Parte VI:
Traza* Bien La Palabra De Verdad:
(2 Timoteo 2: 1, 3, 5,-6, 15, 21, 24)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
“Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús…Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo… Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente… El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero… Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad… Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra… Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido”.
(2 Timoteo 2: 1, 3, 5,-6, 15*, 21, 24)
Capítulo
VII
LAS
DOS NATURALEZAS DEL CREYENTE:
Las
Escrituras enseñan que hay dos naturalezas en todo ser regenerado:
Ø
Una,
recibida por el nacimiento natural, completa e irremisiblemente mala; y
Ø
la
otra naturaleza, recibida por el Nuevo Nacimiento, que es la naturaleza de Dios
mismo, y en consecuencia, completamente buena.
7.1. La Naturaleza Vieja, De Adán:
Los textos
siguientes manifiestan lo que Dios piensa de la Naturaleza Vieja o de Adán:
“He
aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre”. Salmo 51:5.
“Engañoso es el corazón más que todas
las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”. Jr. 17:9. (Según el Dr. Young,
la traducción literal de este versículo es: “Deforme es el corazón más que todas las cosas, y es
incurable: ¿quién no lo sabe?”).
“Como
está escrito: No hay justo, ni aun uno;… No hay quien entienda, No hay quien
busque a Dios… Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles;… No hay quien
haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”. Rom. 3:10-12.
Dios no dice que
ninguno de los no regenerados es refinado, o instruido, o capaz, o de buen
genio, o generoso, o caritativo, ni aun religioso; pero dice que ninguno es
justo, ninguno busca a Dios, ninguno Le entiende.
Aceptar la
opinión Divina de la humana naturaleza es una de las más duras pruebas de la
fe; realizar que nuestros amigos geniales y morales que, con frecuencia,
cumplen fielmente todo deber, que rebosan simpatía hacia todos los dolores y
todas las aspiraciones de la humanidad, y que insisten en los derechos humanos,
desconocen aún los derechos de Dios, no los ha conmovido el sacrificio de Su
Hijo cuya Divinidad niegan con insolencia inexplicable, y cuya Palabra rechaza con desdén.
Personas hay,
fines y amables, que por nada del mundo desmentirían a sus semejantes pero que
no vacilan en dudas de Dios a diario. (1 Juan 1:10; 5:10). Y esta dificultad en
muy aumentada por millares. ¡Cuán grande
era el contraste entre apariencias y realidades en el tiempo antes del Diluvio!
“Había gigantes en la
tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a
las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes
que desde la antigüedad fueron varones de renombre”. Génesis 6:4.
Y parecía que el
mundo mejoraba y el resultado aparente de la unión de los hijos de Dios con las
hijas de los hombres fue la elevación de la naturaleza humana a mayor altura.
Pero, véase:
“Y
vio Jehová que la malicia de los hombres era mucha en la tierra, y que todo
designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el
mal”.
Génesis 6:5.
También, más adelante:
“Porque de dentro,
del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las
fornicaciones, los homicidios,… los hurtos, las avaricias, las maldades, el
engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez…
Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre”. Marcos 7:21-23.
“Más el hombre animal[1] no
percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura: y no las
puede entender, porque se han de examinar espiritualmente”. 1 Cor. 2:14. (Biblia RV1909).
“Por cuanto la
intención de la carne[2] es enemistad contra Dios; porque no se sujeta a la ley de Dios,
ni tampoco puede… Así que, los que están en la carne no pueden agradar a Dios”.
Rom. 8:7-8.
“entre los cuales
también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne,
haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza
hijos de ira, lo mismo que los demás”.
Efesios 2:3.
Así que el hombre no convertido es de triple
incapacidad:
- Puede
estar dotado, o instruido, o ser amable, o generoso, o religioso.
- Puede
pagar sus deudas legítimas, ser veraz, aplicado, buen esposo y padre –o todo a la
vez-
- pero
ni puede obedecer a Dios, ni agradarle, ni comprenderlo.
7.2. La Nueva Naturaleza, De Cristo:
El creyente, al
contrario, aunque no se ha desprendido de su Vieja Naturaleza inmutable, ha
recibido una Nueva Naturaleza de justicia y santidad.
