martes, 4 de octubre de 2016

Parte I: ¿SOPORTAR A MI HERMANO? ¿CÓMO? ¿QUÉ NOS DICE LA BIBLIA? (Gálatas 5:15)

Parte I:
¿SOPORTAR A MI HERMANO? ¿CÓMO? ¿QUÉ NOS DICE LA BIBLIA?
 (Gálatas 5:15)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

 “Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros”.
(Gálatas 5:15)
Introducción:
Supongo que usted ha oído a alguien usar estas palabras en alguna ocasión: “Es que fulano es tan difícil de soportar”. “Es que no nos llevamos”. “Me llevo bien con todo el mundo, pero qué difícil es soportar a zutano (a)”, etc. Quizá usted mismo haya expresado sentimientos con palabra semejantes a éstas. ¿Puede usted soportar a su hermano (a)? Me atrevo  decir que si usted  es honrado, tendrá que reconocer que hay aquellos que le son difíciles  de soportar. O quizá hay personas en su vida con que no se lleva muy bien.
Es común oír hoy en día que tal y tal iglesia se dividió porque los hermanos no podían llevarse, o que una pareja de esposos se dejaron porque ya no se soportaban, o que hay problemas entre familias porque las relaciones se han roto.
Cuando la situación incluye a nosotros, lo interesante es que siempre vemos que el problema es del otro. Nos justificamos a nosotros mismos y señalamos al otro; la otra persona tiene la culpa de que no nos llevamos.
La vida nuestra como seres humanos se compone de convivir con nuestros semejante. Se compone de relacionarse unos con otros, ya sea en la familia, en el trabajo, los estudios etc., o en la iglesia. Y no es de extrañar que las relaciones con algunas personas sean difíciles y que a veces se vuelven tensas. Parece que una de las cosas que nos cuesta es mantener buenas todas nuestras relaciones.

Muchos de los conflictos y choques que se ven en el mundo son resultados de relaciones tensas o rotas Eso se puede entender, ya que muchas veces se trata de personas que no han nacido de nuevo ni tienen el Espíritu Santo en su vida. Pero para mí es muy preocupante observar que muchas de las dificultades en la familia cristiana y en la iglesia son también resultados de alguna relación tensa o rota.
¿Debe ser así mi relación con otros? ¿Es normal que un cristiano viva con una relación como tal? ¿Qué nos dice la Biblia?
En Romanos 12:18: el apóstol Pablo nos dice: “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres”. El apóstol Pablo nos dice que si hay alguna relación tensa o rota, debemos hacer todo lo posible para arreglarla. No podemos negar la importancia de mantener buenas relaciones.
El apóstol Pablo también dice en Gálatas 5:15: “Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros”. Aquí parece que la relación de algunos es como un pleito de gatos, ¿no? Parece una escena salvaje y no de una iglesia de Cristo. Pero también nos revela la realidad de lo difícil que es manejar bien las relaciones, aun entre los hermanos de la iglesia. ¿Cómo nos relacionamos de forma correcta y bíblica?

Veamos ahora pasajes del Nuevo Testamento que hablan del tema y nos enseña a relacionarnos unos con otros de una manera espiritual. Analicemos lo que dicen:

La Unidad Del Espíritu:
Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados,… con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,… solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;… un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación;… un Señor, una fe, un bautismo,… un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos”.
(Ef. 4:1-6) 

La Vida Antigua y La Nueva:
“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;… soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros… Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto… Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos… La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándonos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales”.
(Colosenses 3:12-16)

