Parte III:
BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
"Entre el bando de los perseguidos y el de los perseguidores, la verdadera Iglesia siempre ha estado del lado de los perseguidos" (Antiguo proverbio valdense).
Mientras
Cristo edificaba su Iglesia para llevarse a los suyos al cielo, Satanás
preparaba una iglesia falsa para llevarse a sus seguidores al infierno.
Hacia
el año 60 d.C., el emperador Nerón estaba asustado al ver que muchísimos de sus
súbditos dejaban de adorarle como era costumbre en el imperio. Si esa costumbre
prevalecía, pronto los césares iban a quedarse sin súbditos. Así que, empezó a
perseguir a los cristianos, pero cuanto más los perseguía, más crecían en
número y en fe.
Los
cristianos de aquella época, sabiéndose perseguidos por su creencia, cuando se
encontraban con otro creyente pero dudaban que lo fuera, citaban una porción de
las Escrituras de memoria, si la otra persona era también cristiana,
completaría el pasaje. Al hacer esto, conseguían que muchos espías de Nerón, al
tener que estudiar las Escrituras, acabarán convirtiéndose a Cristo.
Sagazmente, los esbirros del emperador,
en vez de las Escrituras, iniciaron la costumbre de usar “símbolos cristianos” como el pez, el pan, el ancla, etc.
“El
pez, el ancla; símbolos de la cristiandad”.
“La
versión babilónica y falsa del cristianismo”
Los
métodos de Nerón para perseguir a los cristianos llegaron a ser muy
sofisticados. Organizó iglesias falsas.
Bajo
sus órdenes, sus espías, que fingían ser cristianos, prendieron fuego a Roma.
Esto fue hecho para justificar la persecución y masacre de los creyentes.
Incluso se sabe que Nerón condenó a sus propios espías como si fueran
cristianos verdaderos.
Cuando
Constantino, después de más de 200 años, los césares anteriores no habían
logrado destruir el cristianismo verdadero. Todos sus esfuerzos eran en vano ya
que impulsaban a los cristianos a profundizar en la oración y en el
conocimiento de la Palabra y se fortalecían cada vez más.
Se
acercaba el día en el que Satanás iba a dar al mundo su propia versión de la
iglesia cristiana. El paganismo iba a recibir una nueva cara. El hombre que el
Enemigo utilizó, fue el mismo emperador. En el tiempo de ese hombre, el
cristianismo estaba extendiéndose por todas partes y realmente amenazaba no
sólo el paganismo, sino el propio trono del césar. Por lo tanto, el emperador
Constantino siguió el mismo patrón que Nerón de levantar iglesias falsas, sin
embargo, los cristianos estaban preparados, y reconocían a los falsos
cristianos que no conocían ni respetaban las Escrituras.
Para
aprovecharse de esa ola de crecimiento del cristianismo y dar credibilidad a sus
iglesias falsas, Constantino mintió al mundo y a todos. Dijo que se había
convertido en cristiano aunque nunca permitió que le bautizaran. La realidad es
que ese emperador adoró al dios-sol (Baal) hasta su muerte. Le bautizaron
después de expirar, en su lecho de muerte.
Con
el tiempo, esas iglesias falsas levantadas por Nerón con su concepto pagano del
cristianismo se convirtieron en el Catolicismo Romano. En realidad Constantino
fue el primer papa, porque ostentó el poder espiritual y el poder temporal.
Proclamó un edicto de tolerancia para hacer salir a los creyentes de sus
escondites; pero sólo los que aceptaban su clase de “cristianismo”, puro catolicismo-romano, tenían verdadera
protección.
Con
ese tipo de cristianismo-paganismo,
la observancia de las Escrituras se fue dejando de lado para empezar una
liturgia de corte pagano. Los cristianos verdaderos sabían que Constantino era
un anticristo, y se ocultaron mientras el catolicismo romano barría Europa.
La “Conversión” De
Constantino.
La historia de la
“conversión” de Constantino fue así: En
el año 312 d.C., el ejército de Constantino peleaba contra su enemigo, el
general Magencio el cual, al igual que Constantino, aspiraba al trono de Roma.
Durante esa batalla dice el que luego fuera emperador, que vio una señal en el
cielo, una cruz, y las palabras “por este signo vencerás”.