Los textos
siguientes muestran el origen y carácter del Nuevo Hombre.
Se verá que la Regeneración
es una Creación, no una mera Transformación: la introducción
de una cosa Nueva, no el cambio de una Vieja. De igual modo que recibimos
naturaleza humana por medio de la generación natural, recibimos naturaleza
Divina por medio de la Regeneración.
“Respondió Jesús y le dijo: De cierto,
de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de
Dios”.
Juan 3:3. (Palabra dirigidas a Nicodemo, persona religiosa y moral).
“Más a todos los
que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos
hijos de Dios;… los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de
carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”. Juan
1:12-13.
“pues todos sois
hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús”. Gál. 3:26.
(Se habla mucho
hoy día de “la
paternidad universal de Dios, y de la fraternidad universal del hombre”,
expresión peligrosa por lo menos por cuanto su última cláusula encierra tan
sólo una media verdad. No todos los nacidos sino todos los re-nacidos son hijos
de Dios. La Escritura nos dice, en efecto, que Adán era el hijo de Dios pero
también ha tenido cuidado en añadir que Set fue hijo de Adán. Lucas 3:39).
“y
vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la
verdad”.
Efesios 4:24.
“De
modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;
he aquí todas son hechas nuevas”. 2 Cor. 5:17.
Y esa “nueva
criatura” está unida a Cristo.
“Con Cristo estoy
juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora
vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se
entregó a sí mismo por mí”. Gál. 2:20.
“a quienes Dios
quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los
gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria”. Col.
1:27.
“Porque habéis
muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios… Cuando Cristo,
vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con
él en gloria”. Col 3:3-4.
“Porque para mí el
vivir es Cristo, y el morir es ganancia”. Filp. 1:21.
“por medio de las
cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas
llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la
corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia”. 2
Pedro 1:4.
“Pero si Cristo
está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, más el
espíritu vive a causa de la justicia”. Rom. 8:10.
“Y este es el
testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo… El
que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la
vida”. 1 Jn. 5:11-12.
Pero esta
naturaleza Nueva y Divina, que es de Cristo, subsiste en el creyente junto con
la Vieja Naturaleza. Es el mismo Pablo que decía, “Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne,
no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo”.
Rom. 7:18; y “Así
que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí”.
Rom. 7:21. Job, el “hombre perfecto y recto”, dijo: “Me
aborrezco”. Daniel, varón de Dios, al ver el Anciano de grande edad
glorificado, dijo: “Mi rostro se me mudó”.
7.3. Conflicto Entre Las Dos Naturalezas:
Hay un conflicto entre estas dos naturalezas. Estudie con atención la lucha entre los dos “YO”,
el Viejo Saulo y el Nuevo Pablo, en Romanos 7:14-25. Una experiencia semejante
descorazona y hace vacilar a los recién convertidos.
Enfriase el
primer gozo de la conversión y el convertido desmaya al ver cómo la carne, con
sus costumbres y deseos, procura ocupar su primitivo lugar, y duda que Dios le
haya aceptado. Ese es el momento de su mayor peligro.
Pablo, en esa
crisis, clama por auxilio. La Ley sólo aumenta su agonía (aunque Pablo ya es convertido); y él no se libra de la “carne”,
ni por esfuerzo, ni por afanarse para guardar la ley, sino “por
Jesucristo Señor nuestro” (Rom.7:14, 25).
La presencia de
la carne no es, sin embargo, una excusa para andar según ella. Hemos visto que
el Viejo hombre es Crucificado con Cristo; que, en tal sentido, estamos
muertos, y esto debe ser nuestra experiencia continua mortificando nuestro
miembros que están aquí en la tierra.
El poder para
ellos es el del Espíritu[3] Santo que mora en todo creyente (1
Cor.6:19), y cuyo oficio bendito es de someter la carne.
“Digo,
pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne… Porque el
deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne;
y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis”. Gál. 5:16.
“porque
si vivís conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las
obras de la carne, viviréis”. Rom. 8:13.
En
vez, pues, de hacer frente a las exigencias de la vieja naturaleza con fuerza
de voluntad, o con buenas resoluciones, acudamos al Espíritu de Dios en
nosotros.
