Parte II:
EL BUEN PASTOR:
(Salmo 23:1; Juan 10:11)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
“Jehová es mi pastor; nada me faltará”. (Salmo 23:1)
“Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas”. (Juan 10:11)
SEGUNDA PARTE:
EL BUEN PASTOR:
(Juan
10:1-42)
Parábola del redil.
“De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el
redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador…
Más el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es… A éste abre el
portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca…
Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas
le siguen, porque conocen su voz… Más al extraño no seguirán, sino huirán de
él, porque no conocen la voz de los extraños… Esta alegoría les dijo Jesús;
pero ellos no entendieron qué era lo que les decía”.
Jesús, el buen pastor.
“Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo
soy la puerta de las ovejas… Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y
salteadores; pero no los oyeron las ovejas… Yo soy la puerta; el que por mí
entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos... El ladrón no
viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y
para que la tengan en abundancia… Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida
da por las ovejas… Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son
propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata
las ovejas y las dispersa… Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y
no le importan las ovejas… Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las
mías me conocen,… así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo
mi vida por las ovejas… También tengo otras ovejas que no son de este redil;
aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor… Por
eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar… Nadie me
la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo
poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre… Volvió a
haber disensión entre los judíos por estas palabras… Muchos de ellos decían:
Demonio tiene, y está fuera de sí; ¿por qué le oís?... Decían otros: Estas
palabras no son de endemoniado. ¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los
ciegos?”.
En este capítulo,
Jesús habla por medio de alegorías de su relación con los Suyos, que son Sus ovejas; Él es la puerta
del redil y el buen pastor del rebaño; Él da su vida por Sus ovejas y les
asegura Salvación, libertad y alimento. Aparecen también aquí los comentarios
que de Jesús hacía la gente, y otro intento de los judíos de prenderle.
I. La Parábola Del
Buen Pastor: 10:1-6:
El cap. 10
constituye el último discurso público de Jesús y el último enfrentamiento con
los dirigentes judíos, introducido con una alegoría del buen pastor que ama y
se sacrifica por sus ovejas. Este pasaje está relacionado con la fiesta de la
Dedicación (ver 10:22), celebrada en el mes de diciembre, a los dos meses y
medio de la fiesta de los Tabernáculos.
Plummer
presenta
una manera lógica para ligar los caps. 5 al 11: la sanidad del paralítico y la alimentación de los cinco mil
formaron la introducción al discurso de Cristo como la fuente y sostén de la
vida en los caps. 5 y 6, y el discurso de Cristo como la fuente de la verdad y
la luz de los capítulos 7 y 8 se ilustra en la sanidad del ciego en el cap. 9,
así en el cap. 10 tenemos un discurso que presenta a Cristo como amor en que el
pastor da su vida por sus ovejas, ilustrado en la resurrección de Lázaro en el
cap. 11.
Jesús emplea la figura del buen pastor
para señalar un contraste marcado entre su propio ministerio y el de los falsos
pastores. Los judíos, y especialmente los fariseos, presentados en los
capítulos anteriores como opositores hostiles a Jesús, se describen aquí como
los falsos pastores. Este capítulo debe leerse con el trasfondo de varios
pasajes en el AT., donde Dios es considerado como el buen pastor (Salm.23:1;
80:1, Is.40:10s.) y algunos de los profetas como falsos maestros y pastores
(ver Is.56:9-12; Jr.23:1-4; Ez. 34; Zc. 11). En este capítulo Jesús se presenta
como el cumplimiento de la profecía de Ez.34:23: “Yo
levantaré sobre ellas un solo pastor, mi siervo David; y él las apacentará. Él
las apacentará y así será su pastor”. También, hay varias
referencias al pastor de ovejas en los Sinópticos (Mt.18:12s.; Lc.15:3-7).
A pesar de que la enseñanza principal
del cap. 10 es clara y poderosa, hay algunas dificultades. No todos están de
acuerdo con la secuencia dentro del capítulo, ni cómo se relaciona con el resto
del Evangelio (ver Beasley Murray y Brown). La misma clasificación de la
literatura se discute. ¿Es una parábola, una alegoría, una similitud o un
proverbio? Borchert usa el término mashal,
traducción del término heb. que abarca todos los términos mencionados, para
describir su naturaleza. Juan emplea el término griego paroimia G3942 (Lc.10:6) que significa “imagen,
figura, enigma, similitud o parábola”. La
verdad es que no se encuadra en la definición tradicional de ninguna de estas
clasificaciones. Por ejemplo, Cristo se presenta como el buen pastor y la
puerta, lo cual lleva a Brown a
determinar que se trata de más que una parábola (p. ej., 1-3a y 3b-5). También
sus opositores son presentados como ladrones y asaltantes.
