Parte III:
Traza*
Bien La Palabra De Verdad:
(2 Timoteo 2: 1, 3, 5,-6, 15, 21, 24)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
“Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús…Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo… Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente… El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero… Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad… Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra… Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido”.
(2 Timoteo 2: 1, 3, 5,-6, 15*, 21, 24)
Capítulo II
LAS SIETE
DISPENSACIONES:
Las Escrituras dividen el tiempo
comprendido en el periodo que media entre la Creación de Adam al “cielo nuevo y
tierra nueva” de Apocalipsis 21:1, en siete periodos desiguales,
generalmente llamados “dispensaciones”[1] (Ef.3:2),
aunque también se llaman “siglos” (Ef.2:7), y “días”, como “el día del
Señor” (Hechos 2:20), etcétera.
Esos períodos están señalados en la
Escritura con algún cambio en el modo de tratar Dios con la humanidad, o parte
de ella, con respecto a las cuestiones de pecado y de responsabilidad humana.
Cada una de estas dispensaciones puede ser considerada como una prueba del
hombre natural, y cada una termina con el juicio que indica su fracaso
completo.
Cinco de esas dispensaciones han tenido
ya efecto; vivimos en la sexta, probablemente cerca de su fin; y tenemos en
perspectiva la séptima y última, el milenio.
1-
El Hombre Inocente:
Esta dispensación se extiende desde la Creación de Adán (Génesis 2:7) hasta la expulsión. Adam, creado Inocente ignorante del bien
y del mal, fue colocado en el jardín del Edén con Eva, su mujer, con orden de
abstenerse del fruto del árbol de la Ciencia del bien y del mal. La
Dispensación de Inocencia dio resultado la primera y -en sus efectos consiguientes-
la más desastrosa caída del hombre natural. Su término fue el juicio, “echó, pues,
fuera al hombre”. Véase:
Génesis 1:26------------à Génesis 3:6.
Génesis 2:16-17-------à
Génesis 3:22-24.
2-
El Hombre Bajo La Conciencia:
Con la caída adquirieron Adam y Eva el
conocimiento del bien y del mal, legado suyo a la raza. Eso dio a la conciencia
una base para el recto juicio moral, y por consiguiente, la raza fue sometida a esta medida de responsabilidad: hasta hacer
el bien y evitar el mal. El resultado de la Dispensación de la
Conciencia fue la corrupción de la tierra; y “la
malicia de los hombres era mucha en la tierra, y todo designio de los
pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”.
Y Dios
puso fin a la segunda prueba del hombre natural[2] con un juicio: el
diluvio. Véase:
Génesis 3:7, 22---à Génesis 6:5, 11, 12--à Génesis 7:11, 12, 23.
3- El Hombre Con Autoridad Sobre La Tierra:
Del
juicio terrible del diluvio, Dios salvó ocho personas; a las cuales, cuando se
bajaron las aguas, dio la tierra purificada, con pleno poder para gobernarla.
Eso corrompía a Noé y a sus descendientes.
La
Dispensación de Gobierno Humano resultó en el atentado impío de hacerse
Independiente de Dios en la vega de Shinar; su término fue el
juicio de confusión de lenguas. Véase:
Génesis 9:1-2---à Génesis 11:1-4---à Génesis 11:5-8.
4- El Hombre Bajo La Promesa:
Dios
llama a Abraham, uno de los descendientes dispersos de los constructores de
Babel, y con él hace pacto. Algunas de las promesas hechas a Abraham y a sus
descendientes eran puramente de gracia e incondicionales, y ya han sido, o
serán aún, cumplidas literalmente.
Otras
promesas tenían por condición la fidelidad y obediencia de los Israelitas. Cada
una de esas condiciones fue violada, y la Dispensación de la Promesa trajo
consigo la caída de Israel; y su fin fue el juicio de la opresión egipcia.
El
libro de Génesis, que empieza con las sublimes palabras “En el principio creó Dios”, termina con “en
un ataúd en Egipto”.
-Génesis 12:1-3 --------à Génesis 26:3.
-Génesis
13:14-17 -----à
Génesis 28:12-13.
-Génesis
15:5 -----------à
Éxodo 1:13-14.