El
capítulo séptimo de la epístola a los Romanos expone el conflicto del hombre
regenerado con su vieja personalidad. “Lo que quiero, no hago”, “lo que aborrezco, hago”, es la
triste confesión de una derrota, que halla eco en muchos corazones. En el
capítulo octavo, sigue la lucha, pero ya no es personal; no hay ya agonía,
pues. Pablo no toma en ella parte; el conflicto tiene entonces lugar entre la “carne”,
o sea Saulo de Tarso, y el Espíritu Santo. Pablo ha obtenido paz y victoria.
(Entiéndase que esto se refiere a la victoria sobre la carne, sobre tendencias internas a
la concupiscencia, al orgullo, al enojo, etc.; las tentaciones externas
son combatidas por medio de Cristo nuestro Sumo Sacerdote).
Consideren
atentamente los textos siguientes:
“sabiendo
esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el
cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado”. Rom.
6:6.
“Porque
nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos
gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne”. Filp.
3:3.
“Porque
habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios”. Col.
3:3.
“Así
también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo
Jesús, Señor nuestro”. Rom. 6:11.
“sino
vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne”. Rom.
13:14.
“Así
que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la
carne”. Rom. 8:12.
Capítulo VIII
POSICIÓN Y ESTADO
DEL CREYENTE:
Para
comprender bien las Escrituras es preciso establecer, especialmente en las
Epístolas, la inmensa diferencia entre la posición del creyente y su estado:
- La
primera es el resultado de la obra de Cristo y es perfecta y completa desde el
momento en que Cristo es recibido por fe.
- Sólo
la fe da una posición a la vista de Dios;
ninguna otra cosa influye en la seguridad perfecta del creyente en su vida
posterior.
Ante Dios el ser
más débil, más ignorante, más desvalido,
tiene precisamente el mismo título que es el santo más ilustre: la sola
condición estriba en ser un verdadero creyente en el Señor Jesucristo.
Los versículos
siguientes indican la equivalencia de tal posición:
“Más
a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre,
les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”. Juan 1: 12.
“Todo
aquel que
cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que
engendró, ama también al que ha sido engendrado por él”. 1 Jn. 5:1.
“Y si
hijos,
también
herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos
juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados”.
Rom. 8:17.
“para
una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los
cielos para vosotros,… que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar
la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero”.
1 P. 1:4-5.
“En
él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito
del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad”. Ef. 1:11.
“Amados,
ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero
sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos
tal como él es”. 1 Jn. 3:2.
“Más
vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido
por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las
tinieblas a su luz admirable”. 1 P.
2:9.
“y
de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de
los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su
sangre,… y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e
imperio por los siglos de los siglos. Amén”.
Ap. 1:5-6.
“y
vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad”.
Col. 2:10.
“Justificados,
pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo;… por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la
cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios”. Rom. 5:1-2.
“Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Juan 3:16.
“Estas
cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para
que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de
Dios”. 1 Jn. 5:13.
“Así
que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la
sangre de Jesucristo”. Heb. 10:19.
“Bendito
sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda
bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo”. Ef. 1:3.
“para
alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado”. Ef. 1:6.
“Pero
Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,… aun
estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por
gracia sois salvos),… y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo
sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús”. Ef. 2:4-5.
“Pero
ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido
hechos cercanos por la sangre de Cristo”. Ef.
2:13.
“En
él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de
vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu
Santo de la promesa”. Ef. 1:13.
“Porque
por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o
griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo
Espíritu”. 1 Cor. 12:13.
“porque
somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos”. Ef. 5:30.
“¿O
ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en
vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?”. 1 Cor. 6:19.
Cada cosa es característica de cada creyente en el Señor
Jesucristo. No
es posible alcanzar un solo detalle de
este inventario glorioso por medio de la oración, o de diligencia en el
servicio, o yendo regularmente a la Iglesia, o siendo caritativo: ni santidad de vida, ni por buenas
obras de cualquier género que sean.
Todo es don
de Dios, por Cristo, a la fe, y todo pertenece por igual a todos los creyentes.
En el momento preciso en que el carcelero brutal de Filipo creyó en el Señor
Jesucristo fue hijo de Dios, coheredero con Cristo, Rey y Sacerdote, y Dueño de
una Herencia Incorruptible.
