jueves, 13 de octubre de 2016

Parte V: EL OTRO INTERCAMBIO OSCURO: (Romanos 1:26-28)

Parte V:
EL OTRO INTERCAMBIO OSCURO:
(Romanos 1:26-28)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza,… y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío… Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen”.
(Romanos 1:26-28)


Capítulo V
Las Cuatro Etapas De La Sanidad:
La Dra. Elizabeth Moberly, en su libro "Homosexualidad: Una Nueva Ética Cristiana" (en inglés), define la condición homosexual como "una carencia en la habilidad de un niño/a para relacionarse con el padre/madre del mismo sexo, en general, [junto con] el correspondiente impulso a compensar dicha carencia -- a través de relaciones con el mismo sexo o relaciones 'homosexuales' ". La persona homosexual busca llenar la legítima necesidad de amor, a través de medios eróticos.
La necesidad de amor del mismo sexo es una necesidad normal, legítima de toda persona. Algunas personas logran llenarla de forma satisfactoria y viven vidas completamente normales. Otras, que intentan ignorar la necesidad de amor del mismo sexo, experimentan síntomas de interacciones heterosexuales quebrantadas o desesperadas. Para aquellos que experimentan impulsos homosexuales, la necesidad no puede ser ni ignorada ni aparentemente satisfecha.
Creemos que el amor hacia el mismo sexo forma parte del orden creado por Dios. La liberación de la homosexualidad no implica eliminar esta necesidad. El encontrar liberación involucra un proceso de satisfacer la necesidad de amor y mantener su estado saludable. Este proceso involucra cuatro etapas distintas: a) cambio de comportamiento, b) mayor auto-estima, c) profundización de relaciones con el mismo sexo, y d) el descubrimiento de relaciones heterosexuales o con el sexo complementario.

PRIMERA ETAPA:
El llamado a la obediencia.
El primer paso para cambiar cualquier aspecto de la vida involucra cambiar el comportamiento. Los cambios de comportamiento en sí mismos producen una nueva percepción de quien uno es. A lo largo de las Escrituras, encontramos constantemente mandamientos a obedecer -- sin importar qué es lo que podamos sentir en ese momento.
Génesis 4:6-7 nos da el ejemplo de Caín. El Señor le dice a Caín, "¿Por qué te enojas y pones tan mala cara? Si hicieras lo bueno, podrías levantar la cara; pero como no lo haces, el pecado está esperando el momento de dominarte. Sin embargo, tú puedes dominarlo a él". Esta conversación tuvo lugar antes de matar Caín a Abel.
Para la persona que está luchando con la homosexualidad, esto significa cortar rápida y completamente toda asociación con el estilo de vida homosexual -- incluyendo a personas y lugares, como amistades gay, bares gay, grupos pro-gay como la Iglesia Comunitaria Metropolitana, Evangélicos Preocupados e iglesias liberales que apoyan a la persona homosexualmente activa.
En esta primera etapa del proceso de transformación, Dios simplemente nos llama a obedecer. En Ezequiel 33, el profeta anuncia la Palabra de Dios: "¡Deja esa mala vida que llevas!... Y si condeno a morir a un malvado, y éste deja el pecado y actúa bien y con justicia... y cumple las leyes que dan la vida y deja de hacer lo malo, ciertamente vivirá y no morirá" (vs. 11, 14, 15). Cuando obedecemos, recibimos la bendición de Dios. El obedecer, absteniéndose de participar en actividades y situaciones sociales homosexuales, es el primer paso. Aunque estos primeros pasos pueden ser traumáticos, aun así la Palabra de Dios nos llama a obedecer.

