viernes, 21 de octubre de 2016

Parte III: Traza* Bien La Palabra De Verdad: (2 Timoteo 2: 1, 3, 5,-6, 15, 21, 24)

Parte III:
Traza* Bien La Palabra De Verdad:
(2 Timoteo 2: 1, 3, 5,-6, 15, 21, 24)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

“Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo JesúsTú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo… Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero… Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido”.
(2 Timoteo 2: 1, 3, 5,-6, 15*, 21, 24)

Capítulo II
LAS SIETE DISPENSACIONES:
Las Escrituras dividen el tiempo comprendido en el periodo que media entre la Creación de Adam al “cielo nuevo y tierra nueva” de Apocalipsis 21:1, en siete periodos desiguales, generalmente llamados “dispensaciones”[1] (Ef.3:2), aunque también se llaman “siglos” (Ef.2:7), y “días”, como “el día del Señor” (Hechos 2:20), etcétera.
Esos períodos están señalados en la Escritura con algún cambio en el modo de tratar Dios con la humanidad, o parte de ella, con respecto a las cuestiones de pecado y de responsabilidad humana. Cada una de estas dispensaciones puede ser considerada como una prueba del hombre natural, y cada una termina con el juicio que indica su fracaso completo.
Cinco de esas dispensaciones han tenido ya efecto; vivimos en la sexta, probablemente cerca de su fin; y tenemos en perspectiva la séptima y última, el milenio.

1- El Hombre Inocente:

Esta dispensación se extiende desde la Creación de Adán (Génesis 2:7) hasta la expulsión. Adam, creado Inocente ignorante del bien y del mal, fue colocado en el jardín del Edén con Eva, su mujer, con orden de abstenerse del fruto del árbol de la Ciencia del bien y del mal. La Dispensación de Inocencia dio resultado la primera y -en sus efectos consiguientes- la más desastrosa caída del hombre natural. Su término fue el juicio, “echó, pues, fuera al hombre”. Véase:
Génesis 1:26------------à Génesis 3:6.
Génesis 2:16-17-------à   Génesis 3:22-24.

2- El Hombre Bajo La Conciencia:

Con la caída adquirieron Adam y Eva el conocimiento del bien y del mal, legado suyo a la raza. Eso dio a la conciencia una base para el recto juicio moral, y por consiguiente, la raza fue sometida a esta medida de responsabilidad: hasta hacer el bien y evitar el mal. El resultado de la Dispensación de la Conciencia fue la corrupción de la tierra; y “la malicia de los hombres era mucha en la tierra, y todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”.
Y Dios puso fin a la segunda prueba del hombre natural[2] con un juicio: el diluvio. Véase:
   Génesis 3:7, 22---à Génesis 6:5, 11, 12--à Génesis 7:11, 12, 23.

3- El Hombre Con Autoridad Sobre La Tierra:

Del juicio terrible del diluvio, Dios salvó ocho personas; a las cuales, cuando se bajaron las aguas, dio la tierra purificada, con pleno poder para gobernarla. Eso corrompía a Noé y a sus descendientes.
La Dispensación de Gobierno Humano resultó en el atentado impío de hacerse Independiente de Dios en la vega de Shinar; su término fue el juicio de confusión de lenguas. Véase:
              Génesis 9:1-2---à Génesis 11:1-4---à Génesis 11:5-8.

4- El Hombre Bajo La Promesa:

Dios llama a Abraham, uno de los descendientes dispersos de los constructores de Babel, y con él hace pacto. Algunas de las promesas hechas a Abraham y a sus descendientes eran puramente de gracia e incondicionales, y ya han sido, o serán aún, cumplidas literalmente.
Otras promesas tenían por condición la fidelidad y obediencia de los Israelitas. Cada una de esas condiciones fue violada, y la Dispensación de la Promesa trajo consigo la caída de Israel; y su fin fue el juicio de la opresión egipcia.