Notemos: cómo el apóstol empieza su enseñanza sobre este tema en Ef.4. Es este pasaje, Pablo ruega que andemos como es “digno de la vocación” a la cual hemos sido llamados. Una vocación es como el “trabajo”, el “llamado”, o la “carrera” que estamos desenvolviendo. Como creyentes hemos sido llamados a una posición, un trabajo, una manera de vivir que nos destaca de otra persona. Debemos vivir de manera que muestre un respeto por la posición que tenemos. Si nosotros vemos a un policía violando la ley, nos repugna y decimos que él no anda como es digno de su vocación.
El esposo que no es fiel a su esposa o viceversa, no muestra dignidad por el matrimonio y no anda digno de su vocación. Así que, el apóstol empieza su enseñanza recordándonos del compromiso que tenemos con nuestro llamado, nuestra identidad como hijos de Dios. Después nos destaca las reglas y cualidades espirituales que necesitamos para relacionarnos bien unos con otros.
En estos dos pasajes, también vemos dos reglas importantes que sobresalen para relacionarnos bien con otros:
-      En primer lugar, notamos en ambos pasajes el énfasis sobre “soportarnos” unos a otros.
Cuando Pablo nos amonesta “soportándoos*” ¿Qué nos quiere decir con esa palabra? A primera vista, parece ser una expresión que se usaría para malestar, un dolor de cabeza, una enfermedad incurable o cosas semejantes. ¿Por qué hablar así respecto a nuestras relaciones con otras personas, y en especial, con hermanos de la iglesia?
*anecomai = (ἀνέχομαι, G430), significa sostener arriba en contra de una cosa y así soportar (ana = arriba, y ecomai = voz media de eco, tener, sostener). Con el verbo tolerar se traduce en Hech.18:14, de un procedimiento judicial; 2 Cor.11:1, dos veces, de los argumentos de Pablo en la defensa de su apostolado; vv. 4, 19, 20, de la tolerancia de falsos maestros por parte de los corintios; véanse SOPORTAR, SUFRIR. (VINE).
ἀνέχομαι = anéjomai: (G430) voz media de G303 y G2192; sostenerse uno mismo en contra de, i.e. (figurativamente) soportar, aguantar:- padecer, soportar, sufrir, tolerar. (Strong).

Soportarsignifica: tolerar; poder mantenerse firme sin las faltas de otros nos mueven; no reaccionar ante las debilidades de otros, aguantar, padecer, sufrir.

Seamos sinceros; relacionarnos con otros no es fácil. Exige duro trabajo y esfuerzo. Exige aún ciertas destrezas. La amonestación del apóstol Pablo no habría sido necesario si no fuera un asunto un tanto difícil.

-      En segundo, punto igual de importante lo encontramos en el segundo pasaje.
El perdonar. El perdonar es indispensable para relacionarnos bien con otros. Si tenemos alguna queja contra el hermano, Pablo nos dice que debemos soportarlo y perdonarlo. Para poder soportarlo, tenemos que perdonarlo. Es conceder al ofensor el favor, que no merece, y no tenerlo como culpable. Es absolver de culpabilidad. Debemos seguir el ejemplo de Jesús… ¿Cuántas veces perdonó Jesús a sus enemigos… los que querían ofender y hacerle mal? Pablo dice que debemos seguir ese ejemplo perfecto.
¿Quiere decir esto que debo hacerme el desentendido cuando un hermano peca contra mí? ¿No hay que tratar con él? La Biblia sí nos da instrucciones de cómo tratar el pecado en la iglesia. Pero nuestra actitud para con su persona nunca debe cambiar.
¿Por qué nos ofendemos y nos molestamos tantas veces por cositas que no tienen mucha importancia?
Estás después llegan a ser grandes y nos separan el uno del otro si les permitimos. Soportarnos y perdonarnos, nos dice la Biblia. Es nuestro deber para poder así mantenernos relaciones buenas. Es la única manera de mantener buenas relaciones. Notamos que la Biblia pone el peso de responsabilidad en mí mismo. Soy yo el que decide si lo que el otro dijo o hizo me ofende o no. La responsabilidad es mía.



