentimientos.
P.- Se me ha dicho
que la Biblia, en ningún versículo, condena "de plano" la
homosexualidad. Incluso he oído decir que la palabra "homosexual" no aparece en las Escrituras originales.
¿Qué me puede informar al respecto?
R.- Usted primero
debe decidir si va a aceptar o no que la Biblia es Palabra de Dios y que ella
es la verdadera y absoluta autoridad en materia de fe y conducta. Usted también
debe creer que los escritos de la Biblia son relevantes y aplicables a nuestros
días. Yo creo, como dice 2 Pedro 1:21 que "los santos hombres de Dios hablaron siendo
inspirados por el Espíritu Santo". Yo creo que la Biblia es la
Palabra de Dios, que no tiene error y que tiene verdadera vigencia para
nosotros hoy (Isaías 40:8 y Salmo 119:160). Segunda Timoteo 3:16 lo dice aún
mejor: "Toda la Escritura es inspirada por
Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia".
Para
contestarle esta pregunta, la Biblia sí condena "de plano" la
conducta homosexual tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento (vea
Levítico 18:22 y 20:13, Romanos 1:24-32 y 1 Corintios 6:9-10).
La
palabra "homosexual" es una palabra relativamente nueva, la misma
no aparece en los escritos originales de la Biblia, pero Dios no necesitaba de
etiquetas modernas para describir las prácticas homosexuales. Además la palabra
"homosexual" es un término general que cubre una variedad
de conductas sexuales (uní-sexuales). Dios, sin embargo, es mucho más
específico en su Palabra. Hay varias palabras en griego y hebreo (los idiomas
en los cuales las Escrituras originales fueron escritas) apuntan con precisión
las distintas clases de conductas sexuales que Dios declara que son pecados.
Una conducta sexual pecaminosa incluye:
el sexo
fuera del matrimonio o el sexo sin la intención de casarse, el adulterio, el
sexo con miembros de la familia, el sexo con animales, la prostitución
masculina y femenina y todos los actos sexuales pasivos y agresivos con
personas del mismo sexo. (Debe tomarse nota que todas las
referencias a la homosexualidad en las Escrituras se refieren al sexo entre
hombre y hombre, excepto en Romanos 1:26-27 que son los únicos versículos que
condenan el lesbianismo).
Pregunta.- Puesto que
vivimos bajo la "Gracia"
y no bajo la "Ley" ¿por qué debemos preocuparnos por las
anticuadas normas del Antiguo Testamento y las leyes levíticas que normaba la
ceremonia, el alimento y el sexo?
Respuesta.- Muchas personas
creen que podemos ignorar el "Código de Santidad" del Antiguo
Testamento que Dios le dio a Moisés mientras los israelitas caminaban por el
desierto. En este código estaban las normas de Dios para nuestra sexualidad,
incluyendo la condenación de la homosexualidad por parte de Dios.
El
argumento natural es: "si
estamos bajo la Gracia y no bajo la Ley, entonces podemos descartar la
condenación que Dios hace de los actos homosexuales en Levítico 18:22 y 20:13". Algunos sostienen que estas leyes ya
no son aplicables a nosotros, o que Dios solamente dio estas leyes para
estimular el crecimiento poblacional de los israelitas y asegurar así su
supervivencia. A esto, debemos informarle que Dios prohibió el adulterio y el
incesto. El guió a los israelitas a la guerra en varias ocasiones, y Dios les
ordenó dar muerte a quienes desobedecieran sus leyes morales; todo lo cual
contribuyó a reducir la población. ¡De manera que a Dios no le interesaba tanto la cantidad,
lo que sí le interesaba, y aún le interesa, es la calidad!
El
Código de Santidad de Dios para Israel tenía dos categorías: 1) las leyes "ceremoniales o simbólicas" y 2) las leyes "morales".