Sin una introducción, ni descripción del
escenario, Jesús inicia su discurso, aparentemente una continuación del cap. 9.
Una indicación de esto es que De cierto, de cierto, traducción de la doble
exclamación griega, nunca se usa para introducir un nuevo escenario ni comenzar
un nuevo discurso. El redil era un lugar seguro contra las fieras, los ladrones
y las tempestades. Normalmente consistía de un círculo o cuadro, rodeado por un
muro de piedras y con una sola entrada.
Los pastores metían sus ovejas dentro de
ese corral para las horas de la noche y uno de ellos, el portero, se acostaba
en la abertura. Los pastores, y los que ellos conocían, podían entrar y salir
con el permiso del que guardaba la entrada, pero éste resistiría a un ladrón
hasta la muerte si fuera necesario. La única manera segura que el ladrón tenía
para entrar sería saltando por el muro. El hecho de subir por otra parte, y no
por la puerta, lo identificaría como ladrón y salteador. El primero usaría
sutilidad, astucia, engaño y el elemento de sorpresa para ser inadvertido,
mientras que el segundo emplearía violencia como un asaltante y bandido.
El pastor, cuyas ovejas se guardaban en
el redil, tendría acceso libre por la puerta. Jesús, en esta afirmación, sólo
establece la rutina que era conocida generalmente en el medio oriente.
Cuando el verbo traducido oyen es
seguido por el caso genitivo (v. 3), el significado es que “oyen con comprensión y aprecio”
(ver 5:25). Borchert describe su experiencia en Palestina y cómo los pastores
de ovejas las guiaban, yendo adelante y cantando o silbando. Las ovejas
aprenden a distinguir el timbre de la voz de su dueño y lo siguen en fila, aun
por calles transitadas por autos.
Observó cómo los pastores van de mañana
al redil donde están las ovejas mezcladas de varios pastores. Uno por uno, los
pastores se ubican en el portón del redil y comienzan a cantar y silbar. Todas
las ovejas suyas se levantan de entre las otras y comienzan a seguirle, dejando
a todas las demás en su lugar y esperando su turno.
La llama por nombre indica un valor
especial e individual que el buen pastor asigna a cada oveja. En una alegoría,
como en una parábola, erramos si procuramos asignar un significado a cada
detalle.
Por
ejemplo:
¿qué representa el redil, el portero y el pastor? El redil no puede representar
la iglesia local, ni el reino de Dios, pues en el cuadro las ovejas salen
afuera.
Plummer opina que en
esta alegoría la “puerta” a veces representa a Cristo, pero
luego a las oportunidades de servicio. El “pastor” representa a Cristo y/o sus fieles
seguidores. No hay una interpretación satisfactoria para la figura del portero,
a menos que sea el Espíritu Santo.
Este
cuadro (v. 4)
que describe la manera de conducir las ovejas difiere grandemente de la
costumbre en la mayoría de los países hoy en día. En vez de ir por delante de
las ovejas, abriendo camino y enfrentando cualquier peligro, los dueños o
pastores van detrás muchas veces a caballo, o con perros que asustan y aun
muerden las piernas para obligarlas a moverse en cierta dirección.
El verbo saca fuera, literalmente “echa fuera”,
es el mismo que se emplea para describir la medida que los judíos aplicaron al
hombre ciego (ver 9:34 s.). Quizá se refiere a la fuerza que el pastor tiene
que usar con algunas ovejas rebeldes, siempre para el bien de ellas.
Pensamiento
Teológico:
- Plummer dice que los falsos pastores las echan
afuera para deshacerse de ellas, pero el buen pastor las lleva afuera para
alimentarlas. El buen pastor quiere sacarlas del “redil rígido” de la ley e introducirlas en la pastura libre del
evangelio.
- Hovey comenta que el ciego sanado luego
reconoció la voz de Jesús como la de su pastor y “le siguió”, pero se negó a atender la voz de los fariseos. La
expresión las suyas o “las suyas
propias”, traduce un pronombre posesivo enfático que indica que las ovejas
son su propiedad y que gozan de una relación íntima con el pastor.
- Beasley Murray opina que el uso repetido de
este término en los vv. 3 y 4 implican que habrá otras ovejas que no son las suyas
y que no salen tras el pastor. Conocen su voz es una expresión que no sólo
habla de la habilidad de distinguir un sonido, sino de confianza en la
orientación sabia de su dueño, sabiendo que las quiere y las guiará a lugares
de buen pasto y agua. Hay una anormalidad inexplicable en el texto gr. en que
el sujeto “las ovejas”, siendo de
género neutro, correctamente rige verbos en la persona singular. Sin embargo,
en este pasaje hay excepciones en que el mismo sujeto rige verbos en la persona
plural: por ejemplo, el verbo griego
traducido siguen está en singular, pero conocen está en plural.
La
descripción de la conducta de las ovejas es fiel a la experiencia común. Los términos
extraño y extraños (v. 5) traducen el mismo sustantivo gr. y se refieren a
cualquier desconocido, o extranjero, no necesariamente al “ladrón y asaltante”. El léxico griego indica que este término es
el opuesto al pronombre traducido “suyas
propias” (ver vv. 3 y 4). El término jamás traduce un doble negativo
griego, expresando una fuerte negación. Se cuenta que en una ocasión un hombre
se vistió de la ropa de un pastor para determinar si sus ovejas le seguirían,
pero cuando quiso imitar el llamado del pastor, las ovejas levantaron la cabeza
y corrieron, no hacia él, sino en la dirección opuesta. En esta manera se
comprobó que las ovejas siguen más bien por el timbre de la voz y no por la
vista, pues la vista puede engañar.
Parece que ellos no entendieron cómo
esta figura se relacionaba con el episodio del hombre ciego que fue curado. El
término traducido figura (paroimia* G3942),
literalmente “algo al costado del
camino”, significa o “algo trivial,
de poco valor o un dicho fuera de lo común”. Así se refiere a la alegoría o
similitud del pastor y sus ovejas. Es de notar que los Sinópticos nunca usan
este término, pero usan frecuentemente “parábola”,
que es la transliteración del griego. Por otro lado, Juan nunca usa el término “parábola”. Plummer observa que, en la LXX, ambos términos se usan para
traducir el término heb. mashal.
*G3942
παροιμία = paroimía: de un compuesto
de G3844 y tal vez un derivado de G3633: aparentemente
estado aledaño de suposición, i.e. (concretamente) adagio; específicamente
ilustración enigmática o ficticia:- alegoría, proverbio. (Strong).
paroimia =
(παροιμία,
G3942) denota un dicho a pie de camino (de paroimos = por el camino), refrán, máxima, o enigma (2
P.2:22). Se puede considerar como una parábola o alegoría, y se traduce «alegoría» en todos los casos en que
aparece en la rvr, excepto en 2 P.2:22, donde se traduce «proverbio». Además de en este pasaje, se halla en Juan 10:6; Juan 16:25
(dos veces), 29. Véase PROVERBIOS. (VINE).
II. La Aplicación a
Jesús: 10:7-18:
En esta sección, Jesús se identifica en
la alegoría como “la puerta” y “el buen pastor”. Ambas figuras
tienen que ver con la salvación: “la puerta” da acceso a la seguridad espiritual
de la salvación y “el buen pastor”:
- conduce,
- alimenta, y
- utiliza las
ovejas para su propósito.
Como el buen pastor, Jesús se compara
con los falsos pastores en que ellos roban y matan a las ovejas, mientras que
él voluntariamente expone su vida a la muerte por ellas.
Dado que los oyentes no habían entendido
el significado de las figuras que Jesús estaba utilizando, les habló de nuevo,
es decir, aclaró y amplió lo que ya había dicho. Emplea otra vez la doble
exclamación gr. amén, amén, con la cual llama la atención a la importancia de
lo que va a decir.
También, emplea otra vez el yo soy (ego[1] G1473
eimi[2] G1510) y el predicado la
puerta de las ovejas. La metáfora “puerta” se usa en varios pasajes del NT., (ver
Lc.13:24; Hech.14:27; 1 Cor.16:9). Al decir enfáticamente yo soy, implica que
no hay otra puerta. Aprovechando la descripción que había hecho de la costumbre
de los pastores, Jesús revela la naturaleza de su misión.
La puerta de las ovejas es la puerta de acceso “para” las ovejas.
Vincent, basado en este
versículo, dice que no es “la puerta del corral”, sino “de las ovejas”;
el pensamiento se relaciona con la vida y no simplemente con la organización.
La figura o metáfora de la puerta sirve para revelar la identidad y la misión
de Jesús, la única provisión de Dios para admitir a los hombres en la seguridad
de su salvación (ver 14:6).
El
v. 8 presenta un serio problema de interpretación. Muchos
traductores han buscado la manera para suavizar el impacto de Todos los que
vinieron antes de mí, pero no hay una salida convincente. Algunos mss. De menor
valor omiten antes de mí, pero el verbo en el tiempo aoristo, traducido
vinieron, igual apunta a un tiempo antes de él. Por otro lado, seguramente el
término
Todos
no se refiere a Abraham, Moisés, Isaías, etc. Considerando el contexto y el
conflicto que Jesús había tenido con los líderes religiosos, y especialmente
los fariseos, es más que probable que se refiere a ellos. La RVA., traduce un
verbo en el tiempo presente, “son”,
como si fuera imperfecto, eran, para corresponder al verbo aoristo vinieron.
Sin embargo, la mayoría de las traducciones y comentaristas lo traduce “son”.
Esta traducción (“son”), más fiel al texto gr., corrobora la referencia a los
opositores contemporáneos de Jesús, los cuales estaban viviendo y realizando su
obra precisamente en ese tiempo. Los líderes religiosos eran como los falsos
profetas del AT., quienes tenían interés solo en lograr su propia ventaja y
defender sus privilegios, olvidándose de las necesidades del pueblo (ver
Mr.12:40; Lc.16:14). Las ovejas les oyeron el sonido de sus voces, pero no les
oyeron para obedecerles (el significado del verbo cuando rige el caso
genitivo). Así, los verdaderos creyentes perciben que la voz de tales maestros
es extraña y no les siguen.
Se
repite (v. 9)
la afirmación enfática Yo soy la puerta, implicando que no hay otra
entrada en absoluto. Pedro tendría este concepto en mente cuando dijo: “Señor, ¿a quién
iremos? Tú tienes palabras de vida eterna” (Lc.6:68; ver Salmo 118:20).
Se discute si este versículo se refiere a las ovejas o a los pastores.
Hovey, citando la
referencia del versículo anterior y el pronombre singular alguien, opina que se
refiere a los pastores. Además, hallará pastos es la tarea de los pastores y no
de las ovejas.
Sin embargo, Hull, Morris y casi todos los comentaristas opinan que se refiere a
las ovejas o a ambos grupos. Entra por mí es enfático en el texto griego, con
el cual se inicia la frase: “Por mí si alguien…”. Será salvo es un verbo
empleado más frecuentemente en los Sinópticos que en Juan (ver Mateo,
15 veces; Marcos, 15 veces; Lucas, 17 veces), pero es evidente que en este
Evangelio se refiere a la salvación espiritual para la cual Jesús vino (ver
3:17; 5:34; 11:12; 12:27, 47). No es necesario encontrar un significado especial
para entrará, saldrá y…, más allá de indicar libre acceso.
Knox lo traduce así: “él vendrá y
saldrá a voluntad”. Otra vez conviene recordar que el intentar dar
significado a cada detalle de una alegoría lleva a interpretaciones
incoherentes.
Otra
vez Jesús pone (v. 10) en el contraste más agudo la misión de los
opositores con la suya (ver vv. 1 y 8): la de ellos es la destrucción y muerte,
la de él es vida abundante.
Nótese: el contraste enfático entre El ladrón… y Yo…, pero sin una conjunción adversativa. Las tres acciones de los
enemigos tienen la meta de ganancia para ellos que resulta en total pérdida
para las ovejas.
El verbo matar, significa
“sacrificar”. En
cambio, la misión de Jesús es la de proveer vida y ganancia para las ovejas que
resultaría en la “total pérdida” de
sí mismo, o sea su muerte. En abundancia traduce un adjetivo comparativo, usado
como adverbio, que significa “lo que
excede por mucho lo necesario” o “en
grado extraordinario”.
Plummer lo resume así: Jesús da la vida, en vez
de robarla. Este versículo sirve de transición entre la metáfora de “la puerta” (vv.
1-9) y la de “buen
pastor” (vv. 10-18) que se inicia
en el versículo siguiente.
El enfático Yo soy
excluye a todos los demás que pretenden ese título, por lo menos en el
sentido absoluto. El adjetivo atributivo buen describe una cualidad del sujeto
que modifica. El término tiene varios aspectos que incluyen: “hermoso, noble, agradable, útil y
bondadoso” en contraste con “corrupto, malo, inútil e inicuo”.
Borchert sugiere que en
este contexto el término implica “auténtico
o genuino” y se aproxima al significado de “verdadero”. La descripción incluye todas las cualidades del pastor
ideal que tienen que ver con el interés y beneficio de las ovejas: amor,
cuidado, protección, cariño, coraje y disposición de poner su vida por las
ovejas. Esta es la evidencia suprema de que es el buen pastor, en
contraste con los falsos pastores. La expresión pone su vida es particular a
Juan, pero este autor la emplea varias veces (ver 10:11, 15, 17; 13:37, 38;
15:13; 1 Jn.3:16).
La preposición traducida por (juper* G5228) significa literalmente “en lugar de” (ver 6:51). Basada en el
significado de esta preposición se construye la doctrina de la muerte
sustitutiva de Jesús, es decir, que Jesús tomó nuestro lugar en la cruz.
Morris comenta que la
muerte del pastor en Palestina representaba desastre para sus ovejas, pero la
muerte del buen pastor significaba vida para sus ovejas.
Etimología:
*G5228
ὑπέρ = jupér: preposición primario;
sobre, i.e. (con el genitivo) de lugar, encima, más allá, a través, o causal,
por causa de, en lugar de, respecto a; con el acusativo superior a, más que:- por amor a, a
favor, con gran insistencia, en lugar de, sobrepasar. [En
composición retiene muchas de las aplicaciones indicadas]. (Strong).
Jesús
presenta otro contraste, v. 12, entre él y los líderes
religiosos de su día, los cuales son “asalariados”, no dueños, y se describen como más interesados en
protegerse que en exponerse para defender las ovejas de las fieras. El término
asalariado se encuentra en el NT., sólo aquí y en Mr.1:20 (traducido como
jornaleros). Ellos “cuidan” las
ovejas, no por el bien de éstas, sino por el sueldo que reciben. ¡Son auténticos mercenarios! Su
prioridad es cuidarse a sí mismos antes de cuidar a las ovejas. Por esto, y
porque las ovejas no son suyas propias, no están dispuestos a exponerse al
peligro cuando aparece. En un sentido son peores que los ladrones, pues
defraudan la confianza puesta en ellos por el dueño.
La
Mishna[3] establece la
responsabilidad legal de los pastores a sueldo; si ataca un lobo, ellos deben
defender a las ovejas, pero si dos o más atacan no son responsables por la
defensa. La figura del lobo se referiría a toda persona o poder que intenta
frenar o destruir el reino de Dios.
El
v. 13 establece explícitamente lo que es implícito en el versículo anterior. Presenta dos
razones por las cuales el siervo abandona las ovejas cuando aparece el lobo:
siendo un siervo a sueldo, y no el dueño, no tiene interés o compasión por las
ovejas indefensas.
Como Jesús repitió “Yo soy la puerta…”, por segunda vez afirma ser el buen pastor, pero
agrega otra dimensión de su título además de ser bueno: el conocimiento mutuo con las ovejas. El
buen pastor se interesa por el bienestar individual de las ovejas, las
considera mías, en contraste con “el asalariado”, y
las conoce individualmente y por nombre (v. 3). Dándose cuenta de este trato
cariñoso, las ovejas responden, aprendiendo a reconocer la voz de su pastor (v.
4).
La
RVA coloca un punto al fin del v. 14, lo cual establece una ruptura en el
flujo del pensamiento del versículo anterior, dejándolo como una idea
independiente. Parece más lógico colocar un punto y coma en lugar del punto y
considerar este versículo como una descripción del conocimiento mutuo entre el
buen pastor y las ovejas; es decir, es como el conocimiento mutuo, íntimo y
personal entre el Padre e Hijo. Es una ilustración, pero lógicamente no
significa el mismo grado o la misma naturaleza de relación (ver 14:20; 15:10;
17:8, 10, 21). Repite el concepto de poner su vida por las ovejas, pero en el
v. 11 se expresa en tercera persona, mientras que aquí en primera persona
singular. Aquí describe la obediencia desinteresada de parte del Hijo en su
relación con el Padre.
Morris sugiere que
quizás Jesús expresa la parte final del versículo al pensar en el amor que
existía antes entre él y el Padre.
Hemos mencionado el marcado concepto
universal que se encuentra en este Evangelio al usar frecuentemente “mundo” (ver 1:29; 3:16, 17, 19; 4:42,
etc.). La expresión otras ovejas que no son de este redil (v. 16) recalca aún
más el concepto universal. La interpretación más natural es que redil se
refiere al judaísmo y otras ovejas a los gentiles, no a los judíos en
territorios gentiles como algunos sugieren. Hovey opina que con esta expresión
Jesús responde a la pregunta desdeñosa Deut.7:35 donde los enemigos especulan
que él iba a la dispersión para enseñar a los griegos. Al decir tengo otras
ovejas…, Jesús anticipaba la
conversión de los gentiles y los consideraba ya parte de su rebaño.
Me es necesario traer emplea el verbo
impersonal dei[4] G1163
que expresa un deber moral y el verbo traer significa más bien “guiar o conducir”. No los traería
obligados, sino los conduciría suavemente por el Espíritu Santo. Tampoco lo
haría personalmente, excepto a medida que él habitaría en la vida de sus
mensajeros en generaciones venideras. En la misma manera que las ovejas oyen y
reconocen la voz del buen pastor, y que los verdaderos creyentes oyeron y
obedecieron la voz del buen pastor, así en generaciones siguientes los
verdaderos creyentes oirían y obedecerían las palabras de Jesús pronunciadas
por sus siervos.
El resultado de este proceso es que así
habrá un solo rebaño y un solo pastor. El verbo habrá es más bien “llegará a haber”, indicando un
proceso. Varias versiones antiguas emplean el término “redil” en vez de rebaño,
creando confusión y llevando a una interpretación errónea. Las traducciones
pierden el juego en las palabras griegas:
mia[5] G3391
poimne[6] G4167,
eis[7] G1520
poimen[8] G4166.
Nótese: que hay una coma, no una
conjunción, entre un rebaño, un pastor.
Este pasaje refleja la visión profética
del AT., de que la bendición del Mesías se desbordaría de la nación judía,
alcanzando a las naciones gentiles (ver Gn.12:1-3; Is.52:15; Miq.4:2).
En los Sinópticos esta visión se
amplía y se afirma (ver Mt.8:11; 13:24-30; 28:19; Lc.13:29). Plummer comenta que el reclamo de los
judíos de ser la primera nación para recibir el evangelio se afirma, pero su
reclamo de exclusividad se niega.
El
texto del v. 17
dice literalmente “por esta causa me ama…”. La pregunta natural
que surge de este versículo es si el amor del Padre para con el Hijo depende de
su muerte en la cruz.
Beasley
Murray
contesta diciendo: “Este evento no se
representa naturalmente como el origen de ese amor sino como su manifestación
suprema”. Ciertamente el Padre ama al Hijo por ser su único, de su misma
naturaleza, y por la coexistencia eterna de los dos.
Borchert evita el
problema con esta traducción: “Porque el Padre me ama, esa es la razón que pongo mi
vida”. Notamos aquí la estrecha relación entre la muerte y la
resurrección del Hijo para la salvación del mundo, la una no siendo completa
sin la otra. él pone su vida con el fin, o propósito (jina* G2443), de volverla a tomar. La
expresión pongo mi vida se repite tres veces (vv. 11, 15, 17), enfatizando el
hecho de que fue por su propia voluntad, en perfecta armonía con la del Padre.
*G2443
ἵνα = jína: probablemente de lo
mismo que la primera parte de G1438 (mediante la idea demostrativa;
Compare G3588); a fin de que (denotando el propósito o el
resultado):- a
fin de, para que, por, porque. Compare G3363.
ἵνα
μή = jína mé . Véase G3363. (Strong).
Morris cita a Strachan y Hoskyns quienes afirman que en el NT., Jesús nunca se representa
como levantándose de la muerte por su propio poder, sino que es el Padre quien
lo levanta, excepto aquí y en 2:19. Sin embargo, hay otros pasajes que indican,
o más bien implican, que Jesús mismo se levanta (ver Mr.8:31; Lc.24:7;
Hech.10:41; 17:3; 1 Ts.4:14). Jesús contempla su muerte y resurrección como un
hecho ya realizado, o en el proceso de realizarse.
Véase Parte III:
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