En el instante
en que creyó con su corazón y confesó con su boca que Jesús es el Señor, fue
Justificado por completo, alcanzó paz con Dios, recibió Su Gracia y la firme
esperanza de Gloria.
Recibió el don
de vida eterna, fue aceptado en Cristo, sellado con el Espíritu Santo, lleno
del Espíritu Santo, y bautizado en el cuerpo místico de Cristo. Inmediatamente
fue revestido de la Justicia de Dios (Romanos 3:22), vivificado con Cristo, con
Él resucitado, con ÉL sentado en los cielos.
8.2. Su
Estado Actual de Un Cristiano:
Pero su estado
era tal vez muy diferente, de fijo muy interior a su exaltada posición
ante Dios.
Esa fue
inmediata y su estado no. Los textos siguientes indicarán cómo las Escrituras
tratan de ambas cosas:
Posición:
|
Estado:
|
a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados
en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar
invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y
nuestro:…Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor
Jesucristo…Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios
que os fue dada en Cristo Jesús;…porque en todas las cosas fuisteis
enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia;…así como el testimonio
acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros,…de tal manera que nada os
falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor
Jesucristo;…el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis
irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo…Fiel es Dios, por el
cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.
1
Cor. 1:2-9.
|
Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos,
por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. 1 Cor. 1:11.
De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a
espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo…Os di a beber
leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces
todavía,…porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos,
contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? 1 Cor. 3:1.
Más algunos están envanecidos, como si yo nunca hubiese de ir
a vosotros. 1 Cor. 4:18.
Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos
lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal
acción?
1
Cor. 5:2.
|
Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis
sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús,
y por el Espíritu de nuestro Dios.
1 Cor. 6:11.
|
Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis
pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por
qué no sufrís más bien el ser defraudado?
1 Cor. 6:7.
|
¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo?
¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? De
ningún modo. 1 Cor. 6:15.
|
¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo?
¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? De
ningún modo. 1 Cor. 6:15.
|
Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo
de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en
los cielos. Mateo 16:17.
|
Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí,
Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios,
sino en las de los hombres. Mateo 16:23.
|
Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para
participar de la herencia de los santos en luz;…el cual nos ha librado de la
potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo. Col. 1:12-13.
|
Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira,
enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintáis
los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos. Col. 3:8-9.
|
El Estudiante no dejará de observar que el
Orden Divino, bajo la Gracia, es dar primero la más elevada posición posible y luego
exhortar al creyente a sostener un estado en conformidad con ella.
El mendigo es
lazado del polvo y puesto entre príncipes (cual en 1 Samuel 2:8), luego se le
exhorta a portarse como un príncipe. Ejemplo:
Posición:
|
Estado:
|
Sabiendo esto, que nuestro viejo
hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea
destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Rom. 6:6.
Vosotros sois la luz del mundo; una
ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Mt. 5:14.
|
Pues si habéis muerto con Cristo en
cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo,
os sometéis a preceptos. Col. 2:20.
Así alumbre vuestra luz delante de los
hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre
que está en los cielos. Mateo 5:16.
|
Quien nos salvó y llamó con
llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo
y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los
siglos. 2
Tim. 1:9.
Y juntamente con él nos resucitó, y
asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús. Ef. 2:6.
|
Por tanto,
amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia
solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación
con temor y temblor. Filp. 2:12.
|
Cuando Cristo, vuestra vida, se
manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. Col. 3:4.
Porque en otro tiempo erais
tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz. Ef. 5:8.
|
Si, pues, habéis resucitado con Cristo,
buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Col. 3:1. Haced morir,
pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas,
malos deseos y avaricia, que es idolatría. Col. 3:5.
|
*Observe, al leer este texto de que tanto se ha abusado, que la
Salvación de que trata no es la del alma, sino de las tentaciones que impiden
al cristiano hacer la Voluntad de Dios.
|
|
Porque todos vosotros sois hijos de
luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. 1 Ts. 5:5.
Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar
salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo,…quien murió por nosotros
para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él. 1 Ts. 5:9-10.
En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del
cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. Heb. 10:10.
Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los
santificados. Heb.
