Parte I:
EL
BUEN PASTOR:
(Salmo
23:1; Juan 10:11)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
“Jehová
es mi pastor; nada me faltará”.
(Salmo 23:1)
“Yo soy el buen
pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas”. (Juan 10:11)
INTRODUCCIÓN:
PASTOR:
PASTOR:
(en hebreo, raah; en griego, poimén). Encargado de atender y
cuidar ovejas, o en sentido figurado, que atiende, cuida, acompaña y se asocia
como un amigo a otras personas.
El pastor de OVEJAS se menciona por primera vez en Génesis 4:2, y el oficio ha
continuado en muchas culturas hasta hoy. Las ovejas necesitan constante
vigilancia y protección. Deben dormir en un corral cerrado, llamado REDIL (Jn 10:1), y de día el pastor
debe llevarlas al campo en busca de pasto y agua (Salmo 23:2s; Ez. 34:14). Como
son poco agresivas (Is. 53:7) e indefensas (Miq. 5:8), el pastor tiene que
defenderlas de las fieras (1 Sam. 17:34s, VARA;
HONDA), protegerlas del mal tiempo, buscar a las descarriadas y sanar a las
enfermas (Ez. 34:4). Sin pastor, las ovejas generalmente perecen (Núm. 27:17).
Aunque los pequeños propietarios de
ganado a veces lo cuidaban personalmente o lo confiaban a sus hijos (Gn. 29:9;
31:38ss; 1 Sam. 16:11), cuando el rebaño pasaba de cierto número lo confiaban a
un empleado (Lc. 15:15; Jn 10:12). Este recibía su paga en dinero (Zc. 11:12) o
con una parte del rebaño (Gn. 30:28-43; 1 Cor. 9:7). Tenía que restituir los
animales perdidos (Gn. 31:39), y sus responsabilidades ante el dueño eran
detalladas (Éx. 22:9-13).
Obviamente el cuadro del pastor con su
rebaño se prestaba para el uso figurado, puesto que la Biblia en parte procede
de una cultura rural, pastoril y campestre. En este sentido Dios es por excelencia
el "Pastor
de Israel" (Salm. 80:1; cf. 23:1; Jr. 31:10). Durante su
ministerio, Jesús cumple esta tarea (Mr. 6:34) y sobre todo en su muerte
vicaria (Jn. 10:11) que lo distingue de ladrones y salteadores (10:1, 8) y del
asalariado despreocupado (10:12s). Por tanto, Jesucristo sigue siendo "el pastor de... almas" de
los cristianos (1 P. 2:25; cf. Heb. 13:20), "el gran pastor" (Heb. 13:20) y "el Príncipe de los pastores"
(1 P. 5:41).
1. En
el Antiguo Testamento:
También a los reyes, gobernadores y
líderes religiosos de Israel se les consideraban pastores que se responsabilizaba por el bienestar de su pueblo. Los profetas en muchas
ocasiones censuraron a los tales por su falta de cumplimiento (Jr. 2:8;
25:32-38; 49:19; 50:6, 44; 51:23; Ez. 34:2, 10; Zc. 13:7), pero dos al menos
recibieron encomios: Moisés (Is.
63:11) y el pagano CIRO ejecutor de
las decisiones de Dios (Is. 44:28). Sobresale la esperanza del pastor que
vendrá al fin de los tiempos para apacentar a su pueblo, reemplazando a
aquellos que se mostraron infieles a su llamado (Is. 40:10ss; Jr. 23:1-4; Ez.
34:2-10; Miq. 4:6ss). Sin duda esto se cumple en Jesucristo (Mt. 25:31ss; Jn.
10; Ap. 7:17).
2. El Nuevo Testamento:
Menciona una sola vez al pastor en
sentido literal y fuera de las parábolas (Lc. 2:8-10). Su mención responde a
los propósitos teológicos de Lucas, quien resalta la preocupación de Dios por
los desamparados y olvidados de la sociedad. Es curioso que en la literatura
rabínica del siglo II el oficio de pastor estuviera en las listas de oficios
que un padre no debe enseñar a sus hijos, pues los pastores no gozaban de buena
reputación y, al igual que los publicanos, estaban privados de los derechos de
un ciudadano. La enseñanza de Jesús era, entonces, una enseñanza aislada que
rompía el esquema mental judío tradicional.
Es característico de las iglesias
protestantes el llamar "pastor" a sus ministros e incluso algunos
católicos lo hacen así. Dios proporciona a su pueblo hombres con los dones
necesarios para apacentar el rebaño de sus hijos, según la promesa de Jr. 3:15: "Os daré
pastores según mi corazón, que os apacienten con ciencia y con
inteligencia". En el Nuevo Testamento la palabra pastor se usa
una sola vez (Ef. 4:11), para señalar al ministro de una congregación, pero la
palabra "apacentar"
comunica el mismo concepto, pues es sinónimo de "pastorear" (Jn. 21:15ss; Hch. 20:28; 1 P. 5:2, 4).
De acuerdo con el uso neo testamentario
del término pastor, este tiene la misma función en la iglesia que el:
- ANCIANO es decir,
- Presbítero, o
- el OBISPO.
Las
tres palabras se refieren a un mismo ministerio. Sin embargo,
hay algunas iglesias que hacen distinción entre cada uno de estos términos con
el propósito de establecer diferencias particulares en lo administrativo.
PASTOREO:
Etimología:
A. Verbo.
raah = (רָעָה, H7462), «pastar,
pacer; pastorear, apacentar».
Esta raíz semítica común se encuentra en acádico, fenicio, ugarítico, arameo y
arábigo. En la Biblia hay unos 170 casos en todos los períodos del hebreo.
(Debe distinguirse este término de su homónimo raah, «asociarse»).
Raah tiene que ver con la manera en
que los animales domésticos se alimentan a campo abierto bajo el cuidado de un
pastor. La primera vez que se usa, Jacob dice a los pastores: «He aquí que
todavía es temprano; todavía no es tiempo de reunir todo el rebaño. Dad de
beber a las ovejas e id a apacentarlas» (Gn.29:7
rva). Raah puede referirse a toda la actividad de un pastor, como en
el caso de José «cuando tenía diecisiete años, apacentaba el rebaño con sus
hermanos» (Gn.37:2 lba). Cuando se usa metafóricamente, el verbo indica la relación
de un líder con su pueblo. En Hebrón, el pueblo dijo a David: «En tiempos
pasados, cuando Saúl aún reinaba sobre nosotros, tú eras quien sacaba y hacía
volver a Israel. Y Jehová te dijo: Tú pastorearás a mi pueblo Israel, y tú
serás el soberano de Israel» (2 Sam.5:2 rva). El verbo se usa en
sentido figurado con la acepción de «alimentar»
o «animar»: «Los
labios del justo apacientan a muchos, pero los insensatos mueren por falta de
entendimiento» (Prov.10:21 rva).
Raah, en su modalidad intransitiva, describe
la actividad del ganado cuando se alimenta en el campo. El faraón soñó que «del Nilo
subían siete vacas de hermoso aspecto y gordas de carne, y pacían entre los
juncos» (Gn.41:2 rva). Este mismo uso se aplica metafóricamente a
seres humanos en Is.14:30: «Y los primogénitos de los pobres serán apacentados, y los
menesterosos se acostarán confiados». El término también puede
usarse figurativamente para indicar destrucción: «Aun los hijos de Menfis y de Tafnes
te quebrantaron [lit. «Consumieron como
un animal doméstico deja pelado el pasto»] la coronilla» (Jr.2:16).
B. Nombres.
roeh = (ריעֵה, H7462), «pastor». El nombre se halla unas 62 veces
en el Antiguo Testamento. Se usa con referencia a Dios, el Gran Pastor, quien
apacienta o alimenta sus ovejas (Salmo 23:1-4; cf. Jn.10:11). Este concepto de
Dios el Gran Pastor es muy antiguo; en la Biblia Jacob es el que lo usa por
primera vez en Gn.49:24: «Por el nombre del Pastor, la Roca de Israel».
Cuando se aplica a seres humanos,
roeh
nos remite a los pueblos no israelitas. El rey es el que encabeza el culto
oficial y público y el mediador entre el dios (o dioses) y el pueblo. Detrás de
este uso está la idea de que el rey es el centro de unidad de una nación, su
supremo protector y líder, el que otorga toda bendición material y administra
justicia. Es interesante que ningún rey de Israel se adjudicó el título de roeh
(cf. 2 Sam.5:2). Posteriormente, «pastores»
aún se aplica a líderes que no eran reyes (cf. Is.44:28; Ez.34:2).
Son poco frecuentes otros nombres
derivados de raah. Mireh, que se encuentra 12 veces
quiere decir «pasto o pastizal», el
lugar en que los animales «pastan» y
el alimento que comen (Gn.47:4). Marit se encuentra 10 veces y se
refiere a «pastizal»
(Salm.74:1). Lo mismo quiere decir reît, que aparece solo una vez (1 R.4:23).
Dos Ilustraciones Maravillosas De Dios, Como El Pastor:
El
Salmo 23:
Es este maravilloso himno de confianza, David presenta a Jehová como el gran
Pastor quien hace provisión y cuida de las ovejas (vv.1-4) y como Anfitrión
misericordias que protege y provee abundantemente para Su invitados (vv.5-6).
Juan
10:1-18:
No cabe duda de que la descripción de Jesús como el Buen Pastor es la más apreciada y conmovedora de la piedad
cristiana. La figura del pastor está entretejida en el lenguaje y las
historias de la Biblia. No podía ser de otra manera. La parte principal de
Judasa es la meseta central, que se extiende unos 50 kilómetros de Betel a
Hebrón, con una anchura variable entre los 20 y los 25 kilómetros. El terreno
es, en su mayoría, áspero y pedregoso. Judasa era un país mucho más pastoril
que agricultor; y era inevitable, por tanto, que la figura más frecuente y
representativa de las tierras altas de Judasa fuera la del pastor.
Su
vida era muy dura.
Nunca se vería un rebaño pastando sin pastor, y este no se podía distraer ni un
momento. Como había poca hierba, las ovejas siempre iban deambulando; y como no
había vallas de protección, había que estar vigilando constantemente las
ovejas. A los dos lados de la estrecha meseta, el terreno se precipitaba bruscamente
hacia abajo, hacia los inhóspitos desiertos escarpados por los que las ovejas
corrían constantemente peligro de perderse.
La misión del pastor era, no sólo
constante, sino peligrosa; porque, además, tenía que proteger el rebaño de los
ataques de las fieras, especialmente los lobos, y de las incursiones de
ladrones y bandidos.
PRIMERA PARTE:
SALMO DE DAVID:
(Salmo 23)
“Jehová es mi pastor Jehová es mi pastor; nada me faltará… En
lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me
pastoreará… Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su
nombre… Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque
tú estarás conmigo; Tú vara y tu cayado me infundirán aliento… Aderezas mesa
delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi
copa está rebosando… Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos
los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días”.
En este breve,
pero delicioso salmo, bien conocido de los creyentes. I. salmista reconoce en
Jehová a su pastor (v.1). II. Narra sus experiencias de las bondades que ha
tenido para él este divino pastor (vv.2, 3, 5). III. Infiere de aquí que no ha
de faltarle ninguna cosa buena (v.1), que no tiene por qué temer ninguna cosa
mala (v.4) y que Dios nunca le abandonará en el camino de la misericordia, por
lo que él resuelve no abandonar jamás a Dios en el camino del deber (v.6).
SÚPLICA INDIVIDUAL. SALMO DE CONFIANZA: (Vv.1-6).
Este Salmo es a la vez una alabanza y un
mensaje de fe. Es uno de los salmos favoritos en la liturgia, en la himnología
y en la vida devocional privada. Bien pudo haber sido escrito por David, pues
era pastor y había vivido muchos momentos de peligro.
El Salmo es sencillo y a la vez profundo. Es sencillo
porque la vida del pastor era bien conocida; el pastor es protector y guía; va
delante de sus ovejas; ellas tienen que confiar en él y seguirlo. El motivo de
Dios como pastor de su pueblo se encuentra en muchos pasajes (Salmo 74:1; 77:20;
78:52; 79:13; 80:1; 95:7; 100:3; Is.40:11). En el NT. Jesús dijo: Yo soy el
buen pastor (Jn.10:11; cf. 1 P.2:25).
Se encuentran ecos del éxodo en palabras
como guiará y descansar que se encuentran en Éxodo y Números. De modo que el
Salmo nos hace recordar los actos de Dios en el pasado y nos señala hacia
Jesucristo que es nuestro buen pastor.