“La supuesta cruz
volante que vio Constantino al ir contra Magencio”.
¿Será
que Dios veía que ese hombre, adorador del sol, luchaba por una causa justa
cuando lo hacía por su propio egoísmo megalómano? ¡No!, ese mensaje no podía ser de Dios. Allí también se cumplió las
palabras del apóstol Pablo: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana
doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a
sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a
las fábulas” (2 Timoteo 4:3).
Como
resultado de esa batalla, Constantino, dijo que se había convertido al
cristianismo. Su tarea, no obstante, fue fundir el paganismo con el
cristianismo creando un híbrido: El catolicismo romano.
La
madre de Constantino, Elena, aceptó el cristianismo babilónico y rezaba a la
virgen María (acordémonos de Semiramis, la reina del cielo). Esa mujer, rogaba
a su hijo a que entregara su corazón al “Dios
verdadero”, mientras tanto, se había exiliado a Jerusalén por miedo
a las represalias de su hijo.
Ella
sabía que Constantino aún adoraba al dios-sol,
y había estado ordenando la muerte de los verdaderos creyentes en Cristo que se
escondían en las montañas para proteger las Escrituras. Constantino era un
anticristo, totalmente controlado por espíritus seductores, al igual que todos
los papas que le siguieron: “El Espíritu dice claramente que en los postreros
tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a
doctrinas de demonios...” (1 Timoteo 4: 1).
Se
dieron órdenes imperiales por toda Roma para que cesaran las persecuciones; la
táctica iba a cambiar. Satanás iba a adoptar la técnica de la sutilidad. ¡No puedes contra tu enemigo, pues únete a
él!
De
manera oficial, a partir de Constantino (m. 337 d.C.), el catolicismo romano
rugió por doquier, a la luz del día, ya nada le paró. Satanás siempre ha estado
muy contento con su obra maestra, porque ha engañado a muchos miles de millones
de hombres y mujeres con esa religión, gente que ha creído que esa era la
iglesia verdadera.
Démonos cuenta que, al contrario
que con el cristianismo bíblico, el “cristianismo” de Roma nunca jamás tuvo
contratiempo alguno a lo largo de la historia. Al contrario, ha mantenido su
hegemonía sobre naciones, reyes, emperadores, sin problemas. Incluso hoy en
día, como ya apuntamos, el papa es la persona más valorada de este mundo. El
catolicismo romano es un sincretismo formado por diversas creencias, sería una
mezcla de judaísmo, paganismo, filosofía platónica, aristotélica, etc.,
idolatría, y suficiente cristianismo aparente para que parezca respetable.
Sin lugar a dudas
el catolicismo romano es la última expresión de engaño religioso de BABILONIA LA GRANDE.
“El antepenúltimo
exponente de la jefatura romana: Ratzinger; ahora Francisco, en si hay dos
papas (2016)”. Y “El obelisco está
presente desde Babilonia hasta Roma”.
La
Falsa Unidad.
Lamentablemente, por el hecho de que una
muy gran mayoría de ministros y santos en general hoy en día no se están dando
cuenta, el diablo ahora mismo está repitiendo su vieja estratagema. Se llama: “la unidad de
todos los cristianos”; y levanta la bandera del amor verdadero, de
la tolerancia, y de la “unidad dentro de la diversidad” (poniendo la
doctrina a un lado), entre otros.
Esto está encandilando a muchos ingenuos
hijos de Dios, que ya creen a pie juntillas que la Iglesia va a conquistar las
naciones “para
Cristo”, y que por tanto, ya viene ese avivamiento mundial tantas
veces “profetizado”
por una inmensa cantidad de falsos profetas y profetisas a lo largo
de estos últimos años. Es la estrategia del Vaticano para llevar a todos a
consolidar la “única
iglesia”, la cual ni por asomo es la Iglesia de Jesucristo.
Muchos sin darse cuenta, están cambiando
de espíritu, saliendo de la verdadera cobertura del Espíritu Santo, a la falsa
del espíritu demoníaco disfrazado de santidad por creer herejía, siendo guiados
por hombres, sus coberturas, y también cuando es el caso, por doctrina de
demonios.