El libro de Génesis, que empieza con las sublimes palabras “En el principio creó Dios”, termina con “en un ataúd en Egipto”.
-Génesis 12:1-3 --------à Génesis 26:3.
-Génesis 13:14-17 -----à Génesis 28:12-13.
-Génesis 15:5 -----------à Éxodo 1:13-14.

5- El Hombre Bajo La Ley:

De nuevo acudió la gracia de Dios al socorro del hombre destituido, y redimió al pueblo escogido de la mano del opresor. En el desierto de Sinaí, Él les propuso el pacto de la ley. En lugar de rogar humildemente por una continuada relación de gracia, contestaron arrogantes: “Todo lo que Jehová ha dicho haremos”.
La historia de Israel en el desierto y en la tierra de una larga serie de violaciones de la ley. Por fin, tras muchas amonestaciones, Dios cerró la prueba del hombre con la ley en el juicio; y primero Israel, y luego Judá, fueron expulsados de la tierra y su dispersión continúa. Un resto débil regresó bajo Esdras y Nehemías, y de él nació ha debido tiempo el Cristo, “hecho de mujer, hecho súbdito a la ley” (Gál.4:4). Y los Judíos y los Gentiles conspiraron para crucificarlo. Véase:

-Éxodo 19:1-8 --------à  2 Reyes 17:1-18.
-Romanos 3:19-20 ---à  2 Reyes 25:1-11.
-Romanos 10:5 -------à  Hechos 2:22-23.
-Gálatas 3:10 ----------à Hechos 7:51-52.

6- El Hombre Bajo La Gracia:

El sacrificio que da Su vida hizo el Señor Jesucristo introdujo la Dispensación de Gracia, que significa  favor inmerecido, Dios dando justicia en vez  de exigir, como bajo la ley.

Salvación, perfecta y eterna, es ahora ofrecida gratuitamente al Judío y al Gentil, siendo la fe condición única.
“Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado”. (Juan 6:29).
“De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna”. (Juan 6:47).
“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida”.  (Juan 5:24)
“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,… y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano”. (Juan 10:27-28).
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;… no por obras, para que nadie se gloríe. (Efesios 2:8-9).

El resultado predicho de esta prueba del  hombre bajo la GRACIA es: juicio sobre un mundo incrédulo y una Iglesia apóstata:
-Lucas 17:26-30 -------à  2 Tesalonicenses 2:7-12.
-Lucas 18:8 ------------à  Apocalipsis 3:15-16. 

1) El primer acontecimiento: al término de esta dispensación será la Venida del Señor del cielo, cuando los santos que duermen serán levantados, junto con los creyentes vivos aún, para ser “arrebatados [rapto] en las nubes a recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1 Ts.4:16-17).
2) Sigue luego: el breve período llamado “la Gran Tribulación”. (Mt.24:21-22; Dn.12:1; Sofonías 1:15-18; Jeremías 30:5-7).
3) Tras esto: tiene lugar, el regreso personal del Señor a la tierra en poder y Gran Gloria [Shekinah], y los juicios que introducen la séptima y última Dispensación. (Mt.24:29-30; Mt. 25:31-46).

7- El Hombre Bajo El Reino Personal De  Cristo: 

Después de los juicios purificadores asociados con el Regreso Personal de Cristo a la tierra, Él Reinará sobre Israel Restaurado y  sobre la tierra durante mil años. Ese es el período comúnmente llamado el Milenio. El Trono de Su poder será Jerusalén, y los santos, incluso los Salvados en la Dispensación de Gracia, o sea la Iglesia, participarán de Su Gloria [Shekinah].

Véase:
-Hechos 15:14-17
-Apocalipsis 19:11-12.
-Isaías 2:1-4.
-Apocalipsis 120:1-6.
-Isaías 11:1-16.