10:14.
|
Porque en otro tiempo erais
tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz. Ef. 5:8.
Por tanto, no durmamos como los
demás, sino velemos y seamos sobrios. 1 Ts. 5:6.
Por lo cual, animaos unos a otros, y
edificaos unos a otros, así como lo hacéis.
1
Ts. 5:11.
Santifícalos en tu verdad; tu palabra
es verdad. Jn. 17:17.
Y el mismo Dios de paz os santifique
por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado
irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 1 Ts. 5:23.
|
Así que, todos los que somos perfectos,
esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios. Filp. 3:15.
En esto se ha perfeccionado el amor
en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él
es, así somos nosotros en este mundo. 1 Jn. 4:17.
|
No que lo haya alcanzado ya, ni que
ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual
fui también asido por Cristo Jesús. Filp. 3:12.
Por tanto, dejando ya los rudimentos
de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez
el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios. Heb. 6:1.
El que dice que permanece en él,
debe andar como él anduvo. 1 Jn. 2:6.
|
Es muy grande el
número de versículos que establecen la diferencia entre la Posición
y el Estado del creyente. Es fácil ver que no
está sometido a una prueba de ser digno de una Posición
tan exaltada, pero que, empezando con la confesión de su bajeza, recibe por
completo la Posición como resultado de
la obra de Cristo.
En cuanto a su Posición, es “perfecto para siempre”
(Heb.10:14); pero mirando al interior, a su Estado,
debe decir, “No
que ya haya alcanzado, ni que ya sea perfecto”. Filp.3:12.
Puede decirse
que toda la Obra posterior de Dios en favor suyo, la aplicación de la Palabra a
su camino y a su Conciencia (Juan 1:17; Efesios 5:26), los castigos del Padre
(Hebreos 12:10; 1 Corintios 11:32), el Ministerio del Espíritu (Efesios
4:11,12), las dificultades y pruebas en el camino de la vida (1 Pedro 4:12-14),
y la Transformación final cuando ÉL Aparezca (1 Juan 3:2), tienen efecto
simplemente para poner el Carácter del creyente en acuerdo
perfecto con la Posición que es suya en el
instante de su conversión. Crece en Gracia pero no dentro de la Gracia.
Cada Verdadero
hijo del Rey de reyes y Señor de señores
Crece hasta poder ocupar dignamente su regia Posición.
Al fin, la Posición y el estado, el
carácter y la situación, serán iguales. Pero la Posición no es recompensada del
carácter perfeccionado –el carácter se desarrolla de la situación-.
___________
Notas:
[1] 1 Corintios 2:14: el hombre natural: Mejor, animal
o sensual. I., es, el inconverso. Véase Judas 19, donde se usa el mismo
vocablo (traduce “sensuales”, RV1960, “mundanos”, 1977). Indicando aquí una persona
que no tiene el Espíritu de Dios (compare Romanos 8:9). Judas 19: los que
causan divisiones. I., es, grupos heréticos, de mentalidad sensual o mundana o,
como se les llama en 1 Corintios 2:14, “natural”. Judas declara falsos maestros no
eran verdaderamente convertidos (compare Rom. 8:9). (Biblia de Estudio RYRIE).
[2]G4561 σάρξ = sárx: probablemente de la base
de G4563; carne (como despojada de la piel), i.e. (estrictamente) la
carne de un animal (como alimento), o (por extensión) el cuerpo (como opuesto
al alma [o espíritu], o como símbolo de lo que es externo, o como el medio del
parentesco), o (por implicación) naturaleza humana (con sus debilidades [fís. o
moralmente] y pasiones), o (específicamente) un ser humano (como tal):- carnal,
carne, cuerpo, humano, naturaleza, sangre. (Strong).
[3] G4151
πνεῦμα = pneúma: de G4154;
corriente de aire, i.e. respiración (soplo) o brisa; por analogía o
figurativamente un espíritu, i.e. (humano) el alma racional, (por implicación)
principio vital, mentalmente disposición, etc., o (sobrehumano) ángel, demonio,
o Dios (divino), espíritu de Cristo, el Espíritu Santo:- aliento, espíritu, espiritual, viento.
Compare G5590. (Strong).
Véase Parte VII:
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