Las
leyes ceremoniales tenían que ver con la adoración religiosa, leyes dietéticas,
de indumentaria y varios aspectos culturales de los judíos que tenían el objeto
de dar al pueblo de Israel el carácter de pueblo separado para Dios. Estas
leyes ceremoniales también simbolizaban el futuro advenimiento del Mesías;
estas leyes eran temporeras (Hechos 1:15).
Las
leyes morales, en cambio, eran los principios de Dios para la humanidad, y no
se limitaban a la cultura judía, sino que eran de carácter universal. Estas
leyes morales son permanentes (Salmo 119:160) y se aplican a todas las culturas
incluyendo a nuestra sociedad moderna. Obviamente los mandamientos
concernientes a la sexualidad y homosexualidad son parte de las leyes morales
de Dios. Jesús abolió la ley ceremonial o simbólica (Efesios 2:15), más El no
vino para descartar la ley moral (Vea Mateo 5:17-19).
Jesús
dijo acerca de los mandamientos morales del Antiguo Testamento: "Cualquiera
que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los
cielos" (Mateo 5:19. Lea también el capítulo 6 de Romanos).
P.- ¿Dijo Jesús,
alguna vez, algo acerca de la homosexualidad?
R.- Directamente
no, sin embargo, hay muchas cosas que Jesús dijo y que no están registradas en
la Biblia (vea Juan 21:25). Él pudo haberlo mencionado, aunque probablemente no
tuvo ocasión de hacerlo (los judíos de su época estaban estrictamente en contra
de tales prácticas). Hay muchos temas que Jesús nunca mencionó tales como el
incesto, la violación y la bestialidad. Pero el hecho de que Jesús no
mencionara estas prácticas no significa que esté bien que se lleven a cabo.
Jesús
siempre respaldó la ley del Antiguo Testamento (Mateo 5:17-19), que estrictamente
condenaba la homosexualidad. Jesús sólo habló de sexualidad en sentido
heterosexual. La otra y única alternativa al matrimonio que dio Jesús es el
celibato (ninguna clase de sexo en Mateo 19:12). Además no hay evidencia, en lo
absoluto, de que se hubiere acusado de homosexualidad a los discípulos de
Jesús. Los enemigos de Cristo gustosamente lo hubieran expuesto, ya que la
homosexualidad era un crimen condenable con muerte en la cultura judía.
Pregunta.- A pesar de las
desventajas, yo estoy satisfecho con el estilo de vida homosexual y no deseo
convertirme en heterosexual. Yo no pienso que sea justo que Dios espere que yo
renuncie a lo que tengo ahora y que trate de vivir como heterosexual. ¿Qué se
supone que debo hacer?
Respuesta.- Dios no le está
pidiendo que se convierta en heterosexual. La heterosexualidad no es su
objetivo, estar en posición honrosa delante de Dios sí lo es. Dios no desea que
usted abandone el sexo homosexual sólo para comenzar a practicar el sexo
correcto. Los heterosexuales no tienen la bendición del cielo por el sólo hecho
de no ser homosexuales. Recuerde que Dios no tiene odio personal contra los
homosexuales. Él no la considera pecado extremo. Sin embargo Dios tiene odio
personal contra el pecado, y El odia también el pecado heterosexual (incesto,
adulterio, violación) tanto como la homosexualidad, robo, asesinato, mentira y
chisme. Dios odia el pecado porque Él sabe que ello conduce a la corrupción,
destrucción y castigo eterno. Dios odia el pecado, incluyendo el pecado
homosexual, porque El ve cómo el pecado destruye a aquellos a quienes El creó y
ama. Sí, Dios es Amor, pero su amor nunca justifica nuestra conducta
pecaminosa. El desea perdonarnos y transformarnos de manera que le agrademos,
pero nos toca a nosotros estar dispuestos a ser transformados. Cuando Dios
requiere cambio, El hace posible el cambio (Marcos 20:27 y Filipenses 4:13).