Pero al ser suelto Satanás, halla el corazón natural tan inclinado al mal como de costumbre, y fácilmente reúne las naciones para pelear contra el Señor y Sus Santos; y esta última dispensación concluye, como las otras, con juicio. El “Gran Trono Blanco” es preparado, los muertos malos son levantados y finalmente juzgados, y luego vienen un cielo nuevo, y una tierra nueva” –ha empezado la Eternidad-.
Apocalipsis 20:3, 7-15--------à Apocalipsis 21; 22.
COMIENZO DE LA HISTORIA HUMANA, Y EL FIN DE LA HUMANIDAD SIN DIOS: COMIENZO DE LA  ETERNIDAD, Y EL FIN, UNOS CON DIOS, Y OTROS FUERA DE ÉL, EN LA CONDENACIÓN ETERNA:
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Notas
[1] oikonomia = (ὀικονομία, G3622), significa primariamente el gobierno de una familia, o de los asuntos de una familia (oikos = casa; nomos = ley); luego, el gobierno o administración de la propiedad de otros y se usa por ello de mayordomía (Lucas 16:2-3; 16:4). Fuera de ahí, se usa solo en las Epístolas de Pablo, quien lo aplica: (a) a la responsabilidad que le ha sido encomendada de predicar el evangelio (1 Cor.9:17: «comisión»; rv: «dispensación»); (b) de la administración que le fue entregada, para que anunciara «cumplidamente la palabra de Dios», siendo este anuncio efectuado cumplidamente la revelación de la plenitud del ciclo dispuesto e impartido de verdades que son consumadas en la verdad relacionada con la iglesia como el cuerpo de Cristo (Col.1:25; rvr: «administración»; «dispensación»); igualmente en Ef.3:2, de la administración que le fue dada de la gracia de Dios (rv: «dispensación») con respecto al mismo «misterio»; (c) en Ef.1:10 y 3:9 se usa de la disposición o administración de Dios, por la cual en «el cumplimiento de los tiempos» (o eras) Dios reunirá todas las cosas de los cielos y de la tierra en Cristo. En Ef.3:9 algunos mss. Tienen koinonia: «comunión», en lugar de oikonomia: «dispensación». En 1 Tim.1:4 oikonomia puede significar una administración en el sentido de (a), o bien una dispensación en el sentido de (c). No se debe aceptar la lectura oikodomia: «edificación», que consta en algunos mss. Véanse.
Nota: Una dispensación no es un período ni una época (uso común, pero erróneo de la palabra), sino un modo de tratar, una disposición o administración de los asuntos. Cf. oikonomos = mayordomo; y oikonomeo = ser mayordomo, administrar. No obstante, sí es cierto que las diversas épocas del pasado han visto diversos modos de gobierno, y han quedado marcadas en sus características por el modo de administrar Dios sus tratos con los hombres en el curso del tiempo. (VINE).
      G3622 οἰκονομία = oikonomía: de G3623; administración (de una familia o propiedad); específicamente «economía» (religiosamente):- mayordomía, administración, comisión, dispensación. (Strong).
[2] 1 Corintios 2:14: el hombre natural: Mejor, animal o sensual. I., es, el inconverso. Véase Judas 19, donde se usa el mismo vocablo (traduce “sensuales”, RV1960, “mundanos”, 1977). Indicando aquí una persona que no tiene el Espíritu de Dios (compare Romanos 8:9). Judas 19: los que causan divisiones. I., es, grupos heréticos, de mentalidad sensual o mundana o, como se les llama en 1 Corintios 2:14, “natural”. Judas declara falsos maestros no eran verdaderamente convertidos (compare Rom. 8:9). (Biblia de Estudio RYRIE). 