SEGUNDA ETAPA:
Auto-estima basada en la gracia.
La segunda etapa del proceso de transformación involucra establecer auto-estima. Muchos clientes se sienten abrumados por la culpa de su pasado pecaminoso. Con frecuencia, la verdadera culpa ha sido amplificada por una culpa falsa o por creencias falsas sobre sí mismos. Sí, eres culpable del pecado, pero no, no eres imperdonable. Sí, te has comportado de una forma desagradable, pero todavía te mereces amor -- tanto el amor de Dios como el amor de tu comunidad cristiana.
Uno de los puntos de transición más significativos en mi vida ocurrió una tarde cuando Ren, un pastor que sabía que yo había caído sexualmente, de todas formas me expresó su amor: "¡Doug, lo que has hecho realmente me duele!". Quizá el mensaje no fue transmitido en esas palabras exactas, pero ciertamente las entendí así en nuestra relación. Él podía aceptarme así como era -- con todo y pecado. En esa situación, mi ánimo no se elevó, pero -- aún más importante -- dejó de hundirse más y más.
Esta segunda etapa establece la realidad de la gracia, el amor y el perdón de Dios. Es por el amor de Dios, expresado a través de su gracia y perdón, que aquellos de nosotros que luchamos con la homosexualidad tenemos un valor intrínseco. Para aquellos criados en un hogar cristiano y en una iglesia tradicional cristiana, es un momento para ver a la teología transformada en una realidad viviente, personal.
Otro aspecto de esta etapa consiste en aceptarse a sí mismo así como es, incluyendo esas cosas del cuerpo que básicamente no se pueden cambiar, como la forma del rostro, el color del pelo, el tamaño del busto. Hay algunas cosas que sí pueden cambiar, como el peso, pero sigue siendo importante partir de la premisa que uno es digno de cariño.
Si has sido abusado o abusada sexualmente, implica darte cuenta de que no eres un "bien estropeado" debido a este acontecimiento. Como una guía a la sanidad interior, animamos la lectura de Salmo 139:14 y el estudio de las Escrituras, que nos enseñan quienes somos en Cristo.
Finalmente, debemos también abordar la milenaria pregunta: "¿Quién soy yo?". Ya hemos comenzado a contestarla al examinar quienes somos en Jesucristo. Aun así, es necesario continuar avanzando. ¿Quién soy yo como miembro de una sociedad? El tener un cuadro realista de mí mismo es de vital importancia.
En la universidad, con frecuencia permití que mis fracasos definieran quién era yo, sin permitir al mismo tiempo que mis éxitos influyeran en mí. Una nota de "D" en una monografía para un curso de filosofía antigua me decía que nunca podría escribir algo. Sin embargo, cuando mis profesores de psicología exclamaban, "¡Me gusta tu estilo para escribir!" y me daban un "A" en la monografía de ese curso, me negaba a creer que realmente pudiera escribir algo que valiera la pena.
Esta etapa involucra reforzar lo verdaderamente positivo de tu vida. Un número significativo de nuestros clientes están desempleados o subempleados al buscar consejería. Esta situación con frecuencia los aprisiona en la mentalidad de "soy un fracaso". El trabajar nuestra auto-estima en lo relacionado a nuestra ocupación, nuestras actividades sociales y las expectativas culturales constituye un elemento importante en el proceso de sanidad. El aprender a verte a ti mismo como te ve Dios y a aceptar los halagos de otros en tu círculo social te ayudará a librarte de comportamientos y pensamientos contraproducentes y degradantes.

TERCERA ETAPA:
Estableciendo amistades con el mismo sexo.
A lo largo de la tercera etapa del proceso de transformación, la persona que busca librarse de la homosexualidad debe establecer profundas relaciones interpersonales con otras personas de su propio género. Esta etapa es análoga a suplir las necesidades de personas hambrientas. La principal preocupación es proveerle a la persona del alimento vital que sostendrá su vida. Es necesario restaurar a la persona a una completa salud, aumentando lentamente la provisión de alimento. Al lograrse una completa salud, es importante mantener una constante provisión de alimento, a través de una dieta balanceada. Demasiado alimento puede causar obesidad; muy poco, puede causar inanición.
Para la persona que busca liberación de la homosexualidad, el alimento proviene de la formación de relaciones con el mismo sexo. La condición homosexual, como la describe Moberly, es esta falta o carencia en relaciones con el mismo sexo. No implica un fracaso en relaciones con el sexo opuesto.
El alimento se provee de dos maneras específicas. En primer lugar, es necesario sanar las heridas del pasado. Esto es, la persona debe llegar a perdonar a aquellas personas de su mismo género que lo han herido -- intencionalmente o no. La amargura y la ira deben resolverse primero. En segundo lugar, el individuo debe comenzar a experimentar la aceptación y el amor incondicionales de otras personas de su mismo género. Esto puede hacerse estableciéndose amistades con personas del mismo sexo.
Al ocurrir la sanidad inicial y alcanzar la persona una sanidad completa, es importante que continúe alimentando sus necesidades de amor del mismo sexo. Al ir satisfaciéndose, no necesitará buscar realización a través de la relación homoerótica.