Esa nueva iglesia es un sincretismo más
audaz todavía que el anterior católico romano, porque constituye un paso más
hacia adelante. Es una mezcla entre lo católico, lo “evangélico” y lo esotérico, y
una gran mayoría no se está dando cuenta. Sólo aquellos que permanezcan fieles
a la sana doctrina de nuestro Señor y a su Espíritu, podrán escapar de ese
engaño mortal.
El
frente para formar esa súper mega iglesia del Falso Profeta es amplísimo. Al igual que
con la Roma pagana, la Roma religiosa actual también es “tolerante” (y eso es sólo una
estratagema) con las demás religiones, y hasta permite que sus miembros
practiquen todas las cosas; desde yoga hasta vudú, siempre y cuando permanezcan
aunque sea de nombre en la iglesia romana.
“Participantes en el foro interreligioso [ecumenismo] de la
juventud, noviembre de 2005, Ginebra, musulmanes incluidos”.
4. BABILONIA - PÉRGAMO – ROMA:
Incluso después de la dispersión de los
pueblos por toda la tierra, Babilonia seguía siendo el centro de la religión
babilónica hasta que la ciudad fue tomada por el rey persa Jerjes I en el año
487 a.C., (Is. 14:12ss).
Los sacerdotes babilónicos fueron
forzados a dejar Babilonia, y se trasladaron a la ciudad de Pérgamo (Asia
Menor), donde estuvo ubicado su cuartel general durante varios años. En esa
ciudad, la Biblia dice que se hallaba el trono de Satanás:
“Y escribe al ángel de la
iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto: Yo
conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás” (Apocalipsis 2:
12, 13a).
Cuando el rey de Pérgamo - Atalo III -
que tenía el título de “Papa”, murió en el año 133 a.C., dicho rey
hizo testamento para que este oficio fuera trasladado a Roma.
Los etruscos que llegaron a Italia desde
Lidia (Asia Menor), introdujeron la religión mística babilónica con sus ritos
allí. Lidia estaba ubicada cerca de la ciudad de Pérgamo. Los etruscos,
antecesores de los romanos, pusieron un “Papa”
sobre su sacerdocio que tenía poder sobre la vida y la muerte.
Años
más tarde Roma aceptó ese “Papa” como su
gobernador civil. El emperador Julio César fue constituido “Sumo
Sacerdote”, soberano de la orden etrusco-babilónica, y de esta manera fue heredero de los derechos y
los títulos que habían sido trasladados a Roma.
Por lo tanto el primer césar romano
llegó a ser la cabeza del sacerdocio babilónico. Roma llegó a ser sucesora de
Babilonia, con Pérgamo como el centro religioso para su culto (Ap. 2:12-13).
Este mensaje de Jesús fue revelado al
apóstol Juan en la isla de Patmos, alrededor del año 94 d.C. En este tiempo el
trono de Satanás todavía estaba en la ciudad de Pérgamo, como dijimos. Fue al
final del siglo IV d.C., que el obispo de la Iglesia en Roma - Dámaso - fue
elegido para obtener el ministerio papal sobre la religión babilónica.
¡He
aquí la conexión!: De Babilonia a Roma.
“Maqueta del
palacio de Pérgamo”
DÁMASO
I (366-384). Este
obispo de Roma, que consta como papa en el Libro Oficial de la iglesia de Roma,
fue elegido simultáneamente al tiempo que otro papa, a su vez elegido por su
facción rival, el diácono Ursino.
Se
impuso con lucha armada y violenta tres días. Con el respaldo del emperador
Teodosio salió elegido. En el año 380 selló la alianza con un decreto que
exigía a todos los súbditos del imperio que aceptaran “La religión de Pedro”.
Este decreto, y atención a esto, ha sido
calificado como “la
Escritura Notarial Clásica de la Iglesia Estatal Católica”. Con
ello, Dámaso, crea el concepto de “Sede Apostólica” o “Santa Sede”, y en esa línea ya
se va perfilando la afirmación de la identidad del papa con Pedro.