El poema también contiene la metáfora del anfitrión. Las dos partes
del Salmo contienen detalles lingüísticos que las unen. El lindo poema combina
imágenes contrastantes que cubren los mayores aspectos de la vida al aire
libre, bajo techo, la paz, el peligro, la posibilidad del mal, la perspectiva
del bien y épocas de refuerzo para el alma.
I.
Jehová
Como Pastor. Salmo 23:1-4:
La metáfora de pastor indica el cuidado
que Dios da a su pueblo, pues las ovejas necesitan constante vigilancia y
protección de fieras, del mal tiempo y de todo peligro; también el pastor ayuda
a las descarriadas y enfermas. Sin pastor las ovejas generalmente perecen.
La frase mi pastor da una aplicación muy
personal del Salmo. Dios cuida y dirige con amor a cada una de sus “ovejas”. Así cada persona puede
confiar en él.
Nada
me faltará es consecuencia de la primera línea. Porque Dios es
mi pastor no tengo que temer, pues él siempre proveerá lo necesario. Hemos de
confiar y descansar en él completamente. El NT., enseña que él quiere que
pidamos lo que necesitamos cada día.
El
v. 2 presenta un cuadro de paz, seguridad y tranquilidad. Descansar en
prados de tiernos pastos es la última delicia para las ovejas. Dios sabe
proveer y quiere proveer estas delicias para los suyos.
La
paz y prosperidad a veces nos hace olvidar a Dios. Pero el
salmista más bien confía en Dios y le alaba. Aguas tranquilas dan la idea de
refrescarse; y el versículo habla de alimento y bebida, las necesidades diarias
de las ovejas.
Me
conduce. El
salmista sigue con detalles la metáfora. Dios sabe conducirnos en
experiencias de gozo y bendición. Aún más, el creyente lleno del Espíritu Santo
es una fuente de agua viva, según el NT.
La
palabra traducida confortará tiene la idea de restaurar o reparar. Se usa para “hacer volver” en Jr.50:19 y Ez.39:2.
Así, el pastor hace volver al que se extravió. A menudo nuestra vida necesita
restauración y consuelo. Dios, nuestro pastor, lo hace y nos da nuevas fuerzas.
Me
guiará sigue la idea de la dirección individual y personal de Dios. Y esta
dirección es por sendas de justicia; es dirección correcta y sana; no guía en
caminos que terminan mal.
Por
amor de su nombre es lit. “por causa de su nombre”. Me guía no por quien
soy yo sino por quién es él. Dios se comprometió conmigo y es fiel; ha
prometido no abandonarnos.
Valle
de sombra de muerte significa profunda oscuridad. Para el
creyente habrá experiencias difíciles y oscuras; pero aun allí no debe temer
sino debe confiar completamente. ¿Por qué? Porque tú estarás conmigo. ¿Será
posible mayor seguridad o mayor razón de no temer? La Biblia repite a menudo: “No temas”.
La Vara* y
El Cayado**
Pueden Ser Dos Diferentes Instrumentos.
- El primero, con una maza se usaba en defensa;
- El segundo, era para sostén y para conducir (a
veces con disciplina) a las ovejas. Dios sabe usar los instrumentos necesarios
para dar seguridad a sus ovejas.
Etimología:
*H7626
שֵׁבֶט
1) Cayado de
pastor, vara
de instructor, palo, cetro (Lv.27:32; 2 Sam.7:14; 2 Sam.23:21; Is.28:27; Zc.10:11).
2) Tribu (Gn.49:16).
— Paus. שָֽׁבֶט; Suf. שִׁבְטוֹ; Pl. שְׁבָטִים; Const. שִׁבְטֵי; Suf. שִׁבְטֵיכֶם.
**H4938
מִשְׁעֶנֶת = Cayado,
bastón, báculo (Ex.21:19; Num.21:18; Juc.6:21). — Suf. מִשְׁעַנְתּוֹ; Suf.pl. מִשְׁעֲנׄתָם.
Aun cuando la usa para disciplinarnos y
enderezarnos es para nuestro bien; debe alentarnos.