CUARTA ETAPA:
Aceptando la heterosexualidad.
La cuarta etapa del proceso de transformación implica crecer y acercarse hacia la aceptación de e incorporación al sexo opuesto o complementario. Esto sólo puede ocurrir cuando se ha satisfecho y continúa satisfaciéndose la necesidad de amor del mismo sexo. Sólo cuando uno se ha aceptado e identificado como miembro de su propio género podrá comenzar a desarrollarse una atracción hacia algo que es distinto de sí mismo.
Es importante darse cuenta que el desarrollo de la heterosexualidad es un resultado del proceso de cambio. El salir con alguien, casarse y tener hijos no son prueba de la transformación, ni son una cura para la homosexualidad.
¿Cuál es, entonces, la realidad ex-gay? Sencillamente, es un proceso de crecimiento que involucra obediencia, enriqueciéndose en la relación con Dios, construyendo y manteniendo amistades con el mismo sexo y, finalmente, caminando hacia la relación heterosexual o con el sexo complementario. Al atravesar por el proceso, uno se da cuenta de que nunca estará libre del poder de la tentación (Lucas 17:1), aun cuando el tipo, la fuerza y la intensidad de las tentaciones homosexuales pueden variar dramáticamente.
Puede también haber fracasos, cediéndole a un evidente comportamiento homosexual o incluso a una relación. Esto es también parte de la realidad ex-gay. Esto no es señal de una derrota total, sino más bien una oportunidad para construir o reconstruir la base para aceptar el perdón y la aceptación incondicional de Dios al presentarnos valerosamente ante El en esas ocasiones cuando parecería que hemos sido derrotados (Salmos 103; Miqueas 7:18-20).











Capítulo VI
Máscaras De Espiritualidad:
"Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día. Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; se volvió mi verdor en sequedades de verano".

Salmo 32:3, 4:
En algún momento, Derrick parecía tenerlo todo. Pero esa fase de su vida se había esfumado. Ahora se encontraba en medio de una severa depresión. "No sé qué es lo que pasa conmigo", me dijo en una sesión de consejería. "¡Parece como si me fuera a partir en pedazos!". Aunque no había practicado la homosexualidad, Derrick tenía un gran interés en el estilo de vida homosexual. Se encontraba a una corta distancia de sus límites, como una mariposa volando alrededor de la flama.
Periódicamente visitaba una librería para adultos y veía películas de actividades homosexuales. "Pero realmente no soy gay", me dijo: "Solo tengo un poco de curiosidad, como cualquier otro individuo heterosexual".
Derrick siempre había sido positivo con respecto a sí mismo y su vida. "Voy muy bien", era su habitual respuesta cuando alguien le preguntaba cómo estaba.
Pero ahora no se encontraba muy bien que digamos. Su engreimiento con el estilo de vida homosexual estaba arrastrándolo cada vez con mayor fuerza. Estaba muy temeroso de que fuera a cruzar la línea divisoria entre ser un observador a ser un participante. Su seguridad en sí mismo se había terminado; su confianza en su fuerza de voluntad ya no existía más.
Cuando le pregunté sobre su relación con el Señor, Derrick dijo que había conocido a Jesús desde que tenía ocho años. Insistió en que ellos siempre habían tenido una "relación íntima".
"¿Derrick, qué significa 'intima' para ti?". Le pregunté. Se percibió ligeramente incomodado con la desafiante pregunta.
"Mira”, me dijo con orgullo, "guardo todos los mandamientos ¿sí? Voy a la iglesia cada domingo, doy anuncios y a veces comparto con algún amigo inconverso lo que Jesús ha hecho por mí. Ahora ¿qué más íntima puede ser esta relación?".
Me vino a la mente la historia del joven rico gobernante de Lucas 18. Él había dicho algo muy parecido a lo que ahora estaba escuchando. "Todas estas cosas he guardado desde mi juventud".
Dice la Biblia que "Jesús oyendo esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme". (Lucas 18:22).
El cuadro de la vida de Derrick llegó a estar mucho más claro mientras continuamos hablando. Al tiempo que me contaba sobre los años de su juventud y sus éxitos en los negocios, me pude dar cuenta de lo orgulloso que se encontraba por sus logros. Tenía todos los bienes materiales que lo identificaban como un hombre sumamente exitoso. Sí, pensé, este hombre es bien dedicado. ¿Pero para qué? La conclusión era obvia. Derrick era dedicado para sí mismo.
Para algunas personas, Dios está en control de sus vidas, como un co-piloto activando sus conductas y ambiciones, ayudándolos en cada decisión. Pero para otros, Dios tiene tanto control como un pasajero sentado en la fila 57 de un enorme avión.