La única
relación sexual que Dios bendice es la de un hombre y una mujer que han hecho
un compromiso mutuo de por vida: el matrimonio (vea Hebreos 12:4). Cualesquiera
otra forma de sexo es pecado, sea esta homosexual o la "correcta" (straight),
como hemos mencionado anteriormente, la única otra alternativa al matrimonio
heterosexual es el celibato. Esto sonará extremo, especialmente en nuestra
sociedad de "sexo
fácil", pero la actitud de Dios hacia el sexo no es casual. No
hay argumento o filosofía humana que pueda cambiar a Dios o lo que Él ha dicho
acerca del pecado, incluyendo la homosexualidad (vea Malaquías 3:6). Dios nunca
transigirá en sus normas para satisfacer nuestros deseos humanos. Sus caminos
no nos parecerán justos a nosotros, pero Dios es Dios, no nos compete a
nosotros cuestionar sus normas, sólo obedecerlas.
Aunque
usted pueda disfrutar el ser homosexual por ahora (aun cuando la Biblia, en
Hebreos 11:25, dice que el pecado trae deleites temporales), sólo una relación
real y vital con Dios nos traerá duradera felicidad y propósito en la vida.
Dios nos ha creado para que necesitemos de Él y ninguna otra cosa satisfará esa
necesidad. Cuando no tenemos una correcta relación con Dios, empezamos a buscar
por todos lados y a probar de todo para cubrir esa necesidad que tenemos de Él.
Pero ni filosofías, estilos de vida, dinero, fama, sexo, ni siquiera religión,
pueden ser a la larga un sustituto de Dios.
P.- Si Dios es un
Dios de amor, ¿cómo puede El condenar a alguien?
R.- Sí, Dios es
Amor (1 Juan 4:8), aunque la versión divina del amor no es siempre como nuestra
versión humana del amor. Dios también es verdad (Juan 14:6-7), y el amor de
Dios no entrará en componendas con su verdad. De hecho, el juicio de Dios se
basa en la verdad (Romanos 2:2). Jesús vino al mundo a mostrarnos el amor de
Dios y dio pruebas de su amor por la humanidad muriendo por nosotros en la cruz
(Juan 3:16-17). Jesús nos amó suficientemente a todos para ser honesto con
nosotros. Él estuvo dispuesto incluso a redargüir a personas con la verdad de
modo que ellas pudieran abandonar el pecado y ser salvas. Jesús reprendió
duramente a su discípulo Pedro por haber asumido una actitud errónea (Marcos
8:33).
Jesús
arremetió contra los religiosos hipócritas (Mateo 23) y amenazó a un pecador
con castigo si no dejaba de pecar (Juan 5:14). Jesús nunca condenó a la gente,
pero sí condenó sus malas acciones y sus actitudes erróneas (Mateo 23:27-28;
Marcos 7:20-23). Él les advirtió que si ellos no se tornaban de su pecado y se
allegaban a Dios (que se arrepintieron), ellos sufrirán tormento eterno en el
infierno después de la muerte (Lucas 13:1-5 y Hechos 17:30-31).
Las
personas terminan yendo al infierno, no por los pecados que cometieron, sino
porque ellas nunca se arrepintieron de sus pecados y no se reconciliaron (o se
arreglaron con dios). Debido a la caída de la raza humana (lea Génesis 3), toda
la creación, incluyendo a cada ser humano, se ha contaminado con el pecado. No
importa si una persona ha asesinado con un hacha, es una prostituta, homosexual
o la abuela más dulce del mundo, todos hemos sido afectados por la destructora plaga
del pecado. El pecado nos separa de Dios aquí en la tierra, y será causa de
nuestra eterna separación con Dios aún después de la muerte (Isaías 59:1-2).
Pero la "Buena
Nueva" es esta: Ahora es posible arreglarnos con Dios y
agradarle al ser removidos y lavados nuestros pecados mediante la fe en Jesús,
quien ha preparado el camino para que nosotros regresemos a Dios mediante la fe
en Jesús, nuestros pecados no nos separarán de Dios (vea Efesios 2:8, Lucas
7:50 y Gálatas 3:26).
Porque
le costó a Jesús su vida para prepararnos el camino de regreso a Dios. Dios
habrá de juzgar severamente a quienes rechacen a Jesús (le desobedezcan) y a
sus enseñanzas. Quienes directa o indirectamente rechacen a Cristo no han sido
limpiados de su contaminación con el pecado, y Dios no permitirá que el pecado
y su corrupción existan en el cielo. La Biblia dice que ninguno de nosotros es
lo suficientemente bueno para tener entrada al Cielo sin haber sido limpiados
por fe en Jesús (lea Romanos 3). Aunque el juicio de Dios es justo y terrible,
nadie necesita ir al infierno. Es por eso que Jesús ha preparado un camino de
escape para nosotros. Todos los que vengan a Cristo por su perdón y limpieza no
serán echados fuera (Juan 6:37).
Pregunta.- Aunque yo soy
un homosexual practicante, yo creo en Dios y en Jesús y me considero ser un
cristiano. Se me ha dicho que uno no pude ser homosexual y cristiano a la vez.
¿Qué me pueden decir al respecto?
Respuesta.- Primero tenemos
que determinar las características de un cristiano. En primer lugar, un
cristiano es una persona que vive en obediencia a las enseñanzas de Jesucristo,
a pesar del sacrificio personal, reconociendo que las enseñanzas de Cristo son
la verdad última (Juan 14:6, 18:37). Tal obediencia requiere Dios del cristiano
no sólo para que éste pueda entrar en el Cielo, sino como prueba de nuestro
amor por El y por nuestros semejantes (Juan 14:15,23-24; Hebreos 5:9 y 1 Pedro
1:22).
Esta
obediencia es posible sólo después de una experiencia sobrenatural que Jesús
llamó ser
"nacido de nuevo" (Juan 3:3). Nacer de nuevo en el
Espíritu de Dios es un resultado de la fe en Jesús, de lo que Él dijo que Él
era, y de lo que Él ha hecho por nosotros. Pero una fe salvadora es mucho más
que sólo creer (Santiago 2:19). La fe que salva es la fe que confía en Dios y
cree en lo que Jesús ha dicho al grado de que uno hace un compromiso de seguir
el camino de Cristo por toda la vida. Este compromiso de por vida requiere de la
voluntad de abandonar todas las cosas que Dios declara que son pecado. La
Biblia dice que si una persona ha nacido de nuevo, vivirá para agradar a Dios
mediante la obediencia a su Palabra (Juan 8:31).
También,
la Biblia declara que como prueba de la experiencia del "nuevo nacimiento", la
persona no vivirá más en un estado o situación de continuo pecado (1 Juan
3:9-10). La persona que ha nacido de nuevo no será más esclava del pecado y de
sus pasiones, se convertirá y renunciará a sus malos caminos (vea Romanos 6 y
Hebreos 10:26-27).
Aunque
la persona habrá de luchar con el pecado y las tentaciones después de haber
nacido de nuevo (Romanos 7; 1 Corintios 10:13 y Santiago 1:12), ella no
continuará llevando un estilo de vida de desobediencia a Dios (Juan 14:23-24).
La
Palabra de Dios dice claramente que la homosexualidad es pecado, y que todos
los que continúen practicando y viviendo en el pecado sexual no entrarán en el
Cielo, por el contrario, serán juzgados y castigados eternamente (1 Corintios
6:9-10; Gálatas 5:10-21 y Apocalipsis 21:7-8). Aunque la persona, en el juicio
de Dios, asuma su defensa diciendo que es cristiana, la Palabra de Dios nos
dice que nuestras acciones revelan la verdad más que nuestras palabras (Gálatas
5:19-25 y Mateo 15:7-8). Como dice Tito 1:16: "Ellos profesan conocer a Dios, pero
con sus hechos lo niegan".
Por
tanto, basado en lo que la Biblia dice -y
no en mi opinión- usted no puede ser un cristiano y continuar practicando
la homosexualidad, ello es una directa contradicción con la Palabra de Dios.