Capítulo III
LOS DOS ADVENIMIENTOS:

“escudriñando[1] qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos”.
(1 Pedro 1:11) 
Al considerar con atención las profecías del Antiguo Testamento, nos sorprenden en gran manera
dos clases de predicciones, al parecer contradictorias, con respecto a la Venida del Mesías:
-      Una clase de profecía le anuncia débil y humillante, varón de dolores y experimentado en quebrantos, raíz en la tierra, sin parecer ni hermosura, sin atractivos, Su rostro ultrajado, Sus manos y Sus pies heridos, desechado de los hombres, sepultado entre los impíos:
-Isaías 53. ----------------à Daniel 9:26.
-Isaías 7:14. --------------à Zacarías 13:6-7.
-Salmo 22:1-18. ---------à Marcos 14:27.
-      Las otras profecías anuncian un Soberano hermoso e irresistible, que purgará la tierra con juicio terrible, reunirá los dispersos de Israel, restaurando el Trono de David con magnificencia superior a la de Salomón, e introducirá un Reinado de paz profunda y de justicia perfecta. Ejemplos:

-Deuteronomio 30:1-7. --------à Daniel 7:13-14.
-Isaías 9:6-7. --------------------à Miqueas 5:2.
-Isaías 11:1-2, 10-12. ---------à Mateo 1:1.
-Isaías 24:21-23. ---------------à Mateo 2:2.
-Isaías 40.9-11. ----------------à Lucas 1:31-33.
-Jeremías 23:5-8.
A debido tiempo empezó el cumplimiento de la profecía sobre el Mesías con el nacimiento del Hijo de la virgen conforme a Isaías, en Belén según Miqueas, y procedió literalmente hasta la plena realización de las predicciones de la humillación del Mesías. Pero los Judíos no quisieron recibir a su Rey, “manso, y sentado sobre una asna, y sobre un pollino, hijo de animal de yugo”, y Le Crucificaron:

-Zacarías 9:9. --------à Mateo 21:1-5. --------à Juan 19:15-16.

Pero no debemos llegar a la conclusión de haber la maldad humana anonadado el propósito firme de Dios, pues Su Palabra Habla de un Segundo Advenimiento de Su Hijo, cuando las predicciones referentes a la gloria terrenal del Mesías[2] obtendrían el mismo cumplimiento exacto que cuantas se refieren a Sus padecimientos terrenales.
-Oseas 3:4-5. --------à Mateo 24:27-30.
-Lucas 1:31-33 (el 31 ya cumplido al pie de la letra). ---à Hechos 15:14-17.
                                                                                            
Los judíos se resistía a creer cuánto los profetas habían dicho sobre los padecimientos de su Mesías; nosotros nos resistimos a creer  cuánto han dicho sobre Su Gloria. Nuestra falta es mayor, pues debiera ser más fácil creer en la Venida del Hijo de Dios, en la Nubes y con Poder y Gloria [Shekinah], que Creer en Su Venida como Niño de Belén, como Carpintero de Nazaret. En verdad, los creemos porque ha sucedido, no porque lo predijeron los profetas, y ya es hora de que cesemos de echar en cara a los judíos su Incredulidad.
Si se nos pregunta cómo podían ser tan ciegos al significado evidente de tantas profecías tan inequívocas, la respuesta es que estaban cegados de igual modo que muchos lo están al significado, en igual medida evidente, de un mayor número de predicciones de Su Gloria terrenal.
En otros términos, los antiguos escribas dijeron al pueblo que las profecías de los padecimientos del Mesías no debían ser Interpretados Literalmente, de igual modo que algunos escribas modernos dicen a la gente que las profecías de la Gloria terrenal del Mesías no deben ser Interpretados al pie de la letra.

Pero el segundo advenimiento es una promesa hecha, a la par, a la Iglesia y al judío.
Las siguientes palabras fueron dirigidas, entre otras, por nuestros Señor a Sus discípulos perplejos y tristes, antes de Su Sacrificio en la Cruz:
“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí… En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros… Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”. (Juan 14:1-3). 
Ahí habla el Señor de Su regreso en exactamente los mismos términos que de Su Partida. Esta fue, como sabemos, personal y corporal. Si decimos que Su Venida es impersonal y “es espiritual”, debemos hacerlo fundándose en la Escritura, y esto no es posible.