LA VARA Y EL CAYADO:
La vara es un garrote fuerte y pesado que Dios utiliza, no para la oveja, sino para atacar al lobo, y lo usa con la oveja solo para defenderla. Es un elemento contundente y esta está tranquila porque el pastor va armado. Mientras que para nosotros Dios usa el cayado, un palito en forma de sombrilla, muy largo y que el pastor emplea para agarrar a la oveja por el cuello, y atraerla hacia el rebaño por si se está saliendo del camino o para recibir su alimento. Este cayado no le infunde temor, sino aliento.
La oveja debe
ser mansa, y esto está relacionado con la humildad, aunque la mansedumbre no es
igual a la humildad. La oveja en su carácter debe ser humilde y mansa. La
mansedumbre es la disposición a ceder nuestros propios derechos, por amor a los
demás o en provecho de otros. Suavidad y benignidad en la condición o en el
trato, libre de arrogancia y presunción. Los mansos son personas enseñables y
están dispuestos a aceptar la disciplina de las manos de Dios.
Sin embargo
están las ovejas torpes, a las cuales el pastor les quiere guiar y corregir con
el cayado, para que no se vayan a perder o alejar del rebaño. Pero estas no
aceptan la guianza, ni el cayado y van a querer irse por otro camino. A estas
no les conviene alejarse, porque si no se las come el lobo. La oveja que no es
mansa arriesga su vida. Necesitamos ser enseñados por el Señor.
Nos podemos
someter a la vara
de la disciplina, sabiendo que Dios nos quiere librar del dominio y esclavitud
del pecado. Podemos tener seguridad con
Su cayado
que nos infunde aliento, sabiendo que nada, ni nadie nos puede separar del amor
de Dios que está en Cristo Jesús.
A. Cualidades Del Pastor: 23:1-6: Paralelos: Antiguo, y Nuevo:
1. El pastor
bueno:
vida y protección.
Nada me faltará,
v 1.
El buen pastor pone su vida, Jn.10:11.
2. El pastor
bondadoso:
descanso y reposo.
Me hace
descansar, v. 2.
Y las ovejas le siguen, porque conocen su voz,
Jn.10:4.
3. El pastor
sabio:
guía y enseñanza.
Y me guiará por sendas de justicia, v. 3.
Y conozco mis ovejas,
Jn.10:14.
4. El pastor
poderoso:
compañía y victoria.
Porque tú estarás conmigo, v. 4.
Y nadie las arrebatará de mi mano, Jn.10:28.
5. El pastor
cuidadoso:
provisión y alimento.
Preparas mesa delante de mí, v. 5.
Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan
en abundancia, Jn.10:10.
6. El pastor
personal:
amistad y consuelo.
Ciertamente el bien y la misericordia me
seguirán todos los días de mi vida, v. 6.
A sus ovejas llama por su nombre, Jn.10:3.
7. El pastor principal: hogar y
familia.
Y en la casa de Jehová moraré por días sin
fin, v. 6.
Yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás, Jn.10:28.
B. Cuatro Imágenes
En El Salmo 23:
I. El pastor, del griego poimen.
La imagen del “pastor” es en la literatura universal figura tradicional del líder
guía, político o religioso, de una comunidad. Se aplica a Jehová el Pastor por
excelencia, solícito y lleno de misericordia. La intervención salvadora de Dios
para liberar a su pueblo, “su rebaño”, para que no “vuelva a ser presa”, es también actualización de la liberación de
la opresión.
El Buen Pastor:
1. Provee pastos,
que abarca la imagen de riquezas, posesiones y abundancia.
2. Da protección.
Cuida, guarda, defiende. El pastoreo es del mismo Dios, que no ceja en su
tarea.
3. Congrega en el
redil. “Pueblo
mío”, “rebaño mío”.
4. Recoge, acepta,
recibe, da entrada. Lo contrario de expulsar o despojar:
(1) Quitar de delante:
Jos.23:5.
(2) Echar del puesto: Is.22:19.
El
Pastorear Abarca El:
- Guiar,
- guardar,
- vigilar,
- apacentar,
- cuidar,
- defender,
- proteger, y
- alimentar.
Texto: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su
vida da por las ovejas”
(Jn.10:11).
II. Las ovejas, del
griego porbaton.
Designa con frecuencia el “ganado menor”. Las ovejas, ofrecidas
en los sacrificios, evocan los principales recursos de Palestina: lana, leche,
piel y carne. El Señor Jesús evoca a menudo, con las
imágenes del Pastor y las ovejas, la solicitud de Dios por los hombres,
contrariamente a los malos pastores asalariados:
1. Tienen que comer.
2. Tienen para beber.
3. Tienen protección.
4. Evitan ser presa bocado.
(1) Falta de alimento.