Recuerde, sin embargo, que quien clame a Dios por el cambio, Él le dará el
poder para convertirse en su hijo (Juan 1:12-13).
Pregunta.- He estado
leyendo acerca de homosexuales que han "nacido de nuevo" y liberados de la
homosexualidad. ¿Hay algún testimonio bíblico de homosexuales que han sido
cambiados por Dios?
Respuesta.- Sí. La Biblia
dice que hay esperanza y libertad de la homosexualidad. En 1 Corintios 6:9-10
nos dice que ni los sexualmente inmorales, ni los idólatras, ni los prostitutos
masculinos, ni los ofensores homosexuales...heredarán el Reino de Dios. En el
verso 11 nos dice: "Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados (limpiados),
ya habéis sido santificados (apartados), ya habéis sido justificados
(declarados justos ante Dios) en el nombre del Señor Jesús y por el Espíritu de
nuestro Dios".
Independientemente
del pecado, de la situación o del problema, Dios está dispuesto a perdonarnos y
a cambiarnos de modo que podamos agradar. Algunas de las personas más famosas
de la Biblia fueron asesinos (Moisés, el Rey David y el Apóstol Pablo), fueron
prostitutas (Mahab, María Magdalena).
¿Y por qué Dios las usó? Para probar que
no hay pecado tan grande que Dios no pueda perdonar. Estas personas confiaron
en el amor de Dios por ellos y permitieron que El cambiara sus vidas.
Sí. Pensar en el
cambio puede asustar, pero recuerde que Dios le conoce a usted mejor que a
nadie y le ama. El entiende sus temores, El conoce todos sus dolores y sabe que
usted tiene necesidad de amor. Dios nunca le pedirá que haga algo que sea
imposible y con Dios todas las cosas son posibles, incluyendo la libertad de la
homosexualidad. ¿Se arriesgará usted a resistir a Dios y su amor? ¿Valdrá un
momento de placer pasajero el precio que usted está pagando, tanto en esta vida
como en la eternidad? Considere las alternativas. Nada tiene un valor más
grande que el amor de Dios. ¡Confíe en El y descubra su amor por usted!
"Venid luego, dice
Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la
nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como
blanca lana. Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra; si no
quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de
Jehová lo ha dicho" (Isaías 1:18-20).
COMENTARIOS FINALES:
A pesar
del mito popular de que los "homosexuales no pueden cambiar",
hemos visto la prueba bíblica que los homosexuales sí pueden cambiar. Las
excusas: "una
vez homosexual siempre homosexual" y "yo no lo puedo evitar, yo nací de esta
manera", ya no son verdad a la luz de las Escrituras. Además,
hay ahora muchos cristianos en América y en todo el mundo que han sido
libertados de la homosexualidad por el Poder de Dios, y ese número sigue
creciendo.
Varios
ex-homosexuales incluso se han casado y tienen familia, no como una "prueba"
de su libertad de la homosexualidad, sino como una evidencia de sus nuevas
vidas como seguidores de Cristo.
Por
supuesto, no fue fácil para ninguno de ellos renunciar a la única vida que
habían conocido. Cada uno de ellos tuvo que enfrentar luchas, rechazo y
tentación, pero nunca cedieron y jamás dudaron de la habilidad de Dios para
transformar sus vidas. Ellos estaban determinados y comprometidos a continuar
su relación con Dios, sabiendo que Él les ayudaría a enfrentarse a un nuevo
futuro. "De
modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;
he aquí todas son hechas nuevas" (2 Corintios 5:17).
Nuestro
propósito, al escribir este mensaje, no es condenarlo. Le amamos, nos
preocupamos y queremos compartir la verdad que sabemos, para que usted pudiera
venir a experimentar el tremendo amor que Dios tiene por usted. La Biblia dice
que si conocemos la verdad, entonces la verdad nos hará libres. Jesús es la
verdad, y a Él le gustaría que usted comparta su vida con El.
Véase Parte IV:
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