5- El Hombre Bajo La Ley:
De
nuevo acudió la gracia de Dios al socorro del hombre destituido, y redimió al
pueblo escogido de la mano del opresor. En el desierto de Sinaí, Él les propuso
el pacto de la ley. En lugar de rogar humildemente por una continuada relación
de gracia, contestaron arrogantes: “Todo lo que Jehová ha dicho haremos”.
La
historia de Israel en el desierto y en la tierra de una larga serie de
violaciones de la ley. Por fin, tras muchas amonestaciones, Dios cerró la
prueba del hombre con la ley en el juicio; y primero Israel, y luego Judá,
fueron expulsados de la tierra y su dispersión continúa. Un resto débil regresó
bajo Esdras y Nehemías, y de él nació ha debido tiempo el Cristo, “hecho de mujer, hecho súbdito a la
ley” (Gál.4:4). Y los Judíos y los Gentiles
conspiraron para crucificarlo. Véase:
-Éxodo
19:1-8 --------à 2 Reyes 17:1-18.
-Romanos
3:19-20 ---à 2 Reyes 25:1-11.
-Romanos
10:5 -------à Hechos 2:22-23.
-Gálatas
3:10 ----------à
Hechos 7:51-52.
6- El Hombre Bajo La Gracia:
El
sacrificio que da Su vida hizo el Señor Jesucristo introdujo la Dispensación de
Gracia, que significa favor inmerecido,
Dios dando justicia en vez de exigir,
como bajo la ley.
Salvación, perfecta y eterna, es ahora ofrecida gratuitamente al Judío y al Gentil, siendo
la fe condición única.
“Respondió
Jesús y les dijo: Esta
es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado”. (Juan 6:29).
“De cierto, de cierto os
digo: El que cree en mí, tiene vida eterna”.
(Juan 6:47).
“De cierto, de cierto os
digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no
vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida”. (Juan 5:24)
“Mis ovejas oyen mi voz, y
yo las conozco, y me siguen,… y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás,
ni nadie las arrebatará de mi mano”. (Juan
10:27-28).
“Porque por gracia sois
salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;… no por
obras, para que nadie se gloríe. (Efesios
2:8-9).
El resultado predicho de esta prueba del hombre bajo la GRACIA es: juicio sobre un
mundo incrédulo y una Iglesia apóstata:
-Lucas
17:26-30 -------à 2 Tesalonicenses 2:7-12.
-Lucas
18:8 ------------à Apocalipsis 3:15-16.
1) El
primer acontecimiento: al término de esta
dispensación será la Venida del Señor del cielo, cuando los santos que duermen
serán levantados, junto con los creyentes vivos aún, para ser “arrebatados [rapto] en las nubes a
recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1 Ts.4:16-17).
2)
Sigue luego: el breve período
llamado “la Gran
Tribulación”. (Mt.24:21-22; Dn.12:1; Sofonías 1:15-18;
Jeremías 30:5-7).
3) Tras
esto: tiene lugar, el regreso personal del Señor a la tierra
en poder y Gran Gloria [Shekinah], y los juicios que introducen la séptima y última
Dispensación. (Mt.24:29-30; Mt. 25:31-46).
7- El Hombre Bajo El Reino Personal De Cristo:
Después de los juicios purificadores asociados con el
Regreso Personal de Cristo a la tierra, Él Reinará sobre Israel Restaurado y sobre la tierra durante mil años. Ese es el
período comúnmente llamado el Milenio. El Trono de Su poder será Jerusalén, y
los santos, incluso los Salvados en la Dispensación de Gracia, o sea la
Iglesia, participarán de Su Gloria [Shekinah].
Véase:
-Hechos
15:14-17
-Apocalipsis
19:11-12.
-Isaías 2:1-4.
-Apocalipsis
120:1-6.
-Isaías
11:1-16.
Pero al
ser suelto Satanás, halla el corazón natural tan inclinado al mal como de
costumbre, y fácilmente reúne las naciones para pelear contra el Señor y Sus Santos;
y esta última dispensación concluye, como las otras, con juicio. El “Gran Trono Blanco” es preparado, los muertos malos son levantados y
finalmente juzgados, y luego vienen “un cielo nuevo, y una tierra nueva” –ha empezado la
Eternidad-.