Más no hay duda en cuanto a ese punto vital.
En el momento preciso de la desaparición de nuestro Señor a la vista de Sus discípulos, “Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas,… los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”. (Hechos 1:10-11).
Al mismo efecto es 1 Ts. 4:16, 17, “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero… Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”
“aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”.   (Tito 2:13)
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;… el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas“. (Filp. 3:20-21).
“Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es”. (1 Jn. 3:2).
“He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra”. (Ap. 22:12).

Para aquella “esperanza bienaventurada” se nos enseña a “velar” (Marcos 13:33, 35, 37; Mateo 24:42; 25:13); a “esperar” (1 Ts.1:10); y a “estar apercibidos” (Mt.24:44). La última oración en la Biblia es para el pronto regreso de Cristo. (Ap.22:20).
Estos textos indican claramente que el  Segundo Advenimiento será Personal y Corporal; que, por consiguiente, no implica la muerte del creyente, ni la destrucción de Jerusalén, ni el descenso del Espíritu Santo en Pentecostés, ni la difusión gradual del cristianismo; sino que es la “esperanza bienaventurada” de la Iglesia, el momento del despertar de los santos dormidos que serán, junto con los santos vivos entonces, “transformados” (1 Cor.15:51, 52), arrebatados para recibir al Señor; el tiempo en que nosotros, hijos de Dios actualmente, seremos como ÉL, y cuando los santos fieles recibirán la Recompensa de las obras hechas en Su Nombre.
Los textos siguientes evidenciarán más el contraste entre los dos Advenimiento de nuestro Señor. Comparen:
Primer Avenimiento:
Segundo Avenimiento:
“Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón”. Lucas  2:7. 
“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria”. Mt. 24:30. 
“De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado”. Hebreos  9:26.
“así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan”. Heb. 9:28 
“Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”. Lucas 19:10.
“Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo”. Juan 12:47.    
“y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder,… en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo”. 2 Ts. 1:7-8.
“Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él”. Juan 3:17. 
“Por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos”. Hch 17:31. 
     
  El estudiante puede multiplicar tales contrastes casi infinitamente. Pero ya se ha dicho lo suficiente para demostrar que tanto las promesas a Israel como las hechas a la Iglesia exigen imperiosamente un regreso de nuestro Señor a la tierra.
NOTA: Tal vez los que comienzan el estudio de la Biblia hallarán auxilio en la breve consideración de las teorías opuestas a la doctrina bíblica del Segundo Advenimiento, personal y Corporal, de Cristo.

Por supuesto, se comprenderá que los textos referentes a Su Venida Visible y Corporal al término de esta Dispensación, deben distinguirse de los relativos a Sus Divinos Atributos de Omnisciencia y Omnipotencia, por virtud de los cuales ÉL está al corriente de todo y en  todas partes presente. Mateo 18:20 y Mateo 28:20 son ejemplos de ello.
Así que, en tal sentido, tenemos la bendición de su compañía siempre, hasta el fin del mundo.
Pero el “Hombre Cristo Jesús” está ahora personal y corporalmente a la Diestra de Dios.
“Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios,… y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios”. (Hch. 7:55-56).
“El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas”.  (Heb. 1:3).
“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios”. (Col. 3:1).

Ilustración: Durante la guerra Franco-Prusiana, Von Moltke, con su genio y habilidad, y por medio de una red telegráfica, estaba en realidad presente en todos los campos de batalla, aunque visible y personalmente en su despacho en Berlín. Más tarde, se unió al ejército frente a París y entonces su presencia visible está ahí.
De igual modo, nuestro Señor, por virtud de sus Atributos Divinos, está en realidad presente ahora en Su Iglesia, pero a Su Segundo Advenimiento será personalmente visible en la tierra:

1- Las profecías referentes al regreso del Señor no se cumplieron al descender el Espíritu Santo en Pentecostés, ni en Su manifestación en cultos y reuniones de resultados benditos porque:
1) Esta Interpretación anula prácticamente la doctrina de la Trinidad-haciendo del Espíritu Santo tan sólo una manifestación de Cristo.
2) En la promesa que del descenso del Espíritu Santo hizo Cristo, ÉL habla distintamente de “otro Consolador” (Juan 14:16); y en Juan 16:7, Cristo dice: “Si yo no fuese, el Consolador no vendría a vosotros; mas si yo fuere, os le enviaré”.
3) Los Inspirados Escritos de los Hechos, de las Epístolas, y del Apocalipsis, mencionan el regreso del Señor más de ciento cincuenta veces después de Pentecostés, y siempre en el futuro.
4) En Pentecostés no se realizó ninguno de los acontecimientos profetizados como simultáneos al Segundo Advenimiento de Cristo, tales como: -la Resurrección de los santos que duermen (1 Cor.15:22, 23; 1 Ts.4:13-16); la “transformación” de los creyentes aún vivos, por medio de la cual se vestirán de Incorrupción- el “cuerpo de bajeza” hecho “semejante al cuerpo de su gloria”, y serán “arrebatados [rapto] a recibir al Señor en el aire” (1 Cor.15:51-53; 1 Tes.4:17; Filp. 3:20, 21); y la aflicción de todas las tribus de la tierra a la Venida Visible del Hijo del Hombre en Poder y Gran Gloria. (Mateo 24:29, 30; Ap.1:7).
He aquí los fenómenos asociados con el acontecimiento del regreso del Señor. Nada de eso ocurrió en Pentecostés, no en cualquier otra manifestación del Espíritu Santo.
2- La conversión de un pecador no es la Venida del Señor.
Esta teoría parece demasiado pueril para ser expuesta como suficiente explicación de profecías tan numerosas y circunstanciales:
1) Según la Escritura, sucede justamente lo contrario. La conversión es la Venida de un pecador a Cristo, no de Cristo al pecador. Mateo 11:28; Juan 5:40; 6:37; 7:37.
2) Ninguno de los acontecimientos profetizados como simultáneos al regreso del Señor acompaña la conversión del pecador.
3- La muerte de un cristiano no es la Venida de Cristo.
1) Cuando los discípulos oyeron que el Señor decía que uno de ellos quedaría hasta Su Venida, se espació el dicho de que “aquel discípulo no había de morir” (Juan 21:22-24).
2) Los Escritores Inspirados hablan siempre de la muerte de un creyente como su partida.
Ni una sola vez está relacionado a la Venda del Señor con la muerte de un cristiano. Véase: Filp.1:23; 2 Tim.4:6; 2 Cor.5:8. Estaban moribundo vio los cielos abiertos y el Hijo del Hombre, no viniendo, sino “que estaba a la diestra de Dios” (Hechos 7:55, 56).
3) Ninguno de los acontecimientos profetizados como simultáneos al regreso del Señor acompaña la muerte de un cristiano.
4- La destrucción de Jerusalén por los Romanos no fue la Segunda Venida de Cristo:
1) En Mateo 24 y Lucas 21, tenemos la predicción de tres sucesos: la destrucción del templo, la Venida del Señor, y el fin del mundo.
Véase Mateo 24:3. La confusión innecesaria de estos tres hechos tan diferente entre sí dio lugar a la nación de ser el cumplimiento de uno de todos.
2) El apóstol Juan escribió el Apocalipsis después de la destrucción de Jerusalén, pero habla aún de la Venida como de un acontecimiento Futuro. Apocalipsis 1:4, 7; 2:25; 3:11; 22:7, 12, 20. La última promesa de la Biblia es: “Vengo en breve”; la última oración, “Amén, sea así. Ven, Señor Jesús”.
3) Ninguno de los acontecimientos profetizados como simultáneos al regreso del Señor ocurrió a la destrucción de Jerusalén. Véase: 1 Ts.4:14-17; Mateo 24:29-31; 25:31, 32, etc…
5- La propagación del cristianismo no es la Segunda Venida de Cristo.
1) La difusión del cristianismo es gradual, y las Escrituras hablan del Regreso del Señor como Repentina e Inesperado. Mateo 24:27, 36-50; 2 Pedro 3:10, Apocalipsis 3:3.
2) La difusión del cristianismo es un proceso; las Escrituras hablan invariablemente del regreso del Señor como un acontecimiento.
3) La difusión del cristianismo trae salvación a los malos, mientras la Venida de Cristo, según se nos dice, no trae Salvación sino “destrucción de repente”, 1 Ts.5:2, 3; 2 Ts.1:7-10; Mateo 25:31-46.

Pero estas explicaciones y teorías, aunque muy extendidas, no se encuentran en los libros de teología famosos de cualquier escuela o denominación, ni las sostiene ninguna eminencia universalmente reconocida. Todos están conformes en cuanto al Segundo Advenimiento, Corporal y Visible, de Cristo.

Sin embargo, se dice a veces que esta Venida no puede verificarse hasta después de la conversión del mundo por medio de la predicación del Evangelio, y hasta su sumisión al reino espiritual de Cristo durante mil años. Esta opinión es absolutamente errónea porque:
1) La Escritura describe claramente la condición de la tierra a la Segunda Venida de Cristo como una condición de maldad terrible, no de bienaventuranza. Lucas 17:26-32; Génesis 6:5-7; 13:13; Lucas 18:8; 21:25-27.
2) La Escritura describe todo el curso de esta Dispensación, desde el principio al fin, en tales términos que queda excluida la posibilidad de un mundo convertido de cualquier de sus pasajes. Mateo 13:36-43, 47, 50; Mateo 25:1-10; 1 Timoteo 4:1; 2 Timoteo 3:1-9; 4:3, 4; 2 Pedro 3:3, 4; Judas 17-19.
3) El propósito de Dios en esta Dispensación se nos dice ser, no la conversión del mundo, sino el “tomar de ellos (los Gentiles) pueblo para su nombre”. Después de esto, ÉL “volverá” y entonces, y no antes, será convertido el mundo. Véase: Hechos 15:14-17; Mateo 24:14 (por testimonio); Romanos 1:5 (“en”, no “de” todas las naciones); Romanos 11:14; 1 Corintios 9:22; Apocalipsis 5:9 (“de todo”, no “todo”).
4) Sería imposible “velar” y “esperar” la Venida de un acontecimiento cuya realización sabemos no tendrá lugar hasta, por lo menos, dentro de mil años.
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[1] eraunao o ereunao = (ἐραυνάω G2045) forma anterior, escudriñar, examinar. Se usa: (a) de Dios, que escudriña el corazón (Rom.8:27); (b) de Cristo, similarmente (Ap.2:23); (c) del Espíritu Santo, que escudriña todas las cosas (1 Cor.2:10), actuando en el espíritu del creyente; (d) de los profetas del AT., al escudriñar sus propios escritos acerca de lo predicho de Cristo, testificado por el Espíritu de Cristo en ellos (1 P.1:11; cf. Nº 2); (e) de los judíos, a los que el Señor ordenó que escudriñaran las Escrituras (Juan 5:39), aunque gramaticalmente es posible el indicativo «escudriñßis las Escrituras» (Besson; cf. NVI, LBA); (f) de Nicodemo, que recibió una orden similar de los principales sacerdotes y de los fariseos (Juan 7:52). (VINE).
[2] Cristo: Por Mashiaj = חַישִמָ por ser el hebreo y original notemos que Mashiaj transliterado al castellano es Mesías y no Cristo, palabra proveniente del griego, que significa untado con aceite o que trabaja en un olivar, y queda deficiente al tratar de expresar Mashiaj.
Ungido: mashiaj = (חַישִמָ H4899) «ungido». Mashiaj es importante tanto en el pensamiento del Antiguo como del Nuevo Testamento, del cual se deriva el término messiah. Como ocurre con el verbo, Mashiaj implica la unción para un oficio o función especial. Por eso David rehusó hacerle daño a Saúl porque este era «el ungido de Adonai» (1 Sam.24:6).
Mashiaj que significa “El Ungido”, de triple unción (de Rey, profeta y Sumo –Sacerdote).

Véase Parte IV:




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