(2) Escasez de agua.
(3) Carencia de protección.
(4) Terminar siendo presa bocado.
El Señor, como el buen Pastor, da
alimento y agua, completa protección y evita que sea presa bocado de las
fieras. La dispersión es contraria a la unidad del rebaño. La unidad es signo
de bienestar, de paz y de prosperidad, de fuerza de cohesión (Juan 10).
III. Los verdes
pastos.
Viene
del lat.
pastus,
significa acción de pastar, sustentar,
alimentar. La fertilidad expresa la posibilidad de riqueza, abundancia,
provisión, alimento. Pastos buenos y abundantes, es una región espaciosa,
tranquila y confortable. De la importancia de los pastos en un pueblo de
pastores se deduce lo dramático de su falta. Provoca la emigración, desolación,
hambre.
“En lugares de delicados pastos me
hará descansar”.
IV. Las aguas. Viene del
griego hydor.
1. Las grandes aguas: el océano, el
mar, los ríos, la lluvia, las fuentes. Las aguas del Jordán.
2. El agua purificadora: Culto, bautismo,
purificación, lavacro.
3. El agua vivificante: El agua, junto
con el pan, mantiene la vida, y apaga la sed. El agua viva (Jn.4:10). El agua
viva es símbolo de la Palabra, del Espíritu Santo y del mismo Cristo.
El agua fluye,
riega la tierra:
1. Su fuerza pacífica. Abundancia de
pueblos. Como un río hacia Jerusalén:
Is.2:2; Jr.31:12; Miq. 4:1.
2. Abundancia de paz. Será como un río, de
justicia, como las olas del mar, si el pueblo atiende a la Palabra del Señor: Is. 48:18; 66:12.
3. Abundancia de lágrimas. Caen de los
ojos por las mejillas del salmista, como arroyos, llora por los que no cumplen
la voluntad del Señor: Salmo 119:136.
Los
efectos de las aguas benéficas son: la fertilidad, la vida, la dulzura y la
suavidad: Is.8:6-8; Jr.17:7-8.
El
fluir y la perennidad apuntan hacia una abundancia que significa constancia. No se trata de
las aguas que caen precipitada y violentamente. El torrente, realidad efímera, signo de frustración y de engañosa
traición.
“Junto a aguas de reposo”. “¿Cuáles son estas aguas de reposo
sino las influencias y gracias de un bendito Espíritu? Su Espíritu nos ayuda en
varias actividades, como aguas—en plural—para limpiarnos, refrescarnos,
fertilizar, querer”.
C.
H. Spurgeon.
II. Jehová Como
Anfitrión, vv. 5, 6:
Aquí la metáfora cambia; Dios es el
anfitrión que suple alimento y abundancia de vida. El anfitrión era responsable
por su invitado, aun para su protección contra enemigos. En presencia de mis
adversarios indica que hay oposición y hay enemigos; pero todavía Dios nos da
abundancia y bendición. Que lo hace en presencia de ellos sugiere la debilidad
de ellos; no pueden impedirlo.
Unges…
con aceite (v. 5)
pinta un cuadro de alivio del tiempo seco. Algunos ostraca (escritos en
pedazos de cerámica) de Samaria hablan de “aceite para lavar”. Era un deleite ser ungido
con aceite cuando la piel estaba muy seca. En el NT., Jesús nos da abundancia
de vida y derrama sobre nosotros el Espíritu Santo (el aceite se usa como
símbolo del Espíritu en algunos textos).
Mi copa está rebosando es un cuadro de
gozo; la vida abundante se encuentra en Cristo, en la relación íntima con Dios.
La palabra traducida rebosando da la idea de “saturada”. Copa también conlleva la idea de destino en escritos
antiguos. Esto nos dirige al último versículo.
Nótese: que cuando Dios es nuestro pastor y
nuestro anfitrión, no tenemos que buscar el bien y la misericordia; más bien
ellos nos “perseguirán”. La
esperanza del salmista no termina con esta vida; su relación con Dios seguirá
por días sin fin. La comunión con Dios no termina, es para siempre.
Véase Parte II:
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