Escribe Dave Hunt: “Dámaso...fue el primero quien, en el
382, usó la frase “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”,
para reclamar la autoridad espiritual suprema. Este papa sanguinario,
adinerado, poderoso y extremadamente corrupto, se rodeó de lujos que habrían
hecho sonrojar a un emperador. No hay forma alguna de poder justificar
cualquier conexión entre él y Cristo. Sin embargo, sigue siendo un eslabón en
esa cadena de alegada sucesión ininterrumpida hasta Pedro” (“A Woman
Rides the Beast”, p. 108).
“Dámaso I, que fue
hecho “santo”.
Dámaso, exigía la continencia a los
clérigos casados, por ver el sexo como algo pecaminoso. A partir del año 373
permite el uso del incienso, costumbre traída del paganismo.
Sten Nilsson, profesor de la escuela
bíblica “Livets Ord”, de Suecia escribe acerca de ese hombre:
“El papa Dámaso había sido obispo durante 12 años después de
haber sido elegido con una influencia importante de los monjes de “Monte
Carmelo”, que era una institución que pertenecía a la religión babilónica, que
originalmente había sido fundada por los sacerdotes de la reina Jezabel, la
controladora esposa del perverso rey Acab de Israel (1 Reyes 16: 31).
De esta manera en el año 378 el sistema religioso babilónico llegó a ser
una parte de la Iglesia de Roma, porque el obispo de Roma, que más tarde llegó
a ser la cabeza de la iglesia organizada, ya era el sumo sacerdote de la Orden
Babilónica. Toda enseñanza pagana de Babilonia y Roma, fue introducida
paulatinamente en la Organización Religiosa Romana. Poco después de que Dámaso llegara a ser
Papa, los ritos babilónicos fueron promovidos. El culto de la Iglesia Romana
llegó a ser babilónico. Y durante su tiempo los templos paganos fueron
embellecidos y sus ritos establecidos”. (Sten Nilsson, Guds sjufaldiga förbund,
Livets Ords bibelcenter, Uppsala 1993).
Así pues, el papa Dámaso era en realidad
un satanista declarado. El culto babilónico y el romano han ido de la mano
durante demasiados siglos, llegando a ser una misma cosa.
La iglesia de Roma es la heredera
directa del culto babilónico emprendido por Nimrod y Semiramis (Astoret),
llevado al punto más sublime del engaño por mezclarlo directamente con el
mensaje del Evangelio, anulando su poder y bendición, al convertirlo en una
simple religión ritualista.
El cristianismo verdadero fue perseguido
a muerte por Satanás a través de los césares romanos. El cristianismo verdadero
fue perseguido a muerte por Satanás a través de los papas romanos, siglos más
tarde (no hay nada nuevo bajo el cielo).
5. La Mujer Sentada Sobre Una Bestia Escarlata:
(Apocalipsis 17:
1, 2) “Vino
entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo
diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que
está sentada sobre muchas aguas 2 con la cual han fornicado los reyes de la
tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su
fornicación”:
Esas
siete copas, son las de la ira de Dios descritas en Ap. 16. Será el
derramamiento final de la ira de Dios en su juicio contra este mundo impío
durante la Gran Tribulación. El ángel
que lleva una de esas siete copas de juicio le hace saber a Juan acerca de la
sentencia contra la Gran Ramera, es decir, la falsa iglesia que siempre
controló y dominó a las gentes, y que sedujo y fornicó con todos, grandes y
pequeños, que no puede ser otra, sino la iglesia que dice ser la única de
Cristo cuya sede está en Roma.
(Ap.
17: 16, 17) “Y
los diez cuernos que viste en la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y la
dejarán desolada y desnuda; y devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego;
porque Dios ha puesto en sus corazones el ejecutar lo que Él quiso: ponerse de
acuerdo, y dar su reino a la bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios”.
La sentencia contra la Ramera es de
total destrucción, y serán sus propios amantes los que la destruirán con fuego.
(Ap.
17: 3) “Y me
llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia
escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez
cuernos”:
La Iglesia de Jesucristo es una mujer virgen,
es la Desposada de Jesucristo. Pero aquí tenemos la descripción de otra mujer,
pero ramera; llena de nombres de blasfemia, cabalgando sobre una bestia que en
el capítulo 13 de Apocalipsis se nos muestra como el mismo Satanás.
La
mujer ramera contra la mujer virgen y pura, que es
la verdadera Iglesia.