Para Derrick, la oración era algo que se oye decir al pastor en la iglesia. El estudio bíblico era oír la lectura de la Palabra en los servicios dominicales. El único deber de Derrick era dar anuncios, lo cual le proveía de cierta camaradería y le daba la oportunidad de jactarse sobre los éxitos de la semana recién concluida.
¿Es tu caminar con Jesús sólo una máscara superficial? ¿O es tu fe un reflejo de los más profundos valores en tu vida?

Mientras teníamos la sesión de consejería, yo oraba en silencio: "Dios, ¿por dónde empiezo? Este hombre ni siquiera te conoce". Me di cuenta que tenía que empezar con las bases del cristianismo, explicándole el principio de nacer de nuevo.
"Derrick", le dije con cierto temor, "tu fe no ha sido lo suficientemente fuerte como para superar los momentos de dificultad. Tienes razón; deberías de desconfiar de ti mismo. La fuerza de voluntad por sí misma no es suficiente --porque finalmente te fallará".
Mientras continuamos hablando, Derrick comenzó a inquietarse y a sentirse incómodo. No le gustaba lo que estaba oyendo. La gota final fue cuando le aconsejé que comenzará cada día alabando a Dios: "Dale permiso a Dios para que controle tu vida cada día".

El rostro de Derrick se oscureció. ¿Rendiría cada cosa en su vida y le permitiría a Dios que remodelara su vida? ¿Qué sucedería con sus juguetes --los carros deportivos, la lancha, el vehículo de recreo, su segunda casa? ¿Le permitiría Dios conservar todas estas cosas, o --como el joven rico-- se le pediría que vendiera todas estas cosas y que comenzara a ayudar a otros?

El don del libre albedrío. Siendo un poco más atrevido, le dije: "Derrick, Dios te ha dado libre albedrío. Puedes conservar todos tus bienes materiales, incluso continuar juntando más. Pero estarás haciendo esto sin Dios, confiando totalmente en tu propia fortaleza y fuerza de voluntad. ¿Es eso lo que quieres?".

Su respuesta fue evasiva. "La única razón por la que vine hoy fue para encontrar una forma de deshacerme del temor de ser arrastrado por la homosexualidad. Ahora, si tú no puedes ayudarme a superar ese temor, quizás sería mejor buscar ayuda profesional".
Cuando la comodidad se confrontó con la fe, Derrick eligió la comodidad. Su cristianismo era una protección para el futuro, como tener un seguro contra incendios. Él "pagó sus cuentas" asistiendo al servicio del domingo por la mañana. ¿Estaba Dios realmente pidiendo más que eso? No, concluyó él. Él se veía a sí mismo como un buen cristiano, un hombre espiritual. No estaba abierto para que su cristianismo fuera desafiado.

La situación de Derrick me recordó los primeros versículos de 2 Timoteo 3: "Pero entiende esto, que en los últimos días habrá tiempos peligrosos de grande presión y problema --difíciles de tratar y de soportar. Porque habrá gente amadora de sí misma y totalmente egocéntricos, amadores del dinero y despertados por un inmoderado y ávido deseo de riqueza, orgullosos y arrogantes y jactanciosos despectivos… sin afecto natural… amadores de los placeres sensuales y que se entretendrán con vanidades más que, y en lugar de, amar a Dios" (Amplificada). Presión. Vivimos en tiempos de presión. Mientras la inflación continúa creciendo y necesitamos hacer los ajustes necesarios para la seguridad de nuestra casa y de nuestra vida, estos tiempos difíciles hacen totalmente necesario que incrementemos nuestra fe y servicio a Dios.
Los tiempos de salir a navegar se acabaron para la mayoría de nosotros; nuestra fe está siendo probada día con día. Una máscara superficial de espiritualidad se desmenuzará bajo las presiones de hoy en día. A menos que el Señor sea la fortaleza y el poder que se encuentra detrás de nuestras acciones, tendremos mucho que temer y seremos sobrecogidos por la ansiedad.
El fuego del refinador ha sido avivado. Pero hay una bendición oculta: nos fuerza a considerar seriamente nuestras vidas. Frecuentemente, venimos vacíos, sin los recursos para mantener las normas que hemos establecido para nosotros mismos.

Una nueva dependencia en Jesús nos traerá una gran sorpresa: la vida es mejor cuando caminamos con el Salvador a nuestro lado. Nuestros ojos se abren y vemos la futilidad que nos rodea. Encontramos un nuevo gozo al amar a Jesús. Nuestra espiritualidad externa ya no es más una máscara, sino una reflexión de las más profundas prioridades en nuestra vida.


Capítulo VII
¿Qué Es La Homosexualidad?
Cuando tratamos de ayudar a una persona a superar su homosexualidad, encontramos que muchas de ellas están confundidas sobre lo que verdaderamente es la homosexualidad. Muchas veces la persona se identifica erróneamente como "homosexual" creando así un obstáculo más en su esfuerzo de aceptar su nueva identidad en Cristo. Hay otros que no desean aceptar su problema homosexual y rehúyen confrontar la realidad. Esto sucede a menudo con los padres de familia o parientes que no desean aceptar la homosexualidad de un ser amado. Para mayor comprensión de este problema, hemos preparado esta reseña, explicando nuestra opinión sobre qué es la homosexualidad verdaderamente.
Hasta ahora, ni la comunidad científica ni los grupos religiosos, ni los homosexuales han llegado a un acuerdo sobre la definición de homosexualidad. Sin embargo, Lauwrence J. Hatterer, autor de "Cambiando la Homosexualidad Masculina" dio esta definición: "Aquel que en su vida adulta está motivado por una atracción definida, preferencial, erótica hacia miembros de su mismo sexo, y quien, usualmente pero no necesariamente, tiene relaciones con éste". Esta es una definición adecuada para trabajar con ella, pero una explicación completa de la condición de la homosexualidad es más profunda.

¿Nacer Homosexual?
La mayoría de las personas homosexuales creen que ellas "nacieron" homosexuales. A menudo esta creencia brinda alivio y retira la responsabilidad para el cambio. Sin embargo, no existe sólida evidencia científica que una persona nace homosexual. La gran mayoría de las personas homosexuales son completamente normales genéticamente: son hombres y mujeres completos en este sentido.

Conducta Aprendida:
Nosotros creemos que la homosexualidad es una conducta aprendida que fue influenciada por una serie de hechos: una ruptura en la vida familiar en la niñez, una falta de amor incondicional de parte de alguno de los progenitores, falta de identificación con el progenitor del mismo sexo. Más tarde estos problemas pueden resultar en una búsqueda de amor y aceptación, envidia del mismo sexo o del sexo opuesto, una vida controlada por diferentes temores y sentimientos de aislamiento. Parece que una cosa está clara: la homosexualidad es causada por una multitud de raíces. Sería simplista pensar en una sólo causa: temor al sexo opuesto, incesto o abuso sexual, madres dominantes y padres débiles y opresión demoníaca. Todo esto puede jugar parte en la causa de la homosexualidad, pero sólo uno de estos factores externos en la vida de una persona, sus propias decisiones juegan un papel importante en formar su identidad homosexual, aunque son pocos los que desean admitirlo.

¿Qué Dice la Biblia?
La Biblia claramente dice en cinco diferentes lugares que la homosexualidad es pecado: Levíticos 18:22; 20:13; Romanos 1:26-27; 1 Corintios 6:9-10 y I Timoteo 1:9-10. A pesar que la posición de las Escrituras sobre la conducta homosexual es muy clara, algunas personas se preguntan: "¿también dice la Biblia que los sentimientos homosexuales son incorrectos?". Después de una larga exposición sobre la homosexualidad, Romanos 1 termina con este versículo: "Que habiendo comprendido el juicio de Dios, que los que hacen tales cosas son dignos de muerte, no sólo lo hacen, más aún, consienten a los que las hacen". Es evidente aquí que aun el aprobar el estilo de vida homosexual es pecado. Colosenses 3:5 dice: "Amortiguad, pues vuestros miembros que están sobre la tierra; fornicación, inmundicia, malicia, mala concupiscencia y avaricia, que es idolatría". De acuerdo a la Palabra de Dios, la lujuria sexual y la fantasía homosexual y heterosexual son pecados.
Por el contrario, 1 Corintios 10:13 nos asegura que la tentación no es pecado: "No os ha tomado tentación, sino humana; más fiel es Dios que no os dejará ser tentados más de lo que podéis llevar; antes dará también juntamente con la tentación la salida para que podáis aguantar". Existe una diferencia entre sentirse atraído hacia los actos homosexuales o fantasía, y escoger rendirse ante esa atracción. Esta es la diferencia entre la tentación y el pecado. No podemos controlar por completo lo que nos sirve de tentación, pero sí está en nuestro poder decidir seguir esta tentación. Este poder de decisión se fortalece por el Espíritu Santo quien vive en nosotros.

LOS CUATRO ASPECTOS DE LA HOMOSEXUALIDAD:
El problema de la homosexualidad es mucho más que un simple acto sexual. Aquellos que han sido atrapados en ese pecado, han ingresado en el ambiente homosexual en algún grado. Para comprender mejor las circunstancias de la persona que busca ayuda, hemos dividido la homosexualidad en cuatro aspectos diferentes: conducta, respuesta psíquica, identidad y ambiente homosexual.

1)      Conducta.
A menudo asumimos que todas las personas homosexuales tienen encuentros homosexuales, pero este no siempre es el caso. Asumimos también incorrectamente que todo aquel que practica actos homosexuales es homosexual. Pero la verdad es que estos actos no son un indicio verdadero de que una persona sea o no homosexual. Existe un número inmenso de hombres heterosexuales que tienen encuentros homosexuales por varias causas, como por ejemplo estar en la prisión o en otro lugar donde no es posible el sexo heterosexual. Tampoco creemos que un muchacho que ha tenido encuentros homosexuales a temprana edad, sea un homosexual, a menos que estos encuentros llenen una necesidad que no es satisfecha de otra manera, como la necesidad de amor, aceptación, seguridad y significado. En este caso, estos encuentros representan un "intercambio" por las necesidades no-sexuales que se obtienen a través de ellos.
Es posible que estos encuentros sean sinónimos de satisfacer estas necesidades. Esto puede llevar a una orientación homosexual. Sin embargo, las estadísticas dan a conocer que la mayoría de muchachos que experimentan actos homosexuales los dejan atrás, y maduran hacia una vida heterosexual normal. Por el contrario, muchas personas homosexuales nunca tienen encuentros homosexuales; debido al miedo o a una fuerte convicción religiosa, estas personas refrenan una conducta homosexual, pero llevan una intensa lucha con la homosexualidad.

2)      Respuesta Psíquica:
Una breve definición de este término es: "excitación sexual (estímulo) causada por percepción visual o especulación de fantasía". La respuesta psíquica es lo que la gente llama también "orientación homosexual". A pesar que muchas personas dicen que han experimentado atracción visual o sexual por el mismo sexo "desde que tienen uso de razón", existe un patrón progresivo en la vida de una persona que conduce a una respuesta psíquica homosexual. El niño puede comenzar con la necesidad de compararse con otros para ver si satisface los valores impuestos por la sociedad. Cuando ve que él no se compara favorablemente con los demás, siente admiración por esas cualidades y características físicas que envidia, lo que le lleva al deseo de poseer a otros y finalmente al deseo de consumir a otros.
Este deseo se erotiza en algún momento, resultando eventualmente así en lo que se considera como la respuesta psíquica. Esta respuesta psíquica a tomar la vida de otra persona se inicia con un poco de imaginación. Se imaginan situaciones sexuales. Cuando el primer encuentro sexual sucede, puede ser el resultado de varios años de planeamiento y fantasía. No obstante, la conducta homosexual puede preceder a la respuesta psíquica, resultante de una respuesta condicionada hacia encuentros placenteros y satisfactorios con el mismo sexo.

3)      Identidad:
Algunas personas entran en la homosexualidad por la "identidad". Estas personas puede que no hayan experimentado atracción sexual por el mismo sexo, o no hayan tenido ningún encuentro homosexual. Sin embargo, desde temprana edad se han sentido "diferentes" de los demás. Se sienten anormales, como si no ocuparan un lugar en el mundo heterosexual. Ellos razonan de esta forma: "si no soy heterosexual, entonces debe ser que soy homosexual". Claro que esta es una mala interpretación. Una vida cohibida por la timidez, miedo del sexo opuesto, falta de habilidad en los deportes y en lo social, no debe aceptar la identidad de "homosexual". Sin embargo, la gente crece dentro de identidades. Una vez que se acepta a una identidad se comienzan a desarrollar en la vida de la persona, las características que esa identidad implica. Es por esta razón que es de mucha importancia lo que creemos de nosotros mismos.

4)      Ambiente:
Una persona homosexual puede insistir que no tiene responsabilidad alguna por su identidad, su respuesta psíquica, ni aun por su primer encuentro sexual, ya que este pudo haber sido forzado. Sin embargo, toda persona homosexual debe cargar con la responsabilidad de haber escogido entrar en el ambiente homosexual. No obstante, las personas entran en este estilo de vida en diferentes grados. Algunos viven en el mundo heterosexual la mayor parte del tiempo, y solamente buscan en el ambiente homosexual encuentros sexuales esporádicos e impersonales. Otros, en cambio, se sumergen totalmente en la subcultura homosexual donde trabajan, viven y socializan en un ambiente totalmente homosexual. Dentro de estos dos extremos, existen todos los demás grados de profundización en ese ambiente, pero para muchas personas, es en el ambiente homosexual donde han sentido de alguna forma la aceptación a un nivel superficial. A pesar de la aceptación disponible, el ambiente homosexual, a menudo se vuelve una forma de vida dolorosa y sin recompensa, especialmente para los homosexuales de edad avanzada quienes ya no son deseados sexualmente.
Como usted puede ver, en estos cuatro aspectos, la homosexualidad es un problema complejo con muchas definiciones y variaciones. Si alguien le dice: "yo soy homosexual", verdaderamente le ha dicho muy poco sobre su persona. Es necesario mirar su vida más profundamente para determinar hasta qué grado la homosexualidad se ha convertido parte de su identidad. Esto también puede ilustrar por qué la homosexualidad puede ser un problema difícil de superar.
Es verdad que la salida de la homosexualidad no es fácil, pero hay miles que la han abandonado, y se han hecho "nuevas criaturas en Cristo". Muchos se han casado y tienen familias, mientras que otros se mantienen célibes y viven vidas gozosas dedicadas al servicio de Dios. Dios nos da los deseos de nuestro corazón. A Satanás no le complace cuando alguna persona se da cuenta del engaño de la homosexualidad y descubre la puerta. Hay muchas batallas que pelear, pero "mayor es El que está en nosotros que ese que está en el mundo".
"No tengas miedo ni te desalientes, pues la batalla no es tuya, sino de Dios" (2 Crónica 20:15).

Véase Parte VI:



















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