Virtudes Espirituales En Los Cristianos:

VEAMOS AHORA LAS VIRTUDES ESPIRITUALES QUE NOS AYUDAN A RELACIONARNOS UNOS CON OTROS DEBIDAMENTE. Estas virtudes son la dínamo interno que nos capacita para soportar y perdonar según el Espíritu de Cristo. Son las cualidades espirituales que dan la excelencia moral necesaria para nuestras relaciones.
Al ver esas cualidades, nos damos cuenta de lo difícil que es mantener buenas relaciones en nuestras propias fuerzas. Además, nos damos cuenta de lo que necesitamos para poder llevarlas a cabo.

Implicaciones Sociales, Cols.3:12-4:6:
Estamos frente al último pasaje que comienza con por tanto, lo que nos indica que es la conclusión de lo que ya se ha dicho. Se ha hablado de la posición y posesiones en Cristo, y en el párrafo anterior de las implicaciones personales llegando a introducirse en las relaciones dentro del cuerpo de Cristo. Ahora presentará lo que sucede cuando el cristiano se relaciona con la sociedad en general.
El ser un creyente no significa aislamiento del mundo; todo lo contrario, debemos proyectarnos hacia el mundo y sus necesidades.
Esta sección se dividirá para su mejor comprensión en tres partes:
-   La primera, nos habla de una conducta marcadamente diferente a la conducta anterior. Si en el párrafo anterior se hablaba más en sentido negativo ahora se dice: qué es lo que se debe hacer. Antes era:
- haced morir (3:5),
- dejad (3:8), y
- no mintáis (3:9);
-    ahora es vestíos (3:12 y 14). Se debe señalar que el verbo vestir no se halla en el original pero es necesario suplirlo en el v. 14 para dar mejor sentido a la redacción.
El primer párrafo que se desarrolla bajo vestíos tiene a su vez dos partes:
-       Podemos decir que una es una lista de las nuevas “prendas” que debemos tener, y esto por una razón especial; y
-       la otra la forma como debemos usar estas “prendas” cuando hay problemas, teniendo un ejemplo digno de imitar.

1. TODA HUMILDAD:

El término humildad y sus relacionados sustantivo y verbo, humilde, traducen varias palabras heb. del AT; y varios derivados del gr. tapeinoo del NT. El significado apunta a varias direcciones, pero el pensamiento central es ser libre de orgullo: humildad, mansedumbre, modestia, benignidad. Existe lo que puede llamarse falsa humildad (Col.2:18; 2:23), o humillación de sí mismo (BA). Dios humilla a las personas para guiarlas a la obediencia (Deut.8:2). El humillarnos delante de Dios es una de las condiciones para obtener su favor (2 Cron.7:14), y es una de sus demandas supremas (Miq.6:8). Dios mora con el humilde (Is.57:15). Se nos estimula a la humildad (Prov.15:33; 18:12; 22:4).
Para los griegos la humildad era algo débil y despreciable, pero Jesús la estableció como el fundamento del carácter (Mt.5:3; 5:5; 18:4; 23:12; Lc.14:11; 18:14). Por su humildad Jesús atrajo a la gente (Mt.11:28-30; Jn.13:1-20; Ap.3:20). Pablo hizo hincapié en la humildad de Jesús (2 Cor.8:9; Filp.2:1-11), exhortándonos a ser humildes uno para con el otro (Rom.12:10; 1 Cor.13:4-6; Filp.2:3-4), y habló de sí mismo como un ejemplo (Hech.20:19). Pedro también exhortó a mostrar humildad ante los hermanos y ante Dios (1 P.5:5-6). La humildad es resultado de la acción de Dios, las circunstancias, otra gente, nosotros mismos, o de cualquiera o todos éstos en nuestra vida.

Etimología: HUMILDAD, HUMILDE, HUMILDEMENTE:
A. Nombre
tapeinofrosune = (ταπεινοφροσύνη, G5012) , humildad de mente (de tapeinos, véase B, Nº 1, y fren , mente). Se traduce «humildad» en Hech.20:19; Ef.4:2; Filp.2:3; Col.2:18; 2:23; 3:12; 1 P.5:5.

B. Adjetivos
1. tapeinos = (ταπεινός, G5011) significa primariamente aquello que es bajo, y que no se levanta mucho de la tierra, como en la lxx en Ez.17:24 y, de ahí, metafóricamente, significa humilde, de baja condición. En el NT. se usa siempre en buen sentido, metafóricamente, denotando:
(a) de humilde condición (Lc.1:52; Rom.12:16); 2 Cor.7:6, donde el anterior contexto muestra que este uso corresponde a (a); Stg.1:9: «de humilde condición»;
(b) de espíritu humilde (Mt.11:29; 2 Cor.10:1; Stg.4:6; 1 P.5:5).
2. tapeinofron = (ταπεινόφρων, G5012), «humilde» (fren = mente). Se halla en 1 P.3:8 en los mss. Más comúnmente aceptados; en el tr aparece el término filófron: «amigables».
Nota: Para tapeinoo, traducido «vivir humildemente» en Filp.4:12 (rvr; rv, y vm: «estar humillado»), véase HUMILLAR, A.

El orgullo nos separa y nos aleja de nuestros hermanos. El orgullo busca para sí mismo y todo para sí mismo sin tomar en cuenta al otro. El orgullo difícilmente nos permite relacionarnos adecuadamente con otros. El orgullo no “soporta” al otro. El orgullo no “perdona” al otro.
Nótese: que dice “con toda humildad”. Tan sólo un rasgo de orgullo es prejuicioso para una buena relación. Sin la humildad, no podemos esperar buenas relaciones con otros.

2.      MANSEDUMBRE:

(heb., ’anawah, sufri-miento; gr., praütes). A los mansos (oprimidos) se les asegura la ayuda divina y la victoria final (Salm.22:26; 25:9; 37:11). Jesús fue enviado para ministrar a ellos (Salm.45:4; Is.11:4; 29:19). La mansedumbre es un fruto del Espíritu (Gál.5:23) y una característica de Jesús (Mt.11:29; 2 Cor.10:1).
Se demanda que los creyentes sean mansos y que muestren un espíritu de humildad el uno para con el otro (Ef.4:2; Col.3:12; Tit.3:2) y para con los no creyentes (1 P.3:15). Un maestro debía ser manso (2 Tim.2:25). La mansedumbre es una marca del discipulado verdadero y no implica que uno sea débil o vacilante.

Etimología: MANSEDUMBRE, MANSO:

A. Nombres
1. prautes, o praotes = (πραΰτησͅ, G4240), forma anterior, denota mansedumbre. En su utilización en las Escrituras, donde tiene un significado más pleno y profundo que en los escritos griegos seculares, consiste «no solo en el comportamiento externo de la persona; ni tampoco en sus relaciones con sus semejantes; tampoco se trata meramente de su disposición natural.
Más bien es una obra efectuada en el alma; y se la ejerce en primer lugar y ante todo para con Dios. Es aquella disposición de espíritu con la que aceptamos sus tratos con nosotros como buenos, y por ello sin discutirlos ni resistirlos. Este término está estrechamente relacionado con la palabra tapeinofrosune, humildad, y es una directa consecuencia de ella (Ef.4:2; Col.3:12); cf. los adjetivos en la lxx en Sof.3:12, «humilde y pobre»; son solo los de corazón humilde que son también mansos, y que, como tales, no luchan contra Dios ni se enfrentan ni contienden con él. Sin embargo, esta mansedumbre, siendo ante todo una mansedumbre ante Dios, lo es también ante los hombres, incluso ante hombres malos, en base de estar consciente de que estos, con todos los insultos y malos tratos que puedan infringir, son permitidos y empleados por Dios para la disciplina y purificación de sus elegidos» (Trench, Synonyms, xlii). En Gál.5:23 se asocia con enkrateia, dominio propio o templanza.

El significado de prautes «no se expresa fácilmente en castellano, porque el término que se usa comúnmente, mansedumbre, sugiere debilidad y pusilanimidad en mayor o menor grado, en tanto que prautes no lo denota en absoluto. Sin embargo, es difícil encontrar una traducción menos expuesta a objeciones que «mansedumbre»; se ha sugerido «gentileza», pero prautes describe una condición de mente y corazón, y como «gentileza» es más bien apropiada a acciones, este último término no es mejor que el primero. Por ello, se tiene que comprender con claridad que la mansedumbre manifestada por el Señor y recomendada al creyente es resultado de poder. La suposición que se hace comúnmente es que cuando alguien es manso es porque no puede defenderse; pero el Señor era manso porque tenía los infinitos recursos de Dios a su disposición. Descrita en términos negativos, la mansedumbre es lo opuesto a la afirmación propia y al propio interés; es una ecuanimidad de espíritu que ni se entusiasma ni se deprime, simplemente porque no se ocupa en absoluto del propio yo.
«En 2 Cor.10:1 el apóstol apela a la «mansedumbre… de Cristo». Se instruye a los cristianos que muestren «toda mansedumbre para con todos los hombres» (Tit.3:2), porque la mansedumbre conviene a «los escogidos de Dios» (Col.3:12). Al «hombre de Dios» se le apremia a exhibir esta virtud; tiene que seguir «la mansedumbre» por ella misma (1 Tim.6:11; los textos más comúnmente aceptados tienen aquí el Nº 2), y estar a su servicio, y debe muy especialmente exhibir «espíritu de mansedumbre» con los «ignorantes y descarriados» (1 Cor.4:21; Gál.6:1); incluso a aquellos «que se oponen» hay que corregirlos con mansedumbre (2 Tim.2:25). Santiago exhorta a sus «amados hermanos» a recibir «con mansedumbre la palabra implantada» (Stg.1:21). Pedro ordena «mansedumbre» en la exposición de la base de la esperanza cristiana (1 P.3:15)» (de Notes on Galatians, por Hogg y Vine, pp. 294,295).
2. praupathia = (πραυπαθία, G4239), disposición mansa, mansedumbre (praus = manso; pasco = sufrir). Se encuentra en 1 Tim.6:11, en los textos más comúnmente aceptados.

B. Adjetivo.
praus o praos = (πραύς, G4239) , denota gentil, manso, afable. Para su significado, véase A, Nº 1. Cristo lo usa de su propia disposición (Mt.11:29); la incluye en la tercera de sus bienaventuranzas (Mt.5:5); se predice de él como el Rey Mesías (Mt.21:5), citado de Zc.9:9; es un ornamento de la profesión cristiana (1 P.3:4). Cf. epios = gentil, de una disposición apacigua dora (1 Ts.2:7; 2 Tim.2:24). (VINE).

La mansedumbre es un espíritu apacible y quieto. Es aceptar los tratos de Dios con nosotros como buenos, sin discutirlos ni resistirlos. El apóstol nos recuerda que debemos tener un espíritu manso para poder relacionarnos bien con los demás.

3.      PACIENCIA:

Paciencia. Las palabras gr. ’upomone y makrothumia se traducen como paciencia, pero ellas no son exactamente sinónimas. ’Upomone es la cualidad de soportar las pruebas. Los que poseen esta virtud están libres de cobardía y desaliento. Es principalmente una actitud del corazón con respecto a las cosas.
Makrothumia es una actitud con respecto a las personas. La paciencia es una faceta del fruto del Espíritu (Gál.5:22 [VHA: longanimidad]); es una virtud que Dios aprecia de manera especial en los seres humanos y que parece desarrollarse mejor en las pruebas (Rom.5:3-4; Stg.1:3-4 [BA: constancia; DHH: fortaleza; Stg.5:11 [RVA: perseverancia]). Ambos términos se aplican a Dios (Rom.2:4; 1 P.3:20), aparentemente siempre en relación con las personas.

Etimología: PACIENCIA, PACIENTE (SER, MOSTRARSE):
A. Nombres.

1. jupomone = (ὑπομονή, G5281), lit., permanecer bajo (jupo = bajo; meno = permanecer). Se traduce «paciencia» de un modo casi invariable. «La paciencia, que crece solo bajo las pruebas (Stg.1:3), puede ser pasiva, esto es, en el sentido de sobrellevar algo, como:
(a) en pruebas en general (Lc.21:19; que debe ser entendido mediante Mt.24:13; cf. Rom. 12:12; Stg.1:12);
(b) en pruebas que recaen en el servicio del evangelio (2 Cor.6:4; 2 Cor.12:12; 2 Tim.3:10);
(c) bajo disciplina, que es la prueba contemplada como procedente de la mano de Dios nuestro Padre (Heb.12:7);
(d) bajo aflicciones no merecidas (1 P.2:20); o activa, esto es, en el sentido de persistencia, perseverancia, constancia, como
(e) en bien hacer (Rom.2:7: «perseverando en bien hacer»; lit., «con la paciencia del bien obrar»);
(f) en dar fruto (Lc.8:15: «con perseverancia»; rv: «con paciencia»);
(g) en correr con paciencia la carrera que nos ha sido propuesta (Heb.12:1).

»La paciencia perfecciona el carácter cristiano (Stg.1:4), y por ello la comunión en la paciencia de Cristo es la condición sobre la que los creyentes serán admitidos a reinar con él (2 Tim.2:12; Ap.1:9). Para esta paciencia, los creyentes son «fortalecidos con todo poder» (Col.1:11), «con poder en el hombre interior en su Espíritu» (Ef.3:16).

»En 2 Ts.3:5, la frase «la paciencia de Cristo» es susceptible de tres interpretaciones:
(a) la espera por la venida de Cristo; así es como parafrasea la Versión Autorizada Inglesa;
(b) que puedan tener paciencia en sus sufrimientos como la tuvo Cristo con los suyos (cf. Heb.12:2),
(c) que ya que Cristo está «esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies» (Heb.10:13), igualmente puedan ellos ejercer paciencia en sus esperanzas del triunfo del Señor y la liberación de ellos.
En tanto que se debe evitar una exégesis demasiado rígida, puede ser permisible parafrasear de la siguiente manera: «que el Señor os enseñe y capacite a amar como Dios ama, y a ser pacientes como Cristo lo es»» (de Notes on Thessalonians, por Hogg y Vine, pp. 222, 285).
En Ap.3:10, «la palabra de mi paciencia» es la palabra que habla de la paciencia de Cristo, y sus efectos en la producción de paciencia de parte de aquellos que son de él (véase más arriba sobre 2 Ts.3:5). Véanse CONSTANCIA, A, PERSEVERANCIA, PERSEVERAR.

2. anoque = (ἀνοχή, G463), un retener (relacionado con aneco; véanse SOPORTAR, SUFRIR), el término denota contenerse, clemencia, un retrasar el castigo (Rom.2:4; Rom.3:25, rv; rvr: «longanimidad»; Besson: «tolerancia»), en ambos pasajes de la paciencia de Dios hacia los hombres. En el segundo pasaje su paciencia constituye la base, no de su perdón, sino de su pretermisión de los pecados, el hecho de no infringir la retribución debida. En 2:4 representa una suspensión de la ira que habrá de ser ejercida a su tiempo a no ser que el pecador acepte las condiciones de Dios; en 3:25 están relacionados con el haber pasado por alto los pecados en el pasado, con anterioridad a la obra expiatoria de Cristo.
Nota: Cf. el nombre epieikeia (Hech.24:4: «equidad», rv, rvr, rvr77; vm: «clemencia»; 2 Cor.10:1: «ternura» (rvr; rv: «modestia»; vm: «dulzura»; rvr77: «clemencia»). Sinónimos de este término son makrothumia, longanimidad (véase Nº 3 más adelante), y jupomone = paciencia (véase Nº 1). Anoque y makrothumia se usan juntos en Rom.2:4. Véase también Ef.4:2, donde se utiliza aneco en esta combinación; véase SOPORTAR. Trench (Synonyms) y Abbot-Smith (Lexicon) afirman que jupomone expresa paciencia ante la adversidad, en tanto que makrothumia expresa paciencia ante personas hostiles. Se tiene que observar, sin embargo, que en Heb.6:15 se utiliza el verbo makrothumeo de la paciencia de Abraham bajo la presión de circunstancias adversas (cf. también Stg.5:7-8). makrothumia y jupomone se encuentran juntos con frecuencia (p.ej., 2 Cor.6:4; 2 Cor.6:6; 2 Tim.3:10).

«La longanimidad es aquella cualidad de auto-refrenamiento ante la provocación que no toma represalias apresuradas ni castiga con celeridad; es lo opuesto de la ira y se asocia con la misericordia, utilizándose de Dios (Ex.34:6, lxx; Rom.2:4; 1 P.3:20). La paciencia es la cualidad que no se rinde ante las circunstancias ni sucumbe ante la prueba; es lo opuesto a la desesperanza y está asociada con la esperanza (1 Ts.1:3). No se utiliza de Dios» (de Notes on Thessalonians, por Hogg y Vine, pp. 183-184). (Esto es, en sus términos originales. Desafortunadamente, en las versiones castellanas makrothumia y anoque no se traducen uniformemente como «longanimidad» y jupomone como «paciencia», con lo que esta distinción no se hace patente en la traducción. –Nota del Traductor.)

3. makrothumia = (μακροθυμία, G3115), longanimidad. Se traduce «paciencia» en Rom.9:22 (rv: «mansedumbre»); Gál.5:22 (rv: «tolerancia»); Ef.4:2 (rv, rvr); Col.3:12 (rv: «tolerancia»); 2 Tim.4:2 (rv, rvr); Heb.6:12 (rv, rvr); Stg.5:10 (rv, rvr); 1 P.3:20 (rv, rvr); 2 P.3:15 (rv, rvr). Véase LONGANIMIDAD, y también CLEMENCIA.

B. Verbos.
1. metriopatheo = (μετριοπαθέω, G3356), se traduce «se muestre paciente» en Heb.5:2 (rvr; rv: «compadecer»; Besson: «simpatizar»).
2. makrothumeo = (μακροθυμέω, G3114) , relacionado con A, Nº 2; tener largura de ánimo. Se traduce con la frase verbal «tener paciencia» (Mt.18:26; 18:29; Stg.5:7-8); «ser paciente» (1 Ts.5:14; 2 P.3:9); «esperar con paciencia» (Heb.6:15); «aguardar con paciencia» (Stg.5:7 b); en la rv, se traduce «ser longánime» en Lc.18:7; «esperar con largura de ánimo» (Heb.6:15); véase SUFRIDO(SER).
Nota: Para jupopiazo, traducido «me agote la paciencia» en Lc.18:5 (rvr; rv: «me muela»).

C. Adverbio.
makrothumos = (μακροθύμως, G3116) , relacionado con A, Nº 3, y B, Nº 2, denota «pacientemente». Se traduce como «con paciencia» en Hech.26:3 (rv, rvr, rvr77, vm, Besson).
Sin la paciencia tampoco vamos a mantener buenas relaciones con los demás. La verdad es que exige paciencia convivir con otros. Nos van a fallar; van a hacer cosas que nos ofendan si lo permitimos; van a decir cosas que nos hieren o que nos parecen. Exige mucha paciencia soportar y perdonar a nuestros hermanos.


4.      AMOR:

Véase Parte II:

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