Una
mujer que representa el poder religioso opresor de la humanidad: Roma.
“Y la mujer estaba vestida
de púrpura y escarlata...”: Estos son los colores de la jerarquía romana; “...
y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas...”:
Esto representa
las enormes riquezas que el Vaticano posee.
(17:
4) “...y
tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de
su fornicación”:
Abominaciones
y Fornicación Espiritual. Esto nos habla de todas las transacciones políticas
y económicas con los reyes y emperadores; guerras, muertes de “herejes”, pactos con inicuos,
simonías, adulterios, herejías, engaños, hipocresías, falsedades, doctrinas de
demonios, concordatos, etc. La historia de Roma está repleta de todo eso.
(17: 5) “y en su frente
un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y
DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA”:
Esa mujer que representa a la falsa
iglesia de Cristo, lleva en su frente el nombre escrito que acabamos de leer.
Para el tiempo de Juan era un misterio,
ya que la iglesia católica romana como tal, todavía no existía, pero para
nosotros, ya no.
La “santa sede”, el Vaticano – que está en la
misma Roma - y lo que representa, es la
mujer “vestida
de púrpura y escarlata” que tiene en su mano “un cáliz de oro lleno de abominaciones y
de la inmundicia de su fornicación” y que lleva en su frente “un nombre escrito: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE
LA TIERRA”.
Eso
mismo nos lo dice la misma Palabra:
(Ap.
17: 18) “Y
la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la
tierra”.
Es decir, Roma, que fue así en aquella
época, y hasta no hace demasiado históricamente hablando.
Roma, la cuarta bestia de Daniel (ver
Dn. 7: 7), empezó siendo un poder militar que aplastó y holló a todo el mundo
antiguo, poniéndolo bajo sus pies, más que todos los otros imperios que la
precedieron.
Cuando el imperio militar se fue
debilitando, a través de un falso cristianismo a partir de Constantino, Roma
emergió de nuevo como una potencia pagano-religiosa
y política. La prolongación del Imperio Romano bajo una piel de cordero para
combatir a la verdadera Iglesia de Cristo.
¿Qué han sido los papas sino grandes
déspotas que a lo largo de todos los tiempos han impuesto sobre grandes y
pequeños, ricos y pobres, su pesado yugo opresor y su sinrazón?, y ¡todo en el
nombre de Cristo, a quien dicen representar en la tierra!
Así que, BABILONIA LA GRANDE es la suma de todo el espíritu y obra
babilónicos, y eso también es la “santa madre iglesia”, la romana, con sus papás al frente.
(17:
6) “Vi a la
mujer ebria de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé
asombrado con gran asombro”:
La Roma religiosa ha matado más cristianos que su predecesora, la Roma de
los césares. Por eso se quedó Juan asombrado: ¡”cristianos” matando a cristianos en el
nombre de Jesús!
Esta es la mujer ebria de la sangre de
los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús, todos los que asesinó
vilmente, porque lo hizo en el nombre de Cristo, a través de la nefanda
Inquisición.
"Entre el bando de los
perseguidos y el de los perseguidores, la verdadera Iglesia siempre ha estado
del lado de los perseguidos" (Antiguo proverbio Valdense).
La Roma religiosa extendió sus poderosos
tentáculos del poder temporal por todo el mundo conocido, y más allá.
La
Ciudad Sobre Siete Colinas: Roma.
“Esto, para la mente que tenga
sabiduría: Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la
mujer” (Ap.17:
9).
La
Roma antigua estaba asentada sobre siete colinas:
Palatino, Capitolino, Quirinal, Celio,
Aventino, Esquilino, y Viminal.
Concluyendo:
No cabe la menor
de las dudas de que la sede de la iglesia romana, todavía sita en el mismo
lugar, después de 1,500 años, pertenece a BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES
DE LA TIERRA.
Conviene ante el Señor que nos libremos
de todo lo que tenga que ver con la ramera, porque el juicio viene contra ella,
y contra todos los que la aman. Dios les bendiga.
___________
-Miguel
Rosell Carrillo, pastor de Centro Rey, Madrid, España. Noviembre 2008.
-e-Sword-the- LEDD.
-Biblia de Estudio RYRIE.
-Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 22//04//2016.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario