Parte VI:
EL OTRO INTERCAMBIO OSCURO:
(Romanos 1:26-28)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
“Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza,… y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío… Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen”.
(Romanos 1:26-28)
ESCRITURAS
ESTIMULANTES: Romanos 7:14-24; 8:1-3; 1 Corintios 6:9-11; 2
Corintios 5:17; Efesios 2:1-10; Hebreos 12:5-17; 2 Pedro 1:3-11; 1 Juan 1:9; 2
Timoteo 4:18 y Judas 17-25.
Capítulo VIII
Cuando Alguien A Quien
Tu Amas Es Homosexual:
CASO No. 1.
Susan y Carol
habían sido amigas por muchos años. Debido a su relación íntima, no
era un secreto que Carol y su marido tenía problemas maritales. Un día,
mientras almorzaban juntas, Carol admitió que ella tenía algo importante que
confesar. Susan percibió la aprehensión en la voz de Carol: "un divorcio -pensó Susan- ella se
está divorciando".
Respirando hondo, Carol comenzó: "Me asusta tener que decirte esto, pero lo tengo que
hacer. Yo no puedo seguir aparentando lo que no soy. No deseo que esto afecte
nuestra amistad. Tú eres como una hermana para mí". A
través de la mesa Susan tomó la mano de su amiga y dijo: "¿Qué
es Carol?, ¿es acaso tu matrimonio? Lo que sea me lo puedes decir...".
Las lágrimas empezaron a inundar los
ojos de Carol. "Susan, no es mi matrimonio,
eso sería más fácil, creo yo. Se trata de mí. Yo...yo soy homosexual. Soy
lesbiana...".
CASO No. 2.
Mientras
ella pasaba por el cuarto de su hijo, notó un pedazo de papel blanco pegado a
la mitad de la puerta. Era una nota de Marcos. Ella sabía que había algo malo.
Se llevó la nota a la cocina, se sentó y empezó a leer:
Queridos mamá y papá,
Como
ustedes ya saben que soy homosexual, he decidido que será mejor para todos que
yo me mude de aquí. Sé cómo ustedes se sienten, y no quiero empeorar las cosas.
Yo me estaré quedando con algunos amigos por un tiempo. Creo que esto quiere
decir que el colegio tendrá que esperar también, pero, por favor, traten de no
preocuparse por mí. Yo triunfaré. Realmente siento que les he defraudado.
Lamento la gran pelea de la otra noche. Yo no deseaba que ustedes lo supieran
de esa manera, pero creo que después de todo era bueno que lo supieran. Sobre
todo, lamento que ustedes no me entiendan. Me mantendré en comunicación con
ustedes. Les ama, Marcos:
Ella puso la nota a un lado. "¿Será posible que esto esté sucediendo?" pensó
ella. "Todo parece tan extraño, hace
sólo algunos días todo era normal. "¡Tenía que ser yo quien encontrara esa
revista sucia...y esas cartas! ¡Tenía que ser yo la que lo confrontara y lo impulsara
a que me dijera la verdad. ¿Por qué tuve que decírselo a su padre? Y ahora -se
preguntó ella a sí misma- ¿volverá todo a ser normal para nosotros?".
NO PREPARADOS:
Un
evento para el cual muchas personas no están totalmente preparadas es el
descubrir que alguien muy allegado a ellos es homosexual. Ya sea que la
confesión de homosexualidad venga de un hijo o hija, esposo o esposa, o amigo
íntimo, la reacción es casi siempre la misma: "¿Y ahora qué les digo a ellos?
¿Cómo puedo ayudar? y, a veces, ¿podría yo ser culpable en parte por esta
situación?”.
El
impacto de saber que alguien muy allegado a uno es homosexual puede ser tan
grande como si esa persona hubiera muerto. Repentinamente sus esperanzas en
cuanto a su futuro no se verán realizadas. Frecuentemente una variedad de
emociones comunes al proceso de aflicción salen a la superficie. Primero viene
la conmoción, negación e incredulidad, seguido de un torrente de vergüenza,
coraje y lágrimas. La depresión y hasta síntomas físicos de angustia pueden también
resultar. Casi siempre hay tremendos sentimientos de culpa (¿Dónde me
equivoqué?) especialmente en los padres y cónyuges de los homosexuales. La ira
y resentimientos se pueden convertir en rencor (¿Cómo me hiciste eso a mí?), si
es que se da albergue a la falta de perdón. El proceso de angustia disminuirá
en su intensidad, especialmente si tú le cedes tu dolor y lucha a Dios,
confiando en que Él te ayudará.
El
propósito de este tratado es ayudar a los amigos y familiares de homosexuales a
luchar con sus propias reacciones a la homosexualidad, y ayudarles a responder
a los homosexuales en forma positiva y cristiana.
HAY ESPERANZA:
En primer lugar, hay esperanza para ti. Aparte
de la necesidad de tu ser querido homosexual, Dios desea ayudarte a luchar con
esta situación. Dios no desea verse vencido por la frustración y desesperación.
Tenemos las promesas de Dios. Aplicarlas a tu situación. Dios dice que si nos
humillamos y buscamos obedecer, no importa a lo que nos enfrentemos, Él nos
proveerá el poder para hacer lo que es correcto. El promete darnos sabiduría si
la pedimos. El promete confortarnos y fortalecernos en tiempo de necesidad. El
promete que su gracia nos guardará de ser abrumados por nuestras
circunstancias. Su gracia también nos provee de la fe que necesitamos para
confiar a nuestro ser querido al eficaz cuidado de Dios. Él nos puede dar la
paciencia para esperar que Él trabaje en nuestra vida. Él puede proveernos de
la capacidad para perdonar y demostrar amor hacia aquellos que nos hieren y nos
avergüenzan. Dios puede enseñarnos a ver las circunstancias desde su
perspectiva, y entonces vemos que todas las cosas son posibles para Dios. "Todas las cosas" incluye la
liberación de la homosexualidad. Entonces veremos que hay esperanza.
Este es
el segundo punto. No tan sólo hay esperanza para ti, también hay esperanza para
el homosexual. Hay una salida de la homosexualidad para aquellos que la desean.
Así como todo pecado es condenado, también la conducta homosexual es condenada
consistentemente a través de las Escrituras (véase las referencias al final).
Pero también, la Biblia nos habla de personas que fueron libradas de la
homosexualidad (1 Corintios 6:9-11). Recuerda, cuando Dios requiere que
cambiemos para obedecer a sus normas, Él tiene el poder para hacer ese cambio
posible en nuestras vidas. Esto es verdad para el homosexual, como es verdad
para la prostituta, el adicto y todos los que necesitan de Jesús.
Aunque
tu amigo o ser querido estén envueltos en la homosexualidad, eso no quiere
decir que siempre lo seguirá siendo. Muchos hombres y mujeres alrededor del
mundo han sido, y están siendo, liberados de la homosexualidad. Dios no tiene
favoritos.
Tu ser
querido puede ser liberado también, pero eso tal vez no suceda de la noche a la
mañana. El Espíritu de Dios es quien debe atraerlo. Por lo tanto, tu única
esperanza está en el poder de un Dios sin límites.
PASOS QUE TÚ PUEDES SEGUIR:
1.
CONTROLA TUS EMOCIONES.
Después
que la bomba se ha lanzado en tu falda, puede ser difícil que mantengas el
control tu reacción emocional (especialmente en una confrontación). Aunque las
reacciones emocionales son parte del ser humano, trata de no permitir que tus
sentimientos estén fuera de control. En tu ira no peques. Trata de limitar tu
reacción inmediata a reducir la tensión en tu relación con el individuo
homosexual. Si ya has tenido una explosión de ira, tú puedes aún tratar de
lograr una reconciliación.
2. PERDONA.
Libera tu coraje, sufrimientos y
vergüenza a través del perdón. Esto evita que la amargura se establezca
y acelera tu sanidad y tu relación con la persona homosexual. Además de
perdonar a quienes te han lastimado, pídele a Dios que te perdone por cualquier
cosa en tu pasado que pudiera haber contribuido a esta situación. Con el perdón
de Dios no necesitas permanecer prisionero de culpa y condenación. Una vez que
hayas recibido su perdón por cualquier fracaso de tu parte, anota la fecha en
tu calendario. Cuando sentimientos de culpa o condenación empiezan a regresar a
tú, apunta hacia la fecha en el calendario. Recuerda a ti mismo y al diablo que
en esa fecha tú sabes que Dios te perdono por tus errores pasados.
3. TOMA LA PERSPECTIVA DE DIOS.
Pon tu actitud en línea con la Palabra
de Dios.
Tener un ser querido homosexual no es el fin del mundo. La homosexualidad es un
pecado. No es un pecado más malo que los otros. No es incurable. Dios tampoco
odia al homosexual. Como cuestión de hecho, Él le ama y desea redimir. El ve
su necesidad de amor, aceptación e identidad, y ansía cubrir sus necesidades.
Jesús no condenó a la prostituta, al traidor, a la adúltera, al ladrón o al
asesino. En vez de ello Él les ofreció otra oportunidad en la vida.
Jesús les mostró la manera en que podían
agradar a Dios. El ofrece esta vida nueva al homosexual. Como
mencionamos anteriormente, "todas las
cosas" son posibles para Dios, incluyendo liberación de la
homosexualidad. Hay testimonio bíblico de homosexuales que han sido cambiados
por el poder de Dios. Comparte esta esperanza con tu amigo o ser querido
homosexual.
4. MANTÉN LÍNEAS DE COMUNICACIÓN ABIERTAS.
Usa el buen juicio al compartir con la
persona homosexual. Nuestras palabras pueden construir o derrumbar. No
hagas de cada visita o conversación un sermón sobre el pecado. Evita
argumentar, sé un oidor. El homosexual necesita saber que él por lo menos puede
hablar contigo, especialmente cuando él está sufriendo. Ora por sabiduría en
comunicar las normas de Dios. Estimula al homosexual a que vea a Jesús en un
plano positivo, como una persona que ama, se preocupa y desea ayudar.
5. DEMUESTRA AMOR Y ACEPTACIÓN.
A veces nuestro amor debe ser firme. El
cristiano no puede entrar en componendas con las normas de Dios ni condonar el
pecado. Sin embargo, es vital que el amigo o ser querido homosexual entienda
que tu desaprobación de su conducta pecaminosa NO es un rechazo a él. El mantener las normas de Dios a veces nos
coloca en la posición de señalar los límites a la persona debido al pecado.
Esto puede ser doloroso y necesario en algunos casos. Pero podemos aún
demostrar amor y preocupación por la persona homosexual en muchas maneras
prácticas. Estar dispuesto a hablar y a escuchar. No tengas temor de abrazar o
tocar. No excluyas al homosexual de tu vida y actividades. El homosexual puede
percibir tu oposición inclemente hacia el pecado, y se puede aislar o alejarse
de tí. Sin embargo, tú no debes ser el que le dé la espalda. Tú puedes ser un
eslabón importante entre ese individuo y Dios, si no ahora, quizás más tarde.
Así es que guarda tu testimonio. Mantén las normas de Dios, pero ama al
homosexual también.
6. DEJALO IR.
De todos
estos pasos uno de los más difíciles es tener que confiar a Dios el cuidado de
tu ser querido. Déjalo ir. Tú no puedes salvar a esa persona. Tú no puedes
impedir que ella continúe en la vida homosexual. Tú no tienes el control, Dios
sí lo tiene. Debes aprender a confiar en que Dios atraerá a tu ser querido por
su Espíritu. Dios desea librarlo del pecado y de la decepción. Recuerda que El
ama a tu ser querido aún más que tú.
7. ORA, AYUNA Y ESPERA.
Tú puedes orar, puedes ayunar. La
oración en combinación con el ayuno es un arma espiritual poderosa. Aunque te
guste o no, se va a necesitar mucha oración y ayuno, pero por amor del amigo o
del ser querido. ¿No vale la pena el sacrificio? Jesús sabía que la oración y
el ayuno producen resultados. El los practicó y también sus discípulos. A
través de la Biblia, cuando hombres y mujeres se enfrentan a circunstancias
difíciles, ellos oraban y ayunaban. Dios frecuentemente responde de manera
milagrosa. Lee y estudia el capítulo 58 de Isaías, que trata sobre el propósito
y el poder del ayuno.
Aunque Dios contesta nuestras oraciones.
El
raramente las contesta cuando y como nosotros queremos. Nosotros deseamos ver
libre a nuestro ser querido ahora. Pero el tiempo de Dios es perfecto. Sus
métodos son perfectos. De modo que además de todo lo otro, espera en El que
opera en la vida de tu ser querido. Usa de ese tiempo de espera como una
oportunidad para fortalecer tu fe y confianza en el Señor. Él te oye. Él te
ayudará.
FINALMENTE...
- Si estás teniendo dificultad en aceptar el
hecho de que alguna persona allegada a ti es homosexual, entonces tú necesitas
detenerte y mirar tu actitud, y ver que sea la correcta. Tener escrúpulos
acerca de la homosexualidad es una cosa, pero tener una reacción de aversión,
hostilidad o violencia hacia la persona homosexual es pecado. Esto se denomina "homofobia", un miedo y
hostilidad irracional hacia los homosexuales. La homofobia es una reacción
defensiva que frecuentemente encubre la inseguridad y temores acerca de la
propia identidad sexual de uno. Demás está decir que la homofobia impide la
efectividad de nuestro testimonio. Afortunadamente, el Señor puede liberarte de
esa actitud pecaminosa, y también puede librarte de tus temores e
inseguridades.
- Si tú sospechas que un ser querido está
envuelto en la homosexualidad (o en cualquier otra forma de inmoralidad), trata
de no sentir pánico ni de perder tu genio; por el contrario, con amor firme y
honestidad, confronta a la persona con tus sospechas. No la acuses. Ve
preparado para oír mentiras y encubrimiento, una desafiante admisión que todo
es verdad, o una contrita confesión de culpa. Recuerda también que la persona
puede ser realmente inocente de cualquier maldad. Cuando la situación llegue a
ese punto, o se encamine en esa dirección, busca consejo en un Cristo-céntrico
para tú, y si es posible, para tu ser querido. Recuerda ver a Cristo como tu
esperanza, sabiendo que "todas las cosas obran para bien" en
aquellos que aman a Dios, esto es, a los que conforme a su propósito son
llamados. Romanos 8:28.
ESCRITURAS:
CONDUCTA HOMOSEXUAL:
Levítico 12:22, 20:13; Romanos 1:20-32; 1 Corintios 6:9-11; 1 Timoteo 1:9-10.
INMORALIDAD SEXUAL: 1
Corintios 6:13-20; Romanos 6:12-13; Gálatas 5:19-21; Colosenses 3:5-6; 1
Tesalonicenses 4:3-8.
Capítulo IX
Esperanza Para El
Homosexual:
En
este artículo queremos presentar las causas que llevan a la homosexualidad y
las posibilidades de que quienes luchan con dificultades homosexuales logren un
cambio. Hace más de diez años apareció el libro de la Dra. Elizabeth Moberly
Homosexuality: New Christian Ethic (Homosexualidad: Una nueva ética cristiana),
que revolucionó el pensamiento cristiano sobre la homosexualidad. Después de
años de investigaciones, Moberly ofreció una nueva comprensión de las causas de
la homosexualidad. Antes, especialmente por la influencia de Freud, se pensaba
que el problema residía en la dificultad para relacionarse con el sexo opuesto,
inconveniente que nacería en la primera infancia. Moberly desafió esta posición
y afirma que la dificultad radica en la relación con el mismo sexo,
especialmente con el progenitor del mismo sexo.
Cuando
nace un varón se enfrenta con algunas tareas emocionales significativas. Nacido
del cuerpo de una mujer (su madre) tiene que "desidentificarse" con
ella para identificarse con la figura masculina (su padre). Debe recibir de su
padre el amor, la aceptación y la confirmación necesarios para seguir en su
proceso de desarrollo psicosexual. Si por alguna razón esto no llegara a
ocurrir, surgirían consecuencias graves para el de la cuales puede ser la falta
niño, una de las cuales puede ser la falta de madurez emocional psicosexual que
puede conducir a una orientación homosexual. Esta carencia de una relación
positiva, íntima y satisfactoria con el padre engendra un vacío emocional y
necesidades insatisfechas que la madre no puede suplir porque es un asunto de
varones.
Muchas circunstancias rompen la relación
entre el hijo y el padre: padres violentos que no se acercan a
sus hijos con una actitud positiva; padres ausentes física y/o emocionalmente;
hombres que no logran una relación físicamente afectiva con sus hijos (muchos
porque nunca la tuvieron con su propio padre). Algunos niños "piensan"
inconscientemente: "Si ser
hombre es ser como mi padre, no quiero ser hombre...". ¿Qué les
queda? El vacío de identidad que les lleva a identificarse con la figura
femenina.
Con los
niños puede suceder algo parecido, pero como nacen de una mujer, el proceso de
identificación es más sencillo, ya que la misma madre les sirve de modelo.
Quizás por esta razón haya una proporción de una lesbiana por cada cuatro
homosexuales masculinos. Si el niño no hace el proceso de identificación con
una madre que apruebe y confirme su feminidad, puede sobrevenir el lesbianismo.
Volvamos al ejemplo del varón. El niño
va creciendo con el vacío del amor y de la aceptación que necesita de su padre.
Al ingresar en la nueva etapa de la pubertad, la necesidad de amor paterno se
erotiza, justo en un momento de descubrimiento y experimentación sexuales
propios de esa edad. En esa situación el niño es muy vulnerable a un encuentro
homosexual. Como dice un amigo mío:
"El chico sale en búsqueda del amor su padre en los brazos
de otros hombres". Si siguen los encuentros con otros
hombres, el descubrimiento del sexo anónimo, o la ilusión de haber encontrado "la
persona" en la compañía de otro hombre, se establece el patrón
de conducta que lleva a un estilo de vida homosexual. En otras palabras, el
joven busca satisfacer una necesidad emocional con actividad sexual, por lo que
la actividad sexual nunca resolverá el problema.
Sy Rogers, ex-presidente
de Exodus Internacional de Norteamérica, me comentaba que el 80% de quienes lo
buscaban en su ministerio solicitando ayuda para abandonar la homosexualidad,
tenían una historia de abuso sexual en la infancia o adolescencia. Esto no
significa que todas las personas que son abusadas sexualmente serán
homosexuales, sino que abuso sexual contribuye a inhibir el desarrollo
psicosexual posibilitando en algunas personas inclinaciones homosexuales.
Por lo
que ya hemos dicho, podemos entender qué las madres no pueden resolver la
situación de sus niños varones. Sucede que ellos necesitan el amor de padre, un
hombre que los ame y les confirme su sexo. Por esto de nada vale decir "Fui madre
y padre de mis hijos". Quizás las mujeres pueden hacer cosas
del rol de padres, pero no logran brindar a los hijos varones el amor de un
hombre, que tanto necesitan.
Al
considerar la estructura y dinámica familiares de nuestra cultura apreciamos el
grave problema que enfrentamos como sociedad. Lamentablemente, la crianza y la
educación religiosa de los hijos han sido delegadas a la mujer. Me acuerdo de
una amigo que me comentaba sobre un conocido suyo que lloraba ante su presencia
al admitir que su hijo era homosexual:
"Hice
lo que consideré era lo mejor: entregué mis hijos a mi esposa para que ella los
criara".
En
líneas generales, a los hombres en nuestra cultura se les ha enseñado a ser
machos, a no demostrar sus emociones - mucho menos a otro hombre o a su propio
hijo. Es hora de enseñar a los hombres a ser "machos espirituales":
firmes, pero tiernos; con decisión pero con
comprensión; líderes pero atentos a los deseos de la familia; además fieles a
sus esposas, amorosos y con aprobación para con sus hijos. Es la
manera de prevenir la homosexualidad. ¿Pero cómo podemos ayudar a las personas
que ya se encuentran en esta situación, que ya son homosexuales? Me gustaría
compartir con ustedes algunas ideas provenientes de mi práctica
psicoterapéutica.
Ayuda para los homosexuales:
1. No creo que la homosexualidad sea biológica
ni genética, ni que la gente nazca así. El movimiento político homosexual que
tiene mucho que ganar económica y políticamente quiere que creamos esta
mentira. Muchos de los estudios científicos que esgrime tienen graves fallas
metodológicas. Fueron rechazados por investigadores homosexuales. Nadie nace
homosexual, y por eso hay esperanza de revertir la situación. De hecho, muchos
atestiguan haber salido de la vida homosexual. Sy Rogers manifiesta que el pronóstico
de recuperación de una persona con dificultades homosexual les es mejor que el
de la gente que lucha con el alcoholismo. En conclusión, para ayudar a que
alguien cambie, es necesario creer que esto es posible.
2. Por cierto, la sanidad no ocurre de la
noche a la mañana, aunque no dudo del poder del Señor para hacerlo. En general,
lo que veo como psicóloga es que la gente debe buscar sanidad para ciertas
áreas de su vida, como la relación con el padre, el vínculo con la madre, el
campo o de los recuerdos, en fin, las causas de las dificultades emocionales.
Esto lleva tiempo.
Por otro lado, en la medida en que las
heridas van sanando, la persona tiene que aprender ciertas conductas quizás
no asumió en la edad apropiada. Por esto, en el proceso de sanidad hay dos
etapas: un tiempo de tratamiento de las heridas emocionales, y un periodo de
aprendizaje de las conductas que no fueron adquiridas a su tiempo y de los
modos de relacionarse que deberían haberse aprendido, especialmente en la adolescencia.
Por ejemplo, ha de aprender el juego de coqueteo con el sexo opuesto, vestirse
según su sexo, gestos apropiados, etc. Muchas veces, las personas critican a
los varones que han dejado la vida homosexual y están en proceso de sanidad
porque todavía se ven afeminados. Dicen que esto comprueba su "falta de
sanidad". Sin embargo, debemos recordar que la sanidad es realmente un
proceso, y el hecho de que la persona no está conformada a un patrón cultural
de masculinidad (o feminidad) no significa que no está curándose. Para decirlo
con sencillez, la sanidad requiere tiempo. Sy Rogers, que vivió casi dos años
como mujer antes de conocer al Señor y dejar la vida homosexual/transexual, le
respondió a una persona que le hizo tal observación:
"Estoy a años luz del tiempo en que me ponía medias de seda rosada y me
pintaba los labios".
3. Rogers también habla de la importancia de
obedecer a Dios una vez emprendido el proceso de sanidad. La obediencia protege
de males peores, como el SIDA y las enfermedades venéreas, y coloca al
individuo en una posición donde puede recibir sanidad. Me gusta el ejemplo del
Antiguo Testamento de las seis ciudades de refugio, donde cualquiera que
hubiera matado a otro sin intención podía buscar protección. El vengador de esa
sangre derramada no podía tocar al asesino mientras estuviera en la ciudad de
refugio. La obediencia nos pone en una "ciudad de
refugio". Si estamos
obedeciendo al Señor, estaremos siempre en mejor posición Para vencer al
enemigo. Por otro lado, si salimos del refugio (de la obediencia), estamos
proveyendo para los deseos de la carne (Rom. 13:14) y del enemigo (2 Cor.
2:11).
4. Creo que se debe establecer otra
diferencia importante. La Biblia no condena el impulso homosexual, pero sí
condena el comportamiento - homosexual (pero cuidado con las fantasías y la lujuria.
Todos debemos ejercer disciplina sobre nuestra conducta.
5. Finalmente, tengamos cuidado de considerar
el matrimonio como un remedio contra la homosexual. El matrimonio jamás cura la
homosexualidad. Hay muchas mujeres que se sienten responsables del fracaso de
su matrimonio porque el marido las dejó por un hombre. Todo cónyuge a una vida
anterior al matrimonio. Suele suceder que en esa etapa un esposo como el de
este ejemplo no haya honesto y no haya querido compartir con su novia su
inclinación homosexual por temor a que ella lo abandonara. O quizás haya
pensado sinceramente (pero sinceramente engañado) que el matrimonio iba a curar
su mal. Ningún pastor o consejero cristiano debe sugerir matrimonio como medio
de sanidad. Además, hay muchos que viven una vida doble: años engañando a su
pareja sin compartir su terrible secreto hasta que el SIDA lo descubre. El
matrimonio no es señal de sanidad, aunque puede ser el resultado de un largo
proceso sanidad. Conozco a muchas personas que, después de tomar en serio su
proceso de curación, llegaron a casarse, personas para las cuales el matrimonio
antes era algo absolutamente imposible e impensable. Dios es fiel, y culmina
que lo que él empieza en la vida de sus siervos fieles. No debemos tener miedo
las personas recuperadas se casen porque hemos visto muchos matrimonios felices,
hombres y mujeres recuperados que han dado testimonio del poder de Dios y de la
amistad y el apoyo de su cónyuge. Otros prefieren vivir solteros, lo cual
también es un don de Dios (1 Cor. 7:7). No es necesario casarse para probar que
se ha alcanzado la sanidad.
Espero
que este artículo sea de esperanza a todo el que tenga una vida tocada directa
o indirecta por la homosexualidad. Es mi convicción y mi compromiso
compartirles que los homosexuales pueden cambiar. Para Dios nada es imposible
(Mr.10:27).
Véase Parte VII:
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