Apocalipsis
20:3, 7-15--------à
Apocalipsis 21; 22.
COMIENZO DE LA HISTORIA
HUMANA, Y EL FIN DE LA HUMANIDAD SIN DIOS: COMIENZO DE LA ETERNIDAD, Y EL FIN, UNOS CON DIOS, Y OTROS
FUERA DE ÉL, EN LA CONDENACIÓN ETERNA:
___________
Notas
[1] oikonomia = (ὀικονομία,
G3622), significa primariamente el gobierno de una familia, o de los
asuntos de una familia (oikos = casa; nomos = ley); luego, el gobierno o
administración de la propiedad de otros y se usa por ello de mayordomía (Lucas
16:2-3; 16:4). Fuera de ahí, se usa solo en las Epístolas de Pablo, quien lo
aplica: (a) a la responsabilidad que
le ha sido encomendada de predicar el evangelio (1 Cor.9:17: «comisión»; rv:
«dispensación»); (b) de la
administración que le fue entregada, para que anunciara «cumplidamente la
palabra de Dios», siendo este anuncio efectuado cumplidamente la revelación de
la plenitud del ciclo dispuesto e impartido de verdades que son consumadas en
la verdad relacionada con la iglesia como el cuerpo de Cristo (Col.1:25; rvr:
«administración»; «dispensación»); igualmente en Ef.3:2, de la administración
que le fue dada de la gracia de Dios (rv: «dispensación») con respecto al mismo
«misterio»; (c) en Ef.1:10 y 3:9 se
usa de la disposición o administración de Dios, por la cual en «el cumplimiento
de los tiempos» (o eras) Dios reunirá todas las cosas de los cielos y de la
tierra en Cristo. En Ef.3:9 algunos mss. Tienen koinonia: «comunión», en
lugar de oikonomia: «dispensación». En 1 Tim.1:4 oikonomia puede
significar una administración en el sentido de (a), o bien una dispensación en el sentido de (c). No se debe aceptar la lectura oikodomia: «edificación»,
que consta en algunos mss. Véanse.
Nota: Una
dispensación no es un período ni una época (uso común, pero erróneo de la
palabra), sino un modo de tratar, una disposición o administración de los
asuntos. Cf. oikonomos = mayordomo; y oikonomeo = ser mayordomo,
administrar. No obstante, sí es cierto que las diversas épocas del pasado han
visto diversos modos de gobierno, y han quedado marcadas en sus características
por el modo de administrar Dios sus tratos con los hombres en el curso del
tiempo. (VINE).
G3622
οἰκονομία = oikonomía: de G3623;
administración (de una familia o propiedad); específicamente «economía»
(religiosamente):- mayordomía, administración, comisión, dispensación.
(Strong).
[2]
1 Corintios 2:14: el hombre natural: Mejor, animal o
sensual. I., es, el inconverso. Véase Judas 19, donde se usa el mismo
vocablo (traduce “sensuales”, RV1960, “mundanos”, 1977). Indicando aquí una persona
que no tiene el Espíritu de Dios (compare Romanos 8:9). Judas 19: los que
causan divisiones. I., es, grupos heréticos, de mentalidad sensual o mundana o,
como se les llama en 1 Corintios 2:14, “natural”. Judas declara falsos maestros no eran
verdaderamente convertidos (compare Rom. 8:9). (Biblia de Estudio RYRIE).
Capítulo
III
LOS
DOS ADVENIMIENTOS:
“escudriñando[1] qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que
estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y
las glorias que vendrían tras ellos”.
(1 Pedro 1:11)
Al considerar con atención las profecías
del Antiguo Testamento, nos sorprenden en gran manera
dos clases de
predicciones, al parecer contradictorias, con respecto a la Venida del
Mesías:
- Una
clase de profecía le anuncia débil y humillante, varón de dolores y
experimentado en quebrantos, raíz en la tierra, sin parecer ni hermosura, sin
atractivos, Su rostro ultrajado, Sus manos y Sus pies heridos, desechado de los
hombres, sepultado entre los impíos:
-Isaías 53. ----------------à Daniel 9:26.
-Isaías 7:14. --------------à Zacarías 13:6-7.
-Salmo 22:1-18. ---------à Marcos 14:27.
- Las otras profecías
anuncian un Soberano hermoso e irresistible, que purgará la tierra con juicio
terrible, reunirá los dispersos de Israel, restaurando el Trono de David con
magnificencia superior a la de Salomón, e introducirá un Reinado de paz profunda
y de justicia perfecta. Ejemplos:
-Deuteronomio 30:1-7. --------à Daniel 7:13-14.
-Isaías 9:6-7. --------------------à Miqueas 5:2.
-Isaías 11:1-2, 10-12. ---------à Mateo 1:1.
-Isaías 24:21-23. ---------------à Mateo 2:2.
-Isaías 40.9-11. ----------------à Lucas 1:31-33.
-Jeremías 23:5-8.
A
debido tiempo empezó el cumplimiento de la profecía sobre el Mesías con el
nacimiento del Hijo de la virgen conforme a Isaías, en Belén según Miqueas, y
procedió literalmente hasta la plena realización de las predicciones de la
humillación del Mesías. Pero los Judíos no quisieron recibir a su Rey, “manso, y
sentado sobre una asna, y sobre un pollino, hijo de animal de yugo”,
y Le Crucificaron:
-Zacarías 9:9. --------à
Mateo 21:1-5. --------à Juan 19:15-16.
Pero no debemos llegar
a la conclusión de haber la maldad humana anonadado el propósito firme de Dios,
pues Su Palabra Habla de un Segundo Advenimiento de Su Hijo, cuando las predicciones
referentes a la gloria terrenal del Mesías[2]
obtendrían el mismo cumplimiento exacto que cuantas se refieren a Sus
padecimientos terrenales.
-Oseas
3:4-5. --------à Mateo 24:27-30.
-Lucas
1:31-33 (el 31 ya cumplido al pie de la letra). ---à Hechos 15:14-17.
Los judíos se resistía
a creer cuánto los profetas habían dicho sobre los padecimientos de su
Mesías; nosotros nos resistimos a creer cuánto han dicho sobre Su Gloria. Nuestra falta es mayor, pues debiera ser más fácil
creer en la Venida del Hijo de Dios, en la Nubes y con Poder y Gloria [Shekinah],
que Creer en Su Venida como Niño de Belén, como Carpintero de Nazaret. En
verdad, los creemos porque ha sucedido, no porque lo predijeron los profetas, y
ya es hora de que cesemos de echar en cara a los judíos su Incredulidad.
Si se nos pregunta cómo
podían ser tan ciegos al significado evidente de tantas profecías tan
inequívocas, la respuesta es que estaban cegados de igual modo que muchos lo
están al significado, en igual medida evidente, de un mayor número de
predicciones de Su Gloria terrenal.
En otros términos, los
antiguos escribas dijeron al pueblo que las profecías de los padecimientos del Mesías no debían ser
Interpretados Literalmente, de igual modo que algunos escribas modernos dicen a
la gente que las profecías de la Gloria terrenal
del Mesías no deben ser Interpretados al pie de la letra.
Pero el segundo advenimiento es una
promesa hecha, a la par, a la Iglesia y al judío.
Las siguientes palabras
fueron dirigidas, entre otras, por nuestros Señor a Sus discípulos perplejos y
tristes, antes de Su Sacrificio en la Cruz:
“No se turbe vuestro corazón; creéis
en Dios, creed también en mí… En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así
no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros… Y
si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para
que donde yo estoy, vosotros también estéis”. (Juan 14:1-3).
Ahí habla el
Señor de Su regreso en exactamente los mismos términos que de Su Partida. Esta
fue, como sabemos, personal y corporal. Si decimos que Su Venida es impersonal
y “es
espiritual”, debemos hacerlo fundándose en la Escritura, y esto no
es posible.
Más
no hay duda en cuanto a ese punto vital.
En
el momento preciso de la desaparición de nuestro Señor a la vista de Sus
discípulos, “Y
estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he
aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas,… los cuales
también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este
mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis
visto ir al cielo”. (Hechos 1:10-11).
Al
mismo efecto es 1 Ts. 4:16, 17, “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de
arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo
resucitarán primero… Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos
arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire,
y así estaremos siempre con el Señor”.
“aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación
gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”. (Tito 2:13)
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también
esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;… el cual transformará el cuerpo de
la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por
el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas“. (Filp. 3:20-21).
“Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado
lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos
semejantes a él, porque le veremos tal como él es”. (1 Jn. 3:2).
“He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para
recompensar a cada uno según sea su obra”. (Ap. 22:12).
Para aquella “esperanza
bienaventurada” se nos enseña a “velar” (Marcos 13:33, 35, 37; Mateo 24:42;
25:13); a “esperar”
(1 Ts.1:10); y a “estar apercibidos” (Mt.24:44). La última oración en la
Biblia es para el pronto regreso de Cristo. (Ap.22:20).
Estos textos indican
claramente que el Segundo Advenimiento
será Personal y Corporal; que, por consiguiente, no implica la muerte del
creyente, ni la destrucción de Jerusalén, ni el descenso del Espíritu Santo en
Pentecostés, ni la difusión gradual del cristianismo; sino que es la “esperanza
bienaventurada” de la Iglesia, el momento del despertar de los
santos dormidos que serán, junto con los santos vivos entonces, “transformados”
(1 Cor.15:51, 52), arrebatados para recibir al Señor; el tiempo en que
nosotros, hijos de Dios actualmente, seremos como ÉL, y cuando los santos
fieles recibirán la Recompensa de las obras hechas en Su Nombre.
Los textos siguientes
evidenciarán más el contraste entre los dos Advenimiento de nuestro Señor. Comparen:
Primer
Avenimiento:
|
Segundo
Avenimiento:
|
“Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales,
y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón”. Lucas 2:7.
|
“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo;
y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del
Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria”. Mt. 24:30.
|
“De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces
desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se
presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en
medio el pecado”.
Hebreos 9:26.
|
“así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los
pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado,
para salvar a los que le esperan”. Heb. 9:28
|
“Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se
había perdido”. Lucas 19:10.
“Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo;
porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo”. Juan 12:47.
|
“y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros,
cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su
poder,… en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a
Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo”. 2 Ts. 1:7-8.
|
“Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al
mundo, sino para que el mundo sea salvo por él”. Juan 3:17.
|
“Por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo
con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle
levantado de los muertos”. Hch 17:31.
|
El
estudiante puede multiplicar tales contrastes casi infinitamente. Pero ya se ha
dicho lo suficiente para demostrar que tanto las promesas a Israel como las
hechas a la Iglesia exigen imperiosamente un regreso de nuestro Señor a la
tierra.
NOTA: Tal vez los que
comienzan el estudio de la Biblia hallarán auxilio en la breve consideración de
las teorías opuestas a la doctrina bíblica del Segundo Advenimiento, personal y
Corporal, de Cristo.
Por supuesto, se
comprenderá que los textos referentes a Su Venida Visible y Corporal al término
de esta Dispensación, deben distinguirse de los relativos a Sus Divinos
Atributos de Omnisciencia y Omnipotencia, por virtud de los cuales ÉL está al
corriente de todo y en todas partes
presente. Mateo 18:20 y Mateo 28:20 son ejemplos de ello.
Así que, en tal
sentido, tenemos la bendición de su compañía siempre, hasta el fin del mundo.
Pero el “Hombre Cristo
Jesús” está ahora personal y corporalmente a la Diestra de Dios.
“Pero
Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria
de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios,… y dijo: He aquí, veo los
cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios”. (Hch. 7:55-56).
“El
cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y
quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado
la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la
diestra de la Majestad en las alturas”.
(Heb. 1:3).
“Si,
pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está
Cristo sentado a la diestra de Dios”. (Col. 3:1).
Ilustración: Durante la guerra Franco-Prusiana, Von
Moltke, con su genio y habilidad, y por medio de una red telegráfica, estaba en
realidad presente en todos los campos de batalla, aunque visible y
personalmente en su despacho en Berlín. Más tarde, se unió al ejército frente a
París y entonces su presencia visible está ahí.
De igual modo,
nuestro Señor, por virtud de sus Atributos Divinos, está en realidad presente
ahora en Su Iglesia, pero a Su Segundo Advenimiento será personalmente visible
en la tierra:
1- Las profecías referentes al regreso del Señor no se
cumplieron al descender el Espíritu Santo en Pentecostés, ni en Su
manifestación en cultos y reuniones de resultados benditos porque:
1) Esta
Interpretación anula prácticamente la doctrina de la Trinidad-haciendo del
Espíritu Santo tan sólo una manifestación de Cristo.
2) En la promesa
que del descenso del Espíritu Santo hizo Cristo, ÉL habla distintamente de “otro
Consolador” (Juan 14:16); y en Juan 16:7, Cristo dice: “Si yo no
fuese, el Consolador no vendría a vosotros; mas si yo fuere, os le enviaré”.
3) Los Inspirados
Escritos de los Hechos, de las Epístolas, y del Apocalipsis, mencionan el
regreso del Señor más de ciento cincuenta veces después de Pentecostés, y
siempre en el futuro.
4) En Pentecostés
no se realizó ninguno de los acontecimientos profetizados como simultáneos al
Segundo Advenimiento de Cristo, tales como: -la Resurrección de los santos que duermen (1 Cor.15:22, 23; 1 Ts.4:13-16); la “transformación” de
los creyentes aún vivos, por medio de la cual se vestirán de Incorrupción-
el “cuerpo
de bajeza” hecho “semejante al cuerpo de su gloria”, y serán “arrebatados [rapto] a recibir al Señor en el aire” (1 Cor.15:51-53; 1
Tes.4:17; Filp. 3:20, 21); y la aflicción de todas las tribus de la tierra a la
Venida Visible del Hijo del Hombre en Poder y Gran Gloria. (Mateo 24:29, 30;
Ap.1:7).
He
aquí los fenómenos asociados con el acontecimiento del regreso del Señor. Nada
de eso ocurrió en Pentecostés, no en cualquier otra manifestación del Espíritu
Santo.
2- La conversión de un pecador no es la Venida del Señor.
Esta
teoría parece demasiado pueril para ser expuesta como suficiente explicación de
profecías tan numerosas y circunstanciales:
1) Según la
Escritura, sucede justamente lo contrario. La conversión es la Venida de un
pecador a Cristo, no de Cristo al pecador. Mateo 11:28; Juan 5:40; 6:37; 7:37.
2) Ninguno de
los acontecimientos profetizados como simultáneos al regreso del Señor acompaña
la conversión del pecador.
3- La muerte de un cristiano no es la Venida de Cristo.
1) Cuando los discípulos oyeron que el Señor
decía que uno de ellos quedaría hasta Su Venida, se espació el dicho de que
“aquel
discípulo no había de morir” (Juan 21:22-24).
2) Los
Escritores Inspirados hablan siempre de la muerte de un creyente como su
partida.
Ni
una sola vez está relacionado a la Venda del Señor con la muerte de un
cristiano. Véase: Filp.1:23; 2
Tim.4:6; 2 Cor.5:8. Estaban moribundo vio los cielos abiertos y el Hijo del
Hombre, no viniendo, sino “que estaba a la diestra de Dios” (Hechos
7:55, 56).
3) Ninguno de los
acontecimientos profetizados como simultáneos al regreso del Señor acompaña la
muerte de un cristiano.
4- La destrucción de Jerusalén por los Romanos no fue la
Segunda Venida de Cristo:
1) En Mateo 24 y
Lucas 21, tenemos la predicción de tres sucesos: la destrucción
del templo, la Venida del Señor, y el fin del mundo.
Véase
Mateo 24:3. La confusión innecesaria de estos tres hechos tan diferente entre
sí dio lugar a la nación de ser el cumplimiento de uno de todos.
2) El apóstol Juan
escribió el Apocalipsis después de la destrucción de Jerusalén, pero habla aún
de la Venida como de un acontecimiento Futuro. Apocalipsis 1:4, 7; 2:25; 3:11;
22:7, 12, 20. La última promesa de la Biblia es: “Vengo en breve”; la última
oración, “Amén,
sea así. Ven, Señor Jesús”.
3) Ninguno de los
acontecimientos profetizados como simultáneos al regreso del Señor ocurrió a la
destrucción de Jerusalén. Véase: 1
Ts.4:14-17; Mateo 24:29-31; 25:31, 32, etc…
5- La propagación del cristianismo no es la Segunda Venida
de Cristo.
1) La difusión del
cristianismo es gradual, y las Escrituras hablan del Regreso del Señor como
Repentina e Inesperado. Mateo 24:27, 36-50; 2 Pedro 3:10, Apocalipsis 3:3.
2) La difusión del
cristianismo es un proceso; las Escrituras hablan invariablemente del regreso del
Señor como un acontecimiento.
3) La difusión del
cristianismo trae salvación a los malos, mientras la Venida de Cristo, según se
nos dice, no trae Salvación sino “destrucción de repente”, 1 Ts.5:2, 3; 2
Ts.1:7-10; Mateo 25:31-46.
Pero estas
explicaciones y teorías, aunque muy extendidas, no se encuentran en los libros
de teología famosos de cualquier escuela o denominación, ni las sostiene
ninguna eminencia universalmente reconocida. Todos están conformes en cuanto al
Segundo Advenimiento, Corporal y Visible, de Cristo.
Sin embargo, se
dice a veces que esta Venida no puede verificarse hasta después de la
conversión del mundo por medio de la predicación del Evangelio, y hasta su
sumisión al reino espiritual de Cristo durante mil años. Esta opinión es absolutamente errónea
porque:
1) La Escritura
describe claramente la condición de la tierra a la Segunda Venida de Cristo
como una condición de maldad terrible, no de bienaventuranza. Lucas 17:26-32;
Génesis 6:5-7; 13:13; Lucas 18:8; 21:25-27.
2) La Escritura
describe todo el curso de esta Dispensación, desde el principio al fin, en
tales términos que queda excluida la posibilidad de un mundo convertido de
cualquier de sus pasajes. Mateo 13:36-43, 47, 50; Mateo 25:1-10; 1 Timoteo 4:1;
2 Timoteo 3:1-9; 4:3, 4; 2 Pedro 3:3, 4; Judas 17-19.
3) El propósito de
Dios en esta Dispensación se nos dice ser, no la conversión del mundo, sino el “tomar de ellos (los Gentiles) pueblo para su nombre”. Después de esto, ÉL “volverá”
y entonces, y no antes, será convertido el mundo. Véase: Hechos 15:14-17; Mateo 24:14 (por testimonio); Romanos 1:5 (“en”,
no “de” todas
las naciones); Romanos 11:14; 1 Corintios 9:22; Apocalipsis 5:9 (“de todo”,
no “todo”).
4) Sería imposible “velar”
y “esperar”
la Venida de un acontecimiento cuya realización sabemos no tendrá lugar hasta,
por lo menos, dentro de mil años.
__________
[1] eraunao o ereunao = (ἐραυνάω
G2045) forma anterior, escudriñar, examinar. Se usa: (a) de Dios, que escudriña el corazón
(Rom.8:27); (b) de Cristo,
similarmente (Ap.2:23); (c) del
Espíritu Santo, que escudriña todas las cosas (1 Cor.2:10), actuando en el
espíritu del creyente; (d) de los
profetas del AT., al escudriñar sus propios escritos acerca de lo predicho de
Cristo, testificado por el Espíritu de Cristo en ellos (1 P.1:11; cf. Nº 2); (e) de los judíos, a los que el Señor
ordenó que escudriñaran las Escrituras (Juan 5:39), aunque gramaticalmente es
posible el indicativo «escudriñßis las Escrituras» (Besson; cf. NVI, LBA); (f) de Nicodemo, que recibió una orden
similar de los principales sacerdotes y de los fariseos (Juan 7:52). (VINE).
[2] Cristo: Por Mashiaj = חַישִמָ por ser el hebreo y original notemos
que Mashiaj transliterado al castellano es Mesías y no Cristo, palabra
proveniente del griego, que significa untado con aceite o que trabaja en un
olivar, y queda deficiente al tratar de expresar Mashiaj.
Ungido: mashiaj = (חַישִמָ H4899)
«ungido». Mashiaj es importante
tanto en el pensamiento del Antiguo como del Nuevo Testamento, del cual se
deriva el término messiah. Como ocurre con el verbo, Mashiaj implica la unción
para un oficio o función especial. Por eso David rehusó hacerle daño a Saúl
porque este era «el ungido de Adonai» (1 Sam.24:6).
Mashiaj que significa
“El Ungido”, de triple unción (de Rey, profeta y Sumo –Sacerdote).
Véase